LOS UKIANOS

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Los Ukianos


 
"Destructor Estelar imperial Quimera, soy Tol dosLla, del gobierno ukiano. Solicitamos que cesen el bombardeo de Ukio hasta que hayamos discutido las condiciones de la rendición" (Tol dosLla)

Los larguiruchos y realistas ukianos eran expertos en producir alimento en su agrimundo natal Ukio, pero conocían sus propias limitaciones en el ámbito militar. Pese a que contaban con un avanzado sistema defensivo, Ukio fue sede de importantes batallas tanto durante las Guerras Clon como en la era de la Nueva República. Pas y conoce a la especie ukiana.

El sector Abrion contenía muchos mundos agrícolamente ricos, incluyendo más de doscientos agrimundos. Era llamado informalmente la cesta de pan de la República, un apelativo que también recibió el planeta Ukio.

El agrimundo Ukio, primario en el sistema homónimo, no era la capital sectorial; ese honor se lo llevaba Abrion Mayor. Ukio era sin embargo un planeta importante por su ubicación, ubicado en la Ruta de Comercio Triellus y también en la Ruta Mercante Manda, específicamente entre Rishi y Molavar. Pese a ello, Ukio era percibido como un planeta agradable y remoto.

Ukio era un planeta grande tipo terrestre, muy adaptado para la vida en sus formas más extendidas: La atmósfera era respirable para los humanos, la hidrosfera era moderada, el clima era tranquilo y templado, y la gravedad era de un 80% del estándar. El terreno era principalmente llano, cubierto de hierba y colinas plagadas de árboles y cultivos. Los vientos eran suaves, y la mínima inclinación axial y rotación (El día era de sólo 22 horas estándar pese al tamaño del planeta, y el año tenía 357 días locales) hacía que casi no hubiese cambios estacionales.

Tres continentes principales cubrían la superficie, cortados por cientos de corrientes de agua que proporcionaban irrigación natural. Usando tecnologías contemporáneas, los nativos habían recanalizado y redirigido estos ríos para proporcionar el líquido elemento en mejores condiciones.

Los nativos ukianos eran delgados humanoides antropomorfos con brazos largos, desproporcionadamente largos, terminados en manos de cinco dedos. Un ukiano adulto medía entre 1.6 y 2 metros de altura. Parecían desmañados, dando la impresión de que las extremidades estaban unidas a los cuerpos equivocados; y de hecho se movían mucho más despacio que un humano. Eran, empero, impresionantemente fuertes sobre todo para ser tan esbeltos.



Ukiano

La piel de un ukiano era en general verde, aunque también había sujetos con piel rosada o anaranjada. Carecían de cabello en general, si bien al menos un ukiano mostraba vello facial negro.

La cabeza estaba en el extremo de un cuello alargado y horizontal, similar al de algunos rumiantes. Los ukianos no tenían orejas ni nariz visibles, aunque sí los orificios. Sus ojos, delgados y similares a hendeduras, solían ser rojos, aunque el color azul claro también era posible. La boca era similar a la humana, con dientes y lengua, así como capaz de hablar el idioma Básico y de suspirar.


Cultura


 

Los ukianos eran la única especie inteligente que había evolucionado en Ukio, aunque el planeta tenía también una minoría de habitantes humanos. Como muchas especies, los ukianos utilizaban ropa y los complementos habituales del estilo bastones, anteojos, etcétera.

Los ukianos eran seres inteligentes y tecnológicamente avanzados, con acceso a todo tipo de aparatos que importaban de otros sistemas, y a personal cualificado para operarlos. Su forma humanoide les permitía utilizar los recursos estándar, como un teclado, gafas protectoras o una silla de mando. Su mundo tenía un moderno puerto espacial y estaba rodeado por la Red de Satélites Ukianos, que informaba de las naves que se acercaban.

Los ukianos eran percibidos como una especie muy pragmática, aunque también dotada de sentido del humor. Se encontraban objetivamente entre las especies más amables de la galaxia.

La cultura ukiana tenía mucha relación con el hecho de que Ukio era un mundo agrícola. Eso permeaba casi todos los aspectos de su vida: Sus tradiciones agrarias estaban muy arraigadas, y la mayoría de ukianos dedicaban su tiempo a cultivar y a organizar sus cosechas. No en vano los ukianos estaban entre los más eficientes granjeros y horticultores de la galaxia. Los cultivos incluían el grano llamado burrmillet y la ganadería contaba con eopies y con los enormes e inofensivos gigauns, que los trabajadores llamaban "cabezas de hacha". Las llamadas subsónicas de los gigauns hacían germinar a las semillas durante la estación de migración.

En Ukio, abundaban las granjas y prados productoras de comida, al menos en tiempos de la Nueva República. Muchos ukianos poseían grandes complejos de granja dirigidos por el Despacho de Labranza Ukiano, aunque los alienígenas también podían comprar tierra en Ukio, o incluso comprar acciones públicas del planeta, que cotizaba en bolsa.

Ukio era un mundo exportador de alimento, y muchos de sus platos se podían ver en otros planetas: La delicia de vaina de fruta de primavera de Ukio era servida (o al menos olida) en el Café Farrimmer, en la Estación Espacial Mynock 7. La sopa ukiana de cola de torbull era servida con queso rojo neonano y pan recién horneado en el menú del safari anual de Casas Nobles y grandes empresas en Vor-cal, en el sector Tapani. Los profiteroles de Ukio, un postre dulce creado en el sistema, también eran vistos en otros mundos: Se hacían con pastas de hojaldre recubiertas con salsa ganache de caramelo.



Ukiano con herramienta de labranza

Todos los ukianos sentían una aversión cultural hacia aquellos eventos percibidos como imposibles: Cuando se enfrentaban a situaciones muy distintas a su rutina, se sentían especialmente agitados y asustados. Cuando otra persona conseguía realizar una proeza inverosímil, los ukianos sucumbían al pánico. Esta fobia innata se podía percibir ante un detallado estudio de la civilización ukiana, por ejemplo a través de su arte. A lo largo de su historia, líderes militares y corporativos se han aprovechado de esta debilidad para poner en desventaja a los ukianos.

Los ukianos vivían en una monarquía, con un Señor Feudal Supremo gobernando el planeta. Curiosamente, este puesto era electo, con un mandato que duraba una década y que tradicionalmente se ofrecía al ukiano con la cosecha más productiva en la década que acababa de terminar. La responsabilidad del Señor Supremo incluía detreminar los cultivos y producciones de cada comunidad, buscar formas de mejorar la producción total planetaria, y firmar la paz en caso de conflicto. Este monarca podía ser despedido antes de que terminase su vigencia, pero sólo por los accionistas mayoritarios del planeta.

