LOS CAAMASI

Articulo creado por Skippy Farlstendoiro y maquetado por Al Noah, los xenobiólogos de SithNET.
Prohibida la reproducción total o parcial sin el consentimiento de los autores
[ Los caamasi ] [ Biología caamasi ] [ Cultura caamasi ] [ Historia caamasi ]
[ Caamasis notorios ] [ Elegos A'Kla ]

En muchos idiomas, la palabra "caamasi" significa "un extraño de confianza" o "un amigo venido de lejos". La especie caamasi incontables veces ha demostrado estar a la altura de este epíteto, al punto que se podría discutir si lo contrario es cierto, si las meras palabras utilizadas bastan para demostrar lo que significa ineludiblemente un caamasi para las personas que le rodean. Pacifistas convencidos pero capaces de detener guerras iniciadas; diplomáticos de élite pero sin recurrir a engaño o falacia; héroes, y hasta mártires, con el don de instruir en ética a quienes deben dar ejemplo de ésta.

No os hablaré hoy de otra especie que toma las armas y, con blásters y pezuñas, se defiende de la opresión. Os hablaré de algo mucho más complejo, y mucho más admirable. Venid conmigo a un planeta tan armonioso que humilla a Alderaan... en más de un sentido.

LOS CAAMASI


 

En las Regiones del Núcleo, la estrella Cirius es rodeada por cuatro cuerpos planetarios, que forman el sistema Cirius. El más externo es Sirilla, un gigante gaseoso con diecisiete lunas naturales. Hacia el interior le sigue Caamor, una roca helada con sólo una luna. El siguiente mundo es Caamas, y aún hay otro más cercano, la roca fundida llamada Lis; ninguno de estos dos tiene satélites propios.

Hablaré de Caamas, el único planeta habitado de Cirius. Con 15.400 kilómetros de diámetro, es uno de los planetas más grandes de las Regiones del Núcleo, segundo sólo ante Anaxes. Su día dura 25 horas estándar, y su año tarda 375 días. La gravedad es estándar, y el clima es ártico en los polos y templado en el ecuador, pasando por todos los estados intermedios a lo largo de la superficie.

Existen tres continentes principales. El más grande se encuentra en el hemisferio norte, y la masa de tierra más pequeña salvo islas está en el hemisferio sur.

En esencia, las zonas habitables son tibias y están cubiertas de extensos campos frondosos, estepas, robustas colinas pequeñas y densos bosques rebosantes de vida. Hay un depredador local, el enorme behemoth, que hiberna bajo tierra, a veces durante años.

Los pantanos de Caamas tienen su justa fama por lo difícil que es operar en ellos: El equipo mecánico estándar tiene costumbre de estropearse cada dos ciclos planetarios. Sin embargo, debido a su escasez, la República ni se planteaba iniciar una línea de montaje permanente para hacer equipo especializado. Por ello los caamasi contrataron a los cranscoc que, en su empresa de biotecnología Creaciones Spaarti, podían fabricar en cuestión de semanas equipo para cubrir las necesidades de los pantanos de Caamas durante dos años, e inmediatamente después pasar a otros proyectos. La fabricación se realizaba en el planeta Cartao.


BIOLOGÍA CAAMASI


 

Los caamasi son la raza inteligente nativa del planeta Caamas. Son mamíferos humanoides esbeltos y altos, con ciento ochenta centímetros de altura media en la madurez. Su distribución de extremidades sigue el extendido modo humano, con dos brazos y dos piernas, que les dan velocidad sólo levemente superior a la media en carrera (por la longitud de sus piernas).

El cuerpo de un caamasi está cubierto de vello dorado, más parecido a plumón que a pelusa. En zonas de la cara, el vello adopta un tono púrpura que le hace parecer plumas. Este color morado se da en anillos alrededor de los ojos, que continúan en forma de tiras por la nuca hasta llegar a los hombros. El patrón de las líneas púrpura se trasmite a partir de uno de los progenitores, y permite identificar el clan materno, o paterno, del caamasi.

Además de esto, los caamasi tienen un rostro que revela sus orígenes: Un hocico que pueden fruncir, unas cejas muy gruesas, y unas orejas triangulares que sobresalen hacia afuera. Las manos son largas, con tres dedos delicados cada una. Su complexión y fortaleza física es inferior a la de un humano medio, pero sus sentidos son especialmente agudos. Aunque tienen una esperanza de vida una década más larga que los humanos, maduran proporcionalmente antes, lo cual les da más tiempo en condiciones óptimas.


MEMNII

Todos los caamasi tienen el don de registrar vívidos recuerdos en su mente, grabándolos a fuego para que no se puedan olvidar jamás. Estas fuertes memorias se utilizan para marcar las experiencias más dulces y agradables. Así, un caamasi recordará siempre el nacimiento de sus hijos, la sabiduría de sus excelsos progenitores, el atestiguar un evento significativo o, de modo algo más egoísta, el momento en que se conoce a alguien famoso.

Pero, al mismo tiempo, hay momentos que causan un impacto emocional negativo tan fuerte en un caamasi, que automáticamente quedan memorizados: La brutalidad de una batalla, el padecimiento de fuertes torturas, o la traición cometida contra los propios principios. Para un pacifista nato como es cualquier caamasi, por ejemplo, matar a alguien incluso en situaciones justificadas supone un trauma grave, y nunca podrán dejar de ver el rostro de su víctima durante sus últimos momentos.

Un evento recordado es imposible de borrar y, si es un mal recuerdo, puede ser una insoportable carga con la que vivir. Los caamasi procuran mantener la compostura pese a sus pérdidas, y consideran que sus remembranzas, aún las más horribles, son más preciosas que ninguna posesión material (lo cual no significa que dejen de valorar posesiones materiales).

Estos recuerdos, llamados memnii, se pueden compartir con otros caamasi, a través de un proceso de telepatía limitada. La transmisión dura tanto como el evento recordado. Sin embargo, está limitada a la consanguineidad, y con un máximo de tres o cuatro generaciones de separación. Si uno de los dos caamasi implicados en la transmisión es un jedi y es posible formar un vínculo con él, esta limitación no se aplica.

Los memnii también pueden transmitirse a jedis o usuarios de la Fuerza de otras especies, siempre que el susodicho tenga al menos nociones de telepatía. Dado que la carga sensorial es caamasi, la percepción tiene lugar a través de sentidos caamasi; esto no confunde al jedi, pero le impide "modificar" el memnii antes de re-transmitirlo, porque un alienígena no puede familiarizarse lo bastante con la percepción caamasi como para cambiar detalles sin hacerlo obvio. Además, el alienígena podría tener más dificultad para fijarse en detalles concretos del recuerdo ajeno. El jedi no puede en todo caso generar memnii ni transmitirlos a un caamasi por este método (aunque puede utilizar otras capacidades telepáticas).

Experimentar un memnii ajeno es tan vívido como haber estado allí. No sólo incluye percepciones sensoriales, sino también la carga emocional del caamasi que lo vivió, y varias otras cosas incuantificables.

Toda historia es valiosa, y los memnii les permiten enseñar con gran eficiencia los eventos más trágicos para impedir que vuelvan a suceder.

Los caamasi sienten un gran deseo de extender los memnii, sin duda para no olvidar la sabiduría y belleza de antaño que de lo contrario se perdería. Así, las parejas caamasi suelen estar formadas por individuos de clanes distintos, de modo que los recuerdos colectivos se puedan extender más.

El matrimonio caamasi es vitalicio, y un caamasi es eternamente devoto de su cónyuge. El caamasi compartirá con su pareja unos memnii específicos y por lo demás privados, esenciales para su vida y que ayudasen a formarle, madurar y convertirse en la persona que es en este momento, la persona de la que el otro caamasi se ha enamorado. El cónyuge mantendrá estos recuerdos como un bien precioso y los transmitirá a sus hijos. Algunos xenosociólogos insisten, sin pruebas, en que la transmisión de estos memnii privados tiene lugar durante el proceso de apareamiento.

La existencia de los memnii no es un secreto, pero tampoco es un dato especialmente extendido.


CULTURA CAAMASI


 

Suele ser un error generalizar la personalidad de una especie; a menudo hay individuos que se niegan a adaptarse a la norma extendida: Algunos ithorianos desafían los preceptos religiosos sobre la naturaleza, y algunos moradores de las arenas son menos aislacionistas y violentos que lo que se podría creer.

Pero los caamasi son, casi sin excepción, pacifistas pensativos y contemplativos. Librepensadores, generosos, considerados, sabios, amables, educados y artísticos son otros adjetivos que rara vez se les podría negar. Son lentos a la hora de juzgar a otros, pero tienen unos valores morales muy arraigados. Les encanta la conversación, la exploración y la búsqueda artística. Desde fuera, se les ve como artistas y sabios pacíficos.

La palabra para ellos no es un don, porque todos lo poseen. Conocen intuitivamente las normas de conducta, identifican los tratamientos adecuados con toda la etiqueta necesaria... y lo disfrutan como ninguna otra cosa. Negocian un tratado de paz con la misma facilidad con la que regatean el precio de la cena. Además, tienen grandes dotes intelectuales y facilidad para los idiomas (El caamasi escrito está poco extendido, porque los caamasi suelen hablar en Básico).

Pero es esencial comprender la fuerza moral de los caamasi, que consideran además el modo de alcanzar la paz. Los caamasi tienen tal voluntad que sienten un profundo respeto por sus enemigos, un respeto que sus adversarios les devuelven. Sólo son despreciados por quienes aborrecen su fuerza moral. Esta actitud pacifista ha sido una influencia en la filosofía política de muchos mundos, incluido Alderaan.

Los caamasi suelen ser eruditos, diplomáticos, artistas, comerciantes y negociadores profesionales. Sirven a gobiernos como embajadores con inmunidad diplomática, pero nunca en el ejército. Ha habido muy pocos jedis caamasi, y los que existieron preferían mediar en disputas a usar la violencia. Los líderes galácticos han utilizado consultores caamasi, especialmente durante la Nueva Orden Jedi de Luke Skywalker: La transmisión de memnii clave resultó muy útil para ayudar a los jedi a recuperar parte de su historia y tradiciones perdidas.

Los ojos de un Tiss'shar

Uno de los escasos Jedi caamasi

Existen algunas peculiaridades en los movimientos caamasi. La reverencia tradicional caamasi es un procedimiento diplomático importante, consistente en un encorvamiento completo que usan como saludo. A su vez, también llegan a hacer encogimientos de cuerpo completo, empezando por el torso superior y extendiéndose por las extremidades; se dice que es un efecto colateral de su avanzada percepción e intuición.

Los caamasi son muy observadores e intuitivos. Al hablar con una persona, son capaces de comprender qué es lo que le aflige y cuáles son los problemas que su interlocutor no quiere afrontar. Con precisión quirúrgica, el caamasi averigua lo que la otra persona intenta ocultar, le obliga a afrontarlo en un encarnizado debate, y a todos los efectos le golpea en la cabeza con sus inseguridades como si fuesen un mynock muerto, hasta que la persona toma la decisión difícil que pretendía aplazar indefinidamente. Cuando un caamasi se comparta así, es una inequívoca señal de amistad.

