LOS SUNESIS

Articulo creado por Skippy Farlstendoiro y maquetado por Al Noah, los xenobiólogos de SithNET
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Los Sunesis


 
"Gracias sean dadas al Hacedor".

Todos los que hayamos tenido un droide en algún momento habremos oído esta frase de sus vocabuladores. La invocación aparentemente hace referencia a una deidad específica y exclusiva de los autómatas: Sólo los droides sirven al Hacedor. ¿O no? Adoradores de la misma deidad eran los predicadores sunesis, extravagantes en su comportamiento místico y en su aspecto anfibio. Los sunesis trataban a todos los seguidores del Hacedor, incluidos droides, como iguales, y su actitud espiritual tenía orígenes en su adolescencia biológicamente extraña y en cierta tendencia al uso de la Fuerza.

Uno de los mayores expertos en los sunesis ha sido el erudito jedi humano Tam Azur-Jamin, cuyas investigaciones formaron parte significativa de las fuentes que he utilizado. Colaborar con él a la hora de recopilar información sobre sunesis ha sido no sólo inestimable, que también. En esta ocasión, la mayor parte del trabajo ha caído sobre sus hombros, y el conocimiento sobre la especie alienígena se aloja entre sus sienes. Por eso, pienso que lo mejor es cederle la palabra y que hoy sea Tam Azur-Jamin quien exponga la información sobre estos alienígenas. Jedi Azur-Jamin, su público.



Tam Azur-Jamin.

¿Eh? ¿Qué? No me habías dicho que… Ejem. Hola, soy… Soy Tam.

El Maestro Farlstendoiro a menudo les habla de exóticas especies que vienen del Borde Exterior de la galaxia o de regiones incluso más periféricas. En esta ocasión no debemos alejarnos tanto; nos quedaremos en el Borde Medio, y además en una zona muy bien explorada y frecuentada: El sector Doldur. Allí encontrábamos lugares de importancia como el planeta Falleen, origen de la especie del mismo nombre, o el puesto minero Estación Plata, donde Una Poot y sus asociados mantenían una base secreta de la Alianza Rebelde controlando la actividad revolucionaria sectorial.

El sector Doldur era atravesado por una de las rutas hiperespaciales más importantes de la galaxia, la Carrera Coreliana. Mundos como Doldur y Druckenwell estaban en plena ruta. El planeta que nos ocupa hoy se encontraba cerca de éstos, un ápice al oeste de la ruta.

Me refiero a Monor II, en el sistema Monor, un mundo brevemente conocido como Colonia Kline en tiempos del Imperio. Astronómicamente, Monor II presentaba unas características propicias para la vida en general: Un día de 28 horas estándar, un año de 378 días locales, una gravedad estándar, una temperatura templada, una hidrosfera seca, características terrestres y un terreno formado principalmente por llanuras, mesetas y montañas dispersos en cinco continentes. Así fue, y la vida surgió: Monor II tenía una flora exuberante y sabrosa para los nativos, incluyendo plantas fibrosas llenas de savia y néctares.



El sistema Monor. La ruta que pasa por Doldur y Druckenwell es la Carrera Coreliana.

Pero Monor II no era un mundo en el que uno pudiese desembarcar fácilmente de su nave sin tomar precauciones. Ya desde el espacio se percibía el planeta como una esfera opalescente y, al entrar en su atmósfera, se podía percibir que el brillo antes visto venía de una neblina perpetua de microcristales que flotaban titilando en el aire: El cirrifog formaba en la superficie una densa niebla gris que, al tacto con la piel, semejaba la caricia de plumas.

Para los alienígenas el cirrifog suponía un peligro en varios sentidos. Su contacto con la piel o los ojos era inofensivo, aunque durante el día reflejaba la luz solar y podía producir brillos cegadores, de modo que se recomendaba el uso de anteojos polarizados. El principal problema se daba sobre todo si el cirrifog era inhalado: Los microcristales trituraban los delicados órganos respiratorios internos de la mayoría de especies, incluyendo los pulmones de los humanos. Los visitantes que no estuviesen en estructuras protectoras, como edificios o naves, debían llevar máscara de respiración - o al menos filtros en las fosas nasales. La atmósfera planetaria de Monor II estaba clasificada como Tipo III, indicando esta clase de peligro.

Por supuesto, las especies evolucionadas en Monor II habían desarrollado la capacidad de respirar cirrifog, y algunas incluso lo necesitaban. Una de estas especies eran los sunesis, anfibios inteligentes que requerían el cirrifog durante su etapa juvenil, y que, al llegar a la madurez, se transformaban en humanoides, de aspecto totalmente distinto. Los sunesis adultos podían sobrevivir con cirrifog, o sin él.

Los sunesis jóvenes, cubiertos de vello negro, tenían ojos primitivos y orificios auditivos sin pabellón auricular u oreja en la cabeza, y también carecían de dígitos prensiles. Sus sistemas nerviosos estaban distribuidos por todo el cuerpo. Parecían bestias sin inteligencia, y hasta cierto punto lo eran: Durante su juventud, los sunesis vivían casi exclusivamente para comer. Se alimentaban de néctares y savia de las plantas locales, entre éstos los tallos de rawuh, y accediendo a su alimento a través de un gran túbulo rizado que empujaban a través de una estructura bucal perforadora. Esta clase de boca no permitía hablar a estas criaturas. Sólo en los últimos años de su juventud los sunesis empezaban a tener una inteligencia digna de mención.

Al alcanzar los quince o dieciséis años estándar de edad, los sunesis dejaban de comer y excretaban a su alrededor un sudor, derivado del cirrifog, que se endurecía como yeso para formar una crisálida. Este proceso dependía de la atmósfera de cirrifog, componente fundamental de su revestimiento. El período de pupa tenía una duración variable; algunos sunesis maduraban rápidamente y pronto aprendían a utilizar sus nuevas bocas, incluso desde dentro del capullo. El nuevo sunesi debía intentar escapar de la concha endurecida por sí mismo, sin ayuda externa; sin embargo, algunos sunesis gritaban pidiendo ayuda, y los adultos no dudaban en ofrecérsela. Una cantidad de sunesis eran incapaces de gritar o de moverse adecuadamente para salir de su envoltorio, y en general éstos morían de hambre.

Pese a que la transformación suponía un riesgo para la propia vida, todos los jóvenes sunesis la esperaban impacientes, porque comprendían que la fase adulta les daba muchas ventajas, incluyendo las capacidades de hablar, manipular y caminar. Se creía que el riesgo inherente a su mutación predisponía a los sunesis a creer en la vida después de la muerte.

Los sunesis adultos eran humanoides sin vello con la piel habitualmente de color turquesa. Debajo de la epidermis se mostraban rugosidades plateadas, concretamente en los puntos donde el hueso estaba justo bajo la superficie de aquélla y había músculos unidos a los lados de éstas. Tenían un cuerpos esbeltos de aspecto vagamente anfibio pero grato a la vista.

Analizando las extremidades de un sunesi se podían observar importantes diferencias con un humano. Un sunesi adulto, con una estatura de habitualmente entre 150 y 210 centímetros, tenía miembros largos. Sus piernas desgarbadas acababan en pies palmeados, mucho más grandes que los de un humano y con dos enormes dígitos en la parte frontal. Los brazos acababan en manos humanoides de cuatro dedos muy largos.

La cabeza mostraba varios rasgos interesantes. Barbilla arrugada y pómulos pronunciados eran sólo los primeros. Sus orejas eran redondas y podían rotar hacia la fuente del sonido. Sus bocas les permitían hablar en Básico, habitualmente con un tono musical parecido al trino de un ave; y también comunicarse usando ultrasonidos o chillidos agudos, lo cual era muy útil considerando el aire turbio de su mundo. Sus ojos grandes, redondos y totalmente azabachados, reflejaban la luz de su entorno y estaban enmarcados por crestas a modo de ceja que resultaban expresivamente móviles.

Dos grandes bultos globulares, conocidos como lóbulos melonanos craneales, destacaban en la parte superior de la testa. Los imperiales en Monor II apodaban a los sunesis "cabezas de bultos" por esta característica pero, lejos de ser un atavismo, era una característica útil: Permitían a los sunesis emitir y percibir ondas ultrasónicas con varios fines. A menudo los sunesis usaban ultrasonidos para comunicación ordinaria que sin embargo escapaba a los oídos de otras especies, y también los podían usar a modo de radar. Se sospechaba que los sunesis podían modular sus emisiones con otros usos, o aprender a hacerlo, pero había poco estudiado al respecto. Por ejemplo, superponiendo un ultrasonido a una conversación, un sunesi podía impedir que un tercero le escuchase a él o a su interlocutor a través de un micrófono. Un sunesi excepcional usó ultrasonidos para abrir una escotilla retráctil (aunque afirmaba no poder abrir una celda), para cavitar oxígeno disuelto a partir de oxiagua y, aunque nunca lo demostró, afirmaba ser capaz de usar ultrasonidos como arma letal.



Un sunesi.

Además de los lóbulos, los sunesis tenían otras características físicas distintas a la mayoría de humanoides, como su brillante sangre de color rosa. Fuera de Monor II se sabía poco sorbe la biología de esta especie: Los impactos de blásters parecían afectarles más duramente que a otras especies, y cierto wookiee temía utilizar granadas de gas contra ellos por si les hacía demasiado efecto. Los wookiees, por cierto, podían identificar fácilmente el olor de un sunesi.


Cultura


 

En muchos sentidos, los sunesis eran culturalmente parecidos a otras especies inteligentes en la comunidad galáctica… Al menos, los sunesis adultos. Éstos vestían sus cuerpos, habitualmente con túnicas de manga larga, y se calzaban a menudo con sandalias; podían operar tecnología y en general eran seres abiertos y estudiosos. A menudo extendían sus palmas de las manos al hablar, por ejemplo en los saludos. Tenían una versión del matrimonio en que el cónyuge recibía el nombre de compañero de vínculo.

Los sunesis tenían un idioma propio, en el cual la palabra "sunesi" significaba "peregrino": Se percibían a sí mismos como viajeros que, metafóricamente, recorrían un camino hasta "desarraigar", cambiar e iniciar un nuevo camino, del mismo modo que sufrían un cambio biológico y radical al mutar de la etapa juvenil a la adulta. Esto era sólo uno de los síntomas de la espiritualidad intrínseca a su cultura.

Monoteístas, los sunesis a menudo creían en una entidad llamada El Hacedor, que podría ser, o no, la misma deidad a la que muchos droides afirmaban adorar y servir; no era extraño ver adeptos droides en los servicios religiosos sunesis. Los sunesis afirmaban que el Hacedor, también llamado El Dador, era el ser del que fluía toda la vida en la galaxia, en toda su variedad, y que controlaba activamente Monor II. Los sunesis percibían que el Hacedor tenía una gloriosa creatividad y que amaba a todas sus creaciones, aunque también que tenía cierto sentido del humor. Cuando algunos sunesis usaban la Fuerza para curar a otras personas, los sunesis en general creían que este don era un regalo del Hacedor.

Un sunesi podía trabajar en casi cualquier ocupación razonable; por ejemplo, el sunesi Gnosos era un empleado de la corporación de transporte durosiana Envíos CorDuro. En general, sin embargo, los alienígenas pensaban en los sunesis como predicadores extraños y llamativos, aunque bienintencionados y rara vez malvados: Ningún jedi había oído hablar de un sunesi que hubiese caído en el lado oscuro.

Al final de la guerra contra los yuuzhan vong, los sunesis eran considerados una de las especies de usuarios de la Fuerza, como los jensaarai y los theranos. Esta apreciación sugería un uso extendido de habilidades de la Fuerza en prácticamente toda su población.

Los sunesis eran gobernados por una casta de sacerdotes-príncipes hereditarios, a la que pertenecían Agapos VIII, Agapos IX y Agapos X (y, previsiblemente, otros Agapos).



Agapos IX.

Desde al menos los tiempos imperiales, Monor II tenía acceso a tecnología de nivel galáctico estándar. Había un puerto espacial en el planeta y el mundo importaba tecnología media y alta, exportando cirrifog a cambio. Había una mínima población de humanos en comparación con los sunesis: Durante la ocupación imperial, cinco mil humanos compartían el mundo con dieciocho millones de sunesis, y el gobierno de príncipes-sacerdotes había sido reemplazado por un administrador imperial. Los humanos vivían en edificios sellados, con aire filtrado, que compartían con habitantes sunesis.

Fuera de Monor II, por ejemplo en Punto Tekra, los sunesis eran despreciados por su aspecto demasiado alienígena, pero no parecía haber un prejuicio especialmente abierto ni siquiera en los peores tiempos de Palpatine.


