LOS KWA

Articulo creado por Skippy Farlstendoiro y maquetado por Al Noah, los xenobiólogos de SithNET
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Los Kwa


 
"¿Os contaré una historia? Sí, os contaré una historia. Escuchad, escuchad, escuchad. Yo soy A'Nang, de los kwa de Tython. Estoy muerta. Éste es mi holocrón, que graba mis recuerdos y mis relatos. Os hablaré sobre los kwa." (A'Nang)

Una de las primeras especies de la galaxia en crear un imperio intergaláctico, los kwa utilizaban tecnología que milenios después eran consideradas prodigiosas, si no directamente imposibles. Los xenoarqueólogos, aún los precursores de los jedi, apenas tenían registros históricos de ellos. Muchos les consideraban una leyenda, pero en tiempos recientes su legado despertó con la aterradora capacidad de destruir universos, y sus descendientes no se bastaban para impedirlo. Conozcamos hoy a los kwa.



"Yo soy A'Nang, de los kwa de Tython…"

¿Es este, al fin, el artículo definitivo sobre la avanzada y mística civilización perdida de los kwa? No soy tan jactancioso como para atribuir a este texto epítetos así de grandilocuentes. He intentado investigar todo lo posible, aprovechando toda la documentación desclasificada y descubierta recientemente, y dar algo de orden a este enigma que ha tenido a los eruditos dando vueltas en círculo durante mil generaciones. Sin duda queda mucho por averiguar, y lo que se ha perdido es más de lo que yo he encontrado; pero aquéllo que he podido confirmar aparecerá aquí de la forma más coherente posible. Pese a ello, les pido que sean abiertos de mente, porque lo que voy a narrar es difícil de creer.

El mundo de origen de los kwa estaba en lo que ahora se conoce como el sector Quelii del Borde Medio, orbitando la estrella Domir: Era el planeta Dathomir, cuarto en el sistema del mismo nombre. Dathomir, orbitado por cuatro lunas, era un planeta terrestre con tres continentes de bosques, desiertos y montañas; una gravedad levemente más baja que la estándar; y un año de 491 días locales, cada uno de veinticuatro horas estándar.

Ustedes tal vez ya conocían Dathomir, el mundo de origen de los reptiles de sangre caliente conocidos como rancors. Las condiciones de allí favorecían esa clase de evolución: Los kwa eran reptiles de sangre caliente, o reptilianos antropomorfos. La forma de un kwa era similar a la de un humano, con dos brazos, dos piernas y una cabeza. Ahora bien: Las extremidades eran desproporcionadamente largas y delgadas, estando las superiores terminadas en manos de sólo tres dedos de uñas largas. El cuerpo era particularmente robusto, con la cabeza de forma ovalada, alargada hacia adelante dando una imagen de encorvamiento.

El rostro era en general humanoide, sobre todo los ojos que expresaban sabiduría. Tenían cabello y una boca con dientes romos como los humanos. Su nariz, sin embargo, era semejante a un hocico.

Los kwa estaban cubiertos de piel azul cobalto, con varias líneas oscuras en el rostro similares a pinturas rituales. Probablemente estas marcas aparecían también en otras partes de su anatomía, pero esto no se ha confirmado.

Ahora viene una parte complicada. ¿Tenían los kwa la capacidad innata de usar el poder místico de la Fuerza? Tal vez. Algunos kwa estaban, según sus palabras, en sintonía con el poder del cosmos, que se ha confirmado es su forma de hablar de la Fuerza. La tecnología kwa era utilizada en parte usando la Fuerza, y los kwa demostraron la capacidad de comunicarse con seres de otras especies con capacidad síquicas. No está confirmado, sin embargo, que todos los kwa tuviesen poderes de la Fuerza.



Los kwa eran una avanzada civilización de reptiles bípedos.

Después de milenios, los kwa sufrieron cambios evolutivos hasta transformarse en una especie semiinteligente conocida como los kwi.

Los kwi eran reptiles bípedos, pero no antropomorfos, sino más bien terópodos. Con una estatura de entre 160 y 240 centímetros, tenían dos enormes patas traseras con doble articulación, cada una terminada en tres zarpas, y además dos brazos cortos cada uno dotado de tres dígitos no manipuladores, y que usaban para equilibrarse. Las zarpas eran potencialmente útiles en combate. Usando su larga cola triangular como contrapeso, los kwi podían correr largas distancias.

La cabeza del kwi, rectangular y echada hacia adelante, había perdido la mayoría de los rasgos humanoides de los kwa. Los ojos, azules o rojos, eran más pequeños y estaban a los lados de la cabeza, proporcionando visión periférica y nocturna. El hocico se había desvanecido totalmente, dejando sólo las fosas nasales. Los dientes, ahora en varias hileras, eran negruzcos y en forma de pica, con la mandíbula inferior más avanzada para exhibir los colmillos de esta zona aún con la boca cerrada; pese a lo que esto sugería, los kwi eran una especie herbívora y usaban estos dientes para desarraigar plantas. Ni que decir tiene que su aliento hedía a vegetación putrefacta. La lengua era rosada y larga, adecuada para beber de los ríos. Los kwi conservaban humedad en profundos pliegues de piel debajo de la boca, para beber más tarde; cuando un kwi miraba algo con atención, esta zona de su cabeza se balanceaba si estaba vacía.

Al igual que los kwa, los kwi eran lagartos de color azul claro, con algunas escamas de color lavanda en zonas de la cabeza. Muchos kwi mostraban rayas atigradas en el lomo, desde la cabeza a la cola, y que se extendían también por las patas, brazos y quijada.

Los sonidos que podían emitir los kwi eran variados, incluyenedo bramidos, bufidos, chillidos, eructos, gimoteos, resoplidos y rugidos. El propósito de éstos era la comunicación: Un kwi podía convocar a otros o dar instrucciones, por ejemplo para orientar a la manada y hacer que virase. En este último caso, un único kwi no podía dar instrucciones directas, pero si al menos dos kwis sugerían un giro, el resto del grupo aceptaba la opinión.

Un colectivo kwi conocido como el Pueblo Azul del Desierto dormía con la cabeza sobre el suelo en madrigueras bajo los páramos locales. Cada día hacían un recorrido en manada: En cuanto anochecía, atravesaban ochenta kilómetros en menos de una hora para alimentarse en las zonas fértiles; pero al amanecer, daban media vuelta y volvían a las grietas de su hogar, para protegerse de los depredadores y del sol abrasador. Alcanzaban velocidades de 90 kilómetros por hora utilizando sus colas enhiestas como contrapeso, corriendo sobre la arena sobre sus poderosas patas, y utilizando indicaciones orales: Cuando un kwi en la periferia de la manada veía un motivo para virar, advertía al resto del grupo. Que un humanoide cabalgue sobre uno de estos seres era poco menos que inaudito.