Por el contrario, cuando una persona no cuenta con las simpatías del caamasi o éste considera que está obstaculizando su misión, el caamasi permitirá a la otra persona exponer la situación hasta que queda satisfecho, y entonces manipulará las palabras dichas para, a la vez que demuestra los errores en el planteamiento de su adversario, situarse en una posición en que su rival no pueda impedirle continuar. En esencia, le dan cuerda hasta que el otro se ahorca él solo. Como puede verse, es mejor no tener como enemigo a un pacifista así.


HISTORIA CAAMASI


 


ANTIGUA REPÚBLICA

Caamas se mantuvo docenas de milenios con una sociedad básicamente estable y un modo de vida que no había cambiado: Un grupo de eruditos pacifistas y nobles con altos valores morales.

Cuando se formó la Orden Jedi, más de veinte milenios antes de Yavin, la leyenda dice que los primeros jedi viajaron a Caamas, para aprender a utilizar la Fuerza con ética. En la actualidad, se considera que es un mito (Resulta extraño que ningún caamasi presente considerase tal evento merecedor de un memnii, o que un memnii así se hubiese perdido en vez de extenderse hasta virtualmente todos los caamasi); sin embargo, la actitud y cultura caamasi hacen que resulte fácil de creer.

Más tarde, con la Orden ya arraigada, otros jedis viajaron a Caamas siguiendo el ejemplo de sus predecesores y construyeron un templo en un húmedo y extenso valle en el continente más pequeño. Ese Templo Jedi tendría como fin la contemplación y el aprendizaje, y es probablemente el segundo más antiguo de la galaxia.

Los caamasi se convirtieron en firmes defensores de los principios republicanos, poniendo trabas constantes a los partidarios del caos político. Pero nadie se atrevía a atacar al indefenso planeta: Pese a no tener ejército ni flota propio, tenían aliados que les debían mucho.

Pero eso no era lo único que tenían. El ecuador de Caamas tenía además dieciséis estaciones generadoras de escudo equidistantes, profundamente enterradas, cada una de ellas con un complejo sistema de seguridad. El planeta estaba mejor protegido de lo que parecía.

Aunque hubo pocos jedi caamasi, sus políticos y diplomáticos eran famosos. Por ejemplo, en el año 22 antes de Yavin, en plena crisis separatista, el Senador caamasi Eeshrin Ot'Hyne mantuvo su oposición al Acta de Creación Militar.

Al mismo tiempo, oficiales de paz caamasi y alderaanianos acompañaban al maestro jedi Oppo Rancisis en las negociaciones de paz Kashyyyk/Trandosha en Hsskhor, Trandosha. La situación había escalado en las cuatro semanas anteriores, empezando por una lanzadera con más de doscientos pasajeros wookiee destruida sobre una luna de Trandosha. Los trandoshanos se negaron a devolver los cadáveres para que fuesen enterrados, culparon del ataque a grupos disidentes, y se quejaron de no tener representación senatorial. Ciento cincuenta trandoshanos murieron poco después violentamente, según algunos por la tardanza de la República al enviar negociadores de paz. Rancisis y sus oficiales de paz se reunieron con el Senador Yarua de Kashyyyk y El-Que-Habla-Sobre-Todos Hadocrassk de Trandosha. Tras dos semanas deliberando, no fue posible dar una solución, y Yarua abandonó las negociaciones, según él carentes de sentido. Por la crisis separatista, se rumoreaba que el Consejo Jedi reasignaría otras misiones a Rancisis, dejando las charlas subsiguientes a los oficiales de paz caamasi y alderaanianos.

Unos meses después de este evento, las Guerras Clon asolaron la galaxia. Caamas no se vio apenas dañado por el conflicto en sí mismo, aunque un meteoro colisionó unos kilómetros al sur de una de las ciudades más importantes, causando un enorme cráter en el hemisferio norte.

Cartao procuró mantener la neutralidad en el conflicto, con lo que los suministros para pantanos caamasi continuaron. Aunque Cartao fue sede de una batalla en el 21 antes de Yavin, no hay noticia de que eso interrumpiese los contratos comerciales entre cranscocs y caamasi.

Al inicio de las Guerras Clon, concretamente 16 meses después de la batalla de Geonosis, un caamasi abandonaba Coruscant en el transporte Estrella de Iskin. La asesina anzati Saljé Tasha, siguiendo órdenes de los sith, destruyó el Estrella para asegurarse de matar a otro de los pasajeros, el antiguo canciller supremo Finis Valorum. Hubo miles de muertos.


EL DESASTRE

Fue poco después del final de las Guerras Clon. El horror, la pérdida, aún estaban presente en las mentes de muchos. La Purga Jedi acababa de empezar, y el canciller supremo Palpatine acababa de autoproclamarse emperador entre vítores (aunque algunos historiadores dicen erróneamente que Palpatine era senador en ese momento).

Palpatine sabía que los caamasi eran sabios y que se aferrarían a los ideales de la República que él intentaba destruir. Eran una amenaza, pero no una a la que se pudiese enfrentar abiertamente. Los jedi exigían infamia y duelos; los caamasi pedían un veneno más sutil, y eran inmunes a la propaganda...

Palpatine empezó a trabajar con varios clanes bothan asociados, probablemente chantajeados, para una operación secreta. Los operarios bothan se infiltraron en todas las estaciones generadoras de escudo, sabotearon el suministro de energía y, según el plan, huyeron del planeta.

Entonces, se inició ordenó el bombardeo planetario.

El ataque apuntó primero a las estaciones generadoras de escudo, por si alguien conseguía repararlas a tiempo (aunque, ignorándolo todos, la estación 14 sobrevivió relativamente indemne), y después al Templo Jedi, que también sufrió impactos directos (De nuevo fue un trabajo chapucero: Algunas cámaras subterráneas sobrevivieron con poco daño, hospedando todavía reliquias jedi olvidadas entre mortíferas trampas).

En sólo un día, la flora y fauna fueron diezmados. Caamas pasó a ser un mundo muerto. Pocos caamasi que estuviesen en el planeta sobrevivieron. Ni siquiera estos testigos podrían identificar a los causantes del bombardeo como imperiales, pues Palpatine había tomado sus medidas.

La especie caamasi sobrevivió: Unos pocos cientos de miles de individuos estaban fuera del planeta en ese momento y, sumados a los supervivientes del holocausto, permitieron esa continuidad... en algún otro lugar.

Las plantas de Caamas ya no liberaban oxígeno en la atmósfera. Sin plantas, la erosión se extendió. Los animales supervivientes murieron de hambre o asfixia. Los océanos se polucionaron. Tormentas de polvo barrían el paisaje. Nubes de hollín y humo llenaron el cielo, alterando radicalmente el clima y creando una nueva atmósfera que resulta tóxica para los respiradores de oxígeno. Desde entonces, hace falta máscara de respiración para mantener actividad sostenida en Caamas (Bueno, hace falta máscara de respiración Y un buen motivo).

Hay algunos detalles de los que la mayoría de la gente no es consciente:

El operario bothan encubierto asignado a sabotear la estación 14, Tosk-Tar'ilya, aparentemente se retrasó antes de abandonar el planeta. Reactivó entonces los escudos para protegerse. Fue testigo de la devastación y del bombardeo sobre un mundo confiado. Enloqueció al ver el mal que él mismo había provocado, y se encerró en un armario... durante bastante tiempo.

Además, parte de la fauna sobrevivió. Había algunos behemoths hibernando bajo tierra. Las toxinas se filtraron a través del planeta y muchos de los depredadores mutaron, alterando su ADN. Ahora, el largo vello desgreñado se cae en parches para revelar una piel fuerte y escamosa. Tienen tres pares de patas, cada una terminada en una garra, a lo largo de su cuerpo de cuatro metros más una breve cola para mantener el equilibrio. Su cabeza oblonga muestra crestas óseas o crecimientos tumorosos. Aunque la mandíbula sigue llena de dientes, los incisivos crecen hasta la desproporción. Además, parece ser capaz de ver con poquísima luz.

Sólo los más altos líderes de clan bothan sabían de la implicación de su raza en la destrucción de Caamas pero, irónicamente, eso les convenció de la villanía de Palpatine y, temiendo estar en su mira después de eso, empezaron a trabajar contra el emperador. Incluso así, ni siquiera éstos sabían qué clanes o individuos habían estado implicados (Borsk Fey'lya trabajó duro para intentar averiguarlo, pero en vano).


CONSECUENCIAS DEL BOMBARDEO

"Salieron de la nada. Quemaron el planeta".

Nadie sabía quién había sido.

Cualquier registro que pudiese rastrear al causante, cualquier prueba, fue minuciosamente destruida. El ataque fue rápido y repentino, más cruel que las Guerras Clon.

Todos los grupos, invariablemente, condenaron el ataque a Caamas, al menos verbalmente. Nadie se responsabilizó. La indignación por la magnitud del ataque fue generalizada (peor incluso de la que habría veinte años después por la destrucción de Alderaan).

Hubo rumores: Quizá los atacantes creyeron que, en plena posguerra, nadie notaría un ataque así, sobre todo si era un ataque individual. Quizá algún caamasi superviviente había grabado en su memoria un dato esencial para la investigación, pero él o ella no era consciente todavía de su significado. Pero nadie sabía nada. Hablaban del "enemigo desconocido".

A los caamasi no les faltaban amigos. La caridad para con ellos se extendió, y desde entonces los refugiados caamasi recibirían, cuando menos, ropa vieja y limosnas varias de incluso las más pobres familias.

Algunas facciones imperiales hicieron lo posible por ayudar a los caamasi supervivientes tras este desastre. Se creó la colina de Morymento en el mundo verde y selvático de Kerilt, primero del sistema Algara (Borde Medio). Aunque Morymento no era en absoluto autosuficiente, la organización desde el mundo burocrático de Algar 2 les permitía tener la ilusión de una defensa (Por desgracia, la enorme burocracia de ese planeta precisamente lo impedía).

Bail Organa de Alderaan también quiso colaborar, abriendo las Islas del Sur de Alderaan a un gran grupo de refugiados caamasi. La mayor comunidad caamasi estaba allí, bajo la protección de Alderaan, esperando el día en que volviesen a ser fuertes y pudiesen reconstruir Caamas. Se sabe que Talon Karrde hacía contrabando de comida y medicinas prohibidas hacia Islas del Sur.

Bail Organa sospechó desde el principio que Palpatine podría haber estado implicado en lo sucedido en Caamas. Por su parte, Palpatine llegó a creer que los caamasi estaban agitando a Organa contra él, y consideró enviar a la mejor Mano del Emperador a Alderaan, pero no llegó a hacerlo.

En una demostración de fuerza moral, los caamasi siguieron siendo firmes pacifistas después de este desastre, quizá incluso más todavía.

Más tarde, un grupo de bothans se ofrecieron a ayudar financieramente a los caamasi, obteniendo a la vez un beneficio. Los bothans presentaron al Remanente Caamasi el borrador de un contrato de arrendamiento sobre la zona del cráter aparecido durante las guerras clon, por cien años, pagando cincuenta mil créditos anuales, para utilizarlo como vertedero. Los fondos irían al esfuerzo de recuperación planetaria.

