LOS SEDRIANOS

Articulo creado por Skippy Farlstendoiro y maquetado por Al Noah, los xenobiólogos de SithNET.
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Sedri


 

La Periferia es una región en los límites del Espacio Hutt y del Borde Exterior. Hay unas cuantas rutas comerciales por la zona, pero en realidad ninguna llega al pequeño mundo de Sedri. El vértice más cercano a Sedri sería el mundo natal de los weequays, Sriluur, el planeta más importante de la Carrera Sisar.

Pero Sedri no es un destino muy deseado. Otro punto cercano es Novolek, un extraño púlsar que, como otras estrellas de neutrones, emite periódicamente radiación, energía estelar y materia cuando rota. A veces llamado el Faro Novolek, este punto de la galaxia es considerado un peligro navegacional que debe ser evitado.

También en la cercanía de Sedri está el sistema Verde, que hospeda muchas operaciones mineras.

Pero pasemos a la superficie planetaria de Sedri, en la tercera órbita de su sistema. En esencia, la superficie es agua. Ya sé que muchos planetas están cubiertos de agua en un gran porcentaje, pero en Sedri no hay grandes masas de tierra evidentes ni que se vean a simple vista. Todo está cubierto de océanos verdes, cálidos y poco profundos. Si bajamos al lecho marino, encontraremos un cieno delicado que, al sentir una unidad de propulsión, se agita convirtiéndose en una nube. La hidrosfera está saturada, y la atmósfera y gravedad son estándar, por lo que es un entorno seguro. Los días tienen 18 horas estándar, y el año sólo tiene 286 días locales, lo que apenas hacen 214,5 días coruscanis. No hay satélites naturales conocidos.

Existen muchas formas de vida conocidas en el planeta. Una de las más relevantes es un pólipo que crece en arrecifes de coral creados por él mismo. Este ser forma una inteligencia colectiva que se conoce a sí misma como El Sol Dorado. Una especie de enjambre de corales que crea una red de cámaras en forma de cueva en los arrecifes, en realidad no sería tan notorio sólo por eso. Pero el Sol Dorado es sensible al poder conocido como La Fuerza (que él llama "el campo de energía universal"). La interconexión de las miles de pequeñas mentes individuales y su potencial natural permiten al Sol Dorado crear una cantidad casi infinita de energía.



La Batalla por el Sol Dorado

El Sol Dorado puede comunicarse con otros usuarios de la Fuerza, algunos de los cuales han alegado oírle en forma de un coro cantando una alegre canción. Puesto que Sedri no es un mundo rico en usuarios de la Fuerza, el Sol Dorado ha intentado conceder este poder a algunos nativos, sedrianos que viven en su proximidad.

El Sol Dorado ha intentado comunicarse también con todo el planeta, compartiendo la alegría que siente por estar vivo. De un modo parecido al propio Novolek (pero en esta ocasión inofensivo), el Sol Dorado ha inundado todos los océanos de su mundo con una radiación brillante, haciendo brillar todo el planeta como si estuviese hecho de oro. Sólo si se escanea durante estos momentos se puede rastrear el origen de la energía a las cuevas de coral. Esto ha hecho que Sedri irradie intensas ondas de gravedad, que son percibidas por los ordenadores de navegación de modo erróneo.

En resumen, una nave espacial detecta Sedri no como un sistema planetario, sino como una masiva estrella sin cuerpos orbitándola. Ante estas lecturas de "pozo gravitatorio", los hipermotores notan el aumento de intensidad de energía y hacen apagados de seguridad automático utilizando el inhibidor estándar que impide chocar contra una estrella: La nave intenta evitar el sistema Sedri, cambiando su rumbo y evitando que el piloto utilice sus propios instrumentos. Ya de paso, esto también reduce el alcance de las comunicaciones. En realidad, lo único que no es afectado son los motores repulsores. Como consecuencia, la Antigua República (y después el Imperio) no pudo visitar Sedri porque su tecnología dependía del hiperimpulso. ¿He dicho nunca? Nunca... es mucho tiempo.

Los sedrianos ignoran todo esto mientras se benefician del Sol Dorado. El Sol Dorado proporcionaba una forma de energía exótica, pero identificable a su planeta. Eso está muy bien, porque la mayoría de culturas alienígenas que se han desarrollado bajo la superficie oceánica tienen mucha dificultad para descubrir y aprovechar la fuente de energía tradicional de la superficie: El fuego. Pero el Sol Dorado da a Sedri toda la energía que necesita.

Sé que en otra ocasión yo les había hablado del Sol Dorado, pero ahora estamos haciendo un repaso importante no sólo a los sedrianos, sino también al planeta Sedri. ¿Les apetece oír de las otras formas de vida nativas?

El erizo picudo tiene púas que, de modo similar al pez aguijón, no causan daño mortal pero resultan molesto.

El gweld es un extraño anfibio con caparazón que tiene extremidades muy musculosas y grandes mandíbulas que sirven para hacer lanzas. Bueno, eso si no se come antes al intrépido cazador. Este ser de metro y medio de largo es muy veloz en el agua, aunque en tierra un humano le puede dejar atrás.

El pez aguijón, parecido a una medusa, tiene ventosas picantes y la mala costumbre de atacar a todo lo que se mueva a su alredor. Recuerde que, bajo la superficie marina, el movimiento de un ser vivo se transmite a través del agua, así que el pez aguijón lo detecta con facilidad. Afortunadamente, esta criatura no es lo bastante fuerte para matar a algo del tamaño de un humano.

El pez bolsa es redondo, pequeño y tiene en su interior un espacio vacío con cierto volumen, suficiente para esconder un objeto de mano. Al parecer, el pez bolsa no se come lo que le pongan dentro, y por eso es utilizado como, bueno, bolsa. Para abrirlo, se le debe frotar detrás de las agallas.

El pez hedor emite un gas noqueador, similar a un animal del planeta Ashash. A veces se utiliza como granada.

El razort es un ser acuático parecido a una nutria (ver imagen). Tiene largos colmillos y afilada cola que sabe utilizar en combate. Rápido, mortífero y muy resistente en las articulaciones, el razort es una fiera que causa terror en los corazones de los sedrios. Es extraordinario, pero no inaudito, oír de alguien que haya logrado domar un razort.

Por último, el twenchok es parecido a un pulpo de color negro, con cuatro ojos separados en la coronilla. Entre sus ventajas naturales está la capacidad de cambiar de color para acechar a una presa, de correr por tierra seca sobre cuatro tentáculos, y de lanzar púas dañinas durante una pelea, a veces en forma de ráfaga.


Los Sedrianos


 

Los sedrianos son esbeltos mamíferos acuáticos parecidos a focas humanoides. Musculosos y corpulentos, los sedrianos alcanzan una longitud de tres metros de la cabeza a la cola. Están cubiertos de vello resbaladizo, lacio, suave y brillante cuyo color va del marrón oscuro al amarillo dorado. Al parecer hay una obsesión con el dorado en Sedri.

La cabeza de un sedriano es similar a la de una foca. El sedriano tiene grandes ojos oscuros y pequeños agujeros laterales para las orejas. El rostro está dominado por un hocico alargado, terminado en narices negras y destacados bigotes. En realidad, los bigotes detectan cambios de temperatura en el agua, ayudan a las orejas a analizar los sonidos, y son sensibles a la corriente eléctrica que algunas formas de vida marians usan como mecanismo de defensa o ayuda sensorial. Recordemos a los visitantes respiradores de aire que los sedrianos no podrán oír los comunicadores incorporados en sus aparatos de respiración a menos que los configuren para transmitir sonido al exterior en vez de sólo a otros aparatos similares.



Ilustración del sedriano Karak

Los sedrianos se comunican verbalmente, con una voz profunda y retumbante que se oye bajo el agua, pese a que ésta distorisona el sonido. Cuando se asustan o enfurecen, los sedrianos braman; si se excitan o angustian, ladran y silban. Su propio idioma incluye esta clase de sonidos, pero también, a veces, otros mucho más agradables parecidos a música.

Los sedrianos tienen agallas en la base de la mandíbula. Además, tienen un torso humanoide de un metro que hospeda sus pulmones. No está muy claro porqué han desarrollado pulmones y agallas a la vez, pero los xenobiólogos han desarrollado teorías porque para eso les pagan: Se ha sugerido que los antepasados de los sedrianos pasaban mucho tiempo retozando en la superficie oceánica, o que saltaban para cazar aves y comerlas, en cualquier caso pasando mucho tiempo fuera del agua, y es hoy el día que pueden pasar todo el tiempo que deseen fuera del agua (aunque estén más cómodos en el agua). También hay quien dice que el Sol Dorado es el responsable de esta mutación, y que con esta clase de influencias externas no es nada fácil teorizar.

El torso de los sedrianos tiene además brazos, cada uno de los cuales acaba en una mano de tres dedos y un pulgar, todos ellos con membrana interdigital.

Por último, los sedrianos no tienen piernas. En vez de esto, tienen una aleta de cola con forma cónica, completada con dos aletas estabilizadores en la zona de la cadera. En conjunto, son excelentes nadadores perfectamente adaptados a su mundo, más gráciles que casi cualquire otra raza submarina. No pueden moverse en tierra excepto torpemente, pero no están ligados totalmente a las profundidades.

Algunos sedrianos son fuertes en el poder de la Fuerza, seguramente por la proximidad del Sol Dorado. Sin embargo, posiblemente por no haber estudiado formalmente este camino o no haber desarrollado su potencial, ninguno de ellos ha tenido nunca un poder comparable al de siquiera un aprendiz padawan. Se cree que los sedrianos con más control sobre la Fuerza eran Karak y Cardo.

La población de sedrianos en tiempos de la Guerra Civil Galáctica era de aproximadamente diez mil personas en todo su planeta.


La cultura de los Sedrianos


 

Los sedrianos son seres pacíficos y reflexivos que pretenden vivir sus vidas de modo apacible y que siguen indefectiblemente los dictados de sus líderes. Tal es así que ni siquiera se les ha ocurrido desarrollar armas mortales. Sin embargo, cuando se les separa de su mundo, dejan de ser tan tranquilos y se vuelven incontrolables hasta que regresan. Se cree que los sedrianos necesitan una influencia constante de las radiaciones del Sol Dorado para evitar esta situación.

