Los nosaurianos son unos reptiles bípedos que miden entre 1.20
y 1.55 metros. Tienen en cada mano cuatro dedos muy ágiles, y tres
dedos en cada pie, en una formación parecida a la de un pájaro.
La piel escamosa de un nosauriano puede ser de cualquier color entre el
verde claro y el negro.
Tal vez el rasgo más destacado de los nosaurianos sea su cresta
de seis cuernos parecida a un tocado. Los cuernos son lo bastante afilados
para utilizarlos como arma contra un enemigo, pero la mayoría de
los nosaurianos protegen su cornamenta para impedir que se rompa accidentalmente.
Un nosauriano con muchos tocones desiguales en su cabeza suele ser o muy
viejo o muy pendenciero.
Desde un punto de vista distinto, otro rasgo interesante de los nosaurianos
es que no ven el color, sino únicamente tonos de gris. La mayoría
de los nosaurianos son conscientes de que existe un concepto llamado color
que ven otras especies, y suelen interpretar que ciertos tonos de gris
equivalen al rojo, y otros tonos más claros al azul, pero son incapaces
de distinguir gradaciones sutiles en varios tonos, y se cree que podrían
tener problemas para identificar pantallas de ordenadores. Sin embargo,
la mayoría de la gente que interactúa con un nosauriano,
no se da cuenta de este rasgo.
Otro rasgo curioso de los nosaurianos es que pueden volver fosforescentes
sus labios a voluntad. Esta habilidad ha aparecido también en algunos
animales salvajes de Nuevo Plympto, que la usan para atraer a sus presas.
Sin embargo, los nosaurianos, que tienen poco interés por la arqueología,
no han investigado lo suficiente su propia prehistoria como para que podamos
saber si esto se desarrolló en ellos por el mismo motivo.
Los reflejos de un nosauriano son más rápidos que lo normal,
y eso les convierte en buenos atletas y pilotos (siempre que los controles
del vehículo no utilicen el color de un modo significativo). La
evolución en su planeta natal, Nuevo Plympto, les ha
convertido en ágiles escaladores y les ha hecho desarrollar técnicas
de sustento en tiempos difíciles.
Existe un rasgo cultural curioso en los nosaurianos: Cuando el sol baja
más allá del horizonte en Nuevo Plympto, un nosauriano debe
rebuznar lo más alto posible para "hacer que baje cantando". Se
trata de un tic casi involuntario, pero eso permite que un nosauriano sepa
si el sol se está poniendo incluso aunque esté en un interior.
De cualquier modo, esta llamada astronómica suele tener lugar en
momentos extraños cuando un nosauriano abandona Nuevo Plympto; no
está claro cuál es el detonante de la llamada en sistemas
con varios soles, o incluso con una o más lunas (puesto que Nuevo
Plympto no tiene satélites naturales), con la posible excepción
de alguna ley de Murphy que haga que los nosaurianos rebuznen en el momento
más inoportuno. Después de que se hayan registrado malas
experiencias, más de un teatro o restaurante se ha negado a servir
a un nosauriano por miedo a enojar a sus otros clientes. Muchas especies
los consideran alborotadores, aunque en realidad son gregarios y de naturaleza
tranquila (con esa excepción).
Nuevo Plympto era un planeta de tipo terrestre, con atmósfera
respirable y un terreno en que destacaban llanuras, montañas y mares;
existen algunas ciudades, como la capital, Phemiss. Nuevo Plympto orbita
la estrella amarilla Pym y, como he dicho, no tiene satélites. Está
en el sector coreliano.
En tiempos de la Antigua República, no era en absoluto un planeta
autosuficiente, y los alimentos, junto con las comunicaciones y la tecnología,
estaban entre las principales importaciones de Nuevo Plympto. Los cuatro
puertos espaciales del planeta (Uno de ellos estelar y tres de servicios
limitados) debían funcionar constantemente para mantener el planeta
en funcionamiento, sobre todo porque el turismo era mínimo. El planeta
aprovechaba el comercio porque estaba ubicado en la Dorsal Coreliana, entre
Jumus y Duro.
