HOMBRES-LOBO SHISTAVANEN

"La civilización ha quedado confundida mientras yo estaba fuera"
Uvena | Hombres-lobo shistavanen notorios | Lak Sivrak

Introducción

 

Tal es la creencia de los alienígenas conocidos como hombres-lobo shistavanen. Los shistavanen son feroces, sobre todo con otras especies, y suelen destacar por sus habilidades como cazadores y, sobre todo, como exploradores. Sin embargo, encontrar a un hombre-lobo shistavanen que aprecie la civilización galáctica es la excepción antes que la norma.


Uvena

 

Los hombres-lobo shistavanen son una especie originaria del sistema Uvena, en la Periferia. Uvena es un sistema planetario con muchos mundos, que en la actualidad están poblados por hombres-lobo shistavanen. El planeta originario de la especie es Uvena III, a veces llamado Uvena Prime.

Lak Sivrak

Los shistavanen son bípedos caninos descendientes de una especie cuadrúpeda. Como la mayoría de las especies con esa base, tienen orejas elevadas parecidas a las de los perros, hocicos, afilados colmillos, y garras igualmente afiladas en sus manos y pies. Pueden andar sobre cuatro patas, como hacían sus antepasados, o erguirse sobre sus extremidades traseras de un modo más humanoide, momento en el que alcanzan una altura media de un metro ochenta aproximadamente.

Sus antepasados también les han dejado una herencia similar en la agudeza de sus sentidos. Gracias a éstos, son grandes rastreadores, lo cual les ha dado su fama de cazadores: Un hombre-lobo shistavanen puede seguir fácilmente a su presa atravesando calles urbanas llenas de gente, o desoladas llanuras desérticas. Su sentido de la vista también está muy desarrollado, lo cual les permite ver en casi la más absoluta oscuridad; como efecto secundario de esto, los ojos de un hombre-lobo shistavanen brillan con luz carmesí.

Se cree que los hombres-lobo shistavanen desarrollan sus habilidades como cazadores en Uvena Prime, pero la única otra criatura nativa del planeta que se conoce es un ser volador llamado gilden. Los hombres-lobo shistavanen matan a los gildens para pulverizar su carne blanda, con la que forman un brebaje que beben.

Los líderes políticos principales de Uvena son conocidos como premier alfa. Se ignora si existe un único premier alfa para todo el sistema en un momento dado, o si varios premier alfa se reparten la superficie. Se sabe también que existe una fuerza policial encargada de mantener la paz, la llamada Policía del Sistema Uvena ésta, como indica su nombre, es común a todo el sistema planetario.

La sociedad shistavanen se basa en un ideal aislacionista. Uvena Prime es un mundo autosuficiente y los hombres-lobo shistavanen no entienden qué interés, o qué derecho, pueden tener los forasteros para entrometerse en sus asuntos. De hecho, ni siquiera les gusta que los extranjeros visiten su mundo; pese a que no lo han prohibido expresamente, han establecido restrictivas leyes y reglas de comercio que dejan claro su prejuicio abierto.

Para acabar de desanimar a los extranjeros, los hombres-lobo shistavanen han colonizado todos los mundos no poblados de su propio sistema para impedir que lo hiciesen los extranjeros.

El resultado de esta política no ha sido siempre favorable para la población: Pese a que la mayor parte de la comunidad shistavanen posee tecnología a nivel hiperespacial, el aislacionismo ha provocado que algunos sectores tengan un nivel claramente inferior.

A nivel social, su xenofobia ha afectado a la locuacidad de la especie. En otros planetas, los hombres-lobo shistavanen prefieren estar con gente de su especie, o incluso solos: No suelen ser locuaces. Sin embargo, existe una minoría de hombres-lobo shistavanen realmente extrovertidos. Son estos individuos los que han dado fama a la especie, puesto que los demás no suelen comparecer ante la comunidad galáctica.

La fama que han proporcionado ha sido debido a su habilidad profesional: Extrovertidos o no, los shistavanen son excelentes exploradores y cazadores, así que han destacado en los campos de caza de recompensas, vigilancia y, cómo no, exploración. Muchos hombres-lobo shistavanen fueron entrenados como exploradores en las academias imperiales, cuando el Imperio intentaba explorar los confines más remotos de la galaxia en busca de los rebeldes. Sin embargo, la especie comprendía y despreciaba las ambiciones del Nuevo Orden. Pese a su oposición al Imperio, Uvena nunca presentó una rebelión abierta, probablemente porque la mayoría aislacionista no encontraba mucha diferencia entre unos burócratas y otros.

Uno de los mayores logros de los exploradores shistavanen fue el haber cartografiado el Conglomerado Tagran, un sector del Borde Exterior acosado por una anomalía espacial llamada la Deriva Bakisiana. Debido a ésta, Tagran se veía sacudido por descargas aleatorias de energía que provocaban el caos en los ordenadores de navegación, pero esto no detuvo a los hombres-lobo shistavanen, que demostraron así que eran exploradores capaces, valientes y decididos.

