LOS NEIMOIDIANOS

Los de la Federación son cobardes,
la negociación no durará mucho.
La Batalla de Naboo | Y después... | Miembros notorios | Nute Gunray

Introducción

 
Rune Hakko

Esta raza alienígena se parece a los duros en muchos aspectos. Tienen pieles lisas y verdosas y grandes ojos rojos, aunque el ojo neimoidiano tiene una pupila que lo divide horizontalmente. También tienen un cráneo más desarrollado, que está sembrada de pequeños bultos y chichones. Sus bocas están giradas hacia abajo, lo cual les da una perpetua mueca. En general, los neimoidianos son empresariales, pero también completos cobardes (Son también inmunes a la podredumbre del gusano cerebral, pero pueden ser portadores).

No es particularmente extraño que se asemejen a los duros: Hace veinticinco mil años, un grupo de colonos duros se asentaron en Neimoidia, un planeta de la Región de las Colonias, bajo el mando del explorador Chla C'cHaan, y son pocos milenios para que haya una evolución importante, al menos a nivel biológico. Cierto es que la gravedad en Neimoidia es mayor que en Duro, y los neimoidianos se han hecho más altos y delgados que los duros, y con mandíbulas más bajas; algunos xenobiólogos creen que los productos químicos de la atmósfera de Neimoidia han teñido la piel de los neimoidianos de un tono verde grisáceo y han alterado también sus ojos, haciéndoles perder el brillo y dándoles las pupilas horizontales. Los neimoidianos tienen también un cráneo más desarrollado, tachonado con chichones y chepas. Sus bocas parecen perpetuamente vueltas hacia abajo, en una mueca de desprecio. Sin embargo, para un observador poco atento, un neimoidiano y un duro son prácticamente iguales.

Pese a las pruebas genéticas presentadas de su relación, la población duro solía negarse a admitir que los neimoidianos eran descendientes genéticos de su raza. Después de todo, se comportaban de modos muy distintos, y los escritos de C'cHaan hablan de la "caída de los colonos".

Los nativos de Neimoidia son adiestrados en las allí consideradas virtudes de la codicia y el egoismo desde su niñez. Cuando una larva de neimoidiano nace, se la sitúa en una colmena común. Allí, los suministros de comida son limitados, y las larvas deben aprender a acumular sus alimentos... o morir. Por dramático que parezca, muchas larvas mueren en este momento.

En el hipotético caso de que la larva haya sobrevivido, se le saca de la colmena cuando cumple siete años. Para entonces, el neimoidiano ha profundizado en su avaricia, y también ha desarrollado verdadero pánico por la muerte. Es por esto que la mayoría de las especies consideran a los neimoidianos cobardes y codiciosos: Han sido educados para serlo.

Pero las demás razas también consideran a los neimoidianos duchos en labores de gestión. Se trata de una habilidad que desarrollan al dirigir las enormes colmenas, y también las granjas de hongos. Evidentemente, sus habilidades de gestión se ven favorecidas por su avaricia casi innata, y es por esto que se les suele ver en puestos comerciales.

Tienen por supuesto un sistema político, gobernado el Círculo Interno Neimoidiano, y un idioma propio, el neimoidiano. Pero su cultura más allá de lo empresarial ha tenido poca relevancia.

Para un neimoidiano, cualquier otra criatura en su planeta está ahí, en el mejor de los casos, para servirle; de lo contrario, no tiene ningún interés. El escarabajo quemadura es cultivado para usar sus excrementos alcaloides en combinación con hongos comestibles como el Masca Negro. Otros seres, como el neekovuelo de cresta membanosa y boca ancha; o el volador aguja, son aves que no sirven para nada. El pez blindado llamado garhai representa la obediencia y la dedicación a un liderazgo iluminado en la cultura neimoidiana, siendo un poderoso símbolo; creo que no se come.

Es típica de los neimoidianos la ostentación a través de las más obvias muestras de riqueza. Según su cultura, así se indica el estátus del individuo: Cuanto más barroco sea su aspecto, mayor es su posición oficial. Son comunes las túnicas caras y los tocados; el ploov es el tocado alto de un diplomático neimoidiano. Les encantan los masajes complejos con aceites especializados y la cerveza agárica. Los neimoidianos ricos pueden permitirse tener un pájaro pylat como mascota. Los oficiales de mayor rango, como puede ser Nute Gunray, se dejan los cuartos en absurdas sillas droide, conocidas como mecanosillas, de utilidad más que limitada.

La susodicha silla se trata de una plataforma móvil sostenida por cuatro patas pesadas controladas por un cerebro robótico, que a su vez se podía controlar con un interruptor en el posamanos. El avance suponía un balanceo giroscópico que, combinado con su superficie raspada por láser, asemejaba la silla al escarabajo soberano nativo de Neimoidia. Era básicamente un símbolo de posición, porque no era en absoluto un modo práctico de transporte, ni tampoco cómodo. Apenas tenía justificación en sujetos lo bastante débiles para no poder moverse por sí mismos, como el agente del emperador conocido como Agujero Negro.

Otras tecnologías de los neimoidianos son las gafas de datos, que unen directamente a un piloto con los sistemas de la nave, permitiéndole un control absoluto. Diseñadas inicialmente para pilotos de cosechadoras en Neimoidia, no tardaron en ser adaptadas para pilotar cargueros. Se trata de dos semiesferas que topan los ojos, y un implante que las une al cerebro del piloto para poder proporcionarle un flujo constante de datos visuales. Esto supone sintonizar antes del uso las gafas con el cerebro de su usuario. Otro problema es que las gafas no pueden sacarse sin cortar el vínculo con una nave, y esto suele suponer la lobotomía del piloto.

Puntualicemos que tanto las gafas de datos como las sillas droide son un invento neimoidiano (en particular de Casa Artesanal Affodies de Neimoidia Pura): Con todos sus defectos, los neimoidianos han desarrollado una de las tecnologías de droides más avanzadas de la galaxia, y usan autómatas para todo. Han desarrollado astronaves droide y completos ejércitos droide. Un ejemplo de esto se puede ver en el Taller de Armaduras Baktoide, que produjo muchos diseños de naves automáticas y controladas por droides para la flota de la Federación de Comercio. Entre los diseños creados por Baktoide estuvieron el transporte MTT y el tanque de batalla AAT. Su trabajo se caracterizaba por líneas redondeadas y bulbosas cumplimentando diseños utilitarios básicos.

Los neimoidianos desarrollaron la Federación de Comercio varias décadas antes de la Batalla de Naboo, según algunos xenohistoriadores bastantes décadas (unas treinta y dos décadas aproximadamente). Esperando incrementar el comercio en los mundos del Borde Exterior mientras mantenían un equilibrio equitativo entre los mundos más pobres del Borde y sus semejantes más ricos del Núcleo. En cuestión de años, los neimoidianos más aptos dejaban su mundo para trabajar en la Federación. Esto provocaba que la población general de Neimoidia estuviese compuesta de los neimoidianos más débiles.

La Federación de Comercio no era únicamente el juguete de los neimoidianos. Desde su inicio, el control se repartía con otras dos especies, los caarites y los filordi. La Federación estaba controlada en todo momento por un Comité Ejecutivo, o Directorado, formado por siete miembros de cualesquiera fuera su especie. Incluso, ocasionalmente, miembros de otras especies (sobre todo humanos) han optado a estos puestos de mando en la Federación.