Estos seres han desarrollado una sociedad compleja en muchos sentidos, aunque simple en comparación con otras. Su tecnología es alimentada por el Sol Dorado, única fuente disponible en Sedri pero que, por otra parte, satisface todas sus necesidades. Los científicos sedrianos no han investigado la tecnología de modo tradicional (ordenadores, blásters, naves espaciales) por causa de esta dependencia.

Por ejemplo, veamos su armamento. Tienen rifles aturdidores que lanzan rayos de luz dorada. También tienen las llamadas pistolas del sol, parecidas a un largo tubo con una manivela. En el interior de cada una de éstas hay un pedazo cristalizado de coral del Sol Dorado, obtenido y configurado por un sacerdote o monje especializado. De nuevo, este arma sólo puede aturdir.

Las armas de cuerpo a cuerpo están hechas con conchas. También tienen una pistola de proyectiles que puede disparar lanzas, pero no es tan letal como un bláster.

De todos modos, la tecnología armamentística tradicional, de la Antigua República y del Imperio, es menos efectiva bajo el agua: Es mucho más difícil apuntar con un bláster o sostener un sable láser bajo el agua. El primero, además, causará mucho menos daño del que haría en superficie; y el segundo hará hervir el agua con poca eficiencia, y eso únicamente si ha sido construido para resistir el agua. Las granadas tienen un alcance mucho más grande porque el agua conduce las ondas de impacto, pero en realidad la metralla sólo heriría a bocajarro, y el daño a media distancia sería sólo un aturdimiento.

Si hay un campo que su conocimiento ha ignorado totalmente es la medicina. Los sedrianos heridos o gravemente enfermos son ubicados en la cueva de coral del Sol Dorado. Después de pasar allí la noche, el paciente pasa a estar milagrosamente curado. Este proceso es menos efectivo si se repite con demasiada frecuencia para el mismo sujeto, o si se intenta forzar con múltiples pacientes en breve tiempo. Ninguna de estas situaciones es frecuente en una sociedad pacífica de personas en buena forma.

El nivel tecnológico en general es considerado industrial bajo, aunque los sedrianos tienen una gran capacidad intelectual. Han aprendido muchas formas de adaptarse a su mundo de un modo más ecológico que la mayoría de las especies. Por ejemplo, los cazadores han descubierto el modo de emitir llamadas para atraer a criaturas marinas devoradoras de peces (aunque no a peces propiamente dichos) y guiarlas en su beneficio.

El Sol Dorado, como fuente de su poder y por tanto de sus bendiciones, es adorado con fervor literalmente religioso. Su gobierno es teocrático: El Alto Sacerdote del Sol Dorado, también llamado Alto Sacerdote de Fitsay (la ciudad donde reside el coral), dirige a todos los sedrianos. Se cree que el Alto Sacerdote es nombrado por los sedrianos para proteger las cuevas del Sol Dorado, y que sus dictados vienen del omnisciente coral. Curiosamente, el Sol Dorado es parcialmente un secreto, y sus misterios no deben ser revelados a extraños, sólo a amigos íntimos.

Los sacerdotes del sol, a las órdenes del Alto Sacerdote, extienden los preceptos de la paz y la comunidad, y se les identifica por el cetro y por el alfiler dorado con patrón espiral de coral que llevan en el lado izquierdo del pecho. En los casos en que los preceptos deban ser impuestos, el Alto Sacerdote envía a los monjes guerreros, liderados por el obispo de la guerra. La fraternidad de monjes guerreros va armada con lanzadores de arpones y pistolas solares, que utilizan por ese orden. A veces, los monjes guerreros son enviados a acallar a quien intenta expresar públicamente ideas inaceptables.

Aunque los sedrianos han construido ciudades submarinas por todo el planeta, la más grande es indiscutiblemente Fitsay. Es la sede del gobierno porque hospeda el Gran Domo de Concha que es centro de su religión y ciencia, el domo donde se ocultan las cuevas de coral del Sol Dorado. El domo está hecho de conchas interconectadas, con un barniz especial que le permite resistir desastres naturales y ataques de armas pesadas (y eso que los sedrianos no construían armas pesadas). Los sedrianos se acercan a esta estructura de treinta metros de largo por quince de alto para ofrecer su adoración al Sol Dorado.



Fitsay tras abrir su concha

A un lado del domo se alza el Banco Sagrado, donde algunos sedrianos se sientan para contemplar Fitsay, meditar o simplemente esperar turno para que abran el domo. Al otro lado, se encuentra un complejo de edificios de piedra interconectados. Son los edificios oficiales (Sala de Audiencias, Casas de Guerra, etc) y los domicilios de los funcionarios (el Alto Sacerdote, los sacerdotes, el obispo de la guerra...). Los monjes guerreros viven en barracones de dos pisos, cada uno de los cuales hospeda a diez individuos; esto les permite estar cerca de las torres de guardia, de treinta metros de altura.

Además de esto, hay un montón de domicilios de particulares, que tienen forma de cabañas de un piso; y una posada para los peregrinos que han venido de otros puntos del planeta a homenajear al Sol Dorado, a menudo sin tener muy claros los detalles de qué es. Existe un mercado enorme (potenciado por el turismo) donde se venden joyas, tejidos, armas artesanales hechas con concha, arte hecha con la piel de un tiburón o con coral, comida en forma de ostras o marisco, e incluso los servicios médicos de una curandera que usa extracto de algas, al parecer sin la aprobación del status quo.

Alrededor de la ciudad hay granjas de algas y otras plantas acuáticas. Los granjeros son más cautos con los extraños que los habitantes de Fitsay.

Por último, a quinientos metros al noroeste de la ciudad, el terreno sube en forma de pendiente hacia picos montañosos, formando un acantilado.

El idioma sedri es versátil, permitiendo expresar variedad de conceptos. Adaptándose a las capacidades vocales de los sedrianos, el idioma incluye ladridos, silbidos y canciones. Incluso un alienígena puede entenderlo con cierta facilidad si tiene algo de idea de lingüística, quedando sorprendido sólo ante algunos modismos locales ("Pensar con las aletas", por ejemplo, se refiere a precipitarse a actuar antes de plantearse opciones). Esto sugiere que el sedri está emparentado con otros idiomas galácticos.


La historia de los Sedrianos


 

Una pregunta que les puede surgir a nuestros lectores es: ¿Por qué los sedrianos tienen torsos parecidos a los de bípedos de superficie? En principio, estos desarrollos evolutivos se suelen dar sólo en bípedos. Parece que los xenobiólogos han alcanzado un consenso:

Cuando los sedrianos desarrollaron pulmones y con ellos la capacidad de respirar aire (independientemente de porqué hiciesen esto), también desarrollaron metabolismos endotérmicos y gestación interna, otros rasgos comunes de los mamíferos respiradores de aire. Con estas nuevas reacciones químicas, vinieron reacciones biológicas cada vez más complejas, y con éstas la necesidad de controlar el entorno. Eso significaba herramientas, así que los sedrianos dejaron de tener aletas y consiguieron manos (así como inteligencia y comunicación abstracta) por ese cambio.

El planeta Sedri fue visitado hace varios siglos por un androide sublumínico de reconocimiento de la República. Gracias a él, se escribió un informe y Sedri fue rápidamente olvidado.

Demos ahora un salto hasta aproximadamantes después de la batalla de Yavin. El Alto Sacerdote Cardo había obtenido poderes de la Fuerza, posiblemente gracias a la proximidad del Sol Dorado. Cardo estaba convencido de que el Sol Dorado tenía capacidades relacionadas con el viaje espacial y la percepción extrasensorial, pero esto le asustaba y escogió no profundizar en la naturaleza del coral. A tal fin, Cardo mantuvo el Gran Domo de Concha cerrado la mayor parte del tiempo y lo abría sólo a veces. Cuando lo hacía, y únicamente entonces, el Sol Dorado esparcía su fulgor por todo el planeta.

El problema era que el coral se alimentaba del flujo de agua pasando a su través, y al estar encerrado.+, esencialmente, se estaba muriendo de hambre. Además, el Sol Dorado quería compartir su fulgor y su energía con todo Sedri a tiempo completo. Pretendiendo resolver ambas situaciones, el Sol Dorado intentó comunicarse con el Alto Sacerdote hablándole en sueños, pero esto tuvo dos problemas: El primero, que Cardo se asustó más que otra cosa, negándose por tanto a tomar medidas; y el segundo, que Cardo no recordaba los detalles de estos sueños. El Sol Dorado siguió buscando a alguien con quien comunicarse.

El carismático obispo de la guerra de entonces, Karak , abandonó su puesto afirmando que Cardo quería mantener el Sol Dorado oculto y alejado del pueblo (lo cual era técnicamente cierto). Karak usó su carisma para reunir a varios sedrianos descontentos, sobre todo granjeros. Reunió a su grupo, conocido unícamente como los renegados, en las afueras de Fitsay, teóricamente para ir a la revolución. Aún envió a oradores a Fitsay a convencer a las masas, pese a que los monjes guerreros de Cardo la tomaban con estas personas.

En realidad, Karak sólo buscaba el modo de obtener más poder sobre sus semejantes, y derrocar a los sacerdotes, no de desfacer entuertos. Sólo unos pocos hombres de su confianza sabían de su ambición. Muchos renegados, como la hija de Karak, Fala , le seguían de buena fe; ella en concreto cortó una relación romántica con Pek, el hijo de Cardo, para ser la "sacerdotisa de los renegados".

En ese momento, un explorador imperial descubrió Sedri gracias a un accidente de navegación (indicado en algunos informes como "accidente gravitacional"). La nave imperial informó del descubrimiento: Un planeta con un generador natural de pozo de gravedad. El Imperio mostró interés: Ya habían empezado a desarrollar generadores de pozos de gravedad artificiales para impedir saltos al hiperespacio, con algunos diseños antedatando a la Estrella de la Muerte. Así, el Imperio se planteó ir a Sedri: Lo que fuese que ocultaba el planeta a la tecnología galkáctica, sin duda podría usarse para ocultar flotas imperiales e incluso planetas.

