Lusa era una joven jedi quironiana con su cuerpo de centauro cubierto de vello rojo-dorado salvo por su larga, ondeante y rizada crin color canela intensa, y por pequeñas manchitas blancas en su espalda y cuartos traseros; al llegar a la adolescencia, su melena se oscureció a un cobrizo comparable al del cabello de Tenel Ka Djo, y las manchas desaparecieron de sus flancos. Tenía también grandes ojos redondos y un penetrante olor a especias y madera.
Nacida en Quirón en 11 DBY, Lusa era una amante de la naturaleza que gustaba de bailar, galopear y saltar, una elegante y esbelta niña centauro cuyos cuernos aún no habían emergido. Ella apenas había viajado por el espacio ni había tenido mucho trato con otras especies (Ella nunca aprendió a hablar bothan), pero eso iba a cambiar.
Resultaba que Lusa era sensible al poder de la Fuerza, pero no había podido recibir entrenamiento porque, en esos tiempos, los jedi, sith y la mayoría de órdenes de usuarios de la Fuerza estaban prácticamente extintas. El maestro jedi Luke Skywalker intentaba restaurar la Orden Jedi, pero no había tenido ocasión de peinar la galaxia en busca de potenciales alumnos. Lusa había pasado desapercibida para muchos... pero no para todos.
Lusa tenía apenas cinco años cuando fue secuestrada de su mundo y llevada a la nave-mundo móvil de su captor, el antiguo Procurador de Justicia imperial y aprendiz de Darth Vader en el lado oscuro: El firrerreo Hethrir. Hethrir había convocado a un extraño ser extradimensional llamado Waru, que absorbía fuerza vital a sus víctimas en un intento de construir un portal de regreso a su hogar. Waru había prometido a Hethrir un poder ilimitado en la galaxia, a cambio de víctimas con capacidad de la Fuerza para alimentarse; y por ello Hethrir rastreó a niños con esa capacidad en mundos atrasados, como Lusa. Hethrir retenía a sus presos en su nave-mundo y los intentaba adoctrinar para las Juventudes Imperiales, diciéndole que llevaba a los más dignos ante Waru para purificarlos; y a los que menos potencial presentaban, se los entregaba como esclavos a sus aliados de la nobleza imperial. Siendo Hethrir un fanático pro-humano (pese a ser un cuasihumano él mismo), sólo asignaba puestos de responsabilidad a niños humanos y maltrataba a los alienígenas como Lusa.
Por entonces, Lusa apenas había viajado por el espacio, e incluso su capacidad de habla era limitada, como resulta propio de su edad, y lo pasaba especialmente mal entre sus torturadores. Los niños que no mostraban lealtad a las ideas de Hethrir eran reordenados en grupos distintos cada día, para impedirles entablar amistad con otros niños, socializando sólo en periodos de descanso supervisados, y por supuesto les mataban al hambre con pésima comida. Les advirtieron que no debían cruzar la valla marcando el límite del territorio, porque un dragón enorme devorador de niños se ocultaba bajo la arena, y los niños estaban lo bastante condicionados para creerlo aún sin ver a la bestia. Un niño humano adaptado llamado Vram buscaba la aprobación de sus superiores imitándoles y por eso se burlaba de Lusa y la asustaba diciéndole que se llevarían a los niños inútiles y que le cortarían los cuernos.
Estábamos en 14 DBY cuando Hethrir decidió secuestrar a los hijos de Han Solo y la Princesa Leia, descendientes de Darth Vader y con un alto potencial en la Fuerza. Hethrir creía que uno de estos niños, en sacrificio a Waru, le daría suficiente poder para cumplir su promesa. Así, Hethrir raptó a los gemelos Jacen y Jaina Solo, de cinco años, y los metió con otros niños encerrados de esta edad como Lusa. El benjamín, Anakin Solo, de tres años y medio, fue puesto al cuidado de Tigris, el sirviente de Hethrir y que era, en secreto, también su hijo (Pero Hethrir se avergonzaba tanto de Tigris que nunca se lo dijo).

Hethrir, una mala persona.
Durante el almuerzo, con sopa grasienta y rancia, Jaina intentó alzarse ante Lusa y los otros niños para criticar las condiciones de su alimentación, pero los otros niños estaban demasiado asustados para seguir a una líder. Jaina ofreció su almuerzo a Lusa, aún sin conocerla, y aguantó la humillación de Vram, que dejó a Jaina sin comida y la delató ante los niños mayores a cambio de una pieza de fruta. Lusa recomendó a Jaina que la imitase para no buscar problemas.
En el periodo de juego supervisado, Lusa correteó y bailoteó por un desfiladero, encantada de usar sus cuatro patas. Se acercó a Jaina y se presentó amigablemente. Jaina iba acompañada de un wyrwulf secuestrado a la vez que ella, y que parecía un animal peligroso; Lusa se cuidó de no acercarse hasta que Jaina se lo permitió. Entonces, Jaina se empeñó en acercarse a la valla hasta poder ver al dragón, aunque Lusa le pidió que no lo hiciera. Cuando la mítica criatura no apareció, la centaura empezó a dudar de las amenazas que había oído. Con Lusa como su nueva amiga, Jaina insistió en buscar al dragón, y se sorprendió al despertar a un enorme reptil oculto en la arena: Los niños huyeron, y Lusa se llevó a Jaina a un lugar seguro; pero incluso así, la joven Solo reía y se preguntaba si el monstruo realmente comería niños.
Durante la siguiente comida, Lusa explicaba que Hethrir y su gente se llevaban niños en sus naves espaciales, y ella estaba convencida de que les cortaban los cuernos para matarlos, incluso a los niños que no tenían cuernos (Seamos francos, ella tenía cinco años, estaba muy asustada y Vram contribuía a esto). Jaina estrechó los dedos de su temblorosa amiga para que no se la llevasen durante el pase de revista; pero llegaron tres nuevas naves espaciales a la nave-mundo, entre aullidos del wyrwulf, y Lusa y los otros niños se preocuparon. Lusa se puso histérica, y Jaina y el wyrwulf se juntaron con ella para animarla.
Un supervisor hizo que todos los niños se pusieran en fila, y Vram empujó a uno especialmente pequeño para que se saliese del grupo y tener una excusa para abofetearle. Jaina intentó ayudar a esa víctima, aún cuando Lusa pretendía retenerla; mas Jaina se liberó a tiempo de la centaura y corrió para empujar a Vram. Lusa y el wyrwulf avanzaron hasta estar junto a Jaina, y entre los tres intimidaron a Vram; Lusa taconeó y el wyrwulf dio el rugido decisivo. Pero entonces entró el imponente Hethrir y todos los otros niños se pusieron en fila, salvo Vram que se ocultó tras él. Cuando la mirada del Procurador impactó en Lusa, ella golpeó la arena con una pezuña trasera. Hethrir tuvo que usar sus poderes para afectar las emociones de los niños y de pronto, el wyrwulf bajó las orejas y se quedó quieto, y Lusa fue "voluntariamente" a su posición.
