EL SILENTIUM

Articulo creado por Skippy Farlstendoiro y maquetado por Al Noah, los xenobiólogos de SithNET
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El Silentium


 
"¿Vuffi Raa, cuántas veces te he dicho que no me llames amo?"
"Quinientas sesenta y dos veces, amo" (Lando Calrissian y su droide Vuffi Raa)

Vuffi Raa era el exótico droide de Lando Calrissian, copiloto del Halcón Milenario (aunque piloto de facto) y eventualmente* amigo de su amo. Desde el principio Calrissian comprendió que había más en Vuffi Raa de lo que saltaba a la vista; y el maestro farolero tenía razón al deducir cartas ocultas. Sólo después de múltiples aventuras salió a la luz el secreto de Vuffi Raa o, lo que es lo mismo, el enigma de una especie alienígena capaz de concebir a un ser así y sus motivaciones para ello. Veamos hoy a la especie alienígena extragaláctica llamada… el Silentium.

El Silentium era una especie alienígena inteligente de seres conscientes y perceptores que resultaban ser además droides. Infrecuente, pero viable: Hemos visto en el artículo sobre las Esquirlas que no todas las especies alienígenas eran orgánicas. En el caso de los silentia (Singular: un silentium; plural: dos silentia; nombre colectivo: El Silentium), los individuos eran droides inteligentes que se reproducían fabricando nuevos droides.

Esto hace difícil distinguir su biología, si podemos llamarla así, de aspectos culturales. Su civilización se centraba en tres números primos, a saber cinco, siete y once, y los silentia buscaban lo que denominaban simetría celestial.

A tal fin, los silentia se fabricaban sus propios cuerpos, buscando la perfección en sus formas. Los silentia considerados más sabios entre los suyos se construían cuerpos esféricos, porque consideraban que el círculo era la más santa entre las formas geométricas. Otros silentia eran pentagonales o heptagonales. Existían algunos silentia con formas caprichosas de inspiración menos matemática; por ejemplo, con una forma que homenajease el aspecto de la especie alienígena que había creado a sus ancestros.



Un silentium esférico.

A menudo eran seres de enorme tamaño: Las esferas silentia podían tener fácilmente cincuenta kilómetros de diámetro. Por supuesto, los silentia podían volar por el espacio y no necesitaban respirar.

Los silentia eran tal vez la especie más longeva de la galaxia. Debido a su inteligencia evolucionada de la artificial, podían anticipar eventos basándose en lógica y datos previos.

Los silentia tenían otras capacidades asombrosas, incluyendo la posibilidad de regenerar a un silentium que hubiese sufrido graves daños. No está claro si todos los silentia compartían todos estos dones.


Historia de los Silentium


 

El origen del Silentium se combina con leyendas, pero hay datos que se han podido confirmar:

Hace muchísimo tiempo, en otra galaxia, unos alienígenas inteligentes con forma de estrellas de mar desarrollaron una civilización y construyeron droides a su imagen y semejanza. No les interesaba el viaje espacial, así que no construyeron astronaves. Entonces una estrella cercana se convirtió en supernova, y la repentina tormenta de radiación exterminó a todos los orgánicos.

Los droides sobrevivieron y acabaron desarrollando inteligencia completa. Desarrollaron una cultura propia basada en números primos. Decidieron modificar sus formas para convertirse en esferas que viajasen por el espacio, y utilizaron fábricas para construir descendientes. Crearon una civilización de pulcritud, homogeneidad y orden.



Algunos silentia tenían forma pentagonal y cinco patas.

Fue Entonces cuando establecieron contacto con otra especie de droides inteligentes autoconstruidos conocida como el Abóminor. El Abóminor eran monstruosidades enormes, caóticas y maléficas, al menos para los estándares del Silentium. Los asimétricos abóminor y los regulares silentia iniciaron una brutal guerra cuyo fuego cruzado prácticamente aniquiló a todas las formas de vida orgánica de su galaxia, incluidos los yuuzhan vong (que desde entonces detestaron a los seres mecánicos y la tecnología).

Finalmente, los orgánicos de la galaxia se reagruparon para presentar un frente común. Eso les permitió contraatacar y desafiar al Abóminor y al Silentium a la vez. Quizá nunca hubiesen podido derrotar a ambas especies, pero fueron capaces de exiliarles de su galaxia.

El Silentium alcanzó otra galaxia y se asentó en una zona periférica del disco galáctico; la civilización local, centrada en el Núcleo, llamaba a ese territorio las Regiones Desconocidas porque no los había explorado. El Silentium exploró las estrellas en su zona del espacio, descubriendo que la vida orgánica escaseaba debido a que la mayoría de estrellas eran inestables, y reconstruyó su cultura de moderación extrema, ahora prácticamente sin interferencia.

El Silentium no se dejaba ver por otras especies, pero intentaba analizarlas para aprender. Tuvo un contacto en el planeta Dac: Los marinos mon calamarianos de Dac navegando las corrientes cercanas a su próspera ciudad Paseo de Espuma reportaron la aparición de una enorme bola metálica que bajaba del cielo, soltaba en el océano algo desconocido y después regresaba al espacio. Poco después, los pescadores locales atraparon en su red una forma de vida desconocida que fue bautizada nano-estrella: Se trataba de un droide pentagonal de unos cincuenta centímetros, con pequeños tentáculos metálicos que se extendían hacia fuera desde cada vértice. Era claramente un droide, con tornillos flexibles y largos en la placa corporal que se utilizaban para propulsar al animal por el agua; pero su microcircuitería sellada hidráulicamente desconcertaba a los expertos. Las nano-estrellas no parecían alimentarse, pero se protegían de predadores ionizando el agua con una corriente eléctrica aturdidora. Se cree que podían reproducirse, aunque no se sabía exactamente cómo. Dac había realizado un censo aproximado de millones de nano-estrellas en sus mares.

De todos modos, el Silentium volvió a una cultura tan monótona que hasta los silentia se encontraban aburridos. El más joven silentium, cuyo nombre podríamos traducir como El Uno, desarrolló un plan para obtener información nueva sobre la galaxia de forma segura: Construir un nuevo silentium, algo pequeño que no intimidase a las otras especies, y enviarle a explorar la galaxia y obtener información sobre otras formas de vida de forma discreta y no violenta. Después le recogerían y este nuevo influjo de datos aliviaría el estancamiento. El plan de El Uno, secundado por un silentium llamado El Otro, fue aprobado. Esta decisión no estuvo exenta de polémica entre el Resto: Los silentium, sólo vagamente emocionales creían que sus antepasados habían enloquecido y casi se habían destruido varias veces precisamente por sucumbir a las alteraciones del ánimo debidas a encontrar cosas desconocidas.

El Uno construyó entonces a una criatura con aspecto similar a los orgánicos que habían engendrado a sus ancestros y le llamó Vuffi Raa, aparentemente un número en la lengua de su especie. Vuffi Raa era una larva de silentium que podría crecer y convertirse en una enorme esfera cuando fuese mayor, si todo iba bien.



Un silentium construido a la imagen de sus ancestros.

Lamentablemente, Vuffi Raa se activó prematuramente durante su envío, borrando varias memorias preprogramadas lo cual le impedía conocer su propio origen e incluso su misión. Sin embargo, otras características, como su preprogramación que le impedía atacar a seres orgánicos, estaban arraigadas en su forma de ser.

Aparentemente, el Silentium no se lo jugó a una sola carta y construyeron otros seres como Vuffi Raa como parte del mismo experimento.

Durante siglos, Vuffi Raa viajó por la galaxia creyendo ser un mero droide y pasando de un amo a otro, sin que nadie se acercase a descubrir su auténtica procedencia. Al inicio de sus viajes Vuffi Raa encontró a Rokur Gepta, un teatral Hechicero de Tund que también ocultaba su genealogía: Gepta era un croke, del tamaño de un caracol, pero utilizaba aptitudes y trucos para simular ser un humanoide de talla normal.

Vuffi Raa también trabajó para el amoral xenoarqueólogo y espía Osuno Whett. Durante este periodo, Whett envió a Vuffi Raa a la redescubierta colonia de Renatasia para medir las capacidades de su mundo, lo cual permitió al Imperio Galáctico arrasar la civilización local. Los renatasios supervivientes, creyendo que Vuffi Raa era un orgánico, le culpaban de su ordalía y clamaban venganza. En ese momento, sin embargo, Vuffi Raa era un mero sirviente de Whett y no podía desobedecer sus órdenes… excepto una: Vuffi Raa nunca llamó "amo" a Whett, pese a que éste se lo exigía.

Manipulado por Gepta, Whett perdió a Vuffi Raa a los naipes en 4 abY ante el joven tahúr socorrano Lando Calrissian, capitán del Halcón Milenario. Gepta había ordenado a Whett hacer esto porque necesitaba una pareja del perfil de Calrissian y Vuffi Raa para una gesta en el sistema Rafa, buscando el legendario Arpa Mental de la desaparecida especie sharu. Gepta obligó a Calrissian a buscar el Arpa en su nombre, y Vuffi Raa fue reprogramado por el asociado de Gepta, el gobernador Duttes Mer de Rafa, para que traicionase a Calrissian y les entregase el Arpa. Aunque la gesta fue un éxito, el Arpa no hacía lo que esperaba Gepta, sino que despertó a la especie sharu y alteró el statu quo del sistema Rafa de un modo que Gepta, sediento de poder, no podía aprovechar. Gepta juró vengarse de Calrissian y a punto estuvo de matarle en el sistema Oseón, pero Calrissian fue rescatado por Vuffi Raa y por la oportuna aparición de la Milicia Renatasia, que había seguido el rastro de Vuffi Raa para intentar matarle por el desastre de su mundo. Vuffi Raa y Calrissian escaparon, pero poco después la Milicia Renatasia se alió con Gepta para perseguir al Halcón.

Vuffi Raa acompañó a Lando Calrissian a la Nébula ThonBoka para ayudar a los seres nativos, los poderosos pero ingenuos oswafts, a resistir un bloqueo imperial en misión genocida. Mientras tanto, el Silentium decidió que era el momento de recoger a Vuffi Raa y recabar la información, así que miles de silentia empezaron a volar a altísima velocidad, recorriendo posiblemente la cuarta parte de la galaxia en el proceso a unas velocidades que los físicos hiperespaciales habrían considerado absurdas.

Durante el bloqueo, Calrissian y Vuffi Raa se enfrentaron a Gepta. El Hechicero consiguió herir de gravedad a Vuffi Raa, apagándole de forma aparentemente absoluta. Calrissian mató a Gepta poco después, por vacía que fuese la derrota. La flota imperial reaccionó disparando contra los oswafts, aunque encontraron la inesperada oposición de la Milicia Renatasia: Los renatasios habían comprendido al fin que Vuffi Raa era inocente, y habían destruido a Whett en su lugar.

Estábamos en mitad de una batalla naval en el interior de una nébula cuyas fronteras eran teóricamente impenetrables. El Silentium las cruzó como si fuesen aire. Con voz atronadora a través de todos los canales de comunicación, el Silentium ordenó un alto el fuego omnilateral. El crucero Carraca imperial Recalcitrante respondió a la amenaza disparando. El Silentium detuvo el rayo láser sin problema, lo empujó hacia atrás y destruyó el Recalcitrante. El destructor Eminencia, presente en la flota, grabó buena parte de estos eventos en un documento que los historiadores agradecen (Bueno, y los conspiranoicos también). La flota imperial decidió retirarse entonces a pedir nuevas instrucciones; nunca volvieron a continuar su misión. A saber qué informe presentaron.

Mientras tanto, El Uno se dirigió a Calrissian y explicó el origen de su especie y de Vuffi Raa, en términos que la mente de Calrissian pudiese entender. Aunque Vuffi Raa realmente había muerto, los silentia consiguieron restaurarle; pero El Uno había conocido el dolor de perder a un hijo. Estaban evolucionando, estaban creciendo, y sabían que tenían mucho que aprender. Calrissian aprovechó la ocasión para ejercer de docente… y les enseñó a jugar al sabacc. Vuffi Raa se levantó y aprovechó la partida para reparar el Halcón: Era algo que le gustaba hacer y, como iba a partir con sus progenitores para transmitirles lo que había aprendido, no volvería a tocar la nave al menos en mucho tiempo. Vuffi Raa había encontrado su razón de ser, pues había sido creado para esto, y se creía incapaz de dejar de hacerlo. Después de un triste adiós, Vuffi Raa se fue con el resto del Silentium, rumbo a las Regiones Desconocidas.

Desde entonces, sobre todo cuando la bitácora del Eminencia se hizo pública, y considerando que Calrissian narraba la historia y sus aventuras con Vuffi Raa en sus memorias, ha habido múltiples avistamientos del Silentium y de seres de aspecto similares. Muchas de estas evidencias eran anecdóticas y podían explicarse de otras maneras, con la posible excepción de un avistamiento masivo por parte de cien mil testigos en el festival Priole Danna de Lamuir IV en tiempos de la Nueva República. Algunos, eh, poco escépticos tenían la teoría de que el Silentium observaba la civilización desde lejos con fines desconocidos.

En el año 14 dbY, sin embargo, los Silentium volvieron a la galaxia conocida: Lando Calrissian había tenido un encuentro con las patrullas del señor de la guerra imperial Foga Brill, déspota demente de Prakith. Calrissian decidió organizar una misión para derrocar a Brill, en la que lideró a un grupo irregular llamado los Comandos de Lando y a una flota de silentia del tamaño de cazas. Los comandos llevaron a Brill a una trampa, donde fue desintegrado por un rayo para gran regocijo de los prakithanos.

No se han confirmado más avistamientos de silentia.


Silentia Notorios


 

El Otro: El Otro era un silentium de cinco patas que habitaba en las Regiones Desconocidas con el Resto del Silentium.

La cultura del Silentium se había estancado, careciendo de nuevos datos e imprevistos. El más joven silentium, llamado El Uno, tuvo la idea de crear un explorador que recorriese la galaxia, interactuando con formas de vida de forma orgánicas de forma no violenta y recabando datos valiosos que después pudiese transmitir al Silentium. Esto reintroduciría el factor desconocido en su civilización, trayendo Cosas Nuevas. El Otro fue el primero en secundar el plan de El Uno; después, el Resto aceptaron la idea. El Uno creó la larva Vuffi Raa y la dejó suelta; otros sujetos similares fueron diseminados.

Siglos después, en 3 abY, El Uno habló con El Otro en el vacío del espacio. Llegaba el momento, decía El Otro, de ir a buscar a Vuffi Raa. El Uno estaba tan emocionado que empezó a usar figuras literarias; El Otro se dio cuenta de que su cultura estaba evolucionando, redescubriendo conceptos como el humor.

El Otro fue a buscar al Resto del Silentium, cientos de miles de seres metálicos. El Resto quería hablar con El Uno antes de partir a buscar a Vuffi Raa. El Uno era reacio a mantener una conversación porque no había nuevos datos que transmitir; pero El Otro convenció a El Uno para que lo hiciese, por el valor ceremonial del momento histórico y para acallar los miedos del Resto.

El Silentium había monitoreado las actividades de Vuffi Raa y sabía que el pequeño, creyendo ser un mero droide, estaba con su amo humano Lando Calrissian en una batalla en la nébula de ThonBoka, a un cuarto de galaxia de distancia. El Silentium podía alcanzar velocidades inimaginables para los humanos, pero aún así la distancia a cubrir era astronómica y llevaría un tiempo. El Otro expresó sus dudas a El Uno, en tanto que podrían no llegar a tiempo. El Uno observó que El Otro, tan poco emocional, se había vuelto impaciente. El Otro habló de su miedo al caos; El Uno le animó a aceptar que lo único inevitable era el cambio. Jocosamente, El Otro mencionó su deseo de cambio, concretamente de que El Uno cambiase para ser menos engreído. También dijo que El Uno, como padre de Vuffi Raa, debía responsabilizarse de su retoño larval, algo que pilló desprevenido a El Uno.

El Otro llegó a la nébula ThonBoka con el resto del Silentium. Para entonces, Vuffi Raa estaba aparentemente muerto y la batalla continuaba. El poder del Silentium, infinitamente superior al de una flota naval, terminó la batalla rápidamente, convenciendo a uno de los bandos para que se retirase. Después, el Silentium consiguió que Vuffi Raa se recuperase y que aceptase acompañarles de vuelta a las Regiones Desconocidas para compartir con ellos sus experiencias.

Lando Calrissian congenió con el Silentium y les enseñó a jugar al sabacc. El Uno y El Otro se unieron a Calrissian y al piloto renatasio Klyn Shanga para jugar unas manos. Durante la partida, El Otro empezó a explicar su filosofía sobre la integridad, pero Calrissian le interrumpió para que se centrase en el juego.

El Otro partió con Vuffi Raa, El Uno y el Resto hacia las Regiones Desconocidas. El Otro no ha vuelto a ser visto, o al menos reconocido, desde entonces.

El Uno: Este silentium era, para su cultura, una persona joven con la forma de una esfera metálica de cincuenta kilómetros de diámetro. Él no recordaba a los seres orgánicos que habían construido a los droides; El Uno había sido creado por otros droides después del desastre que había barrido a la civilización de sus arquitectos.

El Silentium había abandonado su galaxia de origen y se había asentado en las Regiones Desconocidas de otra galaxia. Allí, El Uno, por entonces el más joven de su especie, había pronosticado el estancamiento cultural de su especie y su posterior extinción. Cuando la cultura del Silentium llegó a ser tan conservadora como El Uno había dicho, siendo aburrida hasta para ellos, El Uno presentó un plan: Dejar su zona de confort para reintroducir el elemento aleatorio. Un silentium llamado El Otro secundó la moción y, más tarde, El Resto de silentia acabaron aceptando.

El Uno construyó un nuevo silentium larval a la imagen de sus extintos arquitectos y le llamó Vuffi Raa, aparentemente un número en su lengua. Vuffi Raa era un droide inteligente, programado para no iniciar la violencia, y con el propósito de reunir información fresca sobre la galaxia y las formas de vida que la habitaban, que más tarde reportaría al Silentium. Estos datos, creía El Uno, revigorizarían la cultura del Silentium introduciendo cambios.

El experimento empezó de forma movidita: Vuffi Raa fue iniciado en condiciones menos que óptimas y perdió varias partes de su memoria. El hijo de El Uno no recordaba su origen, pero retenía extraordinarias habilidades y programaciones. Durante varios siglos, Vuffi Raa pasó de un amo a otro, como si fuera un simple droide, y recopiló datos sin saber para qué lo estaba haciendo.

Siglos después, cerca de 3 abY, el Silentium decidió que se acercaba el momento de recuperar a Vuffi Raa y obtener la información; de hecho habían monitoreado parte de las aventuras de Vuffi Raa. El Uno y El Otro se reunieron para hablar de ello antes de avisar al Resto. El Uno se sintió emocionado por el inminente encuentro y con una metáfora explicó cómo ese sentimiento, nuevo para él, resultaba embriagador. El Otro encontró la metáfora jocosa, lo cual en sí mismo era otro sentimiento.

El Otro entonces fue a buscar al Resto (en este momento cientos de miles de silentia) y el Resto exigió dirigirse a El Uno. El Uno groseramente rechazó la conversación en tanto no había nueva información que intercambiar; pero El Otro le convenció de que aceptase por el valor ceremonial y quizá catártico. El Uno entonces habló al Resto y poco después, el Silentium empezó a recorrer la galaxia a velocidades inconcebibles para ir a buscar a Vuffi Raa en la nébula ThonBoka, donde el pequeño luchaba por su vida. El Otro se dirigió a El Uno durante el viaje, diciendo que dudaba que llegasen a tiempo de salvar a Vuffi Raa, y también que El Otro era escéptico sobre las ventajas de introducir este caos en sus vidas. El Uno estaba satisfecho con la introducción de los cambios, pero El Otro insistió en que deseaba un cambio concreto: Que El Uno fuese menos engreído.

Finalmente el Silentium llegó a la nébula ThonBoka, cruzando sus fronteras,en teoría impenetrables, para encontrar a Vuffi Raa estático, aparentemente muerto, en los brazos de su fiel amigo humano Lando Calrissian. También encontraron una enorme batalla espacial en que una flota de cruceros Carraca imperiales intentaba destruir a la forma de vida local, los oswaft. El Silentium ordenó detener los disparos; pero el crucero imperial Recalcitrante disparó contra el Silentium. El Silentium destruyó la nave con facilidad, animando al resto de los cruceros imperiales a retirarse (Por otro lado, el comandante imperial había muerto en la batalla poco antes). El destructor imperial Eminencia había grabado en su bitácora el encuentro con esta especie desconocida en un documento de gran valor histórico.

El Uno habló directamente a Calrissian y le dijo que era el padre de Vuffi Raa. Explicó los orígenes de su especie y que habían venido a recoger a su explorador. El Uno sintió el dolor de perder a un hijo, pero el Silentium consiguió restaurar a Vuffi Raa y devolver, metafóricamente, el calor a sus mejillas. El Silentium entonces pidió a Vuffi Raa que partiese con ellos para contarles sus experiencias; y Vuffi Raa no pudo negarse porque El Uno le había creado explícitamente para eso.

Calrissian aprovechó la ocasión para enseñar al Silentium el juego de naipes conocido como sabacc. El Uno y El Otro se unieron a Calrissian y al piloto renatasio Klyn Shanga para jugar unas manos. El Uno estaba especialmente contento con esta nueva actividad y sacó sabacc al menos una vez; pese a lo cual Calrissian le iba ganando con diferencia, tal vez porque El Uno aún no distinguía suerte de habilidad. El Uno también estaba satisfecho de ver que los oswafts habían aprendido que la sabiduría no sólo venía con los años.

El Uno volvió a las Regiones Desconocidas poco después junto con Vuffi Raa, El Otro y el Resto, para modificar su cultura. No se le ha vuelto a ver.


Vuffi Raa


 

Nos encontramos ante un droide multifásico de Clase Dos; esto es, un androide especializado en tareas de ingeniería, trabajo medioambiental y/o reparación y navegación avanzadas de astronaves. Un droide Clase Dos a menudo era comparable intelectual y hasta emocionalmente a un orgánico inteligente, con una inteligencia artificial creativa, pero artificial al cabo. En el caso de Vuffi Raa, todo esto era cierto, sin ser óbice para que Vuffi Raa sea también un alienígena.



Vuffi Raa.

¿Puede un robot ser un alienígena? ¿Puede una máquina ser una persona? Ya de entrada, este ser al que han llamado "pequeña aspiradora" tiene el impedimento de su aspecto físico de autómata, cubierto de cromium pulido. El núcleo de su cuerpo, del tamaño de un plato grande, era una placa pentagonal adornada sólo por un enorme y brillante fotorreceptor facetado rojo, sensor multiespectral que percibía infrarrojo y ultravioleta, en el centro de su cara superior, y que usaba como su ojo principal; otros sensores visuales más discretos estaban ocultos en la cara inferior del pentágono, junto con un vocabulador en miniatura.

Cada uno de sus ángulos tenía una esfera que conectaba el cuerpo a un tentáculo alargado, también de cromita, que podía ser utilizado como pierna o brazo. De forma cónica, el tentáculo se estrechaba hasta acabar en cinco subtentáculos del grosor de hilos, a modo de dedos, con un pequeño sensor óptico en cada palma. Cada dígito a su vez se subdividía a un nivel casi microscópico, dando al sujeto unos apéndices manipuladores casi imperceptibles, pero robustos como duracero. Además, el cuerpo podía enviar calor a sus extremidades, lo cual le permitía utilizar sus brazos como mechero o pequeño candil. Siendo el sujeto multidiestro, podía utilizar cualquier brazo con igual habilidad.

Los tentáculos podían separarse del cuerpo para ser controlados a distancia desde el núcleo; de tal modo que, como serpientes hábiles, los brazos podían reptar sobre cualquier superficie, cada uno realizando una tarea diferente. Aunque pudiese parecer espeluznante, y de hecho así era, innegablemente también era útil. Las capacidades de las extremidades articuladas permitían que el sujeto se inclinase en diversos ángulos o saltase hasta superar su altura habitual de aproximadamente un metro.

Nos encontramos por tanto ante una criatura parecida a una estrella de mar, pero con los colores metálicos de un droide y la capacidad de hablar. Entusiasta, alegre, fiel y muy remilgado, este droide respondía al extraño apelativo Vuffi Raa, que él (programación masculina, parece ser) decía era un número en el idioma de sus programadores. Le disgustaba que abreviasen su nombre sólo a "Vuffi".

La fuente de energía, prácticamente inacabable, era una pila de microfusión. Además de eso, el hardware de Vuffi Raa exigía la circulación de un espeso fluido para mantenerse lubricado, a modo de sangre; de hecho, en caso de que el caparazón de Vuffi Raa fuese perforado, este líquido podía coagularse para protegerle. En cuanto a su software, Vuffi Raa era un pacifista programado: Sus capacitadores no le permitían iniciar ninguna acción violenta. De forma inteligente, a veces Vuffi Raa permitía que un orgánico le golpease, sabiendo que su concha le protegería de todo daño y que la frágil carne del agresor sufriría daño.

Quizá el lector siga sin estar convencido de que estoy describiendo a un alienígena; Vuffi Raa parece un droide. Se confirmó, sin embargo, que Vuffi Raa era un miembro de la especie alienígena inorgánica extragaláctica conocida como el Silentium. Ahora bien, los silentia eran esferas metálicas de cincuenta kilómetros, nada parecidos a la supuesta estrella de mar de Vuffi Raa. Yo les explico:

Como he contado en la sección de Historia, los silentia habían sido inicialmente droides fabricados por unos seres con forma de polígono estrellado. Tras la extinción de esos creadores, los droides sobrevivieron y evolucionaron hasta obtener inteligencia, sensibilidad y una civilización propia. Ésta echó raíces en las Regiones Desconocidas de la galaxia, donde adoptaron una cultura tan conservadora y aburrida que ellos mismos comprendieron que se habían estancado.