Un rhoa kwi.

Los kwi no eran inteligentes en el sentido tradicional de la palabra. Se cuidaban unos a otros y mantenían cierta memoria colectiva, protegiendo los territorios de sus antepasados. Algunos xenobiólogos teorizaban que los kwi tenían una inteligencia superior a lo que cabía creer, basándose en su comportamiento colectivo durante las estampidas y su reacción a los mensajes. Además, varios jedi fueron capaces de comunicarse con kwis, aunque reconocían después que los kwi no eran totalmente inteligentes.

Otra subespecie de kwi era conocida como rhoa kwi, seres de piel verde amarillenta, cabeza voluminosa y dientes sobresalientes, que intimidaba y escupían veneno cuando se sentían amenazados. Los rhoa kwi abundaban en los matorrales cercanos a los pozos de alquitrán y fueron estudiados por la Hermana de la Noche Madre Talzin en su obra Poder Salvaje. Algunos exploradores de la zona los mataban para obtener su piel curtida, sus huesos y su carne.


Cultura


 

Los kwa eran seres humanoides, maestros de tecnología avanzada que vestían a menudo con togas pesadas con capucha. Algunos kwa trenzaban su cabello.

Una de sus mayores proezas tecnológicas, al menos que nosotros conozcamos, eran las Puertas del Infinito que usaban para teletransportarse de la superficie de un planeta a otro mundo. Se trataba de portales sólidos construidos con piedras y que probablemente se activaban usando el poder de la Fuerza: Una persona o un vehículo podía atravesar el portal y emerger en otro lugar; si era un portal primario, el viajero podía llegar incluso a un mundo donde no hubiese otro portal para regresar (En ese caso, el viajero solía tener el conocimiento para construir un portal de regreso). Este conocimiento se perdió completamente: Desde los tiempos de la Antigua República, la capacidad de viajar a través del hiperespacio sólo se podía conseguir fuera de la atmósfera y de la gravedad de lo splanetas, nunca desde la superficie.

Los kwa construyeron sólo unas pocas Puertas del Infinito, y las protegieron enterrándolas debajo de unas estructuras, generalmente piramidales, llamadas Templos Estelares. Los Templos solían estar en la superficie de los mundos, con las Puertas enterradas bajo ellos en lugares llamados Cámaras Estelares, que protegían la integridad de los portales. Los Templos además mantenían las Puertas operativas, controlando su poder, durante milenios; de hecho había templos tasados cien mil años antes de las Guerras Clon. Además, reaccionaban al uso de poderes de la Fuerza para controlar quién podía acceder a la Puerta.

Las Puertas del Infinito podían utilizarse también como armas, emitiendo destructivas distorsiones gravitacionales llamadas ondas de infinito capaces de devastar planetas enteros o incluso generar singularidades que aniquilasen un sistema planetario y creasen distorsiones en la astronavegación durante días. Esta funcionalidad, basada en un principio desarrollado por la especie conocida como los Arquitectos, tenía un posible uso bélico como arma, y de hecho los kwa la usaron como tal, y también servía como protección para impedir que una Puerta cayese en malas manos.



Una de las Puertas del Infinito.

Los kwa desarrollaron otras medidas de seguridad para impedir el uso no autorizado de las Puertas, sobre todo a partir del momento en que su civilización empezó a entrar en decadencia. Los Templos a menudo tenían trampas letales, incluyendo fosos con púas, disruptores neuronales activados con poderes de la Fuerza, y en ocasiones el peligro de que el planeta con la Puerta se colapsase dentro de la misma Puerta, junto con las lunas y mundos cercanos al activar involuntariamente un agujero negro.

Otra de las trampas era una especie animal monstruosa de guardianes conocida como whuffas, gusanos nativos de Dathomir criados y entrenados por los kwa. Eran seres que alcanzaban los 250 metros de largo, con piel marrón oscura correosa y acorazada (que se podía usar como cuerda), una masa formada casi totalmente por músculo y enormes fauces con dientes como diamantes. Pocas cosas han demostrado ser capaces de dañarles excepto los sables láser; los whuffa han aullado de dolor cuando un sable les hería en la boca, y han demostrado que su cuerpo no era inmune a ellos.

Existieron Puertas del Infinito en mundos como Dathomir, Ova, Tython y un planeta desconocido cercano a la Ascendencia Chiss en las Regiones Desconocidas; casi todas inactivas en la actualidad.


Historia


 

Nuestra historia comienza hace más de cien mil años, cuando muy pocas especies podían viajar entre las estrellas, ni mucho menos formar imperios galácticos. La primera potencia política conocida fue la especie que hoy conocemos como los Arquitectos o los Celestiales. Eran seres de inconcebible poder, de aspecto desconocido y posiblemente dúctil según los xenoarqueólogos más expertos, y de un conocimiento inconmensurable. Su tecnología podía mover planetas, construir sistemas solares y generar agujeros negros; algunos les atribuyen la creación de ingeniería de barreras para impedir el viaje hiperespacial por ciertas zonas.

A todos los efectos, los Arquitectos gobernaban la galaxia. Algunas especies inteligentes de esa época, incluyendo los cefalópodos gree, los kwa y los insectoides killiks de Alderaan, servían a los Arquitectos construyendo sus maravillas, como la Estación Punto Central del sistema Corelia. Otras especies, como los columianos y los sharu, se sintieron tan amedrentadas tras el contacto con los Arquitectos que huyeron a sus respectivos mundos de origen.

El contacto con los Arquitectos no era aparentemente directo. Los kwa habían construido pirámides para comunicarse con sus amos, usando una tecnología hoy perdida que también habían usado los sharu.



Este tipo también se llamaba el Arquitecto, pero no tenía que ver con los Arquitectos que yo digo.

Por motivos desconocidos, los Arquitectos decidieron retirarse del primer plano galáctico, desapareciendo completamente. Eso dejó a sus antiguos súbditos la ocasión de prosperar y desarrollar sus propias civilizaciones, cerca del año 100.000 ABY. Los columianos, por ejemplo, abandonaron su autoexilio, controlaron una vasta extensión de territorio y se centraron en intereses académicos.

Los gree desarrollaron maravillas tecnológicas aún hoy imposibles de reproducir conocidas como hiperpuertas, estructuras permanentes que permitían "cavar" túneles hiperespaciales entre dos puntos, y así viajar de forma casi instantánea. Los gree vincularon así varios mundos en el norte galáctico, creando el Enclave Gree.

Los kwa también forjaron un imperio prerrepublicano, los Terrenos Kwa, que cubrían mundos como Dathomir y Salin (en el sector Sprizen). Los kwa se movían usando la tecnología de Puertas del Infinito, basada en principios desarrollados por los Arquitectos, similar a las hiperpuertas kree y que requería el uso del poder de la Fuerza, llamado el poder del cosmos. Los kwa construyeron Puertas del Infinito en varios mundos, incluyendo Ova.