Mientras tanto, los renegados de Karak robaron un pedazo del Sol Dorado. El Alto Sacerdote, enfurecido, mandó a los monjes guerreros a expulsarles, y los renegados huyeron, afirmando persecución religiosa y violación de derechos fundamentales. Esto estimuló el descontento de las masas y llevó a la revolución y a la guerra civil.

Los imperiales comprendieron que, para llegar a Sedri, tend´rian que desconectar los inhibidores de sus hipermotores antes de saltar al hiperespacio. Esto tenía sus riesgos: De las tres naves de suministros enviadas inicialmente, una colisionó con un planetoide errante y no alcanzó su destino. Posteriormente, más del 50% de naves de suministros dejarían de llegar. Así, el Imperio decidió no arriesgar grandes naves, mandando en su lugar sólo pequeñas expediciones.

Los imperiales empezaron a construir una guarnición acuática bajo el mando del despiadado comandante Aban. Aban tenía tropas de asalto acuáticas para enfrentarse a los nativos, con equipo diseñado para operar a cualquier profundidad, pero pronto descubrió que los sedrianos contaban con muchas ventajas: No sólo se conocían el terreno, sino que tenían muchísima más capacidad de combate submarino. Aban pidió rápidamente más personal y suministros, pero el aislamiento de Sedri le dejó casi totalmente aislado. Consiguió que le prometiesen enviar un Transporte Blindado de Terreno Acuático, o "Nadador", pero tardaron en mandarlo.



Un nadador imperial

Empezó Aban entonces a construir su instalación y a matar vida marina no está claro para qué. El Alto Sacerdote no entendió entonces cuán grande era la amenaza de los "asesinos de peces", ni tampoco sabía cómo tratar con ellos; acabaría decidiendo que era seres malvados, pero que probablemente se irían ellos solos "a la deriva" si les daba tiempo y no hacía nada. Para entonces, el Imperio ya sabía cuál era su objetivo, cosechar el coral del Sol Dorado; el problema principal era que no sabían dónde estaba.

El Imperio, discreto como siempre, empezó a escribir comunicados sobre este tema. Creyó poder mantener el control a base de cerrar el puño, pero entre los dedos se le escurriría información: Empezaron rumores sobre una guarnición imperial en un mundo acuático remoto. La Alianza Rebelde interceptó comunicados imperiales y descubrió el incremento de actividad imperial en Sedri, así como rumores de una potencial arma llamada Sol Dorado con la que el Imperio podría destruir a la Alianza Rebelde de una vez por todas, otra vez.

El dignatario rebelde humano Mors Odrion y su criada calamariana Rekara, que estaban en una aburrida misión de reclutamiento y obtención de suministros, descubrieron estos rumores. Siendo jóvenes y aventureros, decidieron implicarse en el esfuerzo de la guerra hasta el cuello, y pusieron rumbo a Sedri y a la aventura. El primer canguelo llegó cuando tuvieron que desconectar los inhibidores de su astrocomputador y poner rumbo a lo que parecía el corazón de una gran estrella, pero se empezaron a relajar al llegar al mundo de brillantes mares dorados. Odrion y Rekara bucearon al interior de una cueva rocosa, y fueron capturados rápidamente por los renegados.

Karak torturó a Odrion utilizando el pedazo robado de Sol Dorado, y extrajo información de su mente. Descubrió entonces del Imperio y de la Rebelión. Karak comprendió que podía negociar con los imperiales. Si entregaba un dignatario rebelde, tendría la posibilidad de negociar. A cambio de la mitad de las cuevas del sol de Fitsay, ofrecería su ayuda al Imperio. Karak estaba dispuesto a pagar tributo a los extraños a cambio de obtener el poder entre los suyos.

Aunque los renegados mantenían muy vigilado a Odrion, Rekara estaba menos protegida y logró escapar. Sabiendo que no podría liberar a su amigo, intentó llevarse el trozo de coral que habían usado para torturarle. La roca sintió miedo y dolor ante todas estas situaciones extrañas, sensaciones que transmitió sin quererlo, y Rekara, que tenía un alma pura y cierta sensibilidad a la Fuerza, enloqueció al percibirlo. Los pólipos agonizaron y los estertores de su muerte resonaron en forma de ecos en la cabeza de Rekara. Ella logró escapar y saltar al hiperespacio, rumbo al cuartel general rebelde en Base Delta, agarrada al coral que entraba en hibernación. Para cuando llegó, se había vuelto completamente loca y se estrelló con la nave.



Sedrianos en lucha contra el Imperio

El mando rebelde de Base Delta se reunió con Rekara para que informase. Rekara sólo fue semicoherente, aunque les convenció de que estaba medio cuerda. Afirmaba haber estado en Sedri, conviviendo con el "pueblo foca", y no quiso extenderse sobre el concepto de Sol Dorado. Afortunadamente, el mando rebelde era fácil de convencer, y asignó un equipo (incluyendo al rebelde que estaba de guardia cuando había llegado Rekara) a que acompañasen a la chica a Sedri, con órdenes de rescatar a Odrion, investigar la actividad imperial y averiguar qué es Sol Dorado. Todos viajarían a bordo de un barco espacial multientorno modificado, el Explorador. Con el propósito de poder llegar a Sedri, Rekara saboteó en secreto el ordenador de navegación del Explorador* para quitar el inhibidor, algo que a sus compañeros de viaje no les hizo ninguna gracia.

Mientras tanto, el comandante Aban seguía desesperadamente las pistas y rumores que conducían al Sol Dorado. Mandó a sus tropas a los pueblos nativos en busca de información y, cuando consiguió el "Nadador", encargó a su equipo ponerlo a punto. Pero el "Nadador" era un arma pesada y Aban no tenía aún un blanco contra el que utilizarlo.

Las tropas de Aban encontraron a un sedriano, Pek, husmeando demasiado cerca de la guarnición imperial y le atacaron montados en rayadores. El recién llegado equipo rebelde vio la escena y ayudó a Pek. En agradecimiento, Pek guió al grupo a Fitsay para que informasen a su padre, el Alto Sacerdote, de lo sucedido; después, prometió llevarles a la guarida de aquéllos a quienes su pueblo llamaba "asesinos de peces". Después de la reunión, Cardo meditó durante la noche y decidió que los alienígenas no estaban listos para ir a la "concha flotante" de los imperiales, pero Pek les llevó a espaldas de su líder.

Mientras Pek y sus nuevos amigos se infiltraban en la base imperial, Karak se reunía en secreto con el comandante Aban para ofrecerle una alianza. Con los conocimientos del terreno de Karak, Aban tendría ventaja al atacar la ciudad enemiga; Karak también ofreció apoyo militar durante la lucha y, por supuesto, reveló a Aban dónde estaba el Sol Dorado. Ansioso por echar mano al coral, Aban aceptó asociarse con los renegados, aunque las tropas imperiales aún no habían sido informadas de este acuerdo con los nativos. Pek y los rebeldes descubrieron esta conspiración y corrieron a informar a Cardo. Les esperaba una sorpresa...

Mientras Karak estaba reunido, los renegados estaban realizando un ataque contra Fitsay. El objetivo era robar un pedazo del Sol Dorado, para reemplazar el que Rekara se había llevado. Precisamente porque tenían pocos cristales, las armas de los renegados tenían usos limitados, y el grupo mismo no contaba con demasiadas tropas. Doce renegados se acercaron por entre las montañas y se ocultaron cerca de un puesto de guardia. Una renegada entonces se acercó a los vigilantes fingiendo estar herida y, cuando ellos fueron en su ayuda, cayeron en una emboscada. Esto inició una conmoción y, antes de que la alarma pudiese sonar, los renegados liberaron un pez aguijón en el mercado. Los monjes guerreros se vieron obligados a ir allí a restaurar el orden. Mientras tanto, los renegados fueron al Domo, mataron a los guardias, asustaron al Sol Dorado, abrieron la concha y el mar se tiñó de oro mientras Rekara oía los chillidos de temor del Sol Dorado. Dos tercios de los renegados activos en ese momento protegerían el Domo mientras el resto intentaban huir con el pedazo de roca.

Pek y los rebeldes se unieron a los sacerdotes intentando detener a los renegados. Fue imposible recuperar el coral robado (Los renegados tenían órdenes de romperlo en caso de ser capturados), pero los rebeldes hicieron un prisionero y se lo entregaron a Cardo, que quedó muy impresionado con su trabajo.

El prisionero fue interrogado, y así Cardo y los rebeldes descubrieron dónde estaba exactamente el campamento renegado y que Odrion seguía retenido allí. Cardo, Pek, diez monjes y los rebeldes fueron al campamento y se reunieron, en ausencia de Karak, con Fala. Lo primero fue explicarle que no todos los bípedos eran imperiales. Después, intentaron convencerla de que el Imperio iba a atacar las cuevas de coral para que enviase ayuda en forma de guardias renegados.

Para entonces, Karak ya se había llevado a Odrion, aunque los renegados lo ignoraban; el obispo de la guerra ocultaba a su prisionero y sólo aceptó entregárselo a Aban después de la batalla. De ese modo, aseguró que Aban entregase blásters a sus guerreros.

El Imperio empezó su ataque contra Fitsay, basándose en el poder bruto del "Nadador". El "Nadador" estaba protegido por cinco escuadras de nueve soldados cada una: Dos en vanguardia, dos a cada lado y una en retaguardia. Los sedrianos forcejearon como buenamente pudieron, enfrentándose a los invasores. Pero en realidad la batalla no estaba allí.

Karak y seis guardaespaldas leales a él viajaron directamente hacia el Domo. Cardo lo había previsto y les esperaba allí, pero le superaban en número y Karak le rajó el pecho, hiriéndole de gravedad. Karak y sus hombres abrieron el Domo para entrar, y al hacerlo desprendieron la energía dorada del coral. Los sistemas tecnológicos del "Nadador" quedaron momentáneamente inutilizados, y eso dio a los rebeldes la oportunidad para destruirlo, en un momento decisivo que significó el triunfo de la batalla por el Sol Dorado.

