LOS KHOMMITAS

Articulo creado por Skippy Farlstendoiro y maquetado por Al Noah, los xenobiólogos de SithNET.
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LOS KHOMMITAS


 
"Soy el octogésimo primer clon de Dorsk. Ochenta generaciones antes de mí han sido idénticas, realizando los mismos trabajos con el mismo nivel de habilidad, manteniendo nuestro nivel de perfección y sin retroceder".

I.- KHOMM.

Coordenadas espaciales cero, cero, cero: El centro de la galaxia. Políticamente, son las coordenadas del planeta Coruscant. Geográficamente, el centro de la galaxia es un agujero negro rodeado de antimateria. Coruscant queda sólo relativamente cerca, pero ni siquiera demasiado cerca: Alrededor del auténtico triple cero, hay densos conglomerados de estrellas, las más antiguas de la galaxia, en una zona que se llama alternativamente el Núcleo Profundo, el Núcleo Galáctico Profundo, o los Sistemas del Núcleo.

El empuje gravitacional del agujero negro es tan grande que hay auténticas perturbaciones espaciotemporales en la zona. Los viajes hiperespaciales son difíciles, y sólo hay unas pocas hiperrutas seguras hacia la región. Una de ellas lleva al sistema Khomm.

El planeta Khomm, el más importante del sistema homónimo, parece de color verde pálido visto desde fuera. Está cubierto de océanos y grandes masas de tierra, moteadas de amplios mares azules. El oxígeno es abundante, y eso ha hecho que el planeta produzca formas de vida, incluso humanoides.

Entre la fauna local destaca el zancudo khommita, un elegante animal salvaje de largas patas. Éste no debe confundirse con otros animales de nombre parecido, pero nula relación, en Kintan, Nuevo Pympto o Sedesia.

II.- LOS KHOMMITAS

La especie dominante en Khomm se conoce como khommita, y cuando digo dominante no lo digo en broma. Los khommitas son cuasi-humanos, lo cual significa que tienen una relación biológica muy próxima con los humanos. Similarmente a los arkanianos, los chiss o los umbaranos, los khommitas están genéticamente emparentados con los humanos, con sólo sutiles diferencias debidas acaso a mutaciones naturales o ingeniería genética premeditada.

A diferencia de otros cuasihumanos, los khommitas tienen ciertos rasgos físicos destