LAS ESQUIRLAS

Articulo creado por Skippy Farlstendoiro y maquetado por Al Noah, los xenobiólogos de SithNET
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Las Esquirlas


 
"No recibo órdenes de vos. Así pues, antes de que os cercene la cabeza, tengo una pregunta:
¿Sois amigo o enemigo de la República?" (Alto Mariscal Dragite, Guardián de Dweem)

Cuando se pronunciaron estas palabras, múltiples aspectos eran confusos. La forma de hablar era obsoleta, la República llevaba un par de décadas sin existir y el oficial con nombre de piedra era un agresivo droide armado con una espada y con extrañas capacidades sobrenaturales que solemos llamar el poder de la Fuerza. "¿Droides con poderes de la Fuerza? Eso no es posible", me dirá usted, desocupado lector. Ah, lo que usted no sabe es que en realidad no era solamente un droide con poderes. Era una piedra con poderes de la Fuerza que controlaba al droide. Esto pierde más sentido a cada momento que pasa, ¿verdad? ¿Qué le parece si conocemos en más detalle a las esquirlas?



Droides jedi con sables láser enormes.

En el sector Subterrel del Borde Exterior se encontraba el planeta Orax, en el sistema homónimo. La atmósfera local estaba cargada de iones y tenía un efecto pernicioso en muchos aparatos tecnológicos extendidos, provocando fallos ocasionales. Ahora bien, ésta no era la principal causa de problemas.

Orax, con un importante potencial minero, obtuvo fama por sus hermosas formaciones rocosas y minerales y sus fuentes termales. Ambas interactuaban con los iones de la atmósfera, el agua rica en minerales y los cristales naturales, provocando que creciesen estructuras cristalinas sensibles a fuentes energéticas en cúmulos entre las rocas. Enhorabuena, acaba usted de encontrar a las esquirlas, la especie nativa de Orax.

¿Resulta confuso? Las esquirlas eran una especie singular que desafía la mayoría de reglas de la biología tradicional, tanto por su fisiología como por sus habilidades. Se trataba de una forma de vida inorgánica, cristalina y basada en la silicona (no en el silicio), pero innegablemente inteligente.

Las esquirlas tenían es aspecto de cristales translúcidos, irregularmente multifacetados y aproximadamente cilíndricos que medían entre treinta y cuarenta centímetros de longitud y hasta diez centímetros de diámetro. Estaban de hecho compuestos de minerales cristalinos.

Una variedad de impurezas químicas en el interior del cristal daban a cada esquirla un color característico, que podía utilizarse para identificar la región de Orax donde esa esquirla concreta se había originado. Dentro del cristla también estaba una estructura de silicato que formaba el equivalente la "circuitería" molecular, cristalina, del cerebro de una esquirla individual; cada esquirla era una entidad única. Una esquirla era capaz de pensar y procesar información con la velocidad y precisión que habitualmente sólo ofrecía un ordenador (Otra cosa es que quisiese hacerlo; véase la sección de Cultura, más adelante).

Además de esto, una esquirla emitía pulsos leves de energía que se reflejaban en las pulsaciones de una trémula luz en su interior. Cada esquirla tenía una firma electromagnética individual que otras esquirlas podían reconocer. Más importante eran las cargas electromagnéticas que las esquirlas podían producir y emitir, y que eran su única forma de percibir el entorno. Me explico: Una esquirla no tenía sentidos tradicionales, pero podía detectar las emisiones de otras esquirlas cercanas y comunicarse con ellas. Eso les permitía crear una red para, aprovechando la atmósfera ionizada de Orax, crear una consciencia colectiva o mente-grupo compartida por toda su especie. La señal de una esquirla separada de la mente-grupo tenía un alcance de sólo un kilómetro; quienes siguieran en el colectivo podían alcanzar cualquier lugar del planeta.

Estas señales electromagnéticas les permitían detectar también cualquier aparato tecnológico o droide a cien metros de su posición. La esquirla podía recibir emisiones de cualquier equipo tecnológico y transmitir órdenes a éste. Una esquirla, por tanto, podía interactuar con un ordenador, e incluso tomar el control de éste. Esta capacidad permitía a la esquirla comunicarse con seres de otras especies utilizando un comunicador u otro receptor electrónico como intermediario; y también afectar incluso a un droide con un rayo restrictor.

Las esquirlas, incapaces de moverse por sí mismas, crecían lentamente hasta alcanzar un tamaño máximo y unas características biológicas de madurez, incluyendo una firma electromagnética adulta. A partir de ese momento, seguían desarrollándose pero la acumulación de cristales producía un nuevo individuo. Las esquirlas por tanto crecían formando grandes colonias de cientos o miles de individuos, en cúmulos sobre las rocas cercanas a los manantiales. Una colonia de esquirlas podía alcanzar un enorme tamaño y semejar un gigantesco árbol de cristales multicolores.



Esquirlas en forma natural.

Una esquirla tenía una esperanza de vida de varios milenios aunque, con el paso del tiempo, la erosión natural podía hacer que la esquirla se disolviese hasta desvanecerse y regresar a su entorno original. Las esquirlas no eran minerales especialmente duros y podían quebrarse e incluso desmenuzarse en fragmentos. Debido a su naturaleza exótica, un tratamiento médico tradicional no era efectivo para restaurar su salud. Por fortuna, una esquirla tenía cierta capacidad regenerativa innata, especialmente si estaba cerca de los manantiales de Orax. Las habilidades curativas de la Fuerza eran también eficaces.

Todos los seres vivos existían en la Fuerza, y eso incluía a las esquirlas. Muchas esquirlas demostraron ser sensibles a la Fuerza, es decir, tener el potencial de ser jedi. Sus capacidades eran sutilmente distintas: Debido a que la inteligencia de las esquirlas no se basaba en el carbono, las esquirlas resistían mejor que otros seres los intentos de otros de influenciar sus mentes usando la Fuerza. Algunas esquirlas que siguieron el camino del jedi aprendieron cómo usar las capacidades curativas de Fuerza para reparar droides, algo que los jedi orgánicos no podían hacer.