Historia


 

Los sunesis evolucionaron en Monor II, desarrollaron una civilización planetario y, como tantas otras especies inteligentes, tuvieron sus conflictos intestinos durante siglos.

El sistema Monor entró en la comunidad galáctica en un periodo temprano de la República, entre los años 20.000 y 15.000 abY. Por entonces, los Conflictos Coruscant-Alsakan habían arrasado y devastado muchas colonias en la región de la Rebanada; y los horrores continuaba debido a ataques de piratas y esclavistas de mundos de lo que entonces eran las Regiones Desconocidas. Eso motivó a muchos pioneros a explorar y colonizar la zona más lejana conocida de la Carrera Coreliana, comerciando audazmente con especies nativas de la zona como hérglicos, grans y tynnanos. Gracias a ello, la República se expandió al oeste de la Carrera Coreliana, incorporando Doldur y otros sectores en un territorio que se conocería como los Sectores del Contragiro (porque la galaxia giraba en el otro sentido). Esa zona alcanzó una interesante prosperidad y desarrollo económico a lo largo de los milenios siguientes; según sus partidarios, habían aprendido de los errores de la Rebanada, y también es cierto que continuó la expansión de las rutas hiperespaciales en esa zona.

En concreto, la llegada de humanos a Monor II estuvo motivada por el cirrifog, que tenía usos fuera del planeta.

Pese a ello, el sector Doldur estuvo en los límites de la galaxia conocida durante mucho tiempo. Para cuando estalló la Gran Guerra Sith (4.000-3.996 abY), la frontera de la República estaba prácticamente marcada por la Carrera Coreliana, sin apenas holgura al oeste de ésta.

Durante el último lustro de las Nuevas Guerras Sith (que duraron desde 2.000 a 1.000 abY), Monor estaba en espacio republicano.

En 50 abY, durante la Revolución Arkaniana, un maestro jedi sunesi e insumiso, Aqinos, apareció con una clase de alumnos jedi minerales fusionados con cuerpos droides, los Caballeros de Hierro. Esto generó polémica en la comunidad jedi. Se descubrió que Aqinos había entrenado a esquirlas, una especie alienígena exótica, en el planeta Dweem y sin la aprobación del Consejo Jedi. El Consejo Jedi decidió que no aprobaba las acciones de Aqinos y le excomulgó, desterrándole a Dweem con su alumnado.

Durante las Guerras Clon, los separatistas mantuvieron el control sobre el planeta Monor. Curiosamente, Aqinos abandonó su exilio y se enfrentó a los separatistas con sus Caballeros de Hierro. Cuando el conflicto acabó, sin embargo, la República se convirtió en el Imperio Galáctico, que declaró traidores a los jedi y los persiguió. Aqinos y varios Caballeros Jedi supervivientes se ocultaron en Dweem durante los primeros años del nuevo gobierno.

En esos tiempos gobernaba Monor II Agapos VIII. El planeta fue visitado por una lanzadera robada a un dictador imperial en la que estaban un ex-edecán fugitivo de éste y un droide de protocolo, también hurtado a la misma persona. Agapos VIII concedió asilo a ambos; y el exiliado regaló el droide, B-K-4 "Becá", a la dinastía gobernante. B-K-4 estaba encantado de servir a los sunesis, que eran mucho más agradables que su anterior propietario. No fue el único caso: Ante la creciente opresión imperial en múltiples planetas, muchas personas huyeron de sus hogares y buscaron santuario en Monor II. Se creía que humanos, droides y sunesis vivían en Monor II como iguales.

Agapos VIII demostró ser incapaz de resistir adecuadamente la influencia del Imperio Galáctico en su planeta. Eligió abdicar en favor de su prometedor hijo, el filósofo y orador Agapos IX, que ya había demostrado grandes habilidades de comunicación, curación y liderazgo, y que había obtenido prestigio por ello.

La presencia imperial en Monor II creció poco antes de 0 dbY. Mineros empleados por la Compañía Química Solgg bajo el mando del prospector Eujustus Kline, con apoyo de fuerzas imperiales, establecieron una colonia en Monor II y empezaron a extraer cirrifog de la atmósfera para procesarlo y enviarlo a los Mundos del Núcleo. Las instalaciones construidas estaban protegidas y vigiladas en sus perímetros, y el ritmo de trabajo era insostenible: Los ingenieros químicos parecían decididos a recolectar todo el cirrifog. Por supuesto, esto suponía una amenaza para las formas de vida nativas. Recordemos que los jóvenes sunesis necesitaban el cirrifog para madurar a su edad adulta, y la situación podía llegar a que sólo subsistiesen en domos con entornos de cirrifog controlados artificialmente. Pero claro, a los imperiales les preocupaba poco el bienestar o la mera supervivencia de los "cabezas de bultos".

Aún hoy ignoramos porqué el Imperio mostraba tanto interés por el cirrifog tan repentinamente. Los analistas de la Alianza Rebelde sospechaban que el Imperio había encontrado un uso militar para el cirrifog. Sabemos, sin embargo, que el Imperio decidió exterminar a los sunesis.

El Imperio rebautizó Monor II como Colonia Kline, descartado un nombre que llevaba en uso más de quince mil años. El mundo fue puesto al cargo de un administrador imperial, Fuguée, que tenía reputación de ser permisivo con los contrabandistas y criminales comunes mientras sus intereses políticos no fuesen amenazados. La extracción seguía siendo supervisada por Kline en persona.

Agapos IX, como sacerdote-príncipe gobernante, estuvo entre los primeros sunesis en oponerse a esta actividad imperial, objetando vehementemente a la anexión de su mundo al Imperio como mero "recurso mineral". Viendo que el Imperio continuaba llevándose cirrifog, Agapos IX centró su tiempo en la escritura política. Pronto, Agapos IX estaba incitando a los sunesis a revelarse contra el Imperio, y sus escritos eran tan elocuentes, reveladores y universales, que eran repetidos por varios movimientos rebeldes en otros planetas. El Imperio reaccionó ofreciendo una recompensa por la cabeza del agitador, que contaba con el apoyo del pueblo, tomando el control de la base conocida de Agapos IX e intentando interceptar todas las transmisiones. Sin embargo, seguían apareciendo nuevos manifiestos merced a un transmisor secreto desde una guarida oculta. Astutamente, los sunesis aprendieron a utilizar una veta mineral recta como antena dipolo.

La rebelión de Monor II incluía sunesis, humanos y también droides, y todos ellos eran aparentemente devotos del Hacedor. Algunos de los rebeldes más importantes eran Hoil, un piloto sunesi; Nee, una joven sunesi curandera y discípula de Agapos IX en los caminos de la Fuerza; Ochoefe, un droide con pocas restricciones a la hora de atacar a imperiales; y Urek, un humano infiltrado entre los empleados imperiales de Fuguée; además de, por supuesto, Agapos IX, Becá y muchos cuyos nombres no han llegado.

Sus recursos materiales eran bastante limitados. Los sunesis usaban armas primitivas, como arcos, para evitar los escáneres imperiales; y un explosivo asequible, pero difícil de controlar, llamado prennerin. Tenían una base oculta y un hangar con sólo cuatro naves, más los vehículos personales que los rebeldes pudiesen ofrecer en cada momento. Por ejemplo, Becá mantenía su lanzadera personal de tres aletas, con líneas imperiales.

El movimiento anti-imperial Alianza para la Restauración de la República, abreviado Alianza Rebelde, mostró interés por la revolución de Monor. Los sunesis se aliaron con Una Poot, la líder rebelde sectorial con sede en Estación Plata; Urek era la persona de contacto principal de Poot. Poot aceptó enviar armamento a los sunesis, y consiguió esconder un envío (diez mil carabinas blásters y dos explosivos potentes) en una luna de Monor. Ahora necesitaba enviar un mensaje a los rebeldes sunesis en la superficie de Monor para indicarles el lugar concreto donde tenían que mirar. Poot también quería asegurar la supervivencia de Agapos IX. Ella iba a necesitar organizar varias misiones con equipos distintos. Afortunadamente, ella contaba con personal excepcional.

Tinian I'att, de diecisiete años de edad, había sido una heredera industrial en Druckenwell; y su prometido Daye Azur-Jamin, uno de los ingenieros que trabajaban para su familia. Ambos eran humanos. Cuando el Imperio tomó el control de las industrias de Armamento I'att, Azur-Jamin saboteó las instalaciones para impedir que el equipo cayese en tan malas manos. En el proceso, Azur-Jamin resultó malherido y dado por muerto. Azur-Jamin sin embargo fue rescatado por dos agentes rebeldes de Pott, el gotal Toalar Yalom Yalom y su compañero humano, el forzudo Woyiq. Después de recibir prótesis cibernéticas, Azur-Jamin tenía tan mala imagen de sí mismo que prefirió asegurarse de que I'att le creía muerto. Azur-Jamin se unió a la célula rebelde de Poot. Azur-Jamin tenía además la capacidad de usar la Fuerza y, sin entrenamiento, había aprendido a realizar algunas capacidades.

I'att contactó con Poot por otro camino y también se unió a su grupo. Azur-Jamin y Poot acordaron que I'att no debía descubrir nunca que Azur-Jamin seguía vivo, mucho menos tan cerca de ella. I'att emparejó a Poot con el wookiee Chenlambec, un cazarrecompensas con licencia imperial que en secreto llevaba a sus supuestas capturas hasta la Alianza y después reportaba sus muertes al Imperio.



Algunos de nuestros protagonistas, asociados a la rebelión sunesi.

Azur-Jamin, Toalar y Woyiq debían tomar un viejo remolcador espacial para acercarse al planeta y soltar una cápsula de escape con las coordenadas del arsenal secreto. Era improbable que Seguridad de Kline (de Colonia Kline, se entiende) les interceptase, pero por si acaso Poot les dio un transpondedor alterado. Poot les dijo que, incluso si les detenían, el gobernador Fuguée era clemente con los contrabandistas y, después de un breve interrogatorio, probablemente les condenaría sólo a trabajos forzados. En el peor de los casos, pronto saldrían del planeta. La preocupación de Poot era por los sunesis; ella temía que el Imperio pretendiese acabar con toda la especie.

Lo que Poot no sabía, porque Urek no había tenido ocasión de reportarlo, era que Fuguée ya no estaba al mando. El nuevo gobernador imperial Brago, que se iba a ocupar del genocidio sunesi, era mucho más implacable. La nave de Toalar fue interceptada y su transpondedor fue registrado como no válido. Los rebeldes enviaron su mensaje, a riesgo de que los imperiales detectasen el lanzamiento; Woyiq atacó a los soldados en ese momento para distraer a los imperiales y que no se fijasen en la cápsula, y Poot recorrió esa zona de la galaxia en su nave para ocultarles el codiciado blanco; pese a ello, uno de los artilleros reportó haber destruido algo. El teniente imperial Karr hizo que les encerrasen y que su nave fuese destruida. Brago les interrogó a todos por separado. Es bien sabido que el Imperio despreciaba a los alienígenas como Toalar y a los cíborgs como Azur-Jamin. A este último le quitaron las piernas prostéticas, humillándole en su celda. Brago dedujo correctamente que Toalar era el jefe del grupo y ordenó torturar a todos los prisioneros y programar su ejecución para después del festín de la inminente Semana de Celebración. Las cosas se ponían peliagudas para mi pariente, ¿verdad?

Mientras tanto, I'att y Chenlambec tenían otra misión: Rescatar a Agapos IX a la fuerza; o secuestrarle si hacía falta. Dejarían pruebas falsas de que Agapos había muerto durante su intento de captura, y así le sacarían del planeta discretamente a bordo de la nave de Chenlambec, Wroshyr. Chenlambec tenía un cilindro de clonación donde había metido sangre de Agapos para crear tejido suficiente con el que convencer a los imperiales de que tenía restos de un cadáver; y ambos pretendían recoger polvo local mezclado con cirrifog para demostrar que habían estado en Monor II. Habría varios obstáculos: No sabían dónde se ocultaba Agapos, ni éste estaba informado del plan; pero ellos eran profesionales y contaban con apoyo del droide de a bordo de la nave, Flirt.

En primer lugar, rastrearon la guarida secreta de Agapos, un pequeño edificio de piedra con sistemas avanzados. Irrumpieron en el lugar atacando a los tres guardaespaldas de Agapos con arma aturdidores mientras Flirt desactivaba los sistemas computarizados de seguridad. Chenlambec fue herido por una flecha; I'att salvó la vida de su protector y abatió a un sunesi armado con un cuchillo mientras el wookiee recuperaba el aliento y la iniciativa. Un sunesi intentó ocultarse tras un enorme transmisor del tamaño de un muro, pero Chenlambec tiró el hardware sobre él.