Afortundamente, Nuevo Plympto tenía una exportación que
le permitía salir adelante; se trataba de una bebida alcohólica,
utilizable con fines medicinales, que se formaba a partir de las yemas
de huevos de unos crustáceos de diez patas llamados rikknits,
que anidaban en las copas de los árboles. Esta bebida era lo bastante
popular para dar empleo a la mayor parte de los mil millones de nosaurianos
que habitaban Nuevo Plympto en tiempos de la Antigua República cazando
rikknits, y digo cazando porque los rikknits, pese a todos los intentos,
no se pueden criar en cautividad. Sin embargo, la caza indiscriminada de
rikknits amenazaba con provocar su extinción.
El entonces canciller supremo Finis Valorum firmó una ley medioambiental
que convertía a los rikknits en especie protegida, y por tanto proscribía
su caza. De la noche a la mañana, la mayor parte de la población
de Nuevo Plympto se convirtió en furtiva.
Pero los nosaurianos comprendieron que, si seguían cazando rikknits
del mismo modo, la Antigua República tomaría medidas más
agresivas contra Nuevo Plympto. Intentaron difundir sus protestas a través
de la vía legal, pero Nuevo Plympto no tenía representación
directa en el Senado Galáctico (Recordemos que sólo hay 1024
estrados para representar a varios miles de millones mundos, no todos los
cuales están habitados), y tuvieron que recurrir al representante
humano del sector coreliano. La Antigua República estaba demasiado
asfixiada por la burocracia, y Nuevo Plympto entró en una importante
recesión económica que obligó a cientos de miles de
nosaurianos a emigrar hacia algún cercano planeta del Núcleo.
Muchos nosaurianos culparon a los humanos en general de su crisis (no
sin falta de razón), iniciándose así una animosidad
cultural que en tiempos recientes ha ido a peor.
Entonces llegó el Imperio,
con una interesante política pro-humana. Dado que Nuevo Plympto
ya estaba bastante empobrecido, el Procurador Imperial de Justicia clasificó
ese planeta, al igual que otros veintiséis mundos habitados por
alienígenas, como "prescindible". Eso permitía que el Imperio
tomase el control de todos los escasos recursos y comercio que quedasen
en el planeta. Inicialmente, la idea era ignorar cualquier interés
que pudiesen tener los nativos, exceptuando aquéllos que llevasen
a cabo algún tipo de resistencia; estos últimos serían
ejecutados. Entre una cosa y otra, la población nosauriana en Nuevo
Plympto se redujo a un 2% de lo que había llegado a ser antes de
que los humanos empezasen a incordiar.
Un año antes de la batalla de Yavin, surgió la primera
resistencia organizada con éxito, liderada por el nosauriano Fefar
Ojonegro, autoproclamado general, que llevó a cabo tres feroces
campañas guerrilleras con éxito en dos años. Sin embargo,
después de esos dos años, Ojonegro fue capturado por el Imperio
y la resistencia se colapsó. Malherido e incapaz de hablar, Ojonegro
fue enviado a Coruscant
como prisionero de guerra y exhibido en un zoo cerca de Ciudad Imperial.
El general pasó seis meses compartiendo una jaula de exhibición
de transpariacero con unos primates salvajes antes de suicidarse. Los nosaurianos,
sin embargo, nada sabían del destino de Ojonegro, y tuvieron que
tragarse el dominio del Imperio.
Cuando la Nueva República
liberó Coruscant, Nuevo Plympto supo de Ojonegro. Sorprendidos por
la crueldad del Imperio, muchos nosaurianos transfirieron su ira a los
líderes humanos de la Nueva República, y se negaron a unirse
al nuevo gobierno. Muchos otros planetas adoptaron una actitud similarmente
reservada, pero era por sus propios motivos, y si Nuevo Plymtpo era reservado,
eso era cosa suya.