Como Ukio era un mundo agrícola, el Estado mantenía un control estricto sobre ese aspecto de su economía: La ley exigía procedimientos de rotación de cultivo, y el gobierno era previsor en aspectos relativos a agotar el terreno cultivable. Al mismo tiempo, los ukios, también considerados con su ecosistema, cuidaban de sus propias tierras.

La protección del planeta Ukio incluía un sistema de escudo protector, una concha azul formada por hexágonos que rodeaba el planeta a cincuenta kilómetros de la superficie. En 9 DBY, Ukio tenía treinta generadores de escudos en tierra, superponiendo los campos. Controladores aeroespaciales abría pequeñas brechas temporales para que entrasen y saliesen naves con autorización.

Pocas se iban cargadas de ukianos: Muy pocos seres de esta especie dejaban su mundo natal, y los que lo hacían, en general se dedicaban a la agricultura en otros planetas. Algunos humanos nativos de Ukio, sin embargo, elegían irse y dedicarse a profesiones distintas: En tiempos de la Guerra Civil Galáctica, el humano ukiano Janse abandonó su mundo y trabajó como evaluador de diseño de armas para BlasTech antes de unirse a la Alianza Rebelde como francotirador y explorador. Otro humano de Ukio, Oberk, llegó a ser explorador militar y piloto de moto-jet para el Imperio. Ambos participaron en la batalla de Endor, en bandos distintos.


Historia


 

El planeta Ukio, donde había evolucionado la especie y cultura ukianas, fue descubierto por la República y entró en la comunidad galáctica en algún momento entre los años 15.000 y 8.000 ABY.

Ukio era un mundo óptimo para el cultivo de alimentos, aprovechando que la estación de cultivo era casi constante. El planeta fue convertido en un centro de producción de alimento. Los granjeros ukianos pasaron décadas trabajando su tierra cultivable y desarrollaron un sistema científico que optimizase sus cosechas, y una legislación para asegurar los procedimientos de rotación de cultivo y barbecho, de modo que no se agotasen los recursos. Al mismo tiempo, los sistemas de campo fueron diseñados y cultivados cuidadosamente para asegurar la máxima producción.

Pronto, Ukio se convirtió en uno de los agrimundos más famosos y eficientes del sector Abrion, que en sí mismo contenía muchos otros agrimundos. Ukio seguía dentro de la galaxia conocida durante la Gran Guerra Sith (4.000-3.996 ABY) y los conflictos derivados (hasta 3.956 ABY), no siendo especialmente afectado por ello.

Durante las Nuevas Guerras Sith (c. 2.000-1.000 ABY), la República Galáctica y la Orden Jedi se enfrentaban a las fuerzas de los sith y sus aliados. En los últimos cuatro años de ese conflicto, Ukio estaba dentro de las fronteras del Espacio Sith, y del Espacio Hutt. Sin embargo, los sith fueron vencidos y aparentemente aniquilados en 1.000 ABY, y sus fronteras se redujeron considerablemente, reteniendo sólo por motivos culturales una zona simbólica que estaba controlada políticamente por la República: 950 años después del fin de la guerra, toda la Ruta Mercante Manda, incluido Ukio, estaban fuera del Espacio Sith.

En el último siglo de la República, los Mundos del Núcleo eran abastecidos de alimento en buena parte específicamente por Ukio. Esta situación era más positiva para el Núcleo que para Ukio, forzado hasta cierto punto a servir a un monopolio de consumo y a ceder a la República el control de su producción. Fue por ello que, en 22 ABY, la situación se caldeó hasta ser crítica:

Por entonces, el carismático Conde Dooku había animado a muchos sistemas planetarios a secesionarse de la corrupta República, atrayéndoles a la supuesta Confederación de Sistemas Independientes donde los impuestos serían mucho menores porque no irían a los bolsillos personales de políticos distantes. La senadora sectorial de Abrion, Esu Rotsino, decidió la secesión del sector, insistiendo en que el Núcleo no estaba beneficiendo al sector y que el nuevo mercado separatista, con mucha menos burocracia, era más agradecido. Menos tajante, el Señor de Ukio Topas dosLa explicaba a la prensa que la mayoría de clientes del sector ya se habían secesionado y que esta medida, que él apoyaba, permitiría a Ukio y a todo el sector Abrion dar mejor servicio a su clientela.

La secesión del sector Abrion fue un duro golpe para la República, pero el Senado de Coruscant, la capital galáctica, no tomó medidas inmediatas para recuperar esos mundos: Dando Abrion por perdido, los políticos pasaron a discutir formas de fomentar la permanencia de otros sectores productores de comida que aún seguían en la República.

Una captura militar de Ukio habría sido complicada: La República sabía que, por entonces, Ukio estaba protegido por los más avanzados y recientes escudos planetarios, impidiendo toda invasión o bombardeo. Sin embargo, la Orden Jedi intervino: El Gran Maestro Yoda presentó una súplica personal a Ukio, y eso aparentemente permitió que el planeta volviese a la República. La Orden Jedi envió a la joven jedi devaroniana Sanya, del Cuerpo Agrícola, a ayudar a los ukianos y supervisar que las cosechas de grano burmillet no tuviesen larvas; Sanya colaboró profesionalmente con varios ukianos, incluido Tonzet, y se ganó su confianza.

La ciudadanía ukiana estaba dividida al respecto de este beneficio: Ciertos ukianos protestaban por la interferencia republicana mientras que otros creían que, mientras la República pagase lo que compraba, nada más era relevante.

Apenas unos meses después, la llamada crisis separatista se calentó y se convirtió en las Guerras Clon: La República utilizaba a su recién descubierto ejército de tropas clónicas contra los droides de combate de los separatistas, a menudo antiguas fuerzas de seguridad de las megacorporaciones que apoyaban a Dooku. La Orden Jedi aceptó a desgana tomar el mando del Gran Ejército de la República.

Entre sus múltiples actividades bélicas, los separatistas planearon la captura del agrimundo Ukio: Sus tropas droide no necesitaban alimento, pero buscaban privar a la República de un recurso valiosa. El plan, de tres fases, sería supervisado por el koorivar Magistrado Passel Argente, de la Alianza Corporativa, y recibió el nombre de Proyecto Instinción.

En la primera fase, un acorazado de la Federación de Comercio se acercaría a ukio, obstruiría las comunicaciones (excepto las de tropas separatistas) y vertería sobre sus escudos fango de los Yermos Morja. Este barro era un compuesto electrostático con propiedades fotorreactivas que se quedaría pegado al escudo, sin dañarlo. Sin embargo, se alinearía con el sol, causando un eclipse forzoso que amenazase las cosechas ukianas. Posiblemente la República tardaría un tiempo en identificar la naturaleza de la amenaza pero, en cuanto lo hiciesen, descubrirían que sólo tenían que bajar los escudos (quedando vulnerables a un ataque en ese momento) para eliminar este problema.