El principe shistavanen Za

Tagran había permanecido inexplorado hasta algo más de tres siglos antes de la Batalla de Yavin, pero los shistavanen lograron exeplorarlo, e incluso encontrar planetas habitados. Por ejemplo, en el planeta Shaum Hii, los exploradores shistavanen encontraron a una raza de reptiles humanoides llamados kian'thar, que después se unirían a la comunidad galáctica.

Pese a los esfuerzos de estos hombres-lobo shistavanen extrovertidos, que buscan la aceptación de la comunidad galáctica, ésta se ha hecho rogar. Incluso después de la caída del Imperio, los hombres-lobo shistavanen han encontrado rechazo y temor abierto en planetas con mayoría no shistavanen, como Coruscant. Incluso antes, se les había confundido con lupinoides stofos.

La especie aún tiene un gran trecho que recorrer antes de ser aceptados por lo que son, o por lo que desean ser, pero sería sorprendente que los intrépidos hombres-lobo shistavanen, los mismos cazadores que no conocen presa demasiado feroz, los exploradores ansiosos por alcanzar lo desconocido, retrocediesen ante un claro desafío. Quizá, si la comunidad galáctica abandonase una perspectiva casi tan xenofóbica como la shistavanen, esto resultaría más fácil.


Hombres-Lobo Shistavanen notorios

 

Mar Balayan: Este shistavanen trabajó como explorador en el Servicio de Exploración de la República. En tiempos del Imperio, se independizó y trabajó como esclavista, aunque frecuentemente vendía su mercancía al gobierno. Se sabe que derrotó a un equipo de piratas Stalimur sin ayuda. Después de la batalla de Endor, Balayan pasó la mayor parte de su tiempo acosando a la Nueva República, sobre todo después de que se reinstituyesen las leyes contra la esclavitud.

Mal Biron: Este viejo shistavanen había trabajado como explorador para la Antigua República, pero la visión pro-humana del Imperio le obligó a dejar el trabajo. Durante el Nuevo Orden, se unió al Sol Negro y trabajó como contrabandista y, ocasionalmente, cazarrecompensas para el vigo nalroni Sprax, mientras servía de representante extraoficial del Sol Negro en el sistema Uvena. Viajaba en un carguero clase Barloz modificado, el Brillo del Ojo, al que llamó así por una shistavanen a la que Biron había cortejado una vez.

A través de uno de sus agentes, un hombre lacónico llamado Nile Audo, contrataba contrabandistas en la estación Punto Nwarcol. El procedimiento incluía tener un grupo de candidatos y hacer que Audo les proporcionase los Sobres. Los Sobres eran unos archivos que explicaban una serie de carreras que se harían en Sisar, y el contrabandista o tripulación que hiciese las carreras en el mejor tiempo ganaría un contrato para trabajar para Biron. Durante estas actividades, Biron solía poner a los contrabandistas bajo la vigilancia de Kalend Thora, una contrabandista duro que trabajaba para él.

Biron, leal empleado de Sprax, estuvo implicado en el asunto de la llamada Lista Barani. Todo empezó con el planetoide Yen-2, localizado en el sistema Verde. Este planetoide era sede de una colonia minera que debía pagar "protección" a Sprax durante el auge del Imperio. Un día, el copropietario e ingeniero jefe de la mina, Neil Barani, descubrió en sus minas una veta de dunio, un metal pesado que el Imperio usaba para construir muchas de sus máquinas de guerra. Animado por esto, Barani decidió no pagar la protección al Sol Negro, y ofrecer el dunio al Imperio. Barani hizo un trato con el mayor Stipling, que trabajaba para el Despacho de Aprovisionamiento, y no sólo hizo un trato respecto al dunio, sino que le proporcionó información sobre las conexión de Sprax con Jatayus Outbound, Transportes Xizor y el Sol Negro.

Por supuesto, las cosas no salieron bien; no es costumbre. Sprax, decidido a contraatacar y a vengarse de Barani por su traición, envió al leal matón iotrano Bel Att, que acudió después de contratar a una famosa asesina kerestiana, Limna Yith, y a su grupo de mercenarios, para que le ayudasen a recuperar el control de la colonia. Att capturó a Stipling y a su equipo y los encerró en una lanzadera, que después envió al Cinturón de Asteroides de Verde con el piloto automático. La lanzadera se estrelló y todos los imperiales a bordo murieron. Ya de paso, la estación minera de Yen-2 fue bombardeada hasta quedar casi inoperable.

Pero entonces, Yith descubrió que Yen-2 había pagado dinero de protección al Sol Negro, y decidió robar una copia de los archivos informáticos de la colonia para vendérselos al Imperio; esta información sería conocida como la Lista Banari. Bel Att, leal empleado de Sprax, intentó detenerla, pero ella le abrió la garganta con un vibrofilo doble antes de que él pudiese coger su arma, y robó su nave. Los mercenarios de Att destrozaron más partes del puesto avanzado, creyendo que la muerte de su líder había tenido que ver con la rebelión de Barani. Irónicamente, Neil Barani sobrevivió al ataque, pero se quedó atrás con el propósito de ocultarse de las represalias del Imperio y/o del Sol Negro. Asustado por su fracaso, Barani se suicidó saliendo al entorno sin oxígeno del exterior de la estación.

Pronto se supo en ciertos círculos que Yith vendía información sobre las operaciones del Sol Negro en la Carrera Sisar. Un nikto rojo llamado Nim'abek'sywedell, que trabajaba como pirata para el Sol Negro, quería hacerse con esa información antes que los demás para hacer perder puntos a Sprax ante los ojos de Xizor. Yith fue capturada en Sriluur y llevada a la Estación de Abek, el puerto de reabastecimiento usado por los pirataws de Nim'abek'shywedell, y allí hubo un brutal enfrentamiento entre varios bandos interesados en recuperar la lista, incluyendo un grupo de mercenarios de Sprax y un ataque imperial provocado por la investigación que se llevó a cabo tras la muerte del mayor Stipling.

Sin embargo, Sprax había elegido bien al grupo de mercenarios para rescatar a Yith: Estaban al mando de Mal Biron. Biron logró retrasar al capitán Surlev el tiempo suficiente para que Yith huyese a Sedri. Sin embargo, Biron la siguió hasta Sedri y allí Yith fue vencida por Kalend Thora.

Ahora, Thora tenía la información, pero se enfrentó con el jefe criminal gotal Ujin Voli, que se hizo de nuevo con la lista. Voli retuvo a Thora en su fortaleza, el Cañón Tentación de Sriluur, para que muriese, pero ella fue rescatada por mercenarios de Biron, y huyeron de allí en un YT-1300 modificado robado.

Mientras tanto, Voli viajaba hasta Yen-2 para recuperar la secuencia decodificadora de la lista, pero los mercenarios del Sol Negro le siguieron y recuperaron la lista antes de que pudiese ser descifrada; el propio Voli fue asesinado por Guri.

En realidad, Biron descubriría también que la lista había sido en buena parte una trampa creada por otro vigo del Sol Negro, rival de Biron: El ambicioso humano Green. Green había obligado a Barani a preparar la lista como una trampa para que Sprax cayese en manos del Imperio. Green había prometido a Barani una gran paga cuando la lista estuviese en manos del Imperio; al no poder vender la lista y ser redescubierto, Barani se suicidó. La lista, además, contenía mucha información falsa creada por Green, y desinformación para que cualquiera que la encontrase creyese que era falsa.

Green fue asesinado por Xizor y Guri durante una reunión, debido a otro intento de traición contra otro vigo del Sol Negro.

Después de todo esto, Biron continuó sus actividades, y se sabe que, poco antes de la Batalla de Endor, Mal Biron pagó 10.000 créditos a un grupo de contrabandistas harapientos para robar la fragata imperial de aduanas Yanov.

Shoto Eyefire: Este shistavanen era un delincuente que controlaba prácticamente todo lo que sucedía en la Estación Horn durante un tiempo previo al ascenso del Imperio. Era un excelente tirador que había matado a todos los competidores locales y se había hecho con el control de Horn, que mantuvo durante diez años. Gustaba de probar su puntería contra los recién llegados al sistema que supiesen disparar un bláster, pero en esos duelos, Shoto llevaba una armadura que negaba a su rival, y tenía además protección de varios sicarios con rifles.

En cierta ocasión, un ingenuo minero de paso demostró cierta habilidad con un bláster, que él alegó había sido chiripa. Los sicarios de Shoto le obligaron a aceptar un duelo y, en ese duelo, el minero hirió a Shoto en las dos piernas y le sacó el bláster de la mano con otro disparo, para derrotar después a todos los sicarios. El minero resultó ser un Caballero Jedi, todavía sin identificar, que después se llevó al herido Shoto para que pudiese ser juzgado por la República.

Yurdak Fav: Este shistavanen era el tataranieto de una exploradora del Cuerpo de Reconocimiento de la República, hasta que el emperador Palpatine subió al poder, momento en el cual ella lo dejó (Se ignora a qué edad exactamente, pero debía ser bastante mayor). Yurdak trabajó como exploradora para la Policía del Sistema Uvena antes de independizarse y empezar a viajar por la galaxia en su encuentracaminos vagaard Zoll-Uvena.