Cultura


 

Las esquirlas tendían a ser personas calmadas, contemplativas, introspectivas, lógicas, razonables y reflexivas. Aún siendo tan racionales, eran también curiosos, y muchas esquirlas ansiaban viajar y conocer a otros seres y otros lugares. En algunos casos, el ansia de conocimiento era una fuerza motivadora para la esquirla. Por otro lado, las esquirlas sentían desconfianza hacia las criaturas orgánicas en general después de que éstas hubiesen dañado su mundo natal.

Para los seres de otras especies, las esquirlas eran sorprendentes, en tanto que pocos esperaban que fuesen algo más que mero decorado. Quienes tratasen con esquirlas a menudo les consideraban frías y carentes de emociones.

A las esquirlas les encantaba debatir y meditar, y eran increíblemente pacientes. Una esquirla podía tardar décadas o siglos en tomar una decisión importante, con consideraciones, recopilaciones de información y discusiones que duraban muchos días; después de todo, su esperanza de vida era tan larga que el concepto de tiempo limitado les resultaba extraño, y las esquirlas disfrutaban de un buen debate. Las esquirlas que vivieron separadas de sus comunidades han demostrado ser capaces de decidirse mucho más rápido, y han intentando explicar este concepto a la consciencia colectiva, pero el proceso de aprendizaje es, como todo en Orax, lento.

Las esquirlas no desarrollaron tecnología propia, pero han demostrado una gran comprensión intuitiva de la electrónica e informática desarrolladas por otras especies. Las esquirlas han aprendido los funcionamientos más recónditos de las máquinas más complejas en cuestión de días y se han convertido en técnicos de capacidad extraordinaria a la hora de reparar e interactuar con tales máquinas. No han demostrado capacidades equivalentes de ingeniería creativa, sin embargo.

Las esquirlas podían sin embargo utilizar tecnología desarrollada por otros. Como he explicado, una esquirla podía emitir cargas electromagnéticas para tomar el control de un ordenador, un comunicador o un sensor, lo cual le permitía interactuar con el universo. El siguiente paso, nunca mejor dicho, era la movilidad: Una esquirla podía controlar a un droide para que la tomase y la llevase a otro lugar. Incluso podían llegar más lejos: Una esquirla podía ser ubicada dentro de un droide para que éste fuese su interfaz completo con el entorno.

Cuando una esquirla entraba en un droide, no lo convertía en un mero autómata que obedeciese todas sus instrucciones. Al contrario, la inteligencia artificial del droide y la consciencia y personalidad de la esquirla se combinaban para crear una persona única con aspecto de ambos, con más autonomía y libre albedrío que los droides normales. La simbiosis ofrecía a la esquirla movilidad y percepción del mundo, y al droide una calidad de vida y derechos iguales a los de los orgánicos, como embajadores de su especie.

No todo eran ventajas: Los cuerpos droide no se autorreparaban automáticamente y necesitaban mantenimiento, además de ser muy vulnerables a las armas iónicas. Eran sin embargo inmunes a enfermedades, radiaciones, venenos, el vacío y peligros atmosféricos no corrosivos.

Estas nuevas posibilidades atraían a las esquirlas con más ansias de viajar, y llegaban a sentirse intoxicados con estas nuevas experiencias. Otras esquirlas creían que este estilo de vida era perverso y una corrupción de su cultura. Un tercer grupo se sentía demasiado aterrada por la idea de abandonar la mente colectiva, aunque fuese provisionalmente, pero también opinaban que las experiencias de estas esquirlas "errantes" serían un añadido positivo a la consciencia colectiva cuando ellos volviesen a la comunidad y compartiesen sus memorias.



Una esquirla dentro de un droide de protocolo.

En general, una esquirla tenía un único cuerpo droide, aunque se dieron casos muy infrecuentes de una esquirla con acceso a más de un cuerpo. La mayoría de esquirlas errantes se fusionaban con cualquier droide que estuviese dispuesto a hospedarles. Los había que tenían ciertas preferencias, sin embargo.

Algunas esquirlas preferían ciertos cuerpos droides construidos para el combate, como el Droide Justicia de Vulshos, el FLTCH y el viejo Droide de Guerra Juggernaut, valorando que tuviesen armas incorporadas aunque fuese necesario reactivarlos. Estas esquirlas tenían poderes de la Fuerza, buscaban convertirse en jedis y llegaron a ser conocidos como los Caballeros de Hierro.

Los Caballeros de Hierro habían sido entrenados por el controverido Maestro Jedi sunesi Aqinos, que les enseñó a utilizar la Fuerza y a empuñar un sable láser en combate Los sables que ellos construían solían ser desproporcionadamente grandes y contener los cuerpos de sus ancestros), si bien estos Caballeros no se oponían a usar las armas incorporadas en sus cuerpos droide.

Aunque sufrieron persecución por su exótica naturaleza, su decisión nunca flaqueaba: Los Caballeros se consideraban tan dignos del nombre jedi como cualquier otro jedi, compartiendo todas las metas de la Orden. Se comportaban de una forma teatral que pretendía emular los modales cortesanos, eran firmes defensores de la paz y la justicia, y se sentían fascinados por la vida en la galaxia, en que los orgánicos de vidas fugaces se movían de forma muy dinámica. Los Caballeros de Hierro obedecían órdenes de su maestro, pero eran reacios a confiar en otros seres.

Los Caballeros de Hierro aprendieron a utilizar poderes Fuerza, con especializaciones que pocos jedi de otras especies adoptaban. Algunos Caballeros de Hierro podían usar la Fuerza para curar no sólo a seres orgánicos, sino incluso a droides (incluso a droides que tuviesen una esquirla dentro), algo que estaba fuera del alcance de la mayoría de los jedi. Otros descubrieron cómo ocultar su naturaleza de otros usuarios de la Fuerza, para aparentar ser un mero droide.

Ah, pero hasta los Caballeros de Hierro podían sucumbir al lado oscuro. Con el propósito de evitar esto, los Caballeros de Hierro dedicaban la mayoría de su tiempo libre a contemplar la naturaleza de la Fuerza para poder resistir esas tentaciones.

Las esquirlas aprendían habitualmente dos idiomas, Básico y binario. Podían aprender más idiomas, pero necesitaban un ordenador o vocabulador para comunicarse. Su forma de comunicación natural era a través de electromagnetismo, y sólo discutiblemente se podía considerar un idioma.


