LOS T'SURR

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Los T'surr


 
- Nos siguen
- No es inesperado.
- Es un t'surr.
- Interesante, veamos hasta dónde llega.

El androide H2 informaba así al Jedi fugitivo Dass Jennir. El t'surr en cuestión era uno de los gigantescos y brutales matones al mando de una operación de narcotráfico en que varios esclavos hacían el trabajo duro. No es extraño ver a un t'surr en un puesto así, y de hecho parecen tener una inclinación natural para ello. La galaxia ha visto pocas veces a los t'surr, y muchos consideran que eso es afortunado. Conozcamos a esta especie.

LOS T'SURR

El planeta T'surr se encuentra en la Región de Expansión, cerca de la Ruta Nanth'ri. El sol que les proporciona luz es una estrella débil y remota, haciendo que el planeta sea frío y casi desierto. La gravedad en T'surr es tan alta que la mayoría de las especies la encuentran aplastante. Eso no impide que el viento azote la superficie. Las condiciones de vida en T'surr son muy duras.

La evolución ha generado formas de vida en T'surr, sí, pero para ello ha necesitado crear especies muy resistentes. Los t'surr o t'surri son enormes y brutales depredadores, considerados por algunos entre los más peligrosos de la galaxia (El término t'surr se usa tanto para el singular como para el plural; y el término t'surri también puede usarse para cualquier número). Se alimentan de animales, entre ellos anguilas.

Los varones t'surr son increíblemente corpulentos, robustos y fuertes, y tienen una altura media en la madurez de entre 230 y 260 centímetros, con lo que resultan enormes ante un humano. Las mujeres, midiendo sólo 2 metros de altura, son más esbeltas, físicamente más pequeñas y no tan fuertes.

La piel de un t'surr cualquiera es de color azul, con el brillo del mármol aunque, cuando un t'surr se enfurece, el tono se vuelve rojizo por el rubor. Esta piel es mucho más gruesa que la simple carne humana, resistiendo el daño superficial. No son invulnerables, por supuesto: Un disparo de bláster, un cuchillo bien arrojado o un sable láser pueden perforar la epidermis y provocar la muerte del t'surr. También es posible agredirlos a través de orificios corporales, como la nariz o los ojos, utilizando vapor a alta presión.



Comparativas de tamaños (Toydarino, Trandoshano, Trianii y T'surr)

En caso de que se logre herir a un t'surr, podremos ver que su sangre es de color azul celeste y que, en buenas condiciones, es cristalina al punto de reflejar lo que tenga en frente. Si un t'surr muere herido por un sable láser, entonces su cadáver humeará con algún tipo de gas azul.

El cuerpo de un t'surr resulta espectacular, pero el aspecto de su cabeza es casi inverosímil. El rostro de un t'surr está cubierto de escamas, espinas y púas que le dan una imagen feroz, haciendo su faz similar a una explosión. Estos cuernos son peligrosos no sólo para los adversarios de un t'surr, sino también para el propio t'surr: Hay precedentes de enemigos que han agarrado a un t'surr por estas espinas y las han usado para hacer palanca y romperle el cuello.

Además de todo esto, el t'surr tiene unas grandes orejas muy sensibles que le dan un excelente sentido del oído. Como grandes depredadores que son, los t'surr están siempre muy atentos a lo que les rodea y es difícil pillarles desprevenidos.

La boca de un t'surr tiene enormes dientes de aspecto temible, siempre afilados como cuchillas. Algunos t'surr tienen todos los dientes de forma triangular y puntiaguda, mientras que otros parecen tenerlos rectangulares, pero igualmente cortantes.

Ahora bien, si algo destaca en el rostro de un t'surr más allá de lo ya mencionado, es el hecho de que cada t'surr tiene no dos, sino cuatro ojos rojos brillantes, que pueden parecer amarillos con cierta luz. Su disposición puede variar, siempre manteniendo la simetría respecto a la vertical: Algunos t'surr tienen sus ojos en una única línea, otros en un cuadrado, y otros en formas variadas; e incluso existen casos en que no es fácil distinguir todos los ojos.

Aunque los t'surr no tienen cejas propiamente dichas, pueden plegar la piel sobre los ojos a modo de párpados o ceño, o extenderla para abrir los ojos en señal de sorpresa; y esto se puede hacer independientemente en cada par de ojos. Estos órganos sensoriales no son meramente decorativos: Son tan sensibles y avizores como los oídos de un t'surr, y además pueden ver el doble de lo normal en condiciones de escasa luz, percibiendo detalles y color. Esto forma parte de las adaptaciones evolutivas de depredador de un t 'surr. Existen t'surr que pulen su habilidad perceptiva natural con entrenamiento y estudio, pero la mayoría se conforman con tener un instinto superior al de la mayoría de las especies.



Primer plano de un fiero t'surr

Cada t'surr tiene cuatro brazos: El brazo superior de cada lado es grande, fuerte y musculoso, y termina en una mano de tres dedos con uñas que a menudo afilan como garras. Debajo de éste hay un segundo brazo, delgado y terminado en una pequeña garra. Este brazo es poco práctico en tanto que no es manipulador y no tiene tanta fuerza como el anterior, pero puede dar una ventaja táctica al t'surr. En todo caso, la fuerza física de un t'surr medio es superior a la de un humano medio, aunque su velocidad de movimientos es también proporcionalmente peor: Un t'surr puede agarrar la cabeza de un humano con una de sus enormes manazas y, si coge así a un alienígena más pequeño, puede levantarlo del suelo con un solo brazo.

Demostrado queda que los t'surr son mucho más grandes que un humano, y sus diferencias le dan un aspecto terrorífico de monstruo carnívoro. Todavía peor es que su mero vigor causa un efecto intimidador en la mayoría de otros seres. En general los varones t'surr se preocupan de aprender a usar su agresividad para causar el terror en el corazón de otros seres (Las mujeres t'surr, en vez de esto, estudian actividades más constructivas).

Por lo demás, los t'surr son similares a los seres humanos: Conocen la risa, aunque suelen tender a un humor más macabro, y se sorprenden al encontrarse ante algo que consideren imposible. Algunos t'surr usan gestos faciales forzados, como una sonrisa, para ocultar sus auténticas emociones cuando se ven turbados.

Un t'surr empieza su adolescencia con sólo once años, y es considerado un adulto a los dieciséis. Los achaques de la edad empiezan a los cuarenta y seis años, y la jubilación no llega antes de los setenta y seis. y su esperanza de vida , salvo muerte violenta, es de un siglo.

No hay precedentes de t'surr que usen la Fuerza, pero los t'surr, como casi todas las especies, son vulnerables a los poderes de la Fuerza. Se les ha visto afectados por el truco mental Jedi para nublar sus percepciones, y también por un efecto somnífero inducido por un Jedi.


Cultura T'surr


 

No voy a disculpar a los t'surr por ser violentos, pero debo explicar que su cultura surge de su ecosistema: Las difíciles condiciones de vida en su planeta crearon una civilización de supervivientes individualistas que poco se preocupan de otros seres. Virtualmente todos los t'surr tienden a profesiones rapaces, siendo a menudo la más honesta el servicio militar. Frecuentemente se encuentran t'surr criminales dedicados al contrabando y a la piratería en cualquiera de sus formas.

Los t'surr son seres avariciosos que suelen enfrentarse a enemigos (o a enemigos potenciales) usando crueldad, fuerza bruta o astucia. Estos métodos también se utilizan para tratar con subordinados de un t'surr.

Ya que estamos con este tema, añado que el esclavismo está firmemente arraigado en la cultura t'surr: Un t'surr debe tener esclavos, o no vale nada socialmente; y la valía de un t'surr es proporcional al número y calidad de sus esclavos. Los esclavos pueden ser t'surr o no, pero en todo caso los t'surr tratan a seres de otras especies más débiles como meras propiedades o activos. Sólo unos pocos t'surr, solitarios para su especie, consideran que otros alienígenas podrían no ser sus inferiores, y a veces se unen a grupos de seres variopintos.

En general los t'surr tienen un sistema educativo sorprendentemente avanzado que les permite avanzar profesional e intelectualmente. Aparte de esto, los t'surr se abandonan en general a las actividades lúdicas y hedonistas propias de quienes se lo pueden permitir y no ven motivos para negárselo: Frecuentan cantinas y establecimientos de bebida, y gustan de juegos de azar, algunos de los cuales usan naipes.



Un gigantesco t'surr persigue a la Jedi Kerra Holt

Las mujeres t'surr se centran en criar a los niños y gobernar los domicilios en T'surr; los varones, por el contrario, eligen dejar atrás a sus parejas para salir del planeta y "mandar entre las estrellas". Los t'surr que viajan por el espacio suelen decir que sus mujeres son criaturas débiles y diminutas que no dejan nunca la seguridad del hogar. Los t'surr tienen un idioma propio, el t'surrés, pero pueden hablar Básico con facilidad. La mayoría de los varones, viajeros del espacio, aprenden Básico; pero las mujeres no suelen hacerlo.

Los t'surr suelen llevar pantalones protectores y calzado, pero normalmente no llevan puesto nada de ropa por encima de la cintura, mostrando así sus desnudos y lampiños pechos y espaldas. Algunos t'surr llevan bandoleras para cargar objetos personales, y protección para la cabeza en forma de casco o gorro de cuero; y otros se ponen bufandas o foulards. Los t'surr que se ocupan de labores abiertamente violentas, como los guardias, a menudo llevan consigo enormes hachas como arma de elección.

Existe una tradición de conservar pequeños objetos que hayan pertenecido a las personas que un t'surr ha derrotado. Estos artículos suelen ser baratijas, pero los t'surr los consideran trofeos de sus conquistas, y muchos llevan una cantidad de éstos a la cintura. Estos artículos incluyen pequeñas joyas y bisutería, cristales, y a veces cabello o articulaciones cortadas de sus presas. Les parece normal que otros seres observen con interés estos artículos, e incluso les parecería razonable que despertasen su codicia.

Su interés por artículos así no significa que sean una especie primitiva: Los t'surr pueden utilizar tecnología avanzada, y a menudo la obtienen de otros seres robándola. Los t'surr son propensos a robar astronaves, y éstas suelen estar llenas de artículos de tecnología sumamente avanzada.