Así se instaló en Caamasi la empresa Escombros Bothan, S.A. Un crucero pesado llegaría semanalmente desde Bothawui para descargar basura desde ese momento. En el vertedero propiamente dicho trabajarían doce bothans bajo el mando de Kursk Te'tell, recibiendo y desmontando los escombros para obtener y catalogar partes útiles. Los bothans movían los escombros y rellenaban el papeleo, utilizando como herramientas esquifes de carga, trajes de vacío y droides ASP. Su oficina, a la vez que domicilio y zona de ocio, era el casco sin motores de un crucero ligero.

En secreto, Te'tell pertenecía a la Red de Espías Bothan, y sabía que Escombros es una tapadera. Su auténtico propósito era guardar Caamas por si alguien viaja allí a buscar pistas sobre la devastación del planeta. En ese momento, Te'tell debería avisar a sus superiores de cualquier comportamiento sospechoso, y éstos llegarían en forma de refuerzos en cuestión de horas.

Ni siquiera Te'tell sabía que Tosk-Tar'ilya seguía vivo en la estación generadora de escudos 14, malviviendo en las ruinas del sistema de purificación de agua, comiendo alimañas que caza en su locura. Mal armado con cuchillos y cañerías, y a la vez víctima de mil tics, balbuceaba a sus superiores a través de un comlink roto, rodeado de pruebas de la implicación bothan secreta.

Aparte de esos pocos bothans, pocos tenían necesidad de viajar a Caamas.

Un grupo de disidentes caamasi se reasentaron en Caamas, para investigar medios de descontaminar el planeta. Construyeron su base en mitad de una ciudad en ruinas y 70 km al norte del cráter de Escombros Bothan. Ciudad Refugio, como fue bautizado, incluía sólo unas pocas estructuras protegidas del exterior por un gran domo e iluminadas por masivos globos biolum (esferas de agua que contienen pláncton fosforescente). Una rejilla de potencia, con cables esparcidos sobre el suelo rocoso, daba energía al asentamiento. Aunque el espacio habitable era estrecho, dejando las zonas más grandes para laboratorio u ocio, Ciudad Refugio tenía capacidad para casi trescientas personas, y un par de supuestas plataformas de aterrizaje, consistentes básicamente en terreno lo bastante llano para posar una nave.

El propósito principal de Ciudad Refugio era claramente servir de base a los científicos que investigaban métodos para reestablecer una ecología natural en Caamas. Por ello, se convirtieron en el receptor de los fondos que proporcionaba Escombros Bothan, S.A. El fundador y administrador de Ciudad Refugio, Elek D'cel, ha estado gestionando estos ingresos desde entonces.

Poco después, un grupo de ecologistas ithorianos viajó a Ciudad Refugio a colaborar en la investigación. Crearon y atendieron un jardín en el interior del domo, rodeado por los aposentos, que daba oxígeno, comida y materias vegetales para los experimentos.

Quedaba entonces un planeta habitado por doscientos caamasi, unos treinta y cinco ithorianos, trece bothans (más uno no censado) y probablemente un par de personas más. Se mantenía de algún modo la ilusión de una democracia representativa con elecciones periódicas, aunque el puesto de D'cel no parecía en peligro. La principal importación planetaria era la comida, claro.


EN TIEMPOS DEL IMPERIO

Pese a sus iniciales políticas de apoyo a Caamas, el Imperio consideraba a los caamasi una especie alienígena subhumana, y sus privilegios se fueron limitando cada vez más. Pronto, muchas zonas de Ciudad Imperial (Coruscant) eran de acceso exclusivo para humanos, con tropas militares asegurándose de que los caamasi no entraban.

Los caamasi han seguido reproduciéndose en la generación que les separaba del desastre, incrementando su escasa población. Nada indica que este sistema sea poco viable, pero es claramente lento. Hay informes de que algunos caamasi debaten la introducción de la poligamia en su cultura, para acelerar el proceso. Tal y como son, no descartarán la idea sin discutirla y debatirla desde todos los ángulos. Sin embargo, el cambio sería difícil y delicado, debido a la conexión excepcional que se da en las parejas caamasi. Los sociólogos creen que la poligamia es antitética al modo de vida caamasi y creen que los caamasi no la aceptarán ni como medio de supervivencia, o incluso que el mero informe de que la consideran es un burdo rumor.

Un día, una nave-manada ithoriana colisionó accidentalmente, y sin ser detectada, en el continente más pequeño de Caamas. Esta manada espacial llevaba literalmente una jungla dentro, y sembró el planeta con nueva flora. Ésta colonizó el terreno árido y, ante la falta de competencia, empezó a crecer. Era el primer reestablecimiento de vegetación desde el desastre. Aparecieron pequeños arbustos de bajo crecimiento, hongos extraños y árboles bajos y pegajosos de hojas correosas.

La planta más peculiar era un corto arbusto de leña, con un ancho tronco del cual salían ramas con hojas anchas, cada una de éstas cubierta de miles de púas. Bajo tierra, esta planta tiene un sistema de raíces que la rodea en un radio de diez metros. Las raíces sienten vibraciones incluso a veinte metros del tronco, e incluso si éstas son una simple pisada. En cuanto alguien entra en su radio, la planta dispara ráfagas de púas en esa dirección durante un minuto. Los animales que mueren por el impacto, se descomponen sobre las raíces y nutren a la planta (Afortunadamente, el ataque no es lo bastante mortífero para acabar con un caamasi). La planta se ha ganado así el mote de "escupespinas".

La jungla alien ha ido creciendo al ritmo de un kilómetro anual, y ha llamado la atención desde que tenía un diámetro de quince kilómetros. Absorbió las ruinas del Templo Jedi, y empezó a invadir su interior. Entre la polición y el poder de la Fuerza, el oasis ha empezado a convertirse en una mancha espiritual próxima al lado oscuro.

Ciudad Refugio intentó enviar equipos regularmente a explorar la jungla, para encontrar su origen y el secreto de su supervivencia (que es la propia nave en el centro). Uno de los ithorianos, el sacerdote Ish'tay, que había viajado a Caamas para analizar esta selva, se sentía profundamente interesado en ella y a la vez espiritualmente molesto por ella.

Así se mantenía una situación relativamente estable para los caamasi: Incluso sin mundo, sin ser autosuficientes, sus colonias prosperaban poco a poco, a través del esfuerzo y trabajo duro.

La comunidad más grande de caamasi, la colonia de Islas del Sur en Alderaan, fue totalmente aniquilada poco antes de la batalla de Yavin, junto con el resto del planeta. Unos cuantos teóricos de conspiraciones sugirieron que Alderaan mismo había sido destruído por atraverse a hospedar un grupo de caamasi, y que la Estrella de la Muerte fue manipulada por los mismos enemigos desconocidos que habían destruido Caamas dos décadas antes.

Pero, incluso así, los caamasi habían aprendido a tratar con la pérdida. La caridad galáctica para con los caamasi se renovó y continuó incluso después de la batalla de Endor.

En el año 7 después de Yavin, tras la liberación de Coruscant, la Nueva República instauró una Carta Común. Los caamasi empezaron a colaborar activamente con Mon Mothma y otros líderes republicanos, sirviendo como voz de la razón en el cada vez más grande Senado Galáctico, y negociando acuerdos entre los mundos, especies e instituciones que tenían conflictos desde hacía años. El antropólogo Moruth Hoole consideró en este tiempo que los caamasi eran cruciales para la causa de la paz galáctica, por su capacidad de llevar las más difíciles disputas a conclusiones satisfactorias, manteniendo siempre la calma y la amabilidad.

Otros caamasi ayudaron a reformar la Orden Jedi, proporcionando valiosa información sobre los antiguos jedi que ellos habían obtenido en forma de memnii. Bajo la Nueva República, los caamasi eran mucho más valorados que con el Imperio... y por eso daban miedo.

El político neorrepublicano bothan Borsk Fey'lya, que tenía vínculos con la Red de Espías Bothan, llegó a sospechar que podría haber pruebas comprometedoras sobre la destrucción de Caamas y los clanes bothan implicados en Monte Tantiss, en el planeta Wayland. Monte Tantiss había sido, hasta el año 9 después de Yavin, una de las bases del temible Gran Almirante Thrawn, archienemigo de la Nueva República. Tras la derrota de Thrawn en Bilbringi, Fey'lya se mostró ansioso por destruir Monte Tantiss con un bombardeo. Alegaba públicamente que eso representaba una victoria moral contra la campaña de Thrawn.

Poco después, ese mismo año, los caamasi fueron mencionados en una conversación entre otros dos enemigos de la Nueva República: El Príncipe-Almirante Delak Krennel y la infame Ysanne Isard (o su clon) discutían sobre la inferioridad de las razas alienígenas, citando las luchas intestinas entre mon calamarianos y bothans en la Nueva República durante la campaña de Thrawn. Isard, proféticamente, vaticinó un hipotético descubrimiento de los implicados en la destrucción de Caamas. Mentó que todos pedirían sangre en honor a los pacifistas, y la discordia en una demagógica democracia generaría tales presiones que las estructuras para crear un nuevo gobierno galáctico se caerían a pedazos. Krennel razonó que Isard estaba demasiado bien informada para que simplemente estuviese divagando.

Dos años después, la colonia de Morymento fue atacada por las fuerzas piratas de la Moff Leonia Tavira, que pretendían saquear sus escasas pertenecias, y al mismo tiempo por un grupo de esclavistas thalassianos, que no iban a conformarse con eso. Tavira pretendía que la colonia siguiese activa para posteriores visitas de saqueo, por lo que aniquiló el crucero thalassiano Harmzuay con su propia nave insignia, Ingrata. Los daños a Kerilt resultaron tangenciales. Además, como consecuencia de esta incursión y debido a unos eventos que implicaron al caamasi Elegos A'Kla y al jedi Corran Horn, se fundó poco después una nueva colonia caamasi en Susevfi, donde se trasladaron algunos caamasi keriltanos.


LA CRISIS DEL DOCUMENTO CAAMAS

Era el año 19 después de Yavin. La Nueva República había convertido al Imperio en una sombra de lo que era, aunque los conflictos internos eran constantes. La diplomacia había pasado a ser más importante que el poder militar.

Un arqueólogo devaroniano independiente, Lak Jit, encontró accidentalmente varias tarjetas de datos en las ruinas de Monte Tantiss. Una de las tarjetas, llamada La Mano de Thrawn, incluía pruebas de la implicación de varios clanes de bothans en la destrucción de Caamas, pero por desgracia estaba dañada y no proporcionaba nombres.

Aunque Jit intentó huir con la tarjeta para subastarla, fue interceptado por Leia Organa y Talon Karrde. Jit de todos modos logró pasar información al moff Vilim Disra. Disra creía que este descubrimiento sumiría a la República en un caos del que el Imperio podría aprovecharse, si actuaban con astucia. El moff ingenió un plan que incluía un bucanero, un actor, un experto táctico, la lealtad difusa de una flota sectorial, y el control de un sistema de clones. Jit, mientras, fue capturado por agentes de Karrde, pero ya era demasiado tarde.

Organa se reunió con Borsk Fey'lya para pedirle explicaciones. Fey'lya reconoció en privado que sabía de la implicación bothan en la destrucción de Caamas, pero después de décadas de investigación aún no conocía los clanes o individuos implicados, y ni siquiera creía ya que existiese tal lista. Guardó silencio porque, ante esta información, la opinión pública se volvería contra la especie bothan entera, creyendo que ocultaban los nombres de los criminales por solidaridad para con los suyos.