Yurdak fue localizada en la vecindad de varios planetas que la Alianza había planeado utilizar como mundos francos, pero se ignora para quién estaba trabajando en ese momento. La Alianza la consideraba una amenaza al menos potencial.

Kal Lup: Esta shistavanen, junto con su marido Tar, llevaba la tienda Mercancías y Suministros de Lup, a menudo llamada Almacén General del Lup. Esta tienda ofrecía todo lo necesario para sobrevivir en Mos Eisley, y unos cuantos lujos. Los Lup tenían aspecto feroz, pero era una pareja agradable para con todo el mundo excepto para quienes le debiesen dinero.

Tar Lup: Este shistavanen, junto con su esposa Kal, llevaba la tienda Mercancías y Suministros de Lup, a menudo llamada Almacén General del Lup. Esta tienda ofrecía todo lo necesario para sobrevivir en Mos Eisley, y unos cuantos lujos. Los Lup tenían aspecto feroz, pero era una pareja agradable para con todo el mundo excepto para quienes le debiesen dinero.

Dunstal Noft: Este shistavanen era un antiguo contrabandista que encontró empleo como piloto honesto trabajando para la corporación Damarindo. Como capitán de rastreador, Noft navegó por la atmósfera de Yavin, buscando joyas corusca.

Phlik: Este shistavanen frecuentaba la cantina de Chalmun algunos años después de la Batalla de Yavin. En realidad, Phlik reclutaba en secreto agentes para la Alianza.

Entonces conoció a Garve, un vigilante imperial desertor que había escapado de su trabajo secuestrando con una lanzadera llena de prisioneros. En vez de dejar tirados a los prisioneros, Garve los llevó a Tatooine y los dejó en libertad bajo la custodia de Phlik; esto le dio al shistavanen un gran número de reclutas que procesar.

Korta Sarc: Este shistavanen era Premier Alfa del sistema Uvena durante los primeros años del Nuevo Orden, hasta que fue encontrado asesinado en la embajada jenet en Uvena III.

Riv Shiel: Este shistavanen, que utilizaba ocasionalmente el alias de Shaalir Resh, era miembro del Escuadrón Pícaro de Wedge Antilles. Shiel había asesinado a un soldado de asalto imperial que le había confundido con Lak Sivrak, y el Imperio le había condenado a muerte.

Shiel contrajo el virus krytos después de la liberación de Coruscant. Fue tratado con bacta casi inmediatamente, pero durante su recuperación fue marginado un tiempo.

Shiel volvió al servicio activo después de que los Pícaros se separasen de la Nueva República. Su última misión fue escoltar y tomar el Xucphra Alazhi con la ayuda de Gavin Darklighter y, pese a que les costo hacer entrar en razón al capitán del Alazhi, al final consiguieron convencerle para que rindiese la nave, después de asegurarle que las familias de los tripulantes estarían a salvo de Ysanne Isard. Sin embargo, un destructor estelar, Corruptor, salió del hiperespacio y destruyó el Alazhi y el caza de Shiel, matando a todos los que estaban a bordo de cualquiera de esas naves. Gavin Darklighter logró escapar.

Caet Shrovl: Esta shistavanen era albina, lo cual la hacía muy sensible a la luz, y tenía que taparse totalmente para caminar bajo condiciones diurnas estándar. Shrovl consideraba que su albinismo era culpa del Imperio, que había experimentado con su madre.

Shrovl conoció a un grupo de piratas conocidos como los Supervivientes de Khuiumin, que también odiaban el Imperio por haberles diezmado en Khuiumin. Shrovl se unió a este grupo como piloto de caza del Escuadrón Roca, bajo el código Roca Diez.

Shrovl conoció a Remart Sasyru, un hombre vanidoso que servía también como piloto. Shrovl rechazó la falsa amistad de Sasyru, y éste la golpeó.

Shrovl también probó uno de los cazas que Corran Horn había equipado con hiperimpulsores y, después, cuando Horn empezó a aterrorizar a grupos de piratas haciéndose pasar por un "jedi vengador", Shrovl aprovechó su familiaridad con el hiperimpulsor para huir de Courkrus. En la actualidad, el paradero de Shrovl es desconocido.

Nira Sivrak: Creemos que esta shistavanen era la cuñada de Lak Sivrak. Nira estaba casada con Tagg Sivrak, y tenían al menos un hijo. Los Sivrak realizaron un gran sacrificio monetario para poder enviar a su hijo a estudiar cartografía a la Universidad de Coruscant, pero el hijo se sentía desplazado por el rechazo que los demás estudiantes, e incluso los profesores, sentían hacia su especie.

Tagg Sivrak: Creemos que este shistavanen era el hermano de Lak Sivrak. Tagg estaba casado con Nira, y tenían al menos un hijo. Los Sivrak realizaron un gran sacrificio monetario para poder enviar a su hijo a estudiar cartografía a la Universidad de Coruscant, pero el hijo se sentía desplazado por el rechazo que los demás estudiantes, e incluso los profesores, sentían hacia su especie.

