Nos encontramos ante un droide multifásico de Clase Dos; esto es, un androide especializado en tareas de ingeniería, trabajo medioambiental y/o reparación y navegación avanzadas de astronaves. Un droide Clase Dos a menudo era comparable intelectual y hasta emocionalmente a un orgánico inteligente, con una inteligencia artificial creativa, pero artificial al cabo. En el caso de Vuffi Raa, todo esto era cierto, sin ser óbice para que Vuffi Raa sea también un alienígena.

Vuffi Raa.
¿Puede un robot ser un alienígena? ¿Puede una máquina ser una persona? Ya de entrada, este ser al que han llamado "pequeña aspiradora" tiene el impedimento de su aspecto físico de autómata, cubierto de cromium pulido. El núcleo de su cuerpo, del tamaño de un plato grande, era una placa pentagonal adornada sólo por un enorme y brillante fotorreceptor facetado rojo, sensor multiespectral que percibía infrarrojo y ultravioleta, en el centro de su cara superior, y que usaba como su ojo principal; otros sensores visuales más discretos estaban ocultos en la cara inferior del pentágono, junto con un vocabulador en miniatura.
Cada uno de sus ángulos tenía una esfera que conectaba el cuerpo a un tentáculo alargado, también de cromita, que podía ser utilizado como pierna o brazo. De forma cónica, el tentáculo se estrechaba hasta acabar en cinco subtentáculos del grosor de hilos, a modo de dedos, con un pequeño sensor óptico en cada palma. Cada dígito a su vez se subdividía a un nivel casi microscópico, dando al sujeto unos apéndices manipuladores casi imperceptibles, pero robustos como duracero. Además, el cuerpo podía enviar calor a sus extremidades, lo cual le permitía utilizar sus brazos como mechero o pequeño candil. Siendo el sujeto multidiestro, podía utilizar cualquier brazo con igual habilidad.
Los tentáculos podían separarse del cuerpo para ser controlados a distancia desde el núcleo; de tal modo que, como serpientes hábiles, los brazos podían reptar sobre cualquier superficie, cada uno realizando una tarea diferente. Aunque pudiese parecer espeluznante, y de hecho así era, innegablemente también era útil. Las capacidades de las extremidades articuladas permitían que el sujeto se inclinase en diversos ángulos o saltase hasta superar su altura habitual de aproximadamente un metro.
Nos encontramos por tanto ante una criatura parecida a una estrella de mar, pero con los colores metálicos de un droide y la capacidad de hablar. Entusiasta, alegre, fiel y muy remilgado, este droide respondía al extraño apelativo Vuffi Raa, que él (programación masculina, parece ser) decía era un número en el idioma de sus programadores. Le disgustaba que abreviasen su nombre sólo a "Vuffi".
La fuente de energía, prácticamente inacabable, era una pila de microfusión. Además de eso, el hardware de Vuffi Raa exigía la circulación de un espeso fluido para mantenerse lubricado, a modo de sangre; de hecho, en caso de que el caparazón de Vuffi Raa fuese perforado, este líquido podía coagularse para protegerle. En cuanto a su software, Vuffi Raa era un pacifista programado: Sus capacitadores no le permitían iniciar ninguna acción violenta. De forma inteligente, a veces Vuffi Raa permitía que un orgánico le golpease, sabiendo que su concha le protegería de todo daño y que la frágil carne del agresor sufriría daño.
Quizá el lector siga sin estar convencido de que estoy describiendo a un alienígena; Vuffi Raa parece un droide. Se confirmó, sin embargo, que Vuffi Raa era un miembro de la especie alienígena inorgánica extragaláctica conocida como el Silentium. Ahora bien, los silentia eran esferas metálicas de cincuenta kilómetros, nada parecidos a la supuesta estrella de mar de Vuffi Raa. Yo les explico:
Como he contado en la sección de Historia, los silentia habían sido inicialmente droides fabricados por unos seres con forma de polígono estrellado. Tras la extinción de esos creadores, los droides sobrevivieron y evolucionaron hasta obtener inteligencia, sensibilidad y una civilización propia. Ésta echó raíces en las Regiones Desconocidas de la galaxia, donde adoptaron una cultura tan conservadora y aburrida que ellos mismos comprendieron que se habían estancado.
El silentium decidió entonces construir varios nuevos individuos, entre ellos Vuffi Raa, para obtener información fresca sobre el resto de la galaxia de una forma que evitase encuentros violentos. Vuffi Raa en concreto fue construido por el silentium identificado como El Uno, con la apariencia de los arquitectos originales de la especie. Los silentia habían decidido que Vuffi Raa no debía conocer su propio origen, así que se aseguraron de que Vuffi Raa "despertase" en un cajón sin poder acceder a su memoria. Vuffi Raa achacó esta amnesia a las circunstancias: Su activación fue prematura durante un ataque pirata. A partir de entonces, Vuffi Raa registró valiosas experiencias para, algún día, compartirlas con el Silentium, incluso aunque él mismo no conocía su misión.
A lo largo de los siguientes varios siglos, Vuffi Raa fue tomado por un droide y pasó por docenas de amos, muchos de ellos insatisfechos, con los que viajó por cientos de sistemas estelares. Adoptó ciertos rasgos humanoides, incluyendo gestos, pero no conseguía acostumbrarse a los matices de las negociaciones humanas.
Durante el principio de sus viajes, Vuffi Raa fue descubierto por un alienígena croke que se hacía llamar Rokur Gepta, Hechicero de Tund. Aparentemente sus caminos se separaron para volver a juntarse en tiempos del auge del Imperio Galáctico. Gepta, por entonces un aliado del Emperador Palpatine, se hizo con el control de Vuffi Raa y decidió utilizarlo como instrumento para obtener poder.
Gepta entregó el droide a Osuno Whett, un enjuto humanoide de piel gris muy indeciso que trabajaba de antropólogo como ottdefa (un título académico equivalente a profesor) y, en secreto, como espía del Imperio. Whett mantuvo la propiedad de Vuffi Raa durante años.
En el año 13 abY, Whett, que ejercía de comerciante independiente, antropólogo, agente de inteligencia y espía, descubrió una colonia prerrepublicana perdida y olvidada en el sistema Renatasia de la Centralidad, orbitando una estrella amarilla mediana. Los descendientes de los emigrantes de Grizmallt tenían control sobre los ocho mundos del sistema, con al menos dos planetas habitados, pero carecían de viaje interestelar. El descubridor notó que la colonia había perdido el contacto con su mundo de origen y había revertido al barbarismo atrasado en una docena de generaciones; y también reportó al Imperio su descubrimiento porque esta clase de hallazgos eran recompensados.
El Imperio decidió que los recursos del sistema Renatasia debían ser explotados por intereses comerciales afines, pero antes de hacerse con él, pretendían analizar el sistema en busca de capacidades ocultas. El Imperio envió a Whett a hacer este análisis e iniciar la comunicación oficial con la civilización, usando a Vuffi Raa como su ayudante, algo que a Whett le resultaba frustrante porque el robot se negaba a llamarle amo. Whett a su vez reprogramó a Vuffi Raa y le disfrazó de orgánico para que fuese la cabeza visible. De ese modo, si algo salía mal, la culpa aparente sería de Vuffi Raa.
Algo salió mal, ¡y cómo!
Vuffi Raa fue enviado a la nación-estado Matilde, en el segundo continente más grande de Renatasia IV. Durante setecientos días, "el Delegado Jefe" Vuffi Raa y su "ayudante" Whett observaron el sistema, les proporcionaron avances tecnológicos (de importancia trivial), contribuyeron a crear un gobierno único del sistema y disfrutaron del trato de un huésped de honor, con desfiles dedicados a él. Vuffi Raa presidió banquetes formales, se dirigió a cónclaves internacionales y se fotografió con celebridades; rechazó las ofertas de patrocinar productos de consumo, pero su imagen no autorizada apareció en tiendas. Los renatasios esperaban que este primer contacto llevase al fin de la guerra y la miseria.
Whett mientras estimó las capacidades defensivas y económicas de los renatasios y concluyó que una invasión les unificaría. Para evitarlo, estimuló los enfrentamientos y dio indicaciones a los renatasios para que unificaran sus ejércitos; en realidad Whett estaba desmantelando parte de sus defensas. Vuffi Raa comprendió que el Imperio acabaría con la historia de Renatasia pero, como Whett no apreciaba la información que contradijera sus preconcepciones, sólo se lo dijo a Whett en el último día de su análisis, y aún entonces sabía que iba a ser inútil. Whett llamó a los imperiales inmediatamente después.
En el día setecientos uno, la Flota Imperial llegó al sistema Renatasia, entre vítores de los nativos. Entonces los imperiales exigieron el control, requisaron esclavos y recursos en concepto de impuestos, cerraron las escuelas, exigieron enseñar su idioma y quisieron el control del planeta. Las naciones renatasias presentaron resistencia ante la pérdida de sus derechos y libertados, incluso utilizando armas termonucleares. El Imperio reaccionó militarmente con tropas de tierra, en un intento de tomar los mundos intactos. La victoria imperial fue absoluta y brutal: Pese a que los imperiales tuvieron importantes pérdidas (93% de bajas en la primera oleada de sus tropas, 87% en la segunda y 71% en la tercera), dos tercios de la población renatasia, incluyendo civiles, fueron brutalmente ejecutados; los supervivientes resultaron diezmados por plagas y hambrunas. Los supervivientes de la tercera oleada de tropas subieron a Whett y Vuffi Raa a una lanzadera y los llevaron a la Centralidad. El Imperio decidió irse de Renatasia y olvidar el "incidente" para evitar propaganda negativa: Aunque la toma de Renatasia fue tan brutal como Caamas, no inspiró indignación en el Senado en buena parte porque el público apenas lo supo.
Los supervivientes no podían olvidarlo. Vuffi Raa por supuesto se avergonzaba de su papel, aunque no había podido impedirlo. Un grupo reducido de renatasios también habían sobrevivido y formaron una milicia, liderados por el soldado retirado y ex-granjero local Klyn Shanga, con el propósito explícito de vengarse del "Carnicero de Renatasia", Vuffi Raa (a quien no consideraban un droide). No eran los únicos: Casi todos los supervivientes de Renatasia odiaban a Vuffi Raa. La Milicia tardó una década en reunir dos docenas de viejos cazas con piezas de veinte civilizaciones, alrededor de un acorazado obsoleto al que se conectaban por cables. Los milicianos vengativos eran aventureros, soldados y policías retirados entre los que estaban Den Sait Glass, Glee Jun y el Coronel Kenow, y ninguno de ellos creía que Vuffi Raa fuese un robot.
Después de Renatasia, Whett fue contratado por el gobierno imperial del sistema Rafa para investigar a los nativos, los primitivos toka. Como cobraba con fondos imperiales, Whett creía estar trabajando para el nuevo gobernador, Duttes Mer; pero en realidad había sido contratado por el asociado de Mer, Gepta. Mer y Gepta buscaban un tesoro primitivo de una civilización perdida de Rafa, el Arpa Mental de los Sharu, que tenía supuestamente poderes extraordinarios de control mental a nivel sistema. Whett descubrió la leyenda toka que hablaba de cómo, algún día, el Portador de la Llave de la Supragente y su acompañante, el Emisario, con ayuda toka, obtendrían el Arpa y cambiarían el statu quo. Gepta consiguió la Llave en otro sistema; y después él y Mer buscaron el modo de forzar la profecía. Esto es, pretendían encontrar un Portador y un Emisario adecuados para que iniciasen el peregrinaje, que tenía pinta de ser peligroso.
Mer y Gepta decidieron que Vuffi Raa cubría el perfil de Emisario, pero Whett no se correspondía con el Portador de la leyenda toka; ni tampoco ellos mismos. Necesitaban encontrar un primo y liarle. Enviaron a Whett al sistema Oseón para que perdiera a Vuffi Raa en un juego de sabacc con alguien adecuado; y además Whett "se dejó" a Vuffi Raa almacenado en Rafa IV, de modo que el incauto tendría que viajar hasta Rafa, y una vez allí Mer y Gepta le intimidarían hasta convencerle para que hiciese su trabajo.
Sin que Gepta lo supiese, Mer reprogramó a Vuffi Raa para que no sólo fingiese ser el Emisario, sino para que, además, en cuanto su nuevo amo se hiciese con el Arpa, el droide le traicionase contactando con las autoridades de Rafa y le hiciese arrestar a la primera oportunidad. Mer incluso dio acreditación de seguridad al droide (algo infrecuente) para que la policía local le hiciera caso.
Nos ponemos en el año 4 abY y en Oseón 2795: Whett pierde a Vuffi Raa ante un joven piloto y tahúr socorrano venido de Espacio Hutt. El muchacho, un tal Lando Calrissian, recientemente había ganado un carguero coreliano, Halcón Milenario, había aprendido mal que bien a pilotarlo, y se había hecho enemigos, lo cual le incentivó a dejar Espacio Hutt para probar suerte en la Centralidad; el chico llevaba una vida movidita. El droide recién obtenido podría servirle de copiloto del Halcón (aunque en realidad Calrissian, que prefería los lujos de un crucero espacial, estaba planteándose vender la nave, y posiblemente también el robot).

Esquema de Vuffi Raa, droide exótico.
Calrissian viajó a Oseón, alquilando un droide Clase Cinco para aterrizar el Halcón, y recogió a su nueva propiedad en el depósito. Él nunca había visto nada parecido a Vuffi Raa y pronto comprendería que había más en ese droide de lo que saltaba a la vista. Vuffi Raa aspiraba a ser ayuda de cámara de Calrissian, pero su modo de vida no propiciaba esa asistencia y Calrissian se planteaba más bien hacerle pilotar el Halcón. Calrissian llevó al droide al Hotel Sharu.
Esa noche, el gobernador Mer hizo arrestar a Calrissian con cargos falsos, enviando a cuatro guardias de seguridad. Calrissian pidió ayuda a su robot, pero éste se hizo una bola y apagó las luces. Los agentes se llevaron a Calrissian ante el gobernador Mer y dejaron a Vuffi Raa en la Sala de Propiedades Confiscadas de la comisaría. Vuffi Ra protestaría más tarde por haber pasado la noche entre fardos de vegetables fumables ilegales y cestas rebosantes de armas blancas, aunque aprovechó para conversar con otros utensilios que le informaron sobre las morbosas estadísticas locales de crímenes violentos.
Mer y Gepta intentaron intimidar al jugador para que buscase el Arpa Mental para sus fines; mas Calrissian era difícil de impresionar, aún cuando la gente de Mer había saboteado el hipermotor del Halcón. Calrissian aceptó la misión, y la Llave como instrumento para ésta, a cambio de una recompensa en la forma de un cargamento de valiosos cristales de vida, que sólo se cultivaban en el sistema Rafa.
Calrissian recuperó a Vuffi Raa y le recriminó por su incapacidad para la violencia; Vuffi Raa argumentó de forma lógica que la agresividad no era la única aptitud deseable en un compañero, y Calrissian tuvo que admitir que Vuffi Raa tenía una actitud agradable. Juntos se embarcaron en la caza del tesoro.
Vuffi Raa, en un intento de demostrar su valor y evitar así ser vendido, intentó colaborar proponiendo ideas. Les convendría, dijo, tener más información sobre los sharu, pero los toka, supuestos principales expertos, eran seres primitivos y sumisos sin comunidades o apenas cultura. Aunque Vuffi Raa era partidario de la investigación bibliográfica en archivos, Calrissian sin embargo decidió investigar en bares, donde los toka a menudo trabajaban de limpiadores. Allí, Calrissian posaría la Llave sobre su mesa para ver si atraía la atención de los toka. Vuffi Raa encontraba su planteamiento heterodoxo, pero, ¿quién era el amo y quién el droide?
Vuffi Raa no pudo acompañar a Calrissian en sus dos primeros intentos: El primer bar, Pirámide Poli, no permitía el acceso a los droides, y Calrissian estuvo tres cuartos de hora dentro. El segundo bar permitía dejar droides sólo en una sala de espera, y ocupó una hora a Calrissian. Vamos a reconocer que los droides no tienen reputación de consumir muchas bebidas alcohólicas y sin embargo ocupan espacio.
Mejor suerte tuvieron ambos con un local de clase obrera que Calrissian había visitado antes de recoger a Vuffi Raa, el Reposo del Piloto. En primer lugar, los droides eran bienvenidos, y Vuffi Raa conversó con el camarero. Calrissian mientras tanto observó que el anciano barredor toka frecuentaba más su mesa, pese a lo cual Vuffi Raa, trayendo a su amo bebida, insistía en que la biblioteca habría sido mejor opción.
Entonces sucedió algo con pocos precedentes: El toka hizo venir a otro toka de más categoría, Mohs, Alto Cantante de los Toka, para enseñarle al Portador de la Llave; y Mohs incluso empezó a hablar con el Portador de la Llave. Calrissian hizo callar a su droide mientras intentaba averiguar qué podía haber de verdad en las pintorescas leyendas musicadas de Mohs; y finalmente decidió reclutar a Mohs para que les acompañase en un peregrinaje para usar la Llave.
Las cosas iban demasiado bien: Un corpulento humano armado llamado Jandler entró en el local enfurecido, criticando a Calrissian por asociarse con un "sucio toka" y un "droide ladrón de empleos" (su descripción). Vuffi Raa advirtió a Calrissian; y el camarero explicó que Jandler había sido el anterior propietario del local y que había intentado incluir una cláusula en el traspaso para restringir el acceso; el nuevo dueño, sin embargo, respetaba la ordenanza anti-discriminación del sistema. Jandler se puso violento, golpeó al camarero y, tontamente, dio una patada al metálico Vuffi Raa. Por cierto, Jandler era uno de los policías que había arrestado a Calrissian.
Jandler quedó aturdido por sus propios actos, así que Calrissian intentó convencer a Vuffi Raa para que atacase al hombre. Vuffi Raa no actuó, pero Jandler desvió su atención hacia el droide, permitiendo que Calrissian le noquease de un sillazo. Eso le ganó vítores de la clientela, pero también dio ocasión a Mohs para intentar robar la Llave y huir a pie. Calrissian atrapó a Mohs mientras Vuffi Raa le daba indicaciones que el tahúr no podía oír.
Calrissian perdonó a Mohs su indiscreción (pero pidió a Vuffi Raa que instalase trampas en la Llave para impedir más hurtos) y decidió que los tres pusiesen rumbo al puerto espacial. Vuffi Raa y Calrissian fueron en un bus flotante; Mohs quiso ir por su cuenta y de algún modo cubrió los diez clics en menos de los diez minutos que llevó al bus, y congregó a centenas de tokas para que festejasen el evento con cánticos a las estrellas. Afortunadamente la turba no quería acompañarles en la nave. Vuffi Raa acompañó a Calrissian y a Mohs a bordo, y Jandler les saludó al pasar, en tanto él era el policía asignado por Mer para subir el cargamento acordado a la nave.