Tras premiar a Vram, Hethrir puso a prueba a Lusa: Le dio una espada sin lente y tomó un globo en su mano que encendió con la menta, en una demostración de su poder de la Fuerza. Lusa intentó encender el sable con la Fuerza, aún sin adiestramiento o experiencia y lo habría conseguido, pero Hethrir estaba usando sus propios poderes para bloquear a Lusa. Jaina se dio cuenta y criticó abiertamente a Hethrir. Hethrir la ignoró, le impidió usar sus poderes, inmovilizándola con la Fuerza, y declaró que Lusa había fracasado. Mientras se llevaban a la llorosa centaura, Hethrir le decía que lo estaba haciendo por su propio bien.
Pero Jaina superó el control de Hethrir y corrió hacia Lusa, abrazándola, con el wyrwulf correteando confuso. El poder de Hethrir consiguió separarlas lentamente, con las manos de Jaina deslizándose sobre los brazos y cuello de Lusa, y ésta hincando sus pezuñas en el suelo hasta dejar señales. Pero no consiguió quedarse con ella y, cuando se separaron, Lusa gritó y Hethrir bloqueó todo contacto telepático. Jaina se derrumbó en la arena, sollozando de rabia y desesperación, mientras el wyrwulf intentaba subirle el ánimo a Lusa.
Hethrir probó a todos los niños presentes y los dividió en dos grupos, teóricamente según sus resultados... pero uno de los grupos era únicamente de humanos, y en el otro apenas había unos pocos humanos confusos. Lusa, derrotada, inclinaba la cabeza hacia abajo sin moverse. Jaina rogó a Hethrir que dejase a Lusa y que se la llevase a ella; pero Hethrir volvió a desdeñarla y Vram se burló de ella. Jaina entonces sólo pudo desear lo mejor para Lusa, y prometerse no hacer nada que Hethrir quisiera. Por supuesto, el wyrwulf fue tomado por una mascota y se lo llevaron encadenado.
Mientras tanto, Lusa y muchos otros niños fueron llevados en una nave a la Estación Crseih. Algunos, como Anakin Solo, iban a ser entregados a Waru; pero Lusa y la mayoría de los otros iban a ser oficialmente vendidos. La nave despegó, dejando atrás a Jaina.
Ésta fue obligada a estudiar una versión falaz de la historia; pero ella se centró en llorar por Lusa y sus otros seres queridos. Cuando pudo reunirse con su hermano Jacen, le habló de su amiga centaura, y entonces empezaron los problemas: Los dos gemelos Solo juntos tenían grandes capacidades para crear problemas, y consiguieron escapar junto con otros niños y la inesperada ayuda del dragón de arena (dragona, por cierto); e incluso se reunieron con un grupo de rescate: La Princesa Leia había seguido el rastro de sus hijos perdidos, junto a su fiel amigo Chewbacca, el droide R2-D2 y una nueva aliada, Rillao.
En cuanto se reunió con su madre, Jaina le explicó que los villanos se habían llevado al wyrwulf y a su amiga Lusa y que debían encontrarlos antes de que le cortasen los cuernos a ésta. Como Leia no conocía a Lusa, no entendió totalmente la naturaleza del problema, pero evidentemente se ofreció a ayudar, capturar a los guardias y obligarles a revelar dónde estaban los presos. El plan fue un éxito y, ante la amenaza de ser entregados al dragón, las Juventudes Imperiales revelaron que Hethrir se había llevado a un grupo de niños a Crseih para venderlos, y que incluía a Anakin y a Tigris. Jaina estaba decidida a rescatar a su amiga antes de que le cortasen los cuernos, así que pusieron rumbo hacia allí.
Crseih empezaba a ser un destino muy popular: Han Solo y el maestro jedi Luke Skywalker también iban hacia allí, investigando rumores sobre el extraño curandero sobrenatural Waru y un posible jedi perdido. Ya tardaban en aparecer, ¿verdad? En esta ocasión les acompañaba Xaverri, una antigua, eh, asociada de Han Solo.
Pero volvamos con Lusa y sus acompañantes. Los niños esclavos fueron llevados con correas al cuello hasta la logia de viajeros de la estación, donde Hethrir se subiría a una tarima para dar su discurso más tarde. Antes de eso, Hethrir se reunió con sus adinerados invitados. Uno de ellos, que había comprado al wyrwulf, se ganó la ira de Hethrir y fue expulsado; Hethrir intentó matarle con sus poderes de la Fuerza, pero el pequeño Anakin le detuvo. Eso dejó libre al wyrwulf, que acabó derivando a la compañía de Lusa porque la conocía. Hethrir dio entonces un discurso de varias horas sobre cómo él hacía renacer el Imperio.
Cerca de allí, Jaina y sus compañeros seguían el rastro de los niños perdidos. Jaina encontró la nave usada para llevarse a su amiga, e insistió en describirla porque, admitámoslo, era la más peculiar de aspecto. Eso guio al grupo hasta la logia.
El grupo de Hethrir, incluyendo esclavos y patrocinadores, entró desfilando al domo de Waru, no sin ser vistos por Skywalker y sus acompañantes. Hethrir hizo que sus invitados rodeasen el altar de Waru y, cuando la extraña criatura habló, los ricos ofrecieron a sus esclavos en sacrificio. Hethrir ordenó a Tigris que le entregase a Anakin; pero Tigris dudó y Hethrir se lo arrebató.

Waru, a la izquierda. A la derecha, C-3PO.
Entonces Lusa intentó huir mientras el wyrwulf corrió hacia Anakin, aullando lastimeramente. Waru rodeó con sus escamas a Anakin para devorarlo, mientras el niño suplicaba ayuda a Tigris. Entonces Tigris desafió a Hethrir y rescató a Anakin. Waru y Hethrir gritaron ofendidos, y el wyrwulf se agachó al pie del altar, rugiendo para proteger a Anakin. Jaina y sus compañeros llegaron entonces, y ella les instó a rescatar a Lusa. Leia corrió hacia el chico que sostenía a su hijo pequeño, y Han Solo también lo hizo desde otro punto.
Los imperiales ricos no gustaban de una situación tan hostil y decidieron evacuar el domo de Waru; las Juventudes Imperiales intentaron detenerles, pero la presencia de Chewbacca contribuyó al caos. Los que tenían poderes de la Fuerza, principalmente las Juventudes, eran incapaces de usarlos por la presencia de Waru, y eso daba al poderoso Chewbacca una ventaja decisiva sobre niños que, entre lágrimas, ni siquiera tenían adónde huir.
Lusa entonces le echó redaños y se lanzó a la carga, coceando con sus cascos a los Próctores de las Juventudes. El wyrwulf la siguió con curiosidad y pronto establecieron una sinergia: Ella embestía a un Guardián de las Juventudes, entonces volvía grupas cuando estaba a punto de chocar y le golpeaba con fuerza con las pezuñas traseras para tirarle al suelo y hacerle gemir de dolor. El wyrwulf corría tras Lusa, ofreciéndole apoyo y lanzando una mirada de curiosidad a la víctima. Jaina intentó llamar a Lusa pero, con la confusión, a saber si ésta la oyó.
Mientras tanto, Hethrir se enfrentaba a Rillao, que era su esposa, y ésta revelaba a Tigris su verdadero origen; y Luke se metía voluntariamente en Waru. Han Solo dedicó unas palabras de amor a sus hijos, y siguió a su mejor amigo en otra loca aventura. Sólo entonces Lusa, radiante de felicidad, llegó hasta su amiga Jaina, que se alegró de ver que no le habían cortado sus cuernos.