En contra del consejo de Fey'lya, Organa decidió informar al presidente Ponc Gavrisom, aunque intentaría convencer a Gavrisom para que no hiciese pública la información hasta que los técnicos viesen qué se podía hacer. Gavrisom optó por organizar una reunión del Senado Neorrepublicano, y Fey'lya viajó a Bothawui a reunirse con los Clanes Combinados a la mayor brevedad posible: La raza bothan entera estaba siendo llevada a juicio.

La primera reunión de la Gran Cámara de Asamblea del Senado Neorrepublicano (recién construida) fue peor de lo esperado. Nadie estaba contento con el estado de la situación, y no aceptaban que se ignorasen esos nombres: Si los bothans (ya no "un pequeño grupo de bothans no identificados") habían sido esenciales en el genocidio de Caamas, era preciso buscar justicia por tal acto. La declaración de Fey'lya, negando que se supiesen las identidades, provocó suspicacia. Los senadores, como había predicho Isard, empezaron a pelearse y Gavrisom cerró la sesión.

Dos caamasi se reunieron con el senador ishori Ghic Dx'ono y, junto con él, fueron a hablar con Leia Organa. Le explicaron que su gente no buscaba venganza, y la justicia tampoco arreglaría lo sucedido. Dx'ono, empero, exigía que los bothans pagasen por lo sucedido. Organa comprendió rápidamente que el Incidente del Documento Caamas polarizaría a gente buena y honesta que exigía justicia, pero difería en cómo obtenerla.

Surgieron varias facciones. Los ishori y los leserai capitaneaban el grupo más anti-bothan. Debido a que los ishori estaban peleados con los diamala (Los diamala no querían confiar en patrullas locales para proteger sus naves en puertos ishori, y los ishori no querían naves diamala armadas en sus sistemas), los diamala adoptarían una postura opuestas, negándose a que hubiese venganza contra un solo posible inocente. Esta opinión era compartida por mon calamaris y duros. Los cejansij aún estaban divididos al respecto, pero creían que los bothan no implicados eran culpables por complicidad al haber ocultado la información.

Gavrisom recibió una petición con una larga lista de firmas. Le instaban a encontrar un mundo deshabitado adecuado para los caamasi supervivientes, y terraformarlos según las especificaciones originales de Caamas. Los costes deberían ser cubiertos por los bothan. Gavrisom compartió esta información con Organa y Fey'lya, y el bothan indicó que era imposible: Las cuentas bothan eran una ilusión contable. No confiando íntegramente en Fey'lya, Gavrisom envió a Organa a Bothawui, a examinar las cuentas de los Clanes Combinados, y prohibió al bothan avisarles.

El Imperio no estaba en condiciones de aprovechar esta crisis. Tras décadas de perder terreno, se habían convertido en apenas una sombra de lo que habían sido. Técnicamente seguían en guerra, pero el Comandante Supremo de la Flota Imperial, Almirante Gilad Pellaeon, se sabía derrotado. Tras una reunión con el Consejo de Moffs, Pellaeon inició medidas para organizar un encuentro con el General Garm Bel Iblis y negociar las condiciones de su rendición; de ese modo el Imperio podría retener lo que les quedaba.

Aunque a la mayoría del Imperio no les gustaba la idea, el moff Disra estuvo entre los pocos que tomaron medidas. Interceptó el mensaje de rendición e hizo que un actor a sus órdenes se hiciese pasar por el Gran Almirante Thrawn, misteriosamente resucitado. Disra también apoyó a grupos saboteadores para que instigasen disturbios y reviviesen viejos conflictos (curiosamente, conflictos que los caamasi habían ayudado a terminar). La galaxia se llenó de disturbios, incluyendo uno en Bothawui durante la visita de Leia Organa. Entre el miedo que inspiraba Thrawn y la aparente desintegración de la República por el Incidente Caamas, muchos sistemas apoyaron de nuevo al Imperio.

Mientras tanto, Pellaeon aguardaba a Bel Iblis en el lugar de reunión, Pesitiin, ignorando que el neorrepublicano no había recibido su mensaje. Creía que los retrasos eran debidos a los disturbios en la República. Así, Pellaeon razonó que los oídos demócratas podrían ser más partidarios de sus palabras si les ofrecía una copia del Documento Caamas. Para esto iría a Yaga Menor, la base Ubictoriado del Imperio, y convencer al encargado, el Alto General Hestiv. En su reunión, Hestiv demostró ser leal a Pellaeon y al Imperio, aunque no le gustaba la idea de rendirse: Tenía muchas esperanzas en que el Incidente Caamas destruyese la República.

El general Bel Iblis, que no había recibido el mensaje de Pellaeon, estaba ocupado junto con el Escuadrón Pícaro impidiendo que los conflictos llegasen a mayores en el sistema Sif'kric: Los frezhlix aprovechaban la excusa de "impedir que los bothan escapen del castigo para que sigan cometiendo atrocidades", e intentaban atacar el planeta en beneficio de sus intereses comerciales. Bel Iblis y Corran Horn se vieron obligados a manipularles, con la excusa de analizar naves contrabandistas volando bajo identidad falsa en el sistema, hasta que los frezhlix abrieron fuego e iniciaron el conflicto. El gobierno frezhlix envió una propuesta, pero el almirante Ackbar la desestimó en cuanto oyó la versión de Bel Iblis. Pero era una gota de agua en el océano: Elementos disidentes atacaban a la vez la holored en Mengjini con la misma excusa.

Con el crecimiento comportamiento antibothan, e incluso con una cantidad de naves rodeando Bothawui en un bloqueo extraoficial, los líderes republicanos decidieron buscar desesperadamente una copia del Documento Caamas, que indicase quién era el auténtico responsable (Después de ello, se plantearían el problema de Thrawn). Lando Calrissian intentaría una incursión en la base de Yaga Menor, y Talon Karrde, repentinamente motivado, buscaría en secreto a su mentor, Jorj Car'das, cuya biblioteca de información era famosa.

Mientras tanto, Pellaeon seguía esperando a Bel Iblis, hasta que se convenció de que el general coreliano no acudiría y se preparó para regresar a Bastión. Sin embargo, un ataque pirata de falsos corelianos, irónicamente realizado para obligar a Pellaeon a volver a Bastión, le convenció de que una facción imperial quería hacerle fallar y le hicieron decidir quedarse algo más en Pesitiin. Bel Iblis estaba ocupado planeando una incursión en Yaga Menor para hacerse con una copia del Documento Caamas a la fuerza, usando como nave insingia el Ventura Errante (Buena parte del plan incluía convencer al propietario del Ventura), mientras el Escuadrón Pícaro intentaba encontrar a los saboteadores en Bothawui.

Pero la princesa Leia Organa se encontró con el caamasi Elegos A'kla y el jefe de criptografía Zakarisz Ghent, que la estaban buscando. A'kla pretendía colaborar con Organa buscando un modo de evitar la violencia en nombre de su mundo muerto, y Ghent quería informarle del mensaje de paz enviado por Pellaeon, que él había recibido y decodificado. Aún considerando que podría haber sido una trampa, Organa decidió ir allí con A'kla, Ghent y un guardaespaldas noghri.

Así, tuvo lugar una primera reunión en que Pellaeon dejó claro que el Imperio se rendía, y empezaron a negociar las condiciones. A cambio de un trato, se ofreció a permitir que el experto en decriptación neorrepublicano que eligiesen (Ghent) extrajese una copia del Documento Caamas de la base de Yaga Menor (Bastión era un destino peligroso por ser la base de Disra).

Los intentos de Calrissian y Karrde fracasaron, aunque Pellaeon obtuvo interesantes datos sobre las actividades ilícitas de Disra. El falso Thrawn proporcionó a Solo y Calrissian una copia igualmente falsa del Documento Caamas, aunque Han Solo descubrió la verdad antes de terminar el viaje (Por desgracia, no antes de informar a su esposa de que ya tenían el Documento). Eso le obligaría a farolear y negarse a presentar el documento hasta que la situación se pusiese menos tensa.

Bel Iblis, ignorando este encuentro, se vio obligado a iniciar el ataque del Ventura Errante, así que llamó al Escuadrón Pícaro. Bel Iblis pretendía fingir que el Ventura Errante era el destructor Tiránico, pero esa nave en concreto formaba parte de la estrategia de Disra: Junto con otros dos destructores, el falso Thrawn los había enviado a Bothawui para que, ocultos, supervisasen y destruyesen a las naves neorrepublicanas que fuesen a sobrevivir a la inminente e inevitable batalla. Por ello, la incursión de Bel Iblis estaba condenada.

En realidad, la batalla de Bothawui tampoco saldría como esperaban los instigadores. Desde luego las naves estaban en posición para atacarse, aunque ninguna se atrevía a ser el instigador del primer impacto. Muchos fintaban, como los ishori, yendo a la deriva directos a una colisión con naves sik'frie más pequeñas, pero esa situación concreta fue impedida por un supuesto mal funcionamiento de la recién llegada nave de la princesa Leia.

Ella se reunió después con Gavrisom para informarle de la oferta de paz de Pellaeon, pero le rogó que no la hiciese pública todavía (aunque aceptó preparar la lista de delegados para la inminente conferencia de paz). El capitán del disimulado Tiránico, mientras, estaba encantado de que hubiese un caamasi presente en la inminente destrucción de Bothawui, y por tanto, por implicación, aprobándola.

En Yaga Menor, el falso Tiránico se presentó pidiendo asilo por un supuesto ataque de los rebeldes, intentando que le permitiesen entrar en la base imperial el tiempo suficiente para enviar un experto informático que se hiciese con una copia del Documento Caamas. Por supuesto, Disra comprendió que era una trampa, y de hecho esta batalla saboteaba el intento del otro experto informático, Ghent, que Pellaeon había introducido en Yaga Menor. Por su parte, una planificación astuta de Disra inmovilizó, descubrió y humilló públicamente a Bel Iblis ante el falso Thrawn.

Mientras tanto, los saboteadores de Disra destruían los escudos de Bothawui. Esa detonación movilizó a todas las naves y declaró el inicio de la batalla: Cada fuerza planetaria recibió órdenes de atacar a discreción, empezando por corelianos y después calamarianos, diamalas, ishoris...

Eran órdenes pregrabadas en varios idiomas, emitidas desde las naves imperiales. Han Solo y su colaborador Carib Devist siguieron el rastro y descubrieron, gracias a su intuición (y no accidentalmente, como sugieren muchos historiadores) a los destructores estelares ocultos cerca de un cometa. Quedaron atrapados en su rayo tractor, y aparentemente destruidos, pero consiguieron comunicarse con el exterior. Leia Organa y Lando Calrissian se arriesgaron para recibir el mensaje, y con la ayuda del presidente Gavrisom y de varios clones de Soontir Fel, consiguieron atraer la atención sobre la ubicación de Han Solo. De pronto, los destructores dejaron de estar ocultos y se convirtieron en la amenaza principal para todos los reunidos (Lo cual incluía, en forma de refuerzos insospechados, más de cien naves privadas de Fey'lya en Bothawui, que aparecieron para beneficiarse de la gloria del triunfo). Los destructores acabaron retirándose.