Los militares de la República enviarían naves de guerra a pelear con el acorazado durante el tiempo que el escudo estuviese bajado, para evitar un ataque militar masivo. Por eso, en la Fase 2, el ataque no sería de esa naturaleza, sino un sabotaje sigiloso: Durante la batalla, una nave pequeña con tripulación totalmente droide aterrizaría en Ukio para instalar y activar unas antenas emisoras. El efecto de esta transmisión afectaría a los orgánicos en la superficie: Primero el ganado se descontralaría, provocando estampidas de gigauns; después, los ukianos serían afectados y se pondrían violentos, además de reducirse sus pupilas. Las tropas clon y los jedi en la superficie también sufrirían los efectos, volviéndose unos contra otros. En el proceso, la tripulación droide de la nave podría llegar a los generadores de escudo.

Los separatistas no esperaban que esta conquista funcionase, así que el Proyecto tenía una Fase 3: Las noticias públicas de una batalla en Ukio afectarían a la reputación del planeta. Las acciones de Ukio perderían su valor, y los separatistas estaban preparados para ello. Argente se aseguraría de que otro grupo separatista, el Gremio de Comercio, comprase una participación mayoritaria de Ukio. En cuanto consiguiesen esto, los separatistas poseerían el planeta, sus cosechas y sus escudos. Argente debía reunirse personalmente con Dooku para informarle del resultado de este plan.

La República no se mantenía totalmente en Babia. Inteligencia Clon consiguió pruebas de que los separatistas pretendían hacerse con Ukio, aunque no supiesen cómo. Al no percibir movimiento de flotas, la Orden Jedi razonó que el plan podría incluir simpatizantes o saboteadores en la superficie. En todo caso, y a petición del gobernante Señor de Ukio, la República asignó una flota de fragatas al mando de la General Jedi humana Keelyvine Reus. El equipo incluía al Almirante Dron al mando de las naves, con el Capitán Pharl McQuarrie a sus órdenes; el General jedi nautolano Kit Fisto; el Comandante clónico Ganch al mando de las tropas de tierra, y el recién asignado aprendiz padawan de Reus, el zabrak Tyzen Xebec, entre otros muchos.

Con mentalidad militar, Reus ordenó patrullas orbitales en busca de naves, y un detallado análisis del escudo de superficie en busca de puntos débiles. No sabiendo cómo tratar con el joven Xebec, Reus le asignó a la superficie con la orden de analizar las defensas. Xebec procuró confraternizar con Ganch y con su subordinado, el también clon Sqawk.

El Señor de Ukio en persona recibió a Xebec y gustoso permitió a las tropas de Ganch que analizasen sus escudos. No le hizo tanta gracia que Xebec quisiese hablar con la gente; el gobernante sabía que había elementos conflictivos entre sus trabajadores. Xebec conoció entonces a Sanya, y metió la pata en su primera impresión.

Entonces empezó la Fase Uno: El acorazado separatista, no especialmente armado, se acercó al lado nocturno de Ukio. Reus y Fisto se acercaron al recién llegado en cazas individuales y fueron testigos de cómo la nave enemiga soltaba docenas de Tanques Sísmicos. Éstos, a su vez, vertieron el fango en el escudo mientras su nave nodriza interfería las comunicaciones. Reus y Fisto fueron incapaces de deducir la naturaleza de la sustancia opaca, pero destruyeron los tanques. Sin embargo, esto no impidió que el fango fuese liberado sobre el escudo. Finalmente, comprendiendo que no estaban siendo útiles, regresaron a la nave.

La anomalía, perceptible desde la superficie, causaba impresiones variadas. Sanya dedujo que el propósito era estropear sus cosechas, pero algunos trabajadores ukianos creían que la República estaba invadiendo su mundo. El ganado empezaba a trastornarse. El almirante Dron ordenó a McQuarrie analizar el producto.

Después de una hora problemática sin comunicaciones ni luz solar, McQuarrie descubrió la naturaleza y propiedades del fango, y la General Reus consiguió comunicarse con la superficie para hablar con el Señor de Ukio. El Señor de Ukio insistió, contra el consejo de la República, en bajar el escudo planetario para evitar que sus cosechas se echasen a perder. Reus aceptó preparar un plan: El escudo se bajaría en una superficie mínima durante un tiempo mínimo (exactamente quince minutos) para ese propósito. Mientras tanto, la flota del Almirante Dron combatiría al Acorazado para que no pudiesen intentar nada. Todos los oficiales debían ser advertidos del problema con las comunicaciones, que daba ventaja al enemigo.

Tras diez minutos de viaje rodeando el planeta, la flota de Dron alcanzó al acorazado separatista e inició un ataque en el momento en que el Señor de Ukio bajaba los escudos. Los separatistas soltaron droides buitre para tener ocupados a los cazas republicanos, pero todo ello era una distracción: Servía para ocultar cómo una nave, tripulada por el equipo droide al cargo de la Fase 2, viajaba del carguero a la superficie, aprovechando el fallo de los escudos. El droide al cargo, nombre en clave Doctor, informó al Magistrado Argente (cuya nave estaba en el sistema pero no en el planeta) de que habían aterrizado con éxito y que estaban desplegando las antenas en puntos plurales preestablecidos.

Los primeros afectados, como estaba previsto, fueron los animales salvajes. Las enormes manadas de inofensivos gigauns se desviaron para pisotear sus cosechas, en un movimiento sin precedentes. El Señor de Ukio fue informado y decidió investigar personalmente con escolta clon pero, también afectado por las emisiones, el nervioso político se tomó tiempo para golpear los ordenadores de control con su bastón.



Ukianos afectados por emisión separatista

Mientras, los gigauns iniciaban una estampida que les podía llevar a golpear y destruir un generador de escudo. El capitán clónico Squawk, al cargo de la protección de éste, consideró disparar a las bestias, pero le interrumpió la llegada de Ganch. Los clones empezaron a discutir entre sí y llegaron a las manos. El padawan Xebec también llegó e intentó poner paz, sólo para ser atacado por sus subordinados. Sanya se vio obligada a huir de un clon que le atacaba, y se salvó de pura casualidad cuando la desbandada atropelló a su atacante. Eso dio ocasión a Sanya de ir a ayudar a Xebec, pero ella no recurrió a la violencia: En vez de eso, ayudó a Xebec a recuperar la perspectiva y sobreponerse a las emisiones. Xebec a su vez consiguió controlar a Ganch lo bastante para que éste mismo se auto-aturdiese. Xebec puso a salvo a Ganch antes de continuar su trabajo.