La Federación de Comercio llegó a ser en poco tiempo la policía de comercio de la República, asegurando la libertad de mercado y mediando disputas entre comerciantes y servicios de transporte. Llegó a ser lo bastante grande y poderosa para conseguir un asiento en el Senado Galáctico, como si fuese un plenta poblado. Muchos mundos se aliaron con la Federación en vez de pedir una representación directa en el Senado, porque obtenía resultados más rápidos. Se rumoreaba que ese éxito se debía a que buena parte de las autoridades senatoriales eran sobornadas sistemáticamente por la Federación (En los años previos a la batalla de Naboo, el nombre de Mas Amedda salía en muchos rumores).

Los neimoidianos utilizaban droides para trabajar la Federación. Especialmente infame se hizo el droide de combate B-1, de Baktoide, que se asemejaba al esqueleto reseco de un neimoidiano. Otras especies lo encontraban inquietante, pero para los neimoidianos era aterrador. Tenía otras ventajas: Era barato, se podía compactar en posición fetal para que ocupase menos espacio y, pese a que otros lo considerarían un defecto, los neimoidianos se empeñaron en poder controlar a todos los droides desde una nave de control. Había de diversos tipos, especializados en pilotaje u oficiales, por ejemplo.

Pero este diseño no resultaba especialmente adecuado ante una fuerza de asalto poderosa (a menos que estuviesen en algún tanque de Baktoide). Contra enemigos con armamento pesado, los droides de combate se rompían con facilidad, incluso en grandes cantidades. Ahí es donde entró un nuevo diseño, contratado a los colicoides para tener un dron pesado que no se controlase de modo independiente. El droide destructor, o droideka, podía utilizar un escudo personal que le protegía de la mayoría de los disparos de armas estándar, convirtiéndose en rival incluso para un jedi. Con el paso del tiempo, la palabra "droideka" en idioma neimoidiano pasó a significar "refuerzos".

Por supuesto, alguien seguía teniendo que hacer el trabajo manual, por mucho droide de seguridad que hubiese. Los neimoidianos delegaron esa labor en los PK de Cybot Galáctica, unos pequeños humanoides que estuvieron a la altura de sus necesidades.

El diseño de naves no caía en manos de esas empresas, sino de la corporación neimoidiana Hoar Chall. Hoar Chall utilizaba técnicos xi chirrianos, no neimoidianos, aunque estaba bajo el control de neimoidianos. Por ello, las naves creadas eran en realidad, a su estilo, droides autocontrolables.

Cazas droides, lanzaderas C-9979, todo tipo de sistemas, hasta los PKs, eran dirigidos por un ordenador de control central, dispuesto habitualmente en la llamada Nave de Control de Droides asignada a una zona. En principio sólo debería controlar los droides, ¡pero los neimoidianos usaban droides para todo! Ahora bien: Esas naves de control exigían un contingente de neimoidianos para tomar las decisiones que los droides llevarían a cabo.

Durante siglos, la Federación de Comercio se dedicó a ganar dinero llevando materias primas de los mundos del Borde Exterior y el Borde Medio al Núcleo y, después de que las materias fuese procesadas en el Núcleo, devolverlas a los Bordes en forma de productos terminados. Eso da beneficios por todas partes.

Unos doce años antes de la batalla de Naboo, la Federación y los thyferranos decidieron organizar un plan para ganar mucho dinero con pocos costes. Organizaron un falso accidente en una planta de proceso de bacterias alzahi en Thyferra. Después de eso, los thyferranos, alegando que el alzahi es un ingrediente clave como el bacta, redujeron su producción de bacta a aproximadamente un tercio. El producto médico más corriente de la galaxia pasó a escasear, y el precio se disparó. En poco tiempo, en el Borde Exterior, muchos sistemas no se podían permitir el bacta.

Pero entonces apareció el pirata Iaco Stark, con un grupo armado a sus órdenes. Robaba los convoys de la Federación y vendía lo robado, obteniendo un jugoso beneficio. Cuando empezó a hacerlo con el bacta, se le consideró un héroe porque hacía que el inalcanzable medicamento volviese a ser asequible.

La Federación explicó sus opciones al Senado: Si la República no podía proteger sus intereses, al menos tendría que permitir que ellos mismos incrementasen sus ejércitos droides. De lo contrario, no podrían seguir haciendo negocio, y se acabó el bacta.

El entonces senador Valorum consiguió una reunión secreta con Stark en Troiken, con la protección de un grpo de jedis formado por Adi Gallia, Plo Koon, Qui-Gon Jinn y Obi-Wan Kenobi, bajo el liderazgo del maestro Tyvokka. Tyvokka se había olido lo que estaban haciendo la Federación y los thyferranos, y envió a dos jedis (el maestro Tholme y su pádawan Quinlan Vos) a investigar a Thyferra.

La Federación enviaría como representante a Nute Gunray, que estaba ascendiendo en sus filas rápidamente. Justo antes de la reunión, el senador y autoproclamado general Ranulph Tarkin, un militarista que pretendía crear un ejército oficial de la República, amenazó a Gunray para que éste revelase la ubicación de la reunión. El plan de Tarkin era aplastar a Stark con su flota, y demostrar la utilidad del ejército.

Durante la reunión, Tarkin intentó atacar a Stark, pero éste había previsto ese movimiento y tomó medidas. Amenazó igualmente a los presentes. Los jedi intentaron proteger a los dignatarios, pero el pánico de Gunray hizo que sus droides de combate hiriesen a todo el mundo, incluyendo al maestro Tyvokka con heridas letales. Sólo la intervención oportuna de los caballeros jedi permitió a Gunray sobrevivir y volver a Coruscant, aunque dejando atrás a buena parte de las fuerzas de la República.

En Coruscant, Gunray volvió a ser amenazado, en esta ocasión por Mace Windu, para que la Federación enviase refuerzos a Troiken y rescatase a las fuerzas de la República y a los jedi que habían quedado atrás. La polítcia de la Federación no incluía arriesgar cuando no había beneficio posible, pero Windu explicó que, si el problema Stark no podía ser atajado allí y entonces, se reagruparían y volverían a amenazar a la Federación. La maestra Adi Gallia, por su parte, sugirió la posbilidad de revelar la verdad sobre la escasez de bacta. Desesperado, Gunray cedió, lo cual mejoró la opinión pública sobre la Federación.

Once años después, la Federación estaba controlada en buena parte por una presencia kuati que parecía interesada en hacerse con el control. Los neimoidianos, los filordi y los caarites empezaban a estar desplazados a un segundo plano. Pero los neimoidianos no querían aceptar esta parte: En una importante conferencia en Eriadu, la delegación neimoidiana hizo asesinar a todos los kuati de la Federación justo mientras los neimoidianos habían ido al cuarto de baño. Sin embargo, no devolvieron ningún tipo de control a los filordi ni a los caarites: En ese momento, la Federación de Comercio pasó a estar controlada íntegramente por neimoidianos, de los que salen en la entrada ORTNS23/917-NAN21 de la Base de Datos Xenológica de la República (costumbres sociales de los neimoidianos en la entrada ORT23/123,983-NAN21SD). En ese momento, era imposible ya impedir que Nute Gunray se convirtiese en el virrey de comercio de la Federación.