El silentium decidió entonces construir varios nuevos individuos, entre ellos Vuffi Raa, para obtener información fresca sobre el resto de la galaxia de una forma que evitase encuentros violentos. Vuffi Raa en concreto fue construido por el silentium identificado como El Uno, con la apariencia de los arquitectos originales de la especie. Los silentia habían decidido que Vuffi Raa no debía conocer su propio origen, así que se aseguraron de que Vuffi Raa "despertase" en un cajón sin poder acceder a su memoria. Vuffi Raa achacó esta amnesia a las circunstancias: Su activación fue prematura durante un ataque pirata. A partir de entonces, Vuffi Raa registró valiosas experiencias para, algún día, compartirlas con el Silentium, incluso aunque él mismo no conocía su misión.

A lo largo de los siguientes varios siglos, Vuffi Raa fue tomado por un droide y pasó por docenas de amos, muchos de ellos insatisfechos, con los que viajó por cientos de sistemas estelares. Adoptó ciertos rasgos humanoides, incluyendo gestos, pero no conseguía acostumbrarse a los matices de las negociaciones humanas.

Durante el principio de sus viajes, Vuffi Raa fue descubierto por un alienígena croke que se hacía llamar Rokur Gepta, Hechicero de Tund. Aparentemente sus caminos se separaron para volver a juntarse en tiempos del auge del Imperio Galáctico. Gepta, por entonces un aliado del Emperador Palpatine, se hizo con el control de Vuffi Raa y decidió utilizarlo como instrumento para obtener poder.

Gepta entregó el droide a Osuno Whett, un enjuto humanoide de piel gris muy indeciso que trabajaba de antropólogo como ottdefa (un título académico equivalente a profesor) y, en secreto, como espía del Imperio. Whett mantuvo la propiedad de Vuffi Raa durante años.

En el año 13 abY, Whett, que ejercía de comerciante independiente, antropólogo, agente de inteligencia y espía, descubrió una colonia prerrepublicana perdida y olvidada en el sistema Renatasia de la Centralidad, orbitando una estrella amarilla mediana. Los descendientes de los emigrantes de Grizmallt tenían control sobre los ocho mundos del sistema, con al menos dos planetas habitados, pero carecían de viaje interestelar. El descubridor notó que la colonia había perdido el contacto con su mundo de origen y había revertido al barbarismo atrasado en una docena de generaciones; y también reportó al Imperio su descubrimiento porque esta clase de hallazgos eran recompensados.

El Imperio decidió que los recursos del sistema Renatasia debían ser explotados por intereses comerciales afines, pero antes de hacerse con él, pretendían analizar el sistema en busca de capacidades ocultas. El Imperio envió a Whett a hacer este análisis e iniciar la comunicación oficial con la civilización, usando a Vuffi Raa como su ayudante, algo que a Whett le resultaba frustrante porque el robot se negaba a llamarle amo. Whett a su vez reprogramó a Vuffi Raa y le disfrazó de orgánico para que fuese la cabeza visible. De ese modo, si algo salía mal, la culpa aparente sería de Vuffi Raa.

Algo salió mal, ¡y cómo!

Vuffi Raa fue enviado a la nación-estado Matilde, en el segundo continente más grande de Renatasia IV. Durante setecientos días, "el Delegado Jefe" Vuffi Raa y su "ayudante" Whett observaron el sistema, les proporcionaron avances tecnológicos (de importancia trivial), contribuyeron a crear un gobierno único del sistema y disfrutaron del trato de un huésped de honor, con desfiles dedicados a él. Vuffi Raa presidió banquetes formales, se dirigió a cónclaves internacionales y se fotografió con celebridades; rechazó las ofertas de patrocinar productos de consumo, pero su imagen no autorizada apareció en tiendas. Los renatasios esperaban que este primer contacto llevase al fin de la guerra y la miseria.

Whett mientras estimó las capacidades defensivas y económicas de los renatasios y concluyó que una invasión les unificaría. Para evitarlo, estimuló los enfrentamientos y dio indicaciones a los renatasios para que unificaran sus ejércitos; en realidad Whett estaba desmantelando parte de sus defensas. Vuffi Raa comprendió que el Imperio acabaría con la historia de Renatasia pero, como Whett no apreciaba la información que contradijera sus preconcepciones, sólo se lo dijo a Whett en el último día de su análisis, y aún entonces sabía que iba a ser inútil. Whett llamó a los imperiales inmediatamente después.

En el día setecientos uno, la Flota Imperial llegó al sistema Renatasia, entre vítores de los nativos. Entonces los imperiales exigieron el control, requisaron esclavos y recursos en concepto de impuestos, cerraron las escuelas, exigieron enseñar su idioma y quisieron el control del planeta. Las naciones renatasias presentaron resistencia ante la pérdida de sus derechos y libertados, incluso utilizando armas termonucleares. El Imperio reaccionó militarmente con tropas de tierra, en un intento de tomar los mundos intactos. La victoria imperial fue absoluta y brutal: Pese a que los imperiales tuvieron importantes pérdidas (93% de bajas en la primera oleada de sus tropas, 87% en la segunda y 71% en la tercera), dos tercios de la población renatasia, incluyendo civiles, fueron brutalmente ejecutados; los supervivientes resultaron diezmados por plagas y hambrunas. Los supervivientes de la tercera oleada de tropas subieron a Whett y Vuffi Raa a una lanzadera y los llevaron a la Centralidad. El Imperio decidió irse de Renatasia y olvidar el "incidente" para evitar propaganda negativa: Aunque la toma de Renatasia fue tan brutal como Caamas, no inspiró indignación en el Senado en buena parte porque el público apenas lo supo.

Los supervivientes no podían olvidarlo. Vuffi Raa por supuesto se avergonzaba de su papel, aunque no había podido impedirlo. Un grupo reducido de renatasios también habían sobrevivido y formaron una milicia, liderados por el soldado retirado y ex-granjero local Klyn Shanga, con el propósito explícito de vengarse del "Carnicero de Renatasia", Vuffi Raa (a quien no consideraban un droide). No eran los únicos: Casi todos los supervivientes de Renatasia odiaban a Vuffi Raa. La Milicia tardó una década en reunir dos docenas de viejos cazas con piezas de veinte civilizaciones, alrededor de un acorazado obsoleto al que se conectaban por cables. Los milicianos vengativos eran aventureros, soldados y policías retirados entre los que estaban Den Sait Glass, Glee Jun y el Coronel Kenow, y ninguno de ellos creía que Vuffi Raa fuese un robot.

Después de Renatasia, Whett fue contratado por el gobierno imperial del sistema Rafa para investigar a los nativos, los primitivos toka. Como cobraba con fondos imperiales, Whett creía estar trabajando para el nuevo gobernador, Duttes Mer; pero en realidad había sido contratado por el asociado de Mer, Gepta. Mer y Gepta buscaban un tesoro primitivo de una civilización perdida de Rafa, el Arpa Mental de los Sharu, que tenía supuestamente poderes extraordinarios de control mental a nivel sistema. Whett descubrió la leyenda toka que hablaba de cómo, algún día, el Portador de la Llave de la Supragente y su acompañante, el Emisario, con ayuda toka, obtendrían el Arpa y cambiarían el statu quo. Gepta consiguió la Llave en otro sistema; y después él y Mer buscaron el modo de forzar la profecía. Esto es, pretendían encontrar un Portador y un Emisario adecuados para que iniciasen el peregrinaje, que tenía pinta de ser peligroso.

Mer y Gepta decidieron que Vuffi Raa cubría el perfil de Emisario, pero Whett no se correspondía con el Portador de la leyenda toka; ni tampoco ellos mismos. Necesitaban encontrar un primo y liarle. Enviaron a Whett al sistema Oseón para que perdiera a Vuffi Raa en un juego de sabacc con alguien adecuado; y además Whett "se dejó" a Vuffi Raa almacenado en Rafa IV, de modo que el incauto tendría que viajar hasta Rafa, y una vez allí Mer y Gepta le intimidarían hasta convencerle para que hiciese su trabajo.

Sin que Gepta lo supiese, Mer reprogramó a Vuffi Raa para que no sólo fingiese ser el Emisario, sino para que, además, en cuanto su nuevo amo se hiciese con el Arpa, el droide le traicionase contactando con las autoridades de Rafa y le hiciese arrestar a la primera oportunidad. Mer incluso dio acreditación de seguridad al droide (algo infrecuente) para que la policía local le hiciera caso.

Nos ponemos en el año 4 abY y en Oseón 2795: Whett pierde a Vuffi Raa ante un joven piloto y tahúr socorrano venido de Espacio Hutt. El muchacho, un tal Lando Calrissian, recientemente había ganado un carguero coreliano, Halcón Milenario, había aprendido mal que bien a pilotarlo, y se había hecho enemigos, lo cual le incentivó a dejar Espacio Hutt para probar suerte en la Centralidad; el chico llevaba una vida movidita. El droide recién obtenido podría servirle de copiloto del Halcón (aunque en realidad Calrissian, que prefería los lujos de un crucero espacial, estaba planteándose vender la nave, y posiblemente también el robot).



Esquema de Vuffi Raa, droide exótico.

Calrissian viajó a Oseón, alquilando un droide Clase Cinco para aterrizar el Halcón, y recogió a su nueva propiedad en el depósito. Él nunca había visto nada parecido a Vuffi Raa y pronto comprendería que había más en ese droide de lo que saltaba a la vista. Vuffi Raa aspiraba a ser ayuda de cámara de Calrissian, pero su modo de vida no propiciaba esa asistencia y Calrissian se planteaba más bien hacerle pilotar el Halcón. Calrissian llevó al droide al Hotel Sharu.

Esa noche, el gobernador Mer hizo arrestar a Calrissian con cargos falsos, enviando a cuatro guardias de seguridad. Calrissian pidió ayuda a su robot, pero éste se hizo una bola y apagó las luces. Los agentes se llevaron a Calrissian ante el gobernador Mer y dejaron a Vuffi Raa en la Sala de Propiedades Confiscadas de la comisaría. Vuffi Ra protestaría más tarde por haber pasado la noche entre fardos de vegetables fumables ilegales y cestas rebosantes de armas blancas, aunque aprovechó para conversar con otros utensilios que le informaron sobre las morbosas estadísticas locales de crímenes violentos.

Mer y Gepta intentaron intimidar al jugador para que buscase el Arpa Mental para sus fines; mas Calrissian era difícil de impresionar, aún cuando la gente de Mer había saboteado el hipermotor del Halcón. Calrissian aceptó la misión, y la Llave como instrumento para ésta, a cambio de una recompensa en la forma de un cargamento de valiosos cristales de vida, que sólo se cultivaban en el sistema Rafa.

Calrissian recuperó a Vuffi Raa y le recriminó por su incapacidad para la violencia; Vuffi Raa argumentó de forma lógica que la agresividad no era la única aptitud deseable en un compañero, y Calrissian tuvo que admitir que Vuffi Raa tenía una actitud agradable. Juntos se embarcaron en la caza del tesoro.

Vuffi Raa, en un intento de demostrar su valor y evitar así ser vendido, intentó colaborar proponiendo ideas. Les convendría, dijo, tener más información sobre los sharu, pero los toka, supuestos principales expertos, eran seres primitivos y sumisos sin comunidades o apenas cultura. Aunque Vuffi Raa era partidario de la investigación bibliográfica en archivos, Calrissian sin embargo decidió investigar en bares, donde los toka a menudo trabajaban de limpiadores. Allí, Calrissian posaría la Llave sobre su mesa para ver si atraía la atención de los toka. Vuffi Raa encontraba su planteamiento heterodoxo, pero, ¿quién era el amo y quién el droide?

Vuffi Raa no pudo acompañar a Calrissian en sus dos primeros intentos: El primer bar, Pirámide Poli, no permitía el acceso a los droides, y Calrissian estuvo tres cuartos de hora dentro. El segundo bar permitía dejar droides sólo en una sala de espera, y ocupó una hora a Calrissian. Vamos a reconocer que los droides no tienen reputación de consumir muchas bebidas alcohólicas y sin embargo ocupan espacio.

Mejor suerte tuvieron ambos con un local de clase obrera que Calrissian había visitado antes de recoger a Vuffi Raa, el Reposo del Piloto. En primer lugar, los droides eran bienvenidos, y Vuffi Raa conversó con el camarero. Calrissian mientras tanto observó que el anciano barredor toka frecuentaba más su mesa, pese a lo cual Vuffi Raa, trayendo a su amo bebida, insistía en que la biblioteca habría sido mejor opción.

Entonces sucedió algo con pocos precedentes: El toka hizo venir a otro toka de más categoría, Mohs, Alto Cantante de los Toka, para enseñarle al Portador de la Llave; y Mohs incluso empezó a hablar con el Portador de la Llave. Calrissian hizo callar a su droide mientras intentaba averiguar qué podía haber de verdad en las pintorescas leyendas musicadas de Mohs; y finalmente decidió reclutar a Mohs para que les acompañase en un peregrinaje para usar la Llave.

