Los colicoides llevaban bastante tiempo ansiando controlar las
operaciones mineras en Kessel para obtener un flujo de ingresos
aún mayor, pero esta operación se hacía de rogar.
Unos pocos años después de la batalla de Naboo, los
colicoides intentaron hacerse con los derechos de la planta de proceso
de especia de Nar Shaddaa. Pero debían pactar para ello con
Krayn, el temible esclavista t'surr. Krayn había conseguido que
el humanoide Aga Culpa controlase las minas de especia de Nar Shaddaa a
cambio de la libertad de los habitantes de la estación; el
alcaide Culpa siempre había sido un tipo débil.
Las negociaciones se volvieron agresivas y, unos cuatro años
después de la batalla de Naboo, Krayn empezó a atacar a
los convoys de envío de mercancías de los colicoides.
Éstos se quejaron a Coruscant, y el Canciller Supremo Palpatine
pidió a los Caballeros Jedi que interviniesen.
Obi-Wan Kenobi y su
aprendiz padawan Anakin
Skywalker fueron enviados a intervenir.
Obi-Wan Kenobi adoptó el seudónimo de Bakleeda,
esclavista y asesor independiente de los colicoides, y viajó con
Anf Dec para protegerles de los ataques. Cuando
la nave de Dec fue atacada por Krayn, éste permitió al
jedi infiltrarse en las filas de Krayn.
A través de sus tratos con el informante Gogol, Kenobi
descubrió que Krayn controlaba los centros de proceso de especia
en Nar Shaddaa, y que los colicoides estaban negociando con él.
Krayn exigía ser el único proveedor de esclavos a Kessel
a cambio del acceso de los colicoides a los centros de Nar Shaddaa.
Mientras tanto, la teniente Zora, a las órdenes de Krayn,
capturó a Skywalker. Cuando se descubrió que Zora era en
realidad la jedi Siri Tachi infiltrada, ella también fue
capturada. Skywalker y Tachi, en colaboración con la niña
esclava Berri, lograron escapar y reunirse con Culpa y el líder
colicoide Nor Fik, a quienes convencieron para
que se opusiesen a Krayn. Con la colaboración de Kenobi,
convencieron a Fik para que permitiese que organizasen una revuelta de
esclavos, si bien Fik no aceptó darles recursos colicoides.
Culpa a su vez recibió órdenes estrictas de ignorar la
revuelta.
Skywalker lideró la revuelta y descubrió que Dec
trabajaba con Krayn para controlar el mercado de especia. Se
enfrentó y derrotó a Krayn y, pese a que Kenobi
intentó convencerle para que no le matase, el joven Skywalker
empezó a sucumbir al reverso tenebroso de la Fuerza
tomándose la justicia por su mano y asesinando a Krayn. Este
acto de violencia gratuita e innecesaria destruyó todas las
pruebas que había contra Dec.
Se sabe asimismo que los colicoides habían montado una base
de operaciones en el planeta Balmorra, entre Kuat y Neimoidia. Debido a
que los colicoides mantenían negociaciones con los neimoidianos
y con algunos de los aliados de éstos, Balmorra fue uno de los
mundos que se secesionó de la Antigua República durante
la crisis dirigida por el Conde Dooku.
En tiempos posteriores, científicos colicoides aceptaron el
dinero de los fugitivos quarren
Lekket y
Tallet para restaurar en lo posible el
cuerpo de Tallet, que había sufrido graves heridas por su
inmersión en productos tóxicos cuando su operación
fue atacada por policías republicanos y un jedi. Lekket y Tallet
habían sido vendidos por su antiguo asociado, el senador
Tikkes, pero aún
retenían una gran fortuna, y la utilizaron primero para curar a
Tallet y después para buscar venganza.
En tiempos del Imperio,
la presencia colicoide en Balmorra dejó de ser al menos visible;
el mundo parecía estar controlado por humanos. Sin embargo,
algunos sugieren que el dinero que controlaba el mundo venía de
Cola y los ingresos volvían allí a través de un
millón de escalas.
Los colicoides siguen sin contar con el respeto de la galaxia. Poco
les importa: Ellos sólo quieren dinero, y saben que sus
servicios son respetados porque son de los mejores en su trabajo. Es
improbable que hayamos oído la última palabra de esta
especie.
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