Ha habido pocos kowakianos que abandonasen su mundo para rondar por la galaxia, pero permítanme arrojar luz sobre uno o dos de ellos.
Picaroon C. Boodle: Este kowakiano inició su carrera como primer oficial del carguero YT-2400 modificado Ranat Destrozador y a la vez mascota de su capitán, el excéntrico y paranoico pirata y contrabandista Az-Iban. Se ignoran los detalles de su primer encuentro.
En el planeta Eriadu, las autoridades imperiales pusieron a Boodle en cuarentena, acusándole de ser portador de la rabia cyborreana. Az-Iban continuó su viaje en solitario y, si intentó rescatar a Boodle, fue muy discreto y fracasó.
Boodle acabó como parte del Proyecto Chubar, llevado a cabo por el científico imperial Tuzin Gast. Era la meta del proyecto realizar modificaciones genéticas en especies consideradas subinteligentes para crear soldados prescindibles, baratos y más listos de lo esperado. Gast pretendía crear guerreros ewoks capaces de pilotar un caza, por ejemplo.
Boodle llamó la atención de Lord Cronal, un pez gordo del Imperio con poderes sith; Cronal era una de las manos del emperador. Boodle tenía talento para estudiar los caminos de la Fuerza y precisamente Cronal estaba buscando a gente como él para entregárselos a su asociado Jerec. El Proyecto Chubar señaló a dos de estos seres, siendo el otro Gorc, un gamorreano a quien su hermano traicionó al Imperio para salvar la piel.
Cronal se llevó a Gorc y a Boodle pero, antes de entregárselos a Jerec, decidió experimentar con ellos usando alquimia sith. Metió a ambos sujetos en un único capullo y los alteró. Surgieron mutantes, con genes y características mezclados, vinculados simbióticamente a través de la Fuerza. Se les llamaría Gorc y Pic, los gemelos sith (Pese a que Gorc medía más de tres metros y pesaba doscientos kilos, y Pic no alcanzaba el metro de estatura y pesaba una décima parte; el parecido era sutil).
Pic contaba ahora con telepatía limitada con su "hermano", así como una empatía más completa. Cualquiera de los gemelos sería siempre consciente de dónde estaba el otro, de cómo se sentía el otro y de qué percibía el otro. Sin embargo, herir a uno causaría daños menores en el otro; el poder corruptor del lado oscuro es innegable.
Debido a su nueva situación simbiótica, su trabajo en equipo era impagable. La velocidad e inteligencia de Pic se combinaba con el increíble poder bruto de Gorc, sobre todo por el vínculo mental que compartían. Pic se volvió experto en el uso de la daga sith, un objeto similar al sable láser pero más corto. El pequeño Pic incluso había dejado de inspirar burla: Ahora, su mera presencia bastaba para amedrentar a quienes le viesen.
Siendo mucho más listo que Gorc, Pic se consideraba el "hermano mayor" y buscaba el bienestar de su otra mitad. Agradecido, el gamorreano demostró ser un excelente artesano y forjó para Pic una réplica en miniatura de la armadura oscura M'uhk'gfa.
Fue entonces cuando Pic y Gorc fueron presentados a su nuevo jefe, Jerec, el inquisidor imperial. Jerec estaba intentando reunir una élite del lado oscuro. Se trata de un grupo de agentes malvados con poderes de la Fuerza que responderían directamente ante él. Los gemelos se unieron a sus filas.
Jerec retuvo a su élite incluso después de la muerte de Palpatine en la batalla de Endor. Se convirtió en uno de los imperiales más poderosos y utilizó a su élite para su búsqueda personal. Jerec creía que el Valle de los Jedi, en ubicación desconocida, podría darle un poder y conocimiento inigualable, convirtiéndole en un dios, y usó a su élite para buscar esta meta.
Era su principal adversario Qu Rahn, un jedi superviviente que también buscaba el Valle para liberar a las almas allí atrapadas. Jerec descubrió que Rahn sabía de la ubicación del Valle, así que le capturó y le extrajo ese conocimiento. Pic estuvo presente durante el interrogatorio de Rahn. El jedi se liberó e intentó atacar a Jerec, pero éste le asesinó. Pic aprovechó la ocasión para recoger el sable de Rahn, un sable de excelente manufactura que había sido creado por el legendario maestro Yoda. Se ignora si Pic conocía este detalle.