Pero entonces los rebeldes y Pek descubrieron al agónico Alto Sacerdote y entraron en las cuevas, persiguiendo a Karak. El obispo esperaba eso, y había dejado a sus guardaespaldas (Burborok, Dragob, Glish, K'hondo, Porm y Spodan) emboscados a diversos lugares de la cueva de coral, así como otras trampas. Los rebeldes burlaron todas las defensas de Karak, pero todo este conflicto asustó mucho al Sol Dorado.

Karak aprovechó la inferioridad del Sol Dorado y, usando su fuerza de voluntad, abrumó una cámara curativa para controlar el coral y hacer que bombease el lado oscuro de la Fuerza. Esperó a sus enemigos, reteniendo a Odrion para usarlo como escudo, y absorbió los poderes del Sol Dorado.

Pero, cuando llegaron los rebeldes, el Sol Dorado contactó con ellos. Rekara, Pek y posiblemente algunos más oyeron la canción del Sol Dorado y comprendieron que, si rompían el Domo, el poder del Sol Dorado se esparciría por el mar, disipando la energía que en ese momento Karak retenía en su cuerpo. Así lo hicieron, las cuevas explotaron con su luz y el arrecife se expandió. Sol Dorado pasó a ser una presencia constante, aunque más débil, y extendida por el planeta como Karak predicaba. Él, por su parte, perdió sus poderes y fue fácilmente derrotado.

Poco después Cardo, comprendiendo al fin que el Sol Dorado era inteligente, abdicó en favor de Pek y Fala, que pasaron a ser los nuevos Altos Sacerdotes. Mors Odrion decidió quedarse en Sedri como representante de la Alianza. El Sol Dorado dejó de afectar las lecturas gravitacionales.

Perdiendo la posibilidad de investigar el Sol Dorado como arma, el Imperio perdió interés en Sedri y el comandante Aban dejó el sistema, humillado; sin embargo, los descubrimientos realizados por el Imperio durante ese tiempo permitieron el avance de la tecnología de generación de pozos gravitatorios artificiales, y poco después el Imperio desarrolló el Crucero Interdictor y, más tarde, la Red de Seguridad Hiperespacial. La guarnición imperial de Sedri fue abandonada y, sin mantenimiento, empezó a polucionar el entorno, vertiendo sobre todo refrigerante. Los sedrios, supersticiosamente, evitaban la zona.



Sedrianos en lucha contra el Imperio

Considerando que la Alianza Rebelde había salvado a Sedri de la destrucción a manos de los imperiales y de Karak, los sedrianos se unieron a la Alianza Rebelde e intentaron adoptar tecnología de nivel galáctico. Se cree que los sedrianos construyeron estatuas a los héroes de la batalla por el Sol Dorado, entre ellos Rekara, y las pusieron en la plaza mayor de Fitsay.

Económicamente hablando, Sedri tardó relativamente poco en destacar. La verdad es que no tenía muchas ventajas: Estaba lejos de todas las rutas de comercio importantes excepto la Carrera Sisar, e incluso así ni siquiera formaba parte de ésta; y el interés que el Imperio había mostrado en ese planeta tampoco atraía a los comerciantes. Los informes oficiales disponibles para los ordenadores de navegación eran limitados.

Algunos comerciantes llegaron a Sedri ofreciendo productos. Los nuevos Altos Sacerdotes querían establecer contacto con la galaxia exterior, pero con mucho cuidado, así que no confiaban cien por cien en los recién llegados; el diplomático Mors Odrion fue intermediarion, aconsejándoles sobre los asuntos galácticos y evaluando propuestas de negocio para las actividades comerciales.

A los pocos meses de la batalla, Sedri, aún sin puerto espacial, empezó a importar tecnología media y alta, y exportar agua al vecino mundo desértico de Sriluur. Pero remolcar agua era difícil y exigía poner un tanque especial en la nave; además, las normativas de Sriluur exigían un filtrado y purificación del agua, con lo que pocos pilotos recuperaron la inversión rápidamente.

El primer proyecto comercial que aceptó Mors Odrion fue el de una compañía repulsora vaathkree que quería crear e invertir en una empresa de construcción de hidrovehículos, pero con propiedad 100% sedriana. Odrion y los Altos Sacerdotes rechazaron muchas otras propuestas, en parte porque temían la contaminación cultural, y Odrion en concreto porque se negaba a tratar con ciertos gremios, especialmente esclavistas.

La Alianza, mientras tanto, comprendió que los sedrianos tenían una muy útil experiencia en la guerra acuática, e hicieron lo posible por aprender de ellos. Además, aprovecharon para infiltrarse en los restos de la guarnición imperial para comparar el equipo de las tropas submarinas imperiales y compararlo con el suyo. Así, aprovechando todo lo aprendido de Sedri, la Alianza creó a los Comandos Marinos, entrenados en todo tipo de ecosistemas acuáticos (Océanos, cataratas, pantanos), en planetas distintos, con entrenamiento para cualquier desafío en el agua. Apenas vieron uso en tiempos de la Alianza Rebelde, pero estuvieron mucho más activos con la Nueva República.

El aspecto de Fitsay también cambió. El Domo pasó a estar abierto incesantemente. En su mandíbula se construyó una turbina curva de tecnología calamariana que giraba rápidamente, moviendo las corrientes oceánicas para alimentar al Sol Dorado. Los sedrianos ya entendían su verdadera relación, simbiótica, con el coral. Los edificios oficiales pasaron además a tener un campo de contención magnético que retenía el agua, para comodidad de los alienígenas visitantes.

Algunos sedrianos mostraron interés en viajar al espacio, queriendo ser explroadores en mundos de alta hidrosfera, investigadores submarinos o granjeros acuaculturales; destaca Familia Shahli. SIn embargo, la mayoría de los sedrianos que eran sacados de Sedri eran esclavos. Esto tampoco era tan frecuente, porque la gente creía erróneametne que los sedrianos no podían vivir mucho tiempo fuera del agua y eso reducía sus usos como siervos. EN realidad, los sedrianos sólo dependían del Sol Dorado y por ello, cuando se alejaban del planeta, se volvían abatidos, poco fiables, agitados y hasta violentos e impredecibles, una condición que sólo se curaba al volver a Sedri.

En estos tiempos, el científico imperial Obo Rin quiso escribir sobre los sedrianos para el Imperio, pero él no tenía información y se basó en comunicaciones rebeldes interceptadas y cuentos de los pilotos espaciales.

Pero, aunque parecía el fin de la guerra civil, algunos renegados seguían activos. Creían que los nuevos Altos Sacerdotes se equivocaban al restringir la llegada de tecnología, y que estaban estancando el crecimiento. Según ellos, los Altos Sacerdotes, al controlar el libre mercado, impedían que empezase la nueva edad dorada de Sedri. Incluso Fala era vista con escepticismo; aún era respetada por los disidentes por su pasado como renegada, pero muchos temían que su marido PEk le hubiese lavado el cerebro.

Damos un salto de unos tres años aproximadamente, desde poco después de la batalla de Yavin hasta poco después de la batalla de Hoth. Por entonces tendría lugar otro extraño evento en Sedri, uno que sacudiría a esa parte de la galaxia.

Todo empezó con Neil Barani, un capataz minero del sistema Verde que era extorsionado por la organización criminal Sol Negro. Barani descubrió una veta importante de doonium y decidió vendérsela al Imperio. Contando con que el Imperio protegería Verde en adelante, Barani añadió a la oferta un documento con toda la información que él sabía sobre Sol Negro, incluyendo nombres, empresas, números de cuenta... El cabecilla local de Sol Negro, vigo Sprax, envió a un grupo de mercenarios independientes bajo el mando de la mercenaria kerestiana Limna Yith y supervisados por su fiel agente Bel Att, para que atacasen Verde antes de que Barani pudiese cerrar el trato. Yith encontró los documentos secretos, la Lista Barani, y decidió traicionar a Sprax y vender esta información para obtener más dinero. Empezó por matar a Att. Entonces, ella intentó vender la lista a Kutuab el Hutt, pero Kutuab temía a Sprax e intentó traicionar a Yith. Yith se escapó de este enemigo, ignorando además que Sprax había enviado a sus propios hombres tras ella.

Yith pensó entonces en Nim Abek, el ambicioso pirata nikto que llevaba un puerto clandestino, la Estación de Abek, en la Carrera Sisar. Yith contactó con Abek, y Abek aceptó reunirse con ella; en realidad Abek trabajaba para Sprax pero esperaba quedarse con la lista para que Sprax quedase en ridículo ante el Príncipe de Sol Negro, Xizor, y eventualmente hacerse con el puesto de vigo. Envió un carguero, la Garra del Cuerno, para que recogiera a Yith en Sriluur y la llevase a la Estación de Abek. Yith temía, con razón, que Abek intentase matarla y quedarse con la lista, así que pretendía esconder la lista de camino. Empezó por matar al piloto del carguero, tomó el control de la nave y puso rumbo a Sedri.

Yith sabía de la antigua base imperial en Sedri, y sabía que los nativos la evitaban supersticiosamente. Por eso escogió esconder allí la tarjeta de datos con la información. El edificio estaba condenado: El collar de flotación se había cubierto de musgo y se estaba erosionando; las anclas del rayo tractor se había roto; los surtidores de agua de niveles inferiores no funcionaban; y el exterior estaba recubierto de percebes que se comían el baño reluciente, permitiendo que se oxidase la superficie. En un año, toda la construcción flotante habría caído por su propio peso hasta el fondo del océano; pero Yith sólo necesitaba que siguiese en pie unos días más.

Yith se infiltró hasta la antigua armería, en el cuarto nivel de la base, y ocultó la tarjeta en un cubo fuerte diseñado para guardar detonadores termales. Salió de allí, volvió a la nave y puso rumbo a la Estación Abek. Ignoraba que había sido vista por un joven renegado sediano, Pruss . El chico decidió que la alienígena debía haber escondido un valioso objeto de avanzada tecnología que los renegados podrían aprovechar. Entró a buscar el artículo, lo reconoció como un contenedor de conocimiento y se lo llevó, asumiendo que explicaría secretos valiosos. Previendo el regreso de Yith, Pruss llamó a dos gwelds, temibles bestias marinas, para que esperasen a la mujer en el lugar donde ella había guardado su botín.