Las cosas iban demasiado bien: Un corpulento humano armado llamado Jandler entró en el local enfurecido, criticando a Calrissian por asociarse con un "sucio toka" y un "droide ladrón de empleos" (su descripción). Vuffi Raa advirtió a Calrissian; y el camarero explicó que Jandler había sido el anterior propietario del local y que había intentado incluir una cláusula en el traspaso para restringir el acceso; el nuevo dueño, sin embargo, respetaba la ordenanza anti-discriminación del sistema. Jandler se puso violento, golpeó al camarero y, tontamente, dio una patada al metálico Vuffi Raa. Por cierto, Jandler era uno de los policías que había arrestado a Calrissian.

Jandler quedó aturdido por sus propios actos, así que Calrissian intentó convencer a Vuffi Raa para que atacase al hombre. Vuffi Raa no actuó, pero Jandler desvió su atención hacia el droide, permitiendo que Calrissian le noquease de un sillazo. Eso le ganó vítores de la clientela, pero también dio ocasión a Mohs para intentar robar la Llave y huir a pie. Calrissian atrapó a Mohs mientras Vuffi Raa le daba indicaciones que el tahúr no podía oír.

Calrissian perdonó a Mohs su indiscreción (pero pidió a Vuffi Raa que instalase trampas en la Llave para impedir más hurtos) y decidió que los tres pusiesen rumbo al puerto espacial. Vuffi Raa y Calrissian fueron en un bus flotante; Mohs quiso ir por su cuenta y de algún modo cubrió los diez clics en menos de los diez minutos que llevó al bus, y congregó a centenas de tokas para que festejasen el evento con cánticos a las estrellas. Afortunadamente la turba no quería acompañarles en la nave. Vuffi Raa acompañó a Calrissian y a Mohs a bordo, y Jandler les saludó al pasar, en tanto él era el policía asignado por Mer para subir el cargamento acordado a la nave.

En cuanto abordaron, Vuffi Raa quiso comprobar cómo había sido manipulado el hipermotor, y se horrorizó al ver el holocausto hecho en el hardware, demostrando una envidiable empatía; Calrissian encontró que Vuffi Raa era muy humano para ser un droide. Vuffi Raa intentó ya no arreglar la máquina, sino curarla. Después se reunió con Calrissian y hablaron sobre la improbable frecuencia con la que se encontraban a Jandler y sobre cómo Gepta les había elegido aposta porque cumplían los requisitos de la leyenda.

Vuffi Raa dedicó la noche a limpiar la zona del hipermotor, y despegó poco después de amanecer. La torre de control del puerto de Teguta Lusat felicitó a Calrissian, y Vuffi Raa transmitió el mensaje. Siguiendo la indicación a Mohs, pusieron rumbo a Rafa V, tras lo cual Vuffi Raa y Calrissian hicieron que Mohs repitiese las estrofas de sus canciones que sugerían que el Arpa estaba en ese planeta.

El viaje espacial no estuvo totalmente exento de incidencias: Mientras Calrissian dormía y Vuffi Raa charlaba con Mohs, el casco del Halcón fue impactado por lo que Vuffi Raa después identificó como una temprana nave espacial sharu. Los sistemas automáticos del Halcón evitaron que el accidente tuviese efectos graves más allá de la bronca que Calrissian echó a Vuffi Raa por no activar escudos a tiempo.

Vuffi Raa aterrizó el Halcón en Rafa V, un modo levemente más inhóspito que Rafa IV y que se había dedicado principalmente a construir una prisión donde los condenados recolectaban cristales de vida; pero donde también estaba la más grande pirámide dejada por los sharu. Vuffi Raa se aseguró de que el grupo llevase suficiente agua antes de salir; Calrissian, en broma, dijo que el aburrimiento les mataría antes que la sed. Entones aparecieron flechas que también podrían ser un factor para matarles.

Resultó que una horda de agresivos toka, compinches de Mohs armados con algo parecido a ballestas, atacaron al grupo. Vuffi Raa quedó como un alfiletero y se desconectó, pero las tradiciones toka prohibían atacar directamente al Portador de la Llave o cogerle la llave. Mohs hizo que llevasen a Calrissian hasta un huerto de cristales de vida, donde le dejarían atado durante toda la noche. Las inclemencias del lugar bastarían para que Calrissian muriese. Ahora bien, no dejaron vigilancia y Calrissian consiguió soltarse de sus ataduras por sí mismo. Calrissian dedicó su pensamiento entonces a Vuffi Raa, a quien dio por muerto, y al que consideró su mejor y más fiel amigo.

Por supuesto, Vuffi Raa sobrevivió a este desastre gracias a sus extraordinarias capacidades de auto-reparación. En cuanto estuvo algo recuperado, se quitó una flecha, y cuantas más se quitaba, más rápido mejoraba. Pronto estuvo en condiciones de moverse y, abollado, remendado y agarrotado, decidió subir a los mandos del Halcón para rastrear a su amo.

Encontró a Calrissian en un speeder humeante; él acababa de tener un encuentro con Jandler y sus sicarios, y les había derrotado. En cuanto Calrissian subió al Halcón, Vuffi Raa empezó a tratar sus heridas físicas con un gel (aunque Calrissian se opuso a que el droide le limpiase las orejas) y al mismo tiempo mantuvo vigilados a los prisioneros, dándoles a entender que podía atacarles con lanzallamas. Para librarse de sus presos, Calrissian los metió en burbujas inflables y los lanzó a la órbita, donde pasarían días; Vuffi Raa estaba orgulloso de la piedad mostrada por su amo.

Calrissian meditó cómo encontrar a Mohs, para lo cual escuchó las propuestas de Vuffi Raa; el droide fue poco útil, en tanto la mente orgánica no era su especialidad. Calrissian especuló sobre las pirámides y encontró a Mohs, cuya fe quedó renovada al ver el triunfo del Portador. Mientras Calrissian hablaba con Mohs, Vuffi Raa detectó el regreso de la tribu agresiva; Calrissian convenció a Mohs para que ordenase su retirada.

Habiéndose reconciliado Calrissian con Mohs, ambos fueron junto con Vuffi Raa a la entrada de una pirámide de cinco lados, la más grande del sistema, que según la creencia toka era accesible sólo con la Llave. La entrada estaba enterrada bajo un montón de arena que Vuffi Raa se ofreció a mover rotando sus tentáculos. Una vez hecho esto, el siguiente obstáculo era cómo introducir la llave: Las propiedades multidimensionales de la cerradura hacían confuso siquiera mirar en esa dirección; y las tradiciones de Mohs no detallaban cómo llevar a cabo ese punto. Calrissian pidió consejo a Vuffi Raa, pero éste tampoco tuvo ideas y aprovechó para quejarse porque necesitaba lubricante y desde el evento de las flechas ya no estaba totalmente sellado. Calrissian intentó entonces meter la Llave a tientas de varias maneras.

Uno de los movimientos de Calrissian tuvo un efecto imprevisto: Vuffi Raa, que estaba a diecisiete centímetros del muro exterior, repentinamente desapareció y fue transportado al interior de la pirámide en solitario. La tecnología sharu había identificado a Vuffi Raa como un aparato que debía ser programado y reparado, así que le transportó a un corredor rectangular de cinco por cincuenta metros, con el techo a kilómetros de altura (o eso creía Vuffi Raa; su radar Doppler no detectaba el techo, aunque podía percibir ecos). Vuffi Raa decidió esperar 15.835 segundos antes de moverse, momento a partir del cual exploró las cámaras durante 10.369 segundos. No encontrando a nadie, Vuffi Raa se detuvo para descansar y reconsiderar sus opciones, principalmente porque estaba poniéndose nervioso y no quería reconocer que probablemente había avanzado en círculos. Sintió gran desánimo 99.371 segundos después de su entrada en la pirámide. Finalmente, encontró extraños objetos a modo de contenedores que no eran tan impenetrables como las paredes y por los que podía meter un tentáculo. Para entonces llevaba más de un día dentro de la pirámide.

Mientras tanto, Calrissian y Mohs habían sido también teleportados a la pirámide y habían tenido importantes cambios. Al menos uno de ellos había cambiado de tamaño, aunque no estaban seguros de cuál, y Mohs se había vuelto extraordinariamente inteligente y civilizado.

Calrissian encontró entonces a Vuffi Raa, que para su escala medía sólo tres milímetros; primero le tomó por un pequeño animal, pero al cogerle en su mano le reconoció. La comunicación era difícil: La voz del humano era atronadora para el robot, pero éste podía entenderle gracias a la tecnología; y, tras unos intentos, Vuffi Raa consiguió adaptar su voz a tonos que Calrissian pudiese percibir. Ante la confusa situación, Vuffi Raa, fascinado por la mano gigante, preguntó a Mohs (con Calrissian como intermediario) si sus leyendas hablaban de esto, pero no era el caso; y Vuffi Raa tenía muchas dudas sobre las consecuencias de que un orgánico cambiase de tamaño (y tampoco parecía que todos hubiesen estado un tiempo comparable dentro de la Pirámide). Para facilitar el transporte, Calrissian se puso el minúsculo robot a modo de pendiente en una oreja. Eso permitía a Vuffi Raa usar sus sensores para detectar cambios de nivel y advertir a sus compañeros.

El grupo exploró la pirámide durante lo que consideraban horas, con Vuffi Raa teorizando que estaban en el subsuelo, en los estratos geológicos donde se había originado la vida planetaria. Los precisos sensores de Vuffi Raa le permitieron percibir colonias celulares detalladas y él se explayó hablando de paleontología mientras sus compañeros le ignoraban.

Calrissian observó que estaban entrando en una galería artificial construida seguramente por los antiguos sharu para mostrar una exposición histórica; él teorizó que las canciones toka no mencionaban esto, pero guiaban a los peregrinos para que pasasen por allí. Vuffi Raa confirmó que los muros mostraban la evolución de las especies, e incluso se excitó al ver imágenes de criaturas pentápedas similares a sí mismo. Vuffi Raa y Mohs empezaron a debatir sobre si los antiguos sharu serían los constructores de Vuffi Raa; mientras, Calrissian se quedó dormido.

Lo que sucedió entonces resulta tan increíble como el resto de la epopeya. Vuffi Raa reportó que Calrissian había dormido durante un día y, en ese tiempo, todo, túnel y orgánico, empezó a encoger salvo el propio Vuffi Raa (aunque parecía más probable que el robot estuviese creciendo, pero no era el caso). Además, Mohs desapareció junto con los recuerdos que Vuffi Raa tenía de Mohs. Cuando Calrissian despertó, no consiguió convencerle de que hubiesen tenido un compañero toka en algún momento.

Calrissian decidió utilizar su baraja de naipes para ordenar sus ideas, usando los estímulos aleatorios a modo de cartomancia (algo que por supuesto Vuffi Raa consideraba un disparate). Vuffi Raa le siguió la corriente opinando al respecto cuando Calrissian le preguntaba. La penúltima carta levantada sugería traición, y Calrissian preguntó a su robot si éste iba a traicionarle; pero Vuffi Raa no confesó sus planes.

Tras este episodio, Vuffi Raa observó un gran salón del tamaño de un hangar militar, con un altar gigante donde reposaba el Arpa. Caminaron hacia allí, haciendo mínimo caso a las imágenes talladas en los muros. Vuffi Raa centró su atención en las características arquitectónicas, buscando posibles trampas. Durante este paseo, Calrissian y Vuffi Raa recuperaron sus proporciones normales… que no eran ergonómicamente adecuadas para el pasillo: Calrissian tenía que avanzar a cuatro patas.

La inteligencia artificial de la Pirámide tronó con voz incorpórea y les instó a que contemplasen la exposición; pero Calrissian no se amedrentó y siguió adelante, incluso exigiendo explicaciones a la Pirámide. La Pirámide reconoció que había provocado los cambios de tamaño siguiendo su programación para explicar a los peregrinos la cultura sharu. En todo caso, Calrissian seguía queriendo coger el Arpa y entregársela no a Mer como proponía Vuffi Raa, sino a Gepta que posiblemente estaba al mando. También aprovechó la tecnología de cambio de tamaño de la Pirámide para coger el Arpa en condiciones que de lo contrario habrían sido imposibles. Con el Arpa en su bolsillo y Vuffi Raa a su vera, Calrissian hizo que la Pirámide les permitiese salir.

Pero no emergieron en Rafa V como esperaban, sino que habían sido transportados a la capital del mundo vecino Rafa IV en pleno día, cuatro meses después de partida (cuando ellos dos no habían envejecido dos meses ni de lejos). Vuffi Raa rápidamente buscó un policía e hizo arrestar a Calrissian por orden del gobernador. Calrissian insultó al robot. El policía, ante la inusual situación, comprobó la acreditación del droide y confirmó la medida con su cuartel general; el tahúr intentó escapar, Vuffi Raa avisó al policía, y éste usó su arma para detenerle.