Historia T'surr


 

Los t'surr evolucionaron en el planeta T'surr de la Región de Expansión, más allá del Borde Interior. La República Galáctica, fundada en el 25.053 ABY, tardaría bastante en explorar esa zona; no sería hasta el Gran Periodo de Manifiesto y el Asentamiento de los Sectores Retrospectivos (20.000 a 15.000 ABY) que T'surr tendría contacto con la comunidad galáctica en general.

A partir de entonces, los t'surr empezaron a viajar por la galaxia. Eran pocos en número en comparación con otras especies, y se mantuvieron así. De este modo, por su escasez, parecían menos amenazantes porque no podían considerarse una potencia expansionista, y los otros seres solían ver poco a esta especie. La Antigua República consideraba a los t'surr peligrosos asesinos al acecho, así que no les dio representación en el Senado Galáctico.

En el año 1.032 ABY, durante las Nuevas Guerras Sith, uno de los principales Lores del Sith, Daiman, utilizaba un sicario t'surr de ojos amarillos, armado con un hacha, para ocuparse de prisioneros y esclavos. Daiman usó a este t'surr para retener al ex-Jedi Gorlan Palladane después de hacerle torturar.

Poco después, entre los años 1.004 y 1.000 ABY, el planeta T'surr estaba en espacio disputado durante el final de las Nuevas Guerras Sith.

En las últimas décadas de la Antigua República, el pirata y esclavista t'surr llamado Krayn obtuvo infamia como el más conocido representante de su especie. Krayn murió en el 28 ABY, pero siguió siendo el t'surr más público.

Durante las Guerras Clon (años 20-19 ABY), el planeta T'surr estaba en el espacio controlado por los hutts, que se abrió a la República. En cuanto la guerra terminó, los t'surr estuvieron informados sobre el resultado, y también estaban al tanto de la Purga Jedi ordenada por el recién autoproclamado Emperador Palpatine.

En el 18 ABY, un matón t'surr se tropezó con el Jedi humano fugitivo Jodd Sonta en Coruscant. Ignorando quién era su enemigo, el t'surr le amenazó, le disparó e intentó golpearle, pero Sonta eludió sus ataques y le bastó tocar al t'surr en el hombro y susurrar una palabra para tumbarle: Sonta había utilizado contra su anónimo enemigo el poder de la Fuerza. El t'surr adoptó expresión de sorpresa un instante antes de caer al suelo, rendido.

En esa misma fecha, una cantidad de t'surr trabajaban en el planeta Orvax IV como guardias, impidiendo que escapasen los esclavos. Orvax era un importante núcleo de comercio de esclavos, donde cualquier perceptor podría ser vendido si se esperaba obtener beneficio, y mientras tanto se le trataba como a un animal, rutinariamente separándolo de sus familiares. En esos primeros días del Imperio Galáctico, la demanda de esclavos era lo bastante alta para que todo potencial esclavo se considerase una inversión.



Varios guardias fornidos de origen T'surr

Las responsabilidades de los guardias t'surr iba más allá de impedir una fuga in situ: Cuando alguien detectaba a un esclavo fugado, gritaba para que varios guardias t'surr fuesen a socorrerle a modo de fuerza policial; y, si la denuncia resulta ser falsa, el denunciante podría ser agredido por los t'surr por hacerles perder el tiempo. Por supuesto, agredir o asesinar a estos guardias era ilegal.

Un grupo de mujeres y niños nosaurianos, refugiados de Nuevo Plympto, fueron apresados por el Imperio mientras intentaban ir a Sullust. Sus padres y maridos habían dado heroicamente sus vidas en batalla para que sus familias pudiesen escapar, pero fue en vano. El Imperio decidió vender a estos civiles nosaurianos para obtener beneficio en vez de dedicarlos a su propia plantilla, y los envió a Orvax.

Un recluta nosauriano superviviente, Bomo Greenbark, y su aliado el general jedi fugitivo Dass Jennir, siguieron el rastro de los nosaurianos hasta Orvax en busca de la esposa de Greenbark, Mesa, y su hija, Resa. Reclutaron la ayuda del capitán yarkora Schurk-Heren de la nave contrabandista Uhumele y su tripulación, incluyendo entre otros al guerrero togoriano Mezgraf, el tallador de sangre Ko Vakier y el ingeniero tintinna Meekerdin-Maa alias "Ratty".

Pero el Imperio les llevaba dos días de ventaja. En ese tiempo, los nosaurianos fueron agrupados en una jaula subterránea en los niveles más bajos de la urbe de Orvax, custodiados por cuatro guardias armados con hachas. Resa fue vendida a un comprador; y entonces Mesa intentó impedir que la separasen de su hija. Mesa fue ejecutada en el momento, ante la mirada de los otros nosaurianos. Después, Resa fue asesinada, pero los nosaurianos no sabían esto.

Jennir, Mezgraf, Vakier, Greenbark y Meekerdin-Maa se infiltraron en Orvax IV, con los dos últimos disfrazados de jawas. En un momento dado, una enorme montura se desbocó y sembró el caos. Mezgraf tuvo que quitarse su chaqueta para detener a la bestia, y entonces el agradecido cuidador observó que el togoriano llevaba una marca de esclavo en el hombro. Dio la alarma y pronto fue socorrido por dos guardias t'surr. Por fortuna, Jennir intervino y usó la Fuerza para despistar a los t'surr con un truco mental. Los t'surr quedaron convencidos de que no había ningún esclavo fugitivo, y golpearon al dueño del animal mientras se iban; Jennir, por su parte, dijo a sus amigos que había sobornado a los guardias.

Mientras, Meekerdin-Maa encontró a los nosaurianos en su jaual, sin vigilancia por el momento. Greenbark corrió a buscar a su familia precipitadamente: Los guardias t'surr regresaron a tiempo de agarrar a Greenbark por detrás. Jennir saltó sobre uno de los t'surr y lo derribó con su propio impulso. Esto motivó a Vakier y a Mezgraf a unirse a la lucha: Vakier utilizó su espada contra un hacha t'surr de dos manos para cortar el arma de su rival y después rajar el pecho del guardia. Jennir mientras derribó a un t'surr de un puñetazo en el vientre, y después hizo palanca con las púas de su cabeza para romperle el cuello. Mezgraf gritó que uno de los guardias t'surr intentaba escapar para dar la alarma; pero Greenbark le detuvo lanzándole un cuchillo: El arma blanca perforó la espalda del t'surr y lo mató.

Teniendo ocasión de preguntar a los nosaurianos por Mesa y Resa, descubrieron cómo seguir el rastro de la hija de Greenbark. Jennir instó a los otros tripulantes a que volviesen a su nave mientras él seguía investigando. Pudieron dejar Orvax IV poco después, pero Jennir tuvo una discusión con Greenbark que puso en peligro su amistad. El general Jedi se vio forzado a seguir su propio camino, separado de su amigo y acompañado sólo del droide H2, que había pertenecido a un criminal muerto a manos de Jennir.

En esos tiempos había una presencia t'surr de importancia en el planeta Telerath y su luna, Noua: Una banda de traficantes de especia bajo el mando de los hermanos t'surr Ken-Kiba, que controlaba las operaciones planetarias, y Ken-Giree, que se ocupaba de la segunda luna, Noua. La banda estaba formada por muchos guardias y matones t'surr, pero la refinería de especia en Noua estaba operada por esclavos chubbits y nosaurianos, estos últimos comprados en Orvax IV. Ken-Kiba contaba con un número limitado de guerreros de otras especies, como aqualish y rodianos. Un Jedi declaró después que eran guerreros motivos por el orgullo, la codicia y el miedo.

Pero la supremacía del crimen en Telerath no era t'surr: Existía una segunda banda, unos peligrosos pero disciplinados esclavistas chagrianos bajo el mando de Musori. Más entrenados, aunque menos brutales, los chagrianos podían ser rival para el relativamente cauto Ken-Kiba. La paz se mantenía con una débil tregua y un acuerdo de limitar los enfrentamientos a duelos individuales con espada, la llamada "ley de la espada". Esto protegía a los inocentes e impedía grandes daños. Los t'surr de Ken-Kiba codiciaban el territorio chagriano, pero aceptaban no utilizar las armas bláster salvo como mercancía de contrabando. El mejor espadachín era el chagriano Mors Demanna.

Unos cuatro meses después de la Orden 66, la empresaria humana Ember Chankeli, dueña de una posada y socia de Ken-Kiba, preparó un plan para ayudar a los t'surr: Pretendía viajar a Cato Neimoidia a contratar guerreros para acabar con los esclavistas, sin decir nada de la existencia de otra banda criminal. Ella conoció a Jennir y quedó impresionada cuando él derrotó a todos los otros candidatos para el trabajo; así que contrató a Jennir. De paso que estaba de viaje, Chankeli compró una esclava t'surr para regalar a Ken-Kiba.

En cuanto Jennir llegó a Telerath, descubrió la banda de narcotraficantes t'surr, pero Chankeli intentó restarle importancia: Los esclavistas amenazaban a la población local, decía ella, mientras que los narcotraficantes se centraban en una luna y no ponían a nadie en peligro. Chankeli fue entonces a informar a Ken-Kiba de sus progresos y a entregarle a su nueva esclava. Pero mientras, Jennir comprendió que destruir a una banda dejaría al pueblo a merced de la otra. Pronto Jennir descubrió también que Chankeli estaba asociada con los t'surr, y decidió cambiar su plan.

Jennir quería manipular a las dos bandas para llevarlas a una guerra abierta. Primero atacó a un guardia esclavista y se llevó su arma característica con su insignia. Después viajó a Noua, fingiendo ser un viajero que quería asistencia técnica para su droide. Ken-Giree, que estaba ejerciendo de capataz de sus esclavos a golpe de látigo, intentó echar a Jennir con el pretexto de que la fábrica era una propiedad privada.

El droide H2 mencionó que había esclavos nosaurianos presentes y razonó que, como Jennir sentía debilidad por esa especie, mataría a todos para salvarlos. Ken-Giree y sus guardias atacaron a Jennir con espadas, pero Jennir reaccionó con disparos de bláster, precisamente para que pareciese que los chagrianos estaban rompiendo la ley de la espada. Los t'surr cedieron terreno mientras iban a sus hangares a buscar blásters almacenados; pero no eran rival para un jedi bien entrenado como Jennir.