Historia


 

El planeta Orax fue descubierto por la República Galáctica cerca del año 118 ABY. Los primeros exploradores creyeron que el planeta estaba deshabitado, pero descubrieron ricos depósitos de varios minerales distintos con aplicación, lo cual ofrecía posibilidades a la minería. Rápidamente llegaron colonos humanos que establecieron operaciones mineras por todo el planeta.

Pero entonces el equipo tecnológico empezó a fallar por motivos desconocidos, poniendo en peligro las vidas de los profesionales y peor aún: Amenazando con hacer que la colonia no fuese rentable económicamente. Inicialmente los colonos creyeron que la atmósfera local, con una importante carga de iones, era el motivo del fallo. Después decubrieron que no: Eran las emisiones electromagnéticas de las formaciones cristalinas naturales que estaban interfiriendo con su maquinaria.

Los científicos y técnicos de la colonia analizaron esas retransmisiones y observaron que no eran aleatorias sino instrucciones específicas de programa que afectaban al software de los sistemas. Entonces descubrieron que los cristales eran seres inteligentes.

Los técnicos de la República construyeron un traductor que pudiese convertir los impulsos de energía de las esquirlas en lengujae hablado, y viceversa, para permitir que las esquirlas se comunicasen con los humanos directamente.

Esto fue un radical cambio de paradigma para las esquirlas: La especie entera descubrió repentinamente que había una existencia fuera de su colectivo. Primero las esquirlas se sintieron confusas y asustadas. Después descubrieron que los humanos habían estado extrayendo minerales de su mundo y dañando el ecosistema, lo cual les enfadó. Las esquirlas pronto entendieron sin embargo que los orgánicos habían sido tan ajenos a la existencia de las esquirlas como éstas a la de aquéllos.

Las esquirlas y los humanos intercambiaron mucha información. Las esquirlas se sentían fascinadas por lo que podían aprender de la galaxia, aunque la consciencia colectiva no estaba totalmente convencida de querer unirse a la civilización y a la República. En parte, esta reticencia era debida a que las esquirlas no podían percibir directamente las maravillas que les transmitían los humanos y por las que tanta curiosidad sentían. Por ejemplo, aunque las esquirlas se sentían intrigados de forma natural por el concepto de droides, no podían ver a los droides directamente, sólo enviarles señales.

Ahí estaba la respuesta: Los ingenieros de la República desarrollaron un interfaz de control de droides para permitir que una esquirla utilizase sus habilidades desde dentro de un droide. Eso permitiría a una esquirla percibir el universo a través de los ojos, y de todos los sentidos, de un droide. Eso exigía retirar físicamente a la esquirla de su roca para introducirla en el cuerpo droide. La República concedió el título de embajador de Orax a las esquirlas que aceptasen recibir esta movilidad.

Sólo unas pocas docenas de esquirlas aceptaron separarse así de la mente grupal; la mayoría de esquirlas encontraban la mera idea aterradora. Las que lo hicieron, sin embargo, formaron instantáneamente una fuerte simbiosis con su cuerpo droide, y descubrieron que podían explorar la galaxia. Ocasionalmente regresaban a Orax para compartir sus experiencias con la comunidad: Todo cuanto habían aprendido era transferido a la mente grupal, contribuyendo al debate de si las esquirlas debían o no unirse a la República. No había prisa para tomar esa decisión; las esquirlas eran seres pacientes que planeaban décadas de recopilación de datos y consideración cuidadosa.

Los embajadores, llamados esquirlas "errantes", aprovechaban su nueva movilidad para establecer relaciones con otras culturas y especies. Pronto las esquirlas empezaron a comerciar con otros seres, ofreciendo derechos mineros en Orax a cambio de la oportunidad de obtener droides para controlar y ocasionalmente usar como vehículo, y de acceder a avanzados sistemas informáticos y bases de datos llenas de valiosa información. El acceso a tecnología era fundamental para las esquirlas.

Una esquirla llamada Ilum y su progenie de doce esquirlas decidieron adoptar cuerpos droides pero, en vez de fusionarse con cualquier droide activo que les aceptase, insistieron en adoptar cuerpos desactivados de enormes droides de guerra juggernaut. Los juggernauts habían causado estragos durante la Gran Revolución Droide, tras la cual habían dejado de fabricarse, las matrices cognitivas de los que quedaban habían sido borradas, y en general eran caparazones inertes en manos de coleccionistas y museos; pero las esquirlas se hicieron con ellos para otbener cuerpos muy poderosos físicamente. Otras de las esquirlas prefirieron droides FLTCH o droides Justicia de Vulshos. Además, Ilum y su ralea tenían otra peculiaridad: Eran fuertes en el poder de la Fuerza, lo cual, en combinación con sus nuevos cuerpos, los convertía en enemigos muy poderosos.



Droide modelo FLTCH.

Afortunadamente, Ilum y sus esquirlas querían seguir el camino del jedi. Los jedi en general eran reticentes a enseñar sus técnicas y costumbres a seres inorgánicos; la mayoría de jedi creían que los droides eran incapaces de percibir la Fuerza. Había sin embargo maestros jedi inconformistas, como el sunesi Aqinos. Aqinos había partido en un peregrinaje solitario buscando la posibilidad de fusionar la Fuerza y la inteligencia de los droides. Interesado en la forma droide de Ilum, Aqinos la buscó y aceptó entrenarla a ella y a sus crías en secreto.

Aqinos montó su academia una base republicana abandonada que había sido usada en tiempos de la amenaza de la Orden del Resplandor Terrible en el planeta Dweem del sector Calaron, en el Borde Exterior. La atmósfera de Dweem tenía una intensa actividad de tormentas que dificultaba el uso de sensores de superficie desde la órbita, y la fauna local incluía a los dweemonios, grandes criaturas parecidas a arañas con exoesqueletos que se camuflaban en el terreno helado. Allí, las esquirlas aprendieron a acceder a la Fuerza y Aqinos les enseñó el concepto de la Fuerza Viva. Durante una década, las esquirlas entrenaron antes de que Aqinos les permitiese debutar en público.