Mientras, la batalla de Yaga Menor se vio interrumpida por la llegada del Almirante Gilad Pellaeon. Pellaeon tenía pruebas de los engaños de Disra, del falso Thrawn y de Grodin Tierce (datos proporcionados por Talon Karrde), y se enfrentó a ellos. Tierce se puso violento y fue asesinado; Disra fue arrestado; y el falso Thrawn ordenó la rendición. Se suele marcar este punto como el fin de la Crisis del Documento Caamas.

Sin embargo, dos semanas después aparecieron Luke Skywalker, Mara Jade y R2-D2. Ellos habían estado explorando un punto de las Regiones Desconocidas tangencialmente relacionado con la Crisis, y el pequeño droide se había hecho con una copia no alterada del Documento Caamas; eso ralentizó todos los rencores que quedaban, de los cuales al menos ocho pidieron a Coruscant que mediase sus disputas. Muchos de los bothans culpables, longevos en su astucia, seguían vivos y fueron llevados a juicio. El Remanente Caamasi (entendido como el sector Quence) pasó a tener un Senador en la Nueva República (o en su defecto cambió al Senador ya existente). Además, Gilad Pellaeon y Ponc Gavrisom firmaron el primer tratado de paz entre el Remanente Imperial y la Nueva República, los Acuerdos de Bastión, terminando oficialmente la Guerra Civil Galáctica.

Con el Remanente Imperial reconocido y sus fronteras alrededor de unos ocho sectores y mil sistemas, la galaxia estaría en paz al menos seis años. Descontando batallas menores.

En cierto modo, se lo deben todo a los caamasi.

O algo así.


DESPUÉS

Después de la llamada Crisis del Documento Caamas, los bothan se comprometieron implícitamente a adquirir y terraformar un planeta para los caamasi. Retrasaron indefinidamente el momento, acogiéndose a una excusa detrás de otro (empezando por la evidente: No tenían suficiente dinero para tal proyecto).

Los pocos caamasi que quedaban en la galaxia seguían esperando un hogar permanente con bendita paciencia. Incluso así, trabajaban codo con codo con los bothan en un ejemplo de la virtud del perdón.

Las colonias caamasi siguieron prosperando, con la población más grande en Morymento. Pese a que seguían siendo muy pocos, tenían voz en la Nueva República, y una voz bien escuchada.

Durante el conflicto contra los yuuzhan vong (años 25 a 29 después de Yavin), los caamasi no participaron de modo especialmente activo. Un senador caamasi intentó en vano contactar con los yuuzhan vong durante el inicio del conflicto, para averiguar qué era exactamente lo que querían. Este contacto resultó desagradable para casi todos, y no fructífero a medio plazo; sin embargo, inspiró a otros a continuar por ese camino.

Los ojos de un Tiss'shar

La batalla de Caamas

En ese mismo año, los yuuzhan vong arrasaron Ithor, aunque la opinión pública culpó al jedi Corran Horn, comparándolo con otros jedi destructores de planetas (como Kyp Durron y Darth Vader). Ganner Rhysode, compañero de fatigas de Horn, se sentía sorprendido de que no vinculasen ese desastre con lo sucedido en Caamas.

Inmediatamente después, los yuuzhan vong capturaron el planeta Obroa-skai, famoso por sus librerías. En ese momento, había varios eruditos y científicos caamasi de servicio allí (además de profesionales afines de otras especies, como bothans, biths y quarrens).

Pero incluso así, el recuerdo de los caamasi caídos perduraba, y al menos uno de sus mártires, Elegos A'Kla, dio nombre a una importante nave que seguía en activo aún después del fin de este conflicto.

Durante el siglo siguiente, la comunidad caamasi pasó relativamente desapercibida. Sin embargo, en el año 130 después de Yavin, tuvo lugar en Caamas lo que nadie podría haber esperado: Una batalla.

Era el tercer año de una guerra abierta, una guerra entre el Nuevo Imperio Galáctico y los restos de la antaño orgullosa Alianza Galáctica. Los jedi estaban públicamente asociados con ésta; aquélla contaba con el favor secreto de los sith, y con un sorprendente fervor popular. Finalmente, el Imperio llevó a cabo una audaz campaña para tomar Coruscant, y Caamas, un cercano mundo del Núcleo, era su punto de entrada.

El almirante Gar Stazi, comandante en jefe del ejército aliado, se enfrentó al Gran Almirante imperial Morlish Veed. La batalla estuvo desproporcionada, y Veed demostró ser militarmente superior. Stazi realizó una retirada audaz en combate, para mantener su flota, pero no todos pudieron huir. Veed presentó entonces una oferta de paz al siguiente oficial enemigo de mayor rango, y al parecer éste aceptó.

La caída de Caamas dejó Coruscant sin defensas viables, marcando el inicio del fin de la guerra. Después de eso, el Nuevo Imperio sólo tendría que tratar con los jedi.


CAAMASIS NOTORIOS


 

Eg'ros Akala: Este caamasi estaba en Coruscant en tiempos del Imperio. Se acercó a un mercado para adquirir alimentos, pero un grupo de soldados de asalto le acosaron, negando el acceso a un alienígena. Una joven alderaana, Leia Organa, que estaba de visita en Coruscant, se sintió ofendida e intentó protestar ante los soldados; eso casi provoca que la arresten a ella también. Akala fue enviado a un centro de detención.

Leia protestó ante su padre. Bail Organa intentó instruir a su hija en las sutilezas propias de la política y en el peligro de una acción directa en el gobierno de ese momento. Sin embargo, el Virrey de Alderaan aseguró que el caamasi fuese liberado, y envió a su hija con guardias a que le acompañasen a su casa. Akala se sintió agradecido y se presentó a Leia, asegurándole que su amabilidad y valor serían recordados entre los caamasi.

Releqy A'Kla: Esta caamasi era la hija de Elegos A'Kla, el fundador y después Fiable de la colonia caamasi Morymento, en Kerilt, en tiempos de la Nueva República. Por tanto, Releqy estaba emparentada con el jedi Ylenic It'kla.

En el año 11 después de Yavin, siendo Releqy una niña, Morymento fue atacada por piratas de Leonia Tavira y esclavistas thalassianos. Elegos dirigió a Releqy y a otros caamasi hacia un cercano bosque, llevando consigo unos objetos personales que incluían joyas heredadas de familias muertas en Caamas. Fueron interceptados por piratas bajo el mando de Remart Sasyru. Cegados por la codicia, los piratas intentaron robarles las joyas, pese a las súplicas de la pequeña Releqy. Elegos se enfrentó a los piratas, pero los caamasi fueron rescatados por el jedi Corran Horn y las joyas siguieron en manos de Releqy. Para pagar la ayuda de Horn, Elegos tuvo que viajar con él haciéndose pasar por un criado: Le costó separarse de su hija, pero ambos conocían ya el dolor de perder a un pariente.

Elegos llevó a cabo proezas y vivió aventuras junto a Horn. Cuando éstas acabaron, Releqy recibió una visita de dos asociados de su tío, Luke Skywalker y Ooryl Qrygg. Habían ido a Kerilt a buscar a la niña, para que ésta pudiese peregrinar al lugar donde había muerto Ylenic It'kla, y presentarle sus respetos a su pariente.

En el año 25 después de Yavin, Elegos era senador del sector Quence ante la Nueva República, y Releqy le ayudaba en sus tareas. Ella había absorbido de su padre muchos memnii útiles, consiguiendo así los conocimientos, la habilidad política, e incluso la actitud del legendario Elegos.

Elegos quiso partir entonces en una misión de determinación de hechos sobre los yuuzhan vong, con la disconformidad del gobierno. Sus enemigos políticos intentaron retrasarle agobiándole con burocracia, pero Releqy se ocupó con astucia de todo el trabajo necesario, y además aceptó ser el enlace de su padre con el Senado.

Después de esa misión, Elegos no podía retomar sus responsabilidades senatoriales, de modo que fue reemplazado por Releqy. En el caos político de la invasión, y tras la caída de Coruscant en el 27 dY, el gobierno pasó a manos del alderaano Cal Omas. Omas nombró a Releqy Ministra de Estado, un puesto que combinaba el ministerio de asuntos exteriores y la presidencia del consejo de ministros.

Omas y Skywalker valoraban la opinión de Releqy, a tal punto que le ofrecieron uno de los seis puestos para no jedis en el Alto Consejo Jedi. En la primera reunión, Releqy ayudó a que los presentes considerasen sólo las ideas realizables, y ofreció una perspectiva sobre la realidad política en Hapes que se les habría escapado de lo contrario. Después de la reunión, Releqy conversó con Omas y Skywalker sobre las ventajas y desventajas de que los jedi consulten a los políticos.

Releqy asistió a una segunda reunión en la que se discutió el plan del almirante Ackbar para tender una trampa al enemigo, y un proyecto de arma biológica desarrollado por Dif Scaur. Omas solicitó que se votase al respecto de este tema y, según la precisa cuenta de votos de Releqy, la moción fracasó; sin embargo, Omas optó por pasar por encima del consejo consultor, y seguir adelante con el proyecto.

Releqy también se opuso abierta y públicamente a la actitud del Senador Niuk Niuv de Sullust, que abogaba por la completa aniquilación del enemigo. Pese a que Omas y Leia Organa apoyaban a Releqy, estaban en aplastante minoría. En la intimidad, junto con varios jedis y el almirante Sien Sovv, Releqy ofreció su visión, según la cual su propósito no era el fin de la guerra, sino la paz. Esta visión era compartida.

Releqy sobrevivió al final de la guerra.

Elek D'Cel: Elek D'Cel era el fundador y gobernante de Ciudad Refugio, el centro de descontaminación del planeta Caamas. Elek era un caamasi de vello dorado, con tonos de púrpura alrededor de los ojos. Tenía tics en los dedos y el hocico cuando se ponía nervioso. Era un excelente diplomático al que resultaba virtualmente imposible mentir sin que se enterase, y también tenía mucho talento para la organización, la política, la burocracia y la gestión. Hablaba básico, caamasi y bothés, y se defendía en ryl.

D'Cel había estado fuera del planeta Caamas cuando éste fue bombardeado. No pedía venganza por ello, pero pretendía ayudar para que Caamas volviese a ser habitable algún día. Por eso, y no siendo un científico él mismo, fundó Ciudad Refugio, para dar a los científicos una oportunidad de hacer su trabajo. Por ello podía permitirse vestir con un traje de seda brillante y una larga capa. A menudo, D'Cel paseaba por el exterior polucionado, reflexionando.

Ciudad Refugio, bajo el control de D'Cel, era una comunidad pequeña de sólo un par de centenas de caamasis, y su contacto con el exterior solía reducirse al grupo de bothans que trabajaban en un vertedero cercano y que ayudaban a financiar Ciudad Refugio. La comunidad de D'Cel recibió a varias docenas de residentes permanentes ithorianos, cuya lengua natal escapaba a los conocimientos del gobernante.

Se rumorea que, en una ocasión, uno de los científicos de Ciudad Refugio desapareció y las pistas hablaban de un reciente avance en la descontaminación planetaria. Según se dice, D'Cel contrató a un grupo externo para que encontrase a esta persona.