En cuanto abordaron, Vuffi Raa quiso comprobar cómo había sido manipulado el hipermotor, y se horrorizó al ver el holocausto hecho en el hardware, demostrando una envidiable empatía; Calrissian encontró que Vuffi Raa era muy humano para ser un droide. Vuffi Raa intentó ya no arreglar la máquina, sino curarla. Después se reunió con Calrissian y hablaron sobre la improbable frecuencia con la que se encontraban a Jandler y sobre cómo Gepta les había elegido aposta porque cumplían los requisitos de la leyenda.
Vuffi Raa dedicó la noche a limpiar la zona del hipermotor, y despegó poco después de amanecer. La torre de control del puerto de Teguta Lusat felicitó a Calrissian, y Vuffi Raa transmitió el mensaje. Siguiendo la indicación a Mohs, pusieron rumbo a Rafa V, tras lo cual Vuffi Raa y Calrissian hicieron que Mohs repitiese las estrofas de sus canciones que sugerían que el Arpa estaba en ese planeta.
El viaje espacial no estuvo totalmente exento de incidencias: Mientras Calrissian dormía y Vuffi Raa charlaba con Mohs, el casco del Halcón fue impactado por lo que Vuffi Raa después identificó como una temprana nave espacial sharu. Los sistemas automáticos del Halcón evitaron que el accidente tuviese efectos graves más allá de la bronca que Calrissian echó a Vuffi Raa por no activar escudos a tiempo.
Vuffi Raa aterrizó el Halcón en Rafa V, un modo levemente más inhóspito que Rafa IV y que se había dedicado principalmente a construir una prisión donde los condenados recolectaban cristales de vida; pero donde también estaba la más grande pirámide dejada por los sharu. Vuffi Raa se aseguró de que el grupo llevase suficiente agua antes de salir; Calrissian, en broma, dijo que el aburrimiento les mataría antes que la sed. Entones aparecieron flechas que también podrían ser un factor para matarles.
Resultó que una horda de agresivos toka, compinches de Mohs armados con algo parecido a ballestas, atacaron al grupo. Vuffi Raa quedó como un alfiletero y se desconectó, pero las tradiciones toka prohibían atacar directamente al Portador de la Llave o cogerle la llave. Mohs hizo que llevasen a Calrissian hasta un huerto de cristales de vida, donde le dejarían atado durante toda la noche. Las inclemencias del lugar bastarían para que Calrissian muriese. Ahora bien, no dejaron vigilancia y Calrissian consiguió soltarse de sus ataduras por sí mismo. Calrissian dedicó su pensamiento entonces a Vuffi Raa, a quien dio por muerto, y al que consideró su mejor y más fiel amigo.
Por supuesto, Vuffi Raa sobrevivió a este desastre gracias a sus extraordinarias capacidades de auto-reparación. En cuanto estuvo algo recuperado, se quitó una flecha, y cuantas más se quitaba, más rápido mejoraba. Pronto estuvo en condiciones de moverse y, abollado, remendado y agarrotado, decidió subir a los mandos del Halcón para rastrear a su amo.
Encontró a Calrissian en un speeder humeante; él acababa de tener un encuentro con Jandler y sus sicarios, y les había derrotado. En cuanto Calrissian subió al Halcón, Vuffi Raa empezó a tratar sus heridas físicas con un gel (aunque Calrissian se opuso a que el droide le limpiase las orejas) y al mismo tiempo mantuvo vigilados a los prisioneros, dándoles a entender que podía atacarles con lanzallamas. Para librarse de sus presos, Calrissian los metió en burbujas inflables y los lanzó a la órbita, donde pasarían días; Vuffi Raa estaba orgulloso de la piedad mostrada por su amo.
Calrissian meditó cómo encontrar a Mohs, para lo cual escuchó las propuestas de Vuffi Raa; el droide fue poco útil, en tanto la mente orgánica no era su especialidad. Calrissian especuló sobre las pirámides y encontró a Mohs, cuya fe quedó renovada al ver el triunfo del Portador. Mientras Calrissian hablaba con Mohs, Vuffi Raa detectó el regreso de la tribu agresiva; Calrissian convenció a Mohs para que ordenase su retirada.
Habiéndose reconciliado Calrissian con Mohs, ambos fueron junto con Vuffi Raa a la entrada de una pirámide de cinco lados, la más grande del sistema, que según la creencia toka era accesible sólo con la Llave. La entrada estaba enterrada bajo un montón de arena que Vuffi Raa se ofreció a mover rotando sus tentáculos. Una vez hecho esto, el siguiente obstáculo era cómo introducir la llave: Las propiedades multidimensionales de la cerradura hacían confuso siquiera mirar en esa dirección; y las tradiciones de Mohs no detallaban cómo llevar a cabo ese punto. Calrissian pidió consejo a Vuffi Raa, pero éste tampoco tuvo ideas y aprovechó para quejarse porque necesitaba lubricante y desde el evento de las flechas ya no estaba totalmente sellado. Calrissian intentó entonces meter la Llave a tientas de varias maneras.
Uno de los movimientos de Calrissian tuvo un efecto imprevisto: Vuffi Raa, que estaba a diecisiete centímetros del muro exterior, repentinamente desapareció y fue transportado al interior de la pirámide en solitario. La tecnología sharu había identificado a Vuffi Raa como un aparato que debía ser programado y reparado, así que le transportó a un corredor rectangular de cinco por cincuenta metros, con el techo a kilómetros de altura (o eso creía Vuffi Raa; su radar Doppler no detectaba el techo, aunque podía percibir ecos). Vuffi Raa decidió esperar 15.835 segundos antes de moverse, momento a partir del cual exploró las cámaras durante 10.369 segundos. No encontrando a nadie, Vuffi Raa se detuvo para descansar y reconsiderar sus opciones, principalmente porque estaba poniéndose nervioso y no quería reconocer que probablemente había avanzado en círculos. Sintió gran desánimo 99.371 segundos después de su entrada en la pirámide. Finalmente, encontró extraños objetos a modo de contenedores que no eran tan impenetrables como las paredes y por los que podía meter un tentáculo. Para entonces llevaba más de un día dentro de la pirámide.
Mientras tanto, Calrissian y Mohs habían sido también teleportados a la pirámide y habían tenido importantes cambios. Al menos uno de ellos había cambiado de tamaño, aunque no estaban seguros de cuál, y Mohs se había vuelto extraordinariamente inteligente y civilizado.
Calrissian encontró entonces a Vuffi Raa, que para su escala medía sólo tres milímetros; primero le tomó por un pequeño animal, pero al cogerle en su mano le reconoció. La comunicación era difícil: La voz del humano era atronadora para el robot, pero éste podía entenderle gracias a la tecnología; y, tras unos intentos, Vuffi Raa consiguió adaptar su voz a tonos que Calrissian pudiese percibir. Ante la confusa situación, Vuffi Raa, fascinado por la mano gigante, preguntó a Mohs (con Calrissian como intermediario) si sus leyendas hablaban de esto, pero no era el caso; y Vuffi Raa tenía muchas dudas sobre las consecuencias de que un orgánico cambiase de tamaño (y tampoco parecía que todos hubiesen estado un tiempo comparable dentro de la Pirámide). Para facilitar el transporte, Calrissian se puso el minúsculo robot a modo de pendiente en una oreja. Eso permitía a Vuffi Raa usar sus sensores para detectar cambios de nivel y advertir a sus compañeros.
El grupo exploró la pirámide durante lo que consideraban horas, con Vuffi Raa teorizando que estaban en el subsuelo, en los estratos geológicos donde se había originado la vida planetaria. Los precisos sensores de Vuffi Raa le permitieron percibir colonias celulares detalladas y él se explayó hablando de paleontología mientras sus compañeros le ignoraban.
Calrissian observó que estaban entrando en una galería artificial construida seguramente por los antiguos sharu para mostrar una exposición histórica; él teorizó que las canciones toka no mencionaban esto, pero guiaban a los peregrinos para que pasasen por allí. Vuffi Raa confirmó que los muros mostraban la evolución de las especies, e incluso se excitó al ver imágenes de criaturas pentápedas similares a sí mismo. Vuffi Raa y Mohs empezaron a debatir sobre si los antiguos sharu serían los constructores de Vuffi Raa; mientras, Calrissian se quedó dormido.
Lo que sucedió entonces resulta tan increíble como el resto de la epopeya. Vuffi Raa reportó que Calrissian había dormido durante un día y, en ese tiempo, todo, túnel y orgánico, empezó a encoger salvo el propio Vuffi Raa (aunque parecía más probable que el robot estuviese creciendo, pero no era el caso). Además, Mohs desapareció junto con los recuerdos que Vuffi Raa tenía de Mohs. Cuando Calrissian despertó, no consiguió convencerle de que hubiesen tenido un compañero toka en algún momento.
Calrissian decidió utilizar su baraja de naipes para ordenar sus ideas, usando los estímulos aleatorios a modo de cartomancia (algo que por supuesto Vuffi Raa consideraba un disparate). Vuffi Raa le siguió la corriente opinando al respecto cuando Calrissian le preguntaba. La penúltima carta levantada sugería traición, y Calrissian preguntó a su robot si éste iba a traicionarle; pero Vuffi Raa no confesó sus planes.
Tras este episodio, Vuffi Raa observó un gran salón del tamaño de un hangar militar, con un altar gigante donde reposaba el Arpa. Caminaron hacia allí, haciendo mínimo caso a las imágenes talladas en los muros. Vuffi Raa centró su atención en las características arquitectónicas, buscando posibles trampas. Durante este paseo, Calrissian y Vuffi Raa recuperaron sus proporciones normales… que no eran ergonómicamente adecuadas para el pasillo: Calrissian tenía que avanzar a cuatro patas.
La inteligencia artificial de la Pirámide tronó con voz incorpórea y les instó a que contemplasen la exposición; pero Calrissian no se amedrentó y siguió adelante, incluso exigiendo explicaciones a la Pirámide. La Pirámide reconoció que había provocado los cambios de tamaño siguiendo su programación para explicar a los peregrinos la cultura sharu. En todo caso, Calrissian seguía queriendo coger el Arpa y entregársela no a Mer como proponía Vuffi Raa, sino a Gepta que posiblemente estaba al mando. También aprovechó la tecnología de cambio de tamaño de la Pirámide para coger el Arpa en condiciones que de lo contrario habrían sido imposibles. Con el Arpa en su bolsillo y Vuffi Raa a su vera, Calrissian hizo que la Pirámide les permitiese salir.
Pero no emergieron en Rafa V como esperaban, sino que habían sido transportados a la capital del mundo vecino Rafa IV en pleno día, cuatro meses después de partida (cuando ellos dos no habían envejecido dos meses ni de lejos). Vuffi Raa rápidamente buscó un policía e hizo arrestar a Calrissian por orden del gobernador. Calrissian insultó al robot. El policía, ante la inusual situación, comprobó la acreditación del droide y confirmó la medida con su cuartel general; el tahúr intentó escapar, Vuffi Raa avisó al policía, y éste usó su arma para detenerle.
Calrissian fue llevado ante Mer, sin Vuffi Raa. Mer le explicó los detalles de su plan, incluyendo cómo había reprogramado a Vuffi Raa, y también que Gepta se había impacientado y había viajado a la órbita de Rafa V en su propia nave. Eso permitía a Mer quedarse el Arpa para sí. Tras jactarse, hizo llevar a Calrissian a la colonia penal del planeta para que fuese "procesado" al día siguiente. Mer después se comunicó con Gepta para burlarse de él y decirle que tocaría el Arpa; no dio importancia a que Vuffi Raa estuviese presente.
El codicioso gobernador Mer empezó a tocar el Arpa, esperando obtener control mental sobre las personas del sistema. En vez de eso, provocó terremotos en todo el planeta, y después en el resto de mundos. Siguiendo el plan de los sharu, el Arpa liberaba las antiguas inteligencias de la especie sharu, que habían ocultado en los cristales de vida, y derribaba las pirámides omnipresentes en todo el sistema para mostrar las antiguas ciudades sharu en su interior: En tiempos antiguos, los sharu había decidido ocultar su civilización y su conocimiento, transformándose en los primitivos y sumisos toka, para escapar de una terrible amenaza; pero la activación del Arpa era la señal de que la amenaza había pasado (porque ninguna civilización podría encontrar el Arpa mientras el peligro continuase) y que podían recuperar su antiguo poder. Los sharu despertaban. Calrissian comprendió esto; Mer se resistía a creerlo, y siguió intentando tocar.
Vuffi Raa también sabía que Mer estaba tocando y quiso hacer algo al respecto: Concretamente, liberar a su amo Calrissian. Primero Vuffi Raa confirmó que Mer había hecho llevar el Halcón de regreso a Rafa IV en su ausencia, y después reparó el hipermotor de la nave. Pese a no ser humanoide, Vuffi Raa se disfrazó de policía con casco y se llevó al prisionero, alegando un interrogatorio sobre un caso de policías varados en Rafa XI cuatro meses atrás. Vuffi Raa tomó un vehículo y condujo a Calrissian hacia el puerto, explicándole que Mer estaba usando el Arpa. El robot aún creía erróneamente que el Arpa tenía capacidades de control mental, pero Calrissian le contó su teoría (que era cierta).
Mientras la ciudad de Teguta Lasat se sacudía por terremotos, Vuffi Raa conducía hacia el puerto espacial. Un policía amenazó con dispararles tomándoles por saqueadores, pero el terremoto no le permitió apuntar y Calrissian le quitó la pistola. Calrissian y Vuffi Raa alcanzaron el Halcón y vieron a Mohs esperándoles en la rampa (Aparentemente Vuffi Raa no tenía problemas con Mohs y ya le recordaba; o alternativamente ni siquiera podía percibir la presencia de Mohs).
Mohs les permitió entrar, con una actitud mucho más altiva, e incluso les ofreció su ayuda en pago por la ayuda que ellos habían dado a Mohs antes. Vuffi Raa inició los procesos de vuelo mientras Calrissian hablaba con Mohs, recriminándole sus actos. Mohs se quedó en Rafa cuando el Halcón despegó.
Antes de irse del sistema, el Halcón pasó sobre las ruinas del edificio del gobernador y tuvo una escaramuza con el caza en que volaba Rokur Gepta. Calrissian pilotaba y venció en ese enfrentamiento porque él prestaba atención a los escombros de edificios, y Gepta no: Un obelisco explotó cerca del caza del mago, dañando su nave. Mientras el Halcón escapaba a otro sistema, Gepta quedó atrás en Rafa, jurando venganza. Para entonces, Mer había sido destruido por el Arpa.
Los sharu tomaron el control del sistema Rafa, cerrando las fronteras prácticamente de la noche a la mañana. El Imperio reaccionó bloqueando el sistema, pero no invadiéndolo. Todo esto benefició a Calrissian: Su cargamento de cristales de vida iba a ser el último en mucho tiempo, y eso le permitía venderlo muy caro; obtuvo casi un cuarto de millón de créditos. Además, después de esta aventura, Calrissian y Vuffi Raa intimaron rápidamente y se volvieron excelentes cómplices, ayudándose mutuamente en sus aventuras.
Calrissian decidió regresar a Espacio Hutt y se asentó en Nar Shaddaa, donde compró un negocio de astronaves usadas a un duro. Vuffi Raa se convirtió en el ayudante de Calrissian en esta nueva empresa; pero, pese a la muy capaz ayuda del droide, llevar esta tienda era caro y difícil, y Calrissian pronto se estaba planteando venderla por menos de lo que había pagado, para recortar pérdidas.
Los amigos de Calrissian en Nar Shaddaa, entre ellos Roa, Han Solo y Mako Spince, le percibían sin embargo como un hombre próspero. Solo visitó a Calrissian para comprarle una nave; Vuffi Raa recibió a Solo e intentó impedirle entrar porque no se admitían visitas; pero el compañero de Solo, el enorme wookiee Chewbacca, asustó a Vuffi Raa con un rugido.
En ese encuentro Solo arrendó a Calrissian un carguero SoroSuub modificado que llamó Bria, y que empezó a mostrar defectos al cabo de una semana. El estabilizador de popa falló en el primer vuelo, pero Vuffi Raa se ofreció a arreglarlo. Había muchos más fallos, pero Calrissian se negó a pagar todas las reparaciones por las condiciones del acuerdo. Después de eso, Solo se buscó otro mecánico, y se fue con la idea de que Vuffi Raa era el principal piloto del Halcón.
El Moff, o gobernador militar imperial del Espacio Hutt, Sarn Shild, recibía presiones para acabar con las actividades criminales de los hutts, y amenazaba con un ataque militar contra Nal Hutta, el mundo de los hutts, que era orbitado por Nar Shaddaa. Los hutts sin duda defenderían su planeta, pero la flota imperial podía tomar represalias contra el más débil Nar Shaddaa. Los espías de los hutts, incluido Solo, descubrieron que el almirante imperial encargado del ataque, Winstel Greelanx, tenía instrucciones de diezmar Nar Shaddaa pero no dañar demasiado Nal Hutta. Solo y otros carismáticos líderes contrabandistas de Nar Shaddaa, incluido Calrissian, intentaron organizar a los contrabandistas locales para presentar una defensa organizada contra la invasión. El plan de Solo incluía usar cargueros de supuestos refugiados para atraer las naves imperiales hasta una zona de basura espacial, donde otras naves contrabandistas les podrían emboscar.
Afortunadamente había tiempo de preparar una cierta defensa. Como Vuffi Raa no podía disparar contra blancos vivos, aceptó pilotar el Halcón, con Calrissian como artillero. Los otros pilotos de Nar Shaddaa nunca habían visto a un droide pilotando una nave así en solitario, pero le dieron el beneficio de la duda. Vuffi Raa también estuvo presente cuando Calrissian y el mecánico maestro Shug Ninx instalaron una nueva torreta en la popa estribor del Halcón, y asistió a la reunión en que explicaron la estrategia. En ésta, los líderes explicaron que contaban con la ilusionista Xaverri para que generase una imagen falsa de una flota de naves hutts para asustar a los imperiales, y Solo explicó que conocían la composición de la flota y que, si dañaban un acorazado o un crucero pesado, el protocolo imperial exigía retirarse.
El Halcón estaba entre las naves de señuelo; y trabajaría en conjunto con la nave Corredor del Borde de Ninx y sus compañeros Rik Duel y Salla Zend. Cuando empezó la batalla, Vuffi Raa impresionó favorablemente a Zend con sus habilidades de pilotaje y con su educación, llamándola Lady Salla.
