Cathar es un planeta de numerosos nichos ecológicos, pero principalmente parece estar cubierto de vastas llanuras solitarias y densos bosques con enormes árboles, con ocasionales montañas. Cuando uno se acerca a los troncos de los árboles, puede ver claramente talladas imágenes de colosal tamaño. Son pictogramas representando épicas, leyendas e historias de grandes figuras de la historia de Cathar.
Por supuesto, han sido tallados por la especie dominante del planeta.
Esta especie se conoce también por el nombre de cathar. Son humanoides felinos con leoninas melenas, normalmente más abundantes en los varones. Los varones tienen dos dientes puntiagudos que se extienden desde la mandíbula superior hacia la barbilla. Pese a que estos colmillos no están presentes en las mujeres, ellas son tan agresivas y audaces como los varones, si no más, y aparentemente pueden optar a las mismas posiciones que los varones. Los hombres miden una media de metro ochenta, y las mujeres normalmente sólo llegan al metro sesenta. Ambos sexos presentan garras cortantes en manos y pies.
Los cathar son veloces corriendo y suele ir a las llanuras de su mundo. Algunas de las llanuras, como la llamada Ancha Llanura, son considerados lugares de soledad cuando un cathar quiere alejarse del mundo y simplemente estar sobre la hierba.
Pero otras son más peligrosas, hogar de diversas bestias. Quizá la más temible sea el kiltik, un insectoide gigantesco que caza de noche y duerme de día. La capacidad destructiva de los kiltiks es tal que pueden aniquilar poblaciones enteras de otras criaturas, y destruir totalmente ecosistemas. Por ello, los cathar cazan regularmente a los kiltiks para mantener una población estable. Los kiltiks han demostrado tener una rudimentaria sociedad, en la que los drones hacen la mayoría del trabajo para proteger a la reina.
No es el caso de los cathar. Se considera que la sociedad cathar es increíblemente avanzada, sobre todo dado su relativo aislamiento. Se les considera ecologistas: Vacían parte de los gigantescos árboles de su mundo y crean sus ciudades en el interior de los troncos.
La cultura cathar contempla la cacería de sangre como modo de expiación. Es un ritual de limpieza para los cathar que necesitan alejarse del mal o el odio en sus entrañas. La efectividad de la cacería de sangre no ha sido demostrada.
Los cathar admiran a sus héroes. Aparte de tallar sus historias en los árboles (normalmente en vida), les dedican desfiles cuando vuelven al planeta. En tiempos de la Antigua República, muchos cathar llegaron a ser grandes maestros jedi, y los más notables han visto sus vidas talladas (otros han muerto demasiado pronto para verlas, pero las tallaron igual).
Los cathar son seres orgullosos y apasionados, con un fuerte sentido de la moral. Sus vínculos con la tradición y la familia son prácticamente irrompibles, lo cual hace que la amistad de un cathar sea inalterable. El matrimonio cathar es monógamo de por vida. Un cathar sólo puede tomar un cónyuge y, aún si éste muriese, no podrá tomar otro jamás.
Ahora bien: El odio de un cathar es tan intenso como su amor. Se les considera tranquilos, pero cuando consideran que deben actuar, no pierden un segundo en hacerlo, y la ferocidad con la que actúan les ha valido fama en toda la galaxia.
El sentido del honor de un cathar ha valido notoriedad, incluso a nivel extraplanetario, a no pocos soldados y líderes. Los exploradores cathar son asimismo una vista frecuente fuera de su mundo, aunque lo más probable es que los jedis cathar sean los más reconocidos. Han aparecido ocasionalmente contrabandistas cathar y otros delincuentes, pero son más la excepción que la regla, y en todo caso incluso ellos mantienen estrictos códigos morales que nunca violarían.
El idioma catharés es perfectamente compatible con el Básico; cualquiera que sepa Básico puede aprender catharés. Sin embargo, los cathar muestran la curiosa tendencia a recalcar sus palabras con rugidos ocasionales, no importa en qué idioma estén hablando.