La batalla continuó, con los antiguos esclavos disfrutando de su situación. Lusa ahora embestía a un agresor y, cuando se giraba para cocear, el enemigo tenía opción de retroceder para evitarlo; pero entonces descubría que el wyrwulf se había agazapado tras sus rodillas, y caía igualmente. Lusa reía, el wyrwulf aullaba, y ambos se alejaban corriendo, a veces con una coz de regalo. Jaina envidiaba las armas naturales de sus dos amigos.
Los Próctores que quedaban estaban confusos sin liderazgo, y finalmente todos fueron capturados. Algunos ricos imperiales habían logrado huir; pero los que quedaban estaban aterrorizados de Chewbacca. Con la victoria cantada, Jaina corrió hacia Lusa para abrazarla, y ésta le dedicó un saludo especial, frotando sus frentes juntas y dándole las gracias por todo. Jaina se echó a llorar, y sólo después se dio cuenta de que los cuernos de Lusa estaban emergiendo, marcando su madurez y salvándola del peligro que ella tanto había temido.
Luke y sus amigos emergieron del interior de Waru (los motivos son una historia bastante larga), y Waru se enojó tanto con Hethrir por haber faltado a su palabra, que decidió devorar a su aliado el Procurador. El grito de Hethrir perduró aún cuando éste había desaparecido, y fue tan aterrador que Lusa saltó en el aire y los otros testigos también se sobresaltaron. Durante un instante, sintieron que la Fuerza había desaparecido del universo; fue el instante en que Waru usó el poder de su última víctima para regresar a su propia dimensión.
Después de eso, los niños esclavos se sintieron totalmente libres. Lusa hizo una cabriola, saltando hasta una gran altura y dando una coz con las patas traseras antes de volver a caer al suelo. Después, galopó alrededor del templo de Waru. Entonces los adultos comprendieron que, sin la presencia de Waru, la estrella local se estaba colapsando rápidamente en un agujero negro, como R2-D2 había detectado; y Leia pidió a todos los niños que dejasen de jugar porque tenían que irse. Lusa era buena chica y la escuchó.
A bordo de la nave de Han Solo, Halcón Milenario, los niños abandonaron Crseih mientras su sol se comprimía en un cristal cuántico. Lusa y el wyrwulf estaban sobre la cama de Leia, en su camarote, y Lusa se sentía bastante nerviosa porque aún no había viajado mucho por el espacio (y normalmente no había sido para ir a ningún sitio bueno). Jaina deseó poder estar con ella en ese momento, pero debía ella iba en la nave de Leia, Alderaan. Cuando todos saltaron al hiperespacio, Lusa se tranquilizó un poco, galopó ruidosamente por los pasillos y, doblando la esquina, preguntó si habían llegado ya.
Aunque Lusa tenía potencial para estudiar la Fuerza, ella no se unió a la Academia Jedi de Luke Skywalker en Yavin 4, al menos no inmediatamente. La actitud anti-alienígena de Hethrir (que ni siquiera había sido humano) motivó a Lusa a desconfiar de muchos humanos, y eso la dejó a punto de caramelo para cuando, ocho años después, ella conoció a la Alianza de la Diversidad.
Lusa tenía potencial para estudiar la Fuerza, pero ella rechazó la oferta de Luke Skywalker de unirse a la Academia Jedi en Yavin 4, al menos en ese momento. Aunque la humana Jaina era una amiga íntima con un vínculo muy especial, la actitud anti-alienígena de Hethrir (que ni siquiera había sido humano) motivó a Lusa a desconfiar de muchos humanos, y eso la dejó a punto de caramelo para cuando, ocho años después, ella conoció a la Alianza de la Diversidad.
La Alianza de la Diversidad afirmaba ser un grupo idealista de alienígenas que, después de haber sido oprimidos por otras personas, se dedicaban a mejorar la vida para otros seres oprimidos de la galaxia. Lusa percibió que ellos entendían y compartían la rabia intensa que ella sentía y que nadie, ni siquiera su familia podía entender. La Alianza ofreció a Lusa un puesto trabajando por la justicia para los alienígenas, y Lusa, que había tenido problemas para abrirse a otros, confiar y hacer amigos, se sintió aceptada por primera vez en mucho tiempo.
Pronto, Lusa observó que la enviaban sistemáticamente a ayudar a alienígenas que habían sido víctima de humanos, e inicialmente ella lo aprobaba. La Alianza afirmaba luchar por los no humanos (pero en realidad sólo luchaba por los alienígenas, ignorando las necesidades de los droides), y Lusa recordaba cómo los alienígenas habían sufrido a manos del supuesto humano Hethrir.
Cada vez más, le inculcaron que los humanos habían abusado de los quironianos y de otras especies, y la convencieron de que la causa de todos sus problemas, de todos los problemas, era el dominio humano sobre otras especies. La simplificación dicotómica y maniquea acabó calando en la mente de la quironiana, y ella decidió que la Alianza tenía razón. Cuanto más aceptaba los dogmas, más responsabilidad le daban en el grupo. La líder de la Alianza, la twi'lek Nolaa Tarkona, empezó a enviar a Lusa en misiones secretas para ayudar a derrocar tiranos, rescatar esclavos y salvar vidas alienígenas, y Lusa pasaba mucho tiempo en los túneles de las cordilleras de Ryloth que servían de base a Tarkona.
Durante el servicio de Lusa a la Alianza, a menudo ella tuvo que tratar heridas y problemas médicos durante los rescates, y llegó a ser una médica excelente (aunque nunca había tratado a un humano). Durante ese tiempo, Lusa observó que Tarkona buscaba formas de afianzar el poder de la Alianza, pagando en dinero o vidas de sus seguidores a cambio de información que llevase a armas potentes, o por las armas mismas. En su momento, Lusa veía estos actos como nobles.
Cuando Lusa llevaba menos de un año en la Alianza, había trabajado íntima amistad con un talz, pero éste le reveló que había decidido abandonar el grupo. Unos días después, Tarkona invitó a todos sus seguidores a una "demostración" en las cámaras privadas de su gruta. Primero dio un gran banquete para sus seguidores más leales, prometiéndoles más honor y responsabilidad. El Consejero Ayudante de Tarkona, el hombre-lobo shistavanen Hovrak, se abstuvo de comer hasta más tarde, cuando los guardias gamorreanos de Tarkona trajeron a la fuerza al talz. Hovrak lo mató y lo devoró ante Lusa y los otros, y mientras tanto Tarkona explicó que ése era el trato adecuado para los traidores.

Nolaa Tarkona y Hovrak.
Pero Lusa siguió sirviendo a la Alianza durante más de dos años, hasta 24 DBY. Por entonces, con quince años, Lusa fue enviada a borrar los ordenadores de navegación de una nave de exploración geológica. Le dijeron que sus tripulantes humanos, por descuido y negligencia, habían destruido un bosque en el planeta Kaisa y provocado la extinción de unos insectos inteligentes de allí, los buro, de etérea belleza. Lusa debía asegurarse de que ese ordenador no volviese a guiar a los geólogos a un nuevo mundo que pudiesen destruir. Adoctrinada para odiar a los humanos, la ansiosa Lusa saboteó la tecnología, y entonces descubrió que uno de los geólogos tenía una hija de unos cinco años, la edad de su amiga Jaina cuando la había conocido. Sin embargo, el ordenador, manipulado por Lusa, les enviaría a un salto quizá a un lugar letal como un agujero negro, o a un territorio desconocido del que nunca podrían volver con sus familias. Eso sacudió las ideas de Lusa: Empezó a preguntarse hasta dónde estaba dispuesta a llegar por su causa, y dudó que pudiese matar a alguien, o decidir que alguien mereciese morir, o aceptar ciegamente la decisión de su líder.
