Durante el viaje a Darlyn Boda, Farr observó que el estado de
Zuckuss no era óptimo y solicitó consejo médico a
2-1B. El androide descubrió el estado de los pulmones de Zuckuss
y le informó de que, aunque en ese momento no podía ayudarle,
existían formas artificiales de hacer que sus pulmones volviesen
a crecer, incluso sin recurrir a la clonación. Esto podría
llevarse a cabo en el punto de reunión, si aún era posible
contar con las instalaciones médicas. Zuckuss se sintió esperanzado
por esta posibilidad.
Una vez en Darlyn Boda, 4-LOM recuperó el zafiro de Ankarres
y lo utilizó para ayudar a la curación de Zuckuss, así
como de una piloto rebelde malherida, hermana además de Farr, mientras
esta última contactaba con la célula rebelde del planeta.
Posteriormente, Zuckuss, Farr y otros rebeldes viajaron hasta el punto
de reunión; Zuckuss estaba en tan mal estado que las labores de
pilotaje recayeron en manos de 4-LOM (Lo cual contradice ciertos datos
sobre la incapacidad técnica de 4-LOM para el pilotaje).
En el punto de reunión, 2-1B y su entonces ayudante, F4-7, se
llevaron a Zuckuss rápidamente para operarle mientras Toryn Farr
presentaba a 4-LOM al general Rieekan. 4-LOM aceptó incómodamente
la enhorabuena del general mientras buscaba alguna excusa viable que le
permitiese irse con su compañero.
Zuckuss y 4-LOM no tardarían en descubrir que la caza había
terminado y que Boba Fett se había llevado el premio imperial; en
ese momento, el Imperio no tenía intención de conservar a
Han Solo, y Fett estaba transportándolo a Tatooine para entregárselo
a Jabba el Hutt. Probablemente, el Imperio había puesto una recompensa
por las cabezas de Zuckuss y 4-LOM.
Buscando una posibilidad de salir del aprieto, 4-LOM consideraba la
posibilidad de capturar a Luke Skywalker y a la princesa Leia Organa, y
entregarlos a ambos al Imperio. Probablemente, Vader les perdonaría
y les proporcionaría una jugosa recompensa. Pero Zuckuss no sólo
estaba incapacitado para participar activamente en esa caza, sino que mostraba
poco interés. El gandiano estaba viendo crecer sus pulmones rápidamente,
y no se consideraba tan desagradecido para con sus benefactores como el
androide. 4-LOM intentó convencer a Zuckuss para que, aunque no
le ayudase, intentase llegar al Cazador de Niebla mientras
4-LOM se las veía con sus adquisiciones, con menos de una posibilidad
entre dos de tener éxito.
Pero Zuckuss meditó sobre el tema. Según 4-LOM, el plan
tenía menos de una posibilidad entre dos de tener éxito,
pero aún era viable. Según la meditación de Zuckuss,
4-LOM no lograría capturar a Skywalker y a Organa, sino únicamente
a un droide dorado y a los dos droides médicos que habían
llevado hasta allí. Esto no sería suficiente para pagar unos
nuevos pulmones para Zuckuss ni para limpiar sus nombres; más al
contrario, les ganaría la enemistad no sólo del Imperio,
sino también de los rebeldes, y tendrían más enemigos
y menos aliados.
Cuando aún estaban discutiendo este tema, Toryn Farr se presentó
antes los dos cazarrecompensas. Debido a su innegable valor, habilidad
y sabiduría ante el uso limitado de recursos a la hora de salvar
a ochenta y nueve rebeldes y dos androides, la Alianza
había decidido ascenderla a comandante de una unidad de fuerzas
especiales, y condecorarla. Farr deseaba invitar a ambos cazarrecompensas,
ahora rebeldes militantes, a la ceremonia. Zuckuss la felicitó y
se excusó porque su estado le impidiese asistir, pero Farr había
solicitado al general Rieekan que la ceremonia tuviese lugar justo allí,
precisamente para que Zuckuss estuviese presente.