Calrissian fue llevado ante Mer, sin Vuffi Raa. Mer le explicó los detalles de su plan, incluyendo cómo había reprogramado a Vuffi Raa, y también que Gepta se había impacientado y había viajado a la órbita de Rafa V en su propia nave. Eso permitía a Mer quedarse el Arpa para sí. Tras jactarse, hizo llevar a Calrissian a la colonia penal del planeta para que fuese "procesado" al día siguiente. Mer después se comunicó con Gepta para burlarse de él y decirle que tocaría el Arpa; no dio importancia a que Vuffi Raa estuviese presente.

El codicioso gobernador Mer empezó a tocar el Arpa, esperando obtener control mental sobre las personas del sistema. En vez de eso, provocó terremotos en todo el planeta, y después en el resto de mundos. Siguiendo el plan de los sharu, el Arpa liberaba las antiguas inteligencias de la especie sharu, que habían ocultado en los cristales de vida, y derribaba las pirámides omnipresentes en todo el sistema para mostrar las antiguas ciudades sharu en su interior: En tiempos antiguos, los sharu había decidido ocultar su civilización y su conocimiento, transformándose en los primitivos y sumisos toka, para escapar de una terrible amenaza; pero la activación del Arpa era la señal de que la amenaza había pasado (porque ninguna civilización podría encontrar el Arpa mientras el peligro continuase) y que podían recuperar su antiguo poder. Los sharu despertaban. Calrissian comprendió esto; Mer se resistía a creerlo, y siguió intentando tocar.

Vuffi Raa también sabía que Mer estaba tocando y quiso hacer algo al respecto: Concretamente, liberar a su amo Calrissian. Primero Vuffi Raa confirmó que Mer había hecho llevar el Halcón de regreso a Rafa IV en su ausencia, y después reparó el hipermotor de la nave. Pese a no ser humanoide, Vuffi Raa se disfrazó de policía con casco y se llevó al prisionero, alegando un interrogatorio sobre un caso de policías varados en Rafa XI cuatro meses atrás. Vuffi Raa tomó un vehículo y condujo a Calrissian hacia el puerto, explicándole que Mer estaba usando el Arpa. El robot aún creía erróneamente que el Arpa tenía capacidades de control mental, pero Calrissian le contó su teoría (que era cierta).

Mientras la ciudad de Teguta Lasat se sacudía por terremotos, Vuffi Raa conducía hacia el puerto espacial. Un policía amenazó con dispararles tomándoles por saqueadores, pero el terremoto no le permitió apuntar y Calrissian le quitó la pistola. Calrissian y Vuffi Raa alcanzaron el Halcón y vieron a Mohs esperándoles en la rampa (Aparentemente Vuffi Raa no tenía problemas con Mohs y ya le recordaba; o alternativamente ni siquiera podía percibir la presencia de Mohs).

Mohs les permitió entrar, con una actitud mucho más altiva, e incluso les ofreció su ayuda en pago por la ayuda que ellos habían dado a Mohs antes. Vuffi Raa inició los procesos de vuelo mientras Calrissian hablaba con Mohs, recriminándole sus actos. Mohs se quedó en Rafa cuando el Halcón despegó.

Antes de irse del sistema, el Halcón pasó sobre las ruinas del edificio del gobernador y tuvo una escaramuza con el caza en que volaba Rokur Gepta. Calrissian pilotaba y venció en ese enfrentamiento porque él prestaba atención a los escombros de edificios, y Gepta no: Un obelisco explotó cerca del caza del mago, dañando su nave. Mientras el Halcón escapaba a otro sistema, Gepta quedó atrás en Rafa, jurando venganza. Para entonces, Mer había sido destruido por el Arpa.

Los sharu tomaron el control del sistema Rafa, cerrando las fronteras prácticamente de la noche a la mañana. El Imperio reaccionó bloqueando el sistema, pero no invadiéndolo. Todo esto benefició a Calrissian: Su cargamento de cristales de vida iba a ser el último en mucho tiempo, y eso le permitía venderlo muy caro; obtuvo casi un cuarto de millón de créditos. Además, después de esta aventura, Calrissian y Vuffi Raa intimaron rápidamente y se volvieron excelentes cómplices, ayudándose mutuamente en sus aventuras.

Calrissian decidió regresar a Espacio Hutt y se asentó en Nar Shaddaa, donde compró un negocio de astronaves usadas a un duro. Vuffi Raa se convirtió en el ayudante de Calrissian en esta nueva empresa; pero, pese a la muy capaz ayuda del droide, llevar esta tienda era caro y difícil, y Calrissian pronto se estaba planteando venderla por menos de lo que había pagado, para recortar pérdidas.

Los amigos de Calrissian en Nar Shaddaa, entre ellos Roa, Han Solo y Mako Spince, le percibían sin embargo como un hombre próspero. Solo visitó a Calrissian para comprarle una nave; Vuffi Raa recibió a Solo e intentó impedirle entrar porque no se admitían visitas; pero el compañero de Solo, el enorme wookiee Chewbacca, asustó a Vuffi Raa con un rugido.

En ese encuentro Solo arrendó a Calrissian un carguero SoroSuub modificado que llamó Bria, y que empezó a mostrar defectos al cabo de una semana. El estabilizador de popa falló en el primer vuelo, pero Vuffi Raa se ofreció a arreglarlo. Había muchos más fallos, pero Calrissian se negó a pagar todas las reparaciones por las condiciones del acuerdo. Después de eso, Solo se buscó otro mecánico, y se fue con la idea de que Vuffi Raa era el principal piloto del Halcón.

El Moff, o gobernador militar imperial del Espacio Hutt, Sarn Shild, recibía presiones para acabar con las actividades criminales de los hutts, y amenazaba con un ataque militar contra Nal Hutta, el mundo de los hutts, que era orbitado por Nar Shaddaa. Los hutts sin duda defenderían su planeta, pero la flota imperial podía tomar represalias contra el más débil Nar Shaddaa. Los espías de los hutts, incluido Solo, descubrieron que el almirante imperial encargado del ataque, Winstel Greelanx, tenía instrucciones de diezmar Nar Shaddaa pero no dañar demasiado Nal Hutta. Solo y otros carismáticos líderes contrabandistas de Nar Shaddaa, incluido Calrissian, intentaron organizar a los contrabandistas locales para presentar una defensa organizada contra la invasión. El plan de Solo incluía usar cargueros de supuestos refugiados para atraer las naves imperiales hasta una zona de basura espacial, donde otras naves contrabandistas les podrían emboscar.

Afortunadamente había tiempo de preparar una cierta defensa. Como Vuffi Raa no podía disparar contra blancos vivos, aceptó pilotar el Halcón, con Calrissian como artillero. Los otros pilotos de Nar Shaddaa nunca habían visto a un droide pilotando una nave así en solitario, pero le dieron el beneficio de la duda. Vuffi Raa también estuvo presente cuando Calrissian y el mecánico maestro Shug Ninx instalaron una nueva torreta en la popa estribor del Halcón, y asistió a la reunión en que explicaron la estrategia. En ésta, los líderes explicaron que contaban con la ilusionista Xaverri para que generase una imagen falsa de una flota de naves hutts para asustar a los imperiales, y Solo explicó que conocían la composición de la flota y que, si dañaban un acorazado o un crucero pesado, el protocolo imperial exigía retirarse.

El Halcón estaba entre las naves de señuelo; y trabajaría en conjunto con la nave Corredor del Borde de Ninx y sus compañeros Rik Duel y Salla Zend. Cuando empezó la batalla, Vuffi Raa impresionó favorablemente a Zend con sus habilidades de pilotaje y con su educación, llamándola Lady Salla.

Al fin el Halcón atacó a las naves enemigas, siguiendo las indicaciones de Zend. Duel intentó aprovechar la comunicación para cortejar a una nada interesada Zend; Vuffi Raa tuvo que interrumpirles porque llegaba un enemigo: El crucero clase Guardián Guardia de Lianna, una nave tan rápida y maniobrable como ellos mismos. El Guardia lanzó sus lásers contra el Corredor y esquivó los disparos de respuesta.

Vuffi Raa advirtió entonces de que tres cazas TIE enemigos se acercaban. Zend no los vio a tiempo y recibió otro impacto. Calrissian y Ninx dispararon con precisión, destruyendo un TIE; pero los otros TIEs empezaron a vapulear al Corredor. En la confusión, perdieron de vista al Guardia, que flanqueó a las naves y disparó desde el flanco mientras Calrissian destruía otro TIE. Sin embargo, cuando el Guardia se puso en la popa del Corredor, las nuevas torretas ocultas de Ninx se dejaron ver y lanzaron dos misiles de impacto, destruyendo el Guardia.

Durante los siguientes minutos de la batalla, el Halcón y el Corredor destruyeron otros dos cruceros Guardián. Entonces Spince ordenó la retirada supuestamente desorganizada siguiendo el plan. El caos subsiguiente dejó al Halcón, al Corredor y al Bria, alejados de la lucha: Para reunirse con el resto de la flota defensora, tendrían que cruzar toda la flota imperial. Iniciaron una formación en grupo con ese fin, y entonces apareció la ilusión de Xaverri. Solo incorporó esa ventaja a su plan: Propuso un microsalto hiperespacial de dos segundos para aparecer literalmente dentro de la ilusión y disparar a los imperiales desde allí, ayudando a convencer a los imperiales de la veracidad del engaño. El plan no estaba exento de riesgos por los campos gravitatorios de la tecnología usada; pero Vuffi Raa estaba seguro de poder computar las coordenadas adecuadas.

El Halcón y el Corredor siguieron al Bria disparando al acorazado más cercano a babor, Pacificador. El capitán de éste, Reldo Dovlis, estaba a punto de concluir que estaban ante un holograma precisamente porque no estaban recibiendo disparos, ni consiguiendo dañar ninguna nave, así que el audaz plan de Solo fue decisivo.

Finalmente, cuando un acorazado imperial fue destruido y hubo otros daños considerables, Greelanx ordenó la retirada aún teniendo posibilidad de ganar.

Tras esta victoria, Calrissian hizo recuento. Había donado su inventario de la tienda para la batalla, y le quedaba menos de un 10% de naves en condiciones de volar. Desanimado por su fracaso empresarial, Calrissian decidió vender el 90% la tienda, con pérdidas, a su amigo Roa, y después volver al espacio. Quería ir al campeonato de sabacc de Ciudad Nube, pero no tenía suficiente dinero para la cuota de admisión.

El siguiente plan de Calrissian fue volver a la Centralidad con Vuffi Raa y usar el Halcón como comerciante en la Carrera Falko, pero las tarifas de importación y licencias de ventas, por no hablar de costes de mantenimiento, atraque y sobornos, se comían su margen de beneficio. Calrissian decidió que no se le daba bien esa actividad. Cien veces ofreció Calrissian dejar libre a Vuffi Raa por no ser el dueño de otro ser inteligente; pero cada vez Vuffi Raa rechazó dejar a su amo (De hecho, Calrissian prohibía a Vuffi Raa llamarle amo, pero Vuffi Raa sistemáticamente desoía esa instrucción). En vez de eso, Vuffi Raa no sólo pilotaba, sino que además enseñaba a pilotar a Calrissian cuando tenían tiempo.

Calrissian intentó llevar un cargamento perecedero a un destino viable, pero estaban a cien parsecs de éste y había que ir lo más rápido posible para que su cargamento perecedero no se estropease; para lo cual Calrissian tuvo la idea de atajar por una pequeña nebulosidad, para llegar a Dilonexa, donde podrían vender el cargamento. Su viaje no estuvo exento de incidentes.

En primer lugar, sólo se podía ir por la nebulosidad a velocidad subluz, y por lo tanto la nave era vulnerable. El Halcón fue emboscado entonces por un grupo de piratas, que acosaron el carguero con un enjambre de cazas dron de un metro de diámetro controlados desde una nave nodriza. Vuffi Raa era incapaz de esquivar todos los disparos. Calrissian hizo que Vuffi Raa pilotase acercándose a la nave nodriza, dándoles la impresión de que podían embestirles; sólo simular un ataque a orgánicos ya tensaba la ética de Vuffi Raa, pero el robot lo hizo. Cuando estuvieron lo bastante cerca, la nave nodriza se acobardó, destruyó los drones y huyó.

El resto del viaje a Dilonexa fue más tranquilo: Calrissian fumó y bebió, con Vuffi Raa trayéndole los vicios; y Vuffi Raa dedicó sus tentáculos sueltos a reparar la nave. Una vez en Dilonexa XXIII, Calrissian no consiguió vender su cargamento, pero, con la ayuda de Vuffi Raa, lo recicló para obtener un producto procesado aún más caro. Además, recibió un mensaje de un desconocido, Lob Doluff, Administrador del sistema Oseón que, conocedor de la reputación de Calrissian, le invitaba a una partida de sabacc con gente rica y poderosa. El tahúr decidió aceptar la invitación.

