Un investigador tan instruido como irracional, el diabólico doctor Nuvo Vindi hizo, como todo médico, el juramento de curar a las personas, pero en realidad pretendía aniquilar la mayoría de formas de vida de la galaxia, dejando sólo microorganismos y autómatas sin alma.

Nuvo Vindi, científico loco.
Con dos metros y siete centímetros de estatura en su madurez, Vindi era un humanoide alto y pálido. Su visión era menos que perfecta, por lo que él solía llevar consigo quevedos de cristal permés que se ajustaban al puente de la nariz, con un cordón que se retraía. Esto le permitía observar en detalle lo que tuviese cerca, a menos que él estuviese vistiendo en ese momento un traje NBQ (para defensa Nuclear, Radiológica, Biológica y Química; por algún motivo la R no sale en el acrónimo).
Pero, aunque Vindi se ponía esa incómoda armadura de vez en cuando, la mayor parte de su tiempo él llevaba una bata blanca de médico. Como el resto de los galenos de la galaxia, Vindi había hecho un juramento de salvar vidas, pero éste había dejado de importarle: Su cerebro totalmente demente quería aniquilar las formas de vida consideradas superiores, creyendo que amenazaban a otros seres vivos más valiosos: Los seres microscópicos.
En el año 46 ABY, la Plaga Candoriana devastó varios planetas antes de que su expansión pudiese ser detenida por una estricta cuarentena. El patógeno responsable de este desastre, el virus sombra azul, era letal para casi todas las especies orgánicas, pero finalmente pudo ser erradicado. En general, la galaxia suspiró aliviada, excepto el doctor Vindi. Él creía que el virus sombra azul era un ser hermoso que había sido víctima de un genocidio, y estaba dispuesto a "crear vida" trayéndolo de vuelta, aunque significase conceder sus secretos a seres abiertamente malvados.
Demencia aparte, Vindi era un investigador brillante. Obtuvo infamia en la galaxia cuando trabajó para las familias criminales del planeta Perma, en el Núcleo. La República puso una recompensa por su cabeza, causando que docenas de cazarrecompensas le persiguiesen en vano. La República decidió aumentar el pago a doscientos cincuenta mil créditos; pero, al día siguiente, en respuesta, Vindi supuestamente gaseó todas las agencias de cazadores en Ord Marsax, provocando varias víctimas. Esta historia se detalla en el Manual oficial del Gremio de Cazarrecompensas, en la sección sobre cómo llegar a ser un cazarrecompensas, por el director de reclutamiento Arack "Certero" Dostryt.
Vindi desapareció misteriosamente en 31 ABY. Las personas que le conocían en persona creían que sus jefes, los amos del crimen de Perma, habían organizado un "accidente" para librarse de un empleado problemático. Sin embargo, Vindi estaba vivo, bien de salud y era más peligroso que nunca.
Con el paso del tiempo, Vindi llegó a trabajar para los Separatistas durante las Guerras Clon en un proyecto secreto. Sus nuevos jefes prometieron ayudar a Vindi a marcar el inicio de una nueva era en que la galaxia estuviese gobernada por los virus. El objetivo de Vindi: Resucitar al virus sombra azul en un laboratorio secreto de armas biológicas.
En la mente desequilibrada de Vindi, los virus no eran responsables de ninguna desgracia tan radical como la guerra extendida por los organismos multicelulares: Ellos debían ser erradicados. Para los Separatistas, las armas biológicas tenían importancia estratégica: Sus tropas droides eran inmunes a esas infecciones, y los ejércitos clónicos de la República tenían un único patrón genético, por lo que la enfermedad que afectaba a uno les afectaba a todos. Tras varios éxitos de ataques bacteriológicos en Kamino y en Leodorvia, los Separatistas estaban listos para una bioarma nunca vista. Vindi percibí a los Separatistas como compasivos.
El doctor Vindi no daba importancia a los androides, a los que describía como "mis queridos autómatas sin alma", pero los reconocía útiles: Obedecían órdenes sin dudar, aunque fuesen órdenes tan inmorales como la fabricación de bombas para extender el virus por mundos habitados. Además de los droides de combate enviados como guardias de seguridad y los tradicionales droides tácticos y médicos, los Separatistas proveyeron a Vindi con un droide sirviente de Autómatas Coachelle, LEP-86C8, que atendiese a sus necesidades personales. Aunque de aspecto infantil y juguetón, el modelo LEP era una demostración de callada eficiencia e iniciativa que satisfacía a Vindi.