Pic enciende el sable forjado por Yoda
Continuando su búsqueda del Valle, Jerec contactó con el droide soplón 8t88, que le proporcionaría un mapa detallado. Ochentayocho concertó una cita con Jerec en la nave de carga Estrella de Sulon. Jerec envió a la reunión a Gorc y Pic, junto con cuatro soldados imperiales (incluyendo un oficial) para que tripulasen el Estrella. Las órdenes de los gemelos eran hacerse con el mapa y acabar con Ochentayocho.
En ese momento, los gemelos ignoraban que Ochentayocho era perseguido por Kyle Katarn, un jedi potencial que compartía los intereses de Qu Rahn. Los gemelos efectivamente recibieron a Ochentayocho y a su mascota, el hornagaunt Grendel. Después de estar seguro de que el mapa estaba en la cabeza de Ochentayocho, Pic decapitó al robot. Grendel no parecía interesado en impedírselo, e incluso jugueteó con la cabeza cercenada.
Poco después, Katarn llegó al Estrella y los gemelos le recibieron en un duelo esperado. Gorc, sin embargo, sobreestimó su propio poder, y Katarn pudo volarle la cara de un disparo, destruyendo su cerebro.
Sintiendo que la mitad de sí mismo había muerto, Pic entró en un frenesí homicida y atacó a Katarn, apuñalándole repetidamente con su daga sith. Katarn cogió entonces la cabeza cercenada de Ochentayocho y la clavó en el cráneo de Pic, acabando con el horror de la pequeña abominación.
Katarn abandonó el lugar, dejando atrás a sus víctimas y llevándose como único trofeo la cabeza del droide, para poder extraer él también el mapa. Fue sólo años después que, conversando con el maestro Luke Skywalker, Katarn comprendió que el sable de Pic era una pieza valiosísima. Skywalker envió entonces a un grupo de jedis a recuperar el sable, aunque el resultado de esta misión es desconocido.
Olag Greck: Un ingeniero kowakiano que trabajaba para el Barón Pitareeze. Extrañamente, Greck parecía mantener un comportamiento y una actitud muy lejana a la de los otros kowakianos: Utilizaba ropas, hablaba con toda corrección básico y gamorrés, diseñaba naves espaciales y era astuto.
Greck estuvo durante mucho tiempo en Nar Shaddaa. Allí tenía tratos con Movo Brattakin, un traficante de droides, al igual que con su rival Boonda el Hutt. Olag Greck contrató a un chef alienígena llamado Huba y a sus asociados como cocineros, para preparar un festín para Boonda el Hutt. Ellos prepararon un buen banquete, rematado por feejay a la parrilla, una delicia que apreciaban los hutts. Greck envenenó la comida terminada, como parte de un plan para envenenar al hutt y hacerse con sus activos; por desgracia, el veneno no era demasiado potente y el hutt sobrevivió y ordenó ejecutar in situ a Greck. Éste, astutamente, acusó a los cocineros, que fueron esclavizados y puestos a trabajar en una mina de cristales. La implicación de Brattakin en esta operación quedó oculta gracias a Greck.
Greck se vio obligado a dejar Nar Shaddaa a instancias de Movo Brattakin, que sólo le permitió salir con vida por su colaboración contra Boonda. En el proceso, Greck descubrió detalles personales sobre Boonda y, adicionalmente, se mantuvo lo bastante oculto para que el hutt no supiese de él. Después, el kowakiano huyó a Kalarba.
El Barón Pitareeze contrató a Greck para supervisar la construcción del Crucero Pitareeze, un vehículo con un hipermotor muy avanzado. Sabiendo que Pitareeze no creía en utilizar sus cruceros para aplicaciones militares, Greck robó los planos del crucero y rápidamente construyó el "Crucero Greck", una versión precipitada que se puso a la venta antes incluso de que Pitareeze terminase su prototipo. Pitareeze perdió mucho dinero, pero pronto el Crucero Greck demostró sus fallos (Sobre todo, la carencia del hipermotor MT-5 de Pitareeze) y Greck se vio obligado a pedir ayuda a Pitareeze para corregir los cruceros vendidos. El barón se negó, así que Greck le culpó de todos los fallos.