Durante la ceremonia, Zuckuss recibió atención especial
y una botella traída desde Gand, de manos de otros rebeldes que
también respiraban amoníaco. Los dos cazarrecompensas disfrutaban
de este trato especial, que no habían recibido jamás del
Imperio ni de los suyos.
Más tarde, cuando Zuckuss estuvo recuperado de sus heridas, el
general Rieekan encargó a Zuckuss y 4-LOM que colaborasen en el
intento de rescate del criogenizado Han Solo, que había acabado
en manos de Boba Fett. Zuckuss y 4-LOM trabajaron con otros varios cazadores
para interceptar a Boba Fett en Gall, pero no lograron recuperar el cuerpo
de Solo. Zuckuss y 4-LOM fueron capturados, aunque 4-LOM logró enviar
una señal localizadora para que los otros cazarrecompensas pudiesen
localizarles, justo antes de que Boba Fett le volase la cabeza de un disparo.
Cuando Fett aterrizó en Tatooine, atavió a Zuckuss con
una armadura mandaloriana similar a la suya, puso la forma inerte de 4-LOM
en un trineo repulsor, y después expulsó de su nave a ambos.
Cuando salieron del Esclavo I, los otros cazarrecompensas creyeron que
Zuckuss era Fett, llevando en remolque el cuerpo congelado de Han Solo,
y les atacaron. No descubrirían la verdad hasta que Fett tuvo ocasión
de sacarles suficiente ventaja para dejarles atrás.
Zuckuss hizo que el cuerpo de 4-LOM fuera restaurado, pero se requería
un borrado de memoria para volver a dejarlo operativo. La operación
borró la programación previa de 4-LOM, y desde ese momento
el androide no podía comprender para qué necesitaba un compañero.
La colaboración entre ambos había terminado.
Zuckuss sólo volvió a trabajar con 4-LOM una vez, y sólo
porque el androide necesitaba un compañero para la captura. Se trataba
de un humano llamado Drawmas Sma'da, que apostaba con gran precisión
sobre los resultados de los enfrentamientos entre la Alianza y el Imperio.
El mismísimo emperador Palpatine
puso una recompensa por su cabeza, pero Sma'da esquivó su captura saliendo
de su casa sólo para ir al establecimiento de Salla C'airam, donde no se
admitían armas.
Pero Zuckuss y 4-LOM idearon la forma de entrar: Instalaron una fuente
de energía en la cabeza del droide, en el lugar de su motivador
principal. Por supuesto, esto significaba que el droide no podría
moverse una vez se le quitase el motivador, pero Zuckuss tendría
un bláster activo en el bar de C'airam. El plan fue un éxito,
Sma'da fue capturado, y Zuckuss hizo que C'airam le proporcionase un nuevo
motivador para 4-LOM, antes de ir a entregar a su presa.
En la actualidad, Zuckuss sigue en libertad y, hasta que se confirme
lo contrario, sigue siendo miembro de la Alianza, aunque opere normalmente
en solitario. Pese a los altibajos de su carrera, es obvio que ha mejorado
con el paso de los años y, en el futuro, seguirá manteniendo
viva la tradición de los buscadores.
Zuckuss ha meditado en el pasado sobre cómo será su muerte.
Sabe que será asesinado, que sufrirá una muerte violenta,
y no un accidente o un fallo mecánico. Alguien le matará,
pero sus predicciones descartan a 4-LOM, incluso en las actuales circunstancias.
También sabe que no morirá en Gand.
Su viejo amigo 4-LOM había hecho otras previsiones más
satisfactorias. Casi tres posibilidades entre cuatro de que la Nueva República legalizase la caza de recompensas
para ayudar al cumplimiento de la ley y a la protección de ciudadanos.
Aproximadamente noventa y ocho posibilidades entre noventa y nueve de que
Zuckuss fundase el primer gremio de cazarrecompensas de la República. Su
futuro, aún en solitario, parece prometedor.
Pero el resto, incluso para alguien como él, dotado de su intuición,
sigue siendo una incógnita.

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