Al fin el Halcón atacó a las naves enemigas, siguiendo las indicaciones de Zend. Duel intentó aprovechar la comunicación para cortejar a una nada interesada Zend; Vuffi Raa tuvo que interrumpirles porque llegaba un enemigo: El crucero clase Guardián Guardia de Lianna, una nave tan rápida y maniobrable como ellos mismos. El Guardia lanzó sus lásers contra el Corredor y esquivó los disparos de respuesta.
Vuffi Raa advirtió entonces de que tres cazas TIE enemigos se acercaban. Zend no los vio a tiempo y recibió otro impacto. Calrissian y Ninx dispararon con precisión, destruyendo un TIE; pero los otros TIEs empezaron a vapulear al Corredor. En la confusión, perdieron de vista al Guardia, que flanqueó a las naves y disparó desde el flanco mientras Calrissian destruía otro TIE. Sin embargo, cuando el Guardia se puso en la popa del Corredor, las nuevas torretas ocultas de Ninx se dejaron ver y lanzaron dos misiles de impacto, destruyendo el Guardia.
Durante los siguientes minutos de la batalla, el Halcón y el Corredor destruyeron otros dos cruceros Guardián. Entonces Spince ordenó la retirada supuestamente desorganizada siguiendo el plan. El caos subsiguiente dejó al Halcón, al Corredor y al Bria, alejados de la lucha: Para reunirse con el resto de la flota defensora, tendrían que cruzar toda la flota imperial. Iniciaron una formación en grupo con ese fin, y entonces apareció la ilusión de Xaverri. Solo incorporó esa ventaja a su plan: Propuso un microsalto hiperespacial de dos segundos para aparecer literalmente dentro de la ilusión y disparar a los imperiales desde allí, ayudando a convencer a los imperiales de la veracidad del engaño. El plan no estaba exento de riesgos por los campos gravitatorios de la tecnología usada; pero Vuffi Raa estaba seguro de poder computar las coordenadas adecuadas.
El Halcón y el Corredor siguieron al Bria disparando al acorazado más cercano a babor, Pacificador. El capitán de éste, Reldo Dovlis, estaba a punto de concluir que estaban ante un holograma precisamente porque no estaban recibiendo disparos, ni consiguiendo dañar ninguna nave, así que el audaz plan de Solo fue decisivo.
Finalmente, cuando un acorazado imperial fue destruido y hubo otros daños considerables, Greelanx ordenó la retirada aún teniendo posibilidad de ganar.
Tras esta victoria, Calrissian hizo recuento. Había donado su inventario de la tienda para la batalla, y le quedaba menos de un 10% de naves en condiciones de volar. Desanimado por su fracaso empresarial, Calrissian decidió vender el 90% la tienda, con pérdidas, a su amigo Roa, y después volver al espacio. Quería ir al campeonato de sabacc de Ciudad Nube, pero no tenía suficiente dinero para la cuota de admisión.
El siguiente plan de Calrissian fue volver a la Centralidad con Vuffi Raa y usar el Halcón como comerciante en la Carrera Falko, pero las tarifas de importación y licencias de ventas, por no hablar de costes de mantenimiento, atraque y sobornos, se comían su margen de beneficio. Calrissian decidió que no se le daba bien esa actividad. Cien veces ofreció Calrissian dejar libre a Vuffi Raa por no ser el dueño de otro ser inteligente; pero cada vez Vuffi Raa rechazó dejar a su amo (De hecho, Calrissian prohibía a Vuffi Raa llamarle amo, pero Vuffi Raa sistemáticamente desoía esa instrucción). En vez de eso, Vuffi Raa no sólo pilotaba, sino que además enseñaba a pilotar a Calrissian cuando tenían tiempo.
Calrissian intentó llevar un cargamento perecedero a un destino viable, pero estaban a cien parsecs de éste y había que ir lo más rápido posible para que su cargamento perecedero no se estropease; para lo cual Calrissian tuvo la idea de atajar por una pequeña nebulosidad, para llegar a Dilonexa, donde podrían vender el cargamento. Su viaje no estuvo exento de incidentes.
En primer lugar, sólo se podía ir por la nebulosidad a velocidad subluz, y por lo tanto la nave era vulnerable. El Halcón fue emboscado entonces por un grupo de piratas, que acosaron el carguero con un enjambre de cazas dron de un metro de diámetro controlados desde una nave nodriza. Vuffi Raa era incapaz de esquivar todos los disparos. Calrissian hizo que Vuffi Raa pilotase acercándose a la nave nodriza, dándoles la impresión de que podían embestirles; sólo simular un ataque a orgánicos ya tensaba la ética de Vuffi Raa, pero el robot lo hizo. Cuando estuvieron lo bastante cerca, la nave nodriza se acobardó, destruyó los drones y huyó.
El resto del viaje a Dilonexa fue más tranquilo: Calrissian fumó y bebió, con Vuffi Raa trayéndole los vicios; y Vuffi Raa dedicó sus tentáculos sueltos a reparar la nave. Una vez en Dilonexa XXIII, Calrissian no consiguió vender su cargamento, pero, con la ayuda de Vuffi Raa, lo recicló para obtener un producto procesado aún más caro. Además, recibió un mensaje de un desconocido, Lob Doluff, Administrador del sistema Oseón que, conocedor de la reputación de Calrissian, le invitaba a una partida de sabacc con gente rica y poderosa. El tahúr decidió aceptar la invitación.
Permítanme recordarles a Rokur Gepta, el Hechicero de Tund que, habiendo sido vencido por Calrissian en Rafa, le odiaba apasionadamente. Gepta ansiaba vengarse de Calrissian y manipulaba todos los eventos posibles usando sus considerables recursos. Gepta también sabía del enigmático robot Vuffi Raa y pensaba que esa máquina podía ser un instrumento útil en su búsqueda de poder.
La Milicia de Renatasia había encontrado una pista sobre Vuffi Raa gracias a esto. El líder renatasio, Shanga, mantenía contacto secreto con un tripulante de Gepta, y éste le informaba de lo que sabía sobre el tripulante del Halcón al que los vengativos renatasios buscaban. Gepta descubrió la traición de su oficial, pero no tomó medidas inmediatas.
Gepta hizo que sus agentes pusiesen una bomba oculta en el Halcón durante la escala de Dilonexa. El artefacto detonó en el hiperespacio, dañando el control de desplazamiento de fases. Vuffi Raa rápidamente envió sus tentáculos a analizar el daño, y concluyó que era superficial, pero que habría que salir del hiperespacio para analizar manualmente el casco. Vuffi Raa insistió en hacerlo personalmente, enviando la señal de sus sensores visuales a un monitor para que Calrissian siguiese los eventos. Finalmente, Vuffi Raa concluyó que el ataque había sido chapucero e inocuo.
El Halcón aterrizó en el asteroide Oseón 6845, habitado por gente adinerada, con una mínima explosión adicional que Vuffi Raa dedicó un par de horas a analizar. Mientras tanto, Calrissian jugaba al sabacc con Doluff y otros dos humanos, Del Cycer y Bassi Vobah. Cuando Vuffi Raa estuvo seguro de haber encontrado pruebas de sabotaje e intento de asesinato, fue corriendo a buscar a su amo y reportarlo: Entró en el Hotel Drofo, pasó al robot-portero, atravesó un ascensor y consiguió entrar en el salón enseñando una tarjeta de acceso. Calrissian recibió la noticia de Vuffi Raa y decidió posponer al día siguiente sus actos. Vuffi Raa volvió al Halcón y dejó a su amo jugando.
Uno de los renatasios, el Coronel Kenow, llegó a Oseón y atrajo a Calrissian a una trampa: Envió un mensaje falso de que el Halcón estaba ardiendo, haciendo que Calrissian se levantase de la mesa de juego y corriese al hangar. Allí Vuffi Raa negó la noticia. Kenow entonces golpeó por la espalda a Calrissian, pero éste disparó a Calrissian a quemarropa con su arma de mano, matándole. Calrissian hizo que Vuffi Raa informase a Doluff; pero las autoridades hicieron arrestar a Calrissian por posesión de un arma ilegal.
Vuffi Raa evitó ser incautado explicando que, en tanto piloto, navegante y mecánico, él formaba parte de la nave, así que sólo le pusieron un rayo restrictor para que le provocase dolor si se alejaba del Halcón. Por supuesto, Vuffi Raa lo desactivó en treinta segundos en cuanto los policías se fueron, pero se quedó cerca de la nave buscando un plan para ayudar a Calrissian, paseando fuera del pasillo restringido 17-W. Calrissian había invertido sus beneficios en Vuffi Raa y se lo pasaba bien con el droide, ganándose así sus simpatías y amistad.
Esa noche empezaba el espectacular Viento Llameante, un fenómeno natural periódico del sistema durante el cual el sol local emitía chorros de vapor que interactuaban con otros vapores locales, ionizados, cubriendo el cielo con un bombardeo de luces multicolores que hacían prácticamente imposible el viaje espacial, (de hecho estaba prohibido volar en ese tiempo), pero que también daba inicio a una festividad local decadente. El Viento Llameante causaba además alucinaciones y problemas mentales entre los orgánicos que volaban en ese periodo. Vuffi Raa contemplaba la escena mientras Calrissian continuaba su aventura.