Agapos, el único sunesi desarmado en la sala, no logró escapar y aceptó acompañar a los agresores porque sabía que era inútil intentar escapar o desafiarles. Viendo que el wookiee estaba herido, Agapos usó sus poderes de la Fuerza para sanar su herida; les perdonaba. I'att y Chenlambec esparcieron restos de sangre artificial de Agapos sobre los muros y objetos. Eso bastaría para convencer a los imperiales de que Agapos había muerto.

No sólo a los imperiales: Los rebeldes de Agapos se preocuparon por la interrupción repentina en las comunicaciones. B-K-4 envió un equipo de búsqueda al búnker de Agapos, que llegó después de que los cazarrecompensas se hubiesen llevado al príncipe. Al ver el desastre y a los guardias aturdidos, concluyeron razonablemente que Agapos había sido asesinado. De pronto la pérdida de su líder se convirtió en su prioridad, provocando que procrastinasen en la tarea de recoger las armas enviadas por Poot. B-K-4 tomó provisionalmente el mando.

Mientras tanto, Urek supo de los rebeldes arrestados y organizó su rescate, acompañado de muchos sunesis armados con blásters, incluida Nee, y varios droides, entre ellos Ochoefe. Coordinaron su incursión para que coincidiese con el banquete que daba el gobernador, porque habría menos tropas de servicio; y preparó el robo de una lanzadera imperial para huir. Un sunesi y Ochoefe cargaron con el inválido Azur-Jamin; Urek aturdió accidentalmente a Woyiq en defensa propia; y Nee sufrió un impacto de bláster pero, siendo una importante líder rebelde como era, Urek se aseguró de que no quedara atrás.

El despegue no marcó el final del rescate: Los imperiales intentaron en vano abatir la nave. En su interior, Nee utilizaba sus poderes curativos, impresionando a Azur-Jamin y a Woyiq, y provocando una aguda jaqueca a Toalar: Los gotal eran sensibles a los poderes de la Fuerza y sufría dolores cuando alguien en su cercanía recurría a ellos. Nee, comprendiendo las necesidades de Azur-Jamin, también utilizó sus capacidades extraordinarias sobre él, restaurando los daños en sus ojos.

La lanzadera alcanzó la base rebelde, donde la prioridad era reaccionar al ataque contra Agapos. Los sunesis creían necesitar la bendición de Agapos para desafiar al Imperio. Los rebeldes detectaron el Wroshyr intentando abandonar el sistema sin responder a las comunicaciones, y lanzaron sus cuatro naves espaciales tras ella: Habían asumido que los asesinos de Agapos iban a bordo y querían vengarse. El Wroshyr fue vapuleado por el fuego enemigo, con sus escudos acercándose a un tercio del nivel óptimo, y no devolvía fuego.

Azur-Jamin reconoció la nave, que había sido de I'att, y dedujo que se trataba de una operación rebelde secreta. Confirmó que había tres formas de vida a bordo, de lo que concluyó que Agapos estaba allí; en cuanto lo dijo, todos los presentes quedaron anonadados. Toalar convenció a B-K-4 para que al menos le diese el beneficio de la duda, por si acaso tenía razón. Azur-Jamin convenció a B-K-4 para que le dejase su lanzadera personal para que fuese a buscar a Agapos, mientras las naves rebeldes sunesis iban a por el cargamento de armas. B-K-4 hizo prometer a Toalar que, si esos cazarrecompensas eran los asesinos de Agapos, se lo haría pagar; Toalar, a su vez, convenció a B-K-4 de que Agapos podría querer esconderse. El trío rebelde subió a la nave de B-K-4, pilotada por el sunesi Hoil, y rastrearon el vector hiperespacial del Wroshyr, y la presencia en la Fuerza de Agapos (usando los dolores de Toalar como indicación) hasta la antigua nave colonia Punto Tekra.

El Wroshyr llevaba ventaja y llegaría antes, pero no tenían oxígeno suficiente para el viaje. Afortunadamente, Agapos descubrió que estaba con aliados, rebeldes que intentaban ayudarle; y el sunesi utilizó sus capacidades ultrasónicas para generar más oxígeno respirable a partir de los tanques de oxiagua en los cilindros de clonación que habían usado para clonar la sangre. Agapos también empatizó con I'att, que le habló de la muerte de Azur-Jamin.

El Wroshyr dejó a Agapos en Punto Tekra y repostó para después partir hacia Ookbat. Azur-Jamin, Hoil, Toalar y Woyiq llegaron a Tekra y allí encontraron a Agapos, pero eligieron no revelar su presencia a I'att. Azur-Jamin contó a Agapos todo cuanto había sucedido, y Agapos a su vez habló a Azur-Jamin sobre el uso de la Fuerza entre los sunesis. El príncipe-sacerdote aceptó el exilio por su propia seguridad para continuar escribiendo bajo un seudónimo, pero sólo porque Hoil volvería a Monor II a revelar a los sunesis que su gobernante seguía con vida, y a cambio de otro favor: Azur-Jamin le ayudaría en su misión como orador clandestino. Agapos supo que los tekranos tenían un mundo franco donde fabricaban armas para la rebelión, una tarea en la que el ingeniero Azur-Jamin podría ayudar; y él mismo necesitaba soporte para utilizar la tecnología adecuada. Esto daba a Agapos la ocasión de entrenar a Azur-Jamin en el uso de la Fuerza y, sobre todo, ayudar a Azur-Jamin para que éste curase su propio cuerpo, su mente, y su espíritu. Así, Agapos IX se convirtió en el maestro de Daye Azur-Jamin.

En el año 4 dbY, el Imperio se tambaleó por la muerte del emperador en la batalla de Endor. Había terminado la era de un gobierno pangaláctico: Múltiples facciones se repartían el territorio, a menudo guerreando con sus vecinos. La Alianza Rebelde, reconvertida en la Nueva República, intentó presentar una nueva forma de gobierno; pero pasarían muchos años antes de que terminase la guerra como tal.

En 9 dbY, uno de los más exitosos señores de la guerra imperiales, Gran Almirante Thrawn, lanzó un audaz gambito contra la República y conquistó un tercio de la galaxia. Monor y el sector Doldur estaban en los límites de los territorios controlados por, o aliados con, Thrawn; pero los sunesis eran considerados imperiales. La campaña de Thrawn brilló con intensidad, pero también brevemente: En seis meses, Thrawn había muerto y, una vez más, su imperio se dividió bajo varias banderas imperiales. Ninguna de las facciones principales mostró interés por el sector Doldur.

A partir de ese momento, la República fue convirtiéndose en la potencia dominante, expandiéndose hasta que la combinación de facciones opuestas, el Remanente Imperial, aceptaron firmar la paz. La República estaba protegida por una Nueva Orden Jedi, bajo el liderazgo del Gran Maestro Luke Skywalker. El maestro sunesi Aqinos abandonó su exilio y restableció vínculos con la comunidad galáctica, uniéndose a la Orden.

Un miembro de la Nueva Orden Jedi era Mara Jade, después Mara Jade Skywalker, antigua Mano del Emperador. Ella sabía de los predicadores sunesis y no tenía un concepto especialmente bueno de ellos. Sin embargo, ella aceptó acompañar a un diplomático menor de Coruscant a un evento de importancia en Monor II, el ascensor del príncipe-sacerdote Agapos X, al que había sido invitados cientos de embajadores. Lamentablemente esto atrajo la atención de un criminal y terrorista que quería mal a la República: El Ejecutor Nom Anor, de la especie extragaláctica yuuzhan vong, que trabajaba como avanzadilla secreta preparando la invasión de su especie a la galaxia. Anor, ocultando su identidad con una máscara, dispersó un arma biológica, las esporas coomb, en cien de las máscaras de respiración que se repartiría entre los presentes. Todas las personas infectadas murieron a los pocos días, aparentemente por causas distintas. La única excepción fue Jade, que cayó enferma dos meses después pero se recuperó. Pese a que los epidemiólogos forenses no conseguían encontrar un auténtico patrón, se pudo rastrear el atentado hasta Monor II; lo que no encontraron fue un culpable.

Los yuuzhan vong iniciaron su invasión a la galaxia en 25 dbY. Para entonces, Monor II tenía una población de entre cien millones y quinientos millones de habitantes. El planeta no fue afectado durante las primeras etapas de la invasión (Después de todo, Doldur estaba en el sur galáctico y los yuuzhan vong había entrado por el nordeste), pero muchos otros mundos fueron arrasados. Hubo un enorme influjo de refugiados hacia los planetas que estaban dispuestos a aceptarlos, como Duro -un mundo industrializado con cierta presencia de sunesis. En 26 dbY, dos sunesis estaban en una multitud de viandantes en la ciudad durosiana de Bburru escuchando a un predicador duro que hablaba por un amplificador y criticaba la interdependencia en tiempos de guerra.

Duro estaba en la hoja de ruta de los invasores yuuzhan vong, que querían aniquilar a los refugiados. La compañía local Envíos CorDuro pretendía entregar el planeta al enemigo. La Orden Jedi sospechaba esto y habían enviado a varios jedis a Duro a investigar la situación. Uno de estos jedis, Jacen Solo, fue encerrado por el vicedirector de CorDuro, Durgard Brarun, para entregarlo a los yuuzhan vong. Un sunesi empleado de CorDuro, Gnosos, que no apoyaba los planes de la compañía, ayudó a Solo a escapar. Pese a los mejores esfuerzos de los jedi, los yuuzhan vong invadieron Duro. Aunque la República logró salvar a algunos refugiados y herir al líder yuuzhan vong Tsavong Lah, la guerra continuó durante varios años.

Entre el 26 y el 27 dbY, los yuuzhan vong llegaron al sector Doldur. Los planetas Druckenwell y Falleen fueron atacados y quedaron en manos yuuzhan vong prácticamente hasta el final de la guerra en 29 dbY. Inmediatamente entonces, Jacen Solo contó a su hermana Jaina que quería aprender los caminos de la Fuerza que seguían otras culturas, y se planteaba pasar tiempo entre los sunesis y otras especies de gran misticismo cultural.

En los tiempos posteriores a la guerra contra los yuuzhan vong, los sunesis recibieron cierto reconocimiento entre los jedi. El artículo Droides, Tecnología y la Fuerza: Un Choque de Fenómenos, escrito por Tam Azur-Jamin (¡yo!) y traducido por Abel G. Peña, transmite información interesante sobre los sunesis en general, y también sobre el maestro jedi sunesi Aqinos, muerto durante el conflicto contra los yuuzhan vong.

Durante la Nueva Guerra Civil Galáctica de los años 40 a 41 dbY, Monor II se mantuvo neutral.

Más tarde, en el año 137 dbY, Monor II estaba dentro de las fronteras del Imperio Sith de Darth Krayt. Un momento. ¿Quién ha escrito este párrafo y cómo sabe lo que pasará dentro de casi un siglo? ¿Y qué es eso de un Imperio Sith?

Gracias, Jedi Azur-Jamin, continúa con los sunesis notorios, por favor.

¿Qué?


Sunesis Notorios


 

Agapos VIII: Agapos VIII era un sunesi perteneciente a la casta sacerdotal y a la línea de sacerdotes-príncipes, también llamada Agapos, que gobernaban a la especie sunesi y al planeta Monor II.

Agapos VIII era también el padre del prometedor heredero al trono que llegaría a ser Agapos IX. Desde su temprana infancia, Agapos IX demostró tener cualidades extraordinarias, siendo prodigioso en su estudio y maduro para su edad. Cuando el muchacho alcanzó la madurez antes de lo normal, fue iniciado en el sacerdocio, y pronto sobresalió como líder, curador y orador.

Durante este tiempo, Monor II recibió la visita de una nave fugitiva. Se trataba del ayudante de un cruel dictador imperial, que huía de su superior con un droide y una lanzadera robados a éste. Agapos VIII dio refugio al orgánico y al droide. El antiguo imperial decidió que ya no tenía uso para ese droide, un modelo de protocolo B-K-4, y se lo regaló a la monarquía sunesi a cambio de abastecimiento y amnistía.