Permítanme recordarles a Rokur Gepta, el Hechicero de Tund que, habiendo sido vencido por Calrissian en Rafa, le odiaba apasionadamente. Gepta ansiaba vengarse de Calrissian y manipulaba todos los eventos posibles usando sus considerables recursos. Gepta también sabía del enigmático robot Vuffi Raa y pensaba que esa máquina podía ser un instrumento útil en su búsqueda de poder.

La Milicia de Renatasia había encontrado una pista sobre Vuffi Raa gracias a esto. El líder renatasio, Shanga, mantenía contacto secreto con un tripulante de Gepta, y éste le informaba de lo que sabía sobre el tripulante del Halcón al que los vengativos renatasios buscaban. Gepta descubrió la traición de su oficial, pero no tomó medidas inmediatas.

Gepta hizo que sus agentes pusiesen una bomba oculta en el Halcón durante la escala de Dilonexa. El artefacto detonó en el hiperespacio, dañando el control de desplazamiento de fases. Vuffi Raa rápidamente envió sus tentáculos a analizar el daño, y concluyó que era superficial, pero que habría que salir del hiperespacio para analizar manualmente el casco. Vuffi Raa insistió en hacerlo personalmente, enviando la señal de sus sensores visuales a un monitor para que Calrissian siguiese los eventos. Finalmente, Vuffi Raa concluyó que el ataque había sido chapucero e inocuo.

El Halcón aterrizó en el asteroide Oseón 6845, habitado por gente adinerada, con una mínima explosión adicional que Vuffi Raa dedicó un par de horas a analizar. Mientras tanto, Calrissian jugaba al sabacc con Doluff y otros dos humanos, Del Cycer y Bassi Vobah. Cuando Vuffi Raa estuvo seguro de haber encontrado pruebas de sabotaje e intento de asesinato, fue corriendo a buscar a su amo y reportarlo: Entró en el Hotel Drofo, pasó al robot-portero, atravesó un ascensor y consiguió entrar en el salón enseñando una tarjeta de acceso. Calrissian recibió la noticia de Vuffi Raa y decidió posponer al día siguiente sus actos. Vuffi Raa volvió al Halcón y dejó a su amo jugando.

Uno de los renatasios, el Coronel Kenow, llegó a Oseón y atrajo a Calrissian a una trampa: Envió un mensaje falso de que el Halcón estaba ardiendo, haciendo que Calrissian se levantase de la mesa de juego y corriese al hangar. Allí Vuffi Raa negó la noticia. Kenow entonces golpeó por la espalda a Calrissian, pero éste disparó a Calrissian a quemarropa con su arma de mano, matándole. Calrissian hizo que Vuffi Raa informase a Doluff; pero las autoridades hicieron arrestar a Calrissian por posesión de un arma ilegal.

Vuffi Raa evitó ser incautado explicando que, en tanto piloto, navegante y mecánico, él formaba parte de la nave, así que sólo le pusieron un rayo restrictor para que le provocase dolor si se alejaba del Halcón. Por supuesto, Vuffi Raa lo desactivó en treinta segundos en cuanto los policías se fueron, pero se quedó cerca de la nave buscando un plan para ayudar a Calrissian, paseando fuera del pasillo restringido 17-W. Calrissian había invertido sus beneficios en Vuffi Raa y se lo pasaba bien con el droide, ganándose así sus simpatías y amistad.

Esa noche empezaba el espectacular Viento Llameante, un fenómeno natural periódico del sistema durante el cual el sol local emitía chorros de vapor que interactuaban con otros vapores locales, ionizados, cubriendo el cielo con un bombardeo de luces multicolores que hacían prácticamente imposible el viaje espacial, (de hecho estaba prohibido volar en ese tiempo), pero que también daba inicio a una festividad local decadente. El Viento Llameante causaba además alucinaciones y problemas mentales entre los orgánicos que volaban en ese periodo. Vuffi Raa contemplaba la escena mientras Calrissian continuaba su aventura.

Doluff se reunió con Calrissian y le ofreció una alternativa a una condena que sería a muerte: Colaborar con las autoridades en una peligrosa operación. Doluff tenía la ocasión de arrestar al industrial trillonario local Bohhuah Mutdah, reclusivo propietario de Oseón 5792 y consumidor de droga lesai, pero necesitaba pillarle in flagrante delicto: Calrissian debía volar su nave hasta Oseón 5792, con dos agentes de la ley ocultos a bordo, y aterrizar simulando ser el narcotraficante de Mutdah. Esto no estaba exento de peligro, puesto que había que pilotar durante el Viento Llameante sin ordenador. Calrissian por supuesto aceptó.

Los dos agentes eran Vobah, con quien Calrissian acababa de jugar al sabacc, y un quor'sav aviano llamado Waywa Fybot. Vuffi Raa y Calrissian atornillaron una percha en la cubierta del Halcón para que Fybot tuviese dónde sentarse; Vuffi Raa incluso propuso cancelar la gravedad de una zona de la nave para que Fybot flotase en caída libre estando más cómodo, pero Calrissian se negó porque no simpatizaba con sus pasajeros y no buscaba su comodidad. Vuffi Raa entonces pasó a hacer las comprobaciones de vuelo, y después repasó con Calrissian el manual de vuelo.

El mero despegue era complicado. Vuffi Raa inició una ruta curva preprogramada, porque los sensores mismos habían dejado de ser fiables. Vobah y Calrissian empezaron a encontrarse mal; este último vomitó, con Vuffi Raa intentando ayudarle. Vuffi Raa preguntó al resto de pasajeros cómo se encontraban, pero empezó a sentirse mal él mismo: Tener cien sentidos muy agudos era un problema aún mayor que el de los orgánicos. Vuffi Raa se vio a sí mismo en color dorado, y accidentalmente apagó el soporte vital. Calrissian se dio cuenta y gritó a Vuffi Raa que lo reactivase. Después, con cierta dificultad, Calrissian convenció a Vuffi Raa que se apagase. Vuffi Raa aceptó.

Pero los renatasios habían descubierto el fracaso de Kenow y viajaron a Oseón. Con más valor que prudencia, la flota de cazas conectada atacó al Halcón en pleno Viento Llameante. Calrissian no podía contar con Vuffi Raa y sus pasajeros tampoco estaban disponibles: Tuvo que ocupar los controles y los cañones a la vez, y pese a ello consiguió abatir un caza enemigo. Se dio cuenta de que el Halcón era más rápido, así que aprovechó esa ventaja para alcanzar un asteroide y ocultarse en una cueva. Una vez atrincherado, reactivó a Vuffi Raa a gritos.

Descubrieron que Fybot se había herido en las patas, así que los demás tripulantes apuntalaron las extremidades de éste con cañas de su percha. Después jugaron al sabacc mientras se reagrupaban. Vuffi Raa felicitó a Calrissian por su excelente pilotaje; Calrissian intentó salir a reparar los daños exteriores, pero los sensores del traje de vacío decían que corría riesgo de quemarse; así que Vobah tuvo que salir a rescatarle y Vuffi Raa le quitó el traje en cuanto entró. Vuffi Raa concluyó que el traje de Calrissian había sido saboteado (y es cierto; Fybot estaba compinchado con el enemigo).

Mientras Vuffi Raa buscaba una forma de navegar desde su ubicación hasta el asteroide Oseón 5792, los renatasios les encontraron y renovaron su ataque, vapuleando el asteroide. Vuffi Raa no podía pilotar, lo cual le deprimió especialmente. Calrissian se bastó para huir, dejando atrás sólo cinco cazas supervivientes. Finalmente, gracias a las capacidades de navegación de Vuffi Raa, el Halcón llegó a Oseón 5792.

Vuffi Raa se comunicó con Oseón 5792 usando láser modulado; el Halcón no tenía desmodulador, pero el droide servía de traductor y transmitía con su ojo rojo. Vuffi Raa recibió órdenes de detenerse "o ser derribado"; aceptó y transmitió la contraseña "dubesor". Oseón 5792 recriminó al Halcón por su retraso; Vuffi Raa replicó que se debía al Viento Llameante y a un ataque de probables piratas. Calrissian estaba extrañamente satisfecho al ver al droide farolear.

Calrissian debía bajar solo y sin armas; pero, previendo un problema, Vuffi Raa le cosió tablillas de madera bajo la camisa y el pantalón para que tuviese algo con lo que detener golpes si hacía falta. Calrissian hizo que su droide se ocultase en un conducto entre la cabina y los motores, y que mantuviese la nave lista para una huída rápida. Además, Calrissian insistió varias veces (pese a que Vuffi Raa tenía memoria perfecta) en que Vuffi Raa se fuese con la nave si Calrissian no volvía en ocho horas (pese a lo cual Vuffi Raa insistió en que iría a rescatar a su amo). Calrissian hizo a Vuffi Raa su heredero legal mientras éste aterrizaba la nave.

Vuffi Raa no fue testigo de lo que sucedió entonces. Esencialmente, Calrissian bajó las drogas y recibió el pago. Los dos policías se revelaron. Fybot, compinchado con Mutdah, mató a Vobah e informó a Mutdah de lo sucedido, incluyendo su idea de intentar matar a Calrissian y después pilotar la nave con la ayuda de Vuffi Raa. Entonces Mutdah mató a Fybot, reveló ser en realidad Gepta y capturó rápidamente a Calrissian. Gepta usó maquinaria para torturar a Calrissian obligándole a revivir recuerdos horribles que él modificaba; en uno de ellos, Calrissian, a bordo del Halcón, se enfrentaba a cazas enemigos y Vuffi Raa se había vuelto loco y no podía ayudarle.

Providencialmente, los renatasios encontraron Oseón 5792 y atacaron la base de Mutdah con sus cazas. Siendo un asteroide sin oxígeno, la zona habitable estaba cubierta por un domo cristalino que explotó ante las ráfagas enemigas. El caos pilló por sorpresa a Gepta, y dio a Calrissian la ocasión de empezar a liberarse usando las tablillas. Para entonces, un tentáculo de Vuffi Raa se le estaba acercando. Vuffi Raa y Calrissian se unieron, huyendo hacia el Halcón en la confusión; tuvieron que escurrirse a través de puertas neumáticas medio abiertas, pero consiguieron llegar al puente.

El Halcón despegó, con Vuffi Raa a los mandos y Calrissian en los cañones. Calrissian derribó dos cazas antes de que Gepta huyese en su propia nave, y después dos cazas más. Cuando el Halcón dejó al último caza varado, y Vuffi Raa lo encontró, Calrissian rescató a su ocupante y le interrogó. Shanga intentó atacar a Vuffi Raa, pero no sabía cómo combatir cuerpo a cuerpo contra algo de cinco tentáculos, y además Calrissian dejó a Shanga aturdido con un calmante. Shanga aceptó explicar todo si después era ejecutado; Calrissian no se lo prometió. Shanga explicó la masacre de Renatasia y culpó a Vuffi Raa de lo sucedido; Vuffi Raa no negó la acusación, pero Calrissian insistió en que Vuffi Raa era un droide y no podía más que obedecer. Calrissian no permitió a Shanga matar a su amigo, y en vez de eso le entregó a las autoridades en el siguiente sistema en que atracó.

Afortunadamente, Calrissian había cogido el maletín con el pago del cargamento de drogas antes de huir, así que contaba con ciento setenta y tres mil créditos, más otros veinte millones hurtados a Mutdah. Vuffi Raa intentó convencer a Calrissian para que donase esa fortuna a la reconstrucción de civilizaciones casi destruidas, explicando que interferiría con su modo de vida aventurero, pero Calrissian se negó. En vez de eso, ocultó el dinero en muchas cuentas pequeñas, transfirió la cuota de entrada al torneo de sabacc y dejó el grueso de su fortuna en el centro financiero del planeta Dela, sólo para perderla casi inmediatamente ante la reina pirata Drea Renthal.

Después de ese encuentro, Vuffi Raa intentó teorizar sobre su origen y las intenciones de sus programadores, observando que había datos contradictorios entre sí. En particular, mientras se rascaba la "cabeza" con un tentáculo, se preguntaba por qué tenía prohibido iniciar acciones violentas aún para protegerse a sí mismo, so pena de quedar inconsciente durante un mes.

Durante este tiempo, Calrissian y Vuffi Raa viajaron en el crucero Estrella del Imperio. Calrissian se acercó a otros pasajeros, gobernador Nathan Donar II y su esposa, para invitarles a una amistosa partida de sabacc. El asociado de Donar, alférez imperial Kyle Katarn, se fijó en que el droide de Calrissian no parecía alejarse nunca de su amo.

En la cercanía de la nébula ThonBoka, una nube de polvo y gas con forma de saco, el Halcón abandonó el hiperespacio para que Vuffi Raa saliese al exterior a recalibrar motores. Vuffi Raa y Calrissian accidentalmente dieron con una forma de vida espacial de quinientos metros de largo. Inicialmente la tomaron por una nave de una cultura desconocida; y el sujeto a su vez creyó que el Halcón era un ser vivo como él mismo. El extraño ser intentó comunicarse con el Halcón; pero Vuffi Raa, siendo un droide y con la ayuda del equipo naval, podía recibir la señal y reportó a Calrissian: El extraño estaba enviándoles una imagen del Halcón. Calrissian pidió a Vuffi Raa que imitase el comportamiento, a modo de turistas sacándose recuerdos del encuentro, lo cual suele ser mejor que abrir fuego. Vuffi Raa empezó a entender mientras tanto que no estaban ante una nave.