Doluff se reunió con Calrissian y le ofreció una alternativa a una condena que sería a muerte: Colaborar con las autoridades en una peligrosa operación. Doluff tenía la ocasión de arrestar al industrial trillonario local Bohhuah Mutdah, reclusivo propietario de Oseón 5792 y consumidor de droga lesai, pero necesitaba pillarle in flagrante delicto: Calrissian debía volar su nave hasta Oseón 5792, con dos agentes de la ley ocultos a bordo, y aterrizar simulando ser el narcotraficante de Mutdah. Esto no estaba exento de peligro, puesto que había que pilotar durante el Viento Llameante sin ordenador. Calrissian por supuesto aceptó.
Los dos agentes eran Vobah, con quien Calrissian acababa de jugar al sabacc, y un quor'sav aviano llamado Waywa Fybot. Vuffi Raa y Calrissian atornillaron una percha en la cubierta del Halcón para que Fybot tuviese dónde sentarse; Vuffi Raa incluso propuso cancelar la gravedad de una zona de la nave para que Fybot flotase en caída libre estando más cómodo, pero Calrissian se negó porque no simpatizaba con sus pasajeros y no buscaba su comodidad. Vuffi Raa entonces pasó a hacer las comprobaciones de vuelo, y después repasó con Calrissian el manual de vuelo.
El mero despegue era complicado. Vuffi Raa inició una ruta curva preprogramada, porque los sensores mismos habían dejado de ser fiables. Vobah y Calrissian empezaron a encontrarse mal; este último vomitó, con Vuffi Raa intentando ayudarle. Vuffi Raa preguntó al resto de pasajeros cómo se encontraban, pero empezó a sentirse mal él mismo: Tener cien sentidos muy agudos era un problema aún mayor que el de los orgánicos. Vuffi Raa se vio a sí mismo en color dorado, y accidentalmente apagó el soporte vital. Calrissian se dio cuenta y gritó a Vuffi Raa que lo reactivase. Después, con cierta dificultad, Calrissian convenció a Vuffi Raa que se apagase. Vuffi Raa aceptó.
Pero los renatasios habían descubierto el fracaso de Kenow y viajaron a Oseón. Con más valor que prudencia, la flota de cazas conectada atacó al Halcón en pleno Viento Llameante. Calrissian no podía contar con Vuffi Raa y sus pasajeros tampoco estaban disponibles: Tuvo que ocupar los controles y los cañones a la vez, y pese a ello consiguió abatir un caza enemigo. Se dio cuenta de que el Halcón era más rápido, así que aprovechó esa ventaja para alcanzar un asteroide y ocultarse en una cueva. Una vez atrincherado, reactivó a Vuffi Raa a gritos.
Descubrieron que Fybot se había herido en las patas, así que los demás tripulantes apuntalaron las extremidades de éste con cañas de su percha. Después jugaron al sabacc mientras se reagrupaban. Vuffi Raa felicitó a Calrissian por su excelente pilotaje; Calrissian intentó salir a reparar los daños exteriores, pero los sensores del traje de vacío decían que corría riesgo de quemarse; así que Vobah tuvo que salir a rescatarle y Vuffi Raa le quitó el traje en cuanto entró. Vuffi Raa concluyó que el traje de Calrissian había sido saboteado (y es cierto; Fybot estaba compinchado con el enemigo).
Mientras Vuffi Raa buscaba una forma de navegar desde su ubicación hasta el asteroide Oseón 5792, los renatasios les encontraron y renovaron su ataque, vapuleando el asteroide. Vuffi Raa no podía pilotar, lo cual le deprimió especialmente. Calrissian se bastó para huir, dejando atrás sólo cinco cazas supervivientes. Finalmente, gracias a las capacidades de navegación de Vuffi Raa, el Halcón llegó a Oseón 5792.
Vuffi Raa se comunicó con Oseón 5792 usando láser modulado; el Halcón no tenía desmodulador, pero el droide servía de traductor y transmitía con su ojo rojo. Vuffi Raa recibió órdenes de detenerse "o ser derribado"; aceptó y transmitió la contraseña "dubesor". Oseón 5792 recriminó al Halcón por su retraso; Vuffi Raa replicó que se debía al Viento Llameante y a un ataque de probables piratas. Calrissian estaba extrañamente satisfecho al ver al droide farolear.
Calrissian debía bajar solo y sin armas; pero, previendo un problema, Vuffi Raa le cosió tablillas de madera bajo la camisa y el pantalón para que tuviese algo con lo que detener golpes si hacía falta. Calrissian hizo que su droide se ocultase en un conducto entre la cabina y los motores, y que mantuviese la nave lista para una huída rápida. Además, Calrissian insistió varias veces (pese a que Vuffi Raa tenía memoria perfecta) en que Vuffi Raa se fuese con la nave si Calrissian no volvía en ocho horas (pese a lo cual Vuffi Raa insistió en que iría a rescatar a su amo). Calrissian hizo a Vuffi Raa su heredero legal mientras éste aterrizaba la nave.
Vuffi Raa no fue testigo de lo que sucedió entonces. Esencialmente, Calrissian bajó las drogas y recibió el pago. Los dos policías se revelaron. Fybot, compinchado con Mutdah, mató a Vobah e informó a Mutdah de lo sucedido, incluyendo su idea de intentar matar a Calrissian y después pilotar la nave con la ayuda de Vuffi Raa. Entonces Mutdah mató a Fybot, reveló ser en realidad Gepta y capturó rápidamente a Calrissian. Gepta usó maquinaria para torturar a Calrissian obligándole a revivir recuerdos horribles que él modificaba; en uno de ellos, Calrissian, a bordo del Halcón, se enfrentaba a cazas enemigos y Vuffi Raa se había vuelto loco y no podía ayudarle.
Providencialmente, los renatasios encontraron Oseón 5792 y atacaron la base de Mutdah con sus cazas. Siendo un asteroide sin oxígeno, la zona habitable estaba cubierta por un domo cristalino que explotó ante las ráfagas enemigas. El caos pilló por sorpresa a Gepta, y dio a Calrissian la ocasión de empezar a liberarse usando las tablillas. Para entonces, un tentáculo de Vuffi Raa se le estaba acercando. Vuffi Raa y Calrissian se unieron, huyendo hacia el Halcón en la confusión; tuvieron que escurrirse a través de puertas neumáticas medio abiertas, pero consiguieron llegar al puente.
El Halcón despegó, con Vuffi Raa a los mandos y Calrissian en los cañones. Calrissian derribó dos cazas antes de que Gepta huyese en su propia nave, y después dos cazas más. Cuando el Halcón dejó al último caza varado, y Vuffi Raa lo encontró, Calrissian rescató a su ocupante y le interrogó. Shanga intentó atacar a Vuffi Raa, pero no sabía cómo combatir cuerpo a cuerpo contra algo de cinco tentáculos, y además Calrissian dejó a Shanga aturdido con un calmante. Shanga aceptó explicar todo si después era ejecutado; Calrissian no se lo prometió. Shanga explicó la masacre de Renatasia y culpó a Vuffi Raa de lo sucedido; Vuffi Raa no negó la acusación, pero Calrissian insistió en que Vuffi Raa era un droide y no podía más que obedecer. Calrissian no permitió a Shanga matar a su amigo, y en vez de eso le entregó a las autoridades en el siguiente sistema en que atracó.
Afortunadamente, Calrissian había cogido el maletín con el pago del cargamento de drogas antes de huir, así que contaba con ciento setenta y tres mil créditos, más otros veinte millones hurtados a Mutdah. Vuffi Raa intentó convencer a Calrissian para que donase esa fortuna a la reconstrucción de civilizaciones casi destruidas, explicando que interferiría con su modo de vida aventurero, pero Calrissian se negó. En vez de eso, ocultó el dinero en muchas cuentas pequeñas, transfirió la cuota de entrada al torneo de sabacc y dejó el grueso de su fortuna en el centro financiero del planeta Dela, sólo para perderla casi inmediatamente ante la reina pirata Drea Renthal.
Después de ese encuentro, Vuffi Raa intentó teorizar sobre su origen y las intenciones de sus programadores, observando que había datos contradictorios entre sí. En particular, mientras se rascaba la "cabeza" con un tentáculo, se preguntaba por qué tenía prohibido iniciar acciones violentas aún para protegerse a sí mismo, so pena de quedar inconsciente durante un mes.
Durante este tiempo, Calrissian y Vuffi Raa viajaron en el crucero Estrella del Imperio. Calrissian se acercó a otros pasajeros, gobernador Nathan Donar II y su esposa, para invitarles a una amistosa partida de sabacc. El asociado de Donar, alférez imperial Kyle Katarn, se fijó en que el droide de Calrissian no parecía alejarse nunca de su amo.
En la cercanía de la nébula ThonBoka, una nube de polvo y gas con forma de saco, el Halcón abandonó el hiperespacio para que Vuffi Raa saliese al exterior a recalibrar motores. Vuffi Raa y Calrissian accidentalmente dieron con una forma de vida espacial de quinientos metros de largo. Inicialmente la tomaron por una nave de una cultura desconocida; y el sujeto a su vez creyó que el Halcón era un ser vivo como él mismo. El extraño ser intentó comunicarse con el Halcón; pero Vuffi Raa, siendo un droide y con la ayuda del equipo naval, podía recibir la señal y reportó a Calrissian: El extraño estaba enviándoles una imagen del Halcón. Calrissian pidió a Vuffi Raa que imitase el comportamiento, a modo de turistas sacándose recuerdos del encuentro, lo cual suele ser mejor que abrir fuego. Vuffi Raa empezó a entender mientras tanto que no estaban ante una nave.