Za

Za: Este príncipe shistavanen era miembro del Consejo Interno Imperial. También era una marioneta de Norym Kim, y Kim le pagó para ser el primero en nominar a Xandel Carivus para suceder a Nolyds como líder del Consejo después del asesinato de Nolyds; Kim opinaba que Carivus era poco más que un burócrata sin ambición, y el hombre ideal para ocupar un puesto tan peligroso y susceptible a asesinos como la cabeza visible del Imperio; y al mismo tiempo, esperaba poder controlarle.

Sin embargo, Carivus estaba compinchado con Nom Anor, que no sólo era responsable de la explosión que había matado al anterior jefe del Consejo, sino que después acuchilló a otro miembro del Consejo, el almirante Banjeer. Entonces, la falsa Fena D'Asta y Lord Manos sugirieron que se votase para relegar a Carivus como jefe del Consejo, por no haber sabido protegerles. Za fue el único que secundó la moción, lo cual no fue suficiente para que se aprobase.

Poco después, el general Immodet murió envenenado, y Xandel Carivus, supuestamente sospechando de los miembros alienígenas del Consejo, les hizo arrestar a todos, incluido Za. Za fue encerrado, pero se cree que no fue ejecutado inmediatamente, y Kir Kanos no le mató después de acabar con Carivus.


Lak Sivrak

 

El hombre-lobo shistavanen que estaba en la cantina de Mos Eisley cuando entró Luke Skywalker, al igual que muchos de los parroquianos, tiene una historia que contar, pero él ya nunca podrá contarla. Explorador, piloto, guerrero y amante son sólo cuatro de las actividades a las que Lak Sivrak dedicó su tiempo.

Para Lak Sivrak, todo empezó cuando trabajaba como explorador para el Imperio. Lak Sivrak rastreaba los límites del espacio conocido, intentando cartografiar rutas de comercio para las operaciones mineras del Imperio. Pese a la política pro-humana del Imperio, el empleo de Lak Sivrak aparentemente no corría peligro porque él era un buen explorador y, mientras hubiese buenos resultados, sus jefes estarían contentos. Lak Sivrak no tenía interés alguno por la política, puesto que pasaba la mayor parte de su tiempo a años-luz del punto civilizado más cercano; no conocía las atrocidades del Imperio ni la existencia de una Rebelión organizada.

Lak Sivrak

Durante una de sus misiones, Lak Sivrak encontró a un grupo de colonos indigentes. El shistavanen comprendía que, si no tomaban ciertas medidas pronto, esa pobre gente moriría de inanición. Lak Sivrak les ofreció su ayuda para asentarse en el planeta y poder salir adelante, enfrentándose a las adversidades de la naturaleza.

Los colonos en realidad eran miembros de la Alianza, huyendo después de que el Imperio hubiese destruido sus mundos de origen. Intentaron convertir a Lak Sivrak a sus creencias políticas, pero él se resistió. Sin embargo, aceptó guardar en secreto la localización de la colonia, puesto que se imaginaba lo que el Imperio podría hacer si les encontraba. Después de haber hecho su buena acción, Lak Sivrak dejó el planeta.

Pero el Imperio desconfiaba instintivamente de los alienígenas, incluso de quienes aparentemente servían de buena gana al emperador. Una misión imperial posterior revisó algunos de los planetas que Lak Sivrak había explorado previamente, y encontraron a los colonos rebeldes donde, según Lak Sivrak, no había nada digno de mención. El Imperio interrogó a los rebeldes y, bajo tortura, éstos confesaron que Lak Sivrak les había ayudado consciente y premeditadamente, aún después de conocer su filiación.

El Imperio, conocedor al fin de la omisión de Lak Sivrak, empezó por despedirle de su empleo y, después, le declaró fuera de la ley por ayudar a la Alianza. Afortunadamente, la burocracia imperial exigió un cierto tiempo entre su despido y el momento en que fue declarado fugitivo, por lo cual Lak Sivrak tuvo la oportunidad de empezar su huída.

Ahora, Lak Sivrak era un hombre-lobo shistavanen perseguido, un fugitivo condenado a muerte por el Imperio. Para poder escapar, Lak Sivrak se vio obligado a matar a varios soldados de asalto, lo cual no le hizo ganar puntos ante sus antiguos jefes. Armado con un rifle bláster lleno de muescas, una pistola bláster y un vibrofilo que apenas sí sabe manejar, Lak Sivrak recorrió la galaxia, mirando de reojo a cualquier imperial que encontrase. Lak Sivrak, sin embargo, no estaba del todo desanimado. Después de todo, él era un perfecto cazador, y sabía cómo enfrentarse a las adversidades como ésa, que, por otra parte, no eran tan distinta del momento de la caza, la enormidad del ahora por encima de todas esas nimiedades políticas.