El motivo de esa decisión fue por un importante conflicto bélico que sacudía la galaxia. Aparentemente fue la Revolución Arkaniana del 50 ABY (aunque algunos historiadores creen que fueron las Guerras Clon de 22-19 ABY). Durante la Revolución Arkaniana, varios científicos arkanianos se revelaron contra el gobierno, a quien acusaban de haber realizado experimentos inmorales sobre especies enteras. Los rebeldes habían construido un ejército cíborg para enfrentarse al Dominio Arkaniano. Éste reaccionó utilizando a sus propias fuerzas y consiguiendo el apoyo de la Orden Jedi. Los "droides jedi" de Aqinos se presentaron de improviso para apoyar a la Orden Jedi.

Los jedi esquirlas resultaban extraños de contemplar. La idea de un cuerpo droide con poderes de la Fuerza ya era desconcertante. Además, Ilum y su progenie se comportaban con unos modales cortesanos anacrónicos y llevaban unos sables láser enormes que, contrariamente a la costumbre jedi, contenían los cuerpos muertos de sus ancestros. No tenían demasiada experiencia en los poderes de la Fuerza ni en la civilización galáctica, pero mostraban enorme entusiasmo y ayudaron a ganar la guerra, siendo su participación crítica en varias batallas clave.

Sin embargo, fueron motivo de importante prejuicio. Después de todo, la aprensión hacia los droides, especialmente hacia los droides con capacidades ofensivas, siempre había existido, y la Revolución la había agudizado. La Orden Jedi misma era reticente a reconocer a estos seres: Muchos jedi tradicionalistas encontraban perversa la idea de que un droide, o incluso una forma de vida inorgánica como las esquirlas, pudiese utilizar la Fuerza. Tales seres carecían de midiclorianos y no estaban vivas en el sentido convencional, por lo que no podían comprender realmente la Fuerza Viva y eran abominaciones. Los jedi denominaban despectivamente a las esquirlas jedi "Caballeros de Hierro", rechazándolos como habían rechazado inicialmente las teorías sobre el hierro mandaloriano.

Los Caballeros de Hierro tuvieron cierto apoyo. Algunos jedi creían que, después de todo, la Fuerza existía en todas las cosas y podía imbuirse en objetos como amuletos. Sin embargo, la mayoría de cíborgs habían demostrado comportamiento asocial y dificultad para acceder al menos al lado luminoso de la Fuerza.

El Canciller de la República reconoció la contribución de los Caballeros de Hierro a la guerra ascendiéndoles al rango de Altos Mariscales, pero este título carecía de peso real y en seguida se descubrió que el movimiento había sido no para recompensar a los Caballeros, sino para obtene rel apoyo político de la Coalición de Activististas por los Derechos de los Autómatas.

El Consejo Jedi fue mucho menos generoso: En cuanto supo qué maestro jedi había sido responsable, excomulgó a Aqinos por herejía, por "su presunción e iniciativa altamente peligrosa" al compartir el conocimiento de la Fuerza Viva y eseñar sus técnicas a las esquirlas y por haber creado a los Caballeros de Hierro sin la aprobación del Consejo. Además, elimianron la financiación para investigar interfaces entre droides y la Fuerza, una idea que en realidad el Consejo nunca había aprobado.

En el oprobio, Aqinos y los Caballeros de Hierro fueron exiliados a su fortaleza en Dweem. Unos pocos Caballeros de Hierro decidieron continuar sirviendo a la República, ignorando las órdenes, e incluso lucharon contra los separatistas durante las Guerras Clon. El Consejo hizo lo posible por ignorar su existencia.

En 19 abY, la República fue reemplazada por el Imperio Galáctico. El Imperio inició una purga para acabar con la Orden Jedi, que identificaba como una amenaza. Los Caballeros de Hierro en activo en territorio imperial estuvieron entre los primeros objetivos de la Purga; incluso Ilum, exiliada en Dweem, fue asesinada por los imperiales. Los Caballeros de Hierro supervivientes se convirtieron en fugitivos y en general eligieron ocultarse, la mayoría de ellos en Dweem.

Con el Nuevo Orden de Palpatine vinieron importantes cambios, incluyendo un enorme prejuicio hacia los alienígenas y hacia los androides. Los embajadores de Orax entraban en ambas categorías. Muchos de ellos fueron asesinados, desmntados y destruidos. Otros intentaron escaparfingiendo ser droides serviles.

En cuanto a Orax, el mundo pasó a estar controlado por el Imperio para hacer extracciones mineras pesadas. El Imperio sabía que las esquirlas podían controlar la mano de obra droide, así que utilizaron mineros esclavos para que las esquirlas no pudiesen afectarles. Los droides estaban totalmente prohibidos en el planeta. Algunas esquirlas expatriadas intentaron regresar, pero el Imperio se lo impidió.

El conocimiento de las esquirlas pasó a ser tema de eruditos; la mayoría de seres no sabían nada sobre esta especie. El exitoso soldado imperial y veterano de las Guerras Clon Rom Mohc, interesado en construir un robot bélico de élite, estudió los diseños de prácticamente todos los soldados mecánicos de la historia, incluidos los Caballeros de Hierro, para producir su proyecto Dark Trooper.

Otros mandos imperiales eran totalmente ajenos a los Caballeros de Hierro, entre ellos el Gran Moff 4-8C. 4-8C era un droide asesino IG que había desarrollado en secreto un terrible programa informático que distribuía en el viejo droide B-1D4; sin embargo, B-1D4 acabó en manos del contrabandista rebelde Han Solo, capitán del carguero Halcón Milenario, en 0 DBY, motivando a 4-8C a iniciar su búsqueda a bordo de su nave insignia, Zaker Besar. El escurridizo Solo iba un paso por delante de él.

4-8C y su interrogador Burra Stone obtuvieron pistas en el ordenador de una cápsula de escape recuperada de una nave pirata destruida por Solo, M'hendosat. Éstas sugerían que Solo había viajado a Dweem. Esto era un error: Solo había puesto rumbo a Dweem, pero B-1D4 había hecho que el Halcón se desviase, contrariamente a los deseos de Solo. Ignorando este matiz, 4-8C puso rumbo a Dweem.

Una vez llegó a su órbita, 4-8C intentó hacer un escaneo orbital, pero las tormentas impedían obtener información útil. Eso convenció a 4-8C de que Solo había elegido Dweem precisamente por ese motivo para ocultarse. 4-8C entonces lanzó droides sonda que recibieron la gran firma eléctrica de un generador de energía, concretamente el que utilizaba la base de los Caballeros de Hierro. Los imperiales decidieron que habían encontrado una base rebelde oculta.