El enorme ser emitió una imagen en la que él mismo se veía agonizar de hambre, y otra en la que prosperaba obteniendo comida. Vuffi Raa concluyó que era una petición de ayuda. Calrissian se resistía a abandonar sus activos, pero Vuffi Raa explicó que el extraño ser se alimentaba de núcleos atómicos y aminoácidos, que el reciclador de la nave podía generar, y propuso a su capitán ayudar a este ser. Calrissian aceptó el intento de congeniar con el ser de especie desconocida.
El Halcón se quedó allí durante varios días, durante los cuales Vuffi Raa ajustó los motores y aprendió el idioma de su nuevo amigo, Lehesu de la especie oswaft de respiradores de vacío. Los oswafts habitaban en el interior de ThonBoka, llamada la Cueva Estelar, y tenían extraordinarias capacidades; pero se alimentaban de plancton interestelar que existía sólo dentro de la nébula y por eso nunca la abandonaban. Lehesu, un adolescente rebelde, había decidido explorar y a punto estuvo de morir de inanición.
Lehesu era poseedor de una altísima inteligencia abstracta pero pocas capacidades a nivel práctico: Aprendió el idioma de Calrissian en meras horas y poco después descifró la criptografía de la nave; pero le costaba entender que el Halcón no era una persona sino un artefacto tripulado por dos personas, porque su especie no tenía el concepto de artefacto.
Vuffi Raa tuvo una feliz idea: Construir una canasta de metal y plástico que Lehesu pudiese llevar a modo de mochila, y que contuviese un reciclador para que así Lehesu pudiese comer mientras viajaba; Vuffi Raa incluyó un transmisor por si Lehesu quería mantener el contacto. Lehesu, agradecido, abrazó a sus amigos (y al tanque), y quiso hacer algo por ellos. Vuffi Raa explicó que Lehesu podía generar objetos preciosos, incluyendo joyas y hasta cristales de vida, a partir de compuestos químicos, así que produjo un cargamento para el Halcón. Debido a la influencia negativa de Vuffi Raa (es decir, imitándole), Lehesu empezó a llamar "amo" a Calrissian, para disgusto de este último.
La vida continuó de forma normal para Vuffi Raa y Calrissian. Un asesino enviado por Gepta intentó matarles en un puerto espacial con granadas de fragmentación, y consiguió abollar a Vuffi Raa, pero el muy necio tiró la anilla y sostuvo la granada; confesó antes de expirar quién le había enviado. En un encuentro posterior, mientras Calrissian examinaba un contenedor de pasta de vitaminas que consideraba adquirir, alguien le empujó al interior hiriéndole en el brazo y el dedo del pie y, peor aún, estropeando un bonito uniforme; Calrissian sospechaba de los renatasios. Hubo dos bombas en el Halcón, batallas espaciales, una colisión con un caza en la rampa, y un encuentro con una nave pirata que se sorprendió de la ferocidad de la respuesta de Calrissian. Ya les digo, pura rutina.
Entonces el Halcón recibió una llamada de auxilio de Lehesu, a quien no veían desde hacía meses, emitiendo desde ThonBoka. El Imperio había detectado a Lehesu y había iniciado un bloqueo a ThonBoka con quinientos cruceros clase Carraca que contaminaban el plancton para así matar a los oswafts. El Halcón puso rumbo a ThonBoka en misión de paz, en un viaje que duraría unas setenta y seis horas. Una vez llegaron, Vuffi Raa observó que había naves camufladas, que el Halcón no podía ocultarse de los avanzados sensores imperiales, y que Calrissian no tenía todavía ningún plan. Entonces el crucero imperial Respetable dio el alto al Halcón y exigió abordarlo.
Calrissian afortunadamente tenía recursos para eso. Dejó a Vuffi Raa pilotando al Halcón y viajó él personalmente al Respetable para convencerles de que era un innovador comerciante interestelar que pretendía abastecer a las naves imperiales de tabaco, chocolate y otros suministros de baja prioridad que tendían a escasear en esas situaciones. La labia de Calrissian se ganó a unos cuantos oficiales y tripulantes cruciales, y así el minorista obtuvo permiso para visitar cruceros a lo largo de los siguientes días.
Mientras tanto, siguiendo las órdenes de su amo, Vuffi Raa trampeaba el armamento para que pareciese inoperativo y apagó las defensas navales (Calrissian había interiorizado las palabras de Vuffi Raa sobre cómo la violencia no es la primera alternativa). También eliminó veintitrés aparatos de espionaje que el Imperio había logrado colocar en sólo tres días.
Calrissian volvió al Halcón, saludó a Vuffi Raa como si éste fuese su esposa a modo de broma, y explicó la siguiente parte de su plan: Había conseguido acceso a un crucero más cercano a la entrada de ThonBoka, el Cortés. El plan era acercarse a él, y entonces desviarse a toda velocidad hacia la entrada de ThonBoka. El crucero les daría el alto y entonces abriría fuego. El Halcón debía saltar al hiperespacio para emerger dentro de ThonBoka, pero dejar atrás un cilindro lleno de restos de metal, sujeto a la popa, para que hubiese una explosión y restos de modo que los imperiales creyeran haber destruido el Halcón. Este plan funcionó.
Dentro de ThonBoka, Calrissian y Vuffi Raa se encontraron con Lehesu. Mientras se aclimataban a ThonBoka, los tripulantes del Halcón dieron algo de alimento a Lehesu de su bodega y después jugaron con Lehesu en el vacío durante unas pocas horas. Entonces Lehesu les llevó ante los líderes. Se cruzaron con otros osfwats que recriminaron a Lehesu su actitud de un modo tan sarcástico que incluso Calrissian, que no entendía el idioma oswaft, pudo entenderles. Vuffi Raa explicó a los oswafts que Lehesu estaba ayudando a su comunidad, pero los oswafts le desdeñaron y le llamaron insignificante. Después, escoltaron al grupo ante dos ancianos oswafts, Senwannus'gourkahipaff y Feytihennasraof.
Lehesu realizó las presentaciones, y Senwannus'gourkahipaff recriminó a los sicofantes oswafts su absurdo celo y su actitud. Entonces empezaron su reunión: Los ancianos oswafts eran suspicaces de los extraños que traían regalos. Calrissian tomó la palabra y explicó a los ancianos qué era un juego; de ahí subió al concepto de apuestas; y en seguida les convenció para que jugasen al sabacc. Vuffi Raa se ocupó de que todos tuviesen cartas virtuales; les gustó tanto que empezaron a tratar al Halcón con el protocolo debido a un anciano. Pronto Calrissian ganó cientos de millones de créditos, y entonces sacó al tema de que los imperiales iban a matarles y que a lo mejor había opciones.
Como habían pasado a un asunto más serio, Calrissian decidió subir al Halcón, pidió una cigarra a Vuffi Raa para fumar, y explicó que los oswafts podían dejarse matar, luchar, negociar o huir, todas ellas opciones que los ancianos descartaban. Entonces Calrissian les propuso extrapolar un concepto que ya les había enseñado: Farolear.
Vuffi Raa escaneó la frontera de la nébula y concluyó que los oswafts, capaces de viajar por el hiperespacio, no podían cruzarlo. Sin embargo, si conseguían salir de ThonBoka, podrían subsistir en la cercanía de la nébula, y también podrían ocultarse en los pliegues de la nébula. El farol consistía en convencer a los imperiales de que estaban destruyendo oswafts: Cuando las naves imperiales disparasen un rayo a un oswaft, ese oswaft saltaría al hiperespacio, dejando atrás unos restos generados al momento de un modo similar a cuando el Halcón entró en ThonBoka. Si golpeaban a las naves imperiales con los poderosos gritos de los oswafts, las podrían dañar, siempre que las naves no estuviesen escudadas en ese momento; y si saltaban al hiperespacio en el momento justo, las naves imperiales se dañarían unas a otras con sus propios disparos. La generación de restos podía también dar blancos falsos a los imperiales.
Vuffi Raa dedicó el tiempo disponible a poner a punto la nave para evitar fallos durante la batalla. En un momento dado, Calrissian se quemó una mano pero Vuffi Raa rápidamente se la apagó. Tuvieron tiempo de jugar unas manos de sabacc, y Vuffi Raa se alegró de ver a Calrissian disfrutar en esos momentos. Por otro lado, a los oswafts les costaba tanto entender ideas funcionales, que hubo que explicárselo cinco veces.
Los oswafts habían descifrado las comunicaciones imperiales e informaron a Calrissian y Vuffi Raa de que la flota esperaba la llegada de un líder en la nave Wennis. Calrissian conocía ese nombre: Era la nave de Gepta.
Aunque la flota imperial en la Centralidad respondía ante Gepta, éste no había sabido de la presencia del Halcón en su propio bloqueo hasta poco antes. Los espías de Klyn Shanga habían descubierto el Halcón, y Shanga se había aliado con Gepta porque ambos iban a por la tripulación de esa nave. Ambos planeaban traición: Shanga desconfiaba del Hechicero y comprendía que, una vez Vuffi Raa hubiese sido destruido, la Milicia Renatasia se enfrentaría a la flota imperial. Gepta por supuesto pretendía acabar con Shanga, una persona peligrosa, y su insubordinada e irrespetuosa Milicia; y de hecho traía un arma biológica para dispararla en un torpedo a ThonBoka, y que según él destruiría toda la vida en esa zona.
Buscando asesoría respecto a los alienígenas extraños, Gepta también reclutó al experto Osuno Whett, que se había operado para alterar su aspecto y ser más difícil de reconocer. Whett sabía que el desastre de Renatasia era su responsabilidad y que Shanga iría a por Whett de saberlo. Por eso Whett quería que Vuffi Raa fuese destruido, en tanto era un cabo suelto de un peligroso episodio de su pasado.