Yith llegó a la Estación de Abek y acabó metiéndose en un conflicto entre los agentes del nikto y un grupo leal al vigo Sprax. Durante la pelea, el comandante imperial Surlev llegó a la Estación con su crucero Tormenta de Iones; el Imperio también perseguía a Yith y buscaba el documento que Barani les había prometido. El Imperio bombardeó la Estación de Abek, pero Yith escapó de sus garras. Ella fue capturada, por el contrario, por los agentes de Sol Negro.

Yith fue interrogada por Sol Negro y acabó revelando que había escondido la tarjeta de datos en Sedri. Los hombres de Sprax acompañarían entonces a su prisionera a recoger la tarjeta, para comprobar que ella les había contado la verdad y no les estaba guiando a una trampa. Evidentemente, esperaban que ella les causase problemas.

Pero habría problemas desde más caminos. El comandante Surlev fue capaz de extrapolar la ruta que seguiría la fugitiva Yith, y puso también rumbo a Sedri. Peor aún: El Príncipe Xizor se enteró de que Sprax tenía algún problema con el Imperio, y decidió enviar un equipo de cazarrecmopensas liderado por tres de sus mejores sicarios, Gyran, ERYX-4 y el deshade Ket Maliss, en la nave Cuchilla Arqueada. Pero ese grupo no intentaría colaborar con los hombres de Sprax: Intentaría resolver la situación sin ayuda, salvando a Sol Negro y ridiculizando a Sprax. De ese modo, Xizor se vería beneficiado tanto si Maliss ganaba como si ganaban los hombres de Sprax; pero Sprax sabría que Sol Negro no estaba allí para sacarle las castañas del fuego.

El equipo de Xizor fue el primero en llegar a Sedri. Encontraron la base imperial y consideraron intuitivamente que era un buen punto de partida para buscar. Gracias a que el droide ERYX rastreó fuentes de calor, encontraron a uno de los gweld, lo cogieron por sorpresa y lo mataron. También encontraron la caja vacía donde Yith había escondido la tarjeta de datos. Creyeron que Yith se había la tarjeta a otro escondite y había dejado la caja así como cebo, pero también razonaron que Yith volvería al lugar a ver si su trampa había atrapado alguna presa. ERYX dejó un pequeño aparato espía, y los hombres de Xizor se ocultaron.

Yith y los hombres de Sprax llegaron después a la armería. Yith intentó en vano librarse de sus captores utilizando vigas corroídas. Para sorpresa de todos, encontraron un gweld muerto, otro vivo y muy enfadado (al que tuvieron que matar), y la caja vacía. Yith llegó a la conclusión de que los sedrianos se habían llevado la tarjeta y habían dejado atrás a los gwelds, aunque no dedujo que otro bando había matado a un gweld. Yith sugirió ir al pueblo sedriano más cercano y arrasar las cabañas hasta que los nativos dijesen dónde estaba la tarjeta.

ERYX estaba monitoreando la conversación y su bando decidió seguir este plan. Los hombres de Xizor encontraron un campamaneto de renegados separatistas y lo arrasaron, matando al menos a treinta y cinco sedrianos. Además, la sangre en el agua atrajo al menos a tres razorts, que atacaron a los supervivientes.

Los hombres de Sprax fueron sin embargo a Fitsay, y allí Mors Odrion les pidió ayuda. Odrion iba a enviar cinco monjes guerreros al campamento renegado que estaba siendo atacado, y esperaba que los alienígenas, gentes curtidas y acostumbradas al combate, ayudasen a los sedrianos. Los hombres de Sprax aceptaron.

En el campamento, los sedrianos supervivientes confundieron a los agentes de Sprax con los que les habían atacado antes, así que fueron recibidos con violento escepticismo. Pero los auténticos enemigos volvieron al ataque para intentar capturar a Limna Yith. Los hombres de Sprax se libraron de estos enemigos. Ellos encontraron después a ocho supervivientes incapacitados y dieciséis heridos, incluyendo entre estos últimos al joven Pruss que, entre sollozos, les explicó todo y les entregó la tarjeta.

El Imperio llegó entonces a Sedri. El Comandante Surlev envió entonces tropas acuáticas en busca de los agentes de Sol Negro. Habían estado esperando a que otro grupo recuperase la tarjeta de datos en las profundidades, porque sería más fácil arrebatársela a esas personas cansadas que buscarla ellos mismos. Sin embargo, para desgracia de Surlev, los hombres de Sol Negro demostraron recursos secuestrando un vehículo imperial, un rayador, y escapando incluso de las cañoneras de asalto que pretendían retenerlos en la órbita.

Surlev reprendió a sus subordinados por haber fallado, y de paso criticó al planeta Sedri. Xizor, por el contrario, estaba complacido al saber que sus agentes habían sido derrotados por los agentes de su subordinado en Sedri.

Al año siguiente, el emperador fue derrotado en la batalla de Endor. Casi inmediatamente después, líderes de la Alianza Rebelde firmaron la Declaración de una Nueva República y fundaron el Consejo Provisional de la Nueva República, que permanecería en activo durante dos años y medio. Un sedriano no identificado por su nombre fue miembro del Consejo Provisional de la Nueva República y asistió a una conferencia del historiador Voren Na'al relatvia a la entonces recién acontecida crisis de Bakura.

Durante la Nueva República, los sedrianos se esforzaron por adaptarse a la tecnología galáctica, y en muy poco tiempo se adaptaron, desarrollando asombrosas tecnologías acuáticas.

La más exitosa compañía tecnológica sedriana fue el desarrollador de vehículos acuáticos SedriMotors Ltd. fundado por sedrianos y desde el primer momento estuvo asociado con la Nueva República. Esta empresa se caracterizaba por su uso de sistemas de impulso poco habituales, incluyendo motores de propulsión e hidrorreactores, y fabricaba entre otros productos repulsores de combate y cápsulas de combate para aguas profundas.

Pero el mayor logro de SedriMotors fue el vehículo llamado Anfibio, a veces Anfibio de la República. El Anfibio flota a centímetros de la superficie del agua, sostenido por un cojín de aire generado por pequeños motores de flotación, montados entre las placas de blindaje de lados y la base y, en mayor cantidad, en la popa para la propulsión. La disposición de los motores ahorra espacio para carga y peso. Pero, más importante todavía, los motores de flotación son mucho más silenciosos que los habituales motores repulsores, facilitando las misiones de sigilo para atravesar líneas enemigos. Los motores se mantienen refrigerados sobre el agua, evitando que el vehículo sea detectado incluso con infrarrojos; y además puede alcanzar cien kilómetros por hora, tanto sobre el agua como en tierra. Si fallan algunos motores, el vehículo aún puede moverse, aunque a menos velocidad.

El Anfibio estaba pensado como transporte de tropas: Veinte soldados, doscientos kilos de carga y víveres para tres días, con sólo dos marineros tripulándolo, o incluso con uno solo. La gran ventaja es repartir tropas rápidamente en un área extensa, dando gran flexibilidad a los marines de combate. La desventaja es que la protección y armamento es mínimo para el combate pesado: El vehículo está abierto para facilitar la carga y descarga, haciendo vulnerable a la infantería durante el viaje. El armamento de serie es una torreta 1.4 FD de Atgar, opcional, o un cañón bláster antipersona. Sin embargo, el vehículo es barato de fabricar, por sólo 14.500 créditos, y puede ser producido en masa.

Varios cuerpos militares relacionados con la Nueva República emplearon Anfibios, incluyendo la Fuerza de Defensa de Mon Calamari y los Comandos Marinos, a menudo en grupos de dos a diecisiete vehículos y con apoyo de tanques repulsores en casos de combate pesado. Los Anfibios demostraron ser vitales durante la batalla de Calamari en el año 10 dY, combatiendo a los Devastadores de Mundos imperiales junto con los comandos marinos.

Sedri había demostrado su valía para la Nueva República.


Sedrianos Notorios


 

Burborok: Este sacerdote sedriano era, junto con Dragob, Glish, K´hondo, Prom y Spodan , uno de los seis guardaespaldas de confianza del obispo de la guerra Karak en el año 1 dY, cuando Karak era el líder de una banda de renegados.

Durante la batalla por el Sol Dorado, Burborok y los demás guardaespaldas acompañaron a Karak a las cuevas del Sol Dorado. Karak hirió al guardián de las cuevas, Cardo, y abrió el Domo para que todos pudiesen entrar en las cuevas. Sabiendo que sus enemigos le seguirían, Karak encargó a sus guardaespaldas que se dividiesen para emboscarlos.

Burborok y K'hondo se asociaron en una trampa: Burborok, notable luchador cuerpo a cuerpo, desafiaría a gritos a Pek y, si Pek aceptaba, K'hondo, oculto entre rocas le dispararía por la espalda con una pistola solar. Sin embargo, este plan fracasó, y Burborok y K'hondo fueron derrotados.

Cardo: Este corpulento sedriano era el Alto Sacerdote en los tiempos de la batalla de Yavin. Decoraba su cabeza con un pesado aro dorado que tenía incrustaciones de un patrón coral decorado. En esos tiempos, sus ojos tenían aspecto cansado y arrugado, y Cardo tenía costumbre ed atusarse repetidamente su enorme bigote.

Como Alto Sacerdote y líder de su pueblo, Cardo se tomaba muy en serio su trabajo como protector del Sol Dorado. De hecho, lo hacía demasiado bien. Cardo era bienintencionado y pacifista, y había ordenado a los monjes guerreros usar la violencia sólo cuando fuese estrictamente necesario. Pero mantenía retenido al Sol Dorado en un gran domo de concha, abriéndolo sólo en ocasiones especiales, sin saber que eso interrumpía el flujo de agua e impedía al coral alimentarse. También, creyendo saber lo mejor para sus súbditos, impedía a los plebeyos el contacto directo con el Sol Dorado.