Sucedieron sucesos simultáneamente: Mientras la lanzadera de Dooku entraba en el sistema para reunir a su tripulante con Argente, Xebec tomó la iniciativa de la defensa de superficie: Decidió rastrear y detener la perturbación, con la ayuda de Sanya. Al mismo tiempo, la flota de Dron conseguía destruir el acorazado separatista y Reus decidía ir a buscar a su aprendiz en la superficie, por si necesitaba ayuda defendiendo Ukio.

Xebec y Sanya alcanzaron una zona de emisión alrededor de la nave del Doctor, y atacaron. Sanya descubrió que había al menos otros dos puntos emisores, y dedujaron dónde estaban posiblemente. Xebec envió a Sanya a proteger una estación de escudo mientras él aseguraba un punto de transmisión. Ella requisó motos STAP para que viajasen más rápido.

Sanya fue interceptada por un droide separatista modelo B1. Ella le derrotó, pero se quedó sin su moto. Sanya cumplió su misión, y entonces recibió comunicación de la general Reus. Reus estaba buscando a su padawan y, como éste no respondía a su comunicador, intentaba contactar con Ganch; dio con Sanya de casualidad. Sanya informó del plan de Xebec y bajó los escudos para permitir el paso de Reus.

Mientras, Xebec llegó a su destino y destruyó los transmisores separatistas, pero fue emboscado por droides militares modelos B1 y B2. Xebec prevaleció contra sus oponentes, pero fue herido traicioneramente por el Doctor. Reus llegó entonces a la posición de Xebec y salvó a su pupilo destruyendo al Doctor.

La batalla había terminado con una victoria pírrica de la República: Para entonces, el Gremio de Comercio se había hecho con los derechos del planeta y despidieron al Señor de Ukio. Ajenos a esto, los jedi organizaron la situación, verificando los controles de escudos y haciendo chequeos médicos a los afectados. Cuando se relejaban en un bar, el Señor de Ukio se presentó y les echó del planeta, sin dar muchas explicaciones. Les dijo sin embargo que ya no gobernaba Ukio, pero que abriría los escudos para dejarles salir antes de abandonar su puesto.

Poco después, Argente informó orgulloso a Dooku, que no mostraba especial interés en ello; el Conde no se dignó a analizar los informes que le ofrecía el ayudante de Argente, Denaria Kee. En agradecimiento por las acciones de Sanya en Ukio, la general Reus la llevó de vuelta a Coruscant y presentó un buen informe sobre ella al Consejo. Los veteranos de la batalla de Ukio hablaron de sus experiencias durante los días posteriores.

Durante el resto de las Guerras Clon, Ukio se mantuvo en manos separatistas, pese a que sus alrededores pertenecían a la República. Sólo el cercano planeta Molavar compartía su filiación, con la frontera real en Rishi.

Como es bien sabido, las Guerras Clon terminaron en 19 ABY con la abrumadora victoria de la República. Poco después, el Canciller Supremo Palpatine se autoproclamó Emperador, reconvirtiendo la República en un Imperio Galáctico mucho más militarista y opresivo que su predecesor. Con el paso de los años acabó surgiendo un movimiento antiimperial, la Alianza para la Restauración de la República, que se opuso al Imperio hasta conseguir la muerte del emperador en el año 4 ABY. El Imperio se escindió entonces en incontables facciones que trataban de mantener algo parecido al control; y la Alianza se reconvirtió en la Nueva República, ofreciendo una alternativa democrática a los planetas. En algún punto entre 4 y 9 DBY, Ukio se unió a la República.

Tomémonos un momento para hablar de Samuel Tomas Gillespee, empresario autónomo humano y contrabandista profesional. En algún momento anterior a 9 DBY, Gillespee se retiró de su trabajo, adquirió una buena parcela de tierra en Ukio y se estableció allí. Mantenía a mano su vieja nave, la corbeta CR90 Orgullo de Kern, de la Corporación de Ingeniería Coreliana, por si acaso necesitaba irse.

Corría el año 9 DBY, y Ukio era un mundo próspero. El planeta estaba entre los cinco mayores productores de comida de la Nueav República, con vastas regiones de granjas y dehesas, múltiples centros de procesado, sistemas de distribución de producción y avanzados escudos protectores. Sus 7.500.000.000 de habitantes vivían en paz.

Por entonces surgió un caudillo imperial, un líder militar de pasado desconocido que había regresado de su exilio y estaba unificando activos navales para atacar, con quirúrgica eficiencia, blancos de la República. Esta persona era el chiss llamado Gran Almirante Thrawn, y había puesto sus ojos carmesí en la industria de Ukio. Thrawn quería obtener alimentos para la máquina bélica imperial, sobre todo porque había obtenido un modo secreto de obtener tropas clónicas rápidamente.

El objetivo de Thrawn pasaba por capturar Ukio relativamente intacto, con sus defensas activas en lo posible, así que el imperial urdió un plan. En algún momento de su cacrrera, Thrawn había estudiado el arte ukiano, lo cual le había llevado a deducir que los ukianos tenían miedo a lo imposible. Thrawn no podía obrar un milagro, pero sí simularlo: Él había obtenido tecnología imperial de ocultación de naves, que se creía perdida, y la había atacado con éxito a Sluis Van. Thrawn podía incorporar estos artefactos a su plan.

Thrawn, maestro estratega, consideró que la República podría enviar naves desde la cercana base militar de Ord Pardron, asignada a defender los sectores Abrion y Dufilvian. Como el objetivo real de Thrawn era Ukio, él lanzó varios ataques a otros sistemas a modo de fintas para atraer las naves republicanas: Agentes de Thrawn atacaron Ando, el destructor Némesis inició una batalla en Crondre y el Adjudicador intentó invadir Filve. Esto fue un éxito: Ord Pardron envió sus fuerzas a esos puntos y quedó desprotegido, cayendo víctima de una cuarta flota enemiga capitaneada por el destructor imperial Calavera. La base neorrepublicana sufrió graves daños.

La flota de Thrawn asignada a atacar Ukio incluía la nave insignia de Thrawn, el Quimera, así como dos destructores imperiales incluyendo Halcón de la Tormenta, diez acorazados de la flota Katana, varios cargueros imperiales y diversos cruceros acorazados tripulados por clones y con tecnología de ocultación. Pieza esencial del plan imperial era el jedi loco Joruus C'baoth, reticente asociado de Thrawn que lo que buscaba realmente era aprendices fuertes en la Fuerza.

