Ke Daiv: Este tallador de sangre quedó huérfano a temprana edad, pero fue adoptado en la familia políticamente influyente de uno de los últimos clanes de talladores de sangre de Coruscant.
Se había profetizado que el hijo natural del padrastro de Daiv moriría por una herida en la cabeza. Esta profecía era pública, así que se intento proteger al niño condenado de toda forma de combate... pero el chico aún debía llevar a cabo su rito de madurez. El comandante del clan ordenó a Daiv llevar a su hermanastro a la caza de feragrifo en la luna de Coruscant.. Allí, Daiv falló un disparo y accidentalmente mató a su pariente por un impacto en la cabeza. El tallador de sangre a quien Daiv consideraba su padre, le maldijo y le exilió de la tribu.
Daiv permaneció en Coruscant. durante ese tiempo, unas tres décadas antes de la batalla de Yavin. Intentó obtener trabajo como asesino y contactó con un grupo disidente de la Federación de Comercio. La Federación había sufrido poco antes un duro revés por su derrota en la batalla de Naboo, y este grupo buscaba la muerte de dos de los responsables, los Jedi Obi-Wan Kenobi y Anakin Skywalker. Daiv era sólo uno más de los asesinos contratados para este trabajo.
En el año 29 antes de Yavin, cuatro años después de la batalla de Naboo, Ke Daiv tuvo su primera ocasión. Supo que el joven jedi Skywalker, de sólo doce años, frecuentaba el Foso de Basura del Distrito Wicko para participar en peligrosas carreras ilegales. El chico había rescatado dos alas con las que volaba por la azarosa zona, intentando bajar a la zona más profunda para coger una escama de gusano gigante, y volver a la superficie con ella. Daiv se hizo pasar por otro participante en la competición, buscando la ocasión de matar a Skywalker. Habría tenido éxito, pero la inesperada llegada de Kenobi provocó su fracaso.
Lejos de desesperarse, Daiv buscó una nueva ocasión, y empezó a trabajar como guardaespaldas para Wilhuff Tarkin, por entonces comandante de la Fuerza de Seguridad de las Regiones Exteriores de la República.
Tarkin pretendía hacerse con la excelente tecnología naval del planeta Zonama Sekot, donde se utilizaba una extraña combinación de alta tecnología con el organismo para crear las naves más rápidas disponibles. Tarkin quiso enviar a su asociado Raith Sienar con una flota y esa misión. Envió a Daiv a acompañar a Sienar en calidad de ayudante, aunque Sienar lo interpretó como una amenaza en caso de que fracasase en su misión. Por ello, Sienar informó a Daiv de la xenofobia de Tarkin, lo cual llevó al alienígena a apoyar a Sienar antes que a Tarkin.
Una vez llegaron a Zonama Sekot, Sienar envió a Daiv a obtener una de las naves. El candidato debía ponerse al alcance de una forma de vida nativa, y esperar a ver cuántos de éstos mostraban interés en asociarse con el candidato y formar parte de su nave. Daiv no atrajo a ningún individuo, así que decidió intentar robar una de las naves ya existentes. La mejor de las naves disponibles acababa de ser creada para Anakin Skywalker, que había atraído a más formas de vida que nadie en la historia registrada. El robo fue un fracaso.
Sienar inició el ataque al planeta con la flota de Tarkin. Mientras tanto, Daiv intentó aprovechar la oportunidad para matar a Skywalker. Encontró a Skywalker con su asociada y amiga, la joven Jabitha Hal, intentando detener el ataque desde el palacio de Zonama Sekot, y les amenazó.
Viéndose en peligro, Skywalker utilizó la Fuerza para quemar a Daiv desde dentro hacia fuera durante un ataque de rabia. Fue la primera vez que Skywalker se veía obligado a terminar con una vida, y después de ello lo lamentó.
Muchos años después, Jabitha Hal (entonces jerarca de Zonama Sekot) explicó a otros jedis la batalla, incluyendo la participación de Daiv. Jabitha Hal no tenía buen concepto de Daiv y narró cómo Skywalker había salvado su vida.
Mu Fiev: Un famoso tallador de sangre.
Pa Gara: Un famoso tallador de sangre.
Va Tosh: Un famoso tallador de sangre.
Ko Vakier: Este tallador de sangre vivió a caballo entre los tiempos de la Antigua República y del Imperio. Se decía que su vida se había visto perturbada por los excesos de una República corrupta.
Al final de las Guerras Clon, Vakier era artillero en la nave de contrabando Uhumele, bajo el mando del capitán Schurk-Heren. La nave oficialmente no tenía una torreta; de hecho, ésta estaba oculta y sólo se extendía en caso de necesidad. Otros tripulantes de la nave eran la piloto Crys Taanzer, el navegante Sniffles, el ingeniero Meekerdin-Maa y su ayudante Ratty, y el jefe de seguridad Mezgraf (ver imagen).