El enorme ser emitió una imagen en la que él mismo se veía agonizar de hambre, y otra en la que prosperaba obteniendo comida. Vuffi Raa concluyó que era una petición de ayuda. Calrissian se resistía a abandonar sus activos, pero Vuffi Raa explicó que el extraño ser se alimentaba de núcleos atómicos y aminoácidos, que el reciclador de la nave podía generar, y propuso a su capitán ayudar a este ser. Calrissian aceptó el intento de congeniar con el ser de especie desconocida.

El Halcón se quedó allí durante varios días, durante los cuales Vuffi Raa ajustó los motores y aprendió el idioma de su nuevo amigo, Lehesu de la especie oswaft de respiradores de vacío. Los oswafts habitaban en el interior de ThonBoka, llamada la Cueva Estelar, y tenían extraordinarias capacidades; pero se alimentaban de plancton interestelar que existía sólo dentro de la nébula y por eso nunca la abandonaban. Lehesu, un adolescente rebelde, había decidido explorar y a punto estuvo de morir de inanición.

Lehesu era poseedor de una altísima inteligencia abstracta pero pocas capacidades a nivel práctico: Aprendió el idioma de Calrissian en meras horas y poco después descifró la criptografía de la nave; pero le costaba entender que el Halcón no era una persona sino un artefacto tripulado por dos personas, porque su especie no tenía el concepto de artefacto.

Vuffi Raa tuvo una feliz idea: Construir una canasta de metal y plástico que Lehesu pudiese llevar a modo de mochila, y que contuviese un reciclador para que así Lehesu pudiese comer mientras viajaba; Vuffi Raa incluyó un transmisor por si Lehesu quería mantener el contacto. Lehesu, agradecido, abrazó a sus amigos (y al tanque), y quiso hacer algo por ellos. Vuffi Raa explicó que Lehesu podía generar objetos preciosos, incluyendo joyas y hasta cristales de vida, a partir de compuestos químicos, así que produjo un cargamento para el Halcón. Debido a la influencia negativa de Vuffi Raa (es decir, imitándole), Lehesu empezó a llamar "amo" a Calrissian, para disgusto de este último.

La vida continuó de forma normal para Vuffi Raa y Calrissian. Un asesino enviado por Gepta intentó matarles en un puerto espacial con granadas de fragmentación, y consiguió abollar a Vuffi Raa, pero el muy necio tiró la anilla y sostuvo la granada; confesó antes de expirar quién le había enviado. En un encuentro posterior, mientras Calrissian examinaba un contenedor de pasta de vitaminas que consideraba adquirir, alguien le empujó al interior hiriéndole en el brazo y el dedo del pie y, peor aún, estropeando un bonito uniforme; Calrissian sospechaba de los renatasios. Hubo dos bombas en el Halcón, batallas espaciales, una colisión con un caza en la rampa, y un encuentro con una nave pirata que se sorprendió de la ferocidad de la respuesta de Calrissian. Ya les digo, pura rutina.

Entonces el Halcón recibió una llamada de auxilio de Lehesu, a quien no veían desde hacía meses, emitiendo desde ThonBoka. El Imperio había detectado a Lehesu y había iniciado un bloqueo a ThonBoka con quinientos cruceros clase Carraca que contaminaban el plancton para así matar a los oswafts. El Halcón puso rumbo a ThonBoka en misión de paz, en un viaje que duraría unas setenta y seis horas. Una vez llegaron, Vuffi Raa observó que había naves camufladas, que el Halcón no podía ocultarse de los avanzados sensores imperiales, y que Calrissian no tenía todavía ningún plan. Entonces el crucero imperial Respetable dio el alto al Halcón y exigió abordarlo.

Calrissian afortunadamente tenía recursos para eso. Dejó a Vuffi Raa pilotando al Halcón y viajó él personalmente al Respetable para convencerles de que era un innovador comerciante interestelar que pretendía abastecer a las naves imperiales de tabaco, chocolate y otros suministros de baja prioridad que tendían a escasear en esas situaciones. La labia de Calrissian se ganó a unos cuantos oficiales y tripulantes cruciales, y así el minorista obtuvo permiso para visitar cruceros a lo largo de los siguientes días.

Mientras tanto, siguiendo las órdenes de su amo, Vuffi Raa trampeaba el armamento para que pareciese inoperativo y apagó las defensas navales (Calrissian había interiorizado las palabras de Vuffi Raa sobre cómo la violencia no es la primera alternativa). También eliminó veintitrés aparatos de espionaje que el Imperio había logrado colocar en sólo tres días.

Calrissian volvió al Halcón, saludó a Vuffi Raa como si éste fuese su esposa a modo de broma, y explicó la siguiente parte de su plan: Había conseguido acceso a un crucero más cercano a la entrada de ThonBoka, el Cortés. El plan era acercarse a él, y entonces desviarse a toda velocidad hacia la entrada de ThonBoka. El crucero les daría el alto y entonces abriría fuego. El Halcón debía saltar al hiperespacio para emerger dentro de ThonBoka, pero dejar atrás un cilindro lleno de restos de metal, sujeto a la popa, para que hubiese una explosión y restos de modo que los imperiales creyeran haber destruido el Halcón. Este plan funcionó.

Dentro de ThonBoka, Calrissian y Vuffi Raa se encontraron con Lehesu. Mientras se aclimataban a ThonBoka, los tripulantes del Halcón dieron algo de alimento a Lehesu de su bodega y después jugaron con Lehesu en el vacío durante unas pocas horas. Entonces Lehesu les llevó ante los líderes. Se cruzaron con otros osfwats que recriminaron a Lehesu su actitud de un modo tan sarcástico que incluso Calrissian, que no entendía el idioma oswaft, pudo entenderles. Vuffi Raa explicó a los oswafts que Lehesu estaba ayudando a su comunidad, pero los oswafts le desdeñaron y le llamaron insignificante. Después, escoltaron al grupo ante dos ancianos oswafts, Senwannus'gourkahipaff y Feytihennasraof.

Lehesu realizó las presentaciones, y Senwannus'gourkahipaff recriminó a los sicofantes oswafts su absurdo celo y su actitud. Entonces empezaron su reunión: Los ancianos oswafts eran suspicaces de los extraños que traían regalos. Calrissian tomó la palabra y explicó a los ancianos qué era un juego; de ahí subió al concepto de apuestas; y en seguida les convenció para que jugasen al sabacc. Vuffi Raa se ocupó de que todos tuviesen cartas virtuales; les gustó tanto que empezaron a tratar al Halcón con el protocolo debido a un anciano. Pronto Calrissian ganó cientos de millones de créditos, y entonces sacó al tema de que los imperiales iban a matarles y que a lo mejor había opciones.

Como habían pasado a un asunto más serio, Calrissian decidió subir al Halcón, pidió una cigarra a Vuffi Raa para fumar, y explicó que los oswafts podían dejarse matar, luchar, negociar o huir, todas ellas opciones que los ancianos descartaban. Entonces Calrissian les propuso extrapolar un concepto que ya les había enseñado: Farolear.

Vuffi Raa escaneó la frontera de la nébula y concluyó que los oswafts, capaces de viajar por el hiperespacio, no podían cruzarlo. Sin embargo, si conseguían salir de ThonBoka, podrían subsistir en la cercanía de la nébula, y también podrían ocultarse en los pliegues de la nébula. El farol consistía en convencer a los imperiales de que estaban destruyendo oswafts: Cuando las naves imperiales disparasen un rayo a un oswaft, ese oswaft saltaría al hiperespacio, dejando atrás unos restos generados al momento de un modo similar a cuando el Halcón entró en ThonBoka. Si golpeaban a las naves imperiales con los poderosos gritos de los oswafts, las podrían dañar, siempre que las naves no estuviesen escudadas en ese momento; y si saltaban al hiperespacio en el momento justo, las naves imperiales se dañarían unas a otras con sus propios disparos. La generación de restos podía también dar blancos falsos a los imperiales.

Vuffi Raa dedicó el tiempo disponible a poner a punto la nave para evitar fallos durante la batalla. En un momento dado, Calrissian se quemó una mano pero Vuffi Raa rápidamente se la apagó. Tuvieron tiempo de jugar unas manos de sabacc, y Vuffi Raa se alegró de ver a Calrissian disfrutar en esos momentos. Por otro lado, a los oswafts les costaba tanto entender ideas funcionales, que hubo que explicárselo cinco veces.

Los oswafts habían descifrado las comunicaciones imperiales e informaron a Calrissian y Vuffi Raa de que la flota esperaba la llegada de un líder en la nave Wennis. Calrissian conocía ese nombre: Era la nave de Gepta.

Aunque la flota imperial en la Centralidad respondía ante Gepta, éste no había sabido de la presencia del Halcón en su propio bloqueo hasta poco antes. Los espías de Klyn Shanga habían descubierto el Halcón, y Shanga se había aliado con Gepta porque ambos iban a por la tripulación de esa nave. Ambos planeaban traición: Shanga desconfiaba del Hechicero y comprendía que, una vez Vuffi Raa hubiese sido destruido, la Milicia Renatasia se enfrentaría a la flota imperial. Gepta por supuesto pretendía acabar con Shanga, una persona peligrosa, y su insubordinada e irrespetuosa Milicia; y de hecho traía un arma biológica para dispararla en un torpedo a ThonBoka, y que según él destruiría toda la vida en esa zona.

Buscando asesoría respecto a los alienígenas extraños, Gepta también reclutó al experto Osuno Whett, que se había operado para alterar su aspecto y ser más difícil de reconocer. Whett sabía que el desastre de Renatasia era su responsabilidad y que Shanga iría a por Whett de saberlo. Por eso Whett quería que Vuffi Raa fuese destruido, en tanto era un cabo suelto de un peligroso episodio de su pasado.

Poco antes de la inminente batalla, Vuffi Raa resolvía problemas en la naviconsola del Halcón y conversó con Lehesu sobre sus dudas morales: Ambos eran reacios a iniciar acciones violentas que pudiesen terminar vidas, sobre todo cuando Vuffi Raa convenció a Lehesu de que las capacidades oswaft eran asombrosas para otros seres y había posibilidad de victoria. Lehesu teorizó que la vida exigía cambio, y que si no podían adaptarse, serían eliminados.

Mientras el Wennis se mantenía en retaguardia, los renatasios entraron en ThonBoka con sus veintitrés hombres en cazas y su nave nodriza rodeada por éstos. Vuffi Raa los detectó y reportó a Calrissian. Cuando los reconoció, Vuffi Raa, decaído, se planteó si debería entregarse a ellos; Calrissian le quitó esas ideas de la cabeza y decidió sorprender al enemigo yendo directo hacia ellos.

Como de costumbre, Vuffi Raa pilotaba y Calrissian disparaba desde los cañones; contaban con la ventaja de que el Halcón tenía mejores escudos. Vuffi Raa controlaba armas secundarias desde la cabina y en la primera pasada destruyó a dos cazas enemigos. Calrissian en broma mencionó el pacifismo programado de Vuffi Raa, y el robot dejó de responder durante unos segundos, llegando a preocupar a Calrissian. Vuffi Raa se recuperó y concluyó que su conversación previa con Lehesu había sido suficiente para resolver su conflicto moral; así que, en la siguiente pasada, destruyó uno de los diecisiete cazas enemigos que les enfrentaban.

Los oswafts tomaron la iniciativa y se unieron a la batalla, enfrentándose a los cruceros enemigos sin esperar la señal de Calrissian. El plan era tan eficaz que la flota enemiga perdió un 11% de sus activos en quince minutos, durante los cuales el Halcón derribó otro de los cazas. Vuffi Raa intentaba pilotar alejándose de los cruceros Carraca porque él no podía maniobrar tan bien como los oswaft, pero no le fue posible evitarlo indefinidamente. Por suerte, para cuando entraron en el alcance de los cruceros, éstos habían decidido dejar de disparar por miedo a dañarse a sí mismos.

Entonces los imperiales detuvieron completamente su actividad y todos los cazas fueron convocados a sus hangares. El Wennis iba a intervenir, y Vuffi Raa lo detectó con sus sensores.

Gepta emitió una comunicación abierta ordenando la rendición enemiga, y una privada dirigida a Calrissian. En esta segunda, Gepta amenazaba con seguir lanzando recursos contra el sistema e hizo una demostración de su arma biológica destruyendo a un grupo de oswafts que incluía a Feytihennasraof y Senwannus'gourkahipaff; Gepta estaba listo para lanzar ese agente en ThonBoka. Pero también ofreció una alternativa: Un duelo a muerte en que Gepta y Calrissian se enfrentasen ellos solos. Si Calrissian ganaba, Gepta prometió en falso retirar la flota (En realidad, Gepta envió un correo con la orden de que, si él moría, la flota destruyese la vida en la nébula; pero Lehesu lo detectó y le interceptó).