El plan era esencialmente éste: Los cruceros ocultos, invisibles a la vista y a sensores, debían cruzar el escudo mezclándose con el tráfico civil. Después la flota de guerra tomaría posiciones, amenazaría y dispararía contra los escudos, de forma inofensiva. Sincronizándose con este disparo, las tripulaciones de los cruceros ocultos debían abrir fuego contra la superficie. La tarea exigía precisión sobrehumana, así que debía ser coordinada telepáticamente por C'baoth usando el poder de la Fuerza. Thrawn debía mantener las negociaciones para favorecer su imagen de übermensch.

Una vez la flota de Thrawn llegó al sistema Ukio, las naves adoptaron posiciones preestablecidas: El Quimera se mantuvo en órbita alta sobre el ecuador, con los Katana en lugares defensivos y el Halcón de la Tormenta en el lado nocturno del planeta. Los cruceros ocultos entraron en la atmósfera de Ukio aprovechando que los escudos estaban bajados para permitir el tráfico civil.

Thrawn contactó entonces con el Señor Supremo de Ukio, reclamó control imperial sobre el planeta y exigió educadamente la rendición civil. No hubo respuesta, aunque los puestos de responsabilidad de Ukio fueron informados. Thrawn amenazó con iniciar fuego, lo cual tampoco provocó respuesta; sin embargo, los defensores de Ukio sintieron un pánico que resulta evidente por sus mensajes.

Thrawn ordenó entonces disparar sus baterías turboláser. Según lo previsto, las ráfagas de Thrawn golpearon inofensivamente el escudo pero, con perfecta sincronización, dos cruceros ocultos bajo el escudo abrieron fuego y destruyeron dos de las principales bases de defensa aérea con su propio fuego turboláser. Los ukianos creyeron que el Imperio tenía turbolasers capaces de atravesar sus escudos planetarios impenetrables, y quedaron atónitos. Gillespee también fue testigo del espectacular bombardeo, que él vio a través de sus macrobinoculares.

Thrawn hizo un segundo ataque, para que los ukianos viesen que no había sido mera casualidad. Preparó entonces un tercer impacto, apuntando a dos generadores de escudos; Thrawn habría preferido no dañarlos, pero estaba dispuesto a hacerlo. Justo entonces, fue interrumpido por una llamada: Los aterrorizados ukianos estaban dispuestos a rendirse. El Señor Supremo Gol dosLa temía el poder destructivo de su nueva arma e hizo que su representante Tol dosLla contactase con Thrawn para impedir que su mundo resultase aún más dañado.

Thrawn presentó a dosLla términos no negociables, pero razonables: Si Ukio le entregaba sus activos militares y aceptaba entregar el excedente de comida, los ukianos podrían retener sus sistemas políticos y sociales. Thrawn aceptó no reclutar a los jóvenes del planeta. El representante ukiano, viéndose sin opciones, aceptó bajar los escudos para una negociación con un representante de Thrawn para discutir las garantías imperiales, y Thrawn envió al General Freja Covell con sus tropas. El capitán del Quimera, Gilad Pellaeon, debía supervisar los arreglos de defensa.



Thrawn conquista Ukio

Las primeras naves salieron del Quimera con Covell y al menos tres compañías de clones, escoltadas por cazas TIE del Quimera y del Halcón. Las naves ocultas se apartaron a los polos planetarios para no afectar a la ruta de sus colegas.

Pellaeon consideraba que esta captura había sido óptima: Thrawn había permitido a Ukio rendirse dignamente y mantener a sus líderes, lo cual ralentizaría el auge de cualquier tipo de resistencia anti-imperial, hasta que fuese demasiado tarde.

La cosas se complicaron inmediatamente después: Antes de afianzar la posición en Ukio, C'baoth recibió informes del ataque a Filve. Los agentes de Thrawn habían detectado a la jedi menor Leia Organa Solo en ese mundo. Sin permiso de Thrawn, C'baoth partió inmediatamente hacia Filve con fuerzas imperiales en un intento de capturar a Organa Solo, que fracasó y llevó a una lucha entre C'baoth y Thrawn.

Dicho esto, no todo se cumplió exactamente. El Imperio tomó control de todas las regiones de granja y pastereo y de todos los centros de proceso y distribución de comida de Ukio, mostrando poco respeto por la propiedad privada. Las tierras individuales fueron expropiadas, nacionalizadas y convertidas en centros de cultivo.

Gillespee se sentía horrorizado por la ocupación, especialmente porque él había perdido sus propiedades. También pudo ver muy de cerca clones bajo control imperial, cuando Gillespee encontraba moralmente discutible el uso de clones… especialmente porque Thrawn los estaba usando para perseguir a Gillespee personalmente. El contrabandista humano consiguió escapar del planeta gracias a sus dos asociados, la humana Shirlee Faughn y el piloto bith Rappapor. Ellos lograron sacarle del planeta, con las tropas de asalto y las naves Katana pisándoles los talones. El Imperio emitió una orden de busca y captura contra Gillespee. Éste estaba buscando algún patrocinador que contratase a su equipo de contrabandistas, y seguía sorprendido de lo rápido que el Imperio había logrado conquistar Ukio.

La captura de Ukio tuvo graves repercusiones en el sector. Surgieron rumores de una nueva super-arma imperial, habladurías que Thrawn usaba en su beneficio (aunque, por supuesto, Thrawn se guardaba de reutilizar sus cañones imparables). En cinco días, cuatro sectores abandonaron la República posiblemente para unirse al Imperio, y otros trece sectores amenazaban con la secesión. Sin embargo, y según informaba la agente neorrepublicana Winter, Ukio era la mayor pérdida individual para la Nueva República.

C'baoth intentó convencer a Thrawn para que conquistase Coruscant con el mismo truco usado en Ukio, pero Thrawn preveía que los líderes galácticos no se rendirían con tanta facilidad como los granjeros ukianos. En vez de eso, Thrawn planeaba tomar Woostri: Los nativos woostoides temían lo imposible, como los ukianos, y además exageraban las amenazas. Aceptó sin embargo enviar un equipo a secuestrar a Organa Solo en Coruscant, y también incluir el uso de aparatos de ocultación en el eventual ataque a la capital, pero de un modo distinto.

Tras el ataque de Thrawn a Woostri, la plana mayor neorrepublicana se reunió para analizar los datos disponibles. Esto incluía a Mon Mothma, Jefa de Estado de la Nueva República; Leia Organa Solo, Ministra de Estado de la Nueva República; el mon calamariano Almirante Gial Ackbar, Comandante Supremo de la Fuerza de Defensa de la Nueva República; y el bothan Borsk Fey'lya, Senador del Sector Bothan. Todos ellos miembros del Consejo Provisional de la Nueva República, concluyeron que Thrawn no poseía realmente un arma así, porque en ese caso la estaría usando en cada ataque; pero Thrawn no la había usado por ejemplo en Filvia. Organa Solo razonó que Thrawn habría previsto la rendición cultural de ciertas especies. Ackbar y Mothma comprendieron que debían analizar los ataques y obtener información fiable grabada durante la batalla.