Lusa detuvo a los geólogos antes de que despegasen, les reveló su crimen y se ofreció a entregarse a las autoridades. Los humanos le estaban agradecidos, lo cual dejó a la quironiana estupefacta. Se ofrecieron a llevarla a donde necesitase, y ella pidió ir a Coruscant. Allí podría contactar con el Maestro Skywalker para pedirle ayuda. Skywalker se reunió con Lusa en Coruscant, la escuchó y se ofreció a llevarla a Yavin 4 para que ella se recuperase física y mentalmente y obtuviese un nuevo sentido de perspectiva. Skywalker sabía que Lusa tenía un gran potencial para llegar a ser jedi, pero no estaba entrenada; sin embargo, él no la presionó para que se inscribiese en su praxeum. Luke la llevó a Yavin 4 a bordo de la lanzadera compacta Cazador de Sombras, pero no dijo quién iba con él porque quería dar una sorpresa a sus alumnos Jacen y Jaina.
Antes de continuar, permítanme un inciso con algo de trasfondo: Nolaa Tarkona no sólo estaba captando alienígenas hacia su ideología fanática anti-humana. También estaba intentando hacerse con un arma biológica imperial que sólo afectaba a humanos y con la que pretendía acabar con la especie; pero el rico empresario alderaano Bornan Thul, que hacía negocios con Tarkona, descubrió este plan y se había escondido en un intento de llegar antes que Tarkona hasta ese valioso recurso, para destruirlo. Mientras tanto, el joven jedi wookiee Bajocca, otro amigo de los niños Solo, había dejado el praxeum temporalmente para visitar las instalaciones de la Alianza con una vieja amiga.

Bajocca, jedi wookiee.
En Yavin 4, Lusa bajó de su nave y Jaina la vio por primera vez en muchos años: Era ahora Lusa una mujer joven, hermosa y atormentada. Jaina se quedó boquiabierta, recordando sus aventuras juntas, y entonces la abrazó. Jacen, más tímido, le estrechó las manos y le dijo que había cambiado. Lusa se sintió visiblemente incómoda ante sus amigos humanos, cambiando su peso de un flanco a otro y agitando la cola. Por eso Skywalker tomó la palabra y explicó que, siendo la historia de Lusa tan dolorosa, él quería que antes ella se la contase sólo a un pequeño grupo de amigos, con el almuerzo. Los gemelos Solo invitaron a otros dos aprendices de jedi de su confianza: La guerrera hapana-dathomiriana de un solo brazo, Tenel Ka Chume Ta' Djo, que ofreció un brindis de amistad a Lusa; y el heredero del imperio comercial Thul, Raynar Thul, que de inmediato quedó prendado de la belleza de la centaura. Cuando Lusa terminó su historia, Tenel Ka le dio la bienvenida como amiga y aliada; y Thul se sintió perplejo porque nunca había visto una xenofobia tan intensa hacia una única especie. A Thul también le impresionó el aspecto de la recién llegada: Como adolescente, Lusa era una mujer hermosa con un tono de vello cobrizo, ya sin las motas de sus flancos, y una melena rizada más oscura que caía sobre su torso desnuda hasta la cintura, además de una voz ronca e hipnótica.
Durante los días siguientes, Lusa se ejercitaba con carreras matutinas junto a Tenel Ka, la única que podía seguir su ritmo cuadrúpedo. En una de estas ocasiones, el joven Thul contempló la asombrosa gracia de la centaura y se lo comentó a su compañero de entrenamiento Jacen. Jacen se sintió celoso un instante, creyendo que Thul hablaba del interés romántico de aquél, Tenel Ka; pero pronto comprendió por dónde iban los tiros con Thul.
Ese día, después de comer, Thul invitó a Lusa a mostrarle su catarata favorita, esperando que ella no aceptase. De hecho, Lusa le rechazó con timidez, pero Skywalker le instó a reconsiderarlo para que hiciese nuevos amigos. Lusa aceptó inquieta y ambos caminaron juntos, Thul agarrándose las manos a la espalda para que ella no notase su nerviosismo. Se cruzaron con un enjambre de escarabajos botón, y Lusa jadeó contenta al ser atravesada por ellos. Thul separó una rama para permitirle el paso, preguntándose si ella percibiría el gesto como caballeroso o insultante; y ella aceptó con una inclinación de agradecimiento, intentando relajar sus tensos músculos.
Animado por cómo iba la no-cita, Thul preguntó a Lusa qué buscaba en alguien para disfrutar de su compañía. Tras un instante de pensamiento, Lusa habló de lealtad, compromiso, firmes ideas y estar dispuesto a cambiar; pero también que eso le había llevado a la Alianza. Thul, buscando otro tema, señaló la catarata, rozando accidentalmente a Lusa. Ella instintivamente retrocedió, galopó arroyo arriba y se detuvo sólo junto a un pozo verde resplandeciente en la base de la catarata. Metió sus cascos frontales en el agua, temblando y mirando su reflejo; y cuando llegó Thul con la idea de disculparse, ella le interrumpió: Lusa reconoció que le habían llenado la cabeza de mentiras de las que debía librarse, pero el proceso iba a llevarle tiempo. Lusa le dedicó una sonrisa y una sacudida de su crin, pero Thul se sentía humillado porque su contacto había ahuyentado a una hermosa mujer.
Lusa se dio un baño en la zona más profunda de la catarata, mientras Thul la miraba, preguntándose qué hacer. Ella se hundió en el agua y emergió espectacularmente, se masajeó con la corriente de la caída, y después se fue al agua. Se estiró suntuosamente, se secó salpicando incluso a Thul, y después se fijó en su nuevo amigo. Ella no se alejó cuando él se presentó.
Entonces Thul la sorprendió: Le dijo que él había decidido ir al planeta Mechis III para gestionar la fábrica de droides de su tío desaparecido y ayudar a su familia. Lusa se sintió decepcionada por perder su compañía, pero le apoyó. Le preguntó si tenía nave propia; y Thul pensó que podía pedir a sus amigos que le llevasen.
Así fue que Raynar Thul viajó a Mechis III, descubrió que su presencia no era necesaria allí y volvió a Yavin 4, donde pasó todo el tiempo posible con Lusa.
Thul se fue de acampada con sus amigos humanos los gemelos Solo y Tenel Ka; y le dijo a Lusa dónde pensaban ir. Esa información fue útil: La Academia de Yavin 4 recibió la visita de la Ta'a Chume de Hapes, o reina madre, en una nave espacial armada, y ella exigía reunirse con su nieta Tenel Ka de inmediato. Lusa cabalgó a la zona donde estaban Tenel Ka y sus otros amigos.
Mientras tanto, Thul fue herido en la pierna por un rakhmar salvaje y, cuando oyó los cascos de su amiga, Jacen llegó a pensar que deliraba por el daño sufrido. Lusa se personó entonces, con torso y flancos desnudos y sudorosos, y palideció al ver a su maltrecho compinche (y él se sonrojó porque ella le viese así). Mirando preocupada a Thul, Lusa explicó el problema e indicó que la Ta'a Chume aterrizaría en media hora; mientras que ellos estaban a dos horas de la Academia. Tenel Ka se oponía a que Thul caminase porque requería atención médica; pero, aún dubitativa, Lusa se ofreció a llevarle en su grupa.
