Aunque no existe ninguna prueba tangible que lo demuestre, la mayoría de los historiadores coinciden en que, hace muchos siglos, hubo grandes guerras mundiales en Iotra. El problema es que esas guerras suelen hacer que el desarrollo tecnológico avance aún más rápido, y los iotranos jamás desarrollaron el hiperespacio por sí mismos. De haber sido guerras suficientemente destructivas, habrían quedado restos fácilmente identificables en el Iotra actual. No se da ni un caso ni el otro.
La historia conocida (y confirmada) de Iotra empieza hace apenas siete siglos. En ese momento, se fundó un gobierno planetario unificado para todo Iotra, la Fuerza Pacificadora Iotrana o FPI. El FPI es un cuerpo parlamentario dirigido por ocho líderes militares de alto rango, a los que se llama Consejo Conjunto.
Antes o durante la fundación del FPI; existían muchas órdenes militares galácticas bien conocidas ("galácticas" significa que su influencia salía del planeta Iotra, pero no del sistema iotrano). Éstas se combinaron para formar la FPI, aunque siguen existiendo independientemente y cogiendo nuevos miembros por la galaxia. Destacan entre esas órdenes, por su fama, las Fuerzas Reales Kinlandrin (a veces llamadas Kilandran). Otras órdenes que más que famosas eran infames son los Guerreros Milenarios Jengardin y la Guardia Lurathi. Ninguna de estas órdenes ha visto acción en la superficie de Iotra.
El primer contacto de Iotra con la República se dio setenta y cinco años antes de la Rebelión, cuando una nave exploradora aterrizó en el planeta.
Tras unas breves negociaciones con los líderes de cada nación, Iotra se convirtió en mercado común independiente de la República, pero con opción a ser miembro cuando quisiera.
Las dos mayores naciones iotranas, fronterizas entre sí, destinaron una parte de su tierra de en medio como propiedad de la República. Allí se construyó Ciudad República, que sería utilizada para contactar con el resto de la galaxia.
Pese al trato limitado con el resto de la comunidad galáctica, ha habido varios cambios importantes desde ese momento en la cultura iotrana. Dos de esos cambios son excepcionalmente importantes.
El primero es un nuevo tratado de amenaza externa, firmado por todas las naciones de Iotra. Si Iotra es atacado por un no iotrano, todos los feudos, embargos y disputas entre iotranos y agrupaciones de iotranos (incluyendo naciones) desaparecerán e Iotra se unirá contra el enemigo. Muy pocos enemigos podrían sobrevivir a algo así, y ninguno se lo puede permitir sin sufrir graves daños.
Al mismo tiempo, el contacto con la galaxia ha llevado a otros enemigos a Iotra: El crimen intergaláctico. Es fácil declarar la guerra a un planeta, o a un sector. Más difícil es tratar con criminales, sobre todo con individuos desorganizados.
A tal fin se formó el Consejo de Braceros Iotranos, o Consejo de Braceros a secas. Veteranos de élite del ejército iotrano (de cualquier ejército iotrano), se convirtieron en los cazarrecompensas oficiales del planeta. Pronto, el Consejo se convirtió en la cúpula directiva del cuerpo de Braceros a secas. Esto es, los Braceros eran cazarrecompensas propiamente dichos, y el Consejo de Braceros les daba órdenes.
Los Braceros rastrean criminales fugitivos por la galaxia, sin preocuparse de reglas políticas o gubernamentales, ni de tratados de extradición. Por ello, no cuentan con las simpatías de algunos gobiernos planetarios que han visto minada su autoridad. De un modo u otro, su eficiencia es innegable: Tienen un 95% de capturas en su historia.
Todo miembro de este Consejo de Braceros ha sido Bracero en el pasado. El Consejo tiene al menos un representante de cada nación, y decide quién se hace Bracero y cómo se asignan los recursos.
Con el contacto con la galaxia, Iotra ha potenciado su industrialización. Ahora existen en Iotra fábricas de muchas cosas, sobre todo de armas especializadas para los Braceros. Entre las empresas propietarias de estas factorías destaca Tecnologías de Defensa Iotranas.