La puerta de la colonia kwa en Tython era la puerta primaria, que les permitía viajar a cualquier lugar aunque no hubiese una puerta de regreso allí, aunque muchos creían erróneamente que la puerta primaria estaba en Dathomir. Por supuesto, los kwa protegieron esta puerta con especial ahínco: Una barrera invisible enloquecía a todo el que intentase acceder a la Puerta sin centrar su mente en un sigilo concreto a modo de contraseña.

La expansión kwa les llevó a un conflicto territorial con los gree, pero en general los kwa consideraban su difusión como una forma de llevar la civilización a culturas más atrasadas: Los kwa, guiados por sus visiones en la Fuerza, viajaban a otros planetas para transmitir los secretos de su tecnología y del "poder del cosmos" a esas culturas. Eso hicieron, por ejemplo, con los iktotchi.



Sí, pero aparte de la tecnología avanzada, el poder del cosmos y la Puerta del Infinito: ¿Qué han hecho los kwa por nosotros?

Cerca del año 30.000 ABY, los kwa viajaron al planeta Lehon, mundo de origen de los anfibios bípedos llamados rakata. El poder del cosmos era fuerte en los sumisos rakata, así que los kwa les dieron avanzada tecnología y conocimiento para que entendiesen mejor sus capacidades. Ahí los kwa fueron malos jueces de carácter, pues no comprendieron a tiempo que la naturaleza de los rakata era malvada: Los rakata ignoraban el equilibrio de la Fuerza y sólo se impregnaban del lado oscuro. En defensa de los kwa, digamos que nunca antes habían encontrado una especie como ésa, que viviese exclusivamente para la conquista y destrucción.

En un tiempo relativamente breve, los rakata combinaron su hostilidad innata con su nuevo poder tecnológico y partieron en una campaña militar para conquistar mundos ricos en el poder de la Fuerza. Esclavizaban a sus prisioneros para usarlos como fuente de energía y alimento, y así nació el Imperio Infinito de los rakata, la primera potencia que rivalizaba con los Arquitectos en extensión y poder (aunque no en conocimiento); incluso se sugiere que los rakata tuvieron contacto más o menos directo con los Arquitectos, y que se rebelaron contra ellos. Los kwa estaban justificablemente horrorizados ante la abominación que habían ayudado a crear.

Los rakata, ahora poderosos conquistadores, exigieron a los kwa el secreto de las Puertas del Infinito. Los kwa se negaron a dárselo. Empezó una terrible guerra que podría haber durado desde el 30.000 hasta el 27.000 ABY (aunque posiblemente durase menos).



La guerra contra los rakata.

Los kwa habían construido una Puerta del Infinito en Lehon, y su primer objetivo fue destruirla antes de que los rakata pudiesen aprovecharla. Para ello, muchos kwa tuvieron que sacrificar sus vidas retrasando a los rakata; sin embargo, consiguieron su objetivo. Después de eso, los kwa decidieron destruir o desactivar la mayoría de puertas y retirarse de la galaxia hacia Dathomir y Tython. Bueno, decidieron hacerlo o fueron empujados por los constantes ataques de los kwa, que prácticamente consiguerion exterminarles.

Cerca del año 30.000 ABY, los rakata consiguieron vencer a los kwa y a los gree, en un devastador conflicto que arrasó buena parte de la galaxia; también vencieron a los killiks. Algunos historiadores especialistas como Insmot Bowen (Instituto Obroano) teorizaron que los rakata querían librarse de las especies esclavas de los Arquitectos, a las que consieraban sus rivales, antes de buscar esclavos para sí mismos.

Los kwa no se rindieron fácilmente: Desarrollaron supersoldados kwa como arma contra los rakata. Fue inútil; los rakata derrotaron a estos agentes y encerraron a algunos de ellos en sus prisiones conocidas como trampas mentales, donde permanecerían durante milenios y perderían la cordura.

La victoria rakata les permitió anexionar los Terrenos Kwa al Imperio Infinito; una vez hubieron tomado Dathomir, los rakata transportaban rancors nativos a Lehon para exhibirlos como curiosidad. Los rakata también vencieron totalmente a los gree, pero técnicamente no se quedaron su territorio.

Tython fue uno de los últimos mundos de los kwa; quizá los rakata no sabían de esta colonia. Pero incluso ese estado kwa estaba condenado a desaparecer, y los kwa de Tython, incluida A'Nang, lo sabían. Ellos desarrollaron varias medidas de precaución para asegurar que la Puerta del Infinito principal no cayese en manos rakata. A'Nang construyó un holocrón en forma de octaedro, que se activaría con su imagen en caso de que llegasen los rakata, para aconsejar a los herederos de su cultura. Los kwa de Tython también parecían estar implicados en el desarrollo de enormes naves llamadas tho yor que, después de la extinción de su cultura, viajaron por varios sistemas abduciendo a seres dotados de capacidades de la Fuerza para llevarles a Tython a que construyesen, entre los restos de las ciudades kwa, su propia civilización. Este crisol cultural se llamaría Orden Je'daii.

Aunque los rakata ya no perseguían a los kwa supervivientes, éstos seguían teniendo problemas. En un tiempo relativamente rápido, los kwa de-volucionaron en los enormes lagartos semiinteligentes llamados kwi, olvidando casi todo sobre su civilización. Viéndose condenados, los kwa sellaron las Puertas y dejaron bestias como los gusanos whuffa a modo de guardianes. Curiosamente este cambio afectó a los kwa en cualquier mundo donde estuviesen.

El motivo de esta metamorfosis es desconocido. La bruja dathomiriana Madre Talzin, en su texto Poder Salvaje, teoriza que los kwa habían ofendido a sus benefactores, los "espíritus", al construir máquinas que generaban "vacíos antinaturales" y "herían a Dathomir". Según las visones de Talzin, la represalia de los espíritus había sido enviar al Imperio Rakata y revertir a los kwa a su forma animal para que no volviesen a utilizar tecnología.



Un kwi.

Decenas de milenios después, el Imperio Infinito de los rakata seguía expandiéndose. Un líder rakata llamado Skal'nas descubrió que su especie estaba perdiendo su conexión con la Fuerza y buscó en sus leyendas la forma de restaurarla. Sus tradiciones hablaban del mundo donde los kwa habían ocultado la Puerta Primaria, y cómo ese poder les permitiría renovarles (además de dar prosperidad personal a Skal'nas, claro). Skal'nas incluso descubrió cómo romper la barrera de protección de los kwa. Sólo necesitaba encontrar el mundo en cuestión, y después conquistarlo.