Cardo tenía poderes de la Fuerza, posiblemente por el contacto frecuente con el Sol Dorado. Por ello, el Sol Dorado intentó contactar con Cardo a través de sus sueños, para explicarle que el coral estaba vivo y que quería extender su fulgor por todo Sedri. Cardo despertaba asustado, sin recordar los detalles, pero sin cambiar de opinión: El Alto Sacerdote no podía creer que el Sol Dorado fuese una persona, porque eso le asustaba muchísimo, así que consideró más probable que él, Cardo, estuviese volviéndose loco.

Cardo procuró entonces aprender sobre las habilidades del Sol Dorado, y no sobre su naturaleza. Creía con razón que el Sol Dorado tenía capacidades relativas a la visión remota y al viaje espacial, pero él mantenía estas ideas en secreto. De todos modos, Cardo procuraba enseñar los misterios del Sol Dorado a su hijo, Pek un sacerdote por derecho propio.

El carismático obispo de la guerra de Cardo, Karak, abandonó su puseto afirmando que Cardo quería mantener el Sol Dorado oculto y alejado del pueblo, cuando lo correcto sería ofrecer el Sol Dorado al pueblo. Cardo no comprendía estas quejas, pero muchos sedrianos, sobre todo granjeros, siguieron a Karak y formaron un grupo de renegados que vivían separados de la comunidad sedriana. Para desesperación de Cardo, los renegados empezaron a exigir que el Sol Dorado fuese para todos los sedrianos.

Finalmente, los renegados robaron un pedazo del Sol Dorado. Cardo, enfurecido, envió a los monjes guerreros tras los renegados. Los renegados huyeron y aprovecharon para afirmar quqe sufrían persecución religiosa. Esto estimuló el descontento civil y desencadenó una revolución y el inicio de la guerra civil de Sedri.

Entonces aterrizaron los invasores del espacio. Agentes del Imperio Galáctico buscaban en Sedri el motivo por el que este planeta generaba un intenso pozo gravitatorio (La causa era precisamente el Domo que retenía al Sol Dorado). Los imperiales construyeron una base en la superficie oceánica, matando peces y teniendo muy poco cuidado con las formas de vida locales. Inicialmente Cardo no comprendió que los imperiales eran una gran amenaza para su pueblo. Eventualmente, Cardo decidió que los imperiales eran malvados, pero no optó por un curso de acción que le enfrentase: Esperaba que los imperiales simplemente se cansasen y se fuesen por donde habían venido, sin que él tuviese que hacer nada.

En respuesta a la creciente actividad imperial en el sistema, la Alianza Rebelde envió un nuevo equipo de agentes a Sedri. Estas personas descubrieron a Pek luchando contra tropas acuáticas imperiales mientras el sedriano investigaba la base en beneficio de Cardo (aunque no está claro si Cardo realmente le había enviado, o si Pek había demostrado iniciativa). Los rebeldes ayudaron a Pek contra los imperiales, así que Pek decidió llevarles ante su padre.

Cardo escuchó a los rebeldes, pero ellos no le convencieron de que el Imperio fuese una amenaza. Después de meditarlo durante la noche, Cardo prohibió a Pek llevar a sus nuevos amigos hasta la base imperial. De todos modos, Pek lo hizo a sus espaldas, y así descubrió que Karak estaba conspirando con el comandante imperial.

Mientras tanto, doce renegados intentaban un asalto a Fitsay para robar otro pedazo del Sol Dorado. Pek y los rebeldes regresaron a tiempo de unirse a los sacerdotes y enfrentarse a los renegados. Los renegados fueron puestos en fuga y al menos uno fue capturado. Cardo quedó tan impresionado por el valor y poder de los alienígenas que decidió mostrarles las Cuevas del Sol Dorado para curar sus heridas, sabiendo que nunca antes un extraño las había visto.

Cardo también interrogó al prisionero renegado, utilizando el Sol Dorado para buscar en su memoria. Cardo sabía que eso era una forma de tortura, pero decidió que el fin justificaba los medios. Descubrió entonces dónde estaba el campamento de Karak y también que Karak había capturado a un aliado de los rebeldes. Cardo reunió a diez monjes, a Pek y a los rebeldes y decidió ir al campamento renegado a parlamentar; estaba seguro de que algunos renegados se unirían a él si descubrían que Karak estaba haciendo tratos con los imperiales "asesinos de peces".

Cardo y sus aliados llegaron al campamento renegado para descubrir que Karak estaba ausente, y también que se había llevado al prisionero. Se reunieron con la sacerdotisa Fala, hija de Karak, e intentaron convencerla de que Karak se había aliado con los imperiales y de que iba a atacar Fitsay para destruir o robar el Sol Dorado.

El Imperio entonces atacó Fitsay con armamento pesado y soldados con armadura acuática. Los rebeldes, Pek y los monjes guerreros lucharon por detener el ataque, pero Cardo comprendió desde el primer momento que era una distracción. Él fue corriendo al Domo del Sol Dorado, sabedor de que ésa era la meta de Karak. Efectivamente, Karak se presentó con su mascota razort y seis guardaespaldas de élite. Incluso así, Cardo intentó detenerles. Los enemigos aprovecharon su superioridad numérica, atacaron a Cardo y le hirieron de gravedad, rajándole el pecho. El daño habría sido mortal, pero al estar tan cerca del Sol Dorado, Cardo se mantuvo semiconsciente, pero estable.

Los sedrianos y los rebeldes derrotaron a los imperiales. Pek entonces nadó a ver a su padre, y le vio recostado. Cardo advirtió a Pek de que Karak estaba en las cuevas. Pek, enfurecido, siguió a Karak al interior de las cuevas; sus aliados le acompañaron.

Karak fue derrotado y el Sol Dorado fue liberado; el Domo fue abierto indefinidamente. Pero, en el proceso, Pek comprendió que el Sol Dorado era inteligente, y él mismo decidió que Cardo debía pagar por sus crímenes.

Después de la batalla por el Sol Dorado, Cardo abdicó y fue reemplazo por su hijo Pek y la nueva esposa de ésta, Fala, que gobernaron conjuntamente como Altos Sacerdotes.

Dragob: Este monje guerrero sedriano era, junto con Burborok, Glish, K'hondo, Porm y Spodan, uno de los seis guardaespaldas de confianza del obispo de la guerra Karak, en el año 1 dY, cuando Karak era el líder de una banda de renegados.

Durante la batalla por el Sol Dorado, Dragob y los demás guardaespaldas acompañaron a Karak a las cuevas del Sol Dorado. Karak hirió al guardián de las cuevas, Cardo, y abrió el Domo para que todos pudiesen entrar en las cuevas. Sabiendo que sus enemigos le seguirían, Karak encargó a sus guardaespaldas que se dividiesen para emboscarlos.

Dragob se escondió al inicio de las cuevas, con un lanzador de arpones. Pretendía emboscar a los perseguidores y después huir, pero se había colocado en un lugar donde las salidas estaban cortadas. Dragob fue derrotado por Pek y sus asociados.

Fala: Esta sacerdotisa sedriana era la hija del obispo de la guerra Karak, a la que amaba al menos tanto como a Tooch, su mascota razort. Al igual que Karak, Fala tenía cierto control sobre el poder de la Fuerza.

Durante un tiempo, Fala mantuvo un torrido romance con Pek, el hijo del Alto Sacerdote Cardo. Karak empezó entonces a predicar que Cardo retenía injustamente el Sol Dorado impidiendo que beneficiase a todos los sedrianos, y organizó a sus seguidores en un campamento de renegados lejos de la ciudad de Fitsay. Fala creía firmemente que la sociedad sedriana debía cambiar (aunque en realidad Karak era un farsante que sólo buscaba poder para sí mismo), así que siguió fielmente a su padre, terminó su romance con Pek y se convirtió en la sacerdotista de los renegados.

Fala fue testigo de cómo los renegados capturaban a dos agentes rebeldes, Mors Odrion y Rekara; pero la sacerdotista creía que estaban asociados con los "asesinos de peces", los imperiales que estaban contaminando su mundo. Rekara huyó robando un trozo de Sol Dorado obtenido por los renegados de modo discutible; pero el hecho de que ella hubiese cometido el hurto no mejoró la opinión de Fala sobre los bípedos.

Karak dejó la base renegada, llevándose secretamente al prisionero, para negociar, de nuevo en secreto, con los imperiales. Pek descubrió esto y, acompañado por su padre Cardo y sus nuevos aliados de la Alianza Rebelde, entre ellos Rekara, viajó al campamento renegado para explicar la traición de Karak. En ausencia del obispo de la guerra, los visitantes fueron recibidos por Fala. Fríamente, Fala acusó a Cardo de estar asociado con los imperiales, y se negó a dirigir la palabra a su ex-novio. Sin embargo, las pruebas empezaron a mellar su decisión, sobre todo el hecho de que el prisionero hubiese desaparecido.

Las pruebas se hicieron evidentes cuando los imperiales, en asociación con Karak, atacaron la ciudad de Fitsay con armamento pesado. Karak hirió a Cardo y, junto con sus más fieles sicarios y su mascota depredadora, entró en las cuevas de coral. Pek insistió en perseguirle; sus amigos rebeldes decidieron acompañarle, y Fala también.

En el interior de la cueva, los guardias de Karak intentaron matar a Fala y a los demás. Finalmente, Fala no tuvo más opción que asociarse con Pek y desafiar a su padre, que no dudó en intentar matarla personalmente. Karak usó poderes del lado oscuro y controló al Sol Dorado para obtener más vigor. Pero Pek, Fala y Rekara contactaron con el Sol Dorado, una entidad inteligente, y el Sol Dorado les explicó que, si abrían el Domo que retenía el Sol Dorado, entonces Karak no podría mantener la energía encerrada en su propio cuerpo. Fala y sus aliados hicieron esto, y Karak, de pronto sin poderes, fue fácilmente derrotado.

El Imperio abandonó el planeta, creyendo que no podrían obtener beneficio sin un Sol Dorado centralizado. Cardo abdicó el favor de Pek y Fala, que gobernarían conjuntamente como Altos Sacerdotes. En este nuevo puesto, Fala pasó a llevar un anillo dorado en la cabeza.