Imagen Coral de la tripulación del Uhemele
El Uhumele estaba varado en Nuevo Plympto durante la ocupación imperial de los días posteriores a la Orden 66. Fueron testigos desde lejos de la desastrosa batalla del Paso de Media Hacha, en que los recientemente nombrados soldados de asalto imperiales aniquilaron a la resistencia nativa, sin dejar supervivientes. Las tropas imperiales también capturaron a las familias de los soldados para venderlas en el mercado de esclavos de Orvax IV, haciendo pública la información para acabar con la resistencia; y dejaron varadas a todas las naves en el puerto para impedir que huyese ningún enemigo del Imperio.
Dos de estos fugitivos, buscando a los refugiados, se intentaron colar en la nave de Heren: El general Jedi Dass Jennir y el capitán nosauriano Bomo Greenbark. Atacaron a Taanzer durante el abordaje, pero rápidamente se vieron rodeados por el resto de la tripulación: Ante las órdenes del capitán, Vakier apuntó a los polizones con un arma. Sin embargo, la labia y sinceridad de Jennir y la desesperada situación de Greenbark, que tenía familia entre los refugiados capturados, conmovieron a los tripulantes. Vakier escogió no hablar durante estas conversaciones, dejando a Hener la decisión de ayudar a estas personas en necesidad.
Persiguiendo a Jennir, el Imperio pretendía registrar la nave. Heren reunió a toda la tripulación en su camarote para discutir formas de evitarlo. Vakier fue el primero en proponer una solución violenta, tallando un sendero a través de sus enemigos, y Taanzer le apoyó porque su nave tenía armamento insospechado. Jennir, empero, respetaba el armamento imperial, y Greenbark exigió que escuchasen a su general. Vakier se burló de tan grandilocuente rango, pero aceptó escuchar el plan.
Jennir pretendía que todas las naves del puerto despegasen a la vez, abrumando a las defensas imperiales. Para convencer a los reticentes capitanes, Jennir robó una nave imperial y atacó otra de las naves del puerto, mientras Heren comunicaba en abierto que el Imperio había ordenado la destrucción de todas las naves. Vakier ordenó a Mezgraf extender su torreta mientras rogaba a alguna entidad religiosa que su filo fuese afilado para esculpir un nuevo destino para sus enemigos. El Uhumele fue perseguido por dos cazas ARC-170 del Imperio y, mientras Vakier destruía a uno, no pudo evitar que el otro les tuviese a tiro (ver imagen). Afortunadamente, Jennir pudo abatir al segundo perseguidor desde su propia nave.

Ko Vakier intenta disparar sobre el segundo ARC-170 para proteger el Uhemele
En cuanto Jennir subió a bordo y saltaron al hiperespacio, Vakier agradeció al general Jedi sus actos, pero él les quito importancia y valoró el trabajo de equipo.
Vakier se reunió con Jennir y Greenbark varias veces durante el viaje, hablando poco... pero escuchando mucho. Heren habló en privado con Vakier, preguntándole si creía que los pasajeros conocían su auténtico cargamento; Vakier y Taanzer creía que estaban en la inopia.
Poco antes de aterrizar, Jennir intentó explicar a Greenbark que, pese a su ansia de rescatar a su familia, tal vez los tripulantes de Heren no quisieran arriesgar sus vidas por esa misión. Ratty y Mezgraf fueron los primeros en ofrecer su ayuda; Vakier, con el permiso de su capitán, quiso ofrecer su espada. Afirmaba no asustarse ante la muerte, y estaba convencido de que la galaxia podría apañárselas con menos imperiales y esclavistas. Así, Vakier se disfrazó de esclavista para infiltrarse en Orvax.
Tres cosas provocaron fuerte impacto en Vakier en su infiltración. La primera fue la gran maldad de un planeta con el esclavismo tan arraigado; el éxito en su misión seguiría siendo apenas una gota de agua en el océano. La segunda fue ver a Mezgraf calmando a un animal salvaje en plena estampida, pues Vakier ignoraba este don de su compañero. En el proceso, Mezgraf fue identificado como esclavo fugitivo, pero Jennir usó la Fuerza para despistar a los guardias, y ése fue el tercer impacto.
El grupo encontró a los nosaurianos capturados, pero Greenbark perdió los nervios y llamó la atención de los guardias t'surr. Jennir saltó a rescatar a su amigo, así que Vakier y Mezgraf desenvainaron para ayudar. Vakier rompió el arma de un guardia y después le degolló. Pero este rescate no tuvo mucho sentido, pues descubrieron que la esposa de Greenbark había muerto y que su hija ya había sido vendida. Jennir, necesitando una infiltración en solitario, encargó a los otros que preparasen la nave para salir del planeta a medianoche o cuando él volviese, lo que sucediera antes. Jennir regresó sabiendo que la niña estaba en Esseles y el Uhumele se preparó para saltar, aunque Heren dedicó otra mirada a Vakier...

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Sección creada por Skippy Farlstendoiro y Al Noah para SithNET
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