Greck mantuvo en Hosk una empresa independiente con tratos con el Imperio, y con gamorreanos como seguridad, sobre todo su guardaespaldas Xob. Contrató a la capitana Jace Forno, una coreliana con un parche el ojo, como piloto (Greck había oído que los corelianos eran los mejores pilotos de la galaxia). Se dice que fue Grek quien reprogramó al droide C-3PX para convertirle en un asesino.
Con el tiempo, el líder de los cocineros, Huba, consiguió escapar junto con sus asociados y se convirtieron en piratas, habitualmente saqueando las naves de Greck para hacer dinero.
Uno de los competidores de Greck contrató al droide asesino IG-88 para que le persiguiese con el propósito de avergonzarle y asustarle (No se sabe a qué IG-88 en particular). IG-88 era un principalmente cazarrecompensas, pero no estaba más allá de un contrato de asesinato de vez en cuando. IG-88 fingió que sus baterías se habían agotado durante la operación y que, por tanto, había quedado inmóvil, pero en realidad estaba fingiendo. Ante esta situación, Greck decidió que llevasen a su base al famoso droide para borrar su memoria y convertirlo en su propiedad. IG-88 fue transportado en una nave con muchos otros droides.
En cuanto llegó a la Estación de Hosk, IG-88 empezó a sembrar el caos en la nave. otros Los droides intentaron huir, perturbando el entorno. Los sistemas de seguridad detectaron un tiroteo, en el que Xob resultó herido, y sellaron el hangar. Sin embargo, IG-88 logró salir, persiguiendo a uno de los droides, R2-D2. IG-88 había resultado dañado y necesitaba los talentos de reparación de R2-D2.
Greck ayudó a Xob a recuperarse, y descubrió a otro droide, C-3PO, asociado de R2-D2. Amablemente C-3PO se ofreció a ayudar a Greck a localizar a R2-D2, que podría estar cerca de IG-88. Greck puso a Xob y a otros guardias, mayormente weequays, en su equipo de búsqueda, y se aseguró de que C-3PO abriese el paso para interceptar cualquier disparo de IG-88.
C-3PO encontró a R2-D2, que iba acompañado por IG-88. El droide asesino intentaba ocultarse bajo una capa, un disfraz que engañó a Xob hasta que Greck le descubrió y le obligó a disparar. Xob disparó una red constrictora de carbonita que atrapó un breve tiempo a IG-88, pero el droide demostró tener recursos: Lanzó una granada de humo, aturdiendo a los guardias de Greck, mientras hacía añicos la red y se llevaba a R2-D2 al tubo de acceso: Intentaba robar una nave de Greck, cosa que consiguió junto con R2-D2 y un involuntario C-3PO. Greck fue a su crucero personal con Xob y Forno, y ordenó destruir la nave robada. Con el comunicador, ordenó a IG-88 rendirse o ser destruido.
IG-88 llegó al planeta Indobok, y maniobró con su nave, mucho más pequeña que el inmenso crucero de Greck, para aprovechar la vcentaja de la maniobrabilidad. Más aún, mientras el crucero estaba siendo destruido (Greck no quería que se bajase la velocidad), IG-88 se ocultó y emboscó a la nave, tirándole encima un arco de piedra.
Mientras Greck y sus socios se recuperaban, la nave de IG-88 lanzó una cápsula de escape, y después la nave salió disparada hacia Kalarba por el hiperespacio (IG-88 estaba yendo a Kalarba; la cápsula era un modo de librarse de C-3PO y R2-D2). Greck decidió que la cápsula era un señuelo, y que sus enemigos habían contratado a IG-88 sólo para humillarle (De haber querido, IG-88 habría matado fácilmente a Greck, y Greck era consciente de esto).
De cara al Imperio, Greck trataba con el Concejal Torba, pero éste sólo quería obtener cruceros con el MT-5. Torba amenazó a Greck con informar a las autoridades de las "discrepancias" de la estación. Greck intentó repetidas veces convencer al Barón, pero siempre fue inútil.
El nieto del barón Pitareeze, Nak, se presentó entonces en la estación de Greck con su droide de protocolo C-3PO, proponiendo al kowakiano conseguirle el MT-5 a cambio de dinero. En vez de seguir el plan de Nak, Greck secuestró al muchacho y pidió al barón, como rescate, el prototipo del hipermotor. Afortunadamente, Greck nunca había visto el hipermotor y el barón pudo preparar fácilmente un falso hipermotor. Al mismo tiempo, C-3PO ayudaba a Nak a escapar. Las defensas de Greck abatieron su nave pero, tras el aterrizaje forzoso, C-3PO llevó a su casa a un Nak relativamente indemne. Por desgracia, para entonces, el barón había pertido hacia Hosk. Greck encerró al barón y a su droide, R2-D2, sin permitirles ver a Nak para que creyesen que el chico seguía prisionero.