Pek y Fala se casaron, y Sedri se asoció con la Alianza Rebelde. Los nuevos Altos Sacerdotes esperaban introducir Sedri en la comunidad galáctica con cuidado, con la ayuda de Mors Odrion, que se qeudó en el planeta como diplomático. Los renegados no se rindieron incondicionalmente, y algunos creían que los nuevos Altos Sacerdotes perjudicaban el libre comercio y por tanto impedían una nueva edad dorada de Sedri, así que Fala hizo lo posible por negociar con ellos. Los renegados respetaban a Fala porque había sido la sacerdotisa de los renegados, pero temían que Pek le hubiese lavado el cerebro.

Dos años después de la batalla por el Sol Dorado, Fala estaba embarazado por primera vez. Pek, abrumado por la idea de ser padre, pasó a ser menos impulsivo.

Glish: Este monje guerrero sedriano era, junto con Burborok, Dragob, K'hondo, Porm y Spodan, uno de los seis guardaespaldas de confianza del obispo de la guerra Karak, en el año 1 dY, cuando Karak era el líder de una banda de renegados.

Durante la batalla por el Sol Dorado, Glish y los demás guardaespaldas acompañaron a Karak a las cuevas del Sol Dorado. Karak hirió al guardián de las cuevas, Cardo, y abrió el Domo para que todos pudiesen entrar en las cuevas. Sabiendo que sus enemigos le seguirían, Karak encargó a sus guardaespaldas que se dividiesen para emboscarlos.

Glish se ocultó en una granja de anémonas con un lanzador de arpones. Preparó una ruta de huída por si se veía superado, y se aseguró de poder disparar en caso de que le persiguiesen. De todos modos, Glish fue derrotado.

Karak: Este enorme sedriano era el obispo de la guerra de Fitsay, líder de los monjes guerreros y a las órdenes de Cardo. Por causa del contacto con el Sol Dorado, Karak desarrolló poderes de la Fuerza; por causa de su ambición, sucumbió al reverso tenebroso.

Karak tenía una hija, Fala, que mantenía un romance con Pek, el hijo de Cardo. Karak también había domesticado a un razort, al que llamaba Tooch. Karak sentía amor tanto por Fala como por Tooch, y a menudo viajaba acompañado de la bestia. También gustaba de la compañía de seis fieles seguidores que le servían de guardaespaldas, aunque raro era que necesitase tanta protección; raro era que no estuviese armado con todo el arsenal disponible.

Karak empezó a predicar la reforma. Cardo mantenía retenido el Sol Dorado, impidiendo que su fulgor y sus propiedades beneficiasen a las masas (Lo cual era completamente cierto). Karak convenció a sus seguidores para que viviesen en un campamento renegado, alejado de la ciudad de Fitsay,e n señal de protesta. Los guardias personales de Karak abandonaron su puesto como monjes guerreros para seguirle; y Fala también lo hizo, terminando su romance con Pek. Karak también tuvo éxito entre los granjeros de los alrededores de Fitsay.

Pero en realidad Karka era un farsante. Lo que de verdad quería era organizar una revolución, derrocar al gobierno de los sacerdotes, entrar en las cuevas del Sol Dorado y hacerse con todo el poder del coral. Algunos de sus guardias personales sabían su verdadero plan y le seguían a cualquier parte; la mayoría de los renegados, incluída su hija Fala, ignoraban que era un farsante.

Los agentes de Karak empezaron a predicar públicamente la distribución libre del Sol Dorado a todos los ciudadanos. Karak entonces encargó a un grupo que robasen un pedazo del coral del Sol Dorado. Como él esperaba, el Alto Sacerdote mandó tras los renegados a los monjes guerreros. Los renegados alegaron persecución religiosa y violación de sus derechos, y eso avivó el descontento hacia la revolución y la guerra civil.

Durante este conflicto, el Imperio Galáctico envió agentes a Sedri para buscar una fuente natural de pozo gravitatorio (El Sol Dorado retenido, de hecho). Construyeron una base en la superficie oceánica y no pasaron desapercibidos para los sedrianos, aunque tampoco iniciaron acciones directas contra ellos. Como reacción a la presencia imperial, dos agentes rebeldes, el humano Mors Odrion y la calamariana Rekara, viajaron a Sedri a averiguar qué motivaba a sus enemigos para estar allí. Los rebeldes se tropezaron con los renegados y fueron capturados y llevados ante Karak.

Karak utilizó el pedazo robado de Sol Dorado para buscar información en la mente de Mors Odrion. Odrion sufrió durante este proceso ante los ojos de Rekara, pero a Karak no le importó. Karak averiguó lo que eran los imperiales y comprendió que podrían ayudarle a hacerse con el control de Sedri. El obispo de la guerra pretendía ofrecerles un dignatario rebelde capturado, así como el conocimiento de dónde se escondía el Sol Dorado y cómo atacar correctamente. Karak estaba dispuesto a pagar tributo al Imperio para mantener el poder sobre Sedri.

Karak encargó a sus renegados que custodiasen a Odrion. Pero Rekara estaba menos vigilada, y ella logró escapar de su celda, robar el pedazo de coral de los renegados, y abandonar el planeta. Ella regresaría, afectada mentalmente por el Sol Dorado y con varios agentes rebeldes como refuerzo, y conseguiría aliarse con Pek.

Karak se llevó en secreto al prisionero humano, pero sólo su alcaide, Prom, sabía de esto. Karak escondió a Odrion y se reunió con el oficial imperial al mando de la guarnición, comandante Aban. Karak pidió la mitad del Sol Dorado para sus fines, que nunca irían más allá de Sedri. Aban, ansioso por echar mano al Sol Dorado, aceptó las condiciones de Karak y le ofreció armas bláster a él y a sus hombres. Acordaron atacar la ciudad de Fitsay en tres días, y Karak proemtió ayudar a romper el Domo del Sol Dorado. Pek y sus nuevos amigos descubrieron este trato secreto.

Mientras Karak estaba reunido, los renegados siguieron su plan para atacar Fitsay y robar un nuevo pedazo del coral del Sol Dorado, para reemplazar el que se había llevado Rekara. Además, durante la ausencia de Karak, Cardo, Pek y los rebeldes se reunieron con su hija para intentar convencerle de que Karak era un hipócrita y de que el Imperio iba a atacar Fitsay.

El Imperio atacó entonces Fitsay con su impotente tecnología bélica. El grueso de los defensores de la ciudad, incluyendo monjes guerreros y los rebeldes, se centraron en detener a los imperiales. Mientras, Karak, su razort y sus seis fieles guardaespaldas, Burborok, Dragob, Glish, K'hondo, Spodan y Porm, se acercaron al desprotegido Gran Domo para intentar entrar en las cuevas del Coral. Karak llevaba apresado a Odrion. El Alto Sacerdote Cardo, que había previsto esta maniobra, intentó detenerles. Karak le atacó, haciéndole un grave corte en el estómago; Cardo sólo salvó la vida por las propiedades curativas del cercano coral.

Karak y los suyos entraron en las cuevas de coral, pero esperaban que Pek y sus aliados fuesen tras ellos. Karak encargó a sus seguidores que se ocultasen entre las cuevas y emboscasen a posibles perseguidores. También preparó trampas. Todo ello falló; Pek, Rekara y los rebeldes avanzaban implacablemente. Incluso Fala se había unido a ellos.

Finalmente, Karak encontró una cámara curativa, y se hizo fuerte allí con Odrion. La intensidad de su rabia y ambición abrumó esa zona del SOl Dorado y la convirtió en un lugar fuerte en el lado oscuro. La gran voluntad de Karak le permitió además controlar al aterrorizado Sol Dorado. Karak obtuvo poderes por el Sol Dorado, incluyendo la capacidad de disparar rayos desde los cristales de coral que sostenía en su puño y bloquear los ataques enemigos.

Pero Rekara, Pek, Fala y posiblemente algunos rebeldes contactaron con el Sol Dorado y le ofrecieron ayuda. El Sol Dorado les explicó que su poder se disiparía por todo el planeta si no fuese porque el Domo lo retenía, dañándole. Los enemigos de Karak abrieron el Domo, esparciendo el poder del Sol Dorado. Karka fue incapaz de retener el poder en su cuerpo y, habiendo perdido su poder, fue derrotado con facilidad.

K'hondo: Este sacerdote sedriano era, junto con Burborok, Dragob, Glish, Porm y Spodan, uno de los seis guardaespaldas de confianza del obispo de la guerra Karak, en el año 1 dY, cuando Karak era el líder de una banda de renegados. Extraordinariamente, K'hondo era un pacifista y se negaba a usar armas excepto las aturdidoras.

Durante la batalla por el Sol Dorado, K'hondo y los demás guardaespaldas acompañaron a Karak a las cuevas del Sol Dorado. Karak hirió al guardián de las cuevas, Cardo, y abrió el Domo para que todos pudiesen entrar en las cuevas. Sabiendo que sus enemigos le seguirían, Karak encargó a sus guardaespaldas que se dividiesen para emboscarlos.

Burborok y K'hondo se asociaron en una trampa: Burborok, notable luchador cuerpo a cuerpo, desafiaría a gritos a Pek y, si Pek aceptaba, K'hondo, oculto entre rocas le dispararía por la espalda con una pistola solar. Sin embargo, este plan fracasó, y Burborok y K'hondo fueron derrotados.

Pek: Este joven y corpulento sedriano era el hijo del Alto Sacerdote Cardo, y llegó a ser sacerdote por derecho propio. Llevaba en su cabeza un anillo dorado con un patrón coral, e iba armado con una lanza, un arma aturdidora y extracto curativo de algas. Cardo intentaba explicar los misterios del Sol Dorado a su hijo, aunque él mismo no los entendía totalmente. Gracias a su contacto constante con el Sol Dorado, Pek desarrolló ciertos poderes de la Fuerza.

Amistoso y abierto a nuevas ideas, Pek era también bastante impulsivo. Su mayor deseo era proteger la cultura sedriana y, aunque su padre le instaba a ser pacífico, Pek estaba dispuesto a pelear por aquéllo en lo que creía.

Pek mantuvo un romance con Fala, la hija del obispo de la guerra Karak. Pero Karak abandonó su posición para convertirse en el líder de una banda de renegados que abogaban por el derrocamiento de Cardo para que el Sol Dorado no estuviese retenido. Fala acompañó a Karak, y eso terminó la relación con Pek.