Monor II estaba recibiendo cierto influjo de inmigrantes atraídos por un mundo donde el Imperio era menos exigente que en otros. Sin embargo, la situación empezó a cambiar, y la influencia imperial creció rápidamente en el planeta. Mineros que trabajaba para la Compañía Química Solgg establecieron una colonia en el planeta, y el gobierno galáctico reclasificó el mundo como simple "recurso mineral" para poder extraer masivamente el cirrifog de la atmósfera. Incluso rebautizaron Monor II como Colonia Kline. Agapos VIII demostró no ser capaz de resistir la influencia imperial, y abdicó prematuramente en favor de Agapos IX, por las evidentes habilidades demostradas por este último.

Pronto, Agapos IX se convirtió en un revolucionario que se oponía al Imperio, ganándose así seguidores incluso en otros planetas, y al mismo tiempo muchos enemigos dentro del gobierno. No está claro qué sucedió con Agapos VIII.

Agapos X: Agapos X, o Agapos Décimo, era un sunesi perteneciente a la casta sacerdotal y a la línea de sacerdotes-príncipes, también llamada Agapos, que gobernaban a la especie sunesi y al planeta Monor II. Agapos X tenía la piel color turquesa y era sorprendentemente parecido físicamente a su predecesor Agapos IX.



Agapos X se parece mucho a Agapos IX, pero en color.

Agapos X ascendió al poder en algún momento entre 19 y 24 dbY. Su promoción fue marcada con una ceremonia al aire libre en Monor II a la que fueron invitados una centena de diplomáticos de mundos variados. La atmósfera de Monor II era letal para seres de otras especies, así que la mayoría de invitados debían llevar máscaras de respiración. El terrorista yuuzhan vong Nom Anor, buscando debilitar a la República antes del inicio de la invasión, expandió un arma de bioingeniería, esporas coomb, en estos aparatos, para poder envenenar a los presentes. Anor permaneció en Monor II, pero iba embozado.

Un embajador menor de Coruscant invitado al evento acababa de ser amenazado por un grupo disidente, así que decidió ir a Monor II con una guardaespaldas jedi, Mara Jade Skywalker. Ella no tenía gran concepto de los sunesis, pero sentía curiosidad por ver la inusual atmósfera local (literalmente).

Cien de los invitados fueron infectados por el plan de Anor y murieron por causas aparentemente distintas y en momentos distintos, porque las vainas de las esferas se disolvían a ritmos distintos; pero todos sentían relapso seguido de debilidad antes de morir; y se pudo rastrear el ataque al momento correcto porque fue el único lugar en que todos habían coincidido. La única superviviente fue Jade Skywalker, que enfermó pero resistió a través del uso concentrado de la Fuerza. Aunque eso frustró a los yuuzhan vong, también les reveló que los jedi eran un enemigo más peligroso de lo que habían creído hasta entonces.

Gnosos: Este sunesi era un empleado de la empresa Envíos CorDuro durante la guerra contra los yuuzhan vong. Gnosos tenía un cráneo aplanado de brillante color turquesa, con crestas de ceño plateadas estrechándose hasta convertirse en bultos destacados a ambos lados de la frente.

En 26 dbY, los yuuzhan vong estaban intentando invadir la galaxia y habían arrasado varios mundos. Una gran cantidad de refugiados buscaba asilo en Duro. Los yuuzhan vong detestaban los mundos muy industrializados, como Duro. La empresa Envíos CorDuro pretendía entregar el planeta a los yuuzhan vong, creyendo que éstos ganarían la guerra y que la mejor opción posible era verles como aliados. Gnosos era uno de los pocos empleados de CorDuro que no apoyaba este plan.

Los jedi sospechaban de CorDuro y enviaron a un equipo a Duro, entre otras cosas para investigar a la compañía. El vicedirector de CorDuro, Durgard Brarun, capturó al jedi Jacen Solo cuando éste quiso reunirse con CorDuro; Brarun pretendía entregar al jedi a los yuuzhan vong. Gnosos pretendía ayudarle a huir.

Gnosos grabó una tarjeta de datos con su voz que permitiría a Solo despegar en una cápsula flotante, de dos asientos, en el garaje del segundo piso del edificio. Sólo necesitaba hacérsela llegar a Solo. Para eso, Gnosos consiguió que le asignasen la tarea de llevar comida al prisionero.

Cuando Gnosos entró en la improvisada celda de Solo, utilizó sus capacidades sunesis para generar un ruido de frecuencia ultra-alta para que los micrófonos ocultos no pudiesen registrar su voz ni la de Solo. Gnosos entregó al jedi la tarjeta, le explicó el plan de fuga y, viéndole preocupado por las escuchas, le explicó la medida que había tomado.

Solo aceptó la tarjeta y las palabras tranquilas y algo sarcásticas del sunesi, y entonces usó la Fuerza para intentar entender a su interlocutor. Encontró una enorme serenidad, inaudita en tiempos de guerra, pero eso no le bastó y decidió preguntar a su nuevo aliado. Gnosos le dijo que él daba a Solo, del mismo modo que El Hacedor había dado a Gnosos antes, y le habló sobre su teología. Eso fue revelador para Solo, porque le dio a entender que la Fuerza no quería ser abandonada y le estaba diciendo qué hacer.

Durante su fuga, Solo se reunió con su hermana Jaina y le contó sobre Gnosos. Ella era escéptica a la hora de confiar en un predicador sunesi extraño, pero Jacen le recordó que nunca habían sabido de un sunesi que siguiese el lado oscuro.

Los guardaespaldas de Agapos IX: Estos tres sunesis de piel color turquesa eran miembros de la resistencia local de Monor II contra el Imperio y trabajaban junto con su líder, el carismático orador Agapos IX. Agapos transmitía populares proclamas revolucionarias que le habían ganado prestigio incluso fuera del planeta, y también un precio a su cabeza. Los imperiales habrían querido encontrar el lugar desde donde transmitía Agapos para detenerle; y la resistencia lo sabía, así que tomó medidas: Mantenían la ubicación en secreto, incluso para la mayoría de rebeldes, y asignaron a Agapos una guardia personal experta en lucha, estos tres sunesis. Los rebeldes sunesis no tenían acceso a armas muy avanzadas y recurrían a flechas y cuchillos, cuya ventaja añadida era que no aparecían en sensores imperiales.

Agapos emitía desde un búnker de piedra, aprovechando una veta de mineral cercana y muy recta como antena dipolo. Aunque la instalación era primitiva, con muros de roca y suelo de piedra, había avanzada tecnología en su interior, incluyendo consolas transmisoras del tamaño de un armario, además de muebles metálicos para los ocupantes.

En 0 dbY, en pleno auge de la fama de Agapos, el búnker fue encontrado por el cazarrecompensas imperial wookiee Chenlambec y su protegida, la adolescente humana Tinian I'att, con ayuda de su droide Flirt. El equipo estudió el interior sin revelarse, e hicieron que Flirt desactivase los sistemas de seguridad. Entonces irrumpieron a tiros, aunque con sus blásters en configuración aturdidora.

Uno de los sunesis disparó una flecha que hirió de gravedad a Chenlambec. Otro de los sunesis, armado con enorme cuchillo, se subió a una silla metálica y se preparó para saltar, cambiando su peso de una pierna a otra; antes de que lo hiciese, I'att le aturdió con un disparo de bláster. El sunesi soltó el cuchillo antes de caer. Otro sunesi se cubrió detrás del transmisor, disparando mientras pedía que les dejasen en paz. Chenlambec se quitó la flecha, medio recuperado (pero no habría salvado la vida de no ser por I'att), y entonces ella le explicó dónde estaba su enemigo. Chenlambec sacudió el enorme equipo usando su increíble fuerza y el sunesi tuvo tiempo de ver cómo su protección fallaba antes de que I'att le abatiese.



El guardaespaldas del cuchillo se sube a una silla y cambia
su peso de una pierna a otra, preparándose para saltar.

Entonces los cazarrecompensas se llevaron a Agapos prisionero, dejando el lugar empapado con la sangre del líder rebelde. Eso daba la imagen de que Agapos había muerto en la captura. En realidad, los cazarrecompensas eran agentes secretos de la Alianza Rebelde que querían poner a Agapos a salvo en otro planeta, y la sangre había sido obtenida a través de un proceso de clonación, siendo el propósito engañar al Imperio.

Lamentablemente, también engañaron a la resistencia: Cuando el droide de Agapos, B-K-4, observó la repentina interrupción en la transmisión, envió a un equipo de búsqueda al búnker, y éstos encontraron la aparente escena de un homicidio y a los guardias aturdidos. B-K-4 dio por muerto a Agapos y empezó a perseguir a sus supuestos asesinos.

Hoil: Este sunesi de piel más verde que la mayoría y de crestas de ceño especialmente anchas llamaba la atención en una multitud de sunesis.

Hoil era uno de los muchos sunesis que trabajaban para la resistencia clandestina liderada por Agapos IX durante la ocupación imperial de Monor II. Como los otros rebeldes sunesis, Hoil creía en la deidad conocida como El Hacedor.

Hoil era un piloto rebelde familiarizado con la nave personal de B-K-4. En 0 dbY, un equipo de la Alianza Rebelde fingió asesinar a Agapos para sacarlo del planeta discretamente, tan discretamente que ni siquiera los revolucionarios de Agapos se enteraron. Cuando lo descubrieron gracias a un trío de rebeldes en el planeta (Los humanos Woyiq y Daye Azur-Jamin y el gotal Toalar Yalom Yalom), el droide y líder revolucionario B-K-4 aceptó fletar su nave personal para que fuesen tras Agapos y le ayudasen a librarse de los imperiales. B-K-4 asignó a Hoil la tarea de pilotar la nave.

Hoil saludó a sus pasajeros de forma rebuscada y rápidamente explicó que B-K-4 había reaparejado la nave con un buen radar para poder rastrear el impulso de la otra nave rebelde si saltaba al hiperespacio. Eso estuvo bien, porque es lo que había sucedido. Como la presa estaba intentando librarse de perseguidores imperiales con varios saltos, tuvieron que recurrir a Toalar Yalom Yalom para rastrearles: El gotal sentía más dolor de cabeza en las zonas donde había fuerte uso de la Fuerza, como el que hacía Agapos.

Hoil pilotó la nave hasta su destino en Punto Tekra, donde todos los tripulantes desembarcaron para buscar a Agapos. Hoil encontró desprecio por su aspecto especialmente alienígena, y Toalar era poco partidario de seguir con la misión, pero encontraron a Agapos. Agapos reconoció a Hoil, le saludó y le permitió presentar a sus nuevos aliados. Agapos se reunió entonces con ellos, disperasando a una comunidad que le estaba dando la bienvenida, y discutió cuál sería su siguiente movimiento. Hoil participó en ese encuentro, contando parte de lo que había pasado y sentándose a la izquierda de Agapos. Finalmente, Agapos aceptó quedarse fuera del planeta, operando bajo nuevo nombre, si Hoil volvía a Monor II para contar a los otros revolucionarios sunesis que él estaba bien, pero autoexiliado.

Nee: Esta esbelta sunesi de enormes ojos, piel color turquesa, labios plateados y crestas de ceño delicadas era una joven menuda y espiritual que solía vestir de gris.

Nee vivía en tiempos de la Rebelión, cuando el Imperio Galáctico había ocupado su mundo natal, Monor II. El sacerdote-príncipe de los sunesi, Agapos IX, se había convertido en un líder y orador revolucionario, que además instruía a Nee en los modos místicos de su gente y que, en la práctica, eran una forma de utilizar la Fuerza. Nee, al igual que Agapos, había aprendido a sanar heridas con su tacto y su canción; los sunesis interpretaban este don como un regalo de su dios, El Hacedor.

Los revolucionarios sunesis intentaban expulsar de su mundo al Imperio antes de que éste provocase una catástrofe ecológica, y habían iniciado cierto contacto con la Alianza Rebelde a través de Urek, un rebelde humano infiltrado en secreto en el equipo del gobernador imperial. Urek sabía que el mando rebelde estaba enviando a un equipo para que dijesen a los sunesis dónde estaba un alijo de armas que habían logrado introducir en el sistema; y también sabía que el gobernador había hecho arrestar a los rebeldes y pretendía ejecutarlos después de las festividades de la Semana de Celebración. Urek pidió ayuda a los revolucionarios sunesis para rescatar a los rebeldes, y organizó la operación para que coincidiese con el banquete imperial; así habría menos guardias. Aunque Agapos bendijo la misión, no participó personalmente en ella porque tenía que emitir proclamas a la vez. Nee y otros varios sunesis, junto con humanos y droides, se armaron para ir. Nee era uno de los líderes revolucionarios en ese momento, especialmente respetada por los sunesis.