Una vieja esclava nosauriana reconoció al jedi como el general Jennir, y tuvo la mala idea de decirlo en voz alta: Ken-Giree tomó a la anciana como rehén y amenazó con matarla si el Jedi no tiraba su arma. Jennir lo hizo, con lo que el t'surr soltó a la nosauriana para coger el bláster, pero después Jennir movió el arma telequinéticamente para recuperarla y disparó de nuevo. Jennir finalmente liberó a los nosaurianos agradecidos (que creían ser el objetivo de la misión del Jedi), y les instó a huir a bordo de las naves de los esclavistas. Después, dejó el arma chagriana como prueba de que habían sido los esclavistas, y tomó en su lugar un cuchillo t'surr. Además, Jennir quemó la refinería.

Ken-Kiba ignoraba lo sucedido en Noua, pero ordenó a sus t'surr vigilar a Jennir en Telerath: Sospechaba con criterio que los esclavistas de Musori intentarían reclutarle. Musori efectivamente pidió una entrevista con Jennir, y Jennir le impresionó con sus dotes de esgrima; pero éste rechazó su oferta de unirse a la banda. En cuanto Jennir salió de las dependencias de Musori, notó que uno de los hombres de Ken-Kiba le seguía.

El Jedi se sentó a esperar al t'surr, y éste se personó con tres sicarios como refuerzo. Los t'surr ordenaron a Jennir que les acompañase inmediatamente y recibieron una respuesta educada; confusos, los t'surr intentaron intimidar a Jennir. Jennir derrotó a los cuatro matones, les humilló, les quitó las espadas y fue a ver Ken-Kiba para decirle que debía intentar llamarle en persona, o al menos enviar más tropas. Jennir explicó a Ken-Kiba que los esclavistas le habían ofrecido empleo, pero no de matón como él esperaba: Se preparaba una guerra abierta entre dos bandas y los chagrianos, mintió Jennir, ya habían movido ficha al destruir su refinería. Ken-Kiba movilizó a su gente para contactar con Noua y, cuando no recibió respuesta inmediata, envió un equipo a investigar.

Previendo que Jennir tendría razón, Ken-Kiba hizo preparar a todas sus tropas, anuló los permisos retroactivamente e hizo que todos los t'surr preparasen espadas y cascos... y armas prohibidas. Ken-Kiba incluso preparó a su enorme mascota con correa mientras los t'surr rugían, preparándose para la guerra.

Jennir, habiendo manipulado a ambas bandas hasta el borde de la guerra, hizo mutis. Volvió a su domicilio, una habitación alquilada en la posada de Chankeli, y le dijo a su empleadora que había hecho más progresos con Ken-Kiba que con Musori; Chankeli se preocupó porque no quería problemas con Ken-Kiba. Chankeli tuvo la desdicha de decir en voz alta que había contratado a Jennir para librarse de los chagrianos, y el hijo de una de sus esclavas, Dado, lo escuchó a escondidas. Dado decidió intentar venedr esta información a Musori.



El nausariano Boma acaba con un guardia t'surr

Mientras, el equipo de Ken-Kiba enviado a Noua descubrió las pruebas de un ataque chagriano que había roto la ley de la espada. Decidiendo que Musori les había traicionado, Ken-Kiba envió a sus docenas de guerreros a atacar la mansión del chagriano. Jennir encontró a Dado antes de que llegase a Musori y le detuvo; agradecido al ser testigo de la batalla, Dado contó a Jennir que Chankeli lo sabía todo (o casi todo; casi nadie sabía que Jennir era un Jedi).

Los t'surr atacaron la casa con disparos de bláster y granadas, cogiendo por sorpresa a los chagrianos. Musori intentó personarse para pedir la paz, y fue recibido a tiros. Musori entonces se reunió in extremis con Demanna ("In extremis" es una expresión que significa "agachados detrás de una barandilla para protegerse de un tiroteo") e intentó convencer a su sicario para que cubriese la retirada de Musori al probable coste de las vidas de varios mercenarios. Demanna encontraba deshonroso enviar hombres a una muerte segura para poder huir, y no obedeció la orden; en vez de eso, él se escabulló (pero sin sacrificar la vida de nadie más). Así, cuando Musori intentó escapar en solitario, se encontró ante los cañones de t'surr armados. Los t'surr llevaron al jefe Musori ante Ken-Kiba que, encantado, sacó su espada para ejecutarle. Chankeli interrumpió la improvisada ceremonia para decir a Ken-Kiba que Jennir había sido el auténtico responsable.

Jennir esperaba que su implicación no se descubriese, pero gracias a Dado ahora sabía que Chankeli informaría a Ken-Kiba; y los t'surr se vengarían en los blancos más fáciles. Jennir intentó evacuar la posada de Chankeli, que no sería ya terreno neutral, y animar a la población civil a evacuar el pueblo. Antes de que lo consiguiese, Chankeli llegó con los t'surr y capturó a todos los presentes. Ken-Kiba envió a tres t'surr a vapulear a Jennir, acusándole de matar a Ken-Giree y destruir la refinería, aunque al final Ken-Kiba hubiese ganado y controlase todo el pueblo. Ken-Kiba quería decapitar a Jennir y poner su cabeza en una pica junto a la de Musori. Pero Chankeli abrió una trampilla oculta en su posada, dando a Jennir la oportunidad de huir en un barco preparado por un aliado de Jennir, el pescador llamado Pez. Antes de que los t'surr pudiesen iniciar la persecución, Jennir les había sacado demasiada ventaja.

Ken-Kiba tomó la iniciativa: Ordenó capturar a Chankeli como cómplice de Jennir, y de hecho la acusó de haber intentado manipular a los t'surr cuando decía estar manipulando a Jennir. Después, encargó a prácticamente todos los miembros de su banda que buscasen a Jennir por todas partes, dejando sólo una guardia pequeña para custodiar a sus prisioneros, los civiles humanos y neimoidianos. Hizo torturar físicamente a Ember, y la gente creía que les esperaba el mismo destino por turnos. El droide de Jennir, H2, hizo varios viajes al pueblo para obtener información para Pez sin ser detectado, hasta que al final recibió un disparo; pero H2 se arrastró a la guarida de Pez para apagarse allí.

Los t'surr de Ken-Kiba registraron la pequeña casa flotante de Pez al final del archipiélago, donde se ocultaba Jennir para recuperarse de la paliza. Precisamente porque se ocultaba, no lo encontraron. Sin embargo, como sabían que Pez era cómplice de Jennir, se lo llevaron. Jennir decidió que varias personas inocentes (o casi inocentes) corrían peligro mortal si él esperaba pacientemente a recuperarse de sus heridas; así que el Jedi se levantó, sacó su sable láser de dentro del droide, y volvió al pueblo.

Jennir empezó por atacar la posada de Chankeli, donde dos guardias t'surr con bláster retenían a muchos civiles. Jennir atacó tan rápido que ni siquiera el segundo t'surr en morir se dio cuenta de la que se le venía encima. Entonces, consiguió ordenar una evacuación y por una vez lo logró.

Después Jennir encontró a la torturada Chankeli, que seguía atada por sus muñecas. Tras un rápido encuentro hostil con Demanna, Jennir liberó a Chankeli (aunque ella creía que la iba a matar). Después, fue directo a la guarida de los narcotraficantes, donde treinta o más t'surr observaban cómo Pez era torturado con un látigo para que les dijese dónde estaba Jennir (y cómo se resistía el viejo). Chankeli le intentó convencer para que no fuera, porque le matarían.

Jennir arrojó su espada y mató al t'surr que sostenía el látigo, pero también reveló su posición. La horda t'surr se preparó para embestir al jedi, y éste se limitó a afianzar su posición y encender su sable verde. Era su trabajo, le dijo a Chankeli.

Jennir sobrevivió a esta batalla. Después él se fue del planeta llevándose consigo a Chankeli, porque temía que la población la ejecutase por su antigua afiliación con los t'surr. Y así, el dominio t'surr sobre Telerath en 18 ABY terminó rápidamente.

En los tiempos de la Nueva República, los t'surr no tenían representación en el nuevo Senado Galáctico porque el gobierno galáctico les seguía considerando simplemente brutales asesinos, igual que lo habían creído en tiempos de la Antigua República.


T'surr Notorios


 

Datynask: Un famoso t'surr.

Dyrago: Un famoso t'surr.

Feyrr: Un famoso t'surr.

Jeneyd: Un famoso t'surr.

Ken-Giree: Ken-Giree, a veces llamado 'Giree, era un criminal t'surr asociado profesionalmente con su hermano, Ken-Kiba. Juntos, controlaban una operación de docenas de traficantes de especia en Telerath, la mayoría de ellos t'surrs. Mientras Ken-Kiba se ocupaba de las operaciones en la superficie de Telerath, Ken-Giree estaba al cargo de una refinería operada por esclavos chubbits en la segunda luna, Noua.

Los narcotraficantes t'surrs estaban en paz con la otra banda local, los esclavistas chagrianos de Mussori, gracias a que imperaba la llamada "ley de la espada": El uso de armas bláster estaba prohibido, y los desacuerdos debían zanjarse en duelos a espada, en que cada persoan se enfrentase a su agresor.

En el 18 ABY, los narcotraficantes compraron al recien creado Imperio Galáctico una cantidad de esclavos nosaurianos, principalmente mujeres y niños, en Orvax IV, y los pusieron a trabajar en la fábrica de Noua. El capataz Ken-Giree les controlaba usando un látigo, aunque tenía varios otros guardias a sus órdenes.

El Jedi humano fugitivo Dass Jennir quería provocar una guerra entre las dos bandas. Consiguió una espada de los chagrianos, y entonces voló a Noua. Ken-Giree le recibió bruscamente, exigiendo que se fuese de su propiedad privada. Jennir presentó una excusa: Necesitaba recalibrar su droide y esperaba usar ayuda; pero Ken-Giree seguía negándose. El droide en cuestión (que no necesitaba realmente nada) reconoció a algunos esclavos como nosaurianos, y sabía de antemano que Jennir había arriesgado su vida por nosaurianos antes; así que mencionó el dato en voz alta, Ken-Giree no se molestó en refutarl ; y ante la sorpresa de todos, el droide volvió a la nave, pidiendo a su amo que le avisase "cuando hubiese terminado de matarlos a todos".