Los renegados eventualmente robaron un pedazo de coral del Sol Dorado, lo cual equivalía a una declaración de guerra civil. Poco después, alienígenas del espacio aterrizaron en Sedri y, sin contactar con los nativos, construyeron un edificio contaminante en la superficie marina y empezaron a atacar a la vida marina. Eran agentes del Imperio. El Alto Sacerdote Cardo no sabía bien cómo tratar con ellos; decidió eventualmente que eran seres malvados, pero esperaba que se fuesen por sí mismos.



Pek se esconde de los Imperiales

Pek se acercó al edificio imperial, queriendo explorarlo para ofrecer información táctica a su padre. Fue detectado por los imperiales, y cinco tropas acuáticas en vehículos llamados rayadores rodearon a Pek. Otros alienígenas enemigos de los imperiales, un grupo de la Alianza Rebelde, vio la situación y ayudó a Pek contra sus enemigos. Pek entonces insistió en que le acompañasen a Fitsay para explicar la situación a su padre Cardo, y prometió que después les llevaría a la base de los "asesinos de peces".

Pero, después de reunirse con Cardo, éste negó a Pek el permiso para llevar a los alienígenas bípedos a la base imperial. Pek lo hizo de todas maneras, arriesgándose a la ira de su padre. Pek y sus amigos combatieron a un temible twenchok, y se infiltraron en la base. Descubrieron así que Karak había pactado con el Imperio. Pek decidió que volviesen rápidamente a Fitsay, a avisar a Cardo.

Cuando Pek y los demás llegaron de nuevo a la ciudad, descubrieron que doce renegados estaban intentando robar de nuevo el Sol Dorado, matando a los guardias y causando el caos entre los civiles. Pek y los alienígenas ayudaron a los monjes guerreros, ganándose así el respeto y la confianza de Cardo. Además, lograron hacer un prisionero, que fue interrogado por Cardo para que revelase dónde estaba el campamento renegado.

Pek acompañó a los rebeldes, a su padre y a una escolta de guardias al campamento. Pretendían revelar la traición de Karak. Pero Karak no estaba presente, y tuvieron que reunirse con Fala, que se negó a dirigir la palabra a Pek. Pero descubrieron que Karak tenía retenido consigo a un prisionero rebelde y lograron hacer entrar en razón a algunos renegados.

Pek y sus asociados regresaron a Fitsay justo a tiempo de ver llegar a las fuerzas armadas del Imperio Galáctico: Guiados por Karak, los soldados de asalto del Imperio conducían armas pesadas con el propósito de tomar el Sol Dorado. Pek se unió a los defensores de la ciudad, y consiguieron detener el temible asalto.

Pek fue entonces a las cuevas del Sol Dorado a confirmar que no hubiesen sufrido daños, y encontró a su padre semiconsciente y gravemente herido en la entrada. Con dificultad, Cardo explicó a Pek que Karak y sus sicarios habían entrado en las cuevas del Sol Dorado. Pek bramó y se lanzó al interior de las cuevas. Sus amigos rebeldes le acompañaron, y también lo hizo Fala, que había comprendido la traición de su padre.

Pek y sus asociados derrotaron a los seis guardaespaldas de Karak Burborok, Dragob, Glish, K'hondo, Porm y Spodan, así como a su mascota razort. Después desafiaron a Karak, que estaba intentando robar los poderes del Sol Dorado usando el lado oscuro de la Fuerza. Pero el Sol Dorado contactó con Pek y con aquéllos de los suyos que podían usar la Fuerza y, siendo inteligente, el coral les explicó que debían abrir el Domo, esparciendo así los pólipos e impidiendo que Karak retuviese en su interior el poder. Pek y los demás obedecieron, y después derrotaron con facilidad a Karka.

Después de eso, Pek decidió que Cardo también debía pagar por el crimen de haber mantenido encerrado al Sol Dorado, en vez de permitir que todos los sedrianos se beneficiasen de su poder. El Imperio se retirase de Sedri, creyendo que no podría obtener más beneficio allí; y poco después, Cardo abdicó. Pek y Fala le reemplazaron, convirtiéndose en los nuevos Altos Sacerdotes conjuntamente. Además, Pek y Fala contrajeron matrimonio.

Como Alto Sacerdote, Pek llevaba una gran corona dorada y un cetro con punta de coral. Dejó de ser tan impulsivo por los problemas del gobierno, y sobre todo cuando Fala se quedó embarazada dos años después. Pek pretendía que los sedrianos entrasen en la comunidad galáctica, pero con cuidado para evitar la contaminación cultural y a los oportunistas; esto le valió críticas de disidentes que creían que así impedía a Sedri iniciar una nueva edad dorada. Pek también se aseguró de que Sedri formase parte de la Alianza Rebelde. El dignatario rebelde que había sido capturado por Karak, Mors Odrion, se quedó en el planeta Sedri y sirvió de intermediario entre los Altos Sacerdotes y los potenciales inversores alienígenas.

Porm: Este renegado sedriano era, junto con Burborok, Dragob, Glish, K'hondo y Spodan, uno de los seis guardaespaldas de confianza del obispo de la guerra Karak, en el año 1 dY, cuando Karak era el líder de una banda de renegados.

En el campamento renegado, Porm ocasionalmente servía como vigilante de la prisión. En uno de los turnos de Porm, mientras él vigilaba al dignatario rebelde capturado Mors Odrion, Karak apareció y se llevó a Odrion sin decir a dónde. Karak ordenó a Porm no informar a los guardias siguientes, y Porm obedeció. Sin embargo, poco después, Fala descubrió la ausencia de Odrion y exigió explicaciones a Porm. Porm contó lo que había pasado y después se escaqueó, lo cual demostró a Fala que Porm había estado implicado en la desaparición del prisionero.

Durante la batalla por el Sol Dorado, Porm y los demás guardaespaldas acompañaron a Karak a las cuevas del Sol Dorado. Karak hirió al guardián de las cuevas, Cardo, y abrió el Domo para que todos pudiesen entrar en las cuevas. Sabiendo que sus enemigos le seguirían, Karak encargó a sus guardaespaldas que se dividiesen para emboscarlos.

Porm tiró un pez hedor en una habitación curativa, esperando que los enemigos entrasen ahí para intentar curarse y saliesen envenenados.

Porm además se armó con un bláster imperial y una granada, y preparó una emboscada tras una empalizada improvisada hecha de roca y coral. Pek y sus aliados le vencieron, pero Porm sobrevivió.

Dos años después, Porm seguía en activo en Fitsay, aunque tenía cicatrices por el encuentro narrado.

Pruss: Este joven cazador sedriano era el hijo de uno de los renegados que seguían a Karak. Después de la caída de Karak y de la retirada del Imperio, la familia de Pruss siguió asociada con los renegados que se oponían a los nuevos Altos Sacerdotes. El padre de Pruss le hablaba de la tecnología alienígena que podía dar poder a los sedrianos. Así, Pruss decidió acercarse a la guarnición imperial abandonada que los otros sedrianos evitaban, esperando encontrar alguna tecnología valiosa.

Pruss vio entrar en la guarnición a una alienígena a la que apodó en su mente "piernas largas". Esta mujer, la mercenaria kerestiana Limna Yith, ocultó un artículo de tecnología en una resistente caja en la armería de la base imperial. Pruss esperó a que se fuese y se infiltró en la base para forzar la caja con su pura fuerza bruta y robar el objeto. Lo reconoció como una tarjeta de datos, el modo que usaban los alienígenas para almacenar información, y optó por llevárselo esperando descifrarlo más tarde. Pensó entonces que "piernas largas" podría regresar más tarde, así que llamó a dos depredadores marinos de la especie gweld para que vigilasen el lugar. Pruss entonces ocultó la tarjeta en un pez bolsa.

La tarjeta de Limna Yith era codiciada por diversos grupos, incluyendo el cártel criminal interplanetario Sol Negro. Unos agentes de Sol Negro buscaron la tarjeta, mataron a los gwelds y, al descubrir que los sedrianos habían robado su valioso botín, decidieron iniciar ataques contra los poblados sedrianos cercanos. Encontraron el campamento renegado donde vivía Pruss y realizar un brutal ataque, matando a treinta y cinco personas, dejando incapacitados a otros ocho e hiriendo a los dieciséis supervivientes, incluído Pruss.

Comprendiendo que su codicia había traído la desgracia sobre sus seres queridos, Pruss se desesperó y se echó a llorar. Poco después, "piernas largas" y un grupo de alienígenas llegaron buscando la tarjeta. Pruss la entregó sin resistencia y explicó en detalle lo que habí ahecho. Al oírlo, Limna Yith intentó estrangular al joven sedriano.

La familia Shahlik: Estos sedrianos abandonaron su planeta y llegaron a ser los directores de mantenimiento del acuario imperial del planeta Kailor V en tiempos de la Guerra Civil Galáctica.

El científico imperial Obo Rin intentó en vano entrevistarles para un estudio sobre los sedrianos. Rin afirmaba que esta familia había pasado varias generaciones fuera de Sedri, pero esto podría ser falso.

Spodan: Este sacerdote sedriano era, junto con Burborok, Dragob, Glish, K'hondo y Porm, uno de los seis guardaespaldas de confianza del obispo de la guerra Karak, en el año 1 dY, cuando Karak era el líder de una banda de renegados.

Durante la batalla por el Sol Dorado, Spodan y los demás guardaespaldas acompañaron a Karak a las cuevas del Sol Dorado. Karak hirió al guardián de las cuevas, Cardo, y abrió el Domo para que todos pudiesen entrar en las cuevas. Sabiendo que sus enemigos le seguirían, Karak encargó a sus guardaespaldas que se dividiesen para emboscarlos.

Spodan se ocultó entre rocas y sostuvo un erizo picudo. Pretendía esperar que los perseguidores pasasen, y pincharles desde atrás con el erizo. Spodan fue derrotado por Pek y sus amigos.



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Sección creada por Skippy Farlstendoiro y Al Noah para SithNET
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