Gillespee mientras viajó a Chazwa, en un intento de reunirse con el contrabandista brubb Brasck, también descontento con el Imperio. Allí topó, sin embargo, con el traficante de información Talon Karrde. Éste propuso a Gillespee que vendiese los datos de sus macrobinoculares a los tácticos de la República, y también formar una alianza de contrbaandistas. A tal fin concertaron una reunión en el sistema Trogan.

Durante las reuniones de contrabandistas, Gillespee descubrió que compartía opinión con Karrde y que se oponía a su rival político, el colaboracionista Niles Ferrier. Eventualmente Gillespee decidió acompañar a Karrde en una misión pro-Nueva República en Bilbringi; Gillespee esperaba vengarse de los clones imperiales que le habían desahuciado y también ganarse las simpatías de la República, esperando que ésta recapturase Ukio y le devolviese sus tierras.

Finalmente, la República accedió a los registros de los macrobinoculares de Gillespee y comprendió cuál había sido el truco de Thrawn. Gracias a esta revelación y a una serie de eventos no relacionados, la República consiguió vencer a las fuerzas de imperial. Thrawn murió en una batalla naval, su imperio empezó a deshacerse, y Ukio volvió a manos de la Nueva República (aunque no está confirmado que Gillespee recuperase su parcela).

Durante los siguientes quince años, Ukio se mantuvo en la República sin especial problema. Para el año 25 DBY, cuando la especie extragaláctica yuuzhan vong inició su invasión a la galaxia, Ukio tenía entre 1.000.000.000 y 10.000.000.000 habitantes.

El enfrentamiento contra los vong duró cuatro años y muchos planetas fueron arrasados; la misma República se desintegró y se reconvirtió en la Alianza Galáctica. Aparentemente, Ukio no sufrió especial daño en esa guerra. Tampoco pareció verse muy afectado por la Nueva Guerra Civil Galáctica de los años 40 y 41 DBY.

Sin embargo, en 137 DBY, casi toda la galaxia, incluido Ukio, estaban dentro del Imperio Sith de Darth Krayt. Krayt acabó muriendo violentamente, aunque aún no sabemos cuál fue el efecto de esto a nivel galáctico.


Ukianos Notorios


 

Destor: Este ukiano de ojos oscuros era ayudante de un Señor de Ukio durante las Guerras Clon. Estaba al cargo de la seguridad de ciertos aspectos planetarios.

Durante las Guerras Clon, la República sospechaba correctamente que su enemigo, la Confederación de Sistemas Independientes, tenía sus miras en Ukio. El Señor de Ukio pidió a la República que enviasen un destacamento militar con un jedi. El Señor, escoltado por Destor, recibió el transporte de tropas en que viajaban los enviados. Al Señor le decepcionó ver que el jedi enviado no era un maestro, sino el padawan Tyzen Xebec, que parecía demasiado joven; sin embargo, con ayuda de Destor, el Señor consiguió ser diplomático.

Destor solía vestir tonos azules y añil, y tenía poco sentido del humor.

Gol dosLa: Este ukiano era el Señor Supremo de Ukio, un mundo neorrepublicano, en el año 9 DBY. Su primogénito era Tol dosLla, que ejercía de portavoz del Señor Supremo.

En 9 DBY, el Gran Almirante Thrawn invadió Ukio utilizando una artillería que parecía capaz de atravesar los avanzados escudos protectores del planeta. Gol dosLa, como todos los ukianos, sentía un cerval miedo ante lo que parecía imposible. Aterrado ante la nueva arma de Thrawn, el Señor Supremo aceptó rendirse al Imperio, y su portavoz Tol dosLla negoció las condiciones con Thrawn. Tras ello, Ukio pasó a pagar impuestos al Imperio a cambio de su protección.

Tras la muerte de Thrawn poco después, la mayoría de sus activos se desintegraron, y Ukio pronto dejó el Imperio.

Topas dosLa: Este ukiano era el Señor Supremo de Ukio antes de las Guerras Clon. El planeta proporcionaba mucho alimento a los Mundos del Núcleo en esos tiempos.

En el año 22 ABY, muchos sistemas se secesionaban de la República Galáctica, decepcionados por la asfixiante burocracia y omnipresente corrupción. El sector Abrion, que contenía a Ukio, decidió secesionarse íntegramente; dosLa apoyó este plan.

La separación llegó a los titulares de la HoloRed. La senadora sectorial Esu Rotsino fue muy crítica en sus declaraciones; menos tajante, el Señor Supremo sólo alegaba que era necesario para poder ofrecer un digno servicio a sus clientes, la mayoría de los cuales ya se habían secesionado, aunque admitía que esperaba un incremento en la eficiencia de su negocio al librarse de las tasas republicanas.

El sector finalmente volvió a la República, después de que el maestro jedi Yoda se lo pidiese personalmente.

(Este ukiano podría ser el Señor de Ukio, nunca identificado por su nombre y en activo durante las Guerras Clon poco después).

Tol dosLla: Tol dosLla, que vivió en tiempos de la Nueva República, era el hijo mayor, y siguiente en línea de sucesión, del Señor Supremo de Ukio Gol dosLa. Alto, delgado y de voz suave, Tol era portavoz del Señor Supremo, y se había ganado fama y admiración en su mundo por sus múltiples virtudes: Tenía talento para la política y trato afable. Tol expresaba siempre su opinión, pero mantenía la cortesía cuando intentaba convencer a otra persona, lo cual había demostrado ser una buena táctica para él. Tol era un buen líder y negociador, siendo excelente cuando negociaba sobre comida (que era base de la economía de Ukio), o cuando calculaba su valor. También destacaba en los negocios, especializado en agricultura; y en burocracia, especializado en su mundo. Tenía conocimientos sobre especies alienígenas, idiomas e informática. Sabía nadar, pero sus talentos no iban hacia lo físico. En general el único objeto que él llevaba consigo era un bloc de datos con los calendarios de producción de cosecha.