Ken-Giree con Jennir

Ante la amenaza, los t'surrs intentaron atacar a Jennir usando espadas; y Jennir les sorprendió sacando un bláster: Derribó a un t'surr antes de ser alcanzado. Ken-Giree maldijo la ley de la espada y ordenó retirada a sus tropas, aunque él mismo intentó atacar a Jennir desde otro ángulo. Jennir astutamente usaba la maquinaria industrial contra los t'surrs, y los esclavos sólo intentaban apartarse del fuego.

Ken-Giree y dos de sus hombres subieron a una de sus astronaves, donde sabían que había blásters guardados (o al menos eso esperaban, porque en el momento de la verdad no los daban encontrado). Jennir subió espectacularmente a la nave con el salto que sólo un Jedi podía dar, y Ken-Giree quedó asombrado el no esperaba enfrentar a un jedi. Jennir explicó que la Fuerza era su poderoso aliado, Ken-Giree comprendió que se enfrentaba a un jedi, y una anciana esclava nosauriana que reconoció al intruso incluso gritó su nombre, General Jennir.

Comprendiendo que la vieja se preocupaba por el intruso y viceversa, Ken-Giree agarró a su esclava y amenazó con matarla salvo que Jennir soltase su bláster. El Jedi arrojó el arma a las manos de Ken-Giree, y el t'surr soltó a la mujer para coger la pistola. Pero, en ese momento, Jennir invocó telequinéticamente su bláster usando la Fuerza con lo que, en vez de caer de modo natural en las manos de Ken-Giree, el bláster volvió antinaturalmente a Jennir. Jennir se permitió recordar a Ken-Giree que usaba la Fuerza, y entonces disparó tres veces contra los t'surr; Ken-Giree y sus dos asociados cayeron muertos.

Después de eso, Jennir liberó a los esclavos, quemó la fábrica y dejó atrás una espada chagriana para inculpar a los esclavistas. Poco después, Ken-Kiba en Telerath observó que la refinería de Noua no respondía a sus llamadas y envió agentes a comprobar lo que pasaba. Estos agentes encontraron los cadáveres de Ken-Kiba y los otros y, tal como Jennir había planeado, creyeron que la masacre había sido provocada por los chagrianos.

Ken-Kiba: Ken-Kiba, a veces llamado 'Kiba, era un gigantesco delincuente t'surr. Junto con su hermano Ken-Giree, controlaba una banda de traficantes de especia en el planeta Telerath. A sus órdenes estaban docenas de sicarios, la mayoría t'surr, pero también algunos aqualish, rodianos y seres de otras especies; y además, utilizaban esclavos chubbits en la planta de procesado en la segunda luna planetaria, Noua. Ken-Giree servía de capataz en Noua, controlando desde allí a los esclavos, mientras Ken-Kiba se ocupaba de las operaciones en Telerath. Ken-Kiba tenía un trono en su guarida y solía estar acompañado de una mascota reptiliana a la que paseaba con una correa.

Los narcotraficantes estaban en conflicto con otra banda local, un grupo de esclavistas chagrianos bajo el mando del llamado Musori. Los chagrianos, una cuarentena en total, eran disciplinados espadachines, mientras que los t'surr eran brutales y duros guerreros. Al igual que Ken-Kiba codiciaba el territorio de Musori, éste también quería echar mano a los activos del t'surr. Se alcanzado conseguido una tregua, y una inestable paz, con la llamada "ley de la espada" promovida por Musori: Toda disputa individual entre dos perceptores se resolvería con un duelo usando sólo una espada corta manejada con la mano derecha. Por la misma ley, el uso de armas bláster estaba prohibido porque ponía en peligro a los civiles y a la paz general, y porque mancillaba el concepto local de honor.

En el año 18 ABY, poco después de que el Canciller Palpatine se autoproclamase emperador, el Imperio Galáctico capturó a una gran cantidad de civiles nosaurianos, principalmente mujeres y niños, en Nuevo Plympto, y los vendió como esclavos en Orvax IV. La organización de Ken-Kiba compró a muchos de estos nosaurianos y los puso a trabajar en la refinería de Noua.

Ember Chankelli, la bella propietaria humana de una posada en Telerath, estaba en secreto compinchada con Ken-Kiba. Chankelli viajó al planeta Cato Neimoidia para contratar a un grupo de guerreros que se infiltrasen entre los esclavistas chagrianos para acabar con ellos desde dentro; afirmaba que los esclavistas ahuyentaban el turismo y llevaban a la ruina su negocio. Por supuesto, Chankelli tuvo cuidado de no mencionar a la banda de narcotraficantes con la que ella colaboraba. Ella aprovechó el viaje también para comprar una esclava t'surr que regalar a Ken-Kiba.

Chankelli regresó de Cato Neimoidia con un único forajido, el humano Dass Jennir, un Jedi fugitivo que mantenía oculto su pasado pero que había conseguido impresionar a Chankelli con sus proezas físicas, humillando a todos los otros candidatos al puesto a la vez. Chankelli informó a Ken-Kiba de que Jennir se estaba infiltrando entre los esclavistas, manteniendo en secreto su relación con ella, igual que ella mantenía en secreto su relación con los narcotraficantes.

Pero Jennir pronto comprendió que destruir a los esclavistas dejaría a la población en manos de los narcotraficantes, algo que él no pretendía. Chankelli explicó a Jennir que los narcotraficantes no amenazaban a la población ni a su negocio; pero Jennir creía que los narcotraficantes t'surr también debían ser eliminados. Jennir eligió manipular los eventos para hacer que las bandas fuesen a una guerra abierta que las destruyese a ambas: Primero atacó a unos esclavistas chagrianos para llevarse una de sus armas características, y después viajó a Noua, mató a Ken-Giree y a todos los narcotraficantes de allí, y liberó a los esclavos. Jennir dejó entonces el filo chagriano como prueba para incriminar falsamente a los esclavistas. Después, visitó la guarida de los esclavistas para escuchar su oferta de empleo, pero la rechazó.



Ken-Kiba

Por entonces, Ken-Kiba sabía que Musori quería reclutar a Jennir, así que el t'surr también estaba interesado en el recién llegado al pueblo, e hizo que un grupo de t'surri le siguiesen, no con especial discreción. Los t'surri exigieron a Jennir que fuese a ver su jefe de inmediato. Jennir les combatió, les derrotó, les humilló y les quitó las espadas; pero entonces aceptó ver a Ken-Kiba, aunque fuese para empezar diciéndole que prefería hablar en persona con quien tuviese que hablar, y no con un apoderado. Ken-Kiba rió ante el jactancioso humano.

Jennir le explicó que ya había hablado con Musori y que había rechazado su oferta de empleo. Jennir mintió sobre sus razones: Dijo que el trabajo de sicario le atraía, pero en este caso había una inminente guerra de bandas que ya se había declarado con el ataque de los esclavistas a Noua; y no quería participar en algo así. Ken-Kiba no sabía nada de tal ataque, pero ordenó a su sicario Shin-Ay contactar con Ken-Giree al momento. Por supuesto, no hubo respuesta desde Noua. Ken-Kiba se enfureció y ordenó a cinco de sus hombres volar a Noua en una nave, y ya de paso que fuesen reuniendo a todos sus hombres en la siguiente hora: La guerra era inminente.

Mientras, Jennir se retiró y fue a ver a Chankelli. Le dijo, misteriosamente, que sus problemas con las bandas, en plural, acabarían pronto. Esto puso nerviosa a Chankelli, que no tenía problema alguno con Ken-Kiba.

Los enviados de Ken-Kiba llegaron a Noua y contactaron con Shin-Ay por holograma. Informaron del desastre encontrado: Ken-Giree y todos sus hombres muertos, los esclavos y las naves desaparecidos, y la fábrica incendiada. El enviado sabía que a Ken-Kiba no le iba a gustar esto, pero no esperaba que el jefe estuviese escuchando la conversación. Ken-Kiba agarró el holocomunicador y exigió más datos; el enviado supo contentarle con nueva información: Habían encontrado una espada de los esclavistas chagrianos, lo cual supuestamente demostraba su implicación. Ken-Kiba y sus t'surrs concluyeron que la ley de la espada y los discursos de Musori sobre el honor eran parte de un montaje.

Ken-Kiba tenía a sus guerreros preparados, armados y rugientes; y algunos incluso habían desempolvado las armas de alta tecnología que tenían guardadas. El jefe t'surr cogió a su mascota por la correa y dirigió a todas sus tropas en una invasión directa a la mansión de Musori. Avanzando como una infantería irregular, irrumpieron en el jardín rajando y disparando, rompiendo cuanto encontrasen. Los rifles bláster mataron a varios chagrianos, y las granadas destruyeron parte del edificio.

Musori se personó en un balcón, y exigió a Ken-Kiba explicaciones, ignorando que Ken-Kiba le culpaba; los t'surrs le saludaron disparándole, pero Musori se escabulló. Musori ordenó a su mejor agente, Mos Demanna, que dirigiese a sus hombres en un contraataque suicida para darle la oportunidad de escapar. Demanna encontraba la táctica deshonrosa, porque costaría demasiadas vidas chagrianas, así que fingió aceptar y entonces se escabulló en vez de obedecer. Los t'surri capturaron a Musori mientras intentaba huir.

Los t'surri llevaron a su preso Musori ante Ken-Kiba. Ken-Kiba preguntó por Demanna, pero no le había capturado; aún así, Ken-Kiba estaba conforme con tener al jefe esclavista capturado, e hizo que le arrodilalse para decapitarle. Entonces fue interrumpido por Chankelli, que quería darle información importante sobre Jennir y su plan. Ken-Kiba descubrió entonces que toda la batalla había sido amañada por Jennir; y Chankelli añadió que sin duda Jennir estaba entonces en la posada.

Ken-Kiba y sus sicarios acompañaron a Chankelli a la taberna, y allí encontraron a Jennir intentando evacuar a las mujeres que trabajaban allí. Chankelli ordenó detener la huída, puesto que las mujeres eran sus esclavas; y Ken-Kiba envió a tres de sus hombres más fuertes a agredir a Jennir. Mientras Jennir recibía una paliza, Ken-Kiba le acusó justamente de haber planeado todo, y amenazó con clavar su cabeza en una pica junto a la de Musori. Ken-Kiba reconoció a la vez, sin embargo, que había sido gracias a Jennir que el pueblo y el negocio esclavista pertenecían ahora a los t'surri, pero Ken-Kiba hubiese querido no gastar sus recursos en una batalla así. El jefe t'surri se unió a la paliza y golpeó a Jennir.