Allynic E'Kles: Allynic E'Kles fue un investigador jedi en los tiempos dorados de la Antigua República. Había combatido a criminales y piratas, obteniendo un gran conocimiento sobre ellos. También aprendió técnicas de investigación y formas de actuar de criminales.

E'Kles construyó un holocrón donde almacenar sus conocimientos. Una versión de sí mismo serviría de guardián. Con el paso de los siglos, su saber relativo a los delincuentes de su época fue perdiendo validez, pero el conocimiento de criminología seguía siendo útil.

El holocrón contenía además varios memnii de E'Kles, disponibles para los jedi telepáticos que se ganasen la confianza del guardián.

Gaddatha In'Kro: Gaddatha In'Kro era un diplomático de la República. Durante las Guerras Clon, In'Kro viajó a Aargau en misión diplomática.

Ylenic It'Kla: Este caamasi tenía vello dorado alrededor de los ojos, moteando el vello púrpura en su cráneo. En su madurez tenía aspecto cansado y grandes ojos inquisitivos, sin la tristeza de otros caamasi que sobrevivieron a la destrucción de su mundo.

Ylenic, como buen caamasi, ansiaba la paz y la armonía. Extraño entre su raza, consideraba que las tradiciones de su gente se extendían fácilmente en la Orden Jedi, puesto que los jedi aborrecían la violencia pero luchaban para proteger a los indefensos. Así pues, se convirtió en un jedi en tiempos de la República. Dedicado a la no violencia, Ylenic rara vez activaba su sable, prefiriendo confiar en lo posible en negociación y diplomacia. Estaba entre los mejores émpatas, controladores mentales y perceptores de la Orden Jedi, así como un experto en la historia de la Orden. Incluso más allá de sus poderes en la Fuerza, su talento diplomático y su capacidad de percibir motivaciones era asombrosa. Además, hablaba bothés y elomin.

Ylenic tenía una hermana, que sería la madre del notorio caamasi Elegos A'Kla y por ende abuela de Releqy A'Kla. Ylenic también era amigo íntimo del jedi coreliano Nejaa Halcyon.

Unos días después de la batalla de Geonosis, cuando ya habían empezado las Guerras Clon, Ylenic preparó una arriesgada misión. El investigador científico de la Tecno Unión Ratri Tane, nativo de Coruscant, había comprendido que estaba desarrollando un arma para su uso militar y pretendía desertar. Una vez se hubo asegurado de que su familia estaba a salvo en territorio republicano, él mismo pretendía viajar a Coruscant desde el planeta neutral Corelia, con la ayuda de los jedi. Tane contactó con Nejaa Halcyon, y éste a su vez pidió a Ylenic que fuese el enlace entre el Consejo y el jedi coreliano independiente.

Se estableció entonces un ardid. Tane viajaría con poca protección, pero mucha discreción. Halcyon se haría pasar por Tane en un intento de ser reubicado por un grupo de jedis, incluído Ylenic y alguien a quien los separatistas de Dooku conociesen, alguien veterano de la batalla de Geonosis. Dos amigos de Halcyon, el policía Rostek Horn y el soplón Lorfo, colaborarían con este plan. De ese modo, los separatistas mirarían en la dirección equivocada.

Ylenic convenció a Mace Windu de este plan, y Windu asignó a Aayla Secura para que acompañase a Ylenic, oficialmente con Aayla como líder del grupo y aprovechando una supuesta experiencia de Ylenic en Corelia, aparentemente como consultor y diplomático. Fingieron ser contrabandistas que querían importar delicias locales para refugiados y exportar personas ilegalmente en su crucero Destello.< /p>

Ylenic confraternizó con Secura, ofreciéndole consejos y animados debates. Ella había dudado de su preparación para la misión y, gracias a Ylenic, consiguió que esas mismas dudas le sirviesen para estar más segura de sí misma. Al mismo tiempo, manipuló a Secura para que tuviese que tratar con Lorfo y Horn, y para que llamase la atención, atrayendo el interés de los separatistas enviados. De ese modo, Ylenic supo de un grupo de hediondos gotals que operaban para un tal Tendir Blue. Ylenic permitió que él y Secura cayesen en una emboscada co-organizada por Lorfo, pero ningún separatista esperaba que su prisionero fuese un jedi capaz de absorber energía. Esto les dio la ventaja necesaria para derrotar a Blue.

Tras esto, Ylenic y sus asociados revelaron la verdad a Secura. Secura no se sintió especialmente ofendida por haber sido engañada, aunque sí estaba sorprendida. Comprendía que el plan sería útil para motivar a varios corelianos en favor de la República, y además colaboró en un detalle final que permitiría que Blue llevase a Dooku planos falsos que él tomaría por auténticos. Según ese plan, Dooku también creería que Ylenic estaba muerto.

Eventualmente, Ylenic aceptó convertirse en el guardián del sistema Alderaan durante la Guerra.

Cerca del final de las Guerras Clon, el Consejo pidió a Nejaa Halcyon que investigase rumores sobre el retorno de los sith. Ylenic insistió en acompañarle para ayudarle en asuntos diplomáticos. Después de un mes, rastrearon una excavación arqueológica con símbolos sith hasta el sistema Suarbi. Se les unió un tercer jedi, a quien Ylenic describía como Viento del Desierto (del mismo modo que el olor de Nejaa llevaba al caamasi a llamarle Bosque Picante).

Los nativos de Suarbi sentían respeto por los adeptos del lado oscuro que vivían entre ellos, así que se opusieron a la interferencia jedi. Pese a ello, encontraron a tres jedis dados por muertos, que en realidad habían sucumbido a las tinieblas. Era su líder el anzati Nikkos Tyris ("Sudor Nocturno"), cuya capacidad de lucha podría acabar fácilmente con los tres jedis.

Ylenic combatió a una mujer pelirroja, resultando herido en su victoria. Mientras, Halcyon sacrificaba su vida para acabar con Tyris. Viento del Desierto también prevaleció y ayudó a Ylenic a curarse.

Fue una amarga victoria, una que destrozaría a Ylenic. desde entonces, el caamasi cuidaría de la familia de su amigo en la medida de sus posibilidades. Entregó los efectos personales de Halcyon a Rostek Horn y se disculpó por no traer un cadáver que enterrar, ni siquiera un sable láser (El Museo Galáctico lo había interceptado). Pidió que no preguntasen cómo había muerto, aunque Ylenic pasó estos recuerdos a sus parientes y, eventualmente, acabarían llegando al nieto de Halcyon, Corran Horn.

La destrucción de Caamas traumatizó a Ylenic, pero no le dañó físicamente porque él estaba en Alderaan en ese momento. La Purga Jedi también dejó escapar a Ylenic It'Kla: El caamasi supo desarrollar técnicas de la Fuerza para eludir a los cazadores de jedi enviados por el Emperador. Ylenic permaneció en Alderaan en años sucesivos, como consejero del Virrey Bail Organa, y colaborando en la colonia de refugiados caamasi.

En el año 2 antes de Yavin, el movimiento rebelde coreliano quería organizar una reunión secreta entre representantes de varios grupos organizados de resistencia antiimperial, buscando el modo de establecer vínculos. Alderaan envió a tres representantes: Ylenic It'Kla, como consejero personal del Virrey, era el único alienígena. Los otros eran Hric Dalhney, viceministro de seguridad y miembro del gabinete de Organa; e Invierno, una niña preadolescente de pelo blanco que se hacía pasar por la hija de Dalhney. Otros representantes eran Jennsar SoBilles, de Duro, y Sian Tevv, de Sullust.

Ylenic se mantuvo callado en la reunión, pero su presencia y su aire impusieron tanto a la organizadora, la coreliana Bria Tharen, que ella insistiría en preguntar las opiniones al caamasi si éste no las ofrecía. De todos modos, la reunión de cuatro días resultó, aunque instructiva, un fracaso: No se firmó ninguna alianza esencial.

Dos años después, el planeta Alderaan fue destruido por la Estrella de la Muerte. Ylenic It'Kla se encontraba allí en ese momento. Después de haber evitado a los agentes del emperador en Caamas y en la Purga Jedi, Ylenic acabó muriendo por otro capricho imperial.

Sus memnii perduraron en las mentes de otros caamasi, resultando especialmente útiles en Susevfi.

Once años más tarde, sus parientes Elegos A'Kla y Releqy A'Kla viajaron hasta los restos del planeta Alderaan a presentar sus respetos al jedi. Corran Horn decidió hacrlo también.

Surenit Kli'qiy: Surenit Kli'Qiy era un caballero jedi caamasi. Se recuerda su cita: "Que haya verdad entre tu corazón y la Fuerza; todo lo demás es transitorio", en relación a la honestidad que un jedi debe tener siempre para consigo mismo.

Eeshrin Ot'Hyne: Eeshrin Ot'Hyne era el Senador del sector Quence en el año 22 antes de Yavin, justo antes de la batalla de Geonosis.

Ot'Hyne expuso en la HoloRed su punto de vista contrario al Acta de Creación Militar, indicando que la carrera de armamentos engendraría violencia, y presentando la Guerra Hiperespacial de Stark como precedente de una situación que podría haberse resuelto con diplomacia pero que llevó al derramamiento de sangre por la intervención de los militares. Ot'Hyne instó a los gobiernos a que invirtiesen en alivio a refugiados. La HoloRed presentó, como contrapunto, la opinión promilitarista del judicial Terrinald Screed, que afirmaba temer lo que los separatistas podrían hacer con su superioridad armamentística.

Pocas semanas después, Ot'Hyne indica su consternación al saber que una nave republicana de correo había sido atacada en espacio andoano en lo que se consideraba el preludio a la guerra. Ot'Hyne había esperado que, con la derrota de los Roshu Sune en Antar 4 dos años antes, la violencia separatista hubiese terminado.


ELEGOS A'KLA


 


ELEGOS EL SIRVIENTE

Este caamasi era el hijo de la hermana de Ylenic It'kla, el famoso jedi caamasi. A través de este vínculo familiar, Elegos había recibido memnii de su tío.

Después de la destrucción de Caamas, Elegos A'Kla fue el fundador de la colonia de Morymento en Kerilt, y después el Confiante (Se trata de un puesto caamasi de gran reconocimiento, que incluye las funciones de administrador reconocido, pero principalmente basándose en la amistad de todos los otros caamasi). Elegos era un gran diplomático y perspicaz experto en política galáctica, además de políglota en bothés y shyriiwook. Llevaba una vida tranquila en Kerilt, junto con su hija Releqy.

Elegos siempre creía en lo mejor de las personas. Incluso estaba convencido de que los saboteadores de los escudos planetarios de Caamas, habían sido amenazados o chantajeados por sus superiores, apelando a algo personal (probablemente un oscuro secreto). También pensaba que quizá algún caamasi tenía en su cabeza el memnii que aclararía lo sucedido, pero que él o ella ignoraba su significado.