En relación al duelo, Gepta estableció las condiciones: Lucharían en traje de vacío, en el espacio, a la vista de la flota y los oswafts. Gepta concedió a Calrissian un arma de mano y la ayuda de Vuffi Raa; él renunció a usar armas. Vuffi Raa pensó que quizá Gepta le creía aún dominado por su programación original que le impedía combatir, y que posiblemente Gepta ignoraba que Vuffi Raa podía mover los tentáculos a distancia. Nadie podría interferir, ni oswafts, ni imperiales; cuando un renatasio vio emerger a Vuffi Raa y despegó para ir a por él, fue a su vez destruido por un artillero de Gepta.

Gepta empezó el duelo disparando rayos de energía hacia Calrissian cinco veces; el tahúr supo esquivarlos todos. Mientras tanto, Vuffi Raa se ubicó sigilosamente detrás de Gepta. Gepta se dio cuenta de que Calrissian no atacaba porque planeaba algo, y se giró. Encontró los tentáculos de Vuffi Raa, separados de su cuerpo, que le rodearon e intentaron aferrarle. Gepta disparó a los tentáculos para quemarlos, pero éstos siguieron contoneándose hacia el mago. Entonces Calrissian disparó su stingbeam e impactó en la espalda de Gepta. El disparo atravesó el traje de vacío, emergiendo por el otro lado sin aparentemente afectar a Gepta, e incluso estuvo a punto de golpear el cuerpo pentagonal de Vuffi Raa.

Gepta se volvió hacia Calrissian y le disparó tres veces más. El último tiro hirió a Calrissian en el pie (afortunadamente el traje tenía un sistema de sellado y cuidados médicos básicos). Calrissian volvió a disparar y golpeó a Gepta en el centro del torso, de nuevo sin hacerle daño. Vuffi Raa agarró a Gepta por el cuello con un tentáculo, estrangulándole. Gepta forcejeó para intentar quitárselo, pero no lo consiguió.

Shanga observó el duelo y comprendió que Vuffi Raa era sólo un droide. ¡Cuán equivocado había estado! Oyó moverse una pinaza e investigó: Era Whett, que estaba despegando, según le contaba, para intentar destruir a la vez a Vuffi Raa, Calrissian e incluso Gepta. Shanga reconoció la voz y se dio cuenta de que había sido Whett desde el principio el responsable del desastre de Renatasia. Shanga dio a su escuadrón la orden de destruir la pinaza para vengar Renatasia, y prometió explicarlo todo si sobrevivían. La escaramuza fue tal que la pinaza chocó con el Wennis, destruyendo ambos y matando a Whett y a casi todo el escuadrón renatasio.

Esta explosión distrajo a los tres duelistas. Calrissian se recuperó el primero y disparó a Gepta, pero un escombro desvió su tiro y le hizo impactar en el tobillo de Gepta. Resultaba que Gepta era un diminuto croke que se ocultaba precisamente en la bota del traje de vacío, y usaba capacidades síquicas e ilusionismo para fingir ser un humanoide. Calrissian comprendió esto al ver cómo el traje parecía vaciarse como por arte de magia; él cogió entonces a la criatura en su mano y la aplastó. Lamentablemente, para entonces Gepta ya había causado graves daños a Vuffi Raa; el droide parecía inactivo.



Hay más en Vuffi Raa de lo que salta a la vista.

La flota imperial respondió a la muerte de Gepta disparando a los oswaft. Shanga abrió fuego contra los imperiales, dando a los oswafts un momento para retirarse. Entonces aparecieron cientos de miles de enormes naves ovaladas, de cincuenta kilómetros de diámetro, cruzando el borde supuestamente impenetrable de ThonBoka. Eran el Silentium, que venían a recoger a su joven explorador Vuffi Raa y llevárselo a su sistema de origen. Con una voz potente, ordenaron el alto el fuego por todas las frecuencias. El crucero imperial Recalcitrante abrió fuego contra esta amenaza, pero sus disparos no llegaron a impactar y la nave fue destruida al momento. El resto de la flota imperial decidió retirarse tranquilamente, y no volver nunca a terminar su misión genocida. El destructor Eminencia, presente en la flota, grabó el duelo y buena parte de los eventos subsiguientes hasta este momento, documentándolo para las generaciones venideras. Bueno, no tengo nada claro que el Imperio quisiese hacer pública esa información, pero ahora ya está.

El silentium individual conocido como El Uno se dirigió a Calrissian con humildad y respeto, y se unió a él llorando por la pérdida de Vuffi Raa. Explicó que el amigo de Calrissian era también hijo de El Uno. El Uno explicó los auténticos orígenes de su especie, una civilización de seres mecánicos inteligentes, y de Vuffi Raa, creado para explorar la galaxia y registrar nuevas experiencias que animasen su cultura. El Silentium consiguió resucitar a Vuffi Raa y convencerle para que volviese con su familia, a terminar su misión divulgando lo que había aprendido; para Vuffi Raa, era una necesidad fundamental porque había sido creado para ello. Calrissian no tenía problema en dar la libertad a un ser inteligente como Vuffi Raa.

Calrissian, realizando este primer contacto con una especie superpoderosa desconocida, decidió enseñar sabacc al Silentium (que después de todo quería aprender cosas nuevas útiles), y se sentó con ellos y Shanga. Mientras tanto, Vuffi Raa retomó una de sus actividades favoritas una última vez: Poner a punto el Halcón Milenario. Con una llave agarrada en un tentáculo y el cuerpo cubierto de grasa, reajustó los deflectores, dañados por los precisos disparos de Shanga. Cuando terminó, volvió con Calrissian e insistió en llamarle amo delante del Silentium, algo que el socorrano encontraba embarazoso.

Tras un triste adiós, Vuffi Raa se separó de Calrissian y partió con su parentela hacia su desconocido mundo de origen. Vuffi Raa le dijo que, si volvía a recorrer el universo después, sabría dónde encontrar a su amo: En el epicentro de los problemas. No es como si Calrissian fuese a volverse respetable, ¿verdad? Calrissian le pidió por última vez si podría dejar de llamarle amo, a lo que Vuffi Raa respondió:

"Vaya, supongo que sí, Lando. ¿Por qué no me lo pediste antes?".


Curiosidades


 

Corría 1982 y, según acababa el año y la producción de la película El Retorno del Jedi (1983, R. Marquand), LucasFilm retomó su interés por publicar novelas de Star Wars, una actividad que habían aparcado desde Han Solo and the Lost Legacy (1980, Brian Daley). El artículo "Authors of the Expanded Universe: L. Neil Smith" en Star Wars Insider Nº 145 (2013, Michael Kogge) nos cuenta al respecto cómo los editores querían repetir la fórmula con una trilogía de novelas breves que no bebiesen demasiado de las tramas de las películas pero capturasen el espíritu. El editor de la trilogía de Han Solo, Owen Lock, propuso otro autor de su "establo", L. Neil Smith (n. 1956).

LucasFilm fue reacio a aceptarle, porque la novela previa de Smith, The Probability Broach, tenía alta carga política y, para evitarlo, propusieron una colaboración entre Smith y Daley. Lock rechazó esa idea, pero convenció a Smith para que no incluyese aspectos políticos en esta serie. También tuvieron que restringir a Smith el uso de material argumental de la película, dejándole sólo con Calrissian y, cuando Smith lo pidió, con el Halcón Milenario. Smith escribió la trilogía en nueve semanas con el apoyo de su esposa.

Desde el principio, Smith decidió que los personajes memorables eran parte fundamental de Star Wars y creó un compinche para su protagonista, posiblemente su contribución más apreciada por los fans: El droide de cinco tentáculos, leal copiloto de Lando Calrissian, con una forma inspirada por las estrellas de mar. Vuffi Raa aparece en la primera novela, Lando Calrissian and the Mindharp of Sharu (1983, L. Neil Smith), pero el origen de su especie sólo se revelan en el colofón de la tercera novela, Lando Calrissian and the Starcave of ThonBoka (1983, L. Neil Smith). El nombre de la especie es presentado en The New Essential Guide to Droids (2006, Daniel Wallace).



Los primeros diseños de Vuffi Raa eran distintos a la versión definitiva
(Los dos bocetos superiores son de Ralph McQuarrie).

El Silentium es una especie complicada de introducir en otras historias, así que desde entonces ha sido principalmente referenciada en libros que hablen del pasado de Calrissian. The Essential Chronology (2000, Kevin J. Anderson y Daniel Wallace) y su remake The New Essential Chronology (2005, Daniel Wallace y Kevin J. Anderson) no sólo hablan de Vuffi Raa y del Silentium sino que lo hacen prácticamente con las mismas palabras, repitiendo párrafos con sutiles diferencias, como cambios de orden, diferentes signos de puntuación o reemplazar la palabra "Calrissian" por "Lando". The Complete Star Wars Encyclopedia (2008, vv.aa.) habla de Vuffi Raa o del Silentium en diecisiete artículos y reaprovecha dos imágenes de Vuffi Raa en fuentes anteriores. The Essential Reader's Companion (2012, Pablo Hidalgo) también explica

Quizá los nuevos aportes más notables sean en el libro de rol Geonosis and the Outer Rim Worlds (2004, Craig R. Carey, Jason Fry, Jeff Quick, Jeffrey Quinn, y Daniel Wallace) para Wizards of the Coast, que presenta a las nano-estrellas (incluso dándoles estadísticas de juego de rol y reglas); y The New Essential Guide to Droids, donde se habla de la guerra entre el Silentium y el Abóminor (de la teleserie de los Droids en los años 80) y se implica que los yuuzhan vong desarrollaron su odio por la tecnología debido a que ellos devastaron su galaxia. El artículo online "Endnotes for The New Essential Guide to Droids, Part 1 of 3" de Dan Wallace en su blog "Continuity, Criticisms and Captain Panaka" detalla esto.

Existen algunas irregularidades en los datos presentados sobre el Silentium:

The Essential Guide to Droids (1999, Daniel Wallace) dice que la especie que había construido al Silentium era originaria de las Regiones Desconocidas y que allí fue destruida. The New Essential Guide to Droids y el artículo sobre el Silentium en la Encyclopedia confirman que la especie es originaria de otra galaxia.

Geonosis and the Outer Rim Worlds dice que una nano-estrella es un pentágono de cincuenta centímetros de diámetro, pero los pentágonos no tienen diámetro. Eso son los círculos.

Una excusable: The New Essential Guide to Droids dice que Vuffi Raa fue fabricado por "la civilización del Silentium"; The Official Star Wars Fact File Nº 126 dice que fue construido por El Uno. Admitamos que no es una contradicción absoluta: El Uno, representante de la civilización del Silentium, construyó a Vuffi Raa.

The Essential Reader's Companion data las aventuras de Lando y Vuffi Raa entre los años 3 y 2 ABY. The Essential Chronology y The Essential Atlas (2009, Jason Fry y Daniel Wallace) página 158 dejan claro que Lando ganó a Vuffi Raa en 4 ABY y lo perdió un año después, en 3 ABY.

The Essential Reader's Companion también describe al Silentium (explícitamente a los representantes que fueron a la nébula ThonBoka a recoger a Vuffi Raa) como seres con forma de platillo. Eso es un desastre: Lando Calrissian and the Starcave of ThonBoka, The Essential Guide to Droids, The Essential Chronology y Jedi vs. Sith: The Essential Guide to the Force (2007, Ryder Wyndham) dicen claramente que son esferas.

El artículo sobre Osuno Whett en la Encyclopedia dice que Whett y su nave fueron destruidos antes de que acabase la argucia de Duttes Mer para conseguir el Arpa, esto es, la primera de las tres aventuras de Vuffi Raa con Lando. En la trilogía de novelas, Whett muere al final de la tercera aventura, en Lando Calrissian and the Starcave of ThonBoka.

Jedi vs. Sith incluye un extracto de las memorias de Lando Calrissian en que habla de la muerte de Rokur Gepta. Según la versión de Calrissian, Vuffi Raa mantuvo ocupado a Gepta y entonces Calrissian le disparó. En la novela Lando Calrissian and the Starcave of ThonBoka, Gepta se distrae por la explosión en la que muere Whett, no porque los tentáculos de Vuffi Raa estén aferrándole; de hecho, Vuffi Raa mismo se distrae en ese momento. Por otro lado, las memorias de Calrissian son tan poco fiables como cualquier historia que salga de los labios de ese tramposo.

Fact Files dice que sólo una masiva nave, El Uno, llegó a buscar a Vuffi Raa. Lando Calrissian and the Starcave of ThonBoka y The Essential Chronology dicen que eran cientos de miles aquélla, y miles ésta.

En la novela Dark Forces: Soldier for the Empire (1997, William C. Dietz) se menciona al droide de Lando Calrissian durante su viaje en el crucero Star of the Empire. Es mi opinión que los eventos de esta novela tienen lugar después de que Vuffi Raa haya abandonado a Calrissian, así que debería ser otro droide.



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Sección creada por Skippy Farlstendoiro y Al Noah para SithNET
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