Catorce años después de la batalla de Endor, tuvo lugar
la Insurrección Coreliana, en la que algunos líderes sacorrianos
se rebelaron contra la Nueva República. Nuevo Plympto aprovechó
la ocasión para declarar su propia independencia. Sin embargo, cuando
la Insurrección fue sofocada, los nosaurianos tuvieron que unirse
a la Nueva República nuevamente o afrontar el suicidio económico.
Pero el sentimiento antihumano se hizo más fuerte en Nuevo Plympto
gracias a la demagoga twi'lek Nolaa Tarkona,
líder de la Alianza de la Diversidad. Tarkona exigía como
mínimo la libertad de todas las razas no humanas, y si era posible
la exterminación de la raza humana, y estaba dispuesta a utilizar
medidas extremas para salirse con la suya. Miles de soldados nosaurianos
se unieron a la Alianza de la Diversidad, pero todo el movimiento se desmanteló
después de la desaparición de su líder.
De todos modos, las cosas se pusieron peor en Nuevo Plympto cuando llegaron
los invasores yuuzhan vong, después de la caída del cercano
planeta Duro. El planeta debía convertirse en un bastión
vong, una base de avanzadilla para tomar el resto del sector coreliano,
pero los nosaurianos estaban hartos de que los extraños les ignorasen
e hiciesen lo que les diera la gana con su planeta, y decidieron volver
a resistir. De nuevo contaron con líderes que eran mujeres twi'lek,
en este caso la jedi Alema Rar y su hermana Numa. La invasión fue
inevitable, pero los nosaurianos hirieron a los vong donde más les
dolía destruyendo incontables biocriaderos, datumeks de formadores
y edificios consagrados a Yum-Yammka.
Después de casi un año de pérdidas frustrantes,
el comandante yuuzhan vong decidió abandonar Nuevo Plympto, pero
antes dejó atrás un virus aniquilador que habían diseñado
los vong con bioingeniería. Los nosaurianos en Nuevo Plympto se
hicieron jalea.
Aleema y Numa se prepararon para escapar con varios miles de refugiados
en la nave Cazador de Nébulas, pero el Señor de la
Guerra Tsavong Lah puso una recompensa por sus cabezas y los yuuzhan vong
emboscaron la nave. El capitán Pólux se negó a admitir
que las jedi estuviesen a bordo de la nave, y por su insolencia los vong
le cortaron una oreja, mataron a la tripulación ante sus ojos, acabaron
con Numa Rar, y después destruyeron la nave con Pólux dentro;
con algunas posibles excepciones, debemos suponer que los refugiados cayeron.
Mientras tanto, Nuevo Plympto está en cuarentena total. Durante
su estancia en la univesridad de Sanbra, el profesor Tem Ellis se fijó
en una joven nosauriana no identificada a la que conocía de vista
porque era ayudante en el departamento del profesor Eppington. Mientras
los académicos hablaban del ataque vong a Yag'Dhul, la niña
echó a gritar cada vez más alto, como si algo le arrancase
el sonido desde ya no sus entrañas, sino su alma. Ni siquiera algunos
viandantes que intentaron hablar con ella pudieron hacer nada; fue necesario
que la seguridad del campus la anestesiase y se la llevase en el speeder
médico. Ella acababa de descubrir que los vong habían destruido
su mundo.
Ella, como los varios millones de nosaurianos que aún pueden
encontrarse por la galaxia en otros planetas, asegurarán que la
especie tenga continuidad. Sin embargo, la mayoría de ellos se siente
amargados y enfadados, y no es probable que confíen en los humanos.
NOSAURIANOS NOTORIOS
General Fefar Ojonegro: Este nosauriano vivió
en tiempos del Imperio y, cuando
el Procurador Imperial de Justicia declaró su planeta "prescindible"
para que los burócratas del Imperio pudiesen hacerse con los recursos
naturales y matar impunemente a cualquier nativo, Ojonegro, que probablemente
se autoproclamó general, lideró la primera resistencia organizada
con éxito, iniciada en el año anterior a la batalla de Yavin.