Huyendo como tantos otros, Lak Sivrak llegó a Tatooine, un planeta perdido tan lleno de alienígeans fugitivos y vagabundos, que nadie se fijaría en alguien como él. La importante presencia hutt en el sistema haría que, probablemente, la gente le creyese otro alienígena traído por los hutts. Incluso aunque le reconociesen como un explorador shistavanen, el Imperio había cerrado los Territorios del Borde Exterior para la exploración; siempre parecería sólo otro desempleado.

Lak Sivrak decidió que su nombre completo era demasiado llamativo, y se lo acortó a Sivrak. Este pseudónimo, aunque ingenuo, le dio buen resultado: Pese a que Mos Eisley estaba lleno de soldados de asalto (Desde luego, demasiados para el gusto de ningún shistavanen fugitivo), ningún imperial le prestaba atención.

Incluso en lugares tan alejados de lo que mucha gente conoce como civilización, existen puntos donde hay más alienígenas variados que en otros. Uno de ellos era la infame cantina de Chalmun. Sivrak, ahora sólo Sivrak, se metió en la cantina para beber un trago. Era la primera vez que entraba allí.

Sivrak no estaba de un humor demasiado bueno ese día. Había ido a la barra a pedir una jarra de gilden aplastado. Los tentáculos salían del borde de la jarra, dando fe de que era fresca. Sivrak estaba pensando que el planeta tenía demasiada presencia imperial y que lo abandonaría en cuanto tuviese suficientes créditos para ello. Después de lo que le había hecho el Imperio, la Alianza era una posibilidad mucho más atractiva que antes. Mientras pensaba todo esto, un jawa chocó con él, corriendo hacia las escaleras de salida.

Y entonces, él la vio. Una criatura parecida a una anguila, con una boca poblada de varias filas de colmillos, rodeados por tallos sensibles a la luz. Su cuerpo serpentino no era sino una masa de anillos musculosos, capaces de retener enormes presas, y coronados en un único aguijón. ¿Y qué decir de ese delicioso olor a feromonas? Sivrak nunca había visto a una criatura así, pero sabía lo que era. Era el asesino más perfecto, igual que él era el cazador más perfecto. Era un lamproide, una criatura nativa de Florn, uno de los mundos más hostiles de la galaxia. Y, a juzgar por las feromonas, era una hembra.

Sivrak siempre había sido muy liberal en lo tocante a las relaciones sentimentales interraciales y, como cazador, se sentía atraído por la asesina lamproide.

"¿Te pago una copa?", siseó seductoramente la lamproide.

Ella se llamaba Dice Ibegon, y también se sentía atraída por el hombre-lobo shistavanen, que se estaba comportando de un modo bastante romántico. La primera copa llevó al primer beso, con sus colmillos chocando hasta ajustarse en la posición correcta.

Lak Sivrak y Dice Ibegon en la cantina de Mos Eisley

Dice Ibegon era una agente de la Alianza, y Sivrak estaba decidido a seducirla. En ese momento, no le importaban los juramentos de lealtad a monarcas alderaanianos o al regreso de la República. Lo único que Sivrak sabía era que estaba enamorándose de Dice, y que quería estar con ella.

Sivrak se unió a la Alianza Rebelde sólo por amor hacia Dice, pero el amor nunca fue un mal motivo para hacer lo correcto. Sivrak tenía experiencia como piloto y navegante, de sus tiempos como explorador, y la artillería no se le daba nada mal. El hombre-lobo shistavanen no tardó en ganarse su mono naranja de piloto, y pronto apoyaba realmente los nobles ideales de la Alianza, no sólo por Dice, sino por lo que la Alianza representaba. Comprendiendo que, al fin, él abrazaba los mismos ideales que ella, ella también se enamoró de él.

Y ella lo sabía con toda seguridad. De algún modo, la lamproide estaba en armonía con el campo de energía místico conocido como la Fuerza. No era en absoluto un jedi, ni mucho menos, pero su poder innato y su entrenamiento le permitían leer algunas mentes. Al menos, las mentes de las personas más próximas a ella, como la mente de la criatura a la que amaba.

Sivrak y Dice fueron enviados a la base rebelde del planeta Hoth, y estaban allí cuando el Imperio inició su ataque. Pese a que Sivrak era piloto, aparentemente no fue asignado al enfrentamiento con los andadores en la superficie planetaria, ni a la defensa de los transportes que salían del planeta. El hombre-lobo shistavanen estaba en el interior de Base Eco cuando entró el Imperio, y el frío era tal que ni sus desarrollados sentidos podían oler la sangre de los muertos... pero podían olerla a ella.