El equipo sunesi sacó de sus celdas a los rebeldes: El gotal Toalar Yalom Yalom y los humanos Daye Azur-Jamin y Woyiq. El siguiente paso del plan era llegar a los hangares imperiales y robar una lanzadera. Mientras intercambiaba fuego con tropas imperiales por los pasillos, Nee animó a Azur-Jamin, que había perdido extremidades; ella le instaba a extraer fuerza de su valor. Por desgracia, Nee misma resultó herida cerca del hombro izquierdo y su brazo quedó inutilizado durante el resto del rescate, con un líquido rosa goteando. Aunque ella iba más lenta, los otros sunesis se negaron a dejarla en manos del enemigo.

Nee entró en la lanzadera finalmente, ayudada por Woyiq. En cuanto estuvieron en la seguridad relativa, pidió un medpac pero cerró la escotilla para que despegasen antes de empezar a curarse. Azur-Jamin mostró interés por la situación, porque eso le permitiría aprender sobre la biología sunesi, y quedó anonado ante la ceremonia curativa: Varios sunesis se tambalearon alrededor de ella mientras Nee cerraba los ojos y cantaba, con su herida cubierta sólo por la mano de otro sunesi. Woyiq, que aún la tenía en brazos, era escéptico y buscó un medpac, pero Azur-Jamin le indicó que la herida se estaba cerrando ante sus ojos, e incluso la vitalidad de la chica estaba restaurándose. Woyiq quedó boquiabierto y Azur-Jamin, que tenía potencial para ser jedi, comprendió que se había usado la Fuerza. Nee simplemente pidió a Woyiq que la dejase ir y ella fue a la consola de piloto.

Azur-Jamin decidió intentar imitar su protocolo cantando de forma similar para restaurar la visión en su ojo herido. Su torpe uso de la Fuerza afectó a Toalar, cuya biología gotal le causaba migrañas ante los usuarios de la Fuerza. Nee observó lo que sucedía y, sonriente, dijo a Azur-Jamin que "él te ha tocado"; esto es, que El Hacedor le había concedido su regalo. Viendo la creciente confusión de Azur-Jamin, ella rió, le tocó la frente y le dejó inconsciente. Cuando Azur-Jamin despertó, su vista estaba restaurada.

Cuando la lanzadera aterrizó en la base rebelde, los revolucionarios descubrieron con sorpresa que Agapos había desaparecido y se le daba por muerto. El droide de Agapos, B-K-4, había tomado provisionalmente el mando. Los presentes vieron en sus pantallas una nave intentando salir del sistema y, como no respondía a las comunicaciones, concluyeron que se trataba de los asesinos. B-K-4 envió a sus cuatro naves a abatirla, con la aprobación de una vengativa Nee.

Azur-Jamin sin embargo reconoció la nave y comprendió que era una operación secreta de la Alianza para sacar del planeta a Agapos. Cuando lo explicó, los revolucionarios se quedaron patidifusos, pero Toalar les preguntó si podían permitirse abatir la nave en caso de que Azur-Jamin tuviese razón. Nee fue la primera en responder: No podían, y ella instó a B-K-4 a cambiar las órdenes. Ahora bien, había que salvar a la nave de perseguidores imperiales, y no tenían otras naves para enviar; Nee era consciente de sus limitaciones en ese sentido. B-K-4 aceptó colaborar con Azur-Jamin y enviar a los rebeldes en una nave a perseguir a los falsos asesinos para que encontrasen a Agapos o, si Azur-Jamin se equivocaba, para que hiciesen justicia y les matasen.

Azur-Jamin y los rebeldes encontraron a Agapos en la estación Punto Tekra. Allí, Azur-Jamin habló a Agapos de cómo Nee le había curado, o le había enseñado a curarse, e intentó convencer a Agapos para que fuese su maestro.

Los sunesis en Duro: En el año 26 dbY, al menos dos sunesis de piel color turquesa estaban en las calles de la ciudad orbital de Bburru, la mayor del sistema Duro. Por entonces, la guerra contra los yuuzhan vong estaba en su auge: Los invasores extragalácticos habían arrasado muchos mundos, provocando un enorme tráfico de refugiados hacia Duro y otros destinos. Muchos emigrantes aceptaban ir a Duro para trabajar reconstruyendo el contaminando mundo para hacerlo más habitable, a cambio de un hogar.

Estos dos sunesis estaban en una pequeña multitud de entre cincuenta y sesenta perceptores, casi todos ellos duros, que escuchaban a un demagogo también duro hablar por un amplificador desde una pequeña plataforma. Entre vítores de su público duro, el agitador hablaba contra la interdependencia y abogaba por fortalecer las propias defensas (aparentemente las de su mundo) para asegurar la supervivencia, sin recurrir a fuerzas externas; también defendía la independencia de Duro. Entre su público estaban los jedi Luke Skywalker, Mara Jade Skywalker y Anakin Solo, disfrazados, que creían que esa clase de discursos amenazaba a la Nueva República.


Agapos IX


 

Agapos IX fue un príncipe-sacerdote gobernante de Monor II en tiempos del Imperio, además de un popular filósofo, orador revolucionario, hábil usuario de la Fuerza y maestro de jedi.

Agapos IX, hijo del monarca Agapos VIII, era miembro de la casta sacerdotal. Los sunesis de esta estirpe a menudo eran capaces de utilizar la Fuerza, aunque en su cultura estos dones se percibían como un regalo de su deidad, El Hacedor. Agapos IX desde el primer momento demostró esta capacidad, pero también importantes diferencias con respecto a otros sunesis.

Los sunesis nacían con una forma no humanoide, incapaz de habla o manipulación. Durante su niñez, en general los sunesis dormitaban durante días o semanas mientras sus túbulos de alimentación extraían savia de los tallos de rawuh. Agapos IX se alimentaba más rápidamente que otros muchachos de su edad, con el fin de pasar sus días obteniendo conocimiento.

Cuando un sunesi alcanzaba la edad de la adolescencia, generaba un capullo a su alrededor para transformarse en un humanoide siguiendo un proceso no exento de peligro. Agapos IX inició su metamorfosis siendo sorprendentemente joven, y pasó casi el doble del tiempo normal encerrado en su pupa, pero emergió sin problemas cuando quiso. Inmediatamente sería iniciado en el sacerdocio.

Como adulto, Agapos IX era un humanoide de ojos negros redondos y piel color turquesa. Sus crestas de ceño plateadas y protuberancias, especialmente mercadas, resaltaban en sus facciones como joyas. Su voz sonaba como el trino de las aves y tenía un comportamiento impertérrito.

Agapos IX desarrolló rápidamente múltiples habilidades alcanzando niveles a los que la mayoría de sunesis no podían aspirar. Por ejemplo, todos los sunesis podían producir ultrasonidos con sus lóbulos melonanos craneales y obtener ciertos efectos, quizá abrir una puerta sin seguridad. Agapos era capaz de usarlos con mucha precisión, por ejemplo para obtener oxígeno disuelto a partir de oxiagua usando un proceso de cavitación (Formar burbujas de vapor en el líquido en una región donde la presión del líquido es inferior a la presión de su vapor). También afirmaba poder utilizar ultrasonidos como arma letal, aunque no hay constancia de que lo haya hecho nunca.

En cuanto a sus poderes de la Fuerza, tenía capacidades curativas que afectaban a heridas, recientes o no, requiriendo sólo el contacto de sus dedos (Otros curanderos sunesis cantaban al utilizar sus poderes). Además de múltiples capacidades relacionadas con este campo, Agapos podía detectar si alguien estaba mintiendo al usar la Fuerza, detectar la vida y recibir pensamientos de otras personas.

Sus habilidades más mundanas eran igualmente excepcionales. Agapos IX era un gran orador, experto en debate y persuasión, con una fuerte voluntad. Era un gran estudioso, especialmente en temas de teología y de especies alienígenas; por ejemplo, él sabía que los alienígenas gotal, por su biología, sentían dolores cuando alguien usaba la Fuerza en su presencia (los jedi le percibían con un agradable cosquilleo). Agapos demostró capacidades de liderazgo y comunicación extraordinarias que le ganaron gran prestigio entre los sunesis.

Agapos IX, que a menudo llamaba "hermano-hijo" a la persona que tuviese delante y saludaba extendiendo las palmas de sus manos, también era capaz de caminar más rápido que un sunesi medio. En algún momento de su vida, Agapos IX mantuvo un compañero de vínculo, cuyo sexo no se conoce, pero trágicamente perdió a su pareja. Agapos IX también tomó a una muchacha sunesi llamada Nee como su discípula, entrenándola en los caminos de la Fuerza.

Siendo Agapos IX heredero al trono, Monor II recibió una visita de refugiados que habían servido a un cruel dictador imperial y que huían de él: Un antiguo ayudante y un droide de protocolo. Agapos VIII les dio asilo político. El orgánico decidió que ya no necesitaba al droide de protocolo y se lo entregó a los monarcas de Monor a cambio de abastecimiento y amnistía. Agapos VIII tomó al droide, B-K-4, a su servicio.

Aunque Monor II había sido razonablemente bien tratado por el Imperio Galáctico (favoreciendo la inmigración de refugiados), las cosas iban a cambiar. Se sospecha que el Imperio había descubierto un uso militar para el cirrifog, un componente de la atmósfera de Monor II que era imprescindible para las formas de vida nativas aunque pudiese ser letal para humanos y otros seres si lo respiraban sin protección. Mineros de la Compañía Química Solgg bajo el mando del prospector Eujustus Kline establecieron una colonia en el planeta, con apoyo de fuerzas imperiales, y empezaron a extraer masivamente cirrifog de la atmósfera para enviarlo a los Mundos del Núcleo, en plantas vigiladas y protegidas. El Imperio rebautizó Monor II como Colonia Kline, asignó a Fuguée como administrador. Los imperiales despreciaban a los sunesis, a los que apodaban "cabezas de bultos", y no estaban preocupados por lo que les fuese a pasar.

Agapos VIII demostró ser incapaz de resistir eficientemente la influencia imperial, y decidió abdicar prematuramente en favor de Agapos IX, que ya había demostrado obvios talentos. Agapos VIII entregó a su hijo, además del trono, al droide de protocolo B-K-4, que estaba encantado de servir a amos tan comprensivos como los Agapos.

Como nuevo sacerdote-príncipe gobernante, Agapos IX estuvo entre los primeros sunesis en oponerse a la prospección imperial, y objetó vehementemente a que Monor fuese "anexionado como recurso mineral". Como el Imperio continuó con la extracción a gran escala de cirrifog, amenazando la supervivencia de la especie sunesi, Agapos IX se sintió obligado a tomar medidas. Dedicó menos tiempo a aconsejar a sus seguidores en asuntos espirituales, y más tiempo a la escritura política.

Agapos se convirtió en un incitador que animaba a los sunesis a presentar una revuelta unificada contra el Imperio, y pronto estuvo al mando de una pequeña célula subversiva formada por sunesis, droides y algunos humanos. Los droides eran considerados miembros en pleno derecho de su movimiento; B-K-4 era su segundo al mando, y Nee era otra de las líderes destacadas. Sus rebeldes usaban armas primitivas, como arcos y flechas, para evitar escáneres y detectores imperiales; y un explosivo poco controlable llamado prennerin. Tenían sólo cuatro naves, incluyendo la nave personal de B-K-4, una lanzadera imperial robada con tres aletas, que el droide re-aparejó con mejores radares. Todos los rebeldes eran muy religiosos, seguidores de El Hacedor, y Agapos bendecía personalmente las misiones de su gente contra el Imperio.

El principal daño que hacía Agapos al Imperio era a través de sus escritos, tan elocuentes y reveladores que eran transmitidos por movimientos clandestinos de varios mundos. El Imperio reaccionó intentando encontrar a Agapos, pero éste estaba bien oculto. Entonces intentaron interferir todas las transmisiones fuera del planeta, pero seguían apareciendo nuevos manifiestos: Agapos tenía un transmisor secreto.

Efectivamente, Agapos había conseguido un pequeño búnker, con suelo de piedra y pared de roca, que tenía aspecto primitivo pero que aprovechaba una veta mineral cercana muy recta como antena dipolo. En el interior del edificio había tecnología avanzada para que Agapos pudiese transmitir su mensaje; entre éstos estaba una consola transmisora, del tamaño de un muro y con primitivos diales y pomos, y sillas de metal. Muy poca gente conocía la ubicación de este búnker, y de todos modos Agapos transmitía sólo con la escolta de tres fieles rebeldes sunesis que le servían de guardaespaldas.