Crado: Este cathar vivió en tiempos de la Antigua República, estudiando en Dantooine. Era uno de los aprendices padawan del maestro Vodo-Siosk Baas, junto con Sylvar y el humano Exar Kun. Crado y Sylvar eran amantes (lo cual es un vínculo cathar del mismo nivel que el matrimonio), y Crado sentía además gran respeto por el poder y habilidad de Kun. Sabía que no era su rival, desde luego no en esgrima, y en cierta ocasión, durante un entrenamiento, Crado afirmó que, pese a luchar con todas sus fuerzas, se sabía perdedor desde el primer momento. La humillación de Crado instó a Sylvar a combatir a Kun para vengar la afrenta. Después de ese combate, Kun desafió al maestro Vodo, y Crado le lanzó su propio sable de luz a Kun para que demostrase con actos sus palabras.
Después de que Kun abandonase Dantooine, Crado y Sylvar acompañaron al maestro Vodo a una reunión de jedis en Deneba. Durante el viaje, Sylvar y Crado disfrutaron de su mutuo amor. Crado incluso sugirió a Sylvar que volviesen a Cathar y disfrutasen de la fama que obtendrían entre los cathars, pero Sylvar había decidido ser una jedi por siempre. Antes de continuar la reunión, se acercaron a Deneba. El maestro Vodo acababa de recibir un mensaje telepático de Kun pidiéndole ayuda, así que él pidió a su vez a los cathar que se ocupasen de los controles. Desgraciadamente, Vodo no pudo ayudar a Kun y, cuando Kun cayó en el lado oscuro, Crado oyó su grito en la Fuerza, aún desde años luz de distancia.
La nave del maestro Vodo llegó a la reunión en Deneba cuando los enemigos de los jedi, los krath, habían iniciado su ataque con droides de guerra. Crado, como los otros jedis presentes, participó en el combate, pero no se conoce su colaboración exacta.
Más tarde, Crado y otros jedis se encontraban en el mundo de Ossus cuando llegó Exar Kun. Kun afirmó ante los jedis que, en sus viajes, había descubierto nuevas habilidades de la Fuerza, secretas, prohibidas y/u olvidadas, y que quería compartirlas con otros. Kun afirmó también haber destruido al espectro de Freedon Nadd. Crado quedó impresionado por ello, y estuvo entre los jedis que eligieron seguir a Kun.
Kun llevó a sus nuevos seguidores a Yavin IV, "sede de secretos y conocimiento olvidados". Algunos percibieron el lado oscuro en el planeta, e incluso fueron atacados por los massassi nativos. Crado les instó a que esperasen y diesen a Kun la oportunidad de explicarse. La explicación de Kun fue convincente y satisfactoria: No negó la presencia del lado oscuro en el planeta, pero estaba seguro de poder conquistarlo con el lado luminoso. Crado fue el primero en apoyar a Kun. Kun utilizó un holocrón del lado oscuro para controlar a todos sus seguidores aunque, por algún motivo, Crado no fue controlado. Él siguió a Kun voluntariamente.
Exar Kun ordenó a sus seguidores abatir cada uno a su maestro jedi. Sin embargo, encargó a Crado que acompañase a Oss Willum a matar al maestro de Willum, Thon, que seguramente sería uno de los más difíciles. Kun se encargaría personalmente de Vodo. En el proceso de este asesinato, Kun se encontró con Sylvar, que exigió saber dónde estaba Crado. "Está aprendiendo a ser más fuerte", le respondió enigmáticamente Kun. "Más fuerte que tú".
Crado viajó a Ambria con Willum. Willum liberó a criaturas del lado oscuro en Lago Natth, controlándolas para que atacasen a Thon y a todos los presentes. Coincidencialmente, Thon estaba siendo visitado por Nomi Sunrider y Sylvar. Aún después de ver a Sylvar, Crado no detuvo a Willum. Estaba siguiendo voluntariamente a Kun, y procuraba no pensar en el precio.