Los imperiales enviaron un equipo de reconocimiento, incluidos 4-8C, Stone y el capitán capturado del M'hendosat, el nikto Kassihm, así como varios AT-STs. El equipo encontró dweemons y la base de los Caballeros, que reconocieron como un antiguo edificio de la República. Toparon con varios Caballeros de Hierro, incluido el Mariscal Dragite, que les pusieron a prueba con curiosos acertijos. Los imperiales sobrevivieron al encuentro, pero comprendieron que no había nada útil en Dweem, sólo una reliquia defendida por pintorescos seres. Regresaron al Zaker Besar sin bajas, aunque 4-8C se planteó ejecutar a Kassihm por inútil.



El droide Justicia de Vulshos, con una esquirla dentro.

Durante los años siguientes emergió cada vez con más fuerza una Rebelió contra el Imperio. Algunas esquirlas exiliadas decidieron aliarse con la Rebelión, buscando un modo de ayudar a liberar Orax del Imperio. Las esquirlas se convirtieron en valiosos espías y agentes secretos haciéndose pasar por droides comunes para pasar desapercibidos y accediendo a ordenadores imperiales; un ejemplo fue Enetrés.

Muy pocos rebeldes conocían siquiera la existencia de las esquirlas, y prácticamente nadie recordaba a los Caballeros de Hierro. Las esquirlas en activo en esta época tendían a habitar cuerpos de droides frecuentes e inofensivos, evitando droides que pudiesen atraer la atención.

Tras la batalla de Endor, el Imperio cesó sus actividades mineras en Orax, pero para entonces habían devastado ecológicamente el planeta y la supervivencia de los nativos estaba en peligro. Con el tiempo, algunas esquirlas errantes informaron a la Nueva República del problema de su mundo, y la República empezó a establecer relaciones diplomáticas para ofrecer ayuda ecológica y tecnología droide a las esquirlas, a cambio de derechos mineros limitados. Las esquirlas eran en general conservadoras en sus tratos, recordando los estragos causados por el Imperio, pero aceptaron hospedar varios operaciones mineras en su mundo. Cuando éstas tuvieron éxito, llegó a haber lista de espera.

Las esquirlas sin embargo rechazaron unirse a la Nueva República abiertamente: Era innegable que necesitaban su ayuda para reconstruir su propio mundo, y estaban demasiado opuestas al Imperio, pero la mente grupal necesitaba mucho tiempo para tomar una decisión tan importante, y muchas esquirlas desconfiaban de los seres orgánicos. Las esquirlas errantes supervivientes que participaron en la Rebelión estaban entre los más acérrimos partidarios de una unión con la República. Algunas esquirlas servían a la República desde cuerpos droides como técnicos y programadores.

Aparentemente, en el año 9 ABY, las fuerzas imperiales del Gran Almirante Thrawn recuperaron temporalmente el control sobre Orax.

En el año 11 DBY, la academia jedi de Luke Skywalker reestableció vínculos con los IKs de Dweem. Skywalker analizó la posibilidad de que el lado luminoso pudiese manipular droides; después de todo existían rumores sobre los Caballeros de Hierro e incluso sobre uno o más droides jedi con el nombre Skippy. Sn embargo, Skywalker abandonó toda esperanza hasta que, en 12 DBY, siguió una pista proporcionada por su compañera Calista Ming. Gracias a ella, ung rupo de alumnos de Skywalker encontraron la base secreta de los Caballeros de Hierro en Dweem. El Maestro Aqinos había permanecido allí exiliado durante décadas.

Contrariamente al Consejo Jedi, Skywalker no tenía objeciones tradicionalistas hacia los droides y recibió con los brazos abiertos la nueva perspectiva sobre la Fuerza que ofrecían los Caballeros de Hierro; su Orden agradeció el potencial que ofrecían. Aqinos comprometió su servicio a la Orden de Skywalker, pero no el de los Caballeros. Al menos parte de los Caballeros, si no todos, se unieron a la Orden de Skywalker y empezaron a entrenar en la academia de Yavin IV, interactuando con los otros jedis.



Un droide jedi bebe en la Academia de Yavin IV.

En el año 25 DBY, Orax se estaba recuperando y tenía al menos un millón de habitantes, y para entonces los Caballeros de Hierro eran elementos arraigados en la Orden Jedi. Pero ese año también marcó el inicio de un nuevo conflicto galáctico: La especie yuuzhan vong, fanáticos anti-tecnología, atacaron toda la galaxia.

Los droides estaban entre los objetivos favoritos de los yuuzhan vong, pero por una vez tenían un defensor claro: Los Caballeros de Hierro retomaron el título de Altos Mariscales y decidieron que su misión sería proteger a los droides de los vong. Los Caballeros de Hierro sirvieron con honor y distinción. Repelieron con éxito los ataques de los Caballeros ROjos de la Vida en el planeta Osarian y en Uffel, la luna de Genarius (en el sistema Cularin) y fábrica de droides especializados, alcanzando sendas victorias; y después consiguieron derrotar definitivamente a los Caballeros Rojos. También se cree que los Mariscales salvaron la Luna de Kligson, llamada el Mundo Droide, de un ataque yuuzhan vong.

Esa guerra tmabién sentó un extraño precedente: Uno de los Caballeros de Hierro sucumbió al lado oscuro. Luxum, una valiente esquirla, intentó defender la Estación Espacial Hosk de un ataque vong. Pese a que Luxum tenía el apoyo de su teniente, el MagnaGuardia IG-179, de varios droides asesinos y del lado oscuro de la Fuerza, ella fue destruida por los yuuzhan vong en esa batalla.

No está claro si los yuuzhan vong atacaron Orax o no cuando estuvieron por esa zona entre los años 27 y 29 DBY.

Sabemos con certeza, sin embargo, que Aqinos murió durante la guerra.

Después de la victoria contra los vong en 29 DBY, sólo unos pocos Caballeros de Hierro siguieron activos, y tuvieron que hacer un esfuerzo moral para percibir a los vong supervivientes como algo que no fuesen sus acérrimos enemigos. Sin embargo, demostraron una entereza extraordinaria por mantener la esperanza y bsucar un equilibrio entre luz y oscuridad.