Greck se reunió con Torba y afirmó que ya había readaptado sus cruceros con el MT-5. Para comprobarlo, Torba dio un paseo de prueba en una nave saboteada, preparada para explotar. El kowakiano pretendía acusar al barón de sabotaje. Por desgracia, el superior de Torba, uno de los jedis tenebrosos del emperador, descubrió la explosión del crucero y amenazó a Greck. Así, Greck arrebató al barón la falsa unidad MT-5. La oportuna llegada de C-3PO, Nak y Balto (el nuevo ayudante del barón) obligó a Greck a huir, y a permitir huir a sus enemigos, pero no le dio importancia porque creía tener el MT-5. Una comprobación superficial, poco después, le demostró que estaba ante un hidratador de comida que, para colmo, le salpicó la cara. Greck era consciente de que el Imperio le mataría por esto.
Greck huyó junto con Xob y una pequeña fortuna, y se ocultó durante un tiempo en una gruta junto con Xob. La base de Huba estaba cerca, algo que Greck sabía pero Huba no. Sin embargo, Greck no encontraba motivos para enfrentarse a él.
Casualmente, Nak se estrelló ante la boca del domicilio de Greck. Greck le encontró y descubrió que la nave de los padres de Nak, el Wayfarer (que, por cierto, Greck pretendía obtener), había sido robada por el capitán Huba. Greck y Xob se armaron obligaron a Nak a llevarle hasta allí, descubriendo al llegar que, por una curiosa serie de acontecimientos, R2-D2 se había convertido en el nuevo capitán de los piratas y todos estaban borrachos en una fiesta de celebración. Greck aprovechó para amenazarles con su bláster. El desaparecido pirata Ripter, sin embargo, apareció detrás de Greck y le atacó; sólo logró escapar gracias a la rapidez de pensamiento de Xob, que robó una moto jet para huir de vuelta a su almacén. Bueno, logró escapar de los piratas, porque la moto jet fue atacada por una bandada de vynocks, acabando con la moto (aunque Greck sobrevivió).
Nak guió después a Huba a la gruta de tesoro de Greck, a cambio de que les devolviese el Wayfarer, con lo que las últimas pertenencias de Greck acabaron en manos de su enemigo. El kowakiano volvía a partir de cero.
Greck reapareció en Ciudad Kalarba, ocultando su identidad tras una capa roja con capucha y haciéndose llamar Mollo. Obtuvo reputación como una figura de los bajos fondos, organizando luchas a muerte entre droides. Era su método habitual usar armas iónicas contra droides, robándolos (o secuestrándolos) y llevándolos a negocios de reparación como el de Trillka. Pese a que el negocio perdió fuerza en seguida, con una bajada de ingresos por apuestas tras el desvanecimiento de la novedad, Mollo se había convertido para entonces en una figura de los bajos fondos. También puso carteles de busca y captura contra el droide C-3PX.
Mollo se hizo con un arnés de combate mandaloriano que sólo podía ser operado por una unidad R2, así que secuestró al primer R2 que vio; casualmente, su viejo conocido R2-D2. Al mismo tiempo, un contrabandista le informó de que el droide asesino fugitivo C-3PX había sido visto en Hosk. Este avistamiento era falso, puesto que ese contrabandista había visto a C-3PO con la placa facial dañada; pero al mismo tiempo C-3PX estaba en Hosk. "Mollo" hizo preparar a Trillka un tubo supresor con carga máxima y extendió el rumor de que habría un combate de leyenda.
Después, rastreó al droide asesino, encontrándose accidentalmente con C-3PO, al que confundió con C-3PX. Secuestró a C-3PO ante los atónitos ojos de Nak Pitareeze, aunque dio accidentalmente pistas de su identidad - lo cual llevó a Nak a tomar medidas y buscar refuerzos.