Sin embargo, cuando Thon y los demás se defendieron, Willum y Crado fueron descubiertos. Sylvar se enfrentó a Crado y le acusó de traidor y de cómplice en la muerte del maestro Vodo. Sylvar hirió a Crado en el rostro con sus garras, pero Crado logró escapar.
Crado se excusó ante Kun por su fracaso en la muerte de Thon, e incluso por no haber podido impedir la captura de Willum. Kun le restó importancia al asunto, y prestó atención cuando Crado le pidió una oportunidad de expiar su fracaso. Kun permitió a Crado ser comandante en un importante ataque a Kemplex Nueve, en el sector Auril, para atraer a la flota de la República y destruirla con magia sith. Kun sabía que sacrificaría a quien enviase, así que no informó a Crado de los riesgos. Crado era para Kun un sirviente leal, pero débil, y se estaba convirtiendo en una molestia.
En Kemplex Nueve, Crado demostró no tener nada claro lo que tenía que hacer. Siguió las órdenes de Aleema Keto y estuvo presente cuando sus fuerzas detonaron una estrella en el Conglomerado de Cron y destruyeron varias naves de la República. Sin embargo, el uso del arma inició una reacción en cadena que destruyó las otras nueve estrellas del Conglomerado Cron. Las naves enviadas por Kun fueron igualmente aniquiladas como parte de un plan para hacerse con Ossus, el verdadero objetivo del sith. Crado murió preguntándose por qué Kun le había enviado a su muerte.
Después de ello, Sylvar fortaleció sus ansias de combate, exigiendo venganza por la muerte de su cónyuge. Aún después del final de la Gran Guerra Sith, Sylvar tardó años en reconciliarse con lo que había pasado.
Elashi: Un cathar de reconocida fama en la galaxia.
Feeth: Un cathar de reconocida fama en la galaxia.
Juhani: Esta cathar era una jedi en tiempos de la Antigua República. Como otros jedi de su especie, luchaba con sus instintos y emociones mientras intentaba obtener una mayor comprensión de la Fuerza. Juhani estaba totalmente comprometida con la Orden Jedi, y aspiraba a ser el Caballero Jedi perfecto, aún con sus luchas interenas. Se negaba a aceptar el fracaso entre sus iguales, lo cual tendía a alienarla de muchos otros jedi.
Kharr: Este cathar era un sabio en el mundo de Cathar diez años después del fin de la Gran Guerra Sith. Fue visitado entonces por Sylvar, que estaba enfurecida con Ulic Qel-Droma. Kharr le hizo ver que su enemigo no era realmente Qel-Droma, sino la rabia que había en su propio interior, y le advirtió que ese enemigo era aún más peligroso. Atendiendo a sus palabras, Sylvar decidió partir en una cacería de sangre.
Larducias: Un cathar de reconocida fama en la galaxia.
Manshara: Un cathar de reconocida fama en la galaxia.
Nodon: Este cathar era de la misma camada que Nonak. Nueve años después de la batalla de Endor, Nodon y Nonak se asociaron con el antiguo soldado de asalto Burrk, que había desertado antes de Endor. El negocio era de caza y venta de las pieles más cotizadas, y se especializaron en wampas, en el planeta Hoth. Su negocio tuvo bastante éxito.
Aceptaron en cierta ocasión llevar a Drom Guldi, barón administrador de las minas de Kelrodo-Ai, en una de las cacerías; también les acompañaría Sinidic, el ayudante de Guldi. Sin embargo, los wampas había aprendido de sus enemigos en las frecuentes incursiones, y les emboscaron en su nave. Los wampas activaron sin querer la autodestrucción de la nave y, aunque ellos no lograron salir a tiempo, los cathar y sus asociados quedaron varados en Hoth.
Se cobijaron en los restos de Base Eco, rechazando como podían los ataques de los wampas. Fueron descubiertos por Luke Skywalker y su amante Calista, que habían viajado a Hoth para intentar recuperar los poderes de Calista. Nodon fue herido entonces en el ataque de un wampa. Nonak murió durante una incursión wampa dentro de la base, intentando en vano salvar a su hermano.