En el año 11 después de Yavin, la vida de Elegos cambió completamente. En primer lugar, Morymento fue atacado simultáneamente por dos enemigos: Los esclavistas thalassianos (que querían llevarse a todos los caamasi) y los piratas de Leonia Tavira llamados "ingratos" (que sólo buscaban botín y afianzar la colonia para posteriores saqueos). Se inició un conflicto entre ambas fuerzas, que ganó Tavira. Elegos cogió a su familia, a otros caamasis y unos cuantos objetos personales, e intentó huir desesperadamente. Fue interceptado por un grupo de piratas bajo el mando de Remart Sasyru, y por unos esclavistas. Los piratas vencieron a los esclavistas, y pretendían robar los objetos de los caamasi (sobre todo porque eran joyas, heredadas de familias muertas en Caamas). Elegos intentó convencer a Sasyru para que no lo hiciera, y quiso tocarle el hombro en una llamada de atención. Sasyru lo consideró un ataque y le hundió el hocico de un puñetazo.

Los caamasi fueron rescatados por Jenos Idanian, otro pirata que mantenía una rivalidad con Sasyru. Elegos reconoció los rasgos faciales de Idanian a través de un memnii de Ylenic, y comprendió que en realidad Idanian era el nieto del jedi Nejaa Halcyon, Corran Horn. El tal Idanian humilló e hirió a Sasyru, en el proceso reclamando a Elegos como su criado personal. Viendo una clara diferencia entre la ética de Horn y la de los otros piratas, Elegos colaboró en el rescate: Tomó un arma bláster y, a riesgo de crear traumáticos memnii, disparó contra los cómplices de Sasyru (El bláster no estaba en modo letal, pero Elegos creía que sí en ese momento, por lo que aparecieron los memnii).

Elegos insistió en acompañar a Horn como su criado personal: Ambos sabían que el pirata había dicho eso sólo de cara a la galería. Pero ahora necesitaba retener (o matar) al asistente caamasi, porque era una prueba que apotaba la versión de Horn contra la de Sasyru. Elegos estaba seguro de que la oficial superior de ambos, la propia Tavira, les interrogaría. El caamasi tenía razón, y su presencia ayudó a exculpar a Horn (También permitió a su familia retener las joyas).

Elegos descubrió que Leonia Tavira se sentía sexualmente atraída por Idanian. Como quiera que éste había sido herido en la lucha, Tavira le envió al planeta Courkrus, base secreta de los "ingratos", durante un mes, para recuperarse antes de iniciar una relación con ella. La moff incluso amenazó a Elegos para que colaborase en la curación.

En realidad, Corran Horn se había infiltrado entre los piratas para rescatar a su esposa secuestrada, pero ahora se sentía atraído por Tavira. Elegos, de modo paternal, ayudó a Horn a no hacerse daño y a tratar con su crisis moral. Le explicó el dicho caamasi: Cuando el viento no te llama, es hora de ver si has olvidado tu nombre. Esto es: Recuerda quién eres, y ve recordando tus pasos hasta que encuentres el último momento donde te reconociste. Gracias a las palabras de Elegos, Horn recuperó su seguridad, y comprendió qué debía hacer.

Corran Horn y Elegos A'Kla viajaron a Courkrus, donde el humano recibió regalos de Tavira. Horn explicó a Elegos que pretendía acabar con la organización pirata de Tavira y Elegos, satisfecho, le reveló que ya conocía su auténtico nombre. También le explicó que guardaba el memnii de la muerte de Nejaa Halcyon y que podía mostrárselo, pero ambos decidieron que no era el mejor momento.

Elegos ayudó a Horn a encontrar información codificada para curarse rápidamente usando la Fuerza y para construir un sable láser en sólo dos días y medio (doce horas más de las que había tardado Nejaa, le recriminaría el caamasi), y mientras tanto modificó uno de los regalos de Tavira para que Horn tuviese una toga verde de jedi.

Horn pretendía asustar a los piratas apareciendo como un fantasmal jedi vengador, hasta que estuviesen demasiado asustados y abandonasen el planeta. Elegos le ayudaría a planificar su apariciones, y así consiguieron intimidar a grupos como los Supervivientes de Khuiumin, los Lores del Láser y los Piratas de la Estrella Negra. Horn quería enfrentarse también a Shala el Hutt, pero Elegos le indicaba que en ese duelo no tendría ventaja; Horn insistió por cabezonería y ego: Perdió el sable láser y habría perdido mucho más si Elegos no le hubiese rescatado, pensando rápido una excusa válida.

Mientras tanto, los conocidos de Jenos Idanian le veían como a un borracho, y Elegos justificaba sus ausencias hablando de resacas. Idanian, al parecer, estaba viviendo una despedida de soltero de cuatro semanas antes de encadenarse a la viuda alegre.

La población de Courkrus rechazaba a los piratas porque habían traído a un jedi, y los piratas acababan huyendo. Tavira llegó a enterarse de todo esto, y viajó a Courkrus para exigir a su hombre de confianza, Idanian, que liderase la caza contra el jedi. Ella estaba segura de que el jedi misterioso era Luke Skywalker.

Casualmente, Luke Skywalker se enteró de lo que estaba haciendo Horn y viajó a Courkrus junto con Ooryl Qrygg, un viejo amigo de Horn, en forma de refuerzos. Juntos fueron atacados por un grupo de jensaarai, pero los derrotaron. Elegos colaboró en los interrogatorios, en los que descubrieron que Tavira tenía otra base en Susevfi, el mundo de los jensaarai. Elegos también empezó a llevarse bien con Qrygg (para desesperación de Horn: Ambos habían sido sus compañeros de cuarto, y sin duda compararían experiencias).

Elegos acompañó al reticente grupo a Susevfi y se negó a quedarse en la nave ocupándose de los sensores: Para cuando le intentaron convencer, Elegos ya había preprogramado los ordenadores de a bordo. Presentó su olfato sobrehumano como una ventaja sensorial comparable a los ojos de Qrygg. Horn le preguntó si un acto tan violento no generaría memnii desagradables, pero el memnii más temido por Elegos era el de fallar a su amigo, y el más deseado, el de verle salvar a su esposa. De todos modos, Elegos puso su arma en "aturdir", y bromeó con Horn para quitar hierro a la situación.

El grupo realizó una incursión en el palacio de Tavira, y Elegos se ganó su parte de la gloria: Olía las armaduras de los soldados de asalto antes de que llegasen, y lanzaba veloces y precisas ráfagas aturdidoras cada vez que abrían una puerta. Encontraron pues a Mirax, que se sorprendió al ver a un caamasi, y le compadeció si había estado cuidando a su marido todo ese tiempo. Elegos le quitó importancia, comentando que ella había entrenado ya bien a su cónyuge, y dando a entender que Horn seguía dejando la ropa sucia tirada por el suelo. Elegos ayudó a organizar la huída a través del techo.

Después de ello, Elegos colaboró a la hora de pacificar a los jensaarai, que consideraban que los jedi eran malvados, y los Halcyon especialmente crueles. Elegos ofreció como prueba el memnii en que Ylenic It'kla, Nejaa Halcyon y un tercer jedi combatieron al maestro de los jensaarai, el jedi tenebroso Nikkos Tyris. Para compartir el memnii, empero, Elegos se lo pasaría a Horn y éste, con su poder jedi, lo compartiría con los jensaarai. Elegos convenció a los jensaarai de la necesidad de esto.

Las negociaciones continuaron, pero los jensaarai pasarían a ser aliados de los jedi, y no enemigos. Elegos, además, decidió construir una nueva colonia caamasi en Susevfi y poblarla con unos cuantos de los caamasi de Morymento; se convertiría entonces en el Fiable del Remanente Caamasi. También supo del ritual alderaano de ir a los restos del planeta Alderaan en señal de duelo, un ritual que él haría en honor a su tío Ylenic muerto en ese holocausto.


ELEGOS EL DIPLOMÁTICO

Ocho años después, Elegos A'Kla estuvo implicado en la Crisis del Documento Caamas. Como caamasi, le preocupaba el conflicto y las amenazas abiertas contra los bothan. Se encontró entonces con Zakarisz Ghent, jefe de criptografía del gobierno neorrepublicano. Ghent había recibido y decodificado un importante mensaje para el General Garm Bel Iblis, uno en que el Almirante Gilad Pellaeon se ofrecía a reunirse con él en Pesitiin para negociar el fin de las hostilidades con el Imperio. El mensaje debería haber sido entregado en mano por un asociado de Pellaeon, el coronel Vermel, pero éste había sido atacado por agentes del moff Vilim Disra, que se oponía a un acuerdo así. Además, el general Bel Iblis estaba en paradero desconocido por causa de una misión secreta. Ghent había razonado que podía entregar el mensaje a Leia Organa Solo, a la que creía presidenta de la Nueva República. Elegos se ofreció a prestar una nave a Ghent a cambio de que él le proporcionase la ruta y el código para hablar con Organa.

Elegos acompañó entonces a Ghent hacia Pakrik Menor, donde Organa estaba intentando pasar unas vacaciones. Durante el viaje, Elegos habló a su nuevo amigo del ataque contra Caamas, consiguiendo un fuerte impacto.

Elegos y Ghent fueron recibidos por Organa y sus guardaespaldas noghri. Organa se mostró escéptica ante un posible acuerdo imperial, temiendo que fuese una trampa, y Elegos la convenció de que el riesgo merecía la pena. Además, la aparente traición de otra facción imperial contra Vermel daba credibilidad al mensaje. Elegos se ofreció a sustituir a Organa en esa misión, pero finalmente decidieron ir todos a Pesitiin en el Halcón: Organa, Elegos, Ghent y los noghris.

Tanto Elegos como Organa aprendieron mucho durante el viaje. Organa en concreto quedó impresionada por el valor y determinación del caamasi.

El almirante Pellaeon se sorprendió al recibir a los embajadores: Alderaana, caamasi y noghri, todos ellos seres con motivos para odiar al Imperio. Elegos se apresuró a aclarar que no odiaban al Imperio, sino a los actos de un hombre muerto, Palpatine, y que en todo caso basarse en el odio no resolvería nada. Pellaeon supo entonces que Vermel había sido interceptado y tal vez asesinado; Elegos insistió en apoyar al imperial ante la pérdida de su amigo.

La princesa Leia insistió en que la reunión se realizase dentro del Halcón, no en habitaciones del Quimera. Elegos aseguró a Pellaeon que los noghri no actuarían contra él.

Elegos fue esencial en esta primera negociación: Leia, al comprender que el Imperio realmente quería la paz, se quedó demasiado aturdida como para negociar agresivamente, pero el caamasi se impuso y exigió saber qué ofrecía el imperial a cambio de sus condiciones de paz. Pellaeon les ofreció, a cambio del tratado, una copia del Documento Caamas, supuesto que la República les pudiese prestar un experto decriptador. Ghent, después de haber viajado junto a Elegos, se ofreció a ir, con la bendición de Elegos.

Elegos, Leia y los noghris viajaron entonces hacia Bothawui. Elegos ayudó a Leia a comprender sus propias decisiones, aunque fue tan agresivo que molestó a Sakhisakh, el guardaespaldas de ella. También expresó una polémica opinión sobre los bothans: Al alimentar la desconfianza, los bothan se negaban toda posible paz, y por ello eran un pueblo desdichado. En ese momento, Bothawui estaba rodeado de naves de partidarios y detractores, en un temible punto muerto esperando que uno de ellos abriese fuego para provocar una guerra civil.