La primera parte de su plan se consiguió gracias a una misión de exploración en que un sabueso esclavo, el humano llamado Xesh, llegó al planeta Tython y tuvo contacto con los Je'daii de alí, ganando la simpatía del rebelde demente Daegen Lok (víctima, por cierto, de la barrera protectora de los kwa alrededor de la Puerta del Infinito). Skal'nas se había asegurado de que Xesh llegase con amnesia para que los nativos no pudiesen rastrear a los rakata y estuviesen desprevenidos; la impresión que daba Xesh es que era el superviviente del naufragio de una nave desconocida venida de una civilización extraña.

Por entonces el bibliotecario je'daii era el zabrak Ters Sendon, que tenía acceso al holocrón de A'Nang pero no había conseguido activarlo. La alumna de Sendon, la vidente twi'lek Tasha Ryo, investigó sobre los restos mortales de un rakata, especie desconocida para ella, en el siniestro. Sendon la dirigió al holocrón, y allí una simulación de la kwa A'Nang empezó a proporcionar orientación sobre la especie, dando a entender que su llegada era presagio de catástrofe. El augurio fue elevado a los líderes je'daii, que atendieron a la señal y se prepararon para la inminente guerra contra los rakata.

Como había predicho la kwa muerta, los rakata llevaron la guerra al sistema Tython, pero los je'daii les plantaron cara y durante un año impidieron a Skal'nas acceder al único botín que codiciaba: La Puerta del Infinito. Xesh se asoció a los je'daii contra sus antiguos amos, pero fue finalmente capturado junto con Lok y, bajo tortura, reveló dónde se encontraba la Puerta del Infinito. Skal'nas preparó una operación para acceder a la Puerta y tomar el control de ella.

Skal'nas llegó a la Puerta del Infinito con Xesh como su esclavo y guardaespaldas. Les siguieron dos Je'daii que habían llamado amigo a Xesh: Daegen Lok y Shae Koda, una dathomiriana a la que Xesh había cortejado. Mientras Xesh y Koda combatieron, Skal'nas derrotó a Lok en duelo y después usó sus poderes del lado oscuro para abrir la Puerta del Infinito. Antes de cruzarla, Skal'nas hirió gravemente a Koda, ganándose la enemistad de Xesh.

Por entonces una de las bazas bélicas je'daii eran los videntes, que se anticipaban a los movimientos rakata. Los rakata utilizaron un ataque basado en el lado oscuro de la Fuerza para dejar ciegos a todos los je'daii precognitivos, tanto en el sentido literal como en relación a sus pdoeres de la Fuerza. Ryo, aún con su nueva tara, accedió al holocrón de A'Nang una vez más con la ayuda de Sendon, y la kwa ofreció su sabiduría: Existía una forma de activar el poder del tho yor contra la flota rakata, sólo en caso de que los rakata hubiesen hollado Tython, y que exigía el sacrificio voluntario de un augur. Ryo aceptó dar su vida, causando que el tho yor lanzase destructivos rayos contra las naves enemigas y a la vez destruyese, de una vez por todas, la Puerta del Infinito primaria. Skal'nas vio cómo sus sueños se hicieron pedazos antes de que Xesh acabase con su vida.

Pasaron muchos milenios. El Imperio Infinito fue finalmente derrotado. Sus ex-esclavos construyeron una civilización intergaláctica conocida como la República Galáctica, con la protección de los herederos de los je'daii, la Orden Jedi. Pese a los esfuerzos de los historiadores republicanos, el conocimiento de culturas previas al Imperio Infinito era muy limitado, y los datos sobre los kwa se confundían con la leyenda.

La República se fue expandiendo desde el Núcleo Galáctico, y tardó mucho en llegar a la periferia discal, lo que ellos llamaban las Regiones Desconocidas (Por eso las llamaban así, claro). Allí subsistían algunas tribus rakata, supervivientes primitivos del Imperio Infinito. Los rakata Makatak y Tulpaa poseían aún trampas mentales que sólo se podían abrir usando la Fuerza, un don que ellos mismos habían perdido. En su interior quedaban algunos supersoldados kwa, trastornados y tal vez los últimos de su especie que no se habían convertido en kwi.

Los kwi por su parte prosperaban en diversos mundos, sobre todo en su Dathomir originario. Ese planeta carecía de formas de vida inteligentes, hasta que la República decidió exiliar allí a varios humanos, principalmente acusados de delitos. Los humanos afincados en Dathomir acabaron desarrollando una cultura matriarcal de usuarios de la Fuerza, sobre todo del lado oscuro. Los kwi contemplaban a sus nuevos vecinos con el desinterés propio de las bestias ignorantes.

En el año 32 ABY, la nave pirata Mazo Aleatorio al mando de Opun Mcgrrrr quedó varada cerca de un agujero negro que emitía una radiación específica que inutilizaba su tecnología hiperespacial, probablemente aectando la curvatura del espaciotiempo. Esto no era un evento totalmente aleatorio: El lord sith Darth Sidious había manipulado la zona para que cualquier nave encallase allí. Sidious sabía que había un Templo Estelar en la zona con una Puerta del Infinito, y deseaba que algunas personas lo encontrasen. Mcgrrrr y su gente no eran exactamente los más adecuados, así que simplemente echaron raíces en ese lugar, analizaron los mundos accesibles, y se aseguraron de reclutar a quienes, como ellos, se quedasen atascados en esa zona del espacio.

En el año 31 ABY, la República había puesto en cuarentena el planeta Dathomir ante el creciente peligro que presentaban sus brujas. Una hermana de la noche local, la Madre Zalem, estaba descontenta con ese cautiverio. Cuando su clan descubrió la Puerta del Infinito de Dathomir enterrada, empezaron a buscar el modo de utilizarla para lanzar una Onda del Infinito que destruyese la capital republicana, Coruscant. Como quiera que la Puerta estaba enterrada, Zalem organizó que los esclavos de su clan excavasen un acceso; ésa era una tarea peligrosa porque activaba las defensas del Templo, incluyendo ataques de los gusanos, además de provocar colapsos y terremotos.

Zalem tenía avanzados conocimientos sobre la historia de los kwa, y esperaba encontrar controles que reaccionasen sólo ante la composición genética de los kwa. Ella sabía además que los kwis eran descendientes de los kwa y que podrían tener suficiente compatibilidad para alcanzar un éxito limitado. Así, Zalem hizo enjaular a los kwis y designó a brutales guardias que los mantuviesen bajo control con correas, pistolas de choque y armas de energía llamadas filos de fuego para cortarles las zarpas y usarlas sin el resto del kwi. Posterior análisis de la maquinaria demostró que Zalem debía usar zarpas conectadas a un kwi vivo, así que ella hizo que sus guardias quitasen la tapa de los sesos de los kwis, manteniendo sus cerebros al aire para conectarles a electrodos y así torturarles en el momento. Este último proceso reducía la esperanza de vida del kwi a meros minutos. El uso de controlado de kwis en el experimento diezmó la población de la especie.