Nonak: Este cathar era de la misma camada que Nodon. Nueve años después de la batalla de Endor, Nodon y Nonak se asociaron con el antiguo soldado de asalto Burrk, que había desertado antes de Endor. El negocio era de caza y venta de las pieles más cotizadas, y se especializaron en wampas, en el planeta Hoth. Su negocio tuvo bastante éxito.
Aceptaron en cierta ocasión llevar a Drom Guldi, barón administrador de las minas de Kelrodo-Ai, en una de las cacerías; también les acompañaría Sinidic, el ayudante de Guldi. Sin embargo, los wampas había aprendido de sus enemigos en las frecuentes incursiones, y les emboscaron en su nave. Los wampas activaron sin querer la autodestrucción de la nave y, aunque ellos no lograron salir a tiempo, los cathar y sus asociados quedaron varados en Hoth.
Se cobijaron en los restos de Base Eco, rechazando como podían los ataques de los wampas. Fueron descubiertos por Luke Skywalker y su amante Calista, que habían viajado a Hoth para intentar recuperar los poderes de Calista. Nodon fue herido entonces en el ataque de un wampa. Nonak murió durante una incursión wampa dentro de la base, intentando en vano salvar a su hermano.
Stragos: Un cathar de reconocida fama en la galaxia.
Sylvar: Esta cathar estudió para ser jedi en los años previos a la Gran Guerra Sith. Su maestro era Vodo-Siosk Baas, que le enseñó sobre la Fuerza en Dantooine. Sylvar era la amante (a todos los efectos cónyuge) de uno de sus compañeros, el también cathar Crado. El tercer estudiante del maestro Vodo era Exar Kun, que mantenía con Sylvar una relación de desprecio mutuo.
En cierta ocasión, Crado combatió con Kun en un duelo de entrenamiento, y fue humillado desde el primer momento. Vodo sugirió entonces que Kun se midiese con Sylvar; ella aceptó encantada porque quería vengar la afrenta contra su amado. Durante el duelo, Kun insultó la herencia alienígena de Sylvar incitándola a cometer errores. Por sus ofrentas, Sylvar se enfureció y atacó a Kun con sus garras, marcándole por siempre la mejilla con las cicatrices. Sylvar perdió el duelo, pero le dijo a Kun que ahora comprendía que él no era un jedi. Kun intentó atacarla con su sable, pero Vodo se lo impidió usando su bastón. Kun se enfrentaría después a Vodo y, a los pocos días, abandonaría Dantooine, convencido de que nada le quedaba por aprender.
Poco después, el maestro Vodo y sus dos aprendices cathar viajaron a Deneba a una reunión de emergencia en la que los jedi discutían sobre la amenaza de los krath. Durante el viaje, Sylvar disfrutó de la compañía de Crado. Él incluso llegó a sugerir que volviesen juntos a Cathar; sin duda serían famosos entre su pueblo. Pero Sylvar, aún amándole a él, había tomado el camino del jedi, y no estaba dispuesta a abandonarlo.
Al acercarse a su destino, el maestro Vodo recibió telepáticamente una petición de auxilio de Kun. Mientras él intentaba ayudar a su aprendiz humano, pidió a sus otros aprendices que se encargasen de los controles. Pero los poderes de Vodo fueron insuficientes y él fue golpeado síquicamente por el espectro de Freedon Nadd. Vodo cayó, y Sylvar fue corriendo a ver qué le sucedía. Por causa del fracaso de Vodo, Exar Kun cayó en el lado oscuro instantes después, y Sylvar y sus compañeros pudieron oír su grito gracias al poder de la Fuerza.
La llegada a Deneba tuvo lugar demasiado tarde para la reunión: Los krath habían iniciado su ataque con droides de guerra. Sylvar saltó a la batalla. Encontró un droide que acababa de capturar a la pequeña Vima Sunrider, y la cathar lo decapitó. La madre de Vima, Nomi, se lo agradeció y pidió conocer el nombre de la jedi. Sylvar no necesitó preguntarle a Nomi su nombre, pues conocía su reputación. Este momento marcó el inicio de la amistad que uniría a ambas jedis durante años, pese a que Sylvar siempre consideró que Nomi era una mujer demasiado amable.