Dos años después, y habiendo llevado a cabo tres campañas
guerrilleras, el general imperial capturó a Ojonegro, y el nosauriano
fue torturado hasta quedar incapaz de hablar. Después, Ojonegro
fue enviado a Coruscant
como prisionero de guerra, y acabó siendo exhibido en un zoo cerca
de Ciudad Imperial. Durante seis meses, Ojonegro compartió una jaula
de exhibición de transpariacero con primates salvajes (lo cual no
deja de ser curioso, porque un nosauriano, siendo reptil, no se parece
en nada a un primate), y después reunió el valor suficiente
para suicidarse.
Cuando los nosaurianos supieron de esto, después de la caída
del Imperio, muchos transfirieron su ira a los líderes humanos de
la Nueva República.
Moco Minkfruit: De este nosauriano aún
no sabemos nada, pero en cuanto me entere de algo, yo se lo cuento.
Clegg Holdfast: Este nosauriano nació
de padre pescador y madre fabricante de velas en el distrito de traineras
de Phemiss. La familia Holdfat era humilde y apenas arañaba lo que
podía para sobrevivir; Clegg soñaba con hacerse periodista
en el Servicio Galáctico de Noticias,
y sus amigos le animaban diciéndole que sus ironías eran
muy buenas.
Cuando el cancillero Valorum firmó el decreto que convertía
al rikknit en una especie protegida, la familia Holdfast no resultó
afectada directamente, pero la depresión económica provocada
por el decreto hizo insostenibles sus vidas. Clegg tuvo que abandonar Nuevo
Plympto a los trece años, recién alcanzada la mayoría
de edad nosauriana.
Desgraciadamente, Clegg no era lo bastante bueno para trabajar en un
servicio de noticias tan respetable como el que buscaba; sus ironías
eran bastante malas en comparación con las de los profesionales.
Finalmente, Noticias TriNebulón
contrató a Clegg porque estaba dispuesto a trabajar muy barato,
y el nosauriano empezó a llenar las últimas páginas
de su edición del sector coreliano. Las noticias de Holdfast fueron
poco relevantes; en particular se conocen sus titulares "Mujer de la Zona
Tiene la Mayor Colección de Jarras de Juri del Sector" y "El Hábitat
Orbital B Consigue un Nuevo Sistema de Alcantarillado".
Desgraciadamente para Holdfast y para todo el departamento del sector
coreliano, hubo unos recortes de presupuesto en TriNebulón y se
encontró en la calle con un eufemismo que decía despido temporal
pero no por cuánto tiempo.
Pero Holdfast descubrió que un escritor sin blanca es un gran
embustero en una entrevista de trabajo. Pronto estaba encargándose
del nuevo artículo de columnista de Vainas
Trimestral; en la entrevista había exagerado notablemente
sus conocimientos sobre el deporte de las carreras de vainas.
Había dicho que sabía algo.
Una vez estuvo contratado, Holdfast aprendió frenéticamente
todo lo que pudo sobre las carreras de vainas, en parte para preservar
su mentira, y en parte para sobrevivir lo suficiente hasta encontrar un
trabajo menos peligroso.
Finalmente, Holdfast se hizo con un Kelzar Kolvec KV9T9-B Avispa, bajo
el patrocinio de Vainas Trimestral, e hizo una primera demostración
respetable como piloto de vainas. Holdfast no admitiría esto ni
siquiera ante sí mismo, pero procuró apuntar hacia las posiciones
de la zona central del pelotón, porque hasta el momento habían
sido invariablemente las más seguras.
Existe un sector de rivales celosos que consideran a Holdfast un aficionado,
pero los fans compraron cada número de Vainas Trimestral, porque
era más interesante leer las primicias de su hombre en el campo.
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