"Mollo" descubrió que su droide era C-3PX justo antes del combate, así que intentó ganar tiempo mandando un viejo droide gladiador contra R2-D2. Por desgracia, R2-D2 no quería combatir contra otro droide. Greck se vio obligado a revelar su auténtica faz a C-3PO para que se comunicase con su amigo y le ordenase luchar, o destruiría a C-3PO. Después de un combate exitoso, Greck lanzó a C-3PO llamándole C-3PX: Pretendía que R2-D2 pulverizase a C-3PO antes de comprender que no era C-3PX. Pero entonces apareció Nak con su refuerzo: C-3PX, que quería presentar sus exigencias a Greck.
Aprovechando que C-3PO había sido expulsado de la arena (cayendo sobre Greck en el proceso), C-3PX entró en el estadio y combatió a R2-D2. Sin embargo, las autoridades de Hosk rodearon el estadio, sabiendo que el fugitivo C-3PX estaba dentro. Greck se vio obligado a huir.
Olag Greck intentó entonces volar toda la Estación de Hosk: Pretendía robar el cargamento en el muelle siete, de valioso mineral de ceniza, y después hacer explotar todas las pruebas: El núcleo de potencia de la estación se quebró por su sabotaje. Para colmo, encriptó el código de sabotaje para prever cualquier posible reparación. Ante la alerta de evacuación, prácticamente todos los orgánicos abandonar el planeta, por sus propios medios o en calidad de refugiados. Además, reprogramó a un inmenso droide de demolición llamado Grozbok como seguridad añadida.
Sin embargo, Trillka, antigua asociada de Greck, se opuso a su plan y se quedó atrás, intentando reparar el núcleo y evitar la explosión. Fue encontrada por un grupo de droides capitaneados por una Unidad Zeta, jefe de seguridad automatizada, así como otros droides incluyendo a C-3PO y R2-D2. Trillka les convenció de que decía la verdad, sobre todo después de que los droides lo escaneasen. Todos salvo C-3PO siguieron a Zeta hacia el muelle siete, mientras Xob cargaba su nave. Grozbok cogió por sorpresa al grupo y empezó a fundir a la Unidad Zeta .
Mientras, Trillka se desesperaba, ella era incapaz de arreglarlo. Preparó un plan alternativo de modo que el conducto refrigerante se quebrase para que las aberturas de ventilación se abriesen, redirigiendo la explosión hacia el espacio, pero el conducto estaba demasiado bien construido. Fue venturoso que C-3PO mencionase la presencia de una bestia hulgren, vista de camino, puesto que así la atrajeron y ella quebró los conductos.
R2-D2 reorganizó a los otros droides y preparó un nuevo ataque contra el droide demoledor, pillándolo por sorpresa. La dañada Unidad Zeta pudo ser rescatada y lanzar su bastón aturdidor a las entrañas del demoledor, cortocircuitándola. Para entonces Greck ya había huído, pero él no podía prever que la explosión sería redirigida hacia el espacio, y más exactamente hacia la ruta de su nave. Se vio obligado a abandonar casi todo el cargamento para sobrevivir.
La Unidad Zeta propuso a R2-D2 aceptar un puesto como agente de seguridad en la Estación Hosk, y éste aceptó a condición de que C-3PO le acompañase. Su primera misión fue ayudar a la Unidad Zeta a apresar al fugitivo Olag Greck. El trío persiguió a Greck en dirección al sector coreliano, probable destino del kowakiano para que éste pudiese vender su cargamento. Sin embargo, el rastro les llevó hasta Nar Shaddaa.
En cuanto llegó a Nar Shaddaa, e ignorando que le seguían, Greck bajó sus escudos para iniciar una transmisión (ignorando que R2-D2 estaba escuchando) para hablar con Movo Brattakin. Utilizó la palabra "Boonda" (referida a Boonda el Hutt) como contraseña para llamar su atención, y consiguió una reunión con Brattakin. Sin embargo, de camino, detectó que les seguían. Dudando que se tratase de una escolta de Brattakin, ordenó a Xob perderles. Efectivamente, sus perseguidores eran los droides, que abrieron fuego ante esta maniobra.
Ante una persecución cada vez más caliente, Greck decidió dirigirse lo antes posible a la base de Brattakin, contando con que las defensas automatizadas darían buena cuenta de sus enemigos. Sin embargo, la nave de Greck fue abatida y, junto con sus perseguidores, colisionó en la torre de atraque de Brattakin.