Poco después, Crado se unió a las fuerzas de Exar Kun, convirtiéndose en un seguidor voluntario del nuevo lord del sith. Mientras, el asociado de Kun, Ulic Qel-Droma, se dedicaba a aterrorizar los astilleros de la República. El maestro Vodo y varios jóvenes jedi, incluída Sylvar, viajaron a Coruscant a convencer al Senado de que se ocuparían personalmente.
Durante la visita, Qel-Droma atacó Coruscant. Sylvar luchó contra los atacantes y estuvo a la altura. Planeaba llegar, junto con Vodo, Nomi y Cay Qel-Droma, hermano de Ulic, al centro de mando militar a supervisar las defensas. Lograron capturar a Ulic y llevarlo a juicio. Sylvar lamentaba que esto tuviese que pasarle a Ulic, porque sabía que Nomi estaba enamorada de él. Sin embargo, la cathar mantenía que había hecho lo correcto.
Kun entró en la sala del tribunal con varios sicarios. Sylvar atacó a sus tropas, exigiendo saber dónde estaba Crado. La respuesta de Kun sólo insinuó que Crado estaba aprendiendo a utilizar el lado oscuro para ser más fuerte que antes, más fuerte que Sylvar. El maestro Vodo desafió a Kun a un combate, rechazando la ayuda de Sylvar, pero perdió y fue asesinado. Sylvar intentó atacar a Kun. Fue inútil: El poder de Kun era demasiado grande para ella.
Comprendiendo que le quedaba mucho que aprender, Sylvar viajó con Nomi y Vima a Ambria, a recuperarse y mejorar bajo la tutela del maestro Thon. Pero Kun quería ver muerto a Thon, así que envió al antiguo aprendiz de Thon, Oss Willum, a matarle. Previendo que Thon sería especialmente difícil, pero ignorando que Sylvar estaría allí, Kun envió a Crado como refuerzo para Willum.
Willum utilizó a las criaturas del lado oscuro en Lago Natth para matar a todos los presentes. Crado no le detuvo, aún sabiendo que Sylvar estaba allí. Sin embargo, Sylvar, Nomi y Thon se defendieron. Sylvar encontró a Willum y le atacó, cambiando de blanco sólo cuando Thon pudo ocuparse de Willum. Sylvar pasó a enfrentarse a las criaturas del lado oscuro y, cuando vio a Crado, le acusó de traidor y de cómplice en la muerte de Vodo. Sylvar hirió a Crado en el rostro, causándole heridas similares a las de Kun.
Después de eso, Kun envió a Crado a Kemplex Nueve como parte de un plan que obligaría a los jedi a evacuar Ossus, dejando atrás valiosos tesoros en forma de sables de luz o documentos; el plan incluía también sacrificar a Crado. Sylvar estaba en Ossus en ese momento, y encontró a Kun cuando éste intentaba saquear el planeta. Sylvar le atacó con intención de matarle. Por desgracia, Kun interpuso a sus guerreros massassi en el camino de Sylvar. Sabía que los massassi no serían rival para ella, pero le darían oportunidad de escapar.
Cuando terminó la Guerra, Sylvar siguió siendo jedi: Era todo lo que le quedaba. Sin Crado, no podía aspirar a tener una vida familiar, y la gratitud de los cathar hacia su heroína no le satisfacía. Incluso cuando los jedis indultaron a Ulic Qel-Droma, que había desertado de Kun y les había llevado a la victoria, Sylvar mantuvo su sable de luz al cinto. Llegó a odiar a Qel-Droma, pero ser jedi estaba por delante de todo eso.
Diez años después del fin de la Guerra Sith, Sylvar asistió a la reunión jedi en la Estación Exis, acompañada de un séquito cathar. Aún estaba amargada y llena de odio porque Qel-Droma siguiese siendo libre, y afirmaba tener mucho que decir a los jedi, pero esperaría su turno. El primer discurso sería el de su amiga Nomi, y durante éste, Sylvar (y casi todo el mundo) percibieron que Vima se había metido en problemas, pero pocos pudieron ayudar a la adolescente, salvo Tott Doneeta, un jedi twi'lek que también había luchado en la Guerra.