La Madre Zalem y su séquito, con un kwi torturado y humillado a la izquierda de la imagen.

Mientras tanto, los xenoarqueólogos sullustanos Parv Dijj y el Profesor Groob encontraron el templo kwa en el planeta Ova, no sin burlar sus trampas y sus gusanos whuffa. Siendo también expertos en historia antigua, ellos comprendieron rápidamente la naturaleza de su hallazgo y viajaron a Coruscant a informar aL Consejo Jedi en una decisión muy afortunada.

Inmediatamente después, las brujas de Zalem activaron una protección en la Puerta de Dathomir que creó lanzó una onda a la puerta de Ova. Literalmente, el planeta Ova se desvaneció en un mínimo agujero negro, llevándose consigo al menos una nave espacial en la zona y provocando distorsiones gravitacionales intensas en esa zona del espacio que impidieron el viaje espacial por allí durante horas.

El Consejo Jedi sospechaba que las brujas de Dathomir estaban implicadas en el desastre de Ova a través de las Puertas del Infinito kwa. Los maestros Mace Windu y Saesee Tiin enviaron al maestro jedi kiffar Quinlan Vos a Dathomir a investigar de incógnito. Durante su misión, Vos fue esclavizado por las brujas y confranternizó con su colega cautivo givin Yag Sushin. También conoció a la ambiciosa hija de Zalem, Ros Lai, que mantenía en secreto sus grandes poderes mientras esperaba que Zalem abriese la Puerta. Ros Lai planeaba asesinar entonces a Zalem y ocupar su puesto como tirana galáctica.

En un intento de acceder a la Puerta, las brujas dispararon un torpedo a un whuffa, redirigiéndole a la superficie en la zona donde los esclavos trabajaban. Para protegerles, Vos tuvo que matar al animal, discretamente atravesando el cerebro de la bestia con su sable láser. En pago, Zalem ascendió a Vos y a Sushin a cuidadores de kwi.

Cuando Vos vio las condiciones inhumanas en que los kwi eran tratados, se enfrentó verbal y físicamente a los carniceros; Sushin le siguió en combate. Vos liberó a todos los kwis de sus jaulas mientras pedía a Sushin que consiguiese una nave espacial. Uno de los kwi se acercó a Vos y se comunicó con él, en parte gracias a los poderes sicosométricos del jedi. El kwi explicó a Vos que, como éste había matado a un guardián whuffa, ahora Vos debía reemplazarle como nuevo guardián. El nuevo rol quedó marcado en Vos, lo cual le permitiría operar la maquinaria kwa de la Puerta.

Poco después, Vos descubrió el secreto de Ros Lai e, involuntariamente, la reveló ante Zalem. Además, las brujas recapturaron a casi todos los kwi que Vos había liberado y alteraron la onda del infinito de Ova para que impidiese el viaje espacial en el cuadrante del espacio de Dathomir. Las brujas también capturaron a Vos, que estaba buscando a Sushin y teniendo visiones. Llevado ante Zalem, Vos acusó a su enemiga de torturar seres indefensos y de manipular una tecnología que iba a destruir el planeta.

Ros Lai entonces reclutó a Sushin y su nave cavadora. Juntos rescataron a Vos y huyeron de las brujas, fingiendo además que habían sido destruidos en la persecución.

Creyéndose a salvo, las brujas y sus "mascotas" kwi intentaron acceder a la Puerta, enfrentándose sólo a las trampas dejadas por los kwa, por ejemplo accesos que se cerraban rápidamente y que impedían el paso a quienes no tuviesen poderes de la Fuerza. Vos y sus amigos les siguieron; Sushin fue abatido en una escaramuza y no pudieron impedir que Zalem y su gente accediesen a los controles de la Puerta. Zalem ordenó a un reacio kwi que pusiese su pata en los controles de activación del sistema. Ella tuvo que electrocutar a la criatura hasta que ésta claudicó, y murió inmediatamente después de obedecer. Zalem estaba interesada sólo en la nueva ola, que en una hora arrasaría Coruscant.

Ros Lai entró entonces con Vos como su supuesto prisionero y fingió matarle para ganarse la confianza de Zalem; eso le dio ocasión de matar a su madre. Zalem entonces tomó el control de las brujas como jefa del clan, y las lanzó contra Vos. Vos usó sus poderes para activar medidas defensivas kwa en los muros; él sintió la energía de los kwa recorriéndole mientras activaba armas ocultas que lanzaban letales rayos azules contra las brujas. Vos lanzó un rayo sólo aturdidor contra Ros Lai, y entonces operó los controles para salvar Coruscant; la maquinaria kwa le reconoció como guardián y autorizó sus comandos. La onda regresó a Dathomir y dañó la Puerta hasta dejarla inerte.

Después de esta misión, Dathomir siguió en cuarentena y aún más: el Consejo Jedi ordenó restringir los datos navegacionales de ese mundo para impedir que tales secretos cayesen en malas manos. La Orden restringió el conocimiento de los detalles como información clasificada y sólo eran informados los jedi, incluyendo aprendices. Varios jedi investigaron en más profundidad sobre los kwa, descubriendo algunos Templos Estelares protegidos por trampas ocultas y feroces monstruos; y, más importante todavía, las acciones de Quinlan Vos habían dejado las otras puertas inoperativas, no importa en qué mundo estuviesen.

Un enemigo de la Orden Jedi era Darth Sidious, lord del sith. Sidious estaba informado de las actividades de Zalem y teorizó que las Puertas podían ser reactivadas. Él deseaba hacerse con la tecnología teleportadora de los kwa y mapearla, según redactó en su biografía secreta El Libro de los Sith (que años después caerían en manos de una Nueva Orden Jedi).

En cuanto a los restos del Templo kwa de Dathomir, fueron saqueados por las hermanas de la noche y después abandonados en ruinas. Hasta el año 18-17 abY, la bruja zabrak-humana Magash Drashi, del Clan de la Montaña Cantarina, visitaba los restos del templo en busca de algún vestigio de conocimiento arcano que las carroñeras hubiesen pasado por alto, pero sobre todo para meditar; una vez llevó allí a su aliado jedi Jax Pavan.

Pero me estoy adelantando. Las herederas de Zalem eran inclementes y se sospechaba que tomaron represalias contra los kwi tras ese fracaso. Los viajeros que fueron después a Dathomir no encontraron rastro de los kwi, sino sólo de una especie de lagarots azules semiinteligetnes más grandes, el Pueblo Azul del Desierto. Los kwis sobrevivieron dispersos en otros mundos.