El equipo habitual de un Bracero incluye la Armadura de Bracero, que ha ganado también respeto en la comunidad de cazarrecompensas. Este blindaje cubre cabeza, torso, brazos y piernas. El casco incluye un sistema sensor que favorece el uso de armas internas a la armadura, como el filo retráctil extensible en el brazo derecho. Debido a su popularidad, y pese a las reticencias de algunos iotranos, se ha manufacturado una segunda talla de armadura para alienígenas más pequeños que un iotrano.
Otra de las armas incluídas en la armadura del bracero es la pistola enredadora. Dispara un triple filo de duralambre con contrapeso en cada extremo y adhesivo por toda su extensión. El propósito es enredar a un ser o criatura no demasiado grande. Es preciso tener mucha fuerza para soltarse antes de que el adhesivo haga efecto. El modelo de enredadora incluído en la armadura permite cinco disparos antes de tener que recargar.
La Pistola de Minidardos es la última arma que se incorpora de serie en el blindaje típico del bracero. Se trata de un lanzador de agujas. Como peculiaridad, las agujas están impregnadas de una toxina paralizadora; sin embargo, es imprescindible dañar a la víctima para que la toxina actúe. El lanzador tiene capacidad para diez cargas.
Los Braceros no son los únicos que han tomado medidas desde el contacto con la República. La FPI construyó y empezó a administrar la Estación Espacial Gettiarn, orbitando el planeta homónimo, en el propio sistema iotrano. La estación sirve como centro de control de tráfico para el sistema.
Los iotranos han mostrado poco o ningún respeto por otras culturas y sus leyes (por lo que es una suerte que no tengan intereses expansionistas). No tienen mente tecnológica, pero usan bien la tecnología de otras especies, mostrando predilección por las armas y los hipermotores. Su propia tecnología es algo cruda pero fiable, aunque siempre por debajo de la normativa galáctica.
Pese a su reticencia por entrar en la República, los hechos son que todos los iotranos aprenden a hablar Básico (no a escribirlo). Prácticament todos lo encuentran poco elegante y demasiado rebuscado.
Desde su primer contacto con la comunidad galáctica, han mantenido un inmenso ejército con naves y armas bláster. Este ejército patrulla por toda la Expansión Iotrana, protegiéndola contra invasiones. Pese a todo el despliegue de armas y personal (o quizá precisamente debido a ello), el mayor conflicto que han tenido sólo ha sido una pequeña escaramuza fronteriza.
Por lo demás, raro es que un iotrano independiente abandone su mundo, sobre todo porque no tienen mucho respeto por otras especies. Dos importante excepciones a esto incluyen a los fugitivos que huyen de Iotra, y a los Braceros Iotranos que los persiguen.
Se dice que ha habido usuarios de la Fuerza iotranos, y quizá incluso jedis (Después de la Purga Jedi no es fácil confirmar nada), pero son en todo caso poco comunes. Menos comunes todavía son ciertos rumores de cábalas iotranas secretas que entrenan en los senderos de la Fuerza.
En tiempos del Imperio, Palpatine mostró poco interés por tomar Iotra, quizá considerando que el coste en recursos superaría los beneficios. De todos modos, los iotranos tomaron partido: Aborreciendo la disidencia, mostraron desprecio abierto hacia la Alianza por su lucha contra el Imperio. Como especie, no se les tocó, pero varios individuos colaboraron con el Imperio.
Por ejemplo, el gobernador de Tasariq, el chandrilano Dem Keval, tenía problemas para controlar su mundo enfrentándose a contrabandistas, corporaciones mineras y tasaris, y el Imperio no quería o no podía ofrecerle demasiada ayuda. Por ello, Keval contrató a un grupo de mercenarios iotranos para que patrullasen por el sistema. Para darles cierta cantidad de legitimidad, les hizo llamar Rangers de Tasariq.
Al mismo tiempo, el pintor y holoperiodista snivviano Zutton se unió a un grupo de cazarrecompensas iotranos para obtener experiencia. Después se separó del grupo para trabajar en solitario como cazarrecompensas.
El Reino de Kinlandrin ha empezado a reclutar iotranos para una fuerza de élite recientemente. El propósito e impacto de esta acción aún no está determinado.
En tiempos más recientes, el humano Fulin Gor, oficial de policía de la Nueva República, ha obtenido fama por su habilidad de rastrear a cualquier criminal dondequiera que éste vaya. Se sabe que Gor había sido miembro de la FPI, y muchos creen que debe a esta experiencia su habilidad. Gor se ha enfrentado a la amenaza yuuzhan vong donde la encontrase.
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