Cuando llegaron a la Academia, Tenel Ka y Jacen se reunieron con la dignataria mientras Lusa acompañó a Thul, Jaina y el droide Eme Tedé al hospital, dejándole en manos de un droide médico. Thul intentó no mostrar debilidad ante Lusa y Jaina; pero Lusa le veía sufrir y, enfurecida e impaciente ante los cuidados del droide médico, pisoteó el suelo. Ella despidió al droide y tomó el control de los cuidados, con Jaina como enfermera; después de todo, ella tenía experiencia médica, y Jaina incluso la veía en un futuro como curandera jedi.
Un soldado bothan con uniforme de las fuerzas de la Nueva República entró en el hospital, estrechando los ojos y sacudiendo las orejas al ver a Lusa. Thul se incorporó, preocupado por Lusa (y algo celoso; puso su mano en la espalda de ella y le acarició la crin cuando ella se tensó). Interrogado por Eme Tedé y Jaina, el soldado dijo estar buscando el hangar. Eme Tedé se ofreció a llevarle, a desgana de él; pero en ese momento habían llegado los otros dos jóvenes jedi y el bothan se sintió increíblemente incómodo. No era extraño: El bothan era un asesino de la Alianza de la Diversidad que buscaba el momento de matar a Lusa, y la Fuerza les estaba advirtiendo sutilmente.
Antes de que Thul comentase lo raro de ese encuentro, Jacen pidió educadamente a Lusa información sobre la Alianza. Lusa acababa de empezar a relajarse, pero esa conversación volvió a tensarla. Entonces Jacen explicó que iría de misión a Ryloth junto con Jaina, Tenel Ka, Eme Tedé y Thul, que se ofreció. Lusa se opuso porque encontraba la idea letalmente peligrosa para un grupo de humanos; y, si se personaban como diplomáticos, serían expulsados.
Jacen le contó lo que la Ta'a Chume les había relevado y Lusa ignoraba: Que la Alianza minaba especia ryll con trabajadores esclavos para ganar dinero con el que comprar armas y contratar asesinos y cazarrecompensas. Lusa reconocía no saber de dónde salía el dinero, pero sabía que Tarkona había enviado a asesinos para matar a alienígenas que consideraba traidores, y por eso temía que Tarkona no dejase salir del planeta a Bajocca, aunque el wookiee no se hubiese unido oficialmente a la Alianza: Según Lusa, Tarkona le podría considerar traidor si le explicaba sus creencias y él las rechazaba.
Todos estos argumentos simplemente reforzaban la decisión de los jóvenes jedi de ir en esta misión así que, con un suspiro, Lusa se ofreció como consultora. Les explicó cómo atravesar las naves en órbita, con un blip de sensor que avisaba a la Alianza de que les acercarían, y les habló de los remolcadores automatizados de minerales. Lusa les dio códigos de acceso y coordenadas.
Lusa quería explicarle el problema al Maestro Skywalker, que estaba fuera del planeta unos días, o a su sustituta Tionne, pero los jóvenes jedi creían que los adultos avisarían a la Jefa de Estado, Leia Organa Solo, y eso generaría un incidente diplomático en que Bajocca estaría en mayor peligro. Lusa, por otro lado, creía que la Alianza era lo bastante peligrosa como para que la Nueva República tomase medidas; pero claudicó.
Los jóvenes jedi se prepararon para salir en la nave de Tenel Ka, Dragón de Roca; y Jacen le pidió a Lusa que cuidase de sus mascotas en su ausencia (algo que Lusa veía particularmente fácil considerando la que le esperaba). Thul hizo lo posible por terminar sus tareas pronto para pasar más tiempo con Lusa antes de salir, siempre con una sonrisa en sus labios. pero también se alegraba de que la centaura no les acompañase a Ryloth, no sólo porque ella correría peligro sino porque en esa misión debía tener pocas distracciones, y Lusa le distraía mucho. Cuando estaba juntos, Lusa enrojeció de rabia porque temía por Thul y prefería que se quedase y se recuperase; Thul se alegró de no haberle mencionado que era el hijo de Bornan Thul, a quien Tarkona quería muerto o apresado. De hecho, Lusa pasaría días intentando no pensar en los peligros que Thul estaba corriendo.
Lusa se negó a mentir por ellos, y de todos modos los maestros jedi detectarían el engaño, así que Tenel Ka definió una historia que les retrasaría unos días y que era cierta: La Ta'a Chume había dado a Tenel Ka preocupantes noticias sobre una conspiración y los jóvenes jedi habían salido a investigar. Los maestros jedi no sabrían a qué mundo habían ido, y no les buscarían en unos días porque ya habían demostrado tener recursos y porque podrían echar a perder la pesquisa.

Raynar Thul.
Los jóvenes jedi fueron capturados y encerrados en las minas. Era difícil esperar un rescate, puesto que pasarían días hasta que Lusa hablase con Skywalker. Sin embargo, Bajocca comprendió el mal de la Alianza y liberó a sus amigos; éstos, a su vez, le hablaron de cómo Lusa también había cambiado de chaqueta (Aunque ninguno de los dos llevaba chaqueta).
Finalmente, Lusa explicó lo sucedido a Tionne y, cuando Skywalker regresó casi una semana después de la partida del Dragón, Tionne habló con él. Entonces llegó a Yavin 4 un antiguo jedi metido a cazarrecompensas, Zekk, que había descubierto preocupante información sobre Bornan Thul y el arma biológica. Zekk quería hablar con los gemelos Solo y con Raynar Thul, y Skywalker le redirigió a Lusa, vieja amiga de Jaina y cada vez más íntima de Raynar Thul. Skywalker sospechaba que ella estaría en su catarata favorita, y tenía razón.
Lusa estaba vadeando en el pozo, bañándose y dejando que el agua espumease sobre sus flancos, intentando obviar sus sentimientos negativos mientras masajeaba su lomo con la catarata para calmar tanto su cuerpo como su espíritu. Al girarse, vio en la orilla al soldado bothan de antes, a unos veinticinco metros. Dándole el beneficio de la duda, pensó que quizá él había ido a buscarla con un mensaje; pero él le tiró un arma explosiva que la empujó hacia atrás y le inmovilizó las seis extremidades. Paralizada y hundiéndose, intentó pedir ayuda telepática, mientras el bothan se acercaba para acabar el trabajo.
Él le tiró del pelo, sacándola del agua (lo cual le permitió recuperar el aliento) para poder explicarle que pretendía darle una muerte dolorosa en pago por su traición: Pensaba decapitarla con un vibrofilo. Ella giró los ojos asustada mientras el bothan se regodeaba y acariciaba su piel con la cuchilla hasta hacerla sangrar.
Mas Lusa aún no estaba indefensa: Aún podía mover el cuello y, al sacudir la cabeza, acorneó el brazo de su agresor con sus cuernos cristalinos, ignorando su propio dolor y sintiendo la sangre bothan caer en su pelo y cara mientras intentaba clavar más el cuerno. El bothan rugió de rabia y alzó su arma para matar inmediatamente a la centaura; pero una telekinesis jedi se la arrebató de la mano y Lusa pudo embestirle en el hombro, haciendo que ella le soltase la cabeza. Al fin estaban separados, aunque la paralizada Lusa estaba a punto de hundirse y el bothan intentaba aferrarla de nuevo.