Un año después, en 30 ABY, los xenoarqueólogos sullustanos que habían descubierto Ova, ahora trabajando para la Universidad de Ketaris, exploraron la zona de las Regiones Desconocidas donde había quedado varada la nave Mazo Aleatorio. La banda de Mcgrrrr rescató a los sullustanos y les ofrecieron puestos en su tripulación; ellos rechazaron tal oferta, siendo los únicos que hicieron tal cosa en una década. Mcgrrrr dejó a los sullustanos en un mundo cercano que llamaron Luna Saqueo para que cultivasen cosechas y realizasen mantenimiento naval, además de dedicarse a su ocupación favorita: Xenoarqueología. Concretamente xenoarqueología de un templo kwa.

Al poco de llegar, los sullustanos encontraron un edificio piramidal parcialmente colapsado, ilustrado con glifos de alienígenas, reptiles y tecnología. Los sullustanos pronto concluyeron que estaban ante un Templo Estelar Kwa, que dataron en más de cien milenios de edad. Los restos fosilizados de whuffas reforzaron su hipótesis; los sullustanos concluyeron que no había whuffas vivos, pero en realidad una veintena de whuffas estaban ocultos, esperando por si aparecía un potencial usuario de la Puerta. Los xenoarqueólogos interpretaron los glifos como una indicación de que sólo un usuario de la Fuerza podría operar su tecnología, e incluso encontraron una ruta subterránea que les permitía llegar, en swoop, hasta una sala de control para activar la Puerta, con un pórtico triangular. Los sullustanos concluyeron que, si la Puerta era activada con los controles para extremidades kwa, aparecería un portal hiperespacial que les permitiría huir del planeta.



Los controles de la tecnología kwi estaban ergonómicamente adaptados para sus manos.
Los usuarios de la Fuerza hacen un saludo vulcaniano para usarlos.

Pero ni Groob ni Mcgrrrr tenían usuarios de la Fuerza entre sus activos, y se vieron obligados a esperar que alguno apareciese por casualidad.
Pasaron los años. Groob y Diij tuvieron una hija, Ulsee.

En el año 22 ABY, en plena Guerra Clon, un jedi cayó en manos de Mcgrrr. Era el comandante jedi chiss Nuru Kungurama, que viajaba en la nave Arpía Feliz con su capitana Lalo Gunn, cuatro soldados clónicos, el droide Cleaver y su invitada chiss Veeren. Al descubrir que Kungurama era un jedi, Mcgrrrr le llevó ante los sullustanos. Groob guió a todo el equipo hasta los controles… y su presencia allí despertó a los whuffas. Una masiva bestia agujereó la pared, exhibiendo sus terribles dientes y su musculatura mientras intentaba zamparse a Veeren; Kungurama intentó protegerla, sólo para ser devorado con ella. Uno de los piratas de Mcgrrrr, el trandoshano Bossk, disparó en vano a la criatura; pero Kungurama la rajó desde dentro con su sable y emergió con su compañera de ordalía. Ante el cadáver del monstruo, Groob teorizó correctamente el motivo por el que no había visto ninguno antes.

Entonces aparecieron las otras dos decenas de whuffas. Kungurama hizo que Groob le llevase hasta los controles; el grupo corrió hacia allí, con Cleaver en la cola. Kungurama era reacio a poner su mano de humanoide en un hueco claramente ideado par aotra especie, pero Groob insistió y de hecho le agarró para obligarle a hacerlo. Eso activó todo el sistema. Groob guió a Kungurama diciéndole qué palancas y botones debía mover para activar la Puerta y, cuando acabaron, dio la señal de que todos debían volver a sus naves. El whuffa muerto bloqueaba la salida, pero los otros whuffas le empujaron para dejar paso porque también les estaba estorbando. Kungurama tuvo que herir a varios whuffas antes de que pudiesen abordar, y sólo la telekinesis del jedi les permitió llevar consigo al droide. El portal hiperespacial estaba, de forma muy extraña, al final de la plataforma de aterrizaje, y les dejó a todos en una zona del Espacio Chiss de donde Kungurama había venido.

Sidious demostró tener razón: Una Puerta del Infinito de los kwa, en Luna Saqueo, volvía a estar activa. Sidious tenía razón en muchas otras cosas y por eso consiguió manipular los eventos para llegar a ser nombrado Emperador de la galaxia, bajo su otro nombre Palpatine, en 19 abY. La República fue reemplazada por el Imperio Galáctico y la Orden Jedi fue aniquilada.

El Imperio tenía sus intereses a la hora de investigar a los kwa. En 1 abY, el especialista en historia prerrepublicana Insmot Bowen, del Instituto Obroano, presentó y defendió un informe detallado sobre los kwa y otras potencias de la época ante el Maestro de Proyectos Imperiales Bevel Lemelisk, el Almirante Conan Antonio Motti y el General Arhul Kurumenga del Departamento de Investigación Militar. Según la transcripción de la reunión, algunas conclusiones de Bowen fueron consideradas demasiado audaces.

En 1 DBY, poco después de la batalla de Yavin, se filtró a la HoloRed información sobre un laboratorio oculto de biogenética controlado por geonosianos donde se realizaban experimentos con animales para darles horribles poderes con diversos fines. Según estos datos, los geonosianos mutaban kwis para darles poderes de la Fuerza y proporcionarlos a usuarios del lado oscuro como sicarios. Sin embargo, un terremoto había comprometido la integridad de la base y su secreto, liberando a los animales cautivos. Con las medidas de seguridad automáticas inactivas u operando ineficientemente, y la estructura a punto de desmoronarse, la guarida pasó a atraer a cazadores de tesoros variados que buscaban beneficio rápido.

Aunque el emperador murió en 4 DBY, el planeta Dathomir se mantuvo bajo control imperial durante varios años como parte del territorio del Señor de la Guerra Zsinj. Éste mantuvo el bloqueo planetario impuesto para controlar la amenaza de las brujas locales, con estrictos controles sobre quién podía aterrizar (y más importante, despegar). Pese a ello, en 8 dbY, varias personas se infiltraron en Dathomir sin la aprobación de Zsinj. Entre ellos estaban el príncipe hapano Isolder, que buscaba a su prometida; el jedi Luke Skywalker, acompañando a Isolder; y el droide de éste, R2-D2. El grupo posó su caza My'til en el desierto, dañándolo en el proceso; sin vehículo, planeaban caminar más de cien kilómetros en dirección a las montañas. Después su plan cambió.