El comunicador principal no dejaba de informar, dando órdenes de evacuar. El centro de mando había sido impactado, y todas las tropas debían presentarse en el sector 12 para proteger los cazas. Pero Sivrak estaba más allá de las órdenes.

Dice había sido malherida, y la nieve a su alrededor se teñía con el púrpura de su sangre. Un mellado fragmento de metal había atravesado su traje aislante, perforando su torax, y gotas violetas brillaba congeladas sobre él. Sivrak dijo el nombre de su amada en voz alta.

La lamproide abrió sus órganos sensoriales ópticos y le miró. Ambos sabían que ella estaba más allá de toda esperanza.

"Vete", le dijo.

"¿Cómo?", preguntó él. "He jurado lealtad a la princesa y al regreso de la República".

Los colmillos de la lamproide se tornaron divertidos, pese a que su mero jadeo de dolor se convertía en niebla en el aire gélido.

"Nunca quisiste llevar el uniforme de un rebelde. Ese día, en la cantina, sólo aceptaste mi oferta de unirte a la Alianza para poder enredarte en mis anillos".

Eso había sido cierto entonces, pensó Sivrak, pero ya no. Él era ahora un orgulloso guerrero y un miembro de la Alianza Rebelde. Pero, sin Dice, el pasado no importaba.

"¿Qué es el pasado?", preguntó Dice, leyéndole la mente.

Sivrak no tenía tiempo de filosofar, y extrajo un kit médico de su cinturón. Al examinarlo, comprendió que la mayoría de los medicamentos estaban pensados para hombres-lobo shistavanen y no para lamproides, y Sivrak no tenía ni idea de cómo podía reaccionar la fisionomía lamproide ante esas medicinas. ¡Pero tenía que hacer algo!

"Ya has hecho algo", dijo Dice, mirando hacia el cielo visible a través de las grietas del techo. "Somos parecidos. Cazador y asesina saben que los enfermos deben ser selectivamente eliminados de la manada. Y el Imperio está podrido. Debes dejarme para continuar nuestra lucha hasta el final".

El comunicador informó de que las tropas imperiales habían entrado en la base, y Sivrak decidió quedarse con Dice y morir con ella. "¿Qué es la muerte", le preguntó la lamproide, "comparada con el amor?".

La voz de Dice cada vez era más ténue. La estaba perdiendo. Con su último aliento, ella le pidió que creyese en la Fuerza, no porque ella se lo dijese, sino porque no hay elección. Después de eso, la lamproide falleció en la nieve.

Sivrak sostuvo el cuerpo de Dice hasta el momento en que un andador destruyó el generador primario de la base. Un rebelde humano tiró del brazo de Sivrak para urgirle a que dejase la base, pero el rugido del hombre-lobo shistavanen bastó para hacer que el humano se fuese solo.

Aún le quedaba algo que hacer con Dice, pensaba Sivrak, recordando las historias que había oído sobre lo que los biogenetistas imperiales hacían con los cuerpos de los rebeldes muertos. Partes de ellos eran clonadas para realizar investigación inmorales, o para practicar deportes aún más inmorales. Eso no sucedería con Dice. Ajustó la intensidad de su bláster para incinerar el cadáver de su amada hasta desintegrarlo totalmente. Después, ya se preocuparía de llegar a la salida a tiempo; ni ahora ni entonces eso le iba a importar.

El cuerpo de Dice se desintegró, pero ahora no podemos saber si lo hizo por causa del arma de Sivrak, o por otros motivos; después de todo, Dice era fuerte en la Fuerza. Además, en ocasiones posteriores, la forma fantasmal de Dice se le apareció a Sivrak para recordarle que, pese a su amor por ella, la Alianza aún necesitaba sus servicios. A menudo, Dice se presentaba en un entorno virtual muy similar a la cantina donde ambos se encontraron por primera vez, y Sivrak escuchaba constantemente la música de Figrin D'an y los Nodos Modales.

Dice

Sivrak siguió esforzándose, puliendo sus habilidades como piloto, y llegó a ganarse sus propias alas para la última gran batalla de la Alianza contra el emperador: La batalla de Endor. El hombre-lobo shistavanen estaba preparado, enfundado en su mono naranja y a los mandos de su propio caza ala-X, dispuesto a aprovechar los secretos comprados con sangre bothan.

Por otra parte, el encontrar tantos superdestructores en perfecta formación le hizo considerar seriamente la posibilidad de que se tratase de una trampa de algún tipo. Siempre les habían estado esperando, y los bothans no habían hecho otra cosa que seguirles el juego.

De todos modos, Sivrak no se amedrentaba fácilmente. Cuando las naves comandante no se movieron, él decidió que los cazas TIE eran su principal preocupación incluso antes de que el comunicador diese órdenes de proteger a la flota sin importar el riesgo. El shistavanen aún se estaba preguntando qué le quedaba por arriesgar. Sin Dice, la perspectiva de la muerte no era tan horrible. El nombre de su amada fue su grito de guerra mientras los escudos de su caza deflectaban los ataques imperiales y él atacaba.