Pero entonces Skywalker llegó y los alzó telekinéticamente del agua. el bothan se agitaba gritando mientras Lusa miraba a su respetado maestro y a su nuevo visitante, Zekk. Ellos llevaron a la sorprendida centaura y al asesino frustrado a la Academia, lo cual les llevó una hora, y una vez allí Skywalker encerró al canalla e informó a la Jefa de Estado, mientras Zekk secaba a Lusa con mantas calientes.
En las habitaciones privadas de Skywalker, él ofreció sopa y pan recién hecho a sus amigos y les presentó. Cada uno de ellos sospechaba del otro: Una ex-agente de la Alianza de la Diversidad y un cazarrecompensas que había servido al lado oscuro no eran las mejores garantías; mas Skywalker ensalzó los logros de cada uno de ellos (La honestidad de Lusa durante años, la experiencia de Zekk como Caballero Jedi antes de caer en el lado oscuro) e insistió en que la Fuerza le permitía confiar en ambos, algo que ellos mismos podían haber comprobado. Ambos se disculparon y vieron que tenían en común el haber seguido a los líderes equivocados.
Zekk explicó que había descubierto el plan de Bornan Thul para impedir que Tarkona se hiciese con un arma biológica. Lusa reconoció no haber oído de esa arma, pero también que era el estilo de Tarkona. Ella también comprendió que la Alianza se había infiltrado en la República, como demostraba el asesino bothan, y por eso Bornan Thul no había informado a las autoridades. Skywalker era reacio a hacerlo, porque podría haber falsas acusaciones motivadas por el pánico y, preveía Lusa, nuevas excusas para que Tarkona reclutase a más alienígenas. Era tiempo de ser discreto.
Ahora: Bornan Thul estaba oculto. Zekk quería ganarse la confianza de éste para ayudarle en su misión de destruir el arma biológica. Para que Bornan Thul confiase en Zekk, Zekk pretendía ir con Raynar Thul. Lusa se echó a llorar, explicando que había prometido callar pero que también sus amigos debían haber vuelto ya, y explicó el berenjenal donde éstos estaban. Rápidamente Zekk organizó una misión de rescate a Ryloth, a bordo de su nave Pararrayos. Pidió ayuda a Lusa respecto a la geografía y códigos de acceso; pero ella se sacudió las mantas, pateó el suelo y, con convicción, se apuntó a la misión. Skywalker también fue, como copiloto de Zekk.
Mientras tanto, en Ryloth, Jaina y Thul se separaron de sus amigos, perseguidos por Hovrak y sus guardias. Entonces el Pararrayos emergió del hiperespacio cerca de Ryloth y emitió el código de acceso que Lusa había proporcionado. Lusa nunca había pensado volver, estaba muy asustada, sabiendo que la Alianza iba a ir a por ella, al punto en que le costaba mantener el equilibrio sobre sus cuatro patas (el hecho de que la nave estuviese virando en los vendavales atmosféricos también influyó); pero ella se enfrentó a sus miedos por sus amigos.
Mirando a través de paneles de transpariacero, Lusa vio destellos de blásters y sables láser en las montañas, y Zekk fue allí. Encontraron a Hovrak enfrentándose a Jaina y Thul. Lusa abrió la bodega de carga y extendió sus manos para ayudar a sus amigos a abordar. Jaina empujó a Raynar para que subiese, y después saltó ella misma a bordo, pero Hovrak consiguió agarrarle una pierna. Lusa extendió sus brazos hacia Jaina para ayudarla, y entonces Hovrak la vio y, entrecerrando los ojos, la llamó de traidora para arriba. Lusa negó las acusaciones y, viendo que Hovrak iba a subir, tomó medidas antes de que Thul se lo pidiese: Hovrak se levantó, y entonces Lusa se giró y le coceó en el pecho, empujándole hasta la rampa de acceso. Thul abrió esa entrada desde los controles, y Hovrak cayó miles de metros hacia una grieta llena de lava. Sin dedicarle un pensamiento, Lusa se ofreció a ayudar a sus amigos, que le pidieron agua. Poco después, Zekk dio a Lusa el kit médico de emergencia para que les diese cuidados mayores mientras él pilotaba contra las naves de la Alianza. El otro grupo (Jacen, Tenel Ka y Bajocca) consiguió subir al Dragón de Roca con su nuevo aliado twi'lek, Kur, y ofrecieron ayuda al Pararrayos en su escaramuza espacial.
Las dos naves se ofrecieron a reunirse en Coruscant, porque los jóvenes jedi necesitaban más atención médica que la que ofrecía Yavin 4. Una vez allí, Lusa pasó bastante tiempo con Bajocca y su hermana Sirrakuk, todos ellos veteranos de la Alianza, explicando lo que sabían al Maestro Skywalker, la Jefa de Estado Solo, Han Solo y Chewbacca (que era tío de Bajocca). También hablaron del asesino bothan, que negaba toda relación con la Alianza de la Diversidad (pero los poderes de la Fuerza de Skywalker revelaban que mentía), y Jaina explicó lo que sabían del arma biológica. Los mayores decidieron que había que informar al Senado de la amenaza de la Alianza.
Thul pasó tiempo en un tanque bacta, con Lusa cuidándole y tapándole con sábanas. Ella y Zekk ajustaban a menudo los monitores de nutrientes para los pacientes... Admitámoslo: Otra paciente era Jaina, y Zekk tenía sentimientos románticos hacia ella. Por eso, cuando Jaina despertó, Lusa señaló que Zekk no se había separado de ella durante su dolencia, y Zekk contraatacó delatando la tenacidad de Lusa (Bajocca y Anakin Solo también habían pasado mucho tiempo allí). Thul se despertó parpadeando, y Lusa le ofreció un juego de ropas con los colores de su familia; él aceptó agradecido, aunque solía llevar ropas jedi más modestas. Thul después habló con su madre y le explicó las motivaciones de su padre, mencionando al asesino bothan como prueba de la infiltración de la Alianza.
Lusa y los otros jóvenes jedi reportaron su descubrimiento al Senado, pero fueron recibidos con cierto escepticismo. En especial el Senador Trubor, un chadra-fan, interpretaba los hechos como una travesura de niños indisciplinados que habían infringido leyes locales de Ryloth. Bajocca replicó que él, Sirrakuk y Lusa habían observado un marcado sentimiento anti-humano con capacidad de violencia. La senadora calamariana y curandera jedi Cilghal propuso una inspección diplomática preacordada a Ryloth, que no debía ser problema si la Alianza era inocente, pero que debía incluir a quienes estaban familiarizados con el planeta (como Kur) y con la Alianza de la Diversidad (como Bajocca, Lusa y Sirrakuk). Esto se aprobó, y se designó una fragata de escolta bien armada con escuadrones ceremoniales de alas-A y -B, y un equipo que incluía a la Jefa de Estado, a los Senadores Cilghal y Trubor, al Maestro Skywalker, y a los antes mentados, además de guardias, séquito y demás. Los otros jóvenes jedi partieron en aventuras distintas para buscar la plaga, así que Thul y Lusa se despidieron abrazándose ante la nave de él. Thul prometió a Lusa que volvería con ella; y Lusa hizo de tripas corazón para volver una vez más a la base de la Alianza de la que había conseguido escapar ya dos veces.