Decidiendo subcontratar ayuda externa, el Imperio puso una recompensa por la muerte del líder sunesi, pero durante bastante tiempo en fue en vano. Atrajo la atención del cazarrecompensas wookiee Chenlambec, sin embargo. Aunque Chenlambec tenía licencia imperial, en realidad era un agente secreto rebelde que trabajaba para la célula sectorial de Doldur, al mando de Una Poot. Chenlambec puso rumbo a Monor II con su protegida, la adolescente humana Tinian I'att, y su droide Flirt, para "rescatar" a la fuerza a Agapos antes de que el Imperio le encontrase. La manera de lograrlo era fingir la muerte de Agapos, y para eso Chenlambec tenía un cilindro de clonación con el que producir sangre falsa "de" Agapos, que pretendía dispersar por el lugar donde le encontrase. Después de eso, se llevaría a Agapos a la nave colonia oculta Punto Tekra, para que Agapos empezase una nueva vida desde allí.

No era la única operación de la Alianza Rebelde que afectaba a Monor II: Poot, que sospechaba que el Imperio preparaba el genocidio de los sunesis, se había aliado con la resistencia sunesi y aceptó enviar al sistema un cargamento de armas (diez mil carabinas blásters y dos explosivos potentes), que lanzaría en una luna. Después, ella enviaría una nave a Monor II para que lanzase una cápsula de escape con las coordenadas del cargamento. Esta nave sería un viejo remolcador, para que los tripulantes pudiesen fingir ser meros contrabandistas y no criminales políticos en caso de captura.

Los rebeldes enviados eran el gotal Toalar Yalom Yalom, líder de la operación, y dos humanos: El forzudo Woyiq y el cíborg sensible a la Fuerza Daye Azur-Jamin. Azur-Jamin había sido ingeniero en Industrias I'att y prometido de la entonces heredera del negocio, Tinian I'att; pero, cuando el Imperio intentó hacerse con la tecnología de I'att, Azur-Jamin saboteó la fábrica para destruirla y resultó gravemente herido, perdiendo las piernas y el ojo izquierdo, además de visión en el ojo derecho y el uso de su brazo izquierdo. Los rebeldes de Poot habían salvado su vida y le reclutaron como cíborg. También reclutaron a una amargada Tinian I'att, pero Poot y Azur-Jamin, que se avergonzaba de su estado como medio hombre, acordaron que I'att no debía descubrir que su amante había sobrevivido. Azur-Jamin, que nunca había sido entrenado formalmente en los caminos de la Fuerza más allá de experimentos propios, se familiarizó con los sunesis y con las múltiples citas de Agapos IX, que capturaron su atención.



Toalar y Woyiq sacan a Azur-Jamin de un tanque de bacta en unas condiciones
muy interesantes, pero que no son relevantes para lo que estamos contando.

Para entonces, el Imperio había reemplazado a Fuguée por otro gobernador más implacable, Brago. Los rebeldes del remolcador fueron capturados y condenados a muerte rápidamente, aunque consiguieron lanzar su cápsula de escape. Un agente humano de Poot, Urek, trabajaba en Monor II con los sunesis y estaba infiltrado en el equipo del gobernador. Urek contactó con los revolucionarios sunesis para organizar una operación de rescate en un momento de mínima vigilancia. El rescate fue exitoso, aunque Nee resultó herida, y el grupo huyó a la base sunesi en una lanzadera imperial robada. Nee usó sus poderes de la Fuerza para curar sus heridas y, viendo que Azur-Jamin estaba fascinado por su don e intentaba reproducirlo, ella usó su "regalo" para ayudar a Azur-Jamin a curar su vista herida.

Mientras tanto, Agapos se había retirado a su búnker secreto para transmitir sus mensajes revolucionarios, con su escolta habitual. Su trabajo fue interrumpido cuando I'att y Chenlambec irrumpieron, disparando con sus armas en modo aturdidor; Flirt había desactivado las alarmas de seguridad. Los guardaespaldas de Agapos reaccionaron con eficiencia; uno de ellos logró herir al wookiee con una flecha. Mas fue en vano: I'att protegió a su compañero para que se recuperase, abatiendo a dos sunesis, y el tercero intentó escudarse tras el transmisor, sólo para ver su defensa tambalearse ante la tremenda fortaleza del cazarrecompensas alienígena. I'att le dio el golpe de gracia. Agapos no podía escapar.

Creyendo que estaba ante auténticos cazarrecompensas imperiales, Agapos presentó sus condiciones de rendición con una flema envidiable: Aceptó su derrota, se preparó emocionalmente para morir e incluso perdonó a sus atacantes, usando sus poderes curativos en la herida de Chenlambec como prueba de su decisión. Sin embargo, se negó a colaborar, prefiriendo una muerte digna a la captura, con una última cita gloriosa. Tras meditarlo unos instantes y acordarlo con Chenlambec, I'att le disparó un rayo aturdidor. Entonces Chenlambec extrajo veinte mililitros de la sangre de Agapos y la esparció por las sillas, los muros y los restos de la tecnología. Mientras I'att recogía polvo local para demostrar que habían estado en Monor II, Chenlambec se echó al hombro al orador herido, y corrió de regreso a su nave, el Wroshyr.

El propósito de todo esto era convencer a los imperiales de que Agapos había muerto en la captura; pero no fueron los únicos engañados. B-K-4 se preocupó ante la repentina interrupción de la transmisión de Agapos, y envió un equipo de búsqueda al búnker. Cuando éstos llegaron y encontraron a los guardaespaldas aturdidos y todo lleno de sangre de Agapos, concluyó lógicamente que Agapos había sido asesinado, y dedicó sus recursos a rastrear a los asesinos. Eso supuso dejar a un lado, por el momento, la recuperación del cargamento de armas.

El Wroshyr, con Agapos encerrado en el mamparo de popa tras una escotilla, despegó de Monor II, intentando abandonar la atmósfera y después el sistema para saltar al hiperespacio. La nave no respondía a llamadas, así que el gobernador Brago lanzó ocho de sus naves para interceptarla con violencia. B-K-4 también detectó esa nave (concretamente gracias a Toalar, que había llegado a la base y le llamó la atención sobre esas lecturas) y envió sus cuatro naves a abatirla.

Azur-Jamin reconoció la nave y, al ver que había tres formas de vida superiores a bordo, dedujo que Agapos estaba vivo y a bordo. No dudó en comunicarlo a los presentes, todos los cuales se sorprendieron. Toalar pidió a B-K-4 que le diera el beneficio de la duda, y Nee lo secundó. Sin embargo, para entonces el Wroshyr tenía ya los escudos a un tercio.

Azur-Jamin propuso que B-K-4 prestase una nave a los rebeldes para que protegiesen al Wroshyr de los imperiales y encontrasen a Agapos. B-K-4 ansiaba volver a servir a Agapos y le quería de vuelta pero, si Azur-Jamin se equivocaba y Agapos había sido asesinado, B-K-4 quería venganza contra sus asesinos. Toalar aceptó las condiciones, pero también hizo que los sunesis comprendiesen que el exilio de Agapos podría ser voluntario. B-K-4 les dio su lanzadera personal pilotada por el fiel rebelde sunesi Hoil, a quien Agapos IX había conocido en algún momento. El rastro sería posible gracias a la tecnología mejorada de la nave, y a que Toalar aceptó usar sus conos para percibir a usuarios de la Fuerza, aunque le costase varias migrañas.

Agapos despertó en su improvisada celda; Chenlambec tenía celdas de verdad en su nave pero no había querido encerrar a alguien como Agapos allí de ningún modo. Por ello, Agapos pudo usar sus ultrasonidos para abrir la escotilla. Comprendió, gracias a su percepción, que la nave no tenía oxígeno para todo el viaje, así que todos los tripulantes iban a morir. Fue a ver sus captores y les recomendó hacer las paces con El Hacedor. I'att y Chenlambec estaban sorprendidos de verle libre; Flirt les dijo cómo se había soltado.

Agapos insistió en oponerse a la tiranía imperial y negarse a ser usado por el Imperio; pero I'att le chistó y le explicó el ardid. Agapos usó la Fuerza para confirmar que decían la verdad, y entonces cambió su actitud: Él estaba en deuda con sus rescatadores. Agapos ahora estaba preocupado por sus seguidores, que estarían de luto sin necesidad. Los cazarrecompensas le dijeron que, sin él, los rebeldes sunesis estarían más seguros y más motivados a la vez. I'att, viendo al idealista Agapos, recordó sus tiempos en los que ella también había tenido convicciones así.

Agapos entonces se ofreció a ayudarles con su problema del oxígeno. El sunesi había percibido los tanques de oxiagua que usaban para la clonación de sangre, y se ofreció a usar sus ultrasonidos de alta energía para cavitar y así separar el oxígeno de los otros componentes. Mientras la nave salía y entraba del hiperespacio en varios saltos, acercándose peligrosamente a una nave imperial en una ocasión y alejándose varios años-luz de Punto Tekra, Agapos usaba sus dones. Los cazarrecompensas se habían puesto máscaras de oxígeno y botellas, y el sunesi les advirtió de que debían proteger sus oídos. El grito de Agapos hizo que I'att se marease, y ella comprendió que el sunesi podría haberles matado así.

Cuando Agapos hubo extraído todo el oxígeno posible, se planteó hablar con I'att de su evidente dolor por haber perdido a su amante, pero decidió no hacerlo. Agapos simpatizaba con el deseo de ella de meterse en líos por una buena causa, para así no pensar en el dolor. Por eso, Agapos le explicó filosofía y le animó a apreciar el recuerdo de Azur-Jamin. Ella estaba tan emocionada que habría abrazado a Agapos, de no haber tenido las manos ocupadas con la maquinaria naval.

El Wroshyr alcanzó finalmente Punto Tekra. I'att desembarcó a Agapos, y los cazarrecompensas dedicaron su tiempo a reabastecer la nave. Agapos pronto reunió a una multitud en una sala de viajeros y les explicó su filosofía.

Mientras tanto, la nave de B-K-4 también aterrizó. Azur-Jamin, Hoil, Toalar y Woyiq desembarcaron, con Woyiq cargando con el aún tullido Azur-Jamin. Toalar no tenía confianza en sus posibilidades de encontrar a Agapos, pero Azur-Jamin insistió y pronto dieron con él. Cuando Agapos vio a Hoil, instó a su público a que dejasen pasar a esa gente. Hoil explicó a Agapos que eran rebeldes a los que Agapos debía la vida: Le salvaron del error comprensible de B-K-4. Agapos comprendió parte de lo que había sucedido.

Agapos hizo que Woyiq sentase a Azur-Jamin con él y, cuando oyó su nombre, el nombre del amado muerto de I'att, decidió tomar medidas: Canceló la reunión con la multitud (que se dispersó con una educación encomiable) y aceptó hablar con estas personas. Hoil se sentó a la izquierda de Agapos; Woyiq, en el suelo, en la posición del loto; y Toalar mantuvo cierta distancia por el dolor de cabeza que le producía Agapos.

Agapos empezó preguntando a Azur-Jamin por qué razón había engañado a su amada; Azur-Jamin habló de anteponer el servicio a la Rebelión pero realmente pensaba que era mejor que ella no le viese tullido. Agapos le corrigió: Azur-Jamin estaba sufriendo, insistía en hacer un sacrificio pero su orgullo le estaba perjudicando porque I'att estaba dispuesta a cuidar de él. En vez de eso, I'att estaba haciendo lo posible por destruir su propia capacidad de amar. Azur-Jamin preguntó a Agapos por el nuevo guardián de I'att, y el sunesi no tuvo más palabras que halagos para el wookiee.

Agapos habló entonces a Azur-Jamin de cómo la Fuerza le estaba ya ayudando con su sufrimiento, y de cómo podía ayudarle aún más; y Azur-Jamin empezó a sugerir a Agapos que le entrenase, hablándole de cómo su discípula Nee le había enseñado a curar su vista. Antes de continuar, Agapos agradeció a Toalar la ayuda y le dio permiso para retirarse y continuar hablando por comlink; le trató con respeto y amistad y le dijo que sabía el efecto que causaba en la biología gotal. Toalar se retiró, y entonces Agapos pasó diez minutos explicando a Azur-Jamin cómo usar la Fuerza para controlar el dolor. Agapos alegó que la curación de sus ojos era una prueba que le enviaba el Hacedor para que demostrarle lo que podía hacer el modo sunesi; pero lo más importante era su espíritu, que necesitaba ser curado de su dolor y de su espíritu. "Da tu vida y la salvarás", le dijo Agapos.