En el año 9 DBY, Ukio pertenecía a la Nueva República, a la que vendía grandes cantidades de alimento. La República se enfrentaba militarmente a un señor de la guerra imperial, el Gran Almirante Thrawn, y éste decidió tomar Ukio como parte de su estrategia. Estudiando la cultura ukiana, Thrawn razonó que los ukianos tenían un miedo innato hacia cualquier evento que ellos considerasen imposible, e incluyó eso en su plan: El planeta Ukio estaba protegido contra bombardeos por fuertes escudos. Usando un truco, Thrawn simuló que sus turbolásers podían atravesar los escudos planetarios para golpear la superficie, previendo correctamente que eso asustaría a los ukianos. Al mismo tiempo, lanzó ataques a otros sistemas para dividir la atención de la Nueva República e impedir que enviasen refuerzos a Ukio.

Thrawn lanzó dos ráfagas contra Ukio, lo cual bastó para que el Señor Supremo aceptase rendirse. Tol dosLla contactó con Thrawn por comunicación, se identificó y pidió un cese en el ataque para discutir su rendición. Thrawn presentó términos razonables, pero no negociables: Permitir el aterrizaje de tropas para tomar el control de los generadores de escudos y de todo activo militar a partir de cierto tamaño; y a cambio el Imperio aceptaba mantener los sistemas políticos y sociales de Ukio siempre que la población se comportase y respondiesen a la autoridad imperial.

Desconfiando, Tol intentó averiguar si habría leva o exacción fiscal; Thrawn le tranquilizó explicando que los únicos impuestos necesarios serían probablemente el excedente de comida producida por Ukio (El imperial no necesitaba reclutas porque, en secreto, había desarrollado técnicas de clonación).

Con un suspiro, Tol comprendió que debía aceptar para evitar que Ukio fuese aniquilado y bajó los escudos, pero pidió garantías de seguridad para Ukio antes de entregar las armas. Thrawn envió un representante a negociar, con escolta militar de clones, y mantuvo su fuerza en posición defensiva al mando del General Freja Covell, y con el Capitán Gilad Pellaeon supervisando los arreglos de defensa. Otro de los imperiales, el jedi Joruus C'baoth, eligió ese momento para partir rumbo a Filve en un intento de capturar a Leia Organa Solo.

El capitán Pellaeon observó varios puntos destacados en esta negociación: Thrawn había sido educado y había permitido a Ukio rendirse dignamente, lo cual ralentizaría el auge de la resistencia anti-imperial hasta que fuese demasiado tarde. Pronto, el Imperio expropió tierras individuales para convertirlas en granjas de cultivo.

La rendición de Ukio además causó un efecto dominó, en tanto que los rumores de una nueva super-arma imperial se extendieron por sistemas colindantes. Thrawn, sin embargo, fue derrotado poco después y Ukio dejó de pertenecer al Imperio.

Tonzet: Este ukiano de ojos oscuros era un trabajador no cualificado, ataviado con un uniforme naranja con mangas largas.

Tonzet recordaba que, justo antes de las Guerras Clon, Ukio había abandonado la República, sólo para volver poco después. Durante la guerra, Ukio vendía comida a la República, Él personalmente desconfiaba de la interferencia del gobierno federal y temía abiertamente que el Gran Ejército de la República les invadiese; creía que Ukio estaba mejor durante su breve secesión.

En tiempos de guerra, la República envió a la joven jedi devaroniana Sanya, del Cuerpo Agrícola, a Ukio para ayudar a los ukianos con sus cosechas. Tonzet conocía a Sanya y se llevaba bien con ella; él desconfiaba del gobierno abstracto pero simpatizaba con ella porque le consideraba diferente a los políticos de Coruscant.

Otro jedi, el padawan Tyzen Xebec, fue enviado a Ukio más tarde en respuesta a una amenaza. Xebec buscó información de los nativos y se acercó a Tonzet, a uno de sus compañeros, y a Sanya, que estaban hablando en ese momento. Xebec insultó inadvertidamente a Sanya ante los ojos de Tonzet, y éste vio cómo ella se defendía dialectamente.

Tonzet se había dejado una perilla y bigotes largos, todos ellos negros.


El Señor de Ukio


 

Este ukiano era Señor, posiblemente Señor Supremo, de Ukio durante las Guerras Clon. Tenía ojos de color azul claro, que parecían rojizos con cierta luz. Vestía con ropa ceremonial que incluía una capa roja y pantalón a juego; camisa blanca; cinturón y muñequeras doradas; y un cetro dorado que usaba como bastón.

El agrimundo Ukio, uno de los principales proveedores de comida de la República, estaba protegido contra bombardeos por un avanzado sistema de escudos. Sin embargo, durante las Guerras Clon, la población estaba dividida, con algunos ukianos convencidos de que Ukio debería haberse mantenido secesionado de la República. El Señor estaba orgulloso de las defensas de su mundo, pero desconfiaba de su propio pueblo, sabiendo que algunas personas habían sido problemáticas. El Señor también estaba familiarizado con detalles de la agricultura y ganadería de su mundo.

Durante las Guerras Clon, el Consejo Jedi, afiliado a la República, descubrió que el enemigo, la Confederación de Sistemas Independientes (llamada los separatistas) pretendía tomar Ukio. A petición del Señor de Ukio, la República envió una fuerza naval, bajo el mando del Almirante Dron y de la General Jedi Keelyvine Reus, para proteger el sistema.

La General Reus mantuvo a la mayoría de sus oficiales en la órbita planetaria y envió a tierra un destacamento al mando de su joven aprendiz padawan, el zabrak Tyzen Xebec, con órdenes de revisar las defensas planetarias. El Señor, acompañado de su encargado de seguridad Destor, recibió al transporte y dio la bienvenida a los recién llegados. Xebec era apenas un niño, lo cual decepcionó al Señor, pero él procuró ser educado (aunque necesitó la ayuda de Destor para ello).

Xebec exigió al Señor que permitiese a sus tropas clon acceder a los generadores de escudos, mientras el propio Xebec hablaba con la gente. El Señor estuvo encantado con la primera petición; la segunda le sorprendió pero, contra su mejor criterio, aceptó. Mientras Xebec se iba a realizar tal tarea, el Señor acompañó al comandante clónico Ganch en la supervisión de los escudos.

Los separatistas hicieron entonces su movimiento: Enviaron un carguero de guerra con armamento ligero al lado nocturno del planeta y allí soltaron un extraño cargamento sobre el escudo: Barro de los yermos de Moorja. Esta sustancia fotorreactiva se adhería al escudo alineándose con el sol, provocando una especie de eclipse artificial forzoso. Las fuerzas de la República no pudieron impedir el vertido, ni descubrieron la naturaleza del producto hasta una hora después de que empezase la forzosa noche.

Los separatistas también interferían las comunicaciones, así que las fuerzas de la República tardaron en poder contactar con el Señor de Ukio, que estaba más impaciente por momentos. Al fin, Reus contactó con el Señor a través del comunicador de la nave y le explicó lo que habían descubierto: El elemento ocultador que provocaba ese desastre se había adherido al escudo. Aunque la protección contra naves y ataques no estaba afectada, mantenían el planeta en penumbra.