El grupo diplomático fue recibido por la devaroniana Kambrea, que era básicamente el reemplazo de Hovrak como mano derecha de Tarkona, porque la líder se había ido del planeta: Después de todo, los negocios no se iban a detener porque un grupo de niños se inventasen historias, o ésa era la versión oficial de la Alianza. Esta versión oficial continuó cuando Kur y Lusa se dejaron ver, y Kambrea fingió sentirse insultada: Kambrea dijo que Lusa había sido expulsada de la Alianza porque su incompetencia había hecho chocar tres naves, matando a todos sus ocupantes, una acusación que Lusa negó en redondo mientras se erguía. Sirrakuk fue acusada de dañar almacenes de suministros, destruyendo comida y medicina destinada a refugiados; Bajocca, de sabotear sus ordenadores; y Kur, de ser un exiliado (Kambrea intentó manipular los detalles del destierro para que Kur pareciese un cobarde). Pese a este estallido, el maestro Skywalker exigió que Kambrea les enseñase zonas concretas de Ryloth.
Kambrea exhibió la opulenta tallada en las cavernas y explicó los logros obtenidos, pero de vez en cuando, según veía Skywalker, la devaroniana dedicaba una mirada muy hostil a la cola del grupo, donde estaban Sirra y Lusa. Esta última se mostraba visiblemente nerviosa y sólo con dificultad se enfrentaba a sus propios miedos, secretamente alegre de no tener que reunirse con Tarkona.
Tras un día de visita, Cilghal recalcó que sólo habían visto las zonas que Kambrea había querido mostrar, y Lusa y Sirra se interesaron en ver las minas de ryll. Nerviosa, Cilghal aceptó sobre todo por la insistencia de Skywalker. La devaroniana volvió a dedicar una mirada agresiva a Lusa, y otra más suave a los senadores. Les dijo que era una zona donde trabajadores voluntarios se esforzaban, pero que no era fácil de ver. De camino allí, Kambrea explicó cómo obtenían energía de las tormentas de calor, y Lusa explicó que sus amigos habían quedado atrapados en una tormenta así al escapar de las minas hasta ser rescatados por Kur; Kambrea se negó a dar fe de su historia.
Kambrea había preparado las minas para que no hubiese allí esclavos, sino trabajadores twi'leks voluntarios, supuestamente pagados, a las órdenes de un capataz rodiano. Kambrea explicó que los twi'leks eran mejores mineros que los niños humanos. Trubor quedó convencido de la inocencia de Kambrea, pero Lusa estaba segura de que algo ocultaban. Cilghal, más específica, pidió ver las dársenas de carga, y allí Kambrea mostró cajas etiquetadas como comida y medicina, que se suponían destinadas a colonias alienígenas abandonadas a su suerte por la Nueva República. Sirrakuk rugió para llamar la atención de todos, rompió una caja de "medicina" y tiró al suelo su contenido real: Rifles láser y cargadores.
Descubierta, Kambrea ordenó a los guardias detener a los diplomáticos, afirmando que éstos les iban a matar. Los soldados, y tensos, abrieron fuego. Lusa galopó por el muelle de carga y derribó a Sirrakuk para que ella no estuviese sobre material explosivo al que estaban disparando. Un estallido las empujó, pero recuperaron el equilibrio rápidamente.
Mientras llegaban docenas de soldados de la Alianza, Cilghal y Skywalker encendieron sus sables láser, y Skywalker les conminó a rendirse. Prometió castigar sólo a quienes habían sido realmente delictivos y Kambrea, dándose por aludida, dijo a sus tropas que los intrusos querían destruirles a todos.
Sirrakuk y Lusa se ocultaron tras una nave. Sirrakuk tomó un arma de las cajas, pero la superioridad numérica era tal que primero Lusa, y después Sirrakuk, se cubrieron en un improvisado refugio. Kambrea ordenó ir a por ellas dos en concreto; Skywalker oyó la orden, pero estaba demasiado ocupado para ayudar.
Lusa se sentía especialmente frustrada y ansiaba dañar a la Alianza de la Diversidad, en represalia por el daño que le habían hecho a ella. Viendo que Kambrea también se había protegido tras una columna de cajas de armas, Lusa intentó usar la Fuerza, con su mínimo entrenamiento. Fue incapaz de usar la Fuerza sobre Kambrea, pero consiguió lanzar un tirón telekinético al muro de cajas y derribarlo sobre la comandante enemiga. Kambrea vio caer sobre ella la avalancha, rugió intentando retorcerse y murió aplastada bajo toneladas de cajas.
Aún sin su líder, los soldados de la Alianza siguieron luchando e incluso mataron a Trubor, hasta que Kur ordenó un alto el fuego y dio un inspirador discurso en que expuso cómo la Alianza había derramado sangre alienígena y provocado lo que intentaba impedir. Finalmente, la Alianza fue derrotada, y Tarkona no volvería a ser vista (Murió enferma por causa de un arma biológica, aislada en un mundo perdido); aunque el padre de Raynar Thul dio su vida para salvar la galaxia.
Durante la semana siguiente, Lusa y el resto del equipo de investigación, de vuelta en Coruscant, dieron sus informes y entrevistaron a antiguos miembros de la Alianza. Lusa explicó a Raynar Thul que ella pretendía trabajar para el recién formado Consejo Cooperativo de Gobiernos Planetarios Independientes, promoviendo la paz entre las especies. Ella en realidad había decidido ir antes al praxeum de Yavin 4 a aprender los caminos de la Fuerza en compañía de Thul, pero quería darle una sorpresa a éste. Cuando llegó, con la complicidad del maestro Skywalker, se dejó ver, dejando patidifuso a Thul. Esta vez fue Lusa quien le propuso dar un paseo a ver la catarata.
Resultó que el Gran Templo de Yavin 4 había sido dañado en una batalla anterior y para entonces su reconstrucción había terminado. Skywalker organizó una celebración por este éxito, y Lusa asistió junto con los otros estudiantes, profesores y visitantes. Lusa y Thul pasaron tiempo cerca de la orilla, juntos, compartiendo memorias de las pérdidas experimentadas y de las lecciones aprendidas. También fue ese momento cuando Tenel Ka dio su primer beso a Jacen. No estoy sugiriendo ninguna correlación, no. Para nada.
Lusa siguió estudiando en Yavin 4, y tuvo participación menor en aventuras posteriores: Les cuento, poco después el Halcón Milenario viajó a Anobis, donde intentó encontrar minas explosivas ocultas en los campos por causa de su guerra civil, y el capitán Han Solo pidió refuerzos a la Academia Jedi. Lusa y Thul viajaron desde Yavin 4 al cercano Ord Mantell para usar sus poderes en esta misión, se subieron a bordo del Dragón de Roca, junto con los maestros jedi Kyp Durron (que pilotaba) y Streen. La repentina presencia de Lusa dio una agradable sorpresa a Jaina, a bordo del Halcón. Durante la misión, mientras hacían explotar minas con los escudos deflectores, Jaina charló con Lusa y Thul por el comunicador en abierto.