Cuando la Antigua República empezó a gravar con impuestos las rutas de comercio entre el Núcleo y el Borde Exterior, los neimoidianos y la Federación de Comercio se enfurecieron, pero sus protestas poco podían hacer para revocarlos.

Gunray, Haako y Lord Sidious

La Federación de Comercio creyó encontrar un aliado poco ortodoxo al conocer al Lord del Sith Darth Sidious. Atraídos por la promesa de beneficios y un futuro con un aliado así de poderoso, el virrey de la Federación pasó a estar bajo el control de Sidious.


La batalla de Naboo

 

Siguiendo las indicaciones de su nuevo aliado Sidious, la Federación de Comercio preparó un bloqueo sobre el pequeño planeta Naboo. Ninguna nave podía entrar ni salir del planeta, excepto las de la Federación. Inmensas naves de guerra se aseguraban de ello; para salir del hiperespacio dentro del bloqueo habría hecho falta una precisión mayor que la de una computadora.

A los naboo no les hacía ninguna gracia esto del bloqueo, pero la Federación no estaba técnicamente infringiendo ninguna ley. La joven reina de Naboo, Amidala, sólo podía esperar a que los neimoidianos cometieran un error, y mantenerse en contacto con el Canciller Supremo Valorum y con el senador de Naboo en Coruscant, Palpatine.

En realidad, esta medida era bastante impopular. Los caarites y los filordi, que se sepa, no tenían conocimiento de la implicación de Sidious, ni tampoco de que su plan iba a ser bastante más ambicioso que un bloqueo. Sin embargo, para expresar vocalmente su desacuerdo, rompieron su relación con la Federación de Comercio, y además empezaron a hacer planes para robar a los neimoidianos el control del sistema Cularin si fallaba su plan de Naboo.

La maestra jedi Adi Gallia había descubierto que la Federación estaba construyendo cazas droide controlados a distancia y que planeaba empezar por el bloqueo de Naboo. La Federación sabía que ella lo sabía, pero, aunque impidieron que ella pudiese demostrar nada, no lograron detenerla. Sin embargo, aún sin pruebas, la información de Gallia llamó la atención de Valorum que, en secreto, envió a dos embajadores jedis a Naboo a negociar un acuerdo con la Federación.

Cuando llegaron los jedis, los neimoidianos contactaron directamente con Sidious antes de tomar ninguna medida. El lord del sith indicó que había llegado el momento de pasar a la fase dos del plan: Desplegar un ejército invasor en la superficie de Naboo, y tomar las ciudades principales. Sidious se encargaría de agobiar al Senado con papeleo para impedir que molestasen a los neimoidianos. También ordenó matar a los jedis, y los neimoidianos intentaron obedecer de la mejor manera posible: La nave en que llegaron los jedis fue destruida, y después les enviaron gas dioxis y droides de combate. Cuando esto falló, los droides destructores hicieron huir a los jedi.

Pero los jedi descubrieron el ejército droide invasor y se coultaron en una de las naves, llegando a la superficie. Mientras tanto, la Reina Amidala se comunicó con los neimoidianos para explicarle que sabía que los embajadores del canciller estaban allí y que le habían ordenado llegar a un acuerdo. Los neimoidianos negaron todo conocimiento de los embajadores y afirmaron ser incapaces de hacer nada que pudiese ofender al Senado. Sin embargo, dejaron entrever que, para cuando el Senado votase sobre el bloqueo, estaban convencidos, favorecería a la Federación.

Pese a ello, asustados, los neimoidianos cortaron toda comunicación entre Naboo y Coruscant. La corte de Amidala, aún queriendo resolver esto pacíficamente, empezaba a preguntarse si los neimoidianos iban a tener redaños para iniciar una invasión.

Los tuvieron.

El ejército de los Gungans

El ejército droide de la Federación de Comercio llegó a la superficie y avanzó hacia la ciudad capital, Theed, sin encontrar resistencia digna de mención. El comandante OOM-9 era consciente de la posibilidad de que los jedis se hubiesen ocultado en una de sus naves, pero no les descubrió. Sidious fue informado de los avances, aunque no de la desaparición de los jedis.

Con resistencia mínima del voluntariado de seguridad naboo, y con unos pocos gungans que eligieron esconderse en vez de pelear, Theed es tomada, consiguiendo la captura incluso de la Reina en persona. Repentinamente tranquilos, los neimoidianos viajaron a la superficie planetaria, seguros de que no habría más disparos.

Para legitimar la ocupación droide de Naboo, la Federación necesitaba que la Reina firmase un tratado favoreciendo su presencia, que el Senado, indudablemente, ratificaría. La Reina se negó a colaborar, ni siquiera cuando los neimoidianos amenazaron con tomar represalias contra la población civil.

Los jedi consiguieron liberar a la Reina y a muchos de su cortesanos, excepto al gobernador Sio Bibble, y robaron una nave para huir de Naboo. A Sidious no le hizo ninguna gracia saber esto. Los neimoidianos se excusaron por la imposibilidad de encontrar a la Reina con sus medios, así que Sidious tuvo que recurrir a otros medios. Reveló entonces a los líderes de la Federación la existencia de su aprendiz, Darth Maul.

Con Naboo tomado, y sin la Reina allí, la mayoría de las naves del bloqueo fueron reubicadas. Sólo quedó una cantidad mínima de naves para controlar a las tropas droide. Después de todo, se suponía que los nativos no iban a llegar a ningún hangar, estando todos custodiados por tropas de la Federación.

Mientras Amidala intentaba llegar a Coruscant, su nave recibió una transmisión de Bibble, informándole de que la tasa de víctimas era catastrófica y de que los neimoidianos habían cortado los suministros de comida. Bibble sugería ceder a sus exigencias, o al menos contactar con Naboo, pero Obi-Wan Kenobi, uno de los jedi, lo prohibió: Probablemente se trataba de un truco para rastrear las comunicaciones (sobre todo habida cuenta de que los neimoidianos las acababan de cortar).

A efectos prácticos, Bibble se mantenía firme ante los neimoidianos. Alegaba que Naboo era una democracia y que el pueblo había tomado su decisión. La Federación sabía también de la existencia de una especie inteligente submarina, los gungans, y enviaron a sus droides a por ella. Se formó también una pequeña resistencia humana, pero era demasiado insignificante para preocupar realmente a los líderes neimoidianos.

En Coruscant, Amidala intentó exponer la situación, pero el senador Lott Dod protestó porque no había pruebas para condenarles. Sugirió enviar una comisión a Naboo para investigar la situación, y rápidamente contó con el apoyo de Malastare y de Sy Myrth. El Canciller Supremo no podía exponer sus descubrimientos sin admitir que había enviado a dos jedis sin consultar con nadie. Como resultado, Valorum se vio obligado a dejar su puesto.

En Naboo, la Federación controlaba ya todas las ciudades encontradas, humanas o gungans, según informó a Sidious. Éste, de todos modos, envió a Darth Maul allí, por si acaso.