Entonces, tuvo uno de esos extraños flashbacks que utilizaba Dice para decirle algo. Sivrak se sintió de nuevo en la cantina, como si, una vez más, encontrase por primera vez a Dice. Sus ataques, por otro lado, lograron destruir uno de los tres cazas TIE que le atacaban en formación, pero los otros dos lograron destruir varios sistemas del caza ala-X de Sivrak, que caía en picado hacia Endor mientras el almirante Ackbar y el general Calrissian discutían la mejor estrategia por el comunicador.

La situación no era tan intrínsecamente mala para Sivrak. Aún quedaban algunos controles intactos en su caza, controles que, aunque inútiles en el vacío, le permitirían aterrizar en Endor una vez entrase en la atmósfera. En la luna boscosa, un cazador como él podría sobrevivir. ¿Pero qué sentido tenía la vida sin... sin ella? Alternativamente, Sivrak observó una opción, algo más suicida: Si el escudo deflector de la Estrella de la Muerte no había bajado, bien podría ser porque Solo y su comando habían fracasado. Dirigir su ala-X contra el generador del escudo no sólo era un suicidio, sino que sólo tenía una probabilidad entre un millón de tener éxito.

Sin embargo, los dos cazas TIE supervivientes aún estaban atacando a Sivrak. Quizá le consideraban un blanco lo bastante importante, o quizá buscaban venganza por la muerte de su compañero. Sivrak calculó que sólo tendría ocasión de hacer dos disparos, uno para cada uno. Quizá acertaría. Quizá no.

Sivrak disparó, y observó cómo el primero de sus disparos destruía a uno de los cazas pero, antes de ver qué pasaba con el otro, Dice se le apareció de nuevo y le llevó hasta el día de su muerte en Hoth. Cuando Sivrak volvió a sentir que estaba en su caza, el frío del planeta helado aún erizaba su piel, pero comprobó satisfecho que el último caza TIE había sido borrado de las estrellas.

Antes de poder decidir si dirigiría su caza contra el generador del escudo, o hacia la seguridad de los bosques, Dice se lo volvió a llevar a la cantina. Esta vez, la cantina estaba casi vacía. Era de noche, y Tatooine se enfrentaba al desafío de seguir adelante después de la guerra. Jabba estaba muerto. Sivrak comprendió entonces que Dice también estaba muerta, pero al mismo tiempo estaba allí, hablando con él.

Esa vez, Sivrak se enfrentaba a otra decisión definitiva. Podría levantarse de la mesa y marcharse de la cantina igual que el androide dorado que no iba a tardar en intentar entrar, o podría quedarse y vivir la vida que había vivido. Esa decisión podría cambiarlo todo... porque la Fuerza no sólo estaba con Dice. También estaba con Sivrak.

El androide dorado se enfrentó a la soez orden del camarero, y se giró para marcharse. Sivrak, por el contrario, no quería dejar a Dice.

"¿Aún sabiendo todo lo que sabes?", le preguntó la lamproide. "¿Sabiendo lo que te espera?".

Sivrak no respondió y se acercó a ella, enrollándose en sus anillos durante un parasegundo que duraría para siempre.

"A veces, la elección es una ilusión", dijo él, sabiendo que todas las elecciones eran la misma y que lo habían sido desde el instante en que, tanto tiempo atrás, había entrado en la cantina y había visto a Dice.

Sivrak dirigió su caza hasta el punto de no retorno, y apuntó hacia el generador del escudo. Las defensas no podrían ser atravesadas en condiciones normales, pero quizá, con la batalla que rugía sobre sus cabezas, las condiciones no eran normales. Cuando ya no había vuelta atrás, Sivrak oyó por el comunicador que Solo lo había conseguido, que el escudo había caído. La caza había terminado con la victoria de su bando.

Sivrak pudo ver claramente las ruinas llameantes del generador del escudo, justo en su camino, mientras la antena de comunicaciones de su caza se quemaba y le impedía seguir oyendo los rugidos de victoria de sus compañeros. El hombre-lobo shistavanen sacó las manos de los controles y esperó pacientemente lo inevitable.

Esa misma noche, estaba caminando por la luna de Endor. La música que oía no era creación de los biths, sino de los ewoks. Allí, en la celebración, la forma etérea de Dice le esperaba para explicarle que el emperador había muerto, que su lucha había terminado y que, a partir de ese momento, ambos serían, como siempre lo habían sido, seres luminosos. Ella le abrazó explicándole que el verdadero amor no puede negarse, y después le llevó a un lugar, en cierto poblado ewok, donde tres amigos, también espectrales, esperaban que se uniesen a ellos.

Y fueron felices por toda la eternidad.


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