Providencialmente el grupo topó con una manada del Pueblo Azul del Desierto, que realizaban su recorrido diario desde sus madrigueras al lecho de los ríos montañosos. Skywalker se comunicó con uno de los kwis gracias a que ambos utilizaban la Fuerza, y llegó a un acuerdo con ese animal para que el Pueblo Azul llevase a los alienígenas hasta cerca de su destino. La negociación duró tanto que el resto de kwis continuaron su camino, dejando varado a este pobre animal en una zona sin agua; Skywalker ofreció sus reservas de agua al kwi. Skywalker comprendió que el PueblO Azul no era exactamente inteligente como los humanos, sino que eran sabios de una manera diferente. Al día siguiente, cuando la manada volvía a pasar por allí, el kwi se comunicó con otros animales y todo el grupo alienígena tuvo monturas, aunque sólo hasta el lugar de destino de los kwis.

Este encuentro con una especie fuerte en la Fuerza fue relevant para Skywalker: Poco tiempo después, durante su aventura en Dathomir, Skywalker fue malherido y tuvo visiones. Una de éstas incluía a uno de los kwis alzando su cabeza y mirando de frente a Skywalker, a través de kilómetros, para ofrecerle su apoyo y su confianza en su recuperación. Efectivamente, Skywalker logró curarse.

Skywalker y sus amigos estaban asociados con el gobierno de la Nueva República. Tras la épica de Dathomir, en la que el statu quo galáctico se tambaleó (por ejemplo con la muerte de Zsinj), Inteligencia de la Nueva República analizó Dathomir y todos los aspectos relacionados, incluyendo al Pueblo azul en el Archivo de Seguridad de INR número 988899:99. Un informe del Coronel Doctor Ephri Norz, del Cuerpo de Reconocimiento de la Nueva República, incluía una imagen etiquetada como Pubelo Azul del Desierto. Se trataba de un reptil antropoide y claramente bípedo, con piernas traseras con doble articulación, pero con brazos superiores manipuladores, una mandíbula alargada en forma de pico y una cresta en la parte trasera de la cabeza. Se sospecha que es una interpretación artística dibujada por Norz o uno de sus subordinados a partir de información incompleta.



Un kwi según Inteligencia de la Nueva República, que debería
llamarse Mucha Imaginación de la Nueva República.

Cuando llegó 23 DBY, Tenel Ka Djo, hija de Isolder y de una bruja dathomirana, y estudiante de la Fuerza bajo la docencia de Luke Skywalker, estaba familiarizada con el Pueblo Azul del Desierto. Ella conocía las costumbres de estos seres y los respetaba. Ese año, Tenel Ka y Skywalker visitaron Dathomir en la nave Casualidad y sobrevolar a una manada del Pueblo Azul. Skywalker contó a Tenel Ka cómo había cabalgado a uno de ellos, y ella se sintió impresionada: Ella consideraba que el Pueblo Azul había concedido a Skywalker un gran honor.

En 36 DBY, la potencia galáctica dominante era la Federación Galáctica d Alianzas Libres. El Archivista Emérito del Consejo Histórico, Voren Na'al, escribió una detallada crónica histórica del universo que empezaba en el Imperio Infinito de los Rakata, mencionando a los kwa en el proceso. Na'al reconoció que para entonces se conocían pocos detalless obre las potencias previas a la República.

En esa época, los aprendices de la Nueva Orden Jedi aprendían algo de historia sobre los kwa y otros seres del mismo periodo en sus clases de la Academia. A menudo esta información era medio olvidada en tanto no resultaba especialmente útil en la vida diaria de un jedi.


Kwa (y Kwis) Notorios


 

La montura de Luke Skywalker: Esta hembra kwi tenía el cuerpo cubierto de escamas azules iridiscentes que se acercaban al color lavanda sobre la cabeza cuando le daba la luz. Tenía también ojos rojos como la sangre, dientes negros con forma de pica y, como muchos otros kwis, aliento almicleño y larga lengua negra.

Los kwis, por entonces autodenominados el Pueblo Azul del Desierto, eran bípedos de inteligencia limitada que vivían en manadas y cada anochecer recorrían un desierto de ochenta kilómetros desde sus seguras madrigueras hasta las llanuras fértiles, donde se alimentaban de vegetales; y cada amanecer hacían el camino inverso para eludir las zonas llenas de depredadores. En el año 8 dbY, esa rutina se rompió.

Esta hembra kwi acompañaba al resto de su manada, de unos cien individuos, corriendo por el territorio. Saltó una grieta, tropezó y casi chocó con un humano que también peregrinaba por la misma zona por sus propios motivos. La kwi recuperó el equilibrio usando sus pequeñas patas delanteras, pero en vez de continuar su carrera, se interesó por el extraño, mirándole jadeante desde unos 3.6 metros de distancia mientras sus colegas huían. El humano intentó comunicarse con la kwi usando un lenguaje corporal manso y capacidades de la Fuerza como las de los antepasados de los kwis. El animal olisqueó la mano extendida del humano y consiguió comunicar sus intenciones al humano, y viceversa.

El extraño era el maestro jedi Luke Skywalker, que deseaba atravesar el desierto en busca de su hermana desapercida. Le acompañaban su fiel droide R2-D2 y su amigo el también humano Príncipe Isolder de Hapes, prometido de ella. La kwi sólo deseaba acceder a zonas con agua. Skywalker, comprendiendo que había echado por tierra el horario del animal, le entregó sus reservas de agua para que, por un día, pudiese obviar el viaje.

Sin palabras, Skywalker convenció a la kwi para que les ayudase. Al día siguiente, la kwi reclutaría a algún otro kwi para que el grupo de Skywalker tuviese monturas y atravesase el desierto rápidamente. Skywalker explicó esto a Isolder, y el grupo pernoctó junto con el animal. La kwi eligió dormir con la cabeza apoyada en el suelo, lo que le permitía oler los pies de Skywalker.

Cuando volvió a anochecer, la kwi convocó a su manada profiriendo un sonido similar a un bocinazo. Los otros kwis se reunieron a su alrededor, pero ninguno parecía dispuesto a partir hasta que el sol se hubiese puesto completamente. Mientras tanto, Skywalker, Isolder y R2-D2 se ahorcajaron sobre sendas cabalgaduras. La estampida comenzó después, sin aviso.

Los kwis dejaron al grupo en un ancho río embarrado al otro lado del desierto, el destino de su grupo. Isolder estaba algo confuso por esta forma de proceder y sólo a regañadientes aceptó no obligar a los kwis, a quienes consideraba bestias insensatas, a que no les llevasen durante el resto de su camino.


A'Nang


 

A'Nang era una kwa que vivió y murió en los tiempos del Imperio Infinito, milenios antes de la República Galáctica.

Sabemos poco de la vida propiamente dicha de A'Nang. Ella fabricó un holocrón para almacenar su sabiduría y conocimiento, con una imagen tridimensional e interactiva de la propia A'Nang sirviendo de guía e interfaz, que en principio se debía comportar como la auténtica A'Nang.