LEP-86C8, fiel ayudante de Vindi.
El objetivo de Vindi era crear una nueva cepa del virus sombra azul. El original se retransmitía y desarrollaba sólo en el agua, pero Vindi aspiraba a hacer un rediseño genético que pudiese expandirse por vía aérea, en un proceso en que el virus original se sometía a un bombardeo eléctrico. Entonces, Vindi metería viales de vidrio con el virus en bombas espaciales. Bastaría con enviar una bomba a cada sistema planetario para dispersar esta amenaza, y cientos de mundos quedarían baldíos. Lógicamente, los viales con ese virus gaseoso debían estar protegidos en armarios escudados, en maletas bajo el control de Vindi, etcétera. Además, Vindi necesitaba un laboratorio grande y bien abastecido para construir su arma.
A tal fin, los Separatistas proporcionaron a Vindi una base secreta: Un laboratorio subterráneo construido por la Federación de Comercio circa 32 ABY en el planeta Naboo, en las coordenadas SP1-2-7, bajo un gran pantano cerca de los terrenos controlados por la sociedad submarina de los gungans. Los neimoidianos de la Federación ocuparon Naboo ese año y contaban con quedarse allí largo tiempo, por lo que iniciaron varios proyectos de construcción que incluían campos de prisioneros, fábricas de droides y vehículos, talleres de reparación... y este complejo subterráneo de tres niveles con once cámaras circulares vinculadas por pasillos estrechos y ascensores.
La verdad es que no sé cuál era el propósito original de todo esto, pero de todos modos no llegó a estrenarse porque la Federación fue expulsada de Naboo; pero no tiene tanta importancia porque no llegó a estrenarse. Sin embargo, la Federación tuvo cuidado de ocultar toda la construcción incluso en el papeleo: Al eliminar los restos de la presencia neimoidiana en Naboo, los equipos de limpieza pasaron por alto éste, y la Federación tomó nota de ello. Durante las Guerras Clon, el Virrey Nute Gunray de la Federación, que ansiaba vengarse de los naboo por su derrota en 32 ABY, hizo que reacondicionasen el centro como laboratorio secreto para Vindi. Estaba tan protegido que sólo podría ser descubierto si se pidiese un geoscáner concreto sobre las coordenadas precisas.
En la superficie, el laboratorio estaba totalmente disimulado: Una capa de metal cubierta por el fango de los pantanos del este, una capa lo bastante gruesa para permitir a los árboles berlote prosperar, pero lo bastante fina para que el suelo estuviese cubierto de sensores de presión. Pero claro, esa alarma saltaba cuando un animal salvaje entraba en el terreno, y era importante comprobar si era un intruso o no. Para eso, Varios fotorreceptores montados en tallo, a modo de periscopios, podían emerger del suelo para identificar visualmente a quien se acercase. A menudo Vindi miraba personalmente por estos periscopios.

El laboratorio secreto de Vindi.
Había tres escotillas de acceso perfectamente vigiladas, tecnología avanzada con inconcebibles usos y múltiples laboratorios e invernaderos para que Vindi realizase su investigación, fábricas y talleres para producir el virus y las bombas, y centros de almacenamiento para los letales aparatos, además de centros para droides y las habitaciones personales de Vindi.
Vindi solía trabajar con su habitual bata de investigador de laboratorio, con las lentes de cristal permés a mano, y botas herméticas. En su brazo izquierdo tenía un aparato monitor de salud que le permitía también controlar varios dispositivos del laboratorio: Con sólo apretar un botón, por ejemplo, podía activar todas las bombas. Habitualmente llevaba un maletín triangular con muestras, que eran más estables según avanzaba su trabajo. En ocasiones, Vindi debía ponerse la capucha de bio-peligro, una escafandra que bastaba para protegerle de gases letales como el virus sombra azul en su estado más avanzado.
Aunque Vindi no era de salir mucho a la calle, tenía una lanzadera clase Sheathipede de Ingeniería Haor Chall, del modelo típicamente usado por los neimoidianos de la Federación, teñida de azul. Si era necesario, Vindi podía ir a la bahía de su hangar e iniciar el despegue para escapar: El suelo del pantano se abría entonces, revelando el laboratorio secreto, y el hangar se elevaba con la nave hasta la superficie para producir un tobogán de lanzamiento. En cualquier otro momento, esta puerta estaba perfectamente oculta. El hangar tenía también un speeder y varios STAPs para que los droides patrullasen la zona.
Después de años de investigación, dos eventos tuvieron lugar casi simultáneamente. Uno, Vindi consiguió perfeccionar una variante aérea del virus sombra azul. Dos, una muestra de la variante acuática del virus se filtró fuera de su laboratorio secreto, afectando los ríos cercanos. Vindi sabía que el virus sería descubierto y que la República invadiría su laboratorio, pero no estaba preocupado porque contaba con terminar su misión antes de que eso sucediese.
De todos modos, la fuga exigía respuesta inmediata: Vindi reunió a sus droides para que rastreasen el vertido en las zonas cercanas a los pantanos de los gungans. Tres de esos droides, incluido un droide táctico, fueron interceptados y abatidos por guardias naboo, y llevados a Palacio para investigar la posible presencia de los Separatistas en un mundo como Naboo, que estaba oficialmente en territorio de la República.
La Reina Neeyutnee de Naboo pidió ayuda a dos representantes de su mundo en el Senado, la Senadora naboo Padmé Amidala y su ayudante gungan Jar Jar Binks. Ambos viajaron a Theed, capital de Naboo, con el droide de protocolo de ella, C-3PO y colaboraron en la investigación: Amidala observó que los droides tenían manchas de fango pantanoso, pese a haber sido encontrados en las praderas. C-3PO reactivó al droide táctico, robolobotomizado y con fotorreceptores desactivados, y le interrogó para descubrir que se había filtrado una cantidad de virus de un laboratorio secreto. Binks encontró un insecto dentro del droide, una variedad que sólo se daba bajo árboles berlotes en los pantanos del este.
Aunque no tenían suficientes pruebas para pedir ayuda al Senado, sí había indicios para investigar: Tras pedir apoyo a los jedi, Amidala y Binks se pusieron trajes NBQ para protegerse de posibles contagios y volaron hacia los pantanos en un carguero explorador naboo. Por entonces, las dos culturas de Naboo, los humanos naboos y los alienígenas gungans, mantenían relaciones algo tensas en ese momento, con lo que era preciso tener cuidado a nivel diplomático.
Mientras tanto, la gungan Peppi Bow, pastora de shaaks, se sorprendió al ver que su manada empezaba a morir envenenada cuando bebía de un arroyo. Rápidamente Bow comprendió que el agua estaba envenenada. Entonces aterrizó el carguero de Amidala y Binks y, viendo a dos extraños preparados para ataques biológicos, les tomó por los responsables y les atacó con su electro-vara. Cuando Amidala explicó su misión, Bow reveló que el veneno se transmitía por el agua y les indicó cómo seguir el río hasta la zona de árboles berlotes. Bow se ofreció a ayudarles, pero Amidala se negó e insistió en que ella fuese escoltada hasta Theed.
Pero, cuando llegaron al pantano, fueron detectados por todos los sensores. Vindi usó un periscopio para conseguir identificación visual, y decidió que los intrusos podrían ser usados como cobayas, así que hizo que los droides B1 les arrestasen. Mientras los soldados robóticos emergían, Binks descubrió pruebas de que estaban ante un laboratorio y Amidala rápidamente pidió por radio que el capitán Gregar Typho hiciese un geoscáner de las coordenadas en que estaban. Así, aunque les llevaron al laboratorio a punta de rifle bláster, sus aliados sabían dónde estaban y podían continuar la investigación.

Supongo que siempre vienen bien nuevos conejillos de Indias.
El diabólico Vindi confrontó a sus nuevos prisioneros y los contempló de cerca con sus quevedos. Después de tanto tiempo rodeado de simples autómatas que se conocían su trabajo, el pretencioso Vindi estaba encantado de poder explicar su logro a oídos atentos. Por supuesto, sus cautivos no aprobaban el trabajo de Vindi: Cuando él decía haber creado vida, Binks le acusó de destruirla. Vindi debatió ese argumento alegando que las supuestas formas de vida superiores estaban extendiendo un mal tan terrible como la guerra, y que tal vez eran los seres multicelulares quienes merecían ser erradicados. Finalmente, entregó una bomba a su droide LEP e inició el último paso de su malvado plan.
Mientras tanto, Typho escaneaba la zona y descubría el laboratorio subterráneo, con tres puntos de acceso. Así, cuando llegaron a Theed en una cañonera dos jedi (Obi-Wan Kenobi y Anakin Skywalker) con una padawan (la togruta Ahsoka Tano) y tropas clones, Bow y Typho les pudieron explicar la situación. Kenobi dedujo en qué zona se almacenaban las bombas y decidió que la prioridad era impedir que estallasen o, en su defecto, reducir la explosión para que afectase sólo a Naboo y que no se extendiese por la galaxia; Skywalker sin embargo estaba personalmente preocupado por la seguridad de Amidala.

Los droides capturados tenían una grabación holográfica de Vindi.
Los jedi decidieron que Bow rastrease a Amidala en la zona pantanosa, que la gungan conocía, con escolta de Tano y a lomos de un shaak. Descubrieron que el rastro se perdía justo en la zona sobre el laboratorio y dedujeron que Amidala y Binks habían sido apresados allí. Bow y Tano burlaron los sensores y periscopios y, sin ser detectados, informaron a los jedi. Kenobi ordenó a Tano detonar una bomba en la entrada sur del laboratorio, principalmente como distracción para que Kenobi y Skywalker, con sus tropas, atacasen por las dos entradas; y también para que el enemigo sellase el almacén de bombas (y por tanto no pudiese enviarlas a la galaxia).
En cuanto sonó la primera explosión, Vindi envió a los droides a proteger la escotilla atacada mientras él se ponía su casco de respiración especial: Sabía que podía usar armas biológicas contra los atacantes si él estaba protegido. Vindi sabía que ese momento iba a llegar pronto, aunque era un poco antes de lo que él había esperado. El plan de Vindi era esparcir el virus por la superficie de Naboo para que sus enemigos no pudiesen impedir la dispersión por el resto de la galaxia.
Las tropas lideradas por el Capitán CT-7567 "Rex", y que incluía a los soldados Árbol Tranquilo, Lobos de Nieve y Fuego Salvaje, entraron en rápel por la brecha con Tano, pero vieron su avance varado por el grueso de las tropas enemigas. Mientras tanto, Kenobi y Skywalker entraron con tropas por las otras entradas. Sucedieron varias cosas, entre ellas que el droide LEP vio los tiroteos y huyó llevando una bomba de virus consiga.
Otro evento importante fue que Skywalker y sus tropas encontraron a Vindi en un laboratorio. Vindi estaba esperando tranquilamente con un pelotón de droides y sus dos prisioneros, atados a una máquina que podía electrocutarles hasta matarlos si Vindi movía una palanca. Vindi chantajeó a Skywalker con la vida de sus presos; Skywalker cedió y ordenó a sus soldados soltar sus armas. Vindi sabía que no podría retener mucho tiempo así a un jedi, de modo que le ofreció una elección: Capturarle, o salvar a sus amigos. Vindi activó el interruptor, haciendo que Amidala y Binks fuesen torturados por la electricidad, mientras él corría a un túnel de escape, con sus droides cubriendo su retirada. Skywalker usó la Fuerza y su sable para derrotar a los soldados mecánicos y tiró uno a los controles para apagar la máquina; pero Vindi ya tenía ventaja y corría con su maletín a cuestas.
Mientras tanto, Kenobi llegaba para ayudar a Tano, junto con un equipo de artificieros clones. Kenobi encontró la sala de las bombas, pero Vindi las activó remotamente con su maletín. Los artificieros empezaron a desactivar las hileras de explosivos, y Kenobi observó que alguien se había llevado una de las bombas; Amidala recordó al droide ayudante de Vindi llevándosela y lo reportó. Kenobi también se dio cuenta de que Skywalker no había logrado capturar a Vindi. Tano recibió órdenes de buscar la bomba, y Amidala fue en su ayuda.
Skywalker encontró a Vindi corriendo hacia su hangar secreto con una pequeña escolta. Skywalker derrotó rápidamente a los robots, pero Vindi seguía un paso por delante y retrasó al jedi lanzando un vial de virus: Skywalker tuvo que interrumpir la persecución para evitar que se rompiese al caer en el suelo, y eso dio tiempo a Vindi de cruzar y cerrar la puerta de seguridad de su hangar. Skywalker intentó romper la puerta con su sable, pero eso llevaba tiempo y pidió a Kenobi ayuda por radio.
Mientras tanto, Binks encontró un invernadero y, dentro, Amidala encontró al droide LEP. Ella intentó una aproximación diplomática, pero el robot gritó para asustarla y, aprovechando el despiste, trató de huir corriendo. Binks le placó, haciendo que tirase la bomba, y Amidala pudo cogerla. El droide escapó, pero Amidala informó por radio del éxito a Tano, y ella envió artificieros a su posición.
Finalmente, Skywalker abrió la puerta del hangar y entró con varios clones para ver que Vindi les esperaba, armado con una pistola. Vindi les disparó desde una plataforma que se elevaba con la nave hacia la superficie. Skywalker ordenó no disparar, puesto que podrían dañar los viales con el virus. Skywalker y Kenobi saltaron una altura inhumana para intentar llegar a la plataforma, pero Vindi tiró tres viales para que Kenobi cejase en su persecución a cambio de asegurase de que no se rompiesen. Skywalker, sin embargo, llegó hasta la plataforma e intentó arrestar a Vindi.

Vindi en el pantano, enfrentándose a Anakin Skywalker.
Mientras el tobogán de lanzamiento se abría para que la nave pudiese despegar de la superficie al espacio, Vindi se regodeaba en su clara victoria. Él estaba seguro de que iba a ganar porque aún tenía viales que podría tirar al suelo. Lo que él no esperaba era que la pastora gungan Peppi Bow estuviese en las inmediaciones y, al ver abrirse el suelo, ella se escondió para poder atacar por la espalda al "enfermador", como ella le llamaba. Ella le derribó con su electro-vara, alejándole de su maletín y electrocutándole dentro de su escafandra. Skywalker puso su sable en el cuello de Vindi, e incluso así el demente doctor cacareaba de risa: Esperaba que sus bombas detonasen en cualquier momento.
Eso no sucedió porque los artificieros clon había desactivado hasta la última de ellas. Cuando Vindi se dio cuenta, se enfurruñó. Esposado, Vindi fue llevado en su propia nave hasta Theed.
Pero el droide LEP seguía suelto y escapó con un último vial del virus; los artificieros acusaron la ausencia del virus en una de las bombas, y dieron la alarma. Vindi oyó el estrépito y se regodeó, pensando que los esfuerzos de sus enemigos habían sido en vano.
Sin bomba, el droide rompió el tumbo en el laboratorio, poniendo en peligro sólo a las personas que estaban allí: Padmé Amidala, Jar Jar Binks, Ahsoka Tano y varias tropas clon. Rápidamente, Amidala hizo sellar el laboratorio con mamparos de emergencia. Los droides supervivientes de Vindi intentaron abrir las puertas y soltar el virus en Naboo; las fuerza de la República se lo impidieron pero, en el proceso, todos ellos fueron infectados por el virus. Amidala ordenó no abrir las puertas de ningún modo aunque ella muriese, para evitar que el virus se extendiese por Naboo.
Enfurecido, Skywalker interrogó a Vindi a punta de sable para exigirle una cura para el virus. El científico rio a carcajadas, sabiendo que no existía tal cosa. Sin embargo, en Theed, Typho reveló a los jedi que había encontrado un posible antídoto en unos archivos históricos: Un extracto poco conocido de una raíz que sólo se daba en el planeta Iego, que estaba en territorio separatista.
Vindi fue enviado a la cárcel. Los jedi viajaron a Iego y encontraron la cura para el virus de Vindi. Después de eso, el laboratorio fue controlado y destruido. El pantano cubrió los restos y poco después fue como si nunca hubiese sucedido nada allí.
|