Azur-Jamin también quería convencer a Agapos para que se mantuviese oculto, y propuso que Hoil volviese a Monor II para contar a la rebelión el secreto de su supervivencia. Aunque Agapos se oponía moralmente al engaño y a la violencia, aceptó trabajar oculto bajo otro nombre, escribiendo proclamas sin distracción, con la ayuda técnica del ingeniero Azur-Jamin. Éste aceptó con preocupación por sus motivaciones, algo que Agapos aprobaba porque demostraba su humildad y moralidad. Agapos pretendía operar desde un mundo franco mantenido por los tekranos, proveedores de tecnología militar para la rebelión. Azur-Jamin aceptó esa tarea, con Toalar como su contacto con Poot. Además, Agapos insistió en indicar una penitencia a Azur-Jamin: Volver con I'att.



De derecha a izquierda: Agapos aceptando a su alumno. Papá dejando que mamá se vaya.
Mamá, que en una visión se va y de momento ya está en Babia. Tío Chen.

Agapos continuó transmitiendo a sus seguidores y a otros sus inspiradoras citas. Él también entrenó a Azur-Jamin en técnicas de la Fuerza, que le permitieron reconstruir su cuerpo tiempo después. Azur-Jamin reveló su presencia a I'att en algún momento posterior a 5 dbY, tras lo cual se casaron y me tuvieron a mí, su hijo Tam.

Durante los tiempos posteriores a la muerte del emperador (5 a 25 dbY), Agapos obtuvo reconocimiento como filósofo con capacidades de la Fuerza cuyos escritos fueron especialmente influyentes para la Nueva República. Fue reemplazado como gobernante de Monor por Agapos X entre 19 y 24 dbY.


Maestro Aqinos


 

Aqinos era un maestro jedi sunesi famoso por su carácter inconformista y heterodoxo que vivió desde los últimos tiempos de la Antigua República hasta la guerra contra los yuuzhan vong.

Siendo un joven aprendiz padawan, Aqinos fue instruido por el maestro jedi Jaled Dur. Por entonces Aqinos conocía la historia del maestro jedi Ferleen Snee, que había levantado fácilmente las legendarias Piedras Muntur, aparentemente usando su poder telequinético. En cierta ocasión, Dur llevó a Aqinos ante una fila de rocas ordenadas por tamaño, siendo la más grande del tamaño de una montaña y la más pequeña similar a un uña. Aqinos recordó a Snee y deseaba triunfar de forma similar, levantando una piedra y después la siguiente hasta el final. De forma contradictoria, Aqinos creyó a la vez que era incapaz de alzar el más grande cerro; pero al mismo tiempo, se veía capaz de levantar la peña más pequeña y la siguiente mayor a cualquiera que él pudiese levantar, lo cual, a la larga, le haría capaz de levantar el pico prodigioso.

Aqinos fracasó en su intento: Llegado el momento, antes de terminar la hilera, fue incapaz de continuar. Aprendió sin embargo varias lecciones, además de una de humildad: Comprendió que había una línea discreta en su capacidad, un momento en el que su talento no daba para más; y notó también que podía percibir la Fuerza en cada uno de los cantos.

Con el paso del tiempo, Aqinos llegó a ser un maestro jedi con una merecida reputación de rebelde. Entrenó a varios alumnos en diversas academias, desde el Templo Jedi de Coruscant hasta la inconformista escuela errante del maestro Djinn Altis en la nave espacial Chu'unthor. La jedi Calista Ming, que había sido aprendiz de Altis, supo de Aqinos debido a esta conexión.

Tuvo lugar entonces una situación excepcional que marcaría la vida de Aqinos. Permítanme que les ponga un poco en contexto:

El planeta Orax del Borde Exterior era el mundo originario de una especie inteligente exótica conocida como las esquirlas. Las esquirlas eran seres cristalinos inmóviles de hasta cuarenta centímetros de longitud que percibían y generaban cargas electromagnéticas, lo cual les permitía comunicarse entre sí e interactuar con ordenadores y droides en la cercanía. Después de que la República descubriese a esta insólita raza, algunas esquirlas decidieron utilizar droides en una simbiosis para obtener movilidad y capacidad de interacción con otros seres, y al mismo tiempo mejorar la calidad de vida del droide. La combinación resultante combinaba aspectos de la personalidad de ambos seres.

Sólo unas pocas esquirlas podían percibir la Fuerza: La embajadora Ilum (que compartía nombre con el planeta Ilum, de donde los jedi extraían cristales para sus sables láser) y su progenie. Estas esquirlas, peculiares para su raza, habían adoptado cuerpos de imponentes droides de guerra Juggernaut desactivados, obteniendo así grandes capacidades físicas. Ilum deseaba además ser entrenada por un maestro jedi, pero eso iba a ser difícil: Los droides eran vistos con suspicacia por muchos orgánicos, y especialmente por la mayoría de los jedi, que consideraban a los droides ajenos a la Fuerza. Sólo unos pocos jedi estaban interesados en investigar la influencia de la Fuerza sobre los droides, y uno de ellos eran Aqinos.

Cuando Aqinos descubrió que algunas esquirlas podían percibir la Fuerza, inició una peregrinación, en solitario y sin avisar a sus colegas, para investigar la posibilidad de fusionar inteligencia droide y la Fuerza. Él buscó a Ilum específicamente por su forma droide y, cuando la encontró, ella comprendió que Aqinos era el maestro perfecto para ella y su familia. Cerca de 40 abY, Aqinos aceptó entrenarla a ella y a sus retoños en secreto en el inhóspito planeta helado Dweem. Allí se asentaron en una base republicana abandonada que había sido usada en tiempos de la Orden del Resplandor Terrible. Compartían mundo con varias amenazas: Su atmósfera tenía una potente actividad de tormentas que prácticamente inutilizaba los sensores (dando a Aqinos la privacidad que él deseaba; el Consejo Jedi no estaba informado de su proyecto docente) y por la superficie erraban los dweemons, grandes arácnidos con exoesqueletos que les camuflaban en el terreno helado.

Aqinos entrenó a Ilum y a sus doce retoños, enseñándoles la Fuerza viva y los caminos del jedi. Pronto las esquirlas aprendieron a acceder a la Fuerza. No está claro si todas esas esquirlas adoptaron cuerpo droide antes de empezar a estudiar en Dweem; pero se sabe que todos adoptaron cuerpos de droides bélicos, entre ellos Juggernauts, droides serie FLTCH y droides Justicia de Vulshos. Aprendieron esgrima con sable láser, utilizando sables desproporcionadamente grandes donde introducían los restos de sus antepasados muertos, y también a usar sus propias armas incorporadas en combate. Algunos aprendieron a usar los poderes curativos de la Fuerza para reconstruir droides dañados. Aqinos les educó para que fuesen leales y firmes defensores de la paz y la justicia, con intenciones muy similares a la de la Orden Jedi.

En el año 50 abY tuvo lugar un conflicto que se llamaría la Revolución Arkaniana: Científicos arkanianos renegados desafiaron al gobierno de su mundo, el Dominio Arkaniano, con un ejército de cíborg. Los guerreros cibernéticos del Dominio recibieron apoyo de la Orden Jedi, y los Jedi, a su vez, tuvieron el inesperado refuerzo de unos enormes droides con sables laser y poderes de la Fuerza, en su presentación en sociedad.

Los alumnos de Aqinos no tenían mucha experiencia con la galaxia, ni siquiera con la Fuerza, pero lo compensaban con un gran entusiasmo. Intentaban adoptar modales cortesanos tradicionales, pero resultaban cómicamente anticuados para los demás. Además, sus cuerpos droides les valieron un importante prejuicio, y pronto los otros jedi les dieron el despectivo mote de "Caballeros de Hierro", rechazando la idea de que un droide pudiese usar la Fuerza: La idea de droides usando la Fuerza, o seres cristalinos que no estaban vivos en el sentido convencional haciéndolo, era perversa a ojos de muchos jedi porque carecían de midiclorianos. Muchos creían que seres así no podían realmente comprender la Fuerza viva, y no faltaron jedi que describiesen a los Caballeros de Hierro como abominaciones.



Uno de los Caballero de Hierro del maestro Aqinos.

No tardó en descubrirse la implicación de Aqinos en estos "droides jedi" pronto se descubrió; dudo que Aqinos se esforzase mucho por ocultarla. El Consejo Jedi sin embargo estaba enfurecido: Acusó a Aqinos por su "presunción e iniciativa altamente peligrosa", condenándole a excomunión por la herejía de compartir con las esquirlas los conocimientos de la Fuerza Viva e instruirles en sus técnicas; los cargos contra Aqinos incluían también su misión sin aprobación previa del consejo y la creación independiente de esta extraña legión. Los Caballeros de Hierro, que adoptaban altivos su apodo, también fueron excomulgados, y el Consejo hizo todo cuanto estuvo en su mano por ignorar su existencia. El Consejo también eliminó toda financiación para investigar conexiones entre droides y la Fuerza, un ámbito que de todos modos nunca había sido atractivo para los tradicionalistas jedis. El Canciller de la República premió los logros militares de los Caballeros de Hierro dándoles el rango simbólico de altos mariscales como maniobra política, pero esto no tenía auténtico valor: Aqinos y sus Caballeros de Hierro no tenían apoyo alguno.

Conservamos declaraciones de Aqinos respondiendo a la pregunta sobre si los droides pueden o no percibir la Fuerza, demasiado extensas para reproducirlas aquí íntegramente ahora. Entre sus argumentos, presenta que existen especies no basadas en el carbono, como las babosas espaciales y los mynocks; y que hay demostraciones de uso de la Fuerza a través de un objeto físico, como un sable láser o un holocrón. Si hubiere diferencia entre "droide" y otro tipo de tecnología, entonces por definición se admite que los droides son algo distinto a objetos inanimados, ergo son conscientes. Ante la diferencia entre usar la Fuerza sobre objetos inanimados como los anteriores en un acto del lado luminoso, y aplicarla en la magia sith mechu-deru, propia del lado oscuro, Aqinos veía una mera diferencia semántica comparable a afectar la mente, como hacían los jedi, o controlarla como hacían los sith, pues ambas eran moralmente discutibles.

Habiendo caído en desgracia pese a sus palabras, Aqinos, en el oprobio, se retiró de regreso a Dweem con Ilum y muchos de sus Caballeros de Hierro supervivientes, donde pasarían décadas exiliados. Algunos Caballeros de Hierro decidieron sin embargo quedarse en la República, pese al prejuicio que enfrentaban.

Al estallar las Guerras Clon (20-18 abY), Aqinos e Ilum decidieron unirse a los Jedi contra los separatistas, sumando sus considerables fuerzas al bando de la república y siendo esenciales para ganar varias batallas clave. No estuvieron exentos de problemas: Uno de los aprendices de Aqinos, Firkrann, fue asesinado en Xagobah por el líder separatista General Grievous.

Al final de las Guerras Clon, la triunfante República se reconvirtió en el militarista Imperio Galáctico y los jedi fueron falsamente declarados traidores y perseguidos. Aqinos y algunos de sus aprendices regresaron a Dweem y se ocultaron durante los primeros años del Imperio. Los Caballeros de Hierro que escogieron quedarse atrás estuvieron entre los primeros jedi en morir durante la Purga; e Ilum también, aunque ella había vuelto a Dweem con su maestro.

Durante las dos décadas siguientes, los Caballeros de Hierro cayeron en el olvido. No era de extrañar: El Imperio hizo todo lo posible para que la población general olvidase todo lo relacionado con los jedi. En el aspecto positivo, también se ignoraba que el mote había tenido un origen insultante.

En 0 dbY, poco después de la batalla de Yavin, tuvo lugar una incursión en Dweem: El droide asesino imperial Gran Moff 4-8C estaba rastreando un arma creada por él, la droide de protocolo B-1D4, que había caído accidentalmente en manos rebeldes y volaba en el Halcón Milenario. El Halcón, ignorando su valiosa carga, había puesto rumbo a Dweem, tras lo cual topó con la nave del pirata kadas'sa'nikto Kassihm y la abandonó hecha añicos. Después de eso, B-1D4 hizo que el Halcón variase su rumbo. Ahora bien, 4-8C y su interrogador Burra Stone siguieron la pista del Halcón y, entre los restos de la nave de Kassihm, encontraron indicaciones de que el Halcón iba a Dweem, así que pusieron rumbo hacia allí para cazarle, reclutando a Kassihm en el proceso.