Ken-Kiba

Pero, mientras tanto, Chankelli se había posicionado en su propio local y, presionando un botón, abrió un pozo secreto oculto en el suelo, haciendo que Jennir cayese al río. Allí le esperaba uno de sus aliados, el pescador llamado Pez, que le llevó lejos en una barca. Ken-Kiba y los t'surri se sorprendieron demasiado y, para cuando pudieron reaccionar, Jennir ya estaba lejos.

Ken-Kiba no estaba especialmente furioso: Recuperando la iniciativa, movilizó a todos sus sicarios disponibles y los puso a buscar a Jennir, convencido de que le acabarían atrapando. Mientras tanto, para atraerle, Ken-Kiba retendría a los cómplices de Jennir, y se aseguró de que Chankelli comprendiese que le asociaba con él. Ken-Kiba agarró con su enorme mano la cabeza de Chankelli, y la acusó de haber intentado manipular no a Jennir como había dicho, sino a Ken-Kiba. Tras pensárselo detenidamente, Ken-Kiba ordenó retener a toda la población civil (mayormente humanos y algunos neimoidianos) en una única zona, con vigilantes t'surr armados, y torturar físicamente a Chankelli tras atarla al techo por las muñecas. En cuanto a los esclavistas chagrianos, Ken-Kiba los reunió a todos (excepto a Demanna, a quien no logró encontrar), los ejecutó y puso sus cabezas en picas junto a la de Musori. Eso dejó a su personal desocupado, y por tanto los pudo dedicar a rastrear a Jennir.

Jennir se ocultaba en la casa de Pez, al final del archipiélago, con su anciano amigo curándole las heridas; y el androide de Jennir, H2, viajaba al pueblo a por noticias, de modo que Pez pudo informar a Jennir de la situación cuando el jedi despertó. Por desgracia, H2 fue detectado y recibió un disparo, después de lo cual llegó mal que bien al escondite. Casi inmediatamente después, cuando Jennir apenas estaba en condiciones de levantarse de la cama, los vehículos marinos de los narcotraficantes llegaron cargados de t'surrs armados. Rastrearon la guarida de Pez, pero no encontraron a Jennir; se llevaron sin embargo a Pez para torturarle e interrogarle, contando con que les revelase dónde estaba Jennir.

Jennir entró en la posada de Chankelli y mató a los dos guardias t'surr de Ken-Kiba tan rápido que ellos ni siquiera vieron lo que se les venía encima. Entonces ordenó a toda la población que huyese del pueblo mientras él se quedaba para ocuparse de Ken-Kiba. En el camino, Ken-Kiba se encontró con Demanna, a quien derrotó, y con Chankelli, a la que liberó. Después fue al escondite de los narcotraficantes, escuchando a Chankelli protestar porque esa aproximación era suicida. Allí, Ken-Kiba y al menos treinta t'surrs eran testigos de la tortura de Pez a golpes de látigo.

Ken-Kiba ordenó a Pez que le dijese dónde estaba Jennir, pero el anciano se negaba. Ken-Kiba cedió la vez a su torturador, que levantó el látigo y entonces cayó al suelo, atravesado por una espada que Jennir había arrojado desde un punto cercano. Pez, con una sonrisa, dijo a Ken-Kiba que ahora sabía dónde estaba Jennir. Como era de prever, Ken-Kiba hizo un gesto para que todos sus t'surr atacasen a Jennir como uno solo, y él mismo se unió a la horda. Jennir encendió su sable láser verde por primera vez en mucho tiempo, y se dispuso a cumplir con su trabajo como Jedi.

Jennir consiguió sobrevivir a este enfrentamiento y salvar a Chankelli (No se ha confirmado todavía, pero posiblemente Jennir mató a Ken-Kiba y a la mayoría de sus sicarios t'surr). El jedi abandonó el planeta llevándose a la antigua colaboradora del t'surr, porque temía que el pueblo la linchase culpándola por asociación. Chankelli se sentía agradecida por esto, aunque tardó en decirlo en voz alta.

Reythan: Un famoso t'surr.

Shin-Ay: Shin-Ay era uno de los múltiples t'surrs que formaban la banda de traficantes de especia afincada en Telerath en el 18 ABY. Shin-Ay trabajaba bajo las órdenes de uno de los líderes,

Ken-Kiba, desde la superficie planetaria, mientras que la refinería de especia operada por esclavos se encontraba en una luna de Telerath, Noua, bajo el control del hermano de Ken-Kiba y co-líder de la banda, Ken-Giree. En esos tiempos, los narcotraficantes mantenían una tregua ténue con la otra banda local, los esclavistras chagrianos de Musori, porque ambos bandos habían acordado arreglar las disputas en duelos de espada para evitar tiroteos deshonrosos y que amenazasen la paz.

El Jedi fugitivo Dass Jennir quería provocar la guerra entre ambas bandas en beneficio de la población, así que viajó a Noua, mató a los narcotraficantes de allí incluido Ken-Giree, y dejó pruebas falsas que incriminasen a los esclavistas. Por entonces Ken-Kiba quería reunirse con Jennir para reclutarle; pero Jennir le dijo que había hablado con los esclavistas antes (lo cual era cierto) y que los esclavistas se preparaban para una guerra abierta contra los t'surri (lo cual era falso). Jennir dijo además que los esclavistas habían atacado Noua. Sorprendido e incrédulo, Ken-Kiba ordenó a Shin-Ay comunicarse de inmediato con la refinería de Noua para que su hermano le informase. Shin-Ay activó el comunicador, y notificó que la refinería no respondía en absoluto. Ken-Kiba envió entonces a los cinco sicarios más cercanos, salvo Shin-Ay, a la refinería en una nave; mientras decía esto, empujó violentamente a Shin-Ay contra la pared más cercana.

Poco después, Shin-Ay contactó con la nave enviada; y para esta comunicación holográfica, él estaba en la misma habitación que Ken-Kiba. Shin-Ay exigió un informe, y el t'surr al otro lado le dijo que a Ken-Kiba no le iba a gustar: Ken-Giree y todos los t'surrs estaban muertos y la refinería había ardido. Ken-Kiba entonces tomó el control del holocomunicador y exigió más detalles. Cuando le dijeron que las pruebas señalaban a los esclavistas, Ken-Kiba ordenó a sus hombres prepararse para la guerra.

Nota: Teóricamente, Shin-Ay podría haber participado en el ataque a la mansión de Musori, junto con la mayoría de otros t'surr de la banda de Ken-Kiba, e incluso podría haber muerto en esta lucha; y, si sobrevivió, Shin-Ay podría haber estado con los t'surrs durante la posterior tortura de Pez y el enfrentamiento con Dass Jennir (estos encuentros se detallan en la sección sobre Ken-Kiba). Sin embargo, no hay confirmación de su presencia en esos momentos; Shin-Ay podría no haber participado en esas luchas.

Shyntak: Un famoso t'surr.

Treykon: Un famoso t'surr.


Krayn


 

Krayn era un altísimo t'surr de piel azul brillante y una complexión tan robusta que se le comparaba con árboles y rocas. Su cabeza estaba coronada por escamas y espinas, y tenía dos pares de ojos rojos llameantes. De cada uno de sus hombros nacía un brazo musculoso, y otro brazo más delgado y con garras. Su arma de elección era un enorme vibro-hacha.

En los últimos tiempos de la Antigua República, Krayn era un infame esclavista y traficante de esclavos, despreciado por aprovecharse del sufrimiento ajeno en unos tiempos en que el gobierno no podía reaccionar lo bastante rápido. Para evitar encuentros inesperados con las autoridades o con los Jedi (a los que consideraba sus enemigos), Krayn se alejaba de las rutas comerciales de la República y no utilizaba los hiper-vectores de salida sectorial estándar. También por politica, se negaba a negociar con criminales aficionados. Sin embargo, y pese a que por lo general se comportaba de modo agresivo, era capaz de contener sus impulsos para hacer negocios.

Como otros t'surr, Krayn llevaba trofeos de sus víctimas en su cinturón: Joyas, cristales, e incluso trozos de carne seca y cabello. Cuando se encontraba con gente nueva, sobre todo esclavos, Krayn consideraba normal que estos trofeos atrajesen la atención.

Aunque Krayn había conseguido mucho dinero, sus aposentos eran espartanos, y sólo se permitía satisfacer su ego con una enorme silla de madera de greel, que utilizaba como trono. En cuanto a sus naves, mantenía pasillos y camarotes llenos de escombros, aceite y mugre, sin exigir una limpieza exhaustiva. Por otro lado, en su comportamiento, Krayn era bastante teatral a la vez que brutal y despiadado: A menudo se permitía chascarrillos morbosos y expresiones de humor negro al hablar.

Corría el año 38 ABY, y Krayn se estaba ganando la vida a través del negocio de secuestrar gente inocente de sus hogares y esclavizarla; a algunos se los quedaba él, y otros los vendía. Krayn también era el dueño de las refinerías de especia en el planeta Nar Shaddaa gracias a un acuerdo con el gobernante local, Aga Culpa: Krayn aceptó no esclavizar a los ciudadanos de Nar Shaddaa a cambio de mantener el control de las fábricas, y en vez de eso empleaba a la población local como guardias bien pegados (Krayn tenía además droides de seguridad que disparaban a los esclavos menos sumisos, pero que no distinguían un orgánico de otro). Aga Culpa respondía ante los hutts, pero a éstos sólo les preocupaba mantener un flujo de ingresos así que en Nar Shaddaa todos respondían a Krayn, incluso fuera de sus propiedades. De todos modos y por si acaso, Krayn obligó a Culpa a vivir, si bien lujosamente, cerca de las refinerías, para vigilarlo.



Krayn con su gran lanza hacha y un subordinado

Ese año Krayn realizó una incursión en el planeta Tatooine y atacó a varios grupos, entre ellos una familia de colonos twi'leks que tenían una granja de humedad. El cabeza de familia falleció en el ataque, pero sus esposa Mazie y su hija Berri fueron capturadas por Krayn. Ellas fueron enviadas a la refinería de Nar Shaddaa, donde trabajaban hasta el agotamiento.