Las esquirlas no volvieron al anonimato. El texto del maestro jedi Tam Azur-Jamin Droides, Tecnología y la Fuerza: Un Choque de Fenómenos (traducido por Abel G. Peña) hablaba de ellos explícitamente. Quizá por eso, en el 137 DBY, el lord sith Darth Krayt se aseguró de que las fronteras de su Imperio Sith alcanzasen el planeta Orax.


Esquirlas Notorias


 

Dragite: El Alto Mariscal Dragite, Guardián de Dweem, era un Caballero de Hierro activo en el año 0 dbY. Poderoso en combate gracias a su cuerpo droide y a sus poderes de la Fuerza, Dragite utilizaba una forma de hablar arcaica y se negaba a reconocer que la República había caído.

En el año 0 dbY, un grupo de imperiales exploraron la superficie de Dweem buscando una supuesta base rebelde oculta. Toparon con Dragite y otros Caballeros de Hierro, que les pusieron a prueba y les presentaron extraños acertijos. Los imperiales se retiraron después, convencidos de que en Dweem no había nada de su interés.

Enetrés: Esta esquirla había tomado el control de un droide de protocolo homónimo y servía como ayuda de cámara y ayudante personal del capitán imperial Tobal Siy, al mando del destructor estelar Trueno, durante la era de la Rebelión. Siy ignoraba que hubiese una forma de vida que ocupaba el torso de su droide. Aún menos sospechaba que Enetrés era un espía de la Alianza Rebelde; probablemente no le habría gustado porque la misión de Siy pasaba por encontrar a los contrabandistas rebeldes en su sector del espacio.

Precisamente, Enetrés aprovechaba su posición para obtener información de Siy. Enetrés daba a su amo calmantes que le hacían susceptible a la sugestión y, en la intimidad, le interrogaba sobre las medidas que Siy había tomado. Eso permitía a los rebeldes estar siempre un paso por delante del Imperio, y al propio Enetrés mantener su posición secreta sin comprometerse. Enetrés entonces transmitía la información obtenida de un modo que los imperiales no pudiesen detectar.



El capitán Siy ignora que su droide de protocolo es un espía rebelde.

Firkrann: Esta esquirla era un Caballero de Hierro en un cuerpo de droide FLTCH, activo en los tiempos de las Guerras Clon.

Firkrann combatió contra el líder separatista General Grievous en los bosques de hongos del planeta Xagobah. Grievous destruyó a Firkrann con sus múltiples espadas láser. Pese a su victoria, el General se sentía humillado porque, contrariamente a Firkrann, él no había conseguido poderes de la Fuerza.

Luxum: Esta esquirla de sexo femenino ocupaba el cuerpo de un droide y era uno de los Caballeros de Hierro en la academia jedi de Luke Skywalker. Adoptó, como muchos de los suyos, el nombre de un cristal utilizado para construir sables láser. El luxum era un cristal propio del planeta Ambria que había sido utilizado casi exclusivamente por jedis oscuros y lores del sith.

Luxum estuvo en activo durante la invasión de los yuuzhan vong, seres tecnófobos extragalácticos. Los Caballeros de Hierro retomaron su título de Altos Mariscales y se comprometieron a proteger a los droides de la galaxia. Luxum en concreto incluso escogió a un droide como su teniente jefe y guardaespaldas personal: IG-179, el último MagnaGuardia superviviente desde las Guerras Clon del que se tuviese noticia.

Luxum participó en la defensa de la Estación Hosk, que fue diezmada. Ella sucumbió al lado oscuro, inició una vendetta personal contra los yuuzhan vong y lideró a un grupo de droides asesinos contra el enemigo, pero acabó sucumbiendo ante el ataque de los vong.


Ilum


 

Ésta es la historia de una esquirla que se consideraba femenina.

Ella siguió la costumbre de algunas esquirlas que interactuaban con orgánicos y adoptó como su nombre el nombre de un cristal utilizado para la creación de sables láser. Escogió llamarse Ilum en referencia al cristal Ilum, así llamado a su vez porque se daba en el planeta Ilum.

En tiempos de Ilum, algunas esquirlas sentían especial interés por la comunidad de seres orgánicos que visitaban su mundo natal de Orax. Tales esquirlas decidían explorar la galaxia en el interior de cuerpos droides para tener movilidad y percepción. Ése fue el deseo de Ilum y de varias esquirlas nacidas de ella.

En general, las esquirlas errantes aceptaban el cuerpo de cualquier droide que mostrase interés por ellas, y se combinaban en un proceso simbiótico. Ilum y sus "hijos" (entrecomillados porque las esquirlas no tienen familias en el sentido tradicional), sin embargo, eran exigentes y buscaron droides concretos con potencial agresivo para tener un poder físico superior. Querían droides de guerra. Ilum y varios de sus hijos optaron por los cuerpos de droides de guerra juggernaut desactivados.

Los juggernauts eran máquinas humanoides de casi dos meros y blindaje blanco, con armas incorporadas y manipuladores para utilizar otras armas, un jetpack que les diese poder de vuelo y una reputación temible. Aunque los juggernauts habían ayudado a la República durante las Masacres Gank, después causaron muchos problemas volviéndose contra sus amos durante la Gran Revolución Droide en el 4015 ABY. Desde entonces se había disparado el prejuicio contra los droides en general, contra los droides de guerra en particular, y contra los juggernauts en concreto. El fabricante Duwani dejó de producir juggernauts, sus matrices cognitivas fueron borradas y la mayoría de juggernauts se convirtieron en caparazones inmóviles que acabaron en museos y colecciones privadas… hasta que un grupo de esquirlas adquirieron un puñado de éstos. Otros hijos de Ilum adoptaron cuerpos de droide serie FLTCH y droides Justicia de Vulshos



El droide de guerra juggernaut.

Ilum y su "familia" tenían otra peculiaridad. Eran, aparentemente, las únicas esquirlas que podían percibir el poder de la Fuerza y tenían potencial para llegar a ser jedis. La combinación de sus poderes ofensivos de la Fuerza y las capacidades físicas de los juggernauts, además de la programación de combate del droide y la inteligencia de las esquirlas, convertía a Ilum y los suyos en seres excepcionales.