La única víctima mortal fue, irónicamente, Brattakin, que había salido a recibir a Greck. La Unidad Zeta salió por su propio pie y ordenó a Greck soltar sus armas. Pero Greck mantuvo su frialdad más que la máquina, lo cual dio tiempo a Xob para abrir fuego contra el droide, dañándolo. Xob mismo fue aturdido por los disparos devueltos, pero Greck consiguió huir, pasando por encima de los restos de B-9D7, el droide asistente de Brattakin. Zeta perdió un brazo y se vio incapaz de ponerse en pie.
Greck intentó huir, pero se vio detenido por un inmenso alienígena en forma de babosa que pretendía relajarse en ese momento. Así pudo ser encontrado por C-3PO y R2-D2. Mientras éstos discutían un modo de arrestar a Greck, el kowakiano levantó su bláster para acabar con ellos. Sin embargo, al mismo tiempo, el otro alienígena se asustó, se desperezó, se levantó y cayó encima de Greck, aplastándole. La Unidad Zeta esposó a Greck.
Pero la guardia de seguridad de Nar Shaddaa no era partidaria de permitir droides sueltos y aniquilaron a la Unidad Zeta. Greck se sorprendió entonces al ver a la capitana Forno, su antigua jefa de seguridad, que había estado trabajando para Brattakin hasta su reciente deceso. Forno disparó a C-3PO y después metió a Greck y a Xob entre rejas. Greck insistía en que todo había sido culpa de los droides, pero Forno sólo se burló de él.
Afortunadamente, Xob llevaba oculta una granada de impacto, que utilizó para iniciar una arriesgada fuga de su celda. Ocultos bajo unas capas, Xob y Greck iniciaron una nueva operación para conseguir créditos y construir un nuevo imperio criminal. Para empeazr, robó un esquife y se lo vendió a un par de niños por treinta y tres créditos (Ese mismo esquife sería robado poco dsepués por R2-D2).
Finalmente, con ese dinero, Greck consiguió "adquirir" (o más probablemente robar) una nave y viajó a la luna de Boonda para reunirse con el Hutt. Le tentó con una tarta de stenness cocinada por Xob, y después le explicó que los cocineros de la ocasión anterior eran inocentes y que el culpable había sido Brattakin, a quien Greck había eliminado en beneficio de Boonda. Aún así, el desconfiado Boonda insistió en que Greck tomase el primer bocado. Así, el kowakiano pudo presentar su propuesta de negocios ilegales a Boonda.
Sin embargo, Boonda se había reformado: Ganaba suficiente dinero con sus empresas legítimas como para no necesitar tratos criminales. Se burló de la propuesta de Greck. El kowakiano, convencido de que su suerte sólo podía ir a mejor, abandonó la reunión, pero se topó con una rebelión de droides capitaneada, extrañamente, por un digno oficial a quien Greck reconoció como C-3PO. El ataque de los rebeldes tiró una puerta encima de Greck y de Xob, noqueando a este último. Ante la actitud de C-3PO, oficial revolucionario, Greck se sorprendió y pidió a su inconsciente guardaespaldas que despertase y le dijese que estaba soñando.
Greck estuvo presente a continuación, durante una transmisión de B-9D7. Al parecer, 9D7 había convencido a los droides de que Brattakin había sido su amo y de que estaba cumpliendo una última misión para él, pero en ese momento 9D7 reveló que él era Brattakin, cuyo cerebro había sobrevivido en el cuerpo de 9D7. Brattakin había dispuesto un montón de bombas en droides de protocolo variados para acabar con Boonda y otros posibles competidores y hacerse con el monopolio del tráfico de droides, pero R2-D2, previendo algo raro, atacó a 9D7 y redirigió la nave hacia el despacho de Boonda.
Al oír despegar una nave, Greck inició una asociación de ideas e intentó huir, pero no pudo hacerlo antes de que la nave de 9D7 colisionase con el despacho de Boonda. No hubo bajas humanas, y el propio 9D7 resultó destruido por un disparo de la capitana Forno. Greck se sintió agradecido e intentó convencerla para que volviese a trabajar para él. Los droides en la nave durante la negociación, dejando una pierna explosiva atrás para asegurarse de que nadie activase la bomba (lo cual fue la primera idea de Greck, hasta que uno de los guardias de Boonda le explicó las consecuencias). Boonda se echó a reir, dispuesto a iniciar una nueva negociación con Greck.
Sin embargo, Greck no ha vuelto a ser visto desde entonces.
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