Cuando 4-8C llegó a Dweem, creyó haber encontrado una base rebelde oculta bajo las tormentas. Exploró la superficie con varios imperiales y Kassihm y toparon con los dweemons, una avalancha y al menos uno de los Caballeros de Hierro antes de concluir que estaban ante una reliquia de tiempos de la República defendida por robots extraños. El equipo de reconocimiento imperial regresó a su nave con las manos vacías, sin haber encontrado a Aqinos.

El emperador murió en 4 dbY, pero el Imperio le sobrevivió en forma de diversas facciones. Sin embargo, la escisión propició la creación de la Nueva República, un gobierno que intentaba reconstruir lo bueno del predecesor del Imperio y, entre otras cosas, crearon una Nueva Orden Jedi. El Maestro Luke Skywalker, al cargo de la Orden, decidió seguir pistas proporcionadas por su, eh, amiga Calista Ming para encontrar la academia de Aqinos y envió a un grupo de alumnos de su praxeum a buscarla. Estos jóvenes rastrearon con éxito a los Caballeros de Hierro hasta Dweem, donde encontraron a Aqinos y a sus jedi y restablecieron contacto con ellos.

Skywalker y sus jedi no tenían las políticas retrógradas del Consejo Jedi original y no pusieron objeciones a la perspectiva singular de Aqinos sobre la Fuerza. Aqinos, por su parte, no dudó en comprometer su servicio personal a la Nueva Orden Jedi; pero no habló en nombre de sus Caballeros. Las esquirlas dieron un paso al frente por sí mismas y se unieron a la Orden Jedi, después de setenta años en el exilio.

En el año 25 dbY estalló la guerra contra los yuuzhan vong, una especie invasora extragaláctica que pretendía acabar con la Nueva República. Los tecnófobos yuuzhan vong detestaban a los droides y los perseguían con especial ahínco. Los Caballeros de Hierro de Aqinos retomaron su título de Altos Mariscales y decidieron que su misión sería proteger a los droides, relativamente indefensos, sin desatender otras defensas de la Orden Jedi. Los aprendices de Aqinos demostraron su valía repeliendo ataques de los asociados de los vong, los Caballeros Rojos de la Vida, en Osarian y Uffel, siendo esenciales en su derrota; y protegiendo Luna de Kligson y Uffel de ataques yuuzhan vong. No estuvieron exentos de bajas: Una Caballero de Hierro, Luxum, sucumbió al lado oscuro durante la defensa de Estación Hosk y acabó siendo destruida.

Aqinos también murió durante la guerra. Cuando, en 29 dbY, los yuuzhan vong firmaron su rendición, sólo quedaban en activo unos pocos Caballeros de Hierro. A las esquirlas jedi les costaba no mirar a estos seres como enemigos pero, en honor al maestro Aqinos, hicieron un esfuerzo por encontrar un equilibrio entre luz y oscuridad, y por mantener la esperanza en un futuro mejor.

La Orden Jedi tampoco olvidó a Aqinos. El excelente estudio Droides, Tecnología y la Fuerza: Un Choque de Fenómenos, magistralmente redactado por el jedi Tam Azur-Jamin y traducido por Abel G. Peña, detalla, para legos, varios aspectos del trabajo de Aqinos de forma sublime. ¿Qué? Está muy bien, léanlo.


Curiosidades


 

Hola. Vuelve a tomar la palabra Skippy Farlstendoiro. Tam Azur-Jamin, mi colega xenobiólogo, es un personaje de ficción del Universo Expandido que me parecía especialmente adecuado para narrar la lección de hoy por su relación con varios sunesis: Además de ser hijo y aprendiz de Daye Azur-Jamin, es el autor de un tratado sobre los droides y el uso de la Fuerza que profundiza en las enseñanzas de Aqinos. Por eso he intentado utilizar las palabras que creo que él habría usado. Espero que les haya gustado.

Yo seré ficticio, pero ésta no la olvido, Farlstendoiro. Se avisa antes de esto para que uno pueda preparar su discurso.

Eh, sí, gracias Tam. Los sunesis aparecieron por primera vez en el relato breve Only Droids Serve the Maker, por Kathy Tyers, ilustrado por Matt Busch y Mike Vilardi y publicado en Star Wars Adventure Journal Nº 10 (1996). El texto final incluía notas de juego de rol sobre Monor II y los sunesis, la ficha de rol de Agapos IX (en ambos casos para el juego de West End Games de Dado de 6) y las primeras imágenes publicadas sobre sunesis. Mucho tiempo después, The Essential Reader's Companion (2012, Pablo Hidalgo) data la historia en 0 dbY, añadiendo un resumen y una lista de personajes principales que incluyen a Agapos Noveno ("Agapos the Ninth", la única vez que he visto su nombre con el número regnal escrito en vez de usar cifras romanas).



Only the Droids Serve the Maker, foto de familia.

La autora especificaba que las citas de Agapos en general se basaban en obras de revolucionarios del mundo real, incluidos John Adams, Thomas Jefferson y Thomas Paine, se asume que adaptadas porque no sé cuál de estos tres habría exigido, como exige Agapos, líderes "de nuestro propio mundo, cuyos menores se transforman en crisálidas junto con los nuestros".

En ese texto ya se habla de los "cranial mellon" de los sunesis, que he traducido como lóbulos melonanos craneales. "Melonano" no es una palabra real; pero creo que en inglés tampoco intentan usar una. "Melón", planta herbácea con sabrosa fruta, en inglés se dice "melon" (con una sola L) o "cantaloupe". La palabra "Mellon" es un apellido que ostentó, por ejemplo, el empresario, filántropo y político americano Andrew W. Mellon (1855-1937). ¿Han oído hablar de la Universidad Carnegie Mellon? Fue cosa suya.

El libro de juego de rol Alien Encounters (1998, editor Peter Schweighofer) incluye una entrada sobre los sunesis, repitiendo el texto descriptivo que había aparecido en Adventure Journal salvo porque añade unas pocas palabras sin alterar el sentido de la frase donde está. Ofrece además una imagen de cuerpo completo de un sunesi, supuestamente firmada por Joe Bavits aunque no se le acredita.

The New Jedi Order: Balance Point (2000, Kathy Tyers) vuelve a introducir a los sunesis presentando además a un nuevo personaje llamado Gnosos. "Gnosos" es en español, inglés y latín una transliteración válida del nombre de Cnosos, una antigua ciudad cretense. Más posiblemente Tyers se estaba refiriendo al concepto de gnosis, que podríamos explicar en este contexto como obtención de conocimiento de forma trascendente a través de un proceso de iluminación, según creían ciertas sectas en general conocidas como gnósticos. El término por supuesto viene de la palabra griega Γνώσης "gnosis", que significa conocimiento. Es más complicado que todo esto, por supuesto.

En 2005 se publica el artículo Droids, Technology and the Force: A Clash of Phenomena en la web oficial de Hyperspace (retirado desde entonces). El texto estaba realmente escrito por Abel G. Peña, pero se presentaba como un escrito firmado por el jedi Tam Azur-Jamin y traducido por una persona que también se llamaba Abel Peña pero vivía en el Universo de Star Wars. En las notas al pie se explicaba que parte de la información en ese texto era extraída de fuentes previas y otra era nuevo material, con algún detalle que Peña recalcó además en su blog.

En concreto, el documento hablaba en detalle sobre los Caballeros de Hierro, que habían aparecido en el libro-juego Star Wars Missions 14: The Monsters of Dweem (1998, Dave Wolverton); y presentaba por primera vez el nombre y especie de su maestro, Aqinos. Peña observó que Tyers había bautizado a algunos sunesis con el nombre de figuras históricas (lo cual no he visto que se diese, a menos que Peña considere famoso a alguien apellidado Nee), por lo que optó bautizar al maestro Aqinos en honor al teólogo y filósofo católico Santo Tomás de Aquino (1224 ó 1225-1274), percibiendo paralelismos evidentes entre las religiones sunesi y cristiana. Menciona también el contacto de Aqinos con Calista a través de una academia común, para que el dato llegase a Luke Skywalker; y la mención previa al maestro de Aqinos, Jaled Dur, en Star Wars Gamemaster Screen, Second Edition (1992, Bill Olmesdahl).



Santo Tomás de Aquino, cuyo nombre inspiró el del Maestro Aqinos.
Lienzo por Bartolomé Esteban Murillo. Domino público.

The Complete Star Wars Encyclopedia (2008, vv.aa.) incluye artículos sobre Monor II, los sunesi, Aqinos, Gnosos, Hoil y un único artículo que describe en un par de líneas a todos los Agapos. Esa última información se repitió en la web de Star Wars, en la sección Databank (disponible desde al menos marzo de 2005 hasta el 13 de septiembre de 2011; pero no sé en qué momento se añadió la entrada sobre Agapos), con un dibujo de Agapos X en color… que era en realidad el dibujo de Agapos IX visto en Adventure Journal, por Vilardi, coloreado.

The Essential Atlas (2009, Jason Fry y Daniel Wallace) no habla de los sunesis y sólo menciona Monor en la lista de planetas de la página 235, pero aparece en el mapa de la página 25. Eso permite extrapolar más información a partir de su posición en momentos históricos, aún cuando los mapas de esos instantes no los muestren.

El Databank y el artículo sobre "Agapos" en la Encyclopedia dicen explícitamente que Agapos es la línea de sacerdotes-príncipes gobernantes de los sunesis; y Balance Point, en su capítulo diecisiete, dice que Agapos X fue el décimo príncipe-sacerdote de los sunesis. Sin embargo, no tengo constancia explícita de que todos los números previos hayan existido (por eso la lista de Sunesis Notorios no está llena de Agapos). Por ejemplo, podrían haber tenido dos personas que simultáneamente reclamaban el título de Agapos III y estaban peleadas entre sí; y después podrían haberse saltado el número VII por algún motivo supersticioso. Así que no me mojo.

Ahora hablemos de meteduras de pata más evidentes y difíciles de justificar. Empecemos por el planeta Monor II: En la Encyclopedia, el artículo sobre Monor II lo ubica en el Borde Exterior; pero The Essential Atlas, publicado un año después, lo pone claramente en el Borde Medio. Asumimos que la Encyclopedia se equivoca.

El artículo sobre los sunesis en la Encyclopedia entra en dos conflictos evidentes con el texto en Adventure Journal. En primer lugar, el Journal describe a los sunesis como "más cercanos a anfibios que a mamíferos", indicando que están a medio camino; pero la Encyclopedia zanja la discusión diciendo que son anfibios. Journal también dice que entran en estado crisálida a los dieciséis años; la Encyclopedia reduce esa cifra a quince años.

El susodicho artículo también es la única fuente que presenta el mote que usaban los imperiales con los sunesis, "lump heads", con un espacio: Journal, Alien Encounters y Balance Point lo escriben todo junto, "lumpheads", aunque Balance Point es la única que usa una L mayúscula.

Jedi Academy Training Manual (2009, Rodney Thompson, Eric Cagle, Patrick Stutzman y Robert Wieland), The New Essential Guide to Droids (2006, Daniel Wallace) y The Essential Guide to Warfare (2012, Jason Fry y Paul R. Urquhart) dicen que los Caballeros de Hierro debutaron en la Revolución Arkaniana. Droids, Technology and the Force y Encyclopedia dicen que se revelaron durante las Guerras Clon. Guide to Droids dice, sin embargo, que las esquirlas entrenaron diez años con Aqinos antes de debutar en la Revolución Arkaniana; pero Training Manual dice que Aqinos tomó a las esquirlas como aprendices durante la Revolución Arkaniana, que duró sólo un año. Esto es demasiado confuso para tener sentido.

Según Jedi Academy Training Manual, Aqinos descubrió que todas las esquirlas tenían el potencial de usar la Fuerza; pero según Droids, Technology and the Force, sólo Ilum y su progenie podían hacerlo.

El pecado de Aqinos ante el Consejo Jedi es motivo de debate. Jedi Academy Training Manual, The New Essential Guide to Droids y Droids, Technology and the Force dicen que el Consejo le excomulgó, es decir, le expulsaron de la Orden; pero no que le exiliasen. El artículo de Aqinos en la Encyclopedia dice que el Consejo le exilió; el artículo sobre Caballeros de Hierro en el mismo libro dice Aqinos se fue voluntariamente, en la ignominia. La causa oficial del juicio también ha variado según la fuente consultada: desde su presunción de compartir el conocimiento de la Fuerza Viva, y enseñar sus técnicas, a las esquirlas, pasando por la creación de los Caballeros de Hierro, hasta simplemente haberse ido de su puesto sin decirle nada al Consejo.



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Sección creada por Skippy Farlstendoiro y Al Noah para SithNET
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