Ilum tenía interés en llegar a ser jedi, para lo cual necesitaba un maestro que la entrenase. Iba a ser difícil: El prejuicio hacia los droides estaba especialmente arraigado en la Orden Jedi. La mayoría de jedis se negaban a reconocer la posibilidad de que un droide aprendiese poderes de la Fuerza. Sólo unos pocos jedi abogaban por una investigación más intensa en ese sentido.

Uno de éstos era el inconformista sunesi Maestro Aqinos, con un heterodoxo historial. Aqinos ya había entrenado alumnos no sólo en el conformista Templo de Coruscant, sino también en la disidente academia errante Ch'unthor. De hecho, Aqinos había iniciado un peregrinaje solitario para investigar la posibilidad de fundir inteligencia droide con la Fuerza. Cuando Aqinos descubrió que algunas esquirlas podían percibir la Fuerza y que Ilum estaba buscando un maestro, él la buscó precisamente por su forma droide, la encontró y aceptó entrenarla a ella y a su progenie en una academia secreta, sin informar al Consejo Jedi que, de todos modos, iba a poner pegas.

Aqinos escogió como base de operaciones una base republicana, abandonada por causa de la Orden del Respondable Terrible, en el planeta helado Dweem del sector Calaron del Borde Exterior. Dweem tenía una selva llena de dweemonios, grandes criaturas parecidas a arañas con exoesqueletos, que se camuflaban de forma natural en el terreno, y una importante actividad tormentosa que perturbaba los sensores orbitales, así como un generador de energía operativo para la base.

Allí, Aqinos entrenó a Ilum y a sus hijos en los caminos de la Orden Jedi y les enseñó a acceder a la Fuerza y los conceptos de la Fuerza Viva. Les permitió ciertas peculiaridades: Las esquirlas jedi se construían sables láser desproporcionadamente grandes e introducían los restos de sus ancestros muertos en el interior de sus armas.

Entonces estalló la Revolución Arkaniana: El gobierno del planeta Arkania, llamado el Dominio Arkaniano, estaba siendo atacado por científicos arkanianos rebeldes respaldados por guerreros cíborgs. El Dominio consiguió el apoyo de la Orden Jedi. La Orden Jedi recibió el apoyo de los aprendices de Aqinos. La Orden Jedi se sintió desconcertada al ver a estos extraños seres: Droides armados con sables láser gigantescos y exhibiendo poderes de la Fuerza, y que incluso tenían patrones de comportamiento risibles basados en modales cortesanos obsoletos.

Aqinos y sus esquirlas jedi ayudaron a vencer en varias batallas importantes. Mostraban mucho entusiasmo, pese a no comprender totalmente la vida galáctica o la Fuerza, y obedecían sin dudar a Aqinos. Sin embargo, no se ganaron las simpatías de los otros jedis.

La Orden Jedi rechazaba la idea de droides, o seres inorgánicos cristalinos, que pudiesen usar la Fuerza. Seres que no estaban "vivos" en el sentido tradicional no podrían comprender realmente el concepto de Fuerza Viva (que supongo que viene siendo como decir que los seres que no son de color verde nunca podrán comprender el color verde). Acostumbrados a medir midiclorianos, sentían prejuicios hacia los seres sin midiclorianos. Cierto es que los cíborgs históricamente habían mostrado tendencias asociales y dificultad para acceder al lado luminoso de la Fuerza. Muchos jedi consideraban a las esquirlas jedi abominaciones, y les pusieron el mote despectivo de Caballeros de Hierro.

El Consejo Jedi pronto descubrió la implicación de Aqinos en el entrenamiento de las esquirlas (No debió ser muy difícil porque Aqinos se personó con los Caballeros para liderarles en las batallas). El Consejo excomulgó a Aqinos y eliminó la financiación para investigar vínculos entre la Fuerza y los droides. La República tuvo que reconocer las acciones heroicas de los Caballeros de Hierro durante la guerra y, en un intento de ganar el apoyo de la Coalición de Activistas por los Derechos de los Autómatas, el Canciller nombró a Ilum y a los otros Caballeros de Hierro Altos Mariscales, pero éste era un título sin auténtico peso.

Aqinos, Ilum y la mayoría de Caballeros de Hierro regresaron a Dweem en el oprobio. Unos pocos Caballeros se negaron a aceptar esa orden y siguieron sirviendo a la República y enfrentándose a los crecientes prejuicios que había contra ellos.

En el año 19 dbY, la República cayó. El Canciller Palpatine se autoproclamó Emperador de la galaxia e inició una purga contra la Orden Jedi, a quienes percibía como una amenaza para su mando. Aunque Ilum estaba exiliada en Dweem con Aqinos, ella estuvo entre las primeras bajas de la Purga Jedi.


Curiosidades


 

Las esquirlas ("Shards" en inglés) aparecen por primera vez en el artículo "Alien Encounters: The Shard", por Stephen Kenson, para el juego de rol de West End Games, publicado en Star Wars Adventure Journal Nº 15 (1997), y con ilustraciones de Kathy Burdette. El libro de rol Alien Encounters (1998, editor Peter Schweighofer), también para West End Games, reedita casi todo el texto, pero sin títulos de sección, haciendo cambios menores de estilo (El texto original por error había dicho en una ocasión "wander", vagar, en vez de "wanderer", errante) y eliminando varios párrafos, más notablemente un relato breve sobre Enetrés. Ambos ofrecen reglas especiales para manejar a estos personajes en el juego de rol.

Los Caballeros de Hierro aparecen por primera vez en el libro-juego Star Wars Mission 14: The Monsters of Dweem (1998, Dave Wolverton) y que, como buen libro-juego, tiene una trama sutilmente variable y una versión canónica de los hechos razonable. Inicialmente no se relaciona a los Caballeros de Hierro con las esquirlas, hasta bastante después, con el artículo Droids, Technology and the Force: A Clash of Phenomena (2005, Abel Peña), publicado en la web Hyperspace, que supuestamente es un texto escrito por el jedi Azur-Jamin y traducido por un personaje ficticio que también se llama Abel Peña. Las notas finales del artículo, publicadas en el blog de Peña, detallan de dónde sacó ciertas ideas y cuáles venían de material publicado anteriormente (Por ejemplo, las novelas de los yuuzhan vong consideraron y descartaron la idea de enfrentarlos a droides asesinos, algo que recuperó Peña con la batalla de la Estación Hosk).