La llegada de Elegos fue polémica. No pudo mantenerse en secreto: Leia tuvo que mover la nave para impedir un choque ishori-diamala, y también tuvo que revelar que había un caamasi a bordo. Esto en realidad beneficiaba a los intereses del moff Disra: Si había un caamasi en Bothawui cuando el planeta fuese arrasado, entonces por extensión se creería que los caamasi aprobaban el castigo contra los bothan.

Elegos se unió a Han Solo en otro vehículo mientras Disra manipulaba la situación para provocar una guerra civil. La intuición de Solo le habría llevado a buscar los destructores imperiales que Disra había ocultado tras un cometa, pero el capitán estaba preocupado por su esposa. Elegos le convenció para que confiase en Leia e investigase el cometa con su aliado Carib Devist.

Solo y Elegos encontraron los destructores, pero quedaron atrapados en su rayo tractor. La comunicación con la República se vio impedida, por lo que la mayoría de los presentes les creyeron muertos. Elegos consideró la lucha y la negociación, pero Devist y sus amigos consiguieron liberarles. En cuanto se restauró la comunicación, Elegos informó de la presencia imperial, lo cual cambió el curso de la batalla.

Después de la firma de los Acuerdos de Bastión, y por tanto del fin oficial del conflicto neorrepublicano-imperial, se decidió que los caamasi debían tener un representante en el Senado de la Nueva República. Elegos aceptó ese puesto.


ELEGOS EL SENADOR

En el año 20 después de Yavin, el Senador Elegos A'Kla fue invitado a la ceremonia nupcial que uniría a su amigo Luke Skywalker con Mara Jade.

Tras varios años en el Senado, Elegos vuelve a la atención del público en el año 24 después de Yavin. Era el segundo año del mandato presidencial de Borsk Fey'lya, un conocido enemigo de las políticas de Leia Organa. Mientras tanto, una raza extragaláctica invasora llamada yuuzhan vong había iniciado ataques en mundos periféricos como Belkadan, Rhomammool y Sernpidal; sin embargo, el gobierno de Coruscant no prestaba oídos a los rumores sobre tal amenaza.

La princesa Leia esperó durante semanas antes de tener una audiencia ante el Senado y, aún cuando habló, la mayoría de los senadores la criticaron: La crisis era ignorada, se culpaba a los jedis, e incluso acusaban a Leia de intentar recuperar poder perdido. Elegos se sintió ofendido y fue el único en alzarse en favor de Leia, desafiando a los otros senadores. Les recordó los sacrificios que ella y su familia habían realizado por la libertad, y les acusó de redirigir contra ella sus prejuicios antihumanos.

No sirvió para que otros considerasen el peligro, pero Elegos se autoasignó una misión de investigación y determinación de hechos concretos. Fey'lya intentó intimidarle, pero el caamasi supo volver las amenazas del presidente contra él. Los oponentes de Leia intentaron ahogar a Elegos en burocracia, así que él pidió a su hija Releqy que se encargase de ello, y que en su ausencia fuese enlace con el Senado.

Antes de partir, Elegos conversó con Han Solo. Éste sufría una fuerte depresión por la muerte de un amigo muy querido, y preguntó al caamasi si había forma de borrar un recuerdo tan fuerte. Elegos intentó hacer que Solo aprendiese a vivir con la pérdida, aunque sus palabras no bastaron.

Elegos acompañó a Leia a Agamar en su nave Tierno Recuerdo. Viajaron entonces a Dubrillion, donde los activos de Lando Calrissian fueron atacados por los yuuzhan vong y Elegos analizó las pautas y armas usadas. El ataque se recrudeció y la República evacuó el planeta; Elegos cedió entonces su nave a los pilotos que ya habían volado en esa zona, aceptando permanecer en la nave insignia republicana, Ralroost, un blanco más tentador.

La desaparición del joven hijo de Leia, Anakin Solo, estuvo a punto de sumir a la madre en una profunda depresión, incluso aunque después regresase. Elegos habló con ella y la instó a enorgullecerse del niño al que había llamado como a su padre. Leia se sintió igualmente honrada de tener un amigo como el caamasi, que le presentaba los problemas que no quería considerar para que se resolviesen. Elegos, por su parte, decidió entonces que era necesario intentar razonar con los yuuzhan vong, y evitar la guerra antes de que empezase. No obstante ello, participó activamente en el conflicto, disparando al agresor; cedió su lanzadera Insensible (cedida por el Ralroost) al Escuadrón Pícaro; y colaboró al establecer estrategias.

Elegos volvió a Coruscant con pruebas del ataque de los yuuzhan vong, además de los testimonios del almirante Traest Kre'fey y del coronel Gavin Darklighter. El ejército se vio obligado a declarar la guerra a los yuuzhan vong, incluso si para ello tenía que secesionarse del gobierno de Fey'lya. Para evitar un desastre político que hundiese su carrera, Fey'lya aceptó que, entre otras cosas, Elegos presentase su informe ante todo el Senado, con cobertura completa de los medios.

Elegos decidió después ir directamente a Dubrillion, un mundo en manos de los yuuzhan vong, entregarse a ellos e intentar averiguar qué quieren. Fey'lya le acusó de ingenuo; Kre'fey, de suicida; pero los riesgos eran menos importantes que el posible beneficio. Dado que los yuuzhan vong detestaban los droides, era preciso enviar un orgánico. Elegos no sentía miedo, pero sí muchísima curiosidad sobre los vong, algo que sin duda sería recíproco... y vivir en paz sin hacer eso le sería imposible.

Se entregó entonces a dos guardias y, ataviado con un mero taparrabos, aguardó la llegado del comandante de la base, el yuuzhan vong Shedao Domain Shai. Shedao se presentó ante el prisionero, y éste le saludó y se disculpó por no haber aprendido la lengua vong. Shedao se dio cuenta de que Elegos no era un asesino. Impresionado entonces por su valor, y por su respeto a las costumbres antidroide de los vong, aceptó reunirse con el caamasi.

Shedao se sorprendió por la misión que Elegos explicaba. El neorrepublicano temía que el conflicto yuuzhan vong-Nueva República podría estar cimentado en la ignorancia, y en ese caso sería posible detenerlo, incluso si le costaba la vida. Elegos no podría ofrecer información militar táctica con valor de inteligencia militar: Sólo ofrecía, y obtendría, iluminación. Así pues, Shedao Shai aceptó aprender, enseñar y proteger a Elegos.

Por supuesto, otros yuuzhan vong temían que el alienígena corrompiese la fe de Shedao. El comandante tuvo que intimidarles y hacer uso de su posición, pero eso no acalló las habladurías.

La primera lección de Elegos fue una tortura física que para los yuuzhan vong era tradicional. Elegos insistió en aprender sobre las costumbres vong y, al acabar el suplicio, insistió en debatir con Shedao Shai sobre religión vong. Shedao prefería juegos dialécticos, queriendo manipular a Elegos para averiguar cómo pensaban las mentes militares republicanas y así predecir sus movimientos. Elegos impresionó a Shedao hablándole del Gran Almirante Thrawn.

Pero Shedao no pudo convencer a Elegos para que causase dolor a otro: El caamasi aceptaba el dolor sobre sí mismo, pero se negó a torturar a un solo yuuzhan vong, incluso aunque Shedao matase a otro cada minuto hasta que Elegos empezase. Según Elegos, no podía proteger a los que muriesen, pues Shedao podía matarlos a capricho. El comandante yuuzhan vong aprendió mucho sobre la terquedad y resistencia de sus enemigos.

Elegos acompañó a Shedao Shai al planeta Garqi, donde un grupo de soldados neorrepublicanos habían destruido un jardín, y los yuuzhan vong presentaron su informe a Shedao. Shedao, una mente militar entrenada e inteligente, fue capaz de entender el significado táctico, y a la vez se sintió ofendido al ver que los cadáveres no habían sido honrados con ritos funerarios. Elegos no comprendió lo que había sucedido desde una perspectiva militar, y trató de explicar a Shedao que los ritos funerarios en combate a menudo eran imposibles por las prisas (aparte de que probablemente los neorrepublicanos ignorasen los ritos adecuados para los yuuzhan vong).

Pero Shedao exigió saber cuánto sabía Elegos sobre un jedi que había participado en esa escaramuza, uno que había matado a dos guerreros yuuzhan vong emparentados con Shedao y que podría estar en posesión de los restos mortales de su antepasado. Elegos, que no quería basar su relación con Shedao en la mentira, reveló que era su amigo Corran Horn, y que no lo había mentado porque no había detectado interés por parte de Shedao. Shedao le acusó de intentar proteger a un amigo de la ira de los yuuzhan vong, aunque Elegos sugirió que quería proteger a un amigo de la ira de Corran Horn. El caamasi insistió en que Shedao aún no entendía a los neorrepublicanos.

Shedao comprendía más de lo que parecía. Comprendía que ese Ko-run Horn y Elegos eran amigos. Elegos podría servir de intermediario entre ambos para entregar un mensaje, y desde luego el caamasi se ofreció voluntario en cuanto Shedao habló de abrir diálogo. Desde luego, no podía contar con uno de los suyos y esperar la confianza de la República.

Elegos grabó un mensaje en un aparato de biotecnología yuuzhan vong llamado villip. Les quería explicar, en breve tiempo, que no eran los depredadores insensatos que podían parecer, sino una especie compleja con una filosofía bastante antitética, y también que el compromiso podría ser posible.

Entonces Shedao estranguló a Elegos hasta matarle.

El caamasi se sintió traicionado, pero Shedao leía en sus ojos que había entendido la necesidad de su muerte.

Después de eso, Shedao hizo desollar a Elegos. Cubrió cada uno de sus huesos con oro o platino, añadiendo amatistas en el patrón de sus tiras faciales. Hizo pulir sus dientes y colocó gemas en las cuencas vacías de los ojos. Grabó un mensaje para Corran Horn, citándolo a un duelo en Ithor si es que el jeedai tenía tanto honor como Elegos decía, y exigiéndole los huesos de su ancestro. También acusó a Corran de ser el responsable de la muerte de Elegos. Envió entonces ambos mensajes y el cadáver en una lanzadera.

Corran intentó destruir a Shedao, en parte para proteger Ithor, pero también en venganza por su amigo. Como casi todo lo que tenía que ver con los vong, fue un desastre, el planeta entero fue arrasado y Corran se acercó al lado oscuro. Sólo el recuerdo de su amigo le permitió prevalecer.

El legado de Elegos continuó: Aunque él no había llegado a una comprensión plena con los yuuzhan vong, otros lo intentarían después.

La República construyó un destructor clase Imperial-I con su nombre, el Elegos A'Kla, nave hermana del Mon Mothma, nave insignia del general Garm Bel Iblis, y uno de los pocos destructores con proyectores de gravedad. La nave participó en la batalla de Taflagio, y se mantuvo en activo años después.

El nombre de Elegos A'Kla, Senador del sector Quence, sería recordado en años sucesivos como un héroe y un mártir.



© S I T H N E T

Sección creada por Skippy Farlstendoiro y Al Noah para SithNET
Prohibida la reproducción total o parcial sin el consentimiento de los autores.

AQUÍ puedes encontrar todas las fuentes consultadas en la elaboración de este artículo.

Si deseas leer sobre alguna raza alienígena en particular,
no tienes más que mandarnos un emaul ;-)