Cuando terminaron la misión, Lusa bajó de la nave y el líder nativo Elis le dijo que estaban preparando un festín para celebrar su armisticio. Para transmitir esta noticia al Halcón, también recién aterrizado, Lusa trotó hacia allí, con Thul siguiéndola a pie en un ejercicio al que se estaba acostumbrando. Después volvió al Dragón de Roca con sus amigos Tenel Ka, Thul, Jacen, Zekk, además de Jaina y Bajocca a los mandos; y una nueva aliada, Anja Gallandro. Compartiendo historias sobre sus aventuras, Lusa pudo hablar de la Alianza de la Diversidad, y Thul, de cómo Tarkona había puesto precio a la vida de su padre y de cómo éste había muerto. Zekk habló de su tiempo como jedi oscuro y como cazarrecompensas; Jacen y Tenel Ka, del accidente en que él había cercenado la mano de ella; y Gallandro, de cómo había crecido huérfana de guerra en el planeta Anobis. Esta última estaba especialmente emocionada, pero intentaba que no se le notase.
Unas semanas después, Lusa y Thul quedaron con sus amigos cerca de un lago de Yavin 4 para nadar y, mientras esperaban, jugaban a lanzar piedras al agua. Jaina llegó corriendo, seguida por Bajocca y Tenel Ka, y absorta por un sentimiento de inquietud que Lusa y Thul detectaron. Le preguntaron al respecto, y Lusa la miró cuidadosamente. Thul preguntó por Jacen y Zekk, y supo que estaban entrenando esgrima laser con Gallandro. Al sacar el tema, todos los presentes observaron que Gallandro era bastante soez y no se abría a los intentos de amistad de nadie salvo de Jacen y Zekk; Lusa no recordaba haber intercambiado media docena de palabras con ella. En todo caso, Jaina decidió ignorar esos temas y empezar a nadar.
El maestro Skywalker organizó una nueva celebración para honrar a los jóvenes jedi por sus recientes victorias contra la Alianza de la Diversidad y, poco antes, la Academia de las Sombras; y con los preparativos a medias, Skywalker descubrió que sus sobrinos habían vencido a Sol Negro con ayuda de Gallandro (aunque Gallandro había jugado a dos bandas durante parte de esa aventura), así que él adaptó los discursos para mencionarlos.
Horas antes de la ceremonia, en el Gran Templo, Lusa y Thul fueron vistos practicando esgrima con palos aturdidores.
Durante el acto propiamente dicho, los homenajeados se presentaron ante el gran público: Lusa y Thul se unieron a Anakin, Jacen, Jaina, Bajocca (y Eme Tedé), Tenel Ka, Zekk y Gallandro, en reconocimiento por sus logros. Hileras de seres queridos les miraron con orgullo y admiración y, a la señal del maestro Luke, la primera clase graduada (Kyp Durron, Streen y otros) desenvainaron sus sables y los alzaron en honor de los quinceañeros. Tras dos minutos de vítores de la multitud, la historiadora jedi Tionne se levantó tranquilamente y empezó a tocar un instrumento musical mientras cantaba una balada sobre los logros que se honraban ese día, incluyendo la derrota de la pérfida Alianza de la diversidad. Era una canción sobre confianza, esperanza, traición, redención, sacrificio y valor ante el peligro. Ahora, Lusa y sus compañeros eran caballeros jedis en pleno derecho.
Dejamos pasar tres años y nos ponemos en 27 DBY. ¿Recuerda usted, amable lector, qué estaba sucediendo en 27 DBY? Si usted ha respondido algo sobre la invasión de la especie extragaláctica yuuzhan vong, quizá incluso la caída de Coruscant ante estos, entonces no sólo tiene razón, sino que posiblemente usted tiene interés en que yo escriba un artículo sobre los yuuzhan vong en Razas Alienígenas. Ya veremos; pero será en otro momento. De momento, recordemos que los yuuzhan vong no podían percibir la Fuerza, ni ser percibidos a través de ésta, lo cual les acabó haciendo sentir ingente inquina hacia los jedi: Los jedi, como la tecnología, eran blancos prioritarios para los ataques yuuzhan vong y de los grupos que colaboraban con ellos.
En 27 DBY, Lusa vivía en el planeta Quirón y, amante de la naturaleza como era, solía correr por un prado en su domicilio. Quirón estaba lejos de la zona controlada por los yuuzhan vong, pero la mera presencia de la jedi Lusa atrajo los ataques enemigos y enviaron un arma biológica a por ella: Un voxyn. Los voxyn eran básicamente predadores vornskr modificados genéticamente para combinarlos con una criatura yuuzhan vong llamada xin. Se curaba rápidamente, tenía un veneno peligroso, y estaba condicionado para matar jedis.

Los voxyns eran una pesadilla para los jedi.
La monstruosa bestia atrapó a Lusa y la mató. En ese instante, Raynar Thul sintió la muerte de su mejor amiga a través de la Fuerza en la forma de una terrible y profunda angustia.
La noticia de lo sucedido llegó a través del subespacio a los jóvenes caballeros jedi. Thul se reunió con varios amigos de Lusa (Anakin y Jaina Solo, Bajocca, Tenel Ka, Zekk y Tahiri Veila) para llorar la pérdida, aunque no era ni de lejos el primer amigo que la guerra se había llevado. Era especialmente duro para Anakin Solo, que también tenía una profunda amistad con Lusa. La curandera Cilghal estaba en las mismas instalaciones, intentando encontrar la forma de vencer a los voxyn y, cuando les vio, les preguntó al respecto. Thul, especialmente dolido, se permitió un hiriente susurro hacia Cilghal, pidiéndole que trabajase más rápido para evitar que pasasen cosas así; y Bajocca le hizo callar con menos educación aún. Cuando Thul quiso responderle, la garganta le falló y se dio la vuelta. Jaina, que también quería mucho a Lusa, fue con Thul a tranquilizarle y a la vez pidió disculpas en nombre de él a Cilghal.
Anakin ansiaba vengar la muerte de Lusa tanto como Thul, pero procuró centrar su atención en su siguiente misión; sin embargo, cuando consiguió dar un revés a los yuuzhan vong, la pérdida era demasiado reciente como para que Anakin no se alegrase. Por eso, Anakin llegó a desobedecer órdenes directas para evitar que el enemigo capturase o matase a otro jedi, Kyp Durron, con la excusa de que no podían perder otro asociado tan pronto. Sin embargo, los voxyn mataron a otros jedi, incluyendo a la humana Eelysa.

Raynar Thul tiene mala cara.
Entonces los jedi descubrieron que los voxyns sólo podían sobrevivir con un nutriente producido por una reina voxyn en Myrkr y Anakin preparó un escuadrón jedi para una misión con el objetivo de acabar con la reina. Thul se ofreció voluntario para el equipo de Anakin, pero no porque buscase venganza: Haber perdido a su mejor amiga ante los voxyn hizo que Thul comprendiese lo importante que era librar a cualquier otra persona del tipo de dolor que él había sentido. No estuvo su decisión exenta de controversia: Algunos jedis creían que las medidas para derrotar a los yuuzhan vong podrían llevarle al lado oscuro.
La misión fue un éxito, pero de los dieciséis jedi participantes, sólo la mitad escaparon, otros seis murieron, Jacen Solo fue capturado y Thul… Thul fue herido y apresado por el jedi oscuro Welk y la hermana de la noche Lomi Plo en la nave Volador de Taquiones, desencadenando una serie de eventos que acabarían llevando a la Crisis del Nido Oscuro.
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