En el blog se hablaba de que los Caballeros de Hierro tomaban nombres de cristales de sables láser, como Ilum; y que Luxum tomaba el nombre de un cristal usado por jedis oscuros en el videojuego Caballeros de la Antigua República(2002, LucasArts). Mi amigo personal Eyrezer (¡Hola, Eyrezer!) mencionó la curiosa relación entre ese nombre para el Caballero que sucumbe al lado oscuro, y preguntó a Peña si las esquirlas tenían sexo de forma natural o no. Peña respondió teorizando que las esquirlas podrían adoptar un sexo de forma cultural dependiendo del droide y de sus necesidades, pero que probablemente no tenían sexo biológico.

Peña indicaba también que el texto se había escrito para un suplemento de juego de rol y que incluía una idea de aventura eliminada en la versión final: Los personajes jugadores son Caballeros de Hierro siguiendo el rastro de rumores para encontrar a una esquirla jedi llamada Skippy en el interior de un droide llamado R5-D4.



¿Skippy, eres tú?

Peña usó los foros de la web Jedi Council para confirmar que el droide visto en el praxeum de Luke en el cómic Leviatán (1999, guión de Kevin J. Anderson, dibujo de Dario Carrasco, Jr.) bien podría ser un Caballero de Hierro.

Las esquirlas reaparecen con reglas para otro juego de rol, edición Saga, en Jedi Academy Training Manual (2009, Rodney Thompson, Eric Cagle, Patrick Stutzman y Robert Wieland). En realidad el libro trae reglas para crear personajes Caballeros de Hierro, pero incluye cómo crear esquirlas siempre que sea en cuerpo droide).

Las esquirlas, llamadas "shard" en inglés, no tienen relación con "Shard of Alderaan", el programa de ordenador "rebanador" creado por "Never Die" y visto en el libro de rol Live-Action Adventures (1996, Anthony Russo y Scott Heinig); el soldado Shard, visto en el artículo de rol para la campaña Living Force Priorities (2004, August y Cynthia Hahn, publicado en la web de Wizards of the Coast); ni la "Shard-class capital ship" de los killiks que aparece en la novela Dark Nest III: The Swarm War (2005, Troy Denning). El planeta Orax no tiene relación con Orax Tazaene, que encargó la corbeta CR90 Rancor's Tooth según la expansión Premiere del Jedi Knights Trading Card Game (2001).

Ahora vamos a hablar sobre las contradicciones que ha habido entre diversas fuentes al hablar de las esquirlas:

¿En qué conflicto hicieron su debut los Caballeros de Hierro? Jedi Academy Training Manual, The New Essential Guide to Droids (2006, Daniel Wallace) y The Essential Guide to Warfare (2012, Jason Fry y Paul R. Urquhart) dicen que fue en la Revolución Arkaniana. Sin embargo, Droids, Technology and the Force: A Clash of Phenomena (por bien documentado que esté) y los artículos sobre la esquirla Ilum y sobre los Caballeros de Hierro en The Complete Star Wars Encyclopedia (2008, vv.aa.) dicen que fue durante las Guerras Clon.

Ahora bien: The New Essential Guide to Droids dice que las esquirla sentrenaron durante diez años con Aqinos antes de debutar; y Jedi Academy Training Manual dice que Aqinos tomó a las esquirlas como aprendices y les enseñó la Fuerza Viva durante la Revolución Arkaniana. Según The New Essential Chronology (2005, Daniel Wallace y Kevin J. Anderson), la Revolución Arkaniana empezó y acabó en 50 abY, es decir que duró menos de un año. Aqinos no pudo entrenar aprendices durante una década entre el inicio y el fin de una guerra que duró menos de un año.

Jedi Academy Training Manual dice que las esquirlas jedi se hicieron llamar Caballeros de Hierro al debutar. Sin embargo, este nombre fue un mote impuesto por otras personas según The New Essential Guide to Droids, Droids, Technology and the Force: A Clash of Phenomena y el artículo sobre Ilum en The Complete Star Wars Encyclopedia.

Según Droids, Technology and the Force: A Clash of Phenomena, Ilum y su progenie eran las únicas esquirlas que podían sentir la Fuerza, y ella buscó un maestro jedi. Según Jedi Academy Training Manual, todas las esquirlas, o casi todas, sienten la Fuerza, y fue Aqinos quien descubrió esta capacidad de las esquirlas, buscando él a Ilum.

El artículo sobre Aqinos en The Complete Star Wars Encyclopedia dice que Aqinos fue exiliado por el Consejo. Otras fuentes como Jedi Academy Training Manual, The New Essential Guide to Droids y Droids, Technology and the Force: A Clash of Phenomena dicen que el Consejo sólo le excomulgó (es decir, le expulsó), y según el artículo sobre Caballeros de Hierro en la Encyclopedia, él se fue voluntariamente a Dweem, en la ignominia pero él solo.

La causa oficial de la excomunión de Aqinos depende de la fuente consultada; este artículo compila todas las que se ofrecen y asume que se le acusó de todo. El artículo sobre Ilum en la Encyclopedia dice que la causa fue simplemente que Aqinos se había ido a alguna parte sin la aprobación del Consejo.

El artículo sobre los Caballeros de Hierro en la Encyclopedia dice que los Caballeros que sobrevivieron a la Purga Jedi sólo volvieron a aparecer en público durante la guerra contra los yuuzhan vong. Jedi Academy Training Manual dice que para entonces, los Caballeros de Hierro eran miembros en pleno derecho de la Orden Jedi de Luke Skywalker, y una institución entre éstos.

El artículo sobre los Altos Mariscales en la Encyclopedia dice que los Caballeros de Hierro sólo usaron ese nombre cuando reaparecieron durante la guerra contra los yuuzhan vong. The New Essential Guide to Droids y Droids, Technology and the Force: A Clash of Phenomena por el contrario explican que ese título había sido adoptado en tiempos de la Antigua República.



© S I T H N E T

Sección creada por Skippy Farlstendoiro y Al Noah para SithNET
Prohibida la reproducción total o parcial sin el consentimiento de los autores.

Aquí puedes encontrar todas las fuentes consultadas en la elaboración de este artículo.

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