LOS STEREBS

Articulo creado por Skippy Farlstendoiro y maquetado por Al Noah, los xenobiólogos de SithNET
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Los Sterebs


 
"Tú estuviste en Serroco cuando convirtieron las ciudades stereb en cráteres de cristal. En Duro, cuando los droides de guerra Basilisco llovieron como meteoros sobre las ciudades orbitales, y cuando los mandalorianos prendieron fuego a las llanuras xoxin de Eres III, cuyos fuegos aún arden" (Atton Rand, a la Exiliada Jedi).

Los esquivos sterebs, supervivientes en Serroco a duras penas, vistos de soslayo en Prakith y encontrados en otros mundos rocosos pese a que ellos mismos eran malamente capaces de usar tecnología. Estos seres primitivos y de peculiar cultura sobrevivieron a la esclavitud y los bombardeos de mandalorianos y Lores del Sith. Conozcamos hoy a esta especie.

El mundo de origen de la especie stereb era Serroco, en la Región de Expansión, cerca de la frontera externa hacia el Borde Medio. Aunque no tenía rutas hiperespaciales cercanas, contaba con mundos vecinos prestigiosos como Arkania, Bordii, Cathar y Perave. La superficie planetaria era árida e intensos tornados azotaban su superficie.

Los sterebs eran encontrados en otros mundos poco poblados. Destacaba entre éstos Prakith, en el sistema Prak de cinco mundos en el Núcleo Profundo. Aunque el Núcleo Profundo era prácticamente imposible de navegar, Prakith contaba con la ventaja de estar en acaso la ruta hiperespacial principal de la zona, la Carrera Byss, que unía el sistema Byss con Emperatriz Teta, punto de acceso a los Mundos del Núcleo.



Serroco en la Región de Expansión, cerca de la Vía Hydiana.
Prakith en el Núcleo Profundo, en la Carrera Byss.

Prakith era un planeta terrestre, pero severo, con riscos tortuosos, cañones dentados y barrancos de arena entre sus montañas y llanuras, con una inhospitalidad que se comparaba a Tatooine y Utapau. Generalmente estándar en muchos aspectos, tenía un diámetro de 17.400 kilómetros, un día de 27.6 horas estándar y un año de 335 días estándar. Con atmósfera respirable y gravedad normal, contaba en su mejor momento con una población de 3.600.000.000 de habitantes, incluyendo un 98% de humanos. Un gobierno dictatorial imperial permitía a Prakith exportar materias primas e importar bienes de consumo y productos procesados. La interacción de la población stereb con los imperiales de Prakith era reducida, como veremos más adelante.

Ha llegado el momento de conocer el aspecto físico de los sterebs. Algunos los han llamado, medio en broma, "wookiees sin pelo", y no es que la descripción resultase inadecuada:

Un stereb adulto alcanzaba doscientos veinte centímetros de estatura, mucho más alto que un humano, pero encorvado. Sus extremidades, incluyendo brazos, piernas, manos y pies, eran desproporcionadamente grandes y musculosas, sugiriendo dimensiones de gigantismo. No podían alcanzar sin embargo una velocidad de carrera muy superior a la de un humano.

Su piel, con escaso cabello, era gruesa y de color rojizo. Su rostro, con orejas visibles, tenía una expresión semejante a la brutalidad o el salvajismo; pero los sterebs eran seres inteligentes con emociones, capaces de llorar de felicidad. No era lo único que hacían sus ojos adaptados a la vida subterránea: Los sterebs veían sorprendentemente bien en la oscuridad, pudiendo percibir formas y movimiento (Evidentemente, no colores).

Un stereb era fuerte y robusto. Su piel y su músculo le permitían aguantar daño sorprendentemente bien, y su vigor y capacidad de carga eran extraordinarias. Sin embargo, no eran en absoluto agresivos.



Un stereb junto a un humano.

Los sterebs tenían un estómago adaptable. Podían comer la misma comida que los humanos, o alternativamente alimentarse de líquenes u hongos tostados que sentaban demasiado fuertes a muchas otras especies.

Un stereb podía aprender a utilizar la Fuerza, pero los sterebs con este talento eran muy escasos.


Cultura


 

Los sterebs llevaban ropas similares a las de otras especies, excepto porque eran especialmente sencillas, modestas y a menudo primitivas. Por ejemplo, las botas y pantalones eran comunes, pero sus camisas carecían de mangas.

Esto se debía en parte a que eran tecnológicamente poco hábiles: Mientras que la mayoría de especies aprendía desde su infancia a manejar tecnología extendida, los sterebs no tenían esta capacidad. En vez de blásters, usaban palos y hondas. Utilizaban sin embargo cubiertos para comer.

En los múltiples mundos donde eran encontrados (al punto que los sterebs no parecían conocer su propio planeta de origen), los sterebs solían vivir en grandes catacumbas subterráneas talladas por ellos mismos en las cortezas rocosas de varios planetas. Creían vivir en armonía con sus mundos, trazando elaborados pasadizos. Debido a este modo de vida, ganaron un talento social para esta clase de trabajo, siempre que operasen con piedra. Rara vez ansiaban abandonar la seguridad de sus enclaves, y muy pocos vagabundeaban por los exteriores.



El stereb de antes come con cubiertos.

Sólo en algunos casos los sterebs construían edificios y monumentos pétreos en superficies planetarias. Sus ciudades, asentamientos de crudos edificios de roca, estaban sobre su red de conejeras y túneles, permitiendo a la especie retirarse al subsuelo en caso de desastre natural en la superficie. Concretamente en Serroco, esto era una necesidad debido a los relativamente frecuentes tornados cuya llegada no podían predecir. Allí sus edificios eran pirámides escalonadas y torres locales, pero sus catacumbas eran muy profundas, y habían sido su hogar durante mucho tiempo.

Los sterebs eran muy poco curiosos y aceptaban la realidad a partir de lo que ésta parecía ser. Los sterebs acostumbraban a explayarse cuando hablaban de algo: Su gente no tenía prisa en la toma de decisiones, puesto que sus alrededores cambiaban muy poco. Se trataba de una gente deliberada y metódica: Tomar una decisión les llevaba mucho tiempo pero, una vez se tomaba, los sterebs eran especialmente resueltos. No eran sin embargo agresivos y peleaban sólo si se les obligaba a ello. En general eran dóciles y difíciles de enfurecer, reaccionando únicamente a amenazas directas, inmediatas y evidentes. Los insultos personales les resbalaban, pero se mostraban reacios a ayudar a quienes discutiesen sus creencias.

Los sterebs eran seres de inteligencia limitada, bastante ingenuos y que tendían a guiarse no por el razonamiento o la lógica, sino por el instinto. Usar tecnología les resultaba especialmente difícil, así que se sentían agradecidos si humanos y seres de otras especies les ayudaban con las máquinas. Por su ingenuidad, sin embargo, eran presa fácil de personas malintencionadas o simplemente traviesas.

Los sterebs de Prakith creían erróneamente que su planeta era un ser viviente y que ellos eran el equivalente a anticuerpos responsables de cuidar el organismo rocoso. Así, ellos mantenían uniforme la erosión, limpiaban bloqueos de túneles para que circulase aire y agua por las "venas" de Prakith, y cavaban poros a la superficie dentro de montaña para "ventilar las fiebres" de Prakith (y, como valor añadido, proporcionar aire a los sterebs del subsuelo). Debían ante todo respetar el ecosistema.

Sus intentos no siempre eran bien recibidos por Prakith: Llegado el momento, una inundación natural asoló la comunidad stereb debajo de la Cordillera Magraddor, bloqueando con vastos volúmenes de agua incluso los túneles que la comunicaban con otros lugares. Los sterebs percibieron esto como "lágrimas de Prakith" porque el planeta no favorecía el trabajo de sterebs en ese lugar.

La llegada a Prakith de colonos, que recurrían a minería e industrialización agresivas, fue percibida por los sterebs como un repentino cáncer que ellos no conseguían detener y apenas si podían retrasar. La población era incapaz de comprender que existiesen siquiera otros mundos.

La sociedad stereb de Prakith se dividía en ocho ocupaciones primarias, que se correspondían con los sistemas autonómicos de la supuesta autonomía planetaria. Estaban los pastores, que limpiaban escombros y cuidaban a otras criaturas dedicadas a limpiar materias extrañas, controlando su dieta y asegurando que ellas también cumplían su función. Estaban los artesanos, que mantenían los pasillos abiertos y los túneles seguros; y también los alimentadores, que cosechaban líquenes para mantener a su gente; además de los curanderos.

Algunos pastores sterebs custodiaban un animal local llamado greethka. Éste era un limo gelatinoso móvil, adaptado a la vida subterránea, que devoraba cualquier cosa, orgánica o inorgánica, que capturaban extendiendo uno a tres seudópodos de hasta un metro de largo. Solían llegar a dos metros de ancho y cambiar de forma entre esfera brillante y palpitante, o una especie de tortilla viscosa y plana, dependiendo de lo que digerían. Su color era marrón verdoso, levemente transparente, con glóbulos grandes, remanentes de sus comidas, que flotaban en sus interiores. El greethka detectaba calor y temblores. En general se mantenían en estanques grandes o ríos, alimentándose en las aguas, pero podían llegar a crecer a un tamaño que les permitiese tragarse un stereb enorme, y entonces disolverlo en su interior con ácidos. Si un greethka era destruido, provocaba una lluvia de gelatina, pero dejaba atrás un núcleo esférico, del tamaño de un bebé, que podía ser cuidado para desarrollar un nuevo greethka.

Los ancianos, o elders, afirmaban no ser líderes de su comunidad, sino que "todos sirven a Prakith con distintas funciones, y los ancianos conocen mejor esa función". Cada stereb debía lealtad a un anciano concreto, posiblemente dependiendo de su ocupación. Los ancianos hablaban con solemnidad y siempre usaban el plural en la primera persona, reflejando su poca individualidad; se referían a otros ancianos como "hermanos". Los ancianos tenían en cada comunidad una gruta donde se reunían, con ocho túneles de acceso y ocho pilas de escombros en el centro, cada una de un metro de alto, para que cada anciano entrase y se sentase respectivamente. Los montones de piedras de varios tamaños parecían incómodos, pero los ancianos los encontraban aceptables.

Los nombres stereb incluían un prefijo, con un sonido parecido al Básico, que indicaba su ocupación. Los nombres de los pastores empezaban por "herdr", como Herdr'tui; los curanderos usaban la partícula "helr", como Helr'ven; y los ancianos eran eldr, como Eldr'nol.

El idioma stereb era el único que aprendía la mayoría de su gente, e incluía una cantidad de préstamos lingüísticos del Básico. Los sterebs eran capaces de aprender Básico, algunos con más talento que otros, pero les podía resultar difícil expresar conceptos locales. Además, todos los eran excelentes en mímica.


Historia


 

Es bien sabido que la civilización galáctica se expandió desde el Núcleo, en sucesivas oleadas. El mundo natal de los sterebs, Serroco, se encontraba relativamente cerca del Núcleo, en lo que después se llamaría la Región de Expansión, y por eso entró en la historia comparativamente antes que muchos: Ya en 17.000 ABY, una de las potencias principales, Alsaka, reclamaba ese territorio.

En tiempos tempranos, dos mundos se debatían el poder en la República: El aristocrático Alsaka y el cosmopolita Coruscant. La situación llegó a tensarse hasta generar dos civilizaciones distintas. Cuando el imperio alsakano intentó expandirse hacia territorios controlados por simpatizantes de Coruscant, empezó la guerra abierta entre ambas facciones, principalmente compitiendo por los recursos de la Región de Expansión. Cerca de 17.000 ABY empezaron los Conflictos Alsakanos, que duraron hasta el 3.017 ABY, aunque cada vez con brutalidad y batallas menos frecuentes.

Durante los primeros cinco milenios de los Conflictos Alsakanos, Serroco marcaba la frontera entre el territorio alsakano y el Espacio Salvaje o territorio inexplorado. Una única ruta comunicaba Serroco con el resto del dominio alsakano, concretamente con el planeta Nouane.

Para 12.000 ABY, con los Conflictos Alsakanos razonablemente apaciguados, la República se había hecho con el control de ese territorio. Durante al menos un milenio, Serroco seguiría siendo el límite de la galaxia conocida, con el mismo mundo como su único contacto directo. Por entonces, el mando político recaía en el canciller coruscaní Contispex I, adepto de la estricta religión Pius Dea. Su fe exigía purgar a personas y comunidades irredentas, esto es, aquéllas que no se adhiriesen a sus estándares de incorruptibilidad. Contispex inició las llamadas Cruzadas, que eran en realidad brutales cazas de brujas contra alienígenas de culturas distintas, y después contra sus partidarios; y acabó provocando secesión de mundos e incluso el Sexto Conflicto Alsakano. Sus sucesores mantuvieron la misma política y, durante la Décima Cruzada o Cruzada de lo Salvaje, en 11.291 ABY, naves de guerra salieron desde Ord Sagatt hasta Serroco, con varias escalas. Finalmente, la orden jedi, con apoyo alienígena y alsakano, derrocó a los partidarios de Pius Dea en 10.967 ABY.

En algún momento de la historia, los sterebs fueron trasplantados a varios mundos y, debido a su falta de tecnología, muchos xenohistoriadores creen que viajaron como esclavos de otros grupos. El origen de la comunidad stereb en Prakith no está totalmente claro, pero hay una teoría bastante popular: Fue Darth Andeddu.



Darth Andeddu se parecía a cierto villano de Robert E. Howard.

Darth Andeddu era un lord sith humanoide, nativo de Prakith y activo en algún momento del Antiguo Imperio Sith (que duró del 6.900 al 5.000 ABY). Andeddu burló a sus enemigos usando una tumba falsa y así pudo escapar a Prakith, donde se ocultó en su fortaleza. Allí reinó durante siglos y fue finalmente enterrado en un mausoleo, esta vez real, en Prakith. Su espectral influencia se haría notar durante los posteriores milenios. Todo eso está confirmado. Lo que se sospecha es que Andeddu llevó a los sterebs hasta Prakith como trabajadores esclavos para que construyesen sus instalaciones, y posiblemente para gobernar sobre ellos.

Tras la muerte de Andeddu, los sterebs de Prakith prosperaron debajo de la corteza planetaria, edificando un enorme entramado de galerías que comunicaban sus diversas comunidades. Los sterebs despejaron un claro en la Cordillera de Magraddor y construyeron enormes columnas en círculo. En algún momento, siglos antes del Imperio según sus historias, "Prakith lloró". Enormes volúmenes de agua cayeron de las montañas a sus pasadizos, colapsando los conductos cercanos a Magraddor, y llevándose por delante a no pocos sterebs. Los túneles que comunicaban esa zona con otras, quedaron inundados; y los sterebs que osasen acercarse eran fatales víctimas de dolencias desconocidas. Las leyendas stereb advertían a quienes querían saber sobre Magraddor. Entre sus ruinas quedaban los restos de la mampostería stereb en paredes y túneles.

Mientras tanto, el otro mundo conocido con presencia stereb, Serroco, continuaba bajo el control de la República. En 5.000 ABY, durante la Gran Guerra del Hiperespacio, Serroco estaba cerca de los límites del territorio republicano. Un milenio después, al empezar la Gran Guerra Sith (4.000-3.996 ABY), la República había expandido su territorio y Serroco no se podía considerar un mundo fronterizo. Pero el gobierno federal galáctico y la distancia hasta las Regiones Desconocidas no servirían para proteger indefinidamente a Serroco:

A partir de 3.976 ABY, los belicosos guerreros mandalorianos, venidos de territorios inexplorados, empezaron incursiones en la galaxia. Sus incursiones iniciales en mundos limítrofes del Borde Exterior pretendían medir las fuerzas de la República. En 3.973, el mandaloriano Cassus Fett masacró a la población del planeta Cathar y la República reaccionó intentando acallar el desastre por miedo a que cundiera el pánico. Sólo a partir de 3.965 ABY, la República empieza a combatir en nimias escaramuzas en el Borde Exterior. El líder mandaloriano, Mandalore el Definitivo, no estaba impresionado. Mundos, naves y poblaciones eran capturados y asimilados.

Al año siguiente, los mandalorianos iniciaron una brutal invasión a gran escala, atacando varios mundos y pillando desprevenida a la Marina de la República. La Orden Jedi, guardianes de la paz en la República, rechazó unirse al conflicto porque habían perdido demasiadas vidas en otro reciente conflicto, la Gran Guerra Sith (aunque había voces disidentes en la Orden). Fue un periodo que los historiadores llamarían La Acometida: Mundos importantes en las rutas hiperespaciales eran capturados y retenidos por los mandalorianos, y los intentos de reacción de la República acababan en derrota en ese punto. Mandalore conquistó primero Taris y después Jebble, y entonces centró su visor en Serroco.

Por entonces había cierta presencia de colonos humanos en Serroco, principalmente en las zonas más habitables. Los enormes sterebs estaban viviendo en ciudades de superficie, habiendo abandonado sus madrigueras, e interactuaban con los humanos de forma bastante ingenua: Como los sterebs eran tecnológicamente torpes, aceptaban satisfechos que los humanos usasen esas avanzadas tecnologías en beneficio del planeta y de su gente. Esto llevaba a una serie de situaciones, no todas elegantes.

Por ejemplo, el joven teniente humano Carth Onasi había sido asignado a la estación de vigilancia orbital de Serroco a un puesto que encontraba aburrido. Para combatir el tedio, Onasi y sus compañeros lanzaban falsas alertas de tornado que asustaban a los sterebs y les hacían correr a sus catacumbas subterráneas: Los sterebs no podían detectar esos desastres naturales por sí mismos y confiaban ciegamente en los colonos. Onasi y sus amigos aprovechaban festivales y eventos deportivos para gastar sus bromas. Llegado el momento, un senador de la República presentó una queja y Onasi fue re-destinado a la superficie de Serroco. Tras conocer a los nativos sterebs, Onasi aprendió a verlos como personas, y comprendió el error de sus actos.

En 3.963 ABY, Serroco estaba en las líneas de batalla y la Marina de la República estableció una base para preparar la defensa de su territorio. El recién nombrado Almirante Saúl Karath, humano, estaba al mando de una flota llamada Grupo de Batalla Serroco, enviada desde Ralltiir. Era su nave insignia la nave de mando táctica clase Inexpugnable Valiente, una de las seis de ese modelo que se habían construido en Corelia. El Valiente, al mando de Karath, había impedido a los mandalorianos conquistar Vanquo poco antes. Desde el Valiente, Karath podía controlar a sesenta y cuatro naves nodriza, además de desplegar ciento sesenta y ocho cazas tácticos Aurek. Otras naves de guerra en su flota incluían el Eclíptico, en la vanguardia; y el crucero Perspicacia.

(Hay otra nave insignia republicana también llamada Valiente que participó en las Guerras Clon, milenios después; no tiene que ver con ésta).

Aunque Karath insistía en que la República no tenía activos suficientes para enfrentar a los mandalorianos, él había diseñado la defensa planetaria y estaba convencido de su eficacia. Karath sabía con certeza que los mandalorianos iban a atacar Serroco, y lo primero que ellos encontrarían era a su flota en órbita, bloqueando el acceso. Si el enemigo conseguía aterrizar, predijo Karath, lo tendría que intentar en las llanuras en la zona más alejada del continente, lo que permitiría a las tropas de tierra republicanas enfrentarles a medio camino: Karath sabía que los mandalorianos evitaban destruir las ciudades que pretendían conquistar.



La flota republicana protege a Serroco en la órbita.

En la superficie de Serroco se establecieron campamentos militares. Las naves republicanas en tierra se entremezclaban con edificios de las ciudades stereb y, tal vez, con los de ciudades humanas. Las torres construidas por sterebs se adaptaron para usarlas en tareas de control de tráfico. Ésa era la situación en el llamado Campamento Tres, ciudad stereb reconvertida en campamento, cuando tuvieron una visita providencial:

El criminal snivviano Marn "Gryph" Hierogryph y sus dos compinches, el jedi fugitivo humano Zayne Carrick y el cocinero trandoshano Slyssk, habían "sustraído" una nave-comedor, el carguero de suministros clase Intendente de Motores Estelares Corelia Pequeño Bívoli, sólo para descubrir que ésta había sido asignada a Serroco. Interceptados por el Grupo de Batalla, los granujas se vieron obligados a hacer una incómoda escala allí para aprovisionar a las tropas. Una vez allí, Hierogryph descubrió la capacidad culinaria de Slyssk y decidió montar un economato porque obtenía un jugoso beneficio vendiendo pasteles planos trandoshanos.



El Pequeño Bívoli en la ciudad stereb.

Carrick, haciendo de camarero, conoció a Onasi y charló con él. Carrick se fijó en un stereb que rebuscaba comida en un cubo de basura y se excusó un momento con Carth para obsequiar con un plato al mendigo. Hierogryph exigió a Carrick que abonase el coste; pero Onasi, que se replanteaba sus actitudes tras hablar con el moral Carrick, se ofreció a pagar por el stereb.

Carrick, que era jedi, tuvo una visión de las ciudades stereb destruidas por explosionadas: Los mandalorianos había elegido acabar con todos los asentamientos en señal de desprecio por la estrategia republicana de poner defensas junto a ciudades. Carrick intentó advertir al escéptico Hierogryph, que no creía que los mandalorianos fuesen tan atroces. Hierogryph aceptó despegar y marcharse sólo después la hora del desayuno para aprovechar el dinero; y acabó quedándose hasta más y más tarde, motivado por su codicia… por no mencionar que el trandoshano había olvidado repostar y, cuando al fin despegaron, no tenían claro si llegarían siquiera a la órbita.



Zayne tiene una visión de las ciudades stereb destruidas por explosiones y él no puede hacer nada.

Carrick decidió colarse de polizón en la nave de Onasi, la barcaza de desembarco clase Director Peso Muerto, para intentar hablar con Karath. Se reveló como jedi a Onasi, ganándose aún más su confianza después de haber visto a Carrick tratar bien a un stereb; pero en el puente, Karath le reconoció como un fugitivo buscado por asesinato, y le acusó de ser un espía mandaloriano. Carrick pidió que intentasen contactar con otro jedi que corroboraría su historia, y Karath aceptó enviar a Onasi al centro de comunicaciones. Este asociado resultó no estar disponible, pero Onasi decidió que los sterebs merecían el beneficio de la duda, y envió un falso aviso de tornado a diecisiete ciudades sterebs. Esto motivaría a sus habitantes a huir a las catacumbas, donde estarían protegidos - o eso esperaba Onasi.

Entonces llegó la flota mandaloriana, dirigida por un acorazado clase Kandosii, la más temible nave de guerra mandaloriana en ese momento (aunque la mayoría de su tecnología fuese robada a especies conquistadas). La flota estaba formada principalmente por cargueros de asalto clase Jehavey'ir, con devastadoras baterías de misiles listas para bombardeos. Neocruzados mandalorianos y droides de guerra Basilisco formaban los asaltos. Ninguno de éstos fue el problema principal.

Las naves mandalorianas lanzaron veintisiete misiles nucleares, que esquivaron a las naves de Karath para ir directos a otras tantas ciudades pobladas. Las ciudades stereb fueron aniquiladas; los asentamientos humanos sufrieron gravísimos daños. La pérdida de vidas fue tal que muchos jedi, en toda la galaxia, la percibieron en la Fuerza.

En ese momento, un jedi disidente llamado el Líder Revanchista estaba en Cathar haciendo proselitismo con sus seguidores, incluido Alek. Ellos creían que los jedi debían intervenir en la guerra, contra el criterio del Consejo. Retorcido por dolor empático, el Revanchista habló a su amigo, y esta afinidad le ganó docenas de conversos jedi que pronto tomarían un rol más activo en la guerra, con el nombre de revanchistas.



El desastre de Serroco es tan grande y toma tantas vidas, que varios jedi en toda la galaxia lo perciben.

Mientras tanto, los mandalorianos atacaron a la flota republicana con más rigor del que Karath esperaba, y buena parte de su grupo, incluida Perspicacia, fue aniquilada. Los mandalorianos arrasaban también vehículos civiles, incluyendo la nave de suministros Inversión con Derecho a Porcentaje. Sólo ocho naves del Grupo de Batalla lograron huir a Espacio Profundo, para continuar su batalla. Con sus fuerzas arruinadas, Karath se retiró e intentó reunirse con otro Inexpugnable, el Tremendo, que patrullaba la zona entre Myrkr y la Nébula Ryyk; pero los mandalorianos le persiguieron e inutilizaron el Valiente. Karath tuvo que barrenar su navío para huir con el Peso Muerto con un grupo reducido que incluía a Onasi y a su supuesto prisionero Carrick. Sólo después de que Karath se empeñase en arrestar a Carrick, Onasi pudo revelar a este último que había tomado medidas para salvar a algunos sterebs; y efectivamente, la historia demostró que muchos sterebs sobrevivieron bajo tierra.

Esa debacle se hizo eco en las noticias de la República: Serroco había caído. La flota enviada para proteger el planeta, y al resto de la galaxia, se había perdido. Karath y otros, incluido Carrick, habían sido dados por muertos o capturados; el enemigo de Carrick, Lucien Draay, recibió esas noticias con alegría. Las autoridades recomendaban abandonar el planeta Telerath, que podía ser el siguiente objetivo de Mandalore; y en realidad la flota estaba cerca, pero los mandalorianos optaron por atacar Nouane y Dagary Menor. Debido a esto, el Canciller de la República abrió investigaciones sobre varios mundos en los objetivos republicanos, encontrando corrupción en el Senado.

Karath y sus compañeros fueron rescatados por la nave Legado Arkaniano del magnate arkaniano Arkoh, octavo Lord Adasca, que ansiaba exhibir su nueva superarma a un almirante republicano para incrementar su poder político; el arkaniano afirmaba que, si Karath aceptaba su acuerdo, sus superiores olvidarían su derrota en Serroco. Adasca, leal sólo a sí mismo, también ofreció su arma a los mandalorianos e incluso a los jedi. La mesa de negociación era tensa, al incluir soldados de varias facciones en conflicto.

Resultó que Adasca había capturado al interés romántico de Carrick, la arkaniana Jarael, y para intentar rescatarla, Carrick necesitaba una distracción. En una sala llena de gente armada de bandos opuestos, Onasi hizo que un mandaloriano le empujase, y entonces reaccionó con violencia, gritando sobre cómo, en Serroco, los mandalorianos había atacado a víctimas indefensas. Esto empezó una pelea y, tras una serie de desastrosas casualidades, el plan de Adasca se fue por el desagüe y él mismo murió.

Volvamos a la batalla de Serroco para descubrir qué pasó con nuestros amigos Marn Hierogryph y Slyssk. Slyssk sufrió un ataque de pánico, agarró a Hierogryph y subió con él a un transporte de tropas, empujando a los guardias que estaban buscando a la tripulación (que estaba durmiendo en la panza de la nave porque estaban fuera de servicio). Antes de que pudiesen detenerle, el mandaloriano cerró las escotillas, despegó por sí solo y dejó atrás la explosión por segundo. Accidentalmente, el trandoshano salvó a medio batalló así que, cuando llegaron a Chandrila, el Ministerio de Defensa quiso aprovecharles con fines propagandísticos (y, si les reconocieron como fugitivos, no dijeron nada). Hierogryph rápidamente improvisó un seudónimo, Capitán Benegryph Goodvalor, con Slyssk como su compinche, e inició una campaña que incluía juguetes con su efigie, holovídeos con el hermano de Hierogryph en un papel, y más tarde, una cadena de restaurantes; sin embargo, su participación personal era un secreto de estado.

"El Capitán Goodvalor" empezó a transmitir en una frecuencia que los transceptores de cascos mandalorianos pudiesen recibir, para bajarles la moral y animar a los mandalorianos a desertar. Él afirmaba estar al mando de una masiva nave de guerra llamada Serroco, que formaría parte de una contraofensiva inevitable contra la República y que contaba, además de con bodegas y armamentos, con toda clase de lujos personales, apelando así a la comodidad personal de los mandalorianos. Goodvalor resaltaba las ventajas estratégicas de la República y su historia de triunfos incluso contra los mandalorianos, y de vez en cuando cedía su palabra a su primer oficial, el Comandante True.

Sabiendo que los mandalorianos pretendían atacar el planeta Zongorlu, Goodvalor les presentó argumentos contra esta meta: Lluvia ácida, decía, cubría los volcanes, y nueve tribus de zongurluanos estaban ofendidos porque otros tantos campamentos para sus hijos, en Serroco, habían sido destruidos por las armas nucleares mandalorianas. Los zongurluanos, previsiblemente, ansiaban venganza; y además la República había enviado allí una flota militar tan grande que había congestionado el tráfico.

Puesto que los mandalorianos no podían apagar los transceptores, la oficial mandaloriana Koblus Sornell meramente eligió ignorar las transmisiones, convencida de que eso es lo que todo buen mandaloriano debía hacer. Cuando los mandalorianos finalmente llegaron a Zongorlu, descubrieron un mundo tranquilo habitado por plantas inofensivas, así como una estación de transmisión desde donde "Goodvalor" había estado transmitiendo; y ni rastro de una flota.

Unas semanas después, Goodvalor regresó a las ondas, afirmando haber sido convocado por sus superiores con urgencia y ofreciendo un acuerdo de paz confidencial a los mandalorianos, que fue rechazado. La nave Serroco era, aparentemente, un mero engaño.

Hierogryph y Slyssk volvieron a ser vistos en Taris, como miembros de la resistencia anti-mandaloriana local, y allí se reunieron con Carrick. Hierogryph se sentía especialmente en deuda con su amigo por haberle avisado en Serroco, pero aun así se resistió a revelar la historia de cómo había sobrevivido hasta varias semanas después. Un enemigo, Haazen, el oscuro ayudante de Krynda Draay, consiguió averiguarlo antes, seguramente gracias a su telepatía.

Durante esos tiempos, la batalla de Serroco ocupó las noticias, al igual que los constantes enfrentamientos en Taris. El Director de Información Pública del Ministerio Catronus Steffans dio una rueda de prensa sobre Serroco, en la que acusaba a los mandalorianos de "crímenes horrorosos", y en la que también dedicó algunas palabras a la defensa de Taris. Poco después, cuando se recrudeció la invasión mandaloriana de tierra a Taris y la República había abandonado totalmente su defensa, un periodista insistió en emitir nerviosamente su informe, citando Serroco y Telerath, hasta que su transmisión se cortó repentinamente. Tres mil años después, la batalla de Serroco aún sería recordada como un desastre espantoso.

No todas las noticias eran tan trágicas, ni tampoco tan precisas. El regreso del Almirante Karath a Coruscant fue publicitado como heroico, resaltando sus cualidades. Aunque Karath intentó presentar su dimisión por la pérdida del Grupo Serroco, ésta fue rechazada para poder asignarle la defensa del planeta capital. Karath además confirmó como testigo el deceso de Adarca, y los periodistas mencionaron que el único heredero de la Casa Adasca, la exploradora jedi Aurora Adasca, estaba en paradero desconocido desde la devastación de Serroco. El posterior Informe Diario #KD0092 del Ministerio de Defensa desde la Oficina de Información de Operaciones Conjuntas, dirigido al Ministro de Defensa Koa Delko y al Director de Información Pública del Ministerio Catronus Steffans, especificaba que un jedi en misión regular en Serroco había escapado en una de las naves, aunque sin aclarar su identidad; posiblemente se trataba de Meetra Surik, después llamada la Exiliada.

Karath fue puesto al mando de un nuevo Inexpugnable, Rápido y Seguro, con un nuevo sistema sensor desarrollado después de Serroco que predecía movimientos enemigos y ajustaba la línea de naves, para fortalecer el bloqueo. Esta vez, él estaba seguro de que ganaría. Por supuesto, fracasó.

La lucha contra los mandalorianos se intensificó y la República por fin empezó a ganar batallas en el mismo año que la de Serroco (3.963 ABY), en mundos como Iridonia e Ithor, lo cual mejoró la moral y los suministros. Un año después, en la batalla de Essien, la República hizo huir a los mandalorianos y el Capitán republicano Dallan Morvis ordenó disparar contra los enemigos en retirada, "por Serroco y por el Valiente". Carrick intentó sabotear la acción, señalando que esos mandalorianos incluso llevaban niños; pero Morvis le discutió, en parte porque los mandalorianos no habían tenido clemencia con los niños republicanos en Serroco. Pese a ello, Eres III y Duro acabaron cayendo ante los mandalorianos. Esto acabó propiciando un nuevo cambio estratégico en el enfoque estratégico: El Líder Revanchista, llamado Revan, tomó el mando de la flota republicana junto con su asociado Malak, y derrotó definitivamente a Mandalore en 3.960 ABY.

El problema fue que, ese mismo año, Revan y Malak cayeron en el Lado Oscuro de la Fuerza, se convirtieron en Lores del Sith y atacaron la República para forjar su propio Imperio Sith. Empezaba la Guerra Civil Jedi (3.959-3.956 ABY).

Revan pretendía dañar lo mínimo posible las instalaciones republicanas para poder reaprovecharlas; y, si él perdía, dejaría atrás una República más fuerte y más capaz de defenderse, que era lo que él quería. Para desestabilizar al gobierno, Revan asesinó a varios políticos insignes, entre ellos el Senador de Corelia Mimas Yoon, el Senador y Primer Patriarca de Serroco de Serroco Lelin-Dor y el Senador de Eshan. Estos ataques llamaron la atención del echani General Yusanis, que retó a Revan a un duelo, y murió. La hija de Yusanis, Brianna la Doncella, después tendría un rol en la guerra.

Durante la guerra, en 3.956, la banda Serroco era un grupo criminal activo en Nar Shaddaa. Eran veteranos de las Guerras Mandalorianas que, ataviados con armadura ligera o media de aspecto uniforme y varias armas láser y melé, acosaban a los habitantes del Sector Refugiado y al grupo criminal El Intercambio. La jedi Meetra Surik, llamada La Exiliada, negoció con su líder y le persuadió para que abandonasen esta ocupación.

Damos un salto de varios siglos y entramos en otra guerra: La Segunda Gran Guerra Galáctica. Estamos en 3.642 ABY, el año en que se declararon las hostilidades, y en esta ocasión sí se bautizó una nave espacial con el nombre de Serroco.

El Serroco era un crucero clase Valor usado por la República, y no era ésta sino una máquina formidable: Quinientos metros de eslora, con una tripulación de mil novecientas personas (a menudo veteranos), capacidad para cinco mil pasajeros (o tropas), ciento diez cazas, cuarenta bombarderos y veinticinco lanzaderas. Iba armada con baterías y cañones turboláser, torretas láser cuádruples, cañones iónicos, tubos de torpedos de protones y lanzadores de misiles de impacto. La clase Valor era la más grande y poderosa nave de guerra de la Flota de la República, rápida para su tamaño, y a menudo nave insignia de la flota asignada. Sin embargo, como era prohibitivamente cara, se solía asignar a posiciones defensivas. La Primera Flota Expedicionaria, asignada a la Estación Carrick, tenía sólo seis naves Valor: Dantooine, Estrella Remota, Nova, Onasi, Telos (su mayor orgullo) y ésta. Los nombres Dantooine, Serroco y Telos habían sido elegidos para honrar mundos devastados en la guerra contra los mandalorianos, aunque por lo demás, el Serroco tenía poca relación con su tocayo.



Cruceros clase Valor.

En 3.642 ABY, la paz del Tratado de Coruscant estaba disolviéndose y amenazaba con declararse una nueva guerra (la Segunda Gran Guerra Galáctica que mencioné un poco antes). Por entonces el Serroco y el resto de la Primera Flota estaban bajo el mando del Maestro Jedi Almirante Oteg. Oteg contactó con el fantasma de la controvertida jedi Meetra Surik para pedir consejo, y ella le recomendó rescatar a un prisionero jedi encerrado en la Nébula Maelstrom, que tenía valiosa información sobre el Emperador Sith (Surik se calló la identidad del cautivo; ahora sabemos que era el longevo Revan). Pero la Nébula era innavegable sin ayuda externa. Oteg reunió un equipo de tropas republicanas y jedi para atacar una fortaleza sith en Taral V, con la misión de obtener un ordenador de astrogración gree que pudiesen usar como llave en la Nébula. Su objetivo sería combatir la Quinta Flota Imperial del Gran Moff Rycus Kilran. Un pequeño equipo de comando aprovecharía la distracción para llegar a la prisión.

La batalla de Taral V fue brutal y sangrienta. El Dantooine y el Serroco se perdieron ante los ataques de al menos un acorazado clase Harrower y dos clase Términus. Las bajas imperiales fueron también importantes, pero la misión fue un éxito y la batalla, una victoria: La República consiguió llevarse sus despojos, a cambio de permitir a los imperiales evacuar el campo de batalla.



El Almirante Oteg.

Si avanzamos hasta el último lustro de las Nuevas Guerras Sith (2.000-1.000 ABY), la galaxia se encontraba dividida entre la República, los sith y el espacio disputado o neutral. Serroco se encontraba de nuevo en territorio republicano, aunque cerca de la frontera con el espacio neutral. El Núcleo Galáctico, incluido Prakith, estaba férreamente controlado por la República.

En cuanto a las Guerras Clon (22-19 ABY), éstas enfrentaron a la República con los Separatistas. La República seguía controlando el Núcleo y la zona de Serroco. En pro de la eficiencia, el Canciller Supremo de la República dividió la galaxia en veinte Sectores Prioritarios o Suprasectores, cada una con un Gobernador-General o Moff a quien dio mando absoluto sobre toda la actividad militar en su zona. El Núcleo Profundo estaba en manos del Moff Gann, con el Quinto Ejército o Mando Mano Sombría acuartelado en la zona como reserva; pero en poco tiempo, muchas de sus fuerzas fueron enviadas a campos de batalla más activos. Los Separatistas jamás llegaron a hollar Prakith, y posiblemente la República tampoco.

En cuanto a Serroco, esa zona entraba en el Sector Quelii, patrullado por el Décimo Ejército o Mando Daga Plateada de Moff Tanniel. El propósito principal de sus fuerzas era defender la Ruta Hydiana Exterior, dando apoyo al cercano Noveno Ejército si fuere menester, y a la vez evitar que los sistemas neutrales de la región fuesen persuadidos por los Separatistas. La Duquesa Satine de Mandalore lideraba la coalición de mundos no alineados.

Las Guerras Clon se saldaron con la completa derrota de los Separatistas, mas entonces el Canciller Supremo aprovechó la inercia para reconvertir sus dominios (ahora toda la galaxia) en el militarista Imperio Galáctico, consigo mismo como emperador, con la excusa de sofocar las últimas brasas de la insurrección: Entre el 19 y 17 ABY, en su primer año de reinado, flotas de guerra imperiales "reconquistaron" el Borde Exterior en una campaña en la que Serroco estuvo en territorio controlado, si bien cerca de la frontera. El emperador, en secreto un agente del lado oscuro de la Fuerza, y de hecho un lord del sith, también disolvió la Orden Jedi e hizo asesinar a la mayoría de sus miembros durante la infame Orden 66; los pocos jedi supervivientes se supieron convertidos en fugitivos.

Han pasado milenios desde que dedicamos alguna atención a la comunidad stereb de Prakith, en el Núcleo Galáctico. Ha llegado el momento de volver a ellos y contar qué sucedió en apenas unos meses, cerca del 18 ABY.

El Núcleo se mantenía bajo el estricto control de los burócratas imperiales, y muy pocas naves sin autorización podían viajar por la zona. Esto se debía en parte a problemas naturales de navegación en la zona, y en parte a que el Imperio y su precursor guardaban celosamente ese territorio como activo estratégico. Buena parte de los planetas y sistemas estaban inexplorados, y sólo entonces el Imperio redescubrió Prakith. Aunque no dieron la tumba de Darth Andeddu, la influencia maligna de su fantasma afectaba discretamente a quienes hollasen el planeta. En cuanto a los sterebs de Prakith y su red de túneles subterráneos, también eran desconocidos para los imperiales.

El Imperio tenía objetivos concretos para Prakith. El planeta estaba en un lugar estratégico para construir un nuevo cuartel general administrativo para la flota imperial. Construyeron su sede y un puerto espacial sobre una llanura, el mayor parche de tierra continuado del planeta, que rápidamente se expandió para convertirse en Ciudad Prak, una base militar fronteriza en que casi toda la población trabajaba para la Marina Imperial. Las torres más altas y elegantes se reservaban para oficiales, mientras que la menos glamurosa Zona de Trabajo era ocupada por mineros y trabajadores contratados para mantener la infraestructura. El puerto este se llenaba de enormes naves imperiales y pequeños transporte de suministros eternamente escoltados por cazas TIE en sus movimientos aunque, irónicamente, el tráfico era moderado.

La ecosostenibilidad no era una prioridad para el Imperio. Se construyeron en la meseta tubos de lava verticales para eliminar los escombros, y a los esclavos especialmente empecinados: Los Desagües. Un gargantuesco greethka en la base se aseguraba de que nada sobreviviese a una caída hasta allí, con la compañía de carroñeros dinkos… mas estos orificios novedosos empezaban a llamar la atención de los sterebs. Los sterebs creían que los recién llegados realizasen una función biológica para Prakith, como ellos mismos o los greethka, pero el Imperio cavaba poniendo en peligro la salud planetaria (Por no hablar del impacto cultural que causaban sus herramientas productoras de sonido y luz en los nativos, tecnológicamente inexpertos.

Contratado por el Imperio, el Gremio Minero patrocinó cuatro explotaciones en el planeta (Asonel, Geddis, Herkeath y Rilkean), no sólo para tareas de construcción sino también para buscar gemas, desafiando los derrumbamientos. Grandes hileras de minerales en la corteza prakithiana eran especialmente atractivos para los mineros precisamente porque hacían poco fiables los análisis sónicos y gravíticos del planeta… y por tanto ocultaban a los sterebs y su red de túneles.

Empezaron entonces los avistamientos de sterebs, con varios mineros hablando de figuras fantasmales y fornidas que se esfumaban fugaces. Uno de los testigos fue Myrum "El Viejo" Geddis, jefe de la explotación Geddis; pero poco después su filón pasó a manos de la Corporación Thaarke. Thaarke confirmó que los sterebs existían y consiguió capturar a cientos de ellos para usarlos como esclavos. Thaarke, empleando estricta seguridad, mantuvo en secreto la existencia de la especie para que sus competidores no pudiesen aprovechar el recurso laboral. Por su parte, la comunidad stereb creyó que sus compañeros capturados habían sido asimilados por parásitos y vueltos contra su propósito, y provocaron un derrumbe para amputar las células afectadas. Myrum Geddis, con mucho tiempo libre, hablaba de sus encuentros cercanos en los bares, de cómo se movían y parecían wookiees sin cabello, pero pocos tomaban en serio sus palabras.

La base naval no era baladí, pero tampoco era el único objetivo del Imperio en Prakith. En un reducto montañoso, a más de cien kilómetros al oeste de Ciudad Prak, el Imperio hizo construir Ciudadela Inquisitorius, un castillo para sus cazadores de jedi. Los imperiales encontraron un claro en las montañas muy plano y adecuado para estos fines, perfectamente artificial y construido siglos antes por sterebs, un punto óptimo para construir rápidamente. Ocho enormes columnas de piedra, de cien metros de altura y con decoraciones místicas, circulaban el cimiento de la Ciudadela y a la vez apelaban a la estética de los agentes del lado oscuro. Los imperiales comprendieron que una especie inteligente había hecho ese trabajo, pero creyeron que los pavimentadores ya no estaban en el planeta; mientras que los sterebs tampoco sabían de la Ciudadela porque ellos habitaban catacumbas profundas, y porque el túnel a esa zona, que llamaban Magraddor, había quedado inundado mucho antes. Además, los sterebs tendían a enfermar si se acercaban allí, posiblemente por influencia de Darth Andeddu. Aún si se accediese desde el subsuelo de los sterebs, en esa zona abundaba un musgo que impedía a los usuarios de la Fuerza detectar a un intruso.

La Ciudadela tenía entrada a nivel de suelo, pero la forma más eficiente de llegar era aterrizando una nave en la espira más alta, muy por encima de las columnas. En cuanto el edificio quedó construido, los trabajadores fueron expulsados del planeta, hostigados para que se fuesen o directamente ejecutados; pero apenas había medidas de seguridad porque el Imperio no consideraba que la Ciudadela fuese un objetivo probable.

Unos meses después, los Inquisidores Imperiales capturaron a la Maestra Jedi humano Denia, superviviente de la Orden 66, y la llevaron presa a Ciudadela Inquisitorius para que el Inquisidor humano Valin Draco la torturase. Los aliados de Denia en la organización secreta Resistencia Alderaaniana descubrieron esto e iniciaron una misión de rescate. Lady Alya Aldrete, noble alderaaniana y en secreto líder de un grupo de contrabandistas, proporcionó permisos de tránsito e identidades falsas a los agentes de la Resistencia, con acceso a Prak City… pero no a la Ciudadela.



Denia y el Inquisidor Draco. Ni siquiera voy a decir cuál es cuál.

Mientras tanto, el pastor stereb Herdr'tui se había alejado de su comunidad para buscar a su greethka desaparecido y para explorar los pozos de residuos usados por los Imperiales (donde estaba su greethka, que había crecido sin control desde entonces); pero el terreno bajo sus pies cedió, cortándole el camino de regreso. El único camino que conocía de vuelta a casa eran los pozos de residuos, pero temía confrontar al greethka. Durante varios días, Herdr'tui vagó por Ciudad Prak, semioculto, y entonces se fijó en los partisanos de la Resistencia. Estas personas habían ayudado a otras personas en apuros así que Herdr'tui se reveló a ellos, esperando ayuda. Quería que le acompañasen en su viaje y que le ayudasen a cruzar la barrera protegida por el greethka.

Los nuevos asociados de Herdr'tui tuvieron encuentros hostiles con una patrulla de Inquisidores y con dinkos antes de enfrentar al greethka y destruirlo, pero Herdr'tui recuperó el núcleo de su criatura para poder regenerarla. Herdr'tui guio entonces a sus nuevos asociados a través de sus pasadizos hasta su comunidad de canteros, no pocos de los cuales se sorprendieron al ver visitantes.

Herdr'tui quiso presentar a sus asociados ante los ancianos. Los ocho ancianos de por entonces, incluidos Eldr'har y Eldr'nol, se personaron en la sala de ancianos cuando Herdr'tui les convocó. Herdr'tui explicó detalladamente lo sucedido y la anciana Eldr'har concluyó que los extraños no eran una amenaza para Prakith, sino que posiblemente podrían ayudar. Los ancianos respondieron a las preguntas de los alienígenas lo mejor que pudieron, mientras los otros sterebs intentaron complacerles con hongos tostados que no eran aptos para estómagos de todas las especies.

Los ancianos explicaron a sus nuevos asociados que muchos sterebs habían sido captados por los Imperiales, a quienes comparaban con un cáncer de Prakith; y entonces los miembros de la resistencia convencieron a los sterebs de que ese cambio era sólo temporal y que los sterebs capturados podían ser rescatados a reinsertados.

Se preparó una misión de rescate: Para que ubicasen las minas donde los presos eran retenido, el anciano Eldr'nol mostró a los partisanos su petrigrama, un mapa pintado con tonos fosforescentes sobre escoria que presentaba la realidad conocida para los sterebs (por supuesto subterránea; los accidentes de superficie no estaban representados, pero los sterebs los conocían lo bastante como para que ellos pudiesen extrapolar sus posiciones). Los ancianos ofrecieron una escolta de veinte sterebs que acompañarían a los alienígenas hasta el lugar donde habían provocado un derrumbe, y que además despejarían el pasadizo a gran velocidad; pero los sterebs no eran guerreros y no seguirían a sus aliados hasta que la zona hubiese sido asegurada.

La liberación de los cautivos fue un éxito parcial: Veintitrés esclavos sterebs, entre ellos Helr'ven, fueron rescatados de la mina Geddis, pese a que había mineros humanos y droides PK-2M en la zona. También pudieron robar motos-jet de Aratech, modelo 74-M. El acceso a la comunidad stereb desde allí quedó totalmente bloqueado, y los libertos se reunieron con sus seres queridos entre lágrimas, tras lo cual recibieron cuidados médicos.

Ahora que los recién llegados se habían ganado el aprecio y amistad de los sterebs, éstos le ofrecieron todos sus conocimientos y recursos para que aquéllos también alcanzasen sus objetivos en Ciudadela Inquisitorius. Eldr'nol les enseñó un petrigrama secreto que hablaba de un pasadizo hasta Magraddor. Les advirtió sobre los peligros conocidos, incluyendo la inundación (románticamente descrita como lágrimas de Prakith), el trayecto de varios días y los problemas que afectaban a los sterebs. Los visitantes de Alderaan tomaron esta información, así como unas escasas provisiones que los sterebs podían permitirse, e iniciaron su viaje, alejándose de la comunidad stereb.

Los miembros de la resistencia recorrieron los túneles en las motos-jet robadas y se infiltraron en la Ciudadela desde abajo, aprovechando la información, correcta, que les habían proporcionado los sterebs. Su misión, ¡ay!, fracasó: Denia sacrificó su vida para debilitar a Draco y dar a sus supuestos rescatadores una oportunidad contra él. Pese a ello, Draco consiguió huir, y los héroes de otro mundo apenas lograron escapar con sus vidas.

Serroco y Prakith pasaron los tiempos del Imperio… de forma desconocida. Quizá por su baja importancia estratégica, quizá por la censura del Imperio, no hay apenas información sobre lo que sucedía en esas zonas. Se sabe que el astillero importante más cercano a Serroco en tiempos del Imperio estaba en la muy cercana Nébula Ryyk, y era clase 1B, sólo para cruceros imperiales.

En 4 DBY, el emperador murió, sin heredero aparente, en la batalla de Endor. Muchos imperiales de alto rango, especialmente militares, tomaron el control directo sobre sus dominios y, convertidos en señores de la guerra, se disputaban territorios con sus vecinos. Las fuerzas antiimperiales, herederas de la Resistencia Alderaana, se reconvirtieron en una alternativa democrática, la Nueva República, que desafiaba a los imperiales por el control galáctico.

Por entonces, Prakith era un mundo fortaleza imperial con el Moff Foga Brill como gobernador. Preocupado por una posible invasión neorrepublicana contra su mundo, Brill se hizo fuerte allí, amurallando sus activos. Igual que otros señores de la guerra, dio nombre a su dominio, el Protectorado Constitucional de Prakith, oficialmente bajo el mando del Gran Moff Gann (antaño Moff durante las Guerras Clon). Durante los años siguientes, Brill rechazó ofertas de alianza de otros grupos imperiales, sucumbiendo a la paranoia. Prakith ya era un mundo pobre con un bajo nivel de vida, y los gastos impuestos por el Moff sólo arruinaron aún más a sus habitantes, hasta llegar a la desesperación. La invasión abierta que temía Brill nunca llegó a producirse, aunque hubo enfrentamientos. Pese a todo, Prakith mantuvo su estrategia durante no menos de catorce años; y ni siquiera sé con certeza si el Imperio llegó a descubrir a la población stereb de Prakith.

Mientras tanto, Serroco cambió varias veces de manos: En 7 DBY, había caído bajo el control del más exitoso caudillo militar del momento, el Señor de la Guerra Zsinj. Tras el deceso de éste en 8 DBY, el aún más triunfante Gran Almirante Thrawn puso un tercio de la galaxia, incluido Serroco, bajo su estandarte imperial en un intento de acabar con la Nueva República. Thrawn fue a su vez derrotado en 9 DBY, y los activos imperiales se redujeron notablemente tras su derrota. A partir del 11 DBY y al menos hasta 17 DBY, y pese que el Remanente Imperial reclamaba ese territorio, la zona pasó a ser campo de batalla disputado, con tráfico de todas las facciones principales pero sin control fáctico por ninguna.

Un poco antes de esto, en 10 DBY, un clon del emperador lanzó su propia apuesta en busca de poder ilimitado. También fracasó, y en el proceso destruyó el planeta que usaba como base, Byss, en el sistema Beshqek del Núcleo Profundo. Los restos del orbe afectaron a una ruta hiperespacial, la Carrera Byss, que conectaba Beshqek con el resto de la galaxia. La Carrera ya era poco fiable, pero pasó a ser demasiado voluble. Millones de refugiados huyeron a Prakith y a otros mundos más lejanos. Considerando el férreo control de acceso del Moff Brill, no sé si fueron aceptados.

Esta actitud no podía durar indefinidamente. En 18 DBY, poco después de que La Almirante Natasi Daala asesinase a la mayoría de señores de la guerra imperiales en activo, los oficiales del Moff Brill se hartaron de sus manías: Le traicionaron y le ejecutaron para poder, a continuación, firmar la paz con la Nueva República.

En 25 DBY, Serroco tenía una población muy baja, entre un millón y diez millones de habitantes, incluyendo sterebs y otras especies. Prakith, que llevaba tiempo sin Brill, era más próspero: Entre mil millones y diez mil millones de habitantes. Fue entonces cuando la especie extragaláctica yuuzhan vong inició su invasión al territorio conocido de la galaxia.

En el primer año de guerra, los yuuzhan vong atacaron varios planetas en la zona de Serroco, pese a los esfuerzos de la República por impedirlo. A partir de ese momento, mantendrían el control sobre ese territorio hasta el fin de la guerra, en el 29 DBY.

El Núcleo Profundo estuvo más protegido de los invasores, y sólo fue un factor de la guerra en el 28 DBY. Fuerzas neorrepublicanas, en una audaz estrategia, atravesaron esa zona y la Carrea Byss para, saliendo de Fondor, llegar hasta N'Zoth, donde se enfrentaría a los yuuzhan vong. La ruta les llevó de Odik a Prakith, y desde allí, directamente a N'Zoth.



La fortaleza de Andeddu en Prakith durante la visita de Darth Wyyrlok.

En 137 DBY, casi toda la galaxia estaba controlada por el Imperio Sith de Darth Krayt, incluyendo Serroco y Prakith. En esa fecha, el secuaz de Krayt, el chagriano Darth Wyyrlok, visitó Prakith buscando el holocrón de Darth Andeddu. Encontró un mundo yermo poblado por cultistas humanos y una aparición sith, pero ni rastro de los esquivos sterebs.


Sterebs Notorios


 

Eldr'har: Eldr'har era una anciana de la comunidad stereb en Prakith cerca del año 17 ABY. Como sus siete compañeros en el consejo de ancianos, era una stereb marchita y encorvada. Su conocimiento del idioma Básico era limitado y ella creía que el planeta Prakith era un ser vivo y que no existían más mundos.

En ese tiempo, uno de los sterebs que debían lealtad directa a Eldr'har era el pastor Herdr'tui. Buscando a un animal perdido, Herdr'tui había desaparecido y vivido una odisea, sólo para regresar a su gente acompañado por seres venidos de otro mundo. Herdr'tui convocó a los ocho ancianos en la sala de reunión, entrando por una de las ocho puertas. Eldr'har entró por la misma puerta, justo detrás de Herdr'tui y sus invitados. Ella, al igual que sus pares, se sentó en unas piedras de aspecto incómodo y escuchó al pastor, que se había inclinado ante ella en señal de lealtad.

Herdr'tui explicó en detalle todo lo que le había pasado. Destacó que esos seres de otra especie le habían ayudado. Por entonces los sterebs habían visto llegar a otros seres, los imperiales, a los que percibían como una enfermedad que afectaba a su planeta; pero Herdr'tui daba a entender que sus invitados no eran como los imperiales.

Eldr'har escuchó, con aspecto de saber lo que Herdr'tui le estaba contando. Entonces ella habló directamente a los recién llegados en Básico, con dificultad. Ella entendía que habían ayudado a Prakith y que esperaba que ayudasen más. Estaba dispuesta a responder sus preguntas, aunque posiblemente quedó sorprendida por las ideas audaces, quizá hasta heréticas, de los recién llegados.

Después de que Eldr'har y otros ancianos hablasen con los recién llegados, los ancianos les encomendaron la misión de rescatar a sterebs que habían sido capturados por los imperiales. Cuando esa misión fue un éxito, los sterebs proporcionaron sus limitados recursos a los extraños para que éstos llevasen a cabo su propia misión.

Helr'ven: Esta curandera stereb estaba en su adolescencia en 19 ABY, cuando el Imperio empezó a colonizar la superficie del planeta Prakith. Los imperiales y sus asociados ignoraban la existencia de la comunidad subterránea de sterebs. Uno de los contratistas imperiales, la amoral explotación minera Geddis, supo de ellos y capturó a una centena de sterebs, incluida Helr'ven, para usarlos como trabajadores esclavos. Geddis mantuvo oculta la existencia de la especie para tener ventaja competitiva.

Los sterebs creían que el planeta Prakith era un ser vivo y que ellos y los animales nativos servían a una función biológica, mejorando la biología del mundo. Los imperiales fueron percibidos como una enfermedad. Tras la captura de Helr'ven y de los otros, y al verlos trabajar en contra del bien de Prakith, la comunidad stereb los dio por perdidos, asimilados por la ponzoña. Los sterebs cortaron el acceso de las minas a su territorio, amputando la parte conflictiva.

Helr'ven empezó a trabajar como enfermera aficionada en cuartos de los esclavos. Aceptó esta tarea porque los más viejos se habían "ido". Les hacían trabajar hasta que morían. Ella aprendió el idioma Básico, usado por los mineros.

En una ocasión, Helr'ven estaba cuidando a ocho sterebs heridos en la mina y víctimas de excesivo trabajo. Entonces un trozo de muro empezó a abrirse, en un lado donde ella sabía que no había minería. Eso animó de inmediato a la muchacha, porque le hizo creer que su gente había vuelto. Pero cuando el agujero se abrió lo bastante, ella vio emerger a seres de otro mundo, similares a los imperiales y a los mineros. Ella dedujo razonablemente que se trataba de mineros y que probablemente habían asesinado a más sterebs al otro lado de la pared.

Se equivocó: Se trataba de miembros de la Resistencia Alderaaniana, enemigos del Imperio que habían confraternizado con la comunidad stereb. Estos partisanos habían convencido a los ancianos sterebs de que se podía liberar a los sterebs capturados, y ésa era la operación de rescate. Ellos tuvieron que convencer a la comprensiblemente suspicaz Helr'ven, que estaba planteándose dar la alarma a los guardias pero, cuando comprendió la verdad, lloró de felicidad.

Helr'ven estuvo encantada de dar detalles sobre la mina, los guardias y la presencia de esclavos, incluyendo catorce mineros en activo en ese momento. Helr'ven les instó a volver a la mina por una entrada, para evitar un tiroteo en una zona con esclavos. Eso permitió a los miembros de la Resistencia controlar la situación y liberar a Helr'ven y a sus compañeros. Esa gente regresó a la comunidad stereb para regocijo de todos.

Herdr'tui aparece en la aventura de rol Sword of the Empire como personaje no jugador. La historia tiene una versión canónica, pero hay múltiples detalles argumentales relativos a Herdr'tui que dependen de cómo actúen los personajes jugadores. En concreto: Helr'ven puede dar la alarma si no la convencen de que son aliados; o podrían no revelar información útil. En todo caso, Helr'ven se negaba a abandonar a sus pacientes en todo momento.

Herdr'tui: Herdr'tui era un pastor stereb que vivían en las catacumbas del planeta Prakith, y ocasionalmente en su superficie, cerca del año 17 ABY.

Herdr'tui era un profesional dedicado con una gran habilidad para la cantería, además de ser robusto, observador y sigiloso para acercarse a animales. Su lealtad era a la anciana Eldr'har. Sus posesiones incluían un palo, una honda, una bolsa con piedras pequeñas colgada del cuello y ropajes sencillos. Herdr'tui tenía además una bestia greethka, pero se le escapó.

En esos tiempos, el Imperio colonizó Prakith y construyó varias ciudades, ignorando que una especie vivía en el subsuelo. Los imperiales desarrollaron enormes pozos para lanzar a su interior los escombros y otros desperdicios de su civilización. El greethka de Herdr'tui se asentó en el fondo de uno de estos hoyos, y el Imperio decidió que era un sistema natural de destrucción de basura.

Herdr'tui estaba buscando a su animal. Entonces su atención fue capturada por las perforaciones artificiales realizadas por los imperiales, a quienes los sterebs consideraban parásitos en el cuerpo de Prakith. Siguiendo flujos de agua, Herdr'tui encontró el camino hacia la superficie, pero entonces el suelo bajo sus pies cedió y por tanto Herdr'tui no podía volver por el mismo sitio a su comunidad. Él fue entonces capturado brevemente por trabajadores imperiales que estaban sellando ese acceso a la caverna; pero de algún modo consiguió escapar o fue liberado. Herdr'tui quería regresar a su ciudad subterránea, mas la única forma que se le ocurría era a través de los pozos de residuos imperiales. El problema era que el colosal greethka, que había crecido hasta un tamaño rara vez visto, le aterraba. Él solo no se atrevía a plantarle cara.

Herdr'tui pasó varios días en Ciudad Prak, moviéndose con discreción para que nadie pudiese verle, aunque sí vislumbrarle. Él se fijó en unas personas que ayudaban a otros seres en aprietos. Eran miembros de la Resistencia Alderaaniana que habían viajado a Prakith en una misión secreta contra el Imperio, pero Herdr'tui no podía saberlo. Sin embargo, decidió revelarse ante ellos para pedirles ayuda. Usando un Básico bastante malo y adornado con demasiadas metáforas, Herdr'tui habló de su especie y les contó algunos de sus problemas, aunque no supo definir la palabra "greethka".

Su reunión, en plena calle, fue interrumpida por un barrido rutinario de la Inquisición Imperial: Una lanzadera clase Theta con el Inquisidor Jorad a bordo y un grupo de guardias de la ciudad. Herdr'tui huyó aterrado hacia los Desagües, esperando que sus aliados le siguiesen. Cuando éstos se reunieron con él, Herdr'tui se deslizó hacia abajo, seguido de ellos, hasta llegar al hogar del greethka.

Allí los asociados de Herdr'tui tuvieron que enfrentar ocho manadas de dinkos que habían anidado alrededor de la criatura, en plena oscuridad, y después se enfrentaron a un greethka capaz de devorar un wookiee de una vez, mientras Herdr'tui se mantenía escondido. Se cree que el greethka fue destruido, provocando una lluvia de viscosidad, y entonces Herdr'tui solicitó que recuperasen el núcleo palpitante del animal, del tamaño de un bebé. Cuando se lo dieron, Herdr'tui lo sostuvo con dulzura y arrullos, explicando en su entrecortado argot que estaban ante su antiguo animal.

Herdr'tui guio entonces a sus asociados, atravesando agua hasta la altura de las caderas de un humanoide, hacia la zona sur, donde encontraron a otro stereb cuidando a un greethka más pequeño. Les condujo a través de túneles donde varios canteros se giraban sorprendidos al ver llegar a los extraños. Herdr'tui gustoso les explicó su aventura.

Pero Herdr'tui pretendía llevarles a la sala de los ancianos para reportar ante sus superiores. Entró con ellos en la estancia vacía y convocó a los ocho ancianos. Éstos se personaron y ocuparon sus lugares. Herdr'tui se postró ante la anciana Eldr'har y le explicó en su idioma lo que había sucedido. Su discurso, extenso y laborioso, fue escuchado también por los otros ancianos.

Los ancianos agradecieron a los recién llegados sus acciones y les hablaron de sterebs capturados por el Imperio. Los miembros de la Resistencia les convencieron de que esos prisioneros podían ser rescatados y reinsertados en su sociedad, algo que los ancianos no habían considerado; así que los ancianos les encomendaron la misión de liberar a estos cautivos.

Herdr'tui aparece en la aventura de rol Sword of the Empire como personaje no jugador. La historia tiene una versión canónica, pero hay múltiples detalles argumentales relativos a Herdr'tui que dependen de cómo actúen los personajes jugadores. En concreto:

Cuando el Inquisidor Jorad ataca en Ciudad Prak, Herdr'tui huye a los Desagües. Si los personajes jugadores no le siguen, se recomienda al director de juego que lleguen refuerzos imperiales para incentivar a los jugadores a huir. Si fuere necesario, los imperiales podrían capturar a los jugadores y tirarlos al Desagüe como forma de ejecución. Pero si los jugadores encuentran a Herdr'tui usando poderes de la Fuerza, podrían evitar el encuentro con Jorad y los imperiales.

Los jugadores podrían encontrar la comunidad stereb explorando a través de la mina de Geddis. En ese caso, los ancianos les darían la misión de encontrar al desaparecido Herdr'tui y su greethka. En ese caso, si los jugadores entran en la cueva, podrían encontrar al greethka, no a Herdr'tui. Si los jugadores recuperan el núcleo del greethka, los ancianos concluirán que su misión ha sido exitosa y creerán erróneamente que Herdr'tui fue devorado por su voraz bestia.

Si los jugadores no convencen a los ancianos de que los prisioneros sterebs pueden ser rescatados, entonces los ancianos no les darán una misión ni escolta. Herdr'tui entonces animará a sus amigos para que intenten el rescate ellos solos, usando sólo indicaciones. Eso les llevará mucho más tiempo pero, si lo logran, se ganarán la admiración de los sterebs.


Eldr'nol


 

Eld'rnol era uno de los ancianos de la comunidad stereb en el subsuelo del planeta Prakith cerca del 17 ABY.

En su juventud, Eldr'nol había visitado el túnel que iba desde el territorio de su gente hasta la Cordillera de Magraddor, más de cien kilómetros al oeste. Siglos antes, Magraddor también había tenido una población stereb, pero desde entonces el túnel se había inundado, cortando el acceso. Eldr'nol sabía además que los sterebs que llegaban a Magraddor, enfermaban y morían.

Años después, en 17 ABY, Eldr'nol y sus seguidores se ocupaban de la logística de su comunidad, definiendo entre otras actividades las tareas exactas de los cosechadores de líquenes y los destinos asignados a los tuneladores. Para ello era necesaria una muy buena imagen de la superficie, así que Eldr'nol aprendió cartografía. Pintó, o hizo pintar, una enorme escoria con muchos tonos fosforescentes para representar el mapa del mundo que ellos conocían, visto desde el subsuelo (Eldr'nol y otros sterebs sabían lo bastante sobre la superficie para encontrar los accidentes principales). Lo llamó petrigrama o "La Carne del Mundo grabada en piedra", y mostraba las redes de cuevas y vetas. Ese mapa era público para todo el que quisiera verlo.

Pero existía un segundo petrigrama con detalles más confidenciales, como el camino largo y estrecho hacia Magraddor. Este mapa estaba oculto en un pasadizo secreto de tres metros de ancho, hacia el oeste de su comunidad, y que sólo se podía abrir sacando una piedra específica del lado sur del muro. Muy difícilmente se encontraría esta apertura de casualidad, pues eso era lo que pretendía Eldr'nol: Este mapa era su orgullo y debía estar accesible sólo para quienes contasen con su confianza.

Llegó un momento cerca del 17 ABY, cuando Eldr'nol era el anciano más joven de su gente (Sí, en castellano esto suena fatal), en que tuvo lugar un encuentro providencial. El planeta Prakith fue explorado y colonizado por el Imperio Galáctico, venido de otros mundos. Los imperiales realizaban operaciones de minería y construcción que dañaban el ecosistema, algo que los sterebs veían con muy malos ojos: Para los sterebs, Prakith era un ser vivo, ellos eran células que le ayudaban, y por tanto los imperiales sólo podían ser una enfermedad. Mineros asociados al Imperio descubrieron la existencia de los sterebs y capturaron a una centena de sterebs para usarlos como esclavos. Los sterebs creyeron que esos cautivos habían sido infectados y cortaron la comunicación con esa zona para amputar el problema.

Entonces los ancianos fueron convocados a la sala de reuniones por un pastor, Herdr'tui, que había vivido una odisea en la superficie. Él sólo sobrevivió y pudo volver con su gente gracias a la ayuda de unos seres también venidos de otro mundo, unos enemigos del Imperio que trabajaban para la Resistencia Alderaaniana que le habían acompañado hasta ese lugar. Eldr'nol y los otros ancianos escucharon el relato de Herdr'tui y después la anciana Eldr'har se entrevistó con los recién llegados. Aquélla esperaba que éstos pudiesen ayudar más al planeta, aunque la Resistencia Alderaaniana les había enviado con otra misión.

La Resistencia Alderaaniana supo de los prisioneros sterebs y, no sin dificultad, convenció a los ancianos de que podían rescatarles y devolverles a su comunidad: El cambio en ellos era sólo temporal, como una leve fiebre. El apoyo de Herd'tui contribuyó en el debate. Los ancianos aceptaron proporcionar a la Resistencia una escolta de veinte sterebs que les llevasen hasta el lugar derrumbado, para que ellos con habilidad y eficiencia abriesen un camino, mas los sterebs no eran guerreros y no lucharían por ellos. Eldr'nol, interesado por los extraños, les mostró su petrigrama público y les explicó lo que sabía para aplicarlo al acceso a las minas. El conocimiento de Eldr'nol no cubría las construcciones imperiales en la superficie, que eran muy recientes y muy similares a ojos sterebs; sin embargo, llanuras y montañas saltaban a su vista aún desde abajo.

La misión de emancipación fue un éxito: Dos docenas de sterebs regresaron a su comunidad, y la Resistencia además se hizo con motos-jet de Aratech, modelo 74-M. El acceso a la mina imperial fue totalmente cortado, y los sterebs pasaron a ser aún más amistosos con la Resistencia. Se ofrecieron a compartir su conocimiento para que la Resistencia cumpliese su misión.

La Resistencia quería llegar a una ciudadela imperial en Magraddor para rescatar a una aliada encerrada allí. Después de conversar con uno de los ex-presos en la antigua estación de mando minera, Eldr'nol decidió compartir con la Resistencia su secreto. Les llevó hasta el petrigrama oculto y les reveló cuanto sabía del lugar, no sin recurrir a unas cuantas metáforas.

La Resistencia se preparó para recorrer los túneles inundados en sus motos-jet. Los sterebs les dieron sus magras provisiones para el viaje a Magraddor. Eldr'nol, entristecido al verles partir, les deseó suerte y les propuso que copiasen su petrigrama. Aunque la idea de la expedición fascinaba al anciano, éste se quedaría atrás, saludando a sus nuevos amigos en vez de vivir aventuras. Eso no era para los sterebs.


Curiosidades


 

Los sterebs aparecen por primera vez en el cómic Knights of the Old Republic Nº 14 (2007, guión de John Jackson Miller y dibujo de Brian Ching), publicado por Dark Horse. Miller había especificado a Ching que diseñase a los sterebs como "wookiees sin pelo". Los sterebs aparecen apenas en unas pocas viñetas, como los habitantes del planeta Serroco. El planeta Serroco y la batalla de Serroco son mencionados en posteriores cómics, referenciando los eventos sucedidos. Los sterebs o Serroco serían mencionados en diez artículos de The Complete Star Wars Encyclopedia (2008, vv.aa.); el artículo sobre los sterebs se ilustra con una imagen del cómic.

Pero, antes de esto, Serroco y "las ciudades stereb" (aunque no la especie) habían sido mencionados en el videojuego Star Wars: Caballeros de la Antigua República II: Los Lores del Sith (2004, Obsidian Entertainment y LucasArts), sin dar mucho contexto. Posiblemente el cómic expandía el lore a este respecto.

En ese juego también aparece un grupo de humanos llamado la Banda Serroco, aparentemente veteranos de la batalla, ataviados con uniforme de la República que acosaban a refugiados también republicanos. El jugador puede tratar con la Banda de varias formas, pero la continuidad oficial dice que su personaje, la Exiliada, siempre toma la opción del lado luminoso; y por eso en este artículo se cuenta que recurrió a la diplomacia.

Los sterebs aparecen también en la aventura de juego de rol Sword of the Empire (2009, John Jackson Miller), novena parte de la saga Dawn of Defiance, para la edición Saga del juego de Wizard. los sterebs reciben estadísticas de rol y, pese a su estatura y masa, se les considera de tamaño medio. Reciben bonificaciones a su fuerza física y constitución, pero se perjudican casi todas las otras habilidades, y son primitivos pero con ventajas de resistencia al daño y visión en la oscuridad. Los personajes jugadores pueden tirar Conocimiento Galáctico, Ciencias Sociales y Ciencias de la Vida para recordar o descubrir información sobre la especie.

La aventura presencia varias opciones a los personajes jugadores, miembros de la Resistencia Alderaaniana, y explica sus consecuencias. Este artículo intenta presentar la opción más razonable, detallada y moral. Algunas alternativas son:

  • Los jugadores pueden alcanzar el territorio stereb a través de la mina Geddis, sin ser guiados por Herdr'tui. En ese caso, los ancianos les piden que encuentren al pastor desaparecido y su criatura para recibir ayuda de su comunidad; pero, si los personajes entran en la cueva del greethka por el sur, con la ruta a Ciudad Prak cerrada, Herdr'tui no se unirá a ellos y ellos tendrán que enfrentar al greethka. Si le vencen, los ancianos concluirán erróneamente que el greethka mutante se comió a su pastor.

  • Los jugadores que usen la Fuerza en las cavernas stereb pueden ser detectados por los Inquisidores Imperiales; pero éstos no conocen las catacumbas y por tanto no podrían responder lo bastante rápido para pillarles.

  • Los ancianos creen que los prisioneros sterebs han sido asimilados por el enemigo, pero los jugadores pueden convencerles de que el proceso es reversible. En este debate, tienen ventaja si han ayudado a Herdr'tui y si usan metáforas biológicas. Si no convencen a los ancianos, Herdr'tui les recomendará que intenten rescatar a los esclavos sin ayuda, usando indicaciones. Eso les llevará el quíntuple de tiempo, pero les ganaría el respeto de los sterebs.

  • Si, al intentar rescatar a los sterebs, los jugadores son ruidosos, un esclavo stereb sufre un ataque de pánico y atrae a los guardias.

  • Los esclavos pueden ser rescatados incluso desde la superficie si los jugadores entran a través de las minas. Eso impresionaría a los ancianos, pero éstos de todos modos insistirían en que los jugadores buscasen al pastor perdido.

  • Los túneles stereb son la forma más fácil y segura de llegar a Ciudadela Inquisitorius, pero los jugadores pueden recurrir a otras.

  • Los jugadores muy difícilmente conseguirían usar a los sterebs como ejército contra el Imperio.

  • No es recomendable que los jugadores escapen de la Ciudadela por los túneles sterebs, porque se arriesgan a atraer la atención del Imperio hacia la indefensa especie. La aventura presenta otras opciones para que los personajes salgan del planeta.

En algunos momentos, las fuentes se contradicen al hablar de los sterebs. A veces la contradicción se encuentra en la misma fuente. Veamos algunos de estos problemas.

En Sword of the Empire, el narrador dice que el mundo originario de los sterebs es desconocido, aunque existen poblaciones en Serroco, Prakith y otros planetas, y que los mismos sterebs parecen no saber cuál es. Más tarde, en la misma aventura, los sterebs dicen que no es que no sepan cuál es su planeta de origen, es que no saben que existen planetas además de Prakith, "¡Prakith es todo!". Por otro lado, el misterio quedaba resuelto en los artículos sobre Serroco y los sterebs en la Encyclopedia, que dicen claramente que el mundo originario es Serroco.

El artículo Byss and the Deep Core (2005, Rodney Thompson) publicado en la web de West End Games, describe Prakith pero no dice nada de los sterebs. La población de Prakith es un 98% humano y un 2% otros, pero otros variados, bothans y gente así venida de la galaxia conocida.

The Essential Atlas (2009, Jason Fry y Daniel Wallace), página 120, muestra que Serroco entró en la República en algún momento entre los años 8.000 y 5.500 ABY. Sin embargo, The Essential Guide to Warfare, página 38, dice que Serroco ya estaba en la República durante las Cruzadas de Contispex, entre 12.000 y 11.000 ABY; y que antes, entre 17.000 y 12.000 ABY, estaba en territorio alsakano, según la página 34.

El artículo sobre Marn Hierogryph en la Encyclopedia dice que él robó una nave de aprovisionamiento a la Nueva República para montar un economato para tropas de la Nueva República, así, insistiendo en el término dos veces. La Nueva República no se formó hasta varios milenios después.

En Knights of the Old Republic Handbook (2007, John Jackson Miller) se cuenta que el Almirante Karath tuvo que abandonar su nave insignia en Serroco, y que los mandalorianos la capturaron cuando estaba intentando escapar. Esto es falso: La nave llegó al espacio profundo cerca de Myrkr según el cómic Knights of the Old Republic Nº 17.

En el número 15 del cómic, Miller menciona "the Ecliptic", refiriéndose a un objeto astronómico; pero el rotulista Michael Heisler accidentalmente puso la palabra en cursiva, declarando que se trataba de una astronave. El artículo sobre Ecliptic en la Encyclopedia confirma que era una nave.

La página 100 de Essential Guide to Warfare describe al Décimo Ejército de la República, indicando que su rol era defender la Ruta Hydiana Exterior y estar preparado para servir de refuerzo a los Ejércitos Noveno y Décimo. No, vamos a ver, el Décimo Ejército no puede ser refuerzo del Décimo Ejército.



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Sección creada por Skippy Farlstendoiro y Al Noah para SithNET
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