El Señor de Ukio

Temiendo por la estabilidad de sus cosechas, el Señor propuso bajar el escudo para que se dispersase inocuamente el material extraño. Si bien el plan funcionaría a corto plazo, la República lo desaconsejaba porque dejaría desprotegido el planeta contra un ataque militar enemigo que pudiese entrar, por ejemplo usando la nave enemiga que seguía interfiriendo las comunicaciones. El Señor, sin embargo, insistió: Mantener la situación podría llevar a Ukio a la bancarrota.

La General Reus claudicó ante Ukio y ofreció un plan: Ukio bajaría su escudo durante un cuarto de hora, el tiempo mínimo para librarse del agente perjudicial. Mientras, la flota republicana se enfrentaría a la nave enemiga para impedir que atacasen la superficie. Reus contaba con que Tyzen y sus fuerzas detuviesen a los separatistas si éstos conseguían aterrizar.

Por supuesto, la República estaba siguiendo el plan del enemigo punto por punto: Mientras la flota de Reus se las veía con la nave enemiga, un vehículo más pequeño tripulado sólo por droides (sin formas de vida detectables) aterrizaba discretamente en la superficie y montaba antenas emisoras. Esta tecnología afectaba a los cerebros de seres orgánicos, causando primero que el ganado se descontrolase y después afectando a los seres inteligentes para que sucumbiesen a actos violentos.

Mientras tanto, el Señor de Ukio monitorizaba la situación, esperando nervioso el momento de reactivar los escudos. Uno de los técnicos le informó de que la anomalía aún no estaba disuelta. Otro técnico le informó de que los rebaños de colosales gigauns se habían desbocado, lo cual sorprendió al Señor: Él bien conocía la docilidad de estos seres, nada propensos a ataques de ese tipo. Cada vez más tenso por la situación y, sobre todo, por la emanación separatista, el Señor de Ukio destrozó los monitores a golpes de bastón.

El comandante Ganch se abatió a sí mismo para proteger los intereses de su ejército durante el conflicto, pero Tyzen y Sanya consiguieron proteger los generadores de escudos. La general Reus destruyó la nave enemiga y, después de eso, voló a la superficie de Ukio, donde rescató a Tyzen. La batalla terminó con una victoria de los separatistas.

Sí, he dicho de los separatistas: Los graves informes de Ukio causaron que las acciones del planeta bajasen de precio, permitiendo al Gremio de Comercio, afiliado a la Confederación, comprar una participación mayoritaria. Ukio había pasado a ser propiedad de los separatistas, y el Gremio no tardó en cesar al Señor de Ukio.

Antes de renunciar a su cargo, el pronto ex-Señor de Ukio fue enfurecido a despedirse de los agentes de la República. Sin revelar el control separatista sobre el planeta, el Señor les retiró el permiso para quedarse en Ukio y les ordenó que abandonasen el planeta, como su último acto oficial. Después de eso, el Señor de Ukio abandonó sus funciones.

(Este ukiano podría ser Topas dosLa, que había sido Señor Supremo de Ukio durante la Crisis Separatista antes de las Guerras Clon).


Curiosidades


 

Los ukianos se mencionan por primera vez en La Última Orden (1993, Timothy Zahn).

La especie recibe una detallada descripción en The Last Command Sourcebook (1994, Eric Trautmann), un libro de West End Games. Buena parte del texto, incluyendo secciones sobre la especie, el planeta y Tol dosLla, se repiten casi textualmente en The Thrawn Trilogy Sourcebook (1996, Bill Slavicsek y Eric S. Trautmann) y después en Alien Encounters (1998, Paul Sudlow), otros dos libros de West End Games. Alien Encounters extiende brevemente una descripción, añade un guión a un adjetivo y omite una frase referida a la conquista de Ukio a manos de Thrawn para reemplazarla con otra frase más genérica. Alien Encounters repite sólo la sección relativa la especie, pero no las secciones sobre el planeta y sobre Tol dosLla.

Los tres libros repiten las mismas reglas de juego de rol, aplicable al juego original de Star Wars por West End Games. Los ukianos reciben unas estadísticas razonables para una especie tecnológicamente avanzada, así como reglas para incluir en el juego su miedo a lo imposible y una bonificación a su tirada de Agricultura. La ficha de Tol dosLla no incluye ese bono explícito (Él debería tener la habilidad Agricultura a 5D+2 ó más listada después de su atributo de Conocimiento).

Los ukianos aparecen gráficamente y a todo color en un cómic publicado online que sirve de complemento a la segunda temporada de la teleserie Star Wars: Clone Wars. Este webcomic es The Clone Wars: Act on Instinct (2010, Pablo Hidalgo; arte de Jeff Carlisle, Daniel Falconer, Grant Gould y Thomas Hodges).

Existen ciertas irregularidades en las apariciones canónicas de la especie:

Ukio aparece en la adaptación al cómic de La Última Orden (1997, Mike Baron; arte de Edvin Biukovic), pero sus habitantes parecen ser humanos. El propio Tol dosLla se muestra como un humano de barba marrón.

The Last Command Sourcebook y The Thrawn Trilogy Sourcebook hablan del ukiano Tol dosLa (con una sola ele en su apellido). La novela La Última Orden, su adaptación al cómic y la entrada del personaje The Complete Star Wars Encyclopedia (2008, varios autores) deletrean su nombre como Tol dosLla. Este artículo asume que el nombre correcto de ese personajes es Tol dosLla, dando prioridad a sus fuentes. Otros personajes como Gol dosLa (que aparece en los mismos libros de rol) y Topas dosLa (que se menciona en la web HoloNet News) sólo han sido escritos con una única ele en su apellido.

En la novela La Última Orden, Samuel Tomas Gillespee describe Ukio como un planeta pequeño y agradable. Los dos Sourcebooks de West End Games describen Ukio como un mundo grande. Este artículo asume que Gillespee estaba siendo metafórico en su expresión, quizá refiriéndose a la importancia política de Ukio y no a su diámetro.

Los libros de West End Games describen a los ukianos como carentes de pelo. En Act on Instinct aparece un ukiano con bigote y perilla largos y de color negro.

Los libros de West End Games describen a los ukianos como seres de piel verde. En Act on Instinct los ukianos tienen tonos de piel rosados y anaranjados.



© S I T H N E T

Sección creada por Skippy Farlstendoiro y Al Noah para SithNET
Prohibida la reproducción total o parcial sin el consentimiento de los autores.

Aquí puedes encontrar todas las fuentes consultadas en la elaboración de este artículo.

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