A'Nang conocía los orígenes del Imperio Infinito: En tiempos muy antiguos, los kwa viajaban por la galaxia usando las Puertas del Infinito, una avanzadísima tecnología que aprovechaba los poderes de la Fuerza (o "el poder del cosmos", como decían los kwa) de los usuarios. Los kwa viajaron a varios mundos e instruyeron a sus primitivos nativos en la Fuerza. Entre los aprendices de los kwa estuvieron los rakata, una especie reptiliana agresiva por naturaleza que tendía al mal y que usó sus poderes sólo para atacar a otros seres.

Los kwa tenían una colonia en el planeta Tython, donde estaba la Puerta del Infinito principal que permitía viajar a cualquier lugar. A'Nang y otros varios kwa se quedaron en Tython para protegerlo hasta el fin. Los kwa construyeron una serie de medidas de protección alrededor de la Puerta para dificultar el acceso accidental a ésta, y prepararon o reaprovecharon un sistema defensivo basado en enormes naves octaédricas conocidas como "tho yor". La defensa más avanzada exigía el uso de un holocrón de uno de los kwa de Tython (A'Nang fabricó uno de éstos) y el sacrificio de un vidente con poderes de la Fuerza. Si se utilizaba, la Puerta del Infinito sería destruida mientras emitía un rayo de energía a la nave tho yor par que lo amplificase y lo redirigiese contra el enemigo.

A'Nang, que saludaba deseando paz a su interlocutor, se describía a sí misma como la última de los kwa de Tython. No está claro cuán literal era en esto.

Pasaron cientos de siglos. Los kwa fueron totalmente exterminados; sus descendientes devolucionaron en meras bestias. Los rakata extendieron su Imperio Infinito pero no alcazaron Tython. En vez de eso, las tho yor se distribuyeron por muchos mundos, abduciendo a usuarios de la Fuerza de varias especies para llevarles a Tython y que lo colonizasen. Tython se convirtió en la base de una nueva comunidad llamda Orden Je'daii. Los Je'daii utilizaban una biblioteca en la zona de Kaleth que llevaba allí diez mil años y podría haber sido construida por los kwa. Un archivero Je'daii, el zabrak Ters Sendon, encontró el holocrón de A'Nang y lo estudió, aunque fue incapaz de activarlo. Lo utilizó sólo para meditar.



A'Nang apareciendo en su holocrón.

Finalmente, los rakata encontraron Tython, aunque su primera nave se estrelló. La joven Je'daii twi'lek Tasha Ryo, que aprendía bajo la tutela de Sendon en la biblioteca, buscaba información sobre la calavera de una especie desconocida hasta entonces (Sí, un rakata). Sendon llevó a Ryo hasta el holocrón de A'Nang para que ella meditase, y el holocrón se abrió ante Ryo por primera vez.

A'Nang explicó la historia de su pueblo y reconoció que el holocrón sólo se podía activar si se encontraban ante una crisis de gran magnitud. Sendon le habló de la colisión de una nave extraña, de un torrente de energía oscura y de una tormenta de fuerza que casi destruyó su civilización, pero A'Nang no mostró interés. Cuando Ryo exhibió el hueso, empero, una asustada A'Nang huyó de la reunión gritando la palabra rakata.

Ryo y Sendon reportaron el informe de A'Nang a su superior el maestro Ketu en el Templo de Akar Kesh; Ketu, a su vez, había invitado al retirado maestro Rajivari. Rajivari invocó a A'Nang y la interrogó sobre los rakata; A'Nang a desgana lo explicó. Ketu concluyó que las visiones proféticas y apocalípticas del Je'daii demente Daegen Lok sobre una guerra se estaban haciendo realidad. Eso permitió a los Je'daii empezar los preparativos bélicos para cuando invadiesen los rakata.

Durante un año, los Je'daii combatieron a los rakata por todo el sistema planetario, impidiendo que los invasores tomasen el planeta Tython. Finalmente, los rakata hollaron ese mundo. Ryo y Sendon meditaron en el templo de Anil Kesh con el Holocrón de A'Nang, y la guardiana del holocrón se presentó. Sendon explicó la situación, y entonces A'Nang decidió que era el momento de que "se cumpliese el propósito de este holocrón" y "Tython despertase". Sendon no entendía sus palabras, pero la perspicaz Ryo sí lo hizo.

A'Nang pidió a sus asociados Ryo y Sendon que llevasen el holocrón al nivel más profundo de Anil Kesh, donde les explicó el procedimiento. Ryo explicó, sin embargo, que los rakata habían usado un arma contra todos los vidente Je'daii, dejándoles ciegos a la Fuerza y a la luz. A'Nang desestimó esta tara: La Fuerza seguía allí, aunque esas personas no pudiesen percibir la conexión. Solicitó el sacrificio; Sendon se ofreció, pero fue rechazado por no tener la capacidad precognitiva. Ryo, voluntariamente y confiando en las palabras de A'Nang, saltó al vacío para activar la defensa final contra los rakata. Antes de expirar, ella recuperó su visión y sus poderes de la Fuerza, e incluso descubrió quién había creado los tho yor y porqué (aunque, lamentablemente, no pudo comunicarlo para los historiadores). Siguiendo el plan de los kwa, el tho yor destruyó la flota enemiga rakata y privó a los supervivientes de la reliquia que ansiaban.

El holocrón de A'Nang permaneció en manos de Sendon en el planeta Tython.


Curiosidades


 

Los kwi aparecen por primera vez en la novela El Cortejo de la Princesa Leia (1994, Dave Wolverton). El infame Cracken's Threat Dossier (1997, Drew Campbell, et al.), libro de rol para el juego de West End Games, incluye estadísticas de juego para la especie y un dibujo que no se corresponde con el resto de la continuidad, y que se puede achacar a que el personal del General Cracken no se ha lucido en este caso.

Los kwa son mencionados por primera vez en el libro Young Jedi Knights: Shadow Academy (1995, Kevin J. Anderson).

Según la página 60 de The Essential Atlas (2009, Jason Fry y Daniel Wallace), el planeta Felucia tiene una ciudad llamada Kway Teow, aparentemente sin relación con los kwa.

The Star Wars Fact Files Nº 139 (DeAgostini) describe a los kwa como una especie extragaláctica. Este dato no está soportado por ninguna otra fuente, así que he decidido no incluirlo de momento en el artículo.

The Complete Star Wars Encyclopedia (2008, vv.aa.) tiene un artículo sobre el Pueblo Azul del Desierto que dice únicamente "Ver Kwi". No tiene, sin embargo, un artículo sobre los kwi, lo cual resulta como mínimo curioso.



© S I T H N E T

Sección creada por Skippy Farlstendoiro y Al Noah para SithNET
Prohibida la reproducción total o parcial sin el consentimiento de los autores.

Aquí puedes encontrar todas las fuentes consultadas en la elaboración de este artículo.

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