La codicia no hizo descuidado a Krayn, y éste se mantenía precavido con sus esclavos. Les mantenía exhaustos y en condiciones insalubres para que no pudiesen ni soñar en fugarse; y muchos morían al poco de entrar. Prohibía que los esclavos confraternizasen entre sí durante horas de trabajo, y les animaba a denunciarse unos a otros. Por supuesto, los ciudadanos también respondían ante Krayn, así que las fugas eran difíciles. No había forma de escapar. Pero algunos esclavos recibían tareas menos arduas, como trabajar en la cocina u operar una gravi-trineo. Normalmente éstos eran los informadores y los favoritos de los guardias. A veces, sin embargo, algunos esclavos eran favorecidos al azar con estas tareas fáciles.

Tres años después, en 35 ABY, Krayn hizo otra incursión en Tatooine, liderando a un grupo de piratas armados con blásters. En esta ocasión, atacó un pueblo de esclavos que ya tenían amo: Krayn tenía unos transmisores que sobrecargaban los collares explosivos de los esclavos, y eso le permitía capturar y llevarse a quien quisiera. Entre las presas que Krayn tomó estaba Hala, una esclava humana propiedad del toong Yor Millto y madre de la pequeña Amee, de siete años. La propia Amee habría sido capturada, pero ese día se había ido de picnic con su amigo el también niño esclavo Anakin Skywalker.

Cuando los niños volvieron de su excursión, el nombre de Krayn, el esclavista, el incursor, estaba en boca de todo el pueblo, y Skywalker comprendió que había destinos aún peores que ser un esclavo en Tatooine.

Este evento traumatizó a Skywalker y le causaría pesadillas durante las décadas siguientes: En el año 28 ABY, cuando Anakin Skywalker era un aprendiz de Jedi, viajó al planeta Ilum a construir su sable láser en un entorno que propiciaba las visiones, y allí Skywalker pudo ver, entre otras cosas, a una sombra encapuchada con colmillos y cuatro ojos brillantes que se llevaba a su madre. Pero, me adelanto, volvamos al 35 ABY.

Krayn transportó a varios de sus esclavos a la luna de Nar Shaddaa, incluyendo a esclavos recientes como Halla y a otros a los que tenía desde hacía años como Mazie y Berri. Halla vio en persona a Krayn por primera vez, y en ese momento se separó del resto de los esclavos y, sin un plan ni entrenamiento para ello, intentó matar al t'surr. Krayn la golpeó y la asesinó en represalia para hacer de ella un ejemplo. Halla llevaba un cascabel al cuello; Krayn lo arrancó de su cadáver y lo incorporó a los trofeos que llevaba en su cinturón. Con esto he hablado de dos de las incursiones que Krayn realizó en Tatooine. Los historiadores neorrepublicanos han descubierto que Krayn realizó al menos 5 incursiones en Tatooine, pero no he encontrado detalles sobre las otras.

En los 5 años siguientes, Krayn continuó con sus operaciones de esclavismo y proceso de especia; pero diversificó sus actividades y se convirtió además en capitán pirata. Su propósito era atacar naves, robar su cargamento, y además esclavizar a los tripulantes. De nuevo obtuvo notoriedad por su crueldad, y por su valor atacando incluso naves diplomáticas, naves de hutts y naves de jefes criminales con los que tenía tratos. El traficante humanoide Gogol trabajó con Krayn, pero eventualmente fue por su propio camino.

La Maestra Jedi Adi Gallia, del Consejo Jedi, descubrió que Krayn mantenía sus actividades porque tenía vínculos profundos con varios gobiernos. Gallia decidió que para acabar con Krayn, era necesario tener conocimientos avanzados de su organización. Gallia encargó a su padawana, Siri Tachi, la misión secreta de infiltrarse en la operación de Krayn y prosperar, encubierta, hasta un puesto de confianza; y Tachi aceptó. Sólo el Consejo Jedi sabía de esta misión secreta; para el resto de la orden (incluyendo para el mejor amigo de Tachi, el aprendiz Obi-Wan Kenobi), Tachi simplemente había abandonado a su maestra mientras rastreaban contrabandistas en la Carrera Kessel y traicionado a la Orden Jedi, para hacerse criminal bajo el seudónimo de Zora. Por supuesto, de cara a Krayn, Tachi mantuvo en secreto que había sido jedi. En esos tiempos, Krayn era conocido como uno de los esclavistas más despreciables que acechaban las rutas espaciales de la República.

En un año, "Zora" había ascendido en la tripulación pirata de Krayn gracias a su brutalidad y a sus habilidades. Era una de las dos personas de confianza de Krayn, junto con el feroz y leal primer oficial wookiee, Rashtah. El resto de tripulantes piratas incluían droides, orgánicos libres y esclavos (entre ellos Condi, de Zoroaster). Los esclavos con tareas de seguridad sólo recibían armas aturdidoras de baja energía y eran obligados a trabajar bajo pena de muerta. El piloto era un alienígena, posible ZeHethbra, llamado Bosun. Krayn era tan duro con su tripulación como con sus víctimas, excepto con Rashtah.

Pasamos al año 28 ABY, y nos vamos a quedar en este año hasta el final. Krayn recluta a un trandoshano llamado Hokker. Además, Krayn empieza a tener tratos con la especie alienígena colicoide: Los colicoides habían tomado el control de las minas de Kessel en secreto porque buscaban controlar todo el tráfico de especia; pero ahora necesitaban un gran planeta de proceso. Las fábricas de Krayn en Nar Shaddaa eran justo lo que necesitaban. El acuerdo beneficiaría a ambos: Los colicoides comprarían los esclavos de Krayn para sus minas y usarían sus fábricas, y Krayn prometía no atacar las naves de los colicoides, obteniendo así para él el monopolio de los esclavos en Kessel y Nar Shaddaa.



Krayn en una viñeta de Jedi Quest

El Canciller Supremo Palpatine observó que Krayn tenía presencia en espacio colicoide, y decidió que era un peligro: Krayn podría atacar naves diplomáticas colicoides. Además, el Senado estaba iniciado una política contra los esclavistas, dificultando cada vez más las capturas masivas de esclavos, y Krayn estaba en la mira. Palpatine empezó a plantearse la mejor forma de tratar con este problema.

Mientras tanto, en la nave pirata de Krayn, Zora identificó un carguero viajando lejos de las rutas comerciales de la República y, según los sensores, Zora detectaba siete formas de vida además de los tripulantes, ergo siete pasajeros no justificados. Zora razonó correctamente que el carguero llevaba siete esclavos de contrabando. Krayn aprobó el ataque a esa nave y, en cuanto Krayn destruyó sus escudos, la capitana del carguero se rindió. Inicialmente la capitana dijo llevar un cargamento de grano a la Estación de Hosk, pero Zora exigió que le enseñase la auténtica carga: Septillizas twi'leks para un hutt del Borde Exterior.

La capitana cedió, pero suplicó a Zora que le permitiese hacer un trato, para evitar que el hutt se enfadase. Krayn entonces se personó y explicó que no hacía tratos con aficionados; quizá, dijo Krayn, permitiría vivir a la tripulación si encontraba un comprador para ellos. Después, recriminó a la capitana que volase tan lejos de las rutas comerciales de la República, y puso rumbo al Consorcio Brodogon para vender a sus nuevas propiedades (incluyendo el carguero).

El siguiente blanco que preparaba Krayn era precisamente la nave diplomática colicoide del capitán Anf Dec. Los colicoides acababan de renovar los ordenadores de navegación de la nave, y habían recurrido a vendedores que en secreto estaban conchabados con Krayn, al parecer porque les salía más económico; Krayn sabía así en qué punto iban a salir los colicoides del hiperespacio.

Ahora bien, el Canciller Palpatine insistió en que el Consejo Jedi proporcionase escolta a los colicoides, pese a que los colicoides se oponían (A los colicoides nunca les habían gustado los jedi, y además estaban convencidos de que Krayn no les iba a atacar porque ya eran sus socios). Obi-Wan Kenobi y su aprendiz Anakin Skywalker fueron elegidos para esta misión. Adi Gallia no quiso revelar a Kenobi la misión secreta de Siri Tachi pero pidió a Kenobi que recordase la amistad que les había unido. Skywalker, mientras tanto, negaba haber oído hablar de Krayn en persona y decía estar familiarizado sólo con el esclavismo en general. Kenobi por tanto le dio archivos sobre Krayn para estudiar.

Mientras tanto, Krayn obtuvo un precio razonable en el Consorcio Brodogon. Resultó que el nuevo tripulante, Hokker, no estaba satisfecho con el sistema de reparto de dinero de Krayn, y ni siquiera había tenido la decencia de decírselo a la cara a su capitán. Krayn zurró a Hokker en público y ordenó mandarle al calabozo, pero le perdonó la vida por ser un nuevo recluta. Después dio la orden de prepararse para interceptar la nave diplomática colicoide; cuando acabase, irían a Nar Shaddaa a dejar el cargamento de esclavos, y después Krayn iría a Rorak 5 a una reunión de negocios con los colicoides.

La nave de Krayn esperó emboscada a que los colicoides apareciesen en el vector de salida previsto... Bueno, previsto por Krayn, porque los colicoides no esperaban salir allí. Antes de que el capitán Dec o su tripulación se recuperasen de la sorpresa por la salida imprevista, Krayn disparó para derribar el escudo de babor colicoide, y después apuntó al combustible. Dec no reaccionó militarmente, sino que envió su identificación diplomática para exigir inmunidad, pero este plan fracasó.

Kenobi se ofreció a infiltrarse en la nave pirata para desactivar sus armas, si a cambio Dec le proporcionaba un transporte bipalza y una distracción. Los colicoides aceptaron, y empezaron a volar erráticamente y a devolver el fuego. Kenobi y Skywalker entraron en la nave de Krayn por los tubos de escape, algo que sólo era posible con un piloto de la talla de Skywalker. Después, los jedi bajaron de su transporte, llegaron un centro de control de armas de la nave de Krayn, destruyeron a los droides que lo custodiaban, y rompieron el sistema. Esto desactivaría las armas de la nave, al menos provisionalmente. Kenobi ordenó a Skywalker volver con él a la nave colicoide, pero Skywalker quería quedarse allí para buscar y matar a Krayn. Kenobi protestó porque ésa no era su misión, porque los colicoides no esperarían su regreso mucho tiempo, y porque, si fallaba, Krayn se vengaría en sus esclavos; para acabar con Krayn, sugirió Kenobi, debían pedir más recursos al Consejo Jedi.

Bosun notificó a Krayn que habían perdido las armas, y Krayn reaccionó encargando a Zora ir a la sala de control técnico y buscar usando androides.

Finalmente, Skywalker fue incapaz de encontrar a Krayn y aceptó acompañar a Kenobi de regreso a los tubos de escape para huir. Zora les interceptó allí: Capturó a Skywalker y entonces vio a Kenobi subido a su nave biplaza. Zora sabía que Krayn estaba de camino, y de hecho Krayn oyó a Kenobi llamar a Zora por su verdadero nombre. Zora reaccionó rápido: Abrió la escotilla de salida, creando una descomprensión que lanzó la nave de Kenobi al espacio, y escondió el sable de Skywalker. Krayn decidió que este asalto había fracasado y que no conseguiría abordar y saquear la nave enemiga, así que ordenó saltar al hiperespacio, dejando atrás a Kenobi y a los colicoides.

Entonces Krayn volvió su atención hacia Zora y hacia el muchacho de trece años al que había capturado. Krayn dedujo correctamente que Zora había hecho prisionero a uno de los asaltantes, pero Zora lo negó; afirmaba que el niño era sólo un esclavo al que había tomado para usarlo como escudo humano; y que los intrusos habían caído por los tubos de escape sin duda hacia su muerte. Skywalker por supuesto tuvo la sensatez de mantener la boca cerrada ante Krayn, aunque no comprendía porqué Zora le estaba ayudando. Krayn teorizó que los intrusos habrían muerto en el pozo de salida de haber estado ahí durante el hipersalto, pero decidió ordenar al ingeniero jefe que sondease la zona por si se habían quedado dentro de la nave; además, con su mente fría y previsora, Krayn decidió hacer bloquear ese acceso.

Skywalker tenía la mirada fija en los trofeos del cinturón de Krayn, en parte porque reconoció la campana que había pertenecido a Halla. Krayn observó la atención del niño y lo expresó; Zora tomó partido recriminando a Skywalker. Pero Krayn le quitó importancia, creyendo que el supuesto esclavo sólo estaba fascinado, y quizá tentado por las baratijas; así que el t'surr amenazó con cortarle los dedos a Skywalker y añadirlos a la colección si le descubría intentando robarle. Krayn se retiró encargando a Zora que vendiese a ese esclavo en Nar Shaddaa; puesto que parecía vigoroso, debía trabajar en las minas de especia. Skywalker no temía a Krayn, o creía no temerle, pero volver a una vida de esclavo le resultaba aterrador.

Una vez en la seguridad supralumínica, Krayn se relajó y admitió que no le gustaba retirarse, mucho menos por culpa de unos entrometidos, pero así al menos llegarían pronto a Nar Shaddaa. Krayn encargó a Zora poner a Skywalker con el resto del "cargamento" y regresar al puente; y, de camino, Zora hizo callar a Skywalker y fingió que realmente se había convertido en una criminal.

Mientras tanto, Kenobi regresó a la nave diplomática colicoide y pidió al capitán Dec que usase su equipo para rastrear a Krayn, de modo que él pudiese rescatar a Skywalker; pero se encontró con resistencia de los colicoides, que más bien querían regresar a Coruscant. Kenobi entonces presionó a Dec para que Dec informase al Consejo Jedi de los actos de Krayn. Kenobi razonaba que, si Krayn había sobrevivido tanto en el negocio del crimen, es porque Krayn era demasiado astuto e inteligente para atacar una nave al azar, por lo que sin duda sabía que los colicoides iban a bordo. Por el contrario, Dec estaba muy raro para ser un colicoide: Al principio estaba convencido de que Krayn no iba a atacarles, y parecía haber aceptado la escolta Jedi sólo por presión de Palpatine; y después del ataque, se lo estaba tomando como algo personal.

En cuanto la nave de Krayn entró en la atmósfera de Nar Shaddaa, el t'surr encargó al piloto Bosun que abriese las escotillas para deleitarse con el repugnante hedor local; e inmediatamente después debía contactar con Aga Culpa para que les recibiese al atracar, sin previo aviso. En cuanto Culpa llegó, casi a punta de bláster de los sicarios de Krayn, el t'surr le exigió las escrituras de los tres edificios al este de sus terrenos, para el día siguiente; encargó a Culpa la poco agradecida labor de evacuar a los dos mil ciudadanos libres que vivían allí. Antes de prepararse para viajar con Rashtah hacia Rorak 5, encargó a Zora que llevase a los esclavos a la refinería de especia para ponerlos a trabajar al siguiente turno.

Krayn se reunió entonces con el capitán Dec. El colicoide tenía que hacer una visita a las instalaciones de proceso de especia de Krayn, para medir su viabilidad. Por supuesto Dec estaba de muy mal humor por el ataque de Krayn a su nave, pero en ese momento Dec no dijo nada, prefiriendo esperar a hablar con sus superiores. Krayn guió a Dec en una visita, pasando con él y con Culpa por una plataforma a cientos de metros de altura sobre la planta de proceso en la que ese momento ya estaba trabajando Skywalker. Dec se fijó en que los esclavos vivían en condiciones insalubres y sufrían mala salud. El colicoide pidió acceso a otras zonas de la fábrica, y observó que Krayn respondía con excusas y promesas. Finalmente, Dec preparó un informe para sus jefes, indicando que no había tenido acceso a todos los centros de proceso reales, sino sólo un paseo superficial; y recomendó una segunda inspección realizada por un observador independiente especializado (puesto que Dec se dio cuenta de que no estaba cualificado para revisar esta clase de fábrica).

Mientras tanto, Obi-Wan Kenobi usa sus contactos en Coruscant para investigar posibles vínculos entre los colicoides y el tráfico de esclavos de Krayn. Kenobi descubrió que Krayn era el amo de Nar Shaddaa, y que posiblemente estaba negociando con los colicoides. Se presentó ante el Consejo para presentar un plan que sirviese para descubrir lo que sucedía en Nar Shaddaa, derrocar a Krayn y poner en evidencia a los colicoides; para ello, necesitaba infiltrarse en los negocios de Krayn, creando una nueva identidad como Bakleeda, un experto independiente en esclavismo y tráfico de especia que trabajaría para los colicoides. También explicó que Siri Tachi no había intentado matarles ni a él ni a Skywalker, por lo que dedujo que Tachi estaba en una misión encubierta, y exigió los detalles. Adi Gallia le dijo la verdad a desgana, y el Consejo aceptó enviarle en la misión. Kenobi, con la identidad de Bakleeda y el rostro oculto, hizo un trato con los colicoides para ser su inspector.



Krayn con algunao de sus hombres

Krayn viajó a Rorak 5 con Bosun y Rashtah, y se retrasó premeditadamente para hacer esperar a los colicoides. Justificó su tardanza alegando haberse topado con una tormenta de iones, pero en realidad sólo quería hacer esperar a sus socios para que estuviesen más impacientes.

Los colicoides recibieron a Krayn con agresividad, exigiendo antes de nada explicaciones por el ataque a la nave de Dec. Krayn respondió con mentiras para simular una disculpa: Afirmó que él en persona no estaba de servicio en el puente en ese momento, y el capitán en funciones atacó a Dec creyendo que era un carguero de Brodogon; añadió que un grupo desconocido de intrusos sabotearon entonces sus comunicaciones y lanzaron su nave al hiperespacio. Con sus mejores disculpas y ofreciendo su mano, Krayn dijo que los tripulantes implicados ya habían sido castigados por ello. El líder colicoide Nor Fik aceptó las disculpas, pero tenía otra sorpresa para Krayn.

Nor Fik observó que Krayn había traído un wookiee para intimidar a los colicoides, aunque él afirmaba que era sólo por el placer de su compañía. Fik venía con un séquito de dos colicoides, y otro observador. Finalmente, se sentaron a la mesa de reuniones, con Krayn y Fik cara a cara. Krayn acusó a Fik de mentirle sobre su supuesto control de las rutas de especia; el t'surr sabía que los cargueros colicoides estaban siendo atacados por piratas en la Carrera Kessel, en buena parte porque Krayn era quien los atacaba. Fik acusó abiertamente a Krayn, con el testimonio de Dec como prueba. Krayn, intentando manipular la situación, prometió esforzarse por ganar la confianza de Fik.

Y entonces Fik acusó a Krayn de tener sus propios problemas: La política anti-esclavista del Senado hacía difícil que Krayn capturase grandes cantidades de esclavos nuevos; y el informe de Dec indicaba que sus esclavos no estaban sanos y morían en gran número. Los colicoides temía que Krayn no pudiese procesar toda la especia que ellos le suministrasen; y Krayn temía mantener sanos a los esclavos. Pero Krayn quería un contrato en exclusiva para procesar la especia de los colicoides, y por supuesto los colicoides también querían esto. Ante esta situación, Fik presentó a Bakleeda, para que actuase como su nuevo consultor; y lo usó como ultimátum contra Krayn: Si no aceptaba la inspección de Bakleeda, con todo lo que éste exigiese, las negociaciones habrían terminado. Krayn afirmó que los colicoides ya habían inspeccionado sus refinerías, pero Fik insistió. A Krayn no le hizo ninguna gracia, y eso que por entonces él ignoraba que los colicoides esperaban hacerse con las refinerías de Krayn por la fuerza.

Krayn aceptó llevar a Bakleeda a sus fábricas de Nar Shaddaa, e intentó servirle de guía para poder llevarle sólo por las zonas que él quisiese; pero Bakleeda vio el ardid y exigió ir él solo. Krayn tuvo que aceptar, y le ofreció cualquier ayuda que pudiese necesitar. Sin embargo, en cuanto Bakleeda se dio la vuelta, Krayn envió a Rashtah tras él para matarle. Rashtah esperó a que Bakleeda estuviese solo y le atacó; pero Bakleeda (que, insisto, era realmente el Caballero Jedi Obi-Wan Kenobi) derrotó a Rashtah y le mató con su sable láser. Después de eso, ocultó el cadáver del wookiee.

Krayn mientras tanto se acercó a la refinería, y allí vio a Zora hablando con el niño Skywalker. Krayn decidió aproximarse sigilosamente y oculto en sombras. Skywalker recriminaba abiertamente a Zora haber abandonado la Orden Jedi para asociarse con un despreciable esclavista y, al oír la referencia a Krayn, éste se personó. Zora se excusó ante Krayn diciendo que ella había estado regañando al esclavo nuevo por romper las reglas y hablar con otros esclavos en horas de trabajo; pero Krayn había oído al niño reconocer a Zora como una Jedi, y recordaba que la habían llamado Siri, y la acusó abiertamente de estar conchabada con sus enemigos. Zora admitió haber sido una jedi, pero dijo que realmente había dejado la orden por su código de lealtad según el cual ella les pertenecía, cuando Zora no quería pertenecer a nadie. Krayn estaba seguro, sin embargo, de que Zora le pertenecía a él.

El enorme t'surr ordenó encerrar al niño que sabía demasiado y a la supuestamente ex-Jedi en las mazmorras a la espera de su ejecución para disfruta de los colicoides. Zora no suplicó, pero afirmó haber sido leal; Krayn le explicó que la propia Zora a menudo aconsejaba a Krayn no correr riesgos innecesarios, y tener a una potencial espía como ella libre lo era. Zora y Skywalker fueron encerrados por los droides.

Después, Bakleeda se presentó ante Krayn y le solicitó un guía que conociese la fábrica para enseñarle ciertos detalles. Krayn pensó en Rashtah, y fingió no poder localizarle; Bakleeda también fingió no haber visto a ningún wookiee. Krayn prometió enviar a alguien y se despidió de Bakleeda, sugiriendo entre líneas que el consultor podría sufrir un accidente preparado por él.

En la prisión, Siri Tachi (antes llamada Zora) convenció a Skywalker de que estaba en una misión secreta, y Skywalker lamentó haber comprometido su tapadera. Ambos jedi preparron el modo de librarse de Krayn: Skywalker prepararía una revuelta de esclavos durante la visita de los colicoides. al verla, los colicoides notarían el momento de debilidad de Krayn, y tomarían el control, aconsejados por "Zora". Pero los esclavos no se rebelarían si tenían que combatir a los droides y a los guardias, así que Skywalker y Tachi tenían que manipular a Aga Culpa para que él ordenase a los guardias no atacar en caso de revuelta. Para tentar a Culpa, le dirían que los colicoides eran quienes estaban iniciando el plan. Ahora bien, quedaba la parte de salir de la celda, y ésa no la tenían cubierta.

Afortunadamente, la esclava con quien Skywalker había confraternizado había sido Mazie, y ahora su hija Berri se ofreció a ayudarles a salir de la celda. Berri trajo los sables láser ocultos de los Jedi, y así Skywalker y Tachi lograron huir. Primero derribaron a muchos guardias, y después convencieron a Culpa; entonces se separaron, con Skywalker yendo a los esclavos y Tachi a los colicoides. "Zora" explicó a los colicoides que ella conocía el negocio mejor que Krayn, y por eso sabía que Krayn iba a perderlo todo con una revuelta de esclavos. Bakleeda (Es decir, Obi-Wan Kenobi, que había reconocido a Tachi) apoyó esta opinión. Zora además sugirió que usasen trabajadores remunerados en vez de esclavos para obtener más beneficio. Los colicoides dudaron, pero entonces vieron el inicio de la rebelión de esclavos, con una gran explosión.

Esto decidió a Fik: Los colicoides tomarían la fábrica por la fuerza. Fik pidió a Zora que arrestase a Krayn al momento, y Zora pidió la ayuda de Bakleeda. Mientras, Skywalker razonó que Krayn no se iba a quedar en Nar Shaddaa, sino que huiría en su transporte. Skywalker fue a su hangar a interceptarle bajo la lluvia.

Krayn, hablando con Bosun, descubrió la insurrección de los esclavos y la traición colicoide. Como Skywalker había previsto, Krayn decidió huir en un carguero, y entonces Skywalker entró desde unas sombras, amenazando al gigantesco esclavista. Krayn no creía estar en peligro por causa un niño, ni siquiera cuando éste encendió su nuevo sable láser (Bosun sí veía peligro y huyó). El t'surr cogió la enorme hacha de su espalda con la mano principal izquierda, mientras desenfundaba la pistola con la diestra, y disparó al niño dos veces.

Aunque era la primera vez que usaba su nuevo sable, Anakin Skywalker deflectó los dos disparos con su sable láser. Aunque el niño fanfarroneó, no tardaría en descubrir que Krayn era un luchador peligroso: Era mucho más rápido de lo que Skywalker esperaba, levantaba su hacha como si no pesase, y luchaba con dos armas a la vez sin soltarlas. Consiguió herir a Skywalker y con crueldad intentó acorralarle.

Pero Skywalker logró agotar a Krayn y ponerle contra la pared. Skywalker llegó a ver miedo en los cuatro ojos rojos del criminal, y en ese momento Kenobi y Tachi llegaron a la zona; pero estaban en la pasarela de observación, mucho más lejos. Kenobi gritó a Skywalker.

Krayn se acercó al joven Jedi para atacarle con su hacha, abriendo la guardia en el proceso. Skywalker atacó rápidamente con su sable y le clavó el filo en el pecho, perforándole la columna. Krayn abrió la boca para gritar pero no logró pronunciar un sonido. Fijó su mirada en Skywalker, cayó de rodillas y se derrumbó. Skywalker se mantuvo inmóvil ante él, con el sable encendido, mientras el cuerpo de Krayn expulsaba humo azul. La vida del monstruo había acabado pagando sus robos con su vida.

Kenobi bajó de la pasarela y se reunió con su aprendiz; le recordó que ya podía desactivar su arma. Aunque de lejos Kenobi y Tachi no podían verlo bien, Skywalker pudo confirmar que Krayn estaba armado cuando murió y por tanto no había asesinado a un enemigo indefenso.



Un gigantesco t'surr persigue a la Jedi Kerra Holt

Skywalker, Kenobi y Tachi fueron felicitados y reconocidos públicamente por la República porque habían vencido a Krayn y acabado con su esclavo pirata; y además los colicoides habían liberado a los esclavos Nar Shaddaa y los habían reemplazado con trabajadores asalariados. El Canciller Palpatine estaba especialmente encantado con Skywalker. Pero hubo diversas consecuencias a más largo plazo.

En primer lugar, Siri Tachi volvió a servir en la Orden Jedi, pero ya no obedecía sin reservas al Consejo como antes de esta misión. Además, Skywalker mostraba demasiado regocijo por haber causado una muerte, y esto también preocupaba a los jedi más ancianos; Skywalker insistía siempre en que Krayn había sido su mayor enemigo en ese momento (Dos años después, Granta Omega pasó a ocupar ese puesto), y según el niño sólo podía ser bueno para la galaxia que una persona como Krayn dejase de existir.

El Consejo también tuvo que considerar castigar a Skywalker por haber estropeado la tapadera de Tachi, y la reacción mediática por la muerte de Krayn llevó a que el Senado conderase la creación de un comité independiente para, y cito, investigar la ramificaciones legales y éticas de permitir que padawans participen en, abro comillas, misiones peligrosas, cierro comillas, fin de la cita.

No tengo constancia de si esto salió adelante o no pero, en respuesta a esto, Tachi presentó un informe sobre su infiltración y grabó una declaración en que dejaba claro que Skywalker había obrado con toda corrección al poner en peligro su tapadera, considerando que el Consejo Jedi le había enviado precisamente a una misión de esa naturaleza sin informarle de la misión de ella. Tachi añadió que no tenía motivos para creer que Skywalker hubiese matado a Krayn por venganza.

El informe de Tachi fue encontrado en el Gran Holocrón Jedi por la historiadora jedi Tionne Solusar en tiempos de la Nueva República, pero Solusar no pudo encontrar nueva información sobre el papel de Skywalker en su lucha contra Krayn en Nar Shadaa.


Curiosidades


 

El primer t'surr en aparecer en el cánon fue Krayn, en la novela "Jedi Quest: Path of Truth", por Jude Watson, publicada en septiembre de 2001. En esta aparición, se describe a Krayn como un humanoide de gran corpulencia y cuerpo que parece tallado en roca. Sin embargo, a la hora de describir detalles de su aspecto, sólo se menciona su cabeza afeitada y su barba negra de corte pulcro (ambos datos en el capítulo 10).

Simultáneamente a la publicación del libro apareció la serie de cómics "Jedi Quest" (guión de Ryder Windham, dibujo de Pop Mhan, 4 números mensuales entre septiembre y diciembre de 2001). Estas historietas narraban la misma trama con sutiles diferencias, pero presentaron por primera vez a Krayn con el aspecto alienígena detallado que desde entonces se asociaría con su especie.

En abril de 2003, la empresa de juegos de rol Wizards of the Coast publicaría "Ultimate Alien Anthology", que incluía ciento ochenta especies alienígenas para utilizar como personajes del juego. Una de estas especies fue los t'surr, con un dibujo de Kalman Andrasofszky que representaba un t'surr genérico. El 27 de marzo de 2003, poco antes de sacar el libro, el texto descriptivo de los t'surr fue pre-publicado online en la web de Wizards, como cuarto y último anticipo del libro, aunque sin la ilustración. Estas descripciones incluían datos de juego distintos para varones y mujeres t'surr, cuando la mayoría de las especies del libro no tenían esta distinción.

Más recientemente, los t'surr aparecieron en la serie de cómics "Dark Times". En un artículo para la revista "Star Wars Insider" Nº 106, el dibujante de la serie Doug Wheatley declaró, en relación a los t'surr y otros alienígenas que dibujaba en la serie "Dark Times", que a él le gustaba dibujarlos y que intentaba hacerlos identificables para el lector, y a la vez llegar a extremos de caricatura difíciles en los humanos. El artículo sugería que el rostro de un t'surr parece una explosión.



© S I T H N E T

Sección creada por Skippy Farlstendoiro y Al Noah para SithNET
Prohibida la reproducción total o parcial sin el consentimiento de los autores.

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