Sylvar dio un apasionado discurso en contra de Qel-Droma, diciendo que se había convertido en la mayor vergüenza de los jedi. Después de oir estas palabras, Doneeta explicó a Sylvar que él sentía demasiada rabia en ella. Le sugirió pasar algo de tiempo en Ryloth con él, aprendiendo a "cabalgar la tormenta" de su furia.
Cuando llegaron a Ryloth, Tott estaba ayudando a que su clan se reasentase, pero el clan R'lyek, enemigo de los Doneeta desde hacía generaciones, había iniciado una serie de ataques. Sylvar, guerrera nata, incitó a los Doneeta a coger las armas. Afortunadamente, Tott pudo encontrar un modo de evitar la guerra: Convenció a los líderes de ambos clanes para que se sacrificasen en las tierras luminosas, y así se podría crear un nuevo clan juntando a ambos. A Sylvar no le gustaba la idea de que los líderes muriesen voluntariamente en vez de hacerlo en batalla; no lo consideraba su camino. Decidió volver a Cathar, pero Tott la acompañó.
Al llegar a Cathar, los compatriotas de Sylvar la recibieron con desfiles y tallando su épica en un árbol. Sylvar se reunió con Kharr, un sabio que le hizo comprender que su enemigo no era realmente Ulic, sino su propia rabia, y ése era un enemigo aún más peligroso. Sylvar decidió ir en una cacería de sangre como ritual de limpieza, y pidió a Tott que la acompañase.
En su cacería, Sylvar aniquiló a un enjambre entero de kiltiks y a su reina, en un arrebato de ira. Tott le explicó que ella no se estaba librando de su rabia, sino que se abandonaba a ella, siguiendo el conocido sendero hacia el lado oscuro. Sylvar siguió cazando, pero no encontraba purificación. Incluso atacó a un explorador que se había acercado a ella con un mensaje. El explorador pudo darle el mensaje y escapar de allí.
Al descubrir que la hija de Nomi había desaparecido, Sylvar fue a ver a su amiga. Cuando llegó, Nomi había descubierto que Vima estaba estudiando la Fuerza con Ulic Qel-Droma. Nomi creía que Qel-Droma era ya inofensivo, pero Sylvar era de otra opinión.
Un piloto llamado Hoggon, aficionado a los jedis, había llevado a Qel-Droma al planeta Rhen Var, y después, cuando llevó a Vima, descubrió la identidad de su pasajero. Cuando intentó decírselo a Nomi, ella no le creyó. Hoggon quería informar a los jedi, y pensó en Sylvar: Después de haber oído su discurso, Hoggon sabía que Sylvar tenía mucho interés en coger a Qel-Droma.
Nomi encontró a Qel-Droma antes, pero le dejó solo. Llegó entonces Sylvar exigiendo justicia. Qel-Droma le dijo que él no tuvo nada que ver con lo de Crado, que Crado había tomado sus propias decisiones y que Sylvar era tan responsable como Qel-Droma de formar a Crado hasta convertirle en lo que llegó a ser. Qel-Droma había intentado ocultarse, morir y expiar, pero había superado su propia culpabilidad. No podía cambiar el pasado, pero se negó a combatir a Sylvar. Sylvar fue incapaz de ejecutar a un hombre indefenso. Qel-Droma había conseguido liberarla de su propia rabia.
Pero Hoggon disparó entonces y mató a Qel-Droma, creyendo que era un temible criminal. Sylvar, enfurecida, apresó a Hoggon y le dijo que, de no haber sido por el hombre al que él acababa de matar, ella habría abierto la garganta a Hoggon. Así, ante los ojos de Sylvar, Nomi y Vima, Qel-Droma se hizo uno con la Fuerza, desapareciendo como sólo un maestro jedi puede.
Tinisho: Un cathar de reconocida fama en la galaxia.
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