Poco antes de la inminente batalla, Vuffi Raa resolvía problemas en la naviconsola del Halcón y conversó con Lehesu sobre sus dudas morales: Ambos eran reacios a iniciar acciones violentas que pudiesen terminar vidas, sobre todo cuando Vuffi Raa convenció a Lehesu de que las capacidades oswaft eran asombrosas para otros seres y había posibilidad de victoria. Lehesu teorizó que la vida exigía cambio, y que si no podían adaptarse, serían eliminados.
Mientras el Wennis se mantenía en retaguardia, los renatasios entraron en ThonBoka con sus veintitrés hombres en cazas y su nave nodriza rodeada por éstos. Vuffi Raa los detectó y reportó a Calrissian. Cuando los reconoció, Vuffi Raa, decaído, se planteó si debería entregarse a ellos; Calrissian le quitó esas ideas de la cabeza y decidió sorprender al enemigo yendo directo hacia ellos.
Como de costumbre, Vuffi Raa pilotaba y Calrissian disparaba desde los cañones; contaban con la ventaja de que el Halcón tenía mejores escudos. Vuffi Raa controlaba armas secundarias desde la cabina y en la primera pasada destruyó a dos cazas enemigos. Calrissian en broma mencionó el pacifismo programado de Vuffi Raa, y el robot dejó de responder durante unos segundos, llegando a preocupar a Calrissian. Vuffi Raa se recuperó y concluyó que su conversación previa con Lehesu había sido suficiente para resolver su conflicto moral; así que, en la siguiente pasada, destruyó uno de los diecisiete cazas enemigos que les enfrentaban.
Los oswafts tomaron la iniciativa y se unieron a la batalla, enfrentándose a los cruceros enemigos sin esperar la señal de Calrissian. El plan era tan eficaz que la flota enemiga perdió un 11% de sus activos en quince minutos, durante los cuales el Halcón derribó otro de los cazas. Vuffi Raa intentaba pilotar alejándose de los cruceros Carraca porque él no podía maniobrar tan bien como los oswaft, pero no le fue posible evitarlo indefinidamente. Por suerte, para cuando entraron en el alcance de los cruceros, éstos habían decidido dejar de disparar por miedo a dañarse a sí mismos.
Entonces los imperiales detuvieron completamente su actividad y todos los cazas fueron convocados a sus hangares. El Wennis iba a intervenir, y Vuffi Raa lo detectó con sus sensores.
Gepta emitió una comunicación abierta ordenando la rendición enemiga, y una privada dirigida a Calrissian. En esta segunda, Gepta amenazaba con seguir lanzando recursos contra el sistema e hizo una demostración de su arma biológica destruyendo a un grupo de oswafts que incluía a Feytihennasraof y Senwannus'gourkahipaff; Gepta estaba listo para lanzar ese agente en ThonBoka. Pero también ofreció una alternativa: Un duelo a muerte en que Gepta y Calrissian se enfrentasen ellos solos. Si Calrissian ganaba, Gepta prometió en falso retirar la flota (En realidad, Gepta envió un correo con la orden de que, si él moría, la flota destruyese la vida en la nébula; pero Lehesu lo detectó y le interceptó).
En relación al duelo, Gepta estableció las condiciones: Lucharían en traje de vacío, en el espacio, a la vista de la flota y los oswafts. Gepta concedió a Calrissian un arma de mano y la ayuda de Vuffi Raa; él renunció a usar armas. Vuffi Raa pensó que quizá Gepta le creía aún dominado por su programación original que le impedía combatir, y que posiblemente Gepta ignoraba que Vuffi Raa podía mover los tentáculos a distancia. Nadie podría interferir, ni oswafts, ni imperiales; cuando un renatasio vio emerger a Vuffi Raa y despegó para ir a por él, fue a su vez destruido por un artillero de Gepta.
Gepta empezó el duelo disparando rayos de energía hacia Calrissian cinco veces; el tahúr supo esquivarlos todos. Mientras tanto, Vuffi Raa se ubicó sigilosamente detrás de Gepta. Gepta se dio cuenta de que Calrissian no atacaba porque planeaba algo, y se giró. Encontró los tentáculos de Vuffi Raa, separados de su cuerpo, que le rodearon e intentaron aferrarle. Gepta disparó a los tentáculos para quemarlos, pero éstos siguieron contoneándose hacia el mago. Entonces Calrissian disparó su stingbeam e impactó en la espalda de Gepta. El disparo atravesó el traje de vacío, emergiendo por el otro lado sin aparentemente afectar a Gepta, e incluso estuvo a punto de golpear el cuerpo pentagonal de Vuffi Raa.
Gepta se volvió hacia Calrissian y le disparó tres veces más. El último tiro hirió a Calrissian en el pie (afortunadamente el traje tenía un sistema de sellado y cuidados médicos básicos). Calrissian volvió a disparar y golpeó a Gepta en el centro del torso, de nuevo sin hacerle daño. Vuffi Raa agarró a Gepta por el cuello con un tentáculo, estrangulándole. Gepta forcejeó para intentar quitárselo, pero no lo consiguió.
Shanga observó el duelo y comprendió que Vuffi Raa era sólo un droide. ¡Cuán equivocado había estado! Oyó moverse una pinaza e investigó: Era Whett, que estaba despegando, según le contaba, para intentar destruir a la vez a Vuffi Raa, Calrissian e incluso Gepta. Shanga reconoció la voz y se dio cuenta de que había sido Whett desde el principio el responsable del desastre de Renatasia. Shanga dio a su escuadrón la orden de destruir la pinaza para vengar Renatasia, y prometió explicarlo todo si sobrevivían. La escaramuza fue tal que la pinaza chocó con el Wennis, destruyendo ambos y matando a Whett y a casi todo el escuadrón renatasio.
Esta explosión distrajo a los tres duelistas. Calrissian se recuperó el primero y disparó a Gepta, pero un escombro desvió su tiro y le hizo impactar en el tobillo de Gepta. Resultaba que Gepta era un diminuto croke que se ocultaba precisamente en la bota del traje de vacío, y usaba capacidades síquicas e ilusionismo para fingir ser un humanoide. Calrissian comprendió esto al ver cómo el traje parecía vaciarse como por arte de magia; él cogió entonces a la criatura en su mano y la aplastó. Lamentablemente, para entonces Gepta ya había causado graves daños a Vuffi Raa; el droide parecía inactivo.

Hay más en Vuffi Raa de lo que salta a la vista.
La flota imperial respondió a la muerte de Gepta disparando a los oswaft. Shanga abrió fuego contra los imperiales, dando a los oswafts un momento para retirarse. Entonces aparecieron cientos de miles de enormes naves ovaladas, de cincuenta kilómetros de diámetro, cruzando el borde supuestamente impenetrable de ThonBoka. Eran el Silentium, que venían a recoger a su joven explorador Vuffi Raa y llevárselo a su sistema de origen. Con una voz potente, ordenaron el alto el fuego por todas las frecuencias. El crucero imperial Recalcitrante abrió fuego contra esta amenaza, pero sus disparos no llegaron a impactar y la nave fue destruida al momento. El resto de la flota imperial decidió retirarse tranquilamente, y no volver nunca a terminar su misión genocida. El destructor Eminencia, presente en la flota, grabó el duelo y buena parte de los eventos subsiguientes hasta este momento, documentándolo para las generaciones venideras. Bueno, no tengo nada claro que el Imperio quisiese hacer pública esa información, pero ahora ya está.
El silentium individual conocido como El Uno se dirigió a Calrissian con humildad y respeto, y se unió a él llorando por la pérdida de Vuffi Raa. Explicó que el amigo de Calrissian era también hijo de El Uno. El Uno explicó los auténticos orígenes de su especie, una civilización de seres mecánicos inteligentes, y de Vuffi Raa, creado para explorar la galaxia y registrar nuevas experiencias que animasen su cultura. El Silentium consiguió resucitar a Vuffi Raa y convencerle para que volviese con su familia, a terminar su misión divulgando lo que había aprendido; para Vuffi Raa, era una necesidad fundamental porque había sido creado para ello. Calrissian no tenía problema en dar la libertad a un ser inteligente como Vuffi Raa.
Calrissian, realizando este primer contacto con una especie superpoderosa desconocida, decidió enseñar sabacc al Silentium (que después de todo quería aprender cosas nuevas útiles), y se sentó con ellos y Shanga. Mientras tanto, Vuffi Raa retomó una de sus actividades favoritas una última vez: Poner a punto el Halcón Milenario. Con una llave agarrada en un tentáculo y el cuerpo cubierto de grasa, reajustó los deflectores, dañados por los precisos disparos de Shanga. Cuando terminó, volvió con Calrissian e insistió en llamarle amo delante del Silentium, algo que el socorrano encontraba embarazoso.
Tras un triste adiós, Vuffi Raa se separó de Calrissian y partió con su parentela hacia su desconocido mundo de origen. Vuffi Raa le dijo que, si volvía a recorrer el universo después, sabría dónde encontrar a su amo: En el epicentro de los problemas. No es como si Calrissian fuese a volverse respetable, ¿verdad? Calrissian le pidió por última vez si podría dejar de llamarle amo, a lo que Vuffi Raa respondió:
"Vaya, supongo que sí, Lando. ¿Por qué no me lo pediste antes?".
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