Era una buena idea: Amidala consiguió aliarse con los gungans y reunir al ejército gungan lejos de Theed para atraer a las tropas droides, dejando desprotegido Theed. Así, ella en persona con un pequeño grupo y dos jedis entraría en la ciudad y capturaría al virrey. Al mismo tiempo, sus pilotos se harían con sus cazas para destruir la nave de control de droides. Si bien este plan tuvo sus inconvenientes (Uno de los jedi cayó ante Darth Maul y el otro no logró volver a tiempo a la batalla después de vencer; la propia reina fue capturada hasta que sus captores se distrajeron con una falsa reina; y los gungans fueron vencidos rápidamente), en realida acabó teniendo éxito. El momento definitivo de la victoria fue cuando un piloto sin entrenamiento logró destruir casi accidentalmente la nave de control de droides, con lo que todo el ejército se cayó solo.

Los neimoidianos supervivientes fueron enviados a Coruscant a explicar sus acciones ante el Senado. La especie entera había caído en desgracia a escala galáctica. Sidious les abandonó inmediatamente en cuanto perdieron el control, y toda utilidad.

La nave de control de droides, destruida

Y después...

 

La Antigua República no podía permitirse prescindir de la Federación de Comercio, pero les calentó el trasero a los neimoidianos. Primero restringieron estrictamente sus capacidades y sus libertades. Sus ejércitos se redujeron considerablemente: Fueron parcialmente absorbidos por ejércitos planetarios locales o fuerzas de la República, pero también, en una proporción importante, la Federación vendió rápidamente activos de seguridad a otras empresas que ya pertenecían a la Federación. La Federación no podía seguir siendo tan buen cliente de Baktoide, pero esta empresa, aunque tuvo que cerrar varias fábricas, siguió trabajando y diseñando nuevos modelos que eliminasen los fallos más obvios de los anteriores.

Algunos de los principales responsables de la invasión a Naboo fueron juzgados un montón de veces, y todas ellas encontrados inocentes y puestos en libertad sin ningún cargo posible. Esta medida hizo que esos neimoidianos fuesen después mucho menos ricos que antes.

Los caarites y los filordi, por su parte, no olvidaban. Bajo el nombre de El Cártel Metatherano, tomaron el control del sistema Cularin, poniendo una serie de restricciones sobre el comercio que, se preveía, podrían eliminar la piratería.

Seis años después de la batalla de Naboo, la Federación estaba intentando controlar el planeta Maramere. En este otro lugar, se encontraron con la oposición del pirata local Sol Sixxa primero, y después del temible Nym.

La Federación se las apañó para seguir siendo indispensable, pero no se atrevía a desafiar nuevamente a la República. Interrumpieron el tráfico de tecnología y alimentos ahcia el sistema Kabal cuando, con el aumento de los impuestos republicanos sobre el Corredor de Comercio Sharlissiano, este negocio dejó de ser fructífero. Alegaron que simplemente no se lo podían permitir, pero no aceptaron ninguna responsabilidad sobre los disturbios que tuvieron lugar poco después. Una situación similar sucedió en el sistema Cona.

Por supuesto, en peores situaciones, la Federación supervisaba labores de limpieza en las rutas que les interesaba que estuviesen limpias. Incluso apoyaron a sus antiguos asociados, los gran de Malastare, proporcionándoles mano de obra droide durante las huelgas de trabajadores .

Cuando el Conde Dooku empezó a hacer que planetas enteros se secesionasen de la República en la crisis separatista, la Federación de Comercio (así como otras organizaciones similares) no pudo permitirse el lujo de adoptar oficialmente ningún partido, aunque (al igual que otras organizaciones similares) apoyaba en secreto a los separatistas proporcionándoles armas y ejércitos.

Durante siglos, la Federación había utilizado el planetoide PDC3141-02, carente de toda vida, como basurero para sus desperdicios. Poco antes del inicio de las Guerras Clon, la Universidad de Sanbra descubrió vida unicelular en PDC3141-02 e hizo que se impidiese el uso del planeta como basurero hasta que se pudiese investigar este descubrimiento debidamente. Esto provocó que el basurero de la Federación Portador Moteado llegase a PDC3141-02 con residuos radiactivos, y no pudiese tirarlos. Peor todavía: El Portador necesitaría repostar en algún mundo cercano antes de llegar a otro posible basurero. La Federación alega que la tripulación corrió peligro, aunque la situación se saldó sin víctimas (y en realidad no debería haber corrido peligro si el Portador cumplía las normas de seguridad para el transporte de residuos radiactivos). Pese a las protestas del senador Dod, la investigación del xenobiólogo al cargo, profesor Unigard Lom, tuvo prioridad.

Los neimoidianos han perdido buena parte del prestigio que tuvieron una vez y, según muchos, llevaban siglos buscándoselo.


Neimoidianos notorios

 

Lott Dod: Este neimoidiano era el principal representante de la Federación de Comercio en el Senado Galáctico de la Antigua República. Su modus operandi habitual incluía el uso de mentiras y confusas maniobras legales para manipular la burocracia, favoreciendo así las metas de la Federación. Se ha observado también un comportamiento que tiende frecuentemente a las protestas airosas. Fue sin embargo incapaz de impedir que la República pusiese impuestos sobre las rutas de comercio.

Un año antes de la batalla de Naboo, Lott Dod fue, junto con Nute Gunray, uno de los dos representantes neimoidianos de la Federación que sobrevivieron al asesinato en el foro de impuestos en Eriadu, cuando el Frente Nébula mató a los kuati de la Federación.

Cuando la Reina Amidala protestó por la supuesta invasión del planeta Naboo, Lott Dod mantuvo su postura de que el bloqueo era una respuesta perfectamente legal a las acciones de las República. Denegó las acusaciones de una invasión (Es posible que Dod no estuviese informado de la invasión), y recomendó que el Senado enviase una comisión independiente a Naboo para investigar la situación. Pero entonces, la Reina Amidala presentó una moción de censura contra el Canciller Valorum. Dod se sintió amenazado por este giro de los acontecimientos y se opuso totalmente a esa medida. Fue derrotado por mayoría, por supuesto.

Aún después del descubrimiento de los actos de Gunray, Dod siguió luchando por la Federación de Comercio y protegiendo los intereses de los barones. Mantenía contactos con el trandoshano Crovessk, que intentó en varias ocasiones conseguir la ayuda de Dod para que Trandosha tuviese representación senatorial independiente.

En el año anterior al inicio de las Guerras Clon, Lott Dod fue uno de los seis heridos en un accidente de cinco speeders en el Distrito Fobosi de Coruscant, cuando un transporte público automatizado tomó el sentido equivocado por la ruta T-534. Dod estuvo en situación estable en cuestión de horas, pero debería utilizar terapia bacta y cirugía reconstructiva esa semana. Sus abogados estudiaron la posibilidad de demandar a la línea de transportes públicos.

En cuestión de días, Dod se había reincorporado a su trabajo. Negó enojado las acusaciones encubiertas del senador Rasit Brun, de Rintonne, que sugería que la Federación había estado armado al pueblo de Ando después de la secesión. Dod se negaba a dejar impune siquiera un chiste sobre su persona, como descubriría el senador Orn Free Taa, de Ryloth.

Daultay Dofine: Este neimoidiano ascendió hasta su puesto como teniente en jefe de Nute Gunray, a través de una cuidadosa campaña que combinaba lamer ciertas botas y traicionar a algunas personas con el uso de su apellido. Dofine era vago y codicioso, y sólo moderadamente competente en su trabajo. Destacaba, sin embargo, en la cínica actividad consistente en halagar a una persona poderosa mientras planea la mejor forma de apuñalarla por la espalda. Dofine no contaba, empero, con el beneplácito del Despacho de Naves y Servicios, que le había puesto en su lista negra por una serie de quejas variadas contra sus acciones, incluyendo, entre otras, la toma de posesión ilegal de cargamentos, según el subdirectorio SR1105-12,983/CDN-23 de la Base de Datos de Investigaciones Abiertas.

Daultay Dofine

Antes de la batalla de Naboo, Dofine estaba al mando del carguero LH-3210 Rédito. Fue enviado a Dorvala a por un cargamento de lomita y, cuando estaba cargado, fue atacado por piratas del Frente Nébula. Los piratas obtuvieron la carga, pusieron explosivos en la nave y huyeron. Dofine y su tripulación lograron escapar, y fueron después rescatados. Todo esto formaba parte del plan de Darth Sidious.

Dofine volvería a tener ocasión de colaborar en el plan de Sidious cuando la Federación de Comercio, bajo las órdenes directas del Lord del Sith, bloqueó el planeta Naboo. Sin embargo, Dofine se atrevió a cuestionar las órdenes de Sidious. Por ello fue degradado y puesto al mando de la nave de control de droides de la Federación, un cargo en el que demostró una eficiencia cuando menos discutible. Estaba a bordo de esta nave cuando fue destruida por Anakin Skywalker.

Rune Haako: Este neimoidiano trabajaba para la Federación de Comercio como consejero legal y oficial de asentamientos. En tal calidad escribió un estudio sobre el potencial de mercado de los mundos conocidos del Borde Exterior, en el que sugería que Tatooine sólo podría tener importancia para la Federación si era utilizado para actividades encubiertas, probablemente ilegales. El hecho de que la Federación no tuviese presencia en Tatooine indica que tenían en consideración la opinión de Haako.

Haako era famoso por ser un neimoidiano de negocios despiadado que veía como enemigos hasta a sus asociados, pero al mismo tiempo evitaba el enfrentamiento directo. Era muy bueno trabajando en secreto contra la gente.

En algún momento no registrado, Haako se encontró con Caballeros Jedi, y desde entonces les cogió auténtico terror.

Haako era el teniente de Nute Gunray en el tiempo que llevó a la batalla de Naboo. Cuando Hath Monchar traicionó a la Federación y huyó, Haako sugirió a Gunray emplear a la cazarrecompensas Mahwi Lihnn para perseguirle. Lihnn ya había trabajado para la Federación y aceptó el contrato de Haako.

Haako también fue teniente de Gunray durante el bloqueo de Naboo, y conocía la existencia del benefactor de Gunray Darth Sidious. Cuando el capitán Daultay Dofine fue degradado por discutir órdenes, Haako ascendió a su posición y, con Gunray, siguió los planes de Sidious, guardándose su pesimismo para la intimidad. Obedeció sin rechistar las órdenes de Gunray y de Sidious, aunque maldita la gracia que le hacía enfrentarse a los jedi, o siquiera descubrir la existencia del segundo lord del sith, Darth Maul.

Haako fue capturado junto con Gunray por la Reina Amidala y su séquito, y fue enviado a Coruscant para ser juzgado.

       Escucha a Rune Haako (en inglés)

Chal Haan: Este líder neimoidiano observó cómo su especie perdía poder y prestigio después del desastre de la Batalla de Naboo, y declaró en su Encíclica de la Grandeza Histórica que los neimoidianos debían abrazar su herencia como descendientes de colonos duros y recuperar su dignidad como representantes de una especie que nunca ha sido famosa por sus maldades.

Hask: Este neimoidiano era el principal representante de la Federación en Thyferra en los años que llevaron a la Guerra Hiperespacial de Stark. Formó una alianza con Adol Bel, de la facción xucphra, y desarrolló un plan según el cual los thyferranos fingirían una escasez de bacta para poder incrementar los precios y obtener grandes beneficios. Este plan empezó a caerse en pedazos cuando Iaco Stark y su grupo de piratas atacaron los convoys de bacta, robaron el contenido y pasaron a venderlo a precios más baratos. Hask se reunió con Bel para discutir sus opciones, pero en esta reunión fueron descubiertos por el maestro jedi Tholme y su aprendiz padawan Quinlan Vos, que estaban en Thyferra investigando la escasez de bacta, con lo cual fueron totalmente descubiertos.

Helb: Este neimoidiano vestía con ropas sencillas para no llamar la atención en una multitud, a diferencia de la mayoría de los otros neimoidianos. Helb trabajaba como broker para la banda de los Incursores Tecnológicos, vendiendo equipo con tratos en tabernas y bares del Distrito del Senado en Coruscant, en particular en la Taberna Esplendor. Se sabe que Helb perdió una vez un edificio en las Montañas Cascardi jugando al sabacc con Didi Oddo.

Helb contrató a Fligh para robar el datapad de la senadora Uta S'orn y frustrar sus planes contra los Incursores. Después, reveló a Qui-Gon Jinn y a Obi-Wan Kenobi que Fligh debía mucho dinero a los Incursores por un número de favores.

Tey How: Esta hembra neimoidiana que debe medir cosa de metro noventa estaba al cargo de una estación a bordo de la nave de control de droides de la Federación de Comercio durante la invasión de Naboo, y murió cuando Anakin Skywalker voló la nave. Era una piloto neimoidiana extremadamente capaz, con gafas de datos para facilitar su labor. Por ello, Gunray la reasignó a la Nave de Control de Droides que permanecería en Naboo mientras el resto de la flota volvía a casa. How permaneció en su puesto durante la batalla de Naboo, y murió cuando la nave explotó.

Tey How

Nap Lagard: Este neimoidiano era el comandante del carguero de la Federación de Comercio Adquisidor en los años previos a la batalla de Naboo. El Adquisidor había sido armado para protegerse de los piratas y otros atacantes. Fue enviado a rescatar al carguero Rédito cuando el Frente Nébula intentó robar su cargamento de lomita, pero Lagard llegó demasiado tarde para salvar al Rédito.

Gilramos Libkath: Este neimoidiano había sido ayudante de Nute Gunray en los años entre la batalla de Naboo y el inicio de las Guerras Clon. Libkath era tan pomposo y astuto como la mayoría de los neimoidianos.

Hath Monchar: Este neimoidiano trabajaba para la Federación de Comercio era el virrey adjunto de Nute Gunray. Fue puesto al mando de un plan de la Federación para hacerse con las minas de lomita en Dorvalla, pero no consiguió acceder a ellas, e incluso fue acusado de su destrucción. Monchar huyó a la seguridad del carguero blindado de la Federación Saak'ak.

Hat Monchar

Monchar era consciente de que Darth Sidious estaba utilizando a la Federación para el bloqueo de Naboo. Avaricioso como suele ser un neimoidiano, decidió vender información sobre el bloqueo y sobre Sidious al mejor postor en Coruscant; habría ofrecido la información a los jedis, pero ellos nunca pagaban por nada. Lo intentó después con Darnada, un vigo de la organización criminal Sol Negro, pero éste no se lo creyó y echó a Monchar. Es irónico que, después, el superior de Darnada, Alexi Garyn, pujaes por la misma información.

Coincidencialmente, el aprendiz de Sidious, Darth Maul, estaba por allí y descubrió a Monchar. Sidious decidió que debía eliminar a Monchar antes de que esa información llegase al Senado, y envió a Darth Maul a por él. Rune Haako también se enteró de la fuga y convenció a Gunray para que contratasen a una cazarrecompensas, Mawhi Lihnn, para encontrar a Monchar antes que Sidious. Lihnn ya había trabajado con la Federación y aceptó el contrato de Haako.

Monchar comprendió que corría peligro y contrató al trandoshano Gorth como guardadespaldas. Estaba a punto de vender la información a Lorn Pavan en la Cantina Dewback en Coruscant, pero Maul encontró a Monchar. Primero mató a Gorth, después interrogó a Monchar y por último le decapitó.

Ruuk: Este neimoidiano fue enviado al mundo de Maramere, recién reclamado por la Federación, como ayudante de Lord Toat. Ruuk se dedicaba a espiar a Toat en un entorno tranquilo. Sin embargo, cuando el pirata Sol Sixxa atacó y mató a Toat en el barco de éste, Ruuk temió por su vida. Sol Sixxa hizo que sus hombres tirasen a Ruuk por la borda. Ruuk sobrevivió y llegó a controlar Maramere en nombres de la Federación.

Autoproclamado Lord Ruuk, ahora el neimoidiano continuó el trabajo de Toat explotando los cristales de estigio de Maramere para el desarrollo del sistema de ocultación que Gunray había proporcionado a Toat, eintentando aplicarlo a naves de la Federación.

Cuando el pirata Nym, buscado en tres sistemas incluido Maramere, llegó al planeta, atraído por la recompensa ofrecida por Sol Sixxa, los agentes de Ruuk descubrieron la nave de Nym, el Caos. Comprendiendo rápidamente que Nym iba tras Sol Sixxa, Ruuk ordenó tenerle vigilado.

Los agentes de Ruuk descubrieron que Nym había reactivado un droide de protocolo de la Federación aparentemente destruido y, pese a que habían rastreado la señal, Ruuk no ordenó un ataque aéreo. Prefirió dejar que Nym les llevase hasta Sol Sixxa. Efectivamente, la Federación le siguió, reuniendo una flota de navíos armados como escuadrón de ataque. Ruuk no pidió ayuda a la Fderación porque temía que se hiciesen con el prototipo de ocultación o que descubriesen el potencial del planeta. Supervisó holográficamente el ataque cuando los hombres de Nym lograron destruir el sistema de ocultación de Sol Sixxa y cuando sus tropas capturaron a las tripulaciones de ambos. Pero Nym y Sol Sixxa se aliaron y lograron enfrentarse a las fuerzas de la Federación. Ruuk dio por muerto a Sol Sixxa, pero no era el caso. Sol Sixxa y Nym se aliaron para combatir a la Federación de Comercio, y Ruuk fue dado por muerto.

Gode Takrab: Este neimoidiano fue enviado por la Federación de Comercio a la superficie de Naboo durante el bloqueo previo a la batalla de Naboo. La misión de Takrab era recoger una muestra de la caligrafía de la Reina Amidala para falsificar los documentos que legitimasen la invasión, después de que Amidala huyese. Takrab ocultó una copia terminada de los documentos falsificados en la memoria de su droide de protocolo, TC-11, pero fue capturado por un grupo de la Resistencia Naboo antes de poder enviarlos a la nave de la Federación. Takrab intentó negociar su libertad y transmitir los documentos, pero sus captores se mantuvieron firmes.

Lord Toat: Este neimoidiano pertenecía a la Federación. Se cree que tuvo la idea de reclamar el mundo de Maramere, dotado de grandes recursos y una población local trabajadora, en los años posteriores a la batalla de Naboo. Fue puesto al mando de la expedición de conquista, e intentó explotar la riqueza minera de Maramere, en particular los cristales estigio, usando una leyenda local para ocultar su ubicación principal. Esto satisfizo a Nute Gunray, hasta el punto de que éste entregó a Toat el prototipo de un sistema de ocultación de Sienar.

Toat encontraba que el planeta era aburrido, y justo entonces fue asesinado por las fuerzas del pirata local Sol Sixxa.

Sil Unch: Este oficial de comunicaciones neimoidiano se había hecho implantar prótesis cibernéticas para mejorar su capacidad de comunicación con las naves. La especialidad de Unch se encontraba en los escudos navales. Unch fue destinado a la nave de control de droides que realizó el bloqueo de Naboo, y se cree que murió allí.


Nute Gunray

 

Nute Gunray, virrey de la Federación de Comercio. Soberanísimo cobarde eternamente protegido por droides de combate, ha estado implicado en incontables operaciones ilegales, financiando actividades totalmente inmorales, e incluso ha colaborado con al menos tres lores del sith en un tiempo en que éstos estaban supuestamente extintos. Figura pública entre los neimoidianos donde los haya, Nute Gunray es merecedor de un análisis detallado.

Desgraciadamente, no podrá ser tan detallado como se podría desear. Nute Gunray ha mantenido la mayor parte de sus orígenes en secreto, probablemente no por falsa modestia, sino por auténtica prudencia. Se sabe que es nativo de Neimoidia, pero no se sabe con tanta seguridad cuáles fueron sus actividades antes de su primera aparición pública. Abundan los rumores, cómo no, pero tanto Gunray como su colega Lott Dod se encargarán de negar con vehemencia todo aquéllo que no pueda demostrarse ante un tribunal.

Doce años antes de la batalla de Naboo, Gunray ya era un neimoidiano rico y respetado que se movía en una incómoda mecanosilla siempre que era posible. Trabajaba para la Federación de Comercio, pero aún no había alcanzado el rango de virrey que le haría famoso.

No, en aquel entonces Gunray representaba a la Federación ante el Senado Galáctico en Coruscant. Su primer discurso de verdadera relevancia histórica hacía referencia a la piratería. Después de que un teórico accidente en Thyferra hubiese reducido la producción de bacta a un tercio, la Federación se había visto obligada a subir los precios del bacta para cubrir costes. Sin embargo, el pirata Iaco Stark y su agrupación de criminales estaban acosando a sus convoys y robando su contendio.

Gunray tuvo que explicar que las opciones de la Federación de Comercio eran en ese momento limitadas: No podían permitirse infringir las leyes de la República dando más armamento a sus naves. Sin embargo, si la República no podía proteger a sus naves de los ataques piratas, Gunray solicitaba que se cambiasen las leyes para permitir que la Federación se protegiese sola. ¡De lo contrario, dramatizaba el neimoidiano, no sería posible seguir comerciando!

El Senado estaba dividido en este tema. El senador Ranulph Tarkin opinaba que era el momento de crear un auténtico ejército de la República, mientras que el senador Finis Valorum alegaba que eso precisamente incitaría a la guerra.

Valorum consiguió concertar una reunión entre un representante de la Federación y Stark. Gunray representaría a la Federación. Un grupo de caballeros jedi, bajo el mando del maestro Tyvokka, garantizaría la seguridad. Ahora bien: Dadas las circunstancias, el lugar y momento de la reunión sería alto secreto.

Pero el senador y ahora autoproclamado general Tarkin se reunió con Gunray y le amenazó con exponer ciertos acuerdos secretos del neimoidiano ante la República, a menos que le revelase la ubicación de la reunión. Gunray cedió y dio el nombre del planeta, Troiken. El plan de Tarkin, según confió a Gunray, era presentarse allí con su flota personal y aplastar de una vez por todas al grupo de Stark.

Durante la reunión, con Stark y sus ayudantes delante, Gunray dio una señal a Tarkin para que saltasen al hiperespacio hacia Troiken. Sin embargo, Stark había previsto esto y tomó medidas que destruirían a la mayor parte de la flota. Cuando Stark amenazó a continuación a los dignatarios presentes, Tyvokka inició una pelea.

Gunray se asustó y retrocedió, protegido por los jedis Qui-Gon Jinn y Obi-Wan Kenobi. El maestro Jinn sugirió a Gunray que prestase a sus droides de seguridad para la pelea pero, asustado, Gunray sólo supo decir "Matadlos a todos", con lo que los droides provocan bajas entre ambos bandos, y además dan a Stark la oportunidad de huir. Después de que Tyvokka recibiese heridas letales, los jedis se vieron obligados a destruir a los droides de Gunray, que se pasó el resto del tiempo protestando y diciendo que ahora los jedis debían protegerle.

Gunray exigió ser llevado a su nave para poder hacerse con el resto de sus droides, pero Stark destruyó la nave antes de que esto pudiese tener lugar. Gunray tuvo que huir de Stark con los jedis. En el proceso de esta huída, el maestro Jinn empujó a Gunray al fango para salvarle la vida, y por supuesto Gunray tampoco se lo tomó bien.

Pronto, se vieron atrapados en las cuevas de Troiken. Gunray sugirió negociar la paz. Sin embargo, en cuanto se sacó el tema de devolver a Coruscant a los dignatarios más importantes, Gunray se apuntó a ese plan y, efectivamente, fue llevado al planeta capital.

Pero el Senado se negaba a enviar refuerzos a rescatar a los jedis y a los soldados de Tarkin que habían quedado atrás. Los maestros jedi Mace Windu y Adi Gallia se reunieron con Gunray, ahora en la seguridad de sus aposentos, para solicitarle que enviase naves de apoyo. Gunray no tenía interés en arriesgar sin beneficio posible, ni siquiera cuando Windu le explicó que, a menos que el problema Stark fuese atajado en ese momento, sus hombres se reagruparían y amenazarían nuevamente a la Federación. Sólo cuando Gallia amenazó con revelar sus descubrimientos sobre la implicación neimoidiana en la falsa escasez de bacta, Gunray cedió. En aquel momento, creía que los jedis no tenían pruebas al respecto, pero eligió no arriesgarse.

Por causa de su implicación en el rescate, Gunray fue aclamado y, tras otras jugadas igualmente hábiles, llegó a ser virrey de la Federación de Comercio.

       Escucha a Nute Gunray (en inglés)

El virrey Gunray realizó un curioso descubrimiento sobre un miembro de la Federación, la empresa conocida como Supertanquistas Pulsar. Según declaró Gunray ante el resto de la Federación, Pulsar actuaba con despreocupación maliciosa hacia los beneficios, llegando incluso a dar donativos a caridad sin ningún tipo de recompensa identificable. La Federación expulsó a Pulsar de su Directorado tras este escándalo.

Los historiadores creen que fue esa maniobra de Gunray lo que atrajo la atención del lord del sith Darth Sidious. No está claro cómo se reunió Sidious con Gunray, pero se cree que Sidious es una especie de fetichista de la comunicación a través de hologramas. Sidious le ofreció riquezas y poder a Gunray y a la Federación a cambio de su colaboración, y por supuesto el buen neimoidiano aceptó.

Para poder servir debidamente a Sidious, Gunray necesitaba más poder, así que, según se cree, Sidious manipuló la situación para que así fuera. Eru Matalis, alias Havac, un nativo de Eriadu que militaba en el Frente Nébula, contrató a un grupo de mercenarios para que, en una misión secundaria, asesinase al Directorado de la Federación durante el foro sobre impuestos en Eriadu. Los únicos supervivientes fueron Gunray y Lott Dod, y el líder de los mercenarios murió antes de poder ser capturado.

Sidious siguió favoreciendo a Gunray: Ahora que ya era el líder indiscutible de la Federación, los demás miembros del Círculo Interno Neimoidiano fueron asesinados y sustituidos por marionetas a sus órdenes. El neimoidiano se recostaba sobre el respaldo, satisfecho con su vida.

Uno de sus subordinados, Hath Monchar, desertó de la Federación para intenter vender al mejor postor información sobre Darth Sidious y sus planes para la Federación. Gunray delegó en su subordinado, Rune Haako, la labor de perseguir y capturar a Monchar.

El plan de Sidious incluía que la Federación realizase un bloqueo sobre el pequeño planeta Naboo, en protesta por el incremento de impuestos a las rutas de comercio. Este bloqueo serviría como tapadera para cuando la Federación desplegase su inmenso (y totalmente ilegal) ejército droide sobre la superficie planetaria en una invasión. Gunray dirigiría todo personalmente, con la ayuda militar del capitán Daultay Dofine.

Pero el Canciller Valorum se olía algo y envió a dos embajadores jedi en una misión no autorizada por el Senado, para obligar a Gunray a llegar a un acuerdo. Gunray comprendió rápidamente que los jedis no habían sido enviados por el Senado y pidió a Dofine que les distrajese mientras él contactaba con Sidious. Dofine sintió un ataque de pánico y se negó, así que Gunray le llevó consigo a hablar con Sidious.

En la reunión, Sidious degradó a Dofine por discutir sus órdenes, así que Gunray se vio obligado a ascender a Haako a ese puesto. Sidious también ordenó a Gunray iniciar el despliegue de tropas en la superficie. Gunray se sentía confuso: Dudaba que el Senado fuese a aprobar esa medida. Sidious le tranquilizó diciéndole que él se encargaría de agobiar al Senado con burocracia para que no pudiesen intervenir a tiempo. Además, si Gunray conseguía que la Reina de Naboo firmase un tratado legitimando la presencia de la Federación en Naboo, no tendría que preocuparse de nada más.

Respecto a los jedis, Gunray obtuvo el permiso de Sidious para matarlos. Primero, Gunray destruyó la nave consular en donde habían venido (con la tripulación dentro). Después, lleno la sala donde estaban los jedis de gas dioxis, y les lanzó un pelotón de droides de combate por si acaso. Creyendo haber triunfado, Gunray se sintió muy sorprendido cuando los droides escaparon del gas y derrotaron a sus droides (Más aún, Gunray debió reconocer rápidamente en uno de los jedis a quien le había tirado al fango en Troiken).

Gunray y Haako exigieron un refuerzo pesado en forma de droidekas. Al fin, los droidekas fueron un enemigo lo bastante poderoso para hacer que los jedis huyeran. De hecho, llegaron a huir tan bien que descubrieron el ejército invasor de la Federación y se ocultaron en una de sus naves para desembarcar con ellos.

Al mismo tiempo, la Reina Amidala de Naboo contactó con Gunray y le explicó que sabía que los embajadores del Canciller estaba con él y que se le había ordenado llegar a un acuerdo. Gunray negó todo conocimiento de ningún embajador, y afirmó no haber hecho nada que pudiese ofender al Senado. Amidala le recordó a Gunray que el Senado acabaría votando sobre el tema del bloqueo, pero Gunray parecía muy tranquilo respecto a eso, convencido de que el Senado le respaldaría. Muchos creen que su seguridad era el resultado de una serie de sobornos bien situados.

De todos modos, Gunray estaba más asustado de lo que reconoció ante Amidala. En cuanto Amidala cerró el canal, Gunray ordenó a Haako interrumpir toda comunicación que saliese de Naboo. Esta maniobra no pasó desapercibida a los naboo.

Las tropas droides iniciaron su despliegue en tierra. Gunray informó a su comandante, OOM-9, de que los jedis debían haberse ocultado en una de sus naves, y el droide afirmó que les encontrarían.

Cuando las tropas avanzaron sin encontrar resistencia, Gunray informó a Sidious de los progresos. No le informó de los fallos, ocultándole que los jedis seguían por ahí, sueltos y quién sabe qué estarían haciendo.

Sólo cuando la ciudad capital de Theed fue tomada y el voluntariado de seguridad fue derrotado, Nute Gunray reunió valor para ir a la superficie planetaria. Sin embargo, obtuvo una fría recepción de la Reina que no se vio mejorada cuando el virrey le ofreció un tratado para que lo firmase. Gunray tuvo que amenazar con tomar represalias sobre la población civil.

Pero la firma de este tratado se vio dificultada cuando la Reina Amidala escapó de Naboo con los jedis para ir a Coruscant. Gunray continuó amenazando al gobernador Sio Bibble, que había quedado atrás, aún sabiendo que Bibble no tenía autoridad para firmar el tratado. Esperaba tal vez conseguir que Bibble contactase con la Reina y le pidiese que firmase.

Gunray también ordenó a sus tropas droides buscar a la especie inteligente submarina de Naboo, los gungans. No estaba preocupado por la débil resistencia naboo que se había formado; él se consideraba lo bastante protegido.

Cuando tomaron todas las ciudades encontradas, Gunray informó directamente a Sidious. Entonces, Sidious envió a Naboo a su aprendiz, Darth Maul, a supervisar la operación. Gunray empezó a lamentar haber tratado con Sidious.

La Reina Amidala consiguió la ayuda de los gungans, que reunieron su ejército lejos de Theed. Gunray cayó en su trampa y envió allí a la mayor parte de su ejército droide, dejando Theed prácticamente desprotegido. La Reina y un pequeño comando entraron en el palacio y, mientras sus jedis combatían contra Darth Maul, ella intentaba capturar a Gunray. Fue capturada a su vez por los droides de Gunray y desarmada. Sin embargo, cuando apareció una falsa reina, una de las doncellas de Amidala disfrazada de Reina para confundir a Gunray, éste envió a sus droides tras ella. Entonces, la Reina se hizo con una pistola oculta en sus propios aposentos y capturó a Gunray. Incluso cuando Gunray amenazó con llamar a más droides, era consciente de que estaría muerto antes de que llegasen.

Con la destrucción de la nave de control de droides de Gunray, todas las fuerzas droides de los neimoidianos fueron derrotadas. Gunray fue enviado a Coruscant a explicar lo sucedido al Senado, y perdió el apoyo de Sidious. De todos modos, pensaba Sidious, nadie creería al neimoidiano.

Gunray fue juzgado cuatro veces en el Tribunal Supremo, pero a base de sobornos, chantajes y extorsiones, mantuvo la libertad, y el control sobre una Federación de Comercio bastante tullida. A cambio, debía desmantelar la mayor parte de los ejércitos droides. Para seguir siendo libre, Gunray aceptó, y trabajó en secreto para mantener su protección.

No está claro qué sucedió con Haako, es probable que acabase en la cárcel. Gunray se vio en la obligación de cambiar de ayudante, y en esta ocasión eligió a Gilramos Libkath.

Sintiéndose abandonado por Sidious (no sin su parte de razón), Gunray buscó ayuda y encontró al Conde Dooku. Dooku era un carismático noble de Serenno, que había sido maestro jedi y, lo más importante, que había estado dispuesto a escuchar y creer a Gunray. Gunray le explicó que el lord del sith Darth Sidious controlaba a cientos de senadores y, por tanto, a la República entera.

El Conde Dooku estaba creando un movimiento de secesión, haciendo que muchísimos mundos dejasen la corrupta República. Tentó a Gunray y a otros líderes comerciales hablándoles de un compromiso absoluto con el capitalismo: Reducción de impuestos y tarifas, y más tarde abolir las fronteras de comercio. Auténtica libertad de mercado... por un precio.

Gunray proporcionó sus ejércitos droide a Dooku. También le dio los planos de soldados droides a los aliados de Dooku, los geonosianos, para que construyesen más unidades en secreto en su apartado mundo. Esto obligó a Gunray a trabajar con Poggle el Menor, el líder de los geonosianos. Poggle no tardó en odiar a Gunray por su incompetencia.

Gunray continuó siendo una figura pública durante años, representando a la Federación. Apareció su provocativa biografía no autorizada Gunray Encima, escrita por su supuesta amante Lora Besh; el libro estuvo entre los diez más vendidos durante catorce semanas consecutivas. Gunray hizo una aparición pública en beneficio del Movimiento de Alivio a Refugiados, pero se fue pronto, alegando dolor de estómago, cuando llegó la senadora de Naboo. La susodicha no era otra que Padmé Amidala, antigua Reina, por la que Gunray aún sentía un odio especial.

De hecho, Gunray llegó a pagar una gran cantidad de dinero al Conde Dooku a cambio de los servicios del cazarrecompensas Jango Fett para que matase a Padmé. Gunray apoyaría públicamente a Dooku, haría lo que quisiera, en cuanto Dooku hiciese morir a Padmé.

Cuando Dooku capturó a Padmé y a su amigo Skywalker, Gunray fue presa de una satisfacción inusitada: Ansiaba poder ver cómo la humana sufría y moría. Dooku preparó su ejecución en un estadio, enfrentándola a bestias salvajes. Pero, cuando ella consiguió combatir, y hasta derrotar, a los monstruos, Gunray se enfadó. Exigió que se le disparase o algo así. Dooku pidió a Gunray que se tranquilizase.

Poco después, la llegada de los jedis y del ejército clónico de la República declaró el inicio de las Guerras Clon. Dooku soltó a todos los soldados droides disponibles. Gunray, por su parte, al ver que la victoria no estaba asegurada, eligió intentar huir y esconderse. De nuevo le habían encontrado en el ojo del huracán, como uno de los responsables. De todos modos, debía haber alguna forma de salir de ésa...

Realmente: Tiene que haber una forma más fácil de ganar dinero.


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