En cierta ocasión, Goontirk adquirió una momia que le
dijeron que era El Archirregente Vardovin IV,
Rey Perdido de Duro (Totalmente perdido; en Duro
nadie ha oído hablar de ningún Vardovin IV). Goontirk estaba
seguro de que la momia era falsa, aunque había conseguido un certificado
de autenticidad en el trato, pero el snivviano estaba seguro de que sería
una adición perfecta a su menagerie.
Sin embargo, ignorándolo Goontirk, la momia contenía más
de una docena de huevos de skekpez, un peligroso híbrido de formas
de vida basadas en el carbono y en el silicio, caracterizada por "nadar"
a través del suelo moviendo rápidamente sus escamas metálicas,
afiladas como cuchillas, que raspaban el material destruyendo la roca
sólida en el proceso. Voraces, famélicos y capaces de reproducirse
muy rápido, se decía que una colonia de skekpeces podía
acabar con toda la fauna principal de un planeta subdesarrollado en muy
poco tiempo. Cuando se quedaban sin comida (que debió ser lo que
sucedió en esta ocasión), los skekpeces dejaban sus huevos
en las carcasas de sus presas, y los huevos podían sobrevivir miles
de años antes de eclosionar si nadie los perturbaba... como fue
el caso en el ataúd de Vardovin IV.
Cuando la Fortuna del Loco atravesó el espacio cerca del
sistema Engebo, el transporte golpeó una ola de plasma, que abrió
el ataúd de la momia e hizo eclosionar los huevos. Rápidamente,
los skekpeces empezaron a devorar todo lo que había a su alcance,
incluída la tripulación.
Goontirk fue derrotado por las criaturas, pero logró alcanzar
una cápsula de escape, e intentó huir hacia Engebo V. Desgraciadamente,
llevaba varios skekpeces pegados a su ropa, y éstos acabaron con
el pobre snivviano antes del aterrizaje.
La cápsula en la que viajaba Goontirk colisionó con la
colonia minera de Engebo IV. El snivviano estaba muerto, pero los skekpeces
seguían esperando una oportunidad para salir. Una joven nativa,
Nell Davengatt, hija de un empresario local, y los amigos de ella, fueron
a investigar el lugar de la colisión y Nell abrió la cápsula
de escape para investigar. Los skekpeces salieron y atacaron a todas las
fuentes de comida disponibles. Aunque Nell logró escapar, los skekpeces
mataron a su padre, a sus amigos, y a muchos de los habitantes del último
asentamiento de Engebo V, El Aterrizaje, incluída
una gotal. Con la ayuda del jefe de seguridad de su
padre, un hombre llamado Gall, Nell logró escapar del planeta con un grupo
de pilotos que habían ido allí para obtener carne de nerf para Lady
Wylla de Alderaan. Nell informó a Lady Wylla, y juntas sacaron de
su órbita Engebo V para acabar con la amenaza de los skekpeces.
Rachalt Hyst: Esta snivviana traicionó a sus
seres queridos (lo cual incluía a sus parientes), pero fue descubierta
y sus familiares supervivientes la abandonaron en Tatooine para que muriese.
Consternada por su propio fracaso, Rachal Hyst pasaba la mayor parte de su vida
en estupor en la cantina de Chalmun, en Mos Eisley. Rachal había
tenía experiencia como piloto, y también sabía manejar armas.
Sizinnian: Este snivviano estaba algo loco y decidió que
intentaría leer y entender el Viaje de las Mentes,
aunque le llevase la mayor parte de su vida adulta. Para este fin, viajó
a Eyar City y se recluyó en la profundidad de las alcantarillas,
que rara vez eran barridas por la agencia local de refuerzo de la ley o
por Sistemas de Tratamiento Eyar (que no recibía suficientes fondos
para limpiar las inmensas y laberínticas cloacas). Por tanto, los
vecinos de Sizinnian en las alcantarillas eran una variedad de criminales
y células de la Alianza Rebelde.
La salud mental de Sizinnian empeoró, y el snivviano solía ponerse
emocionalmente inestable cuando Sistemas de Tratamiento Eyar llegaba para
limpiar las alcantarillas. Llegó a ponerse paranoico y creyó
que todo el mundo intentaba robar su investigación.
Thasca Knarr: Este comerciante snivviano inició su propio
negocio desde uno de los cuartos de invitados de El Emporio
de Exovar, una especie de centro comercial en el planeta Neftali que llevaba
el explorador retirado Luskin Exovar. Knarr planeaba quedarse el Emporio
de Exovar para él, y desarrolló una red de espías
y mercenarios, planeando acabar al mando de un equipo de cazarrecompensas.
Por desgracia para el snivviano, un grupo de operarios independientes descubrieron
sus planes y se los mostraron a Exovar.
Toirboggle: Este poeta sniviano pasó parte de su carrera
trabajando como contable y bufón de la corte para la terrible pirata
Olian Okamie. Toirboggle aceptó estos trabajos como parte de su
investigación para el poema épico que sería su obra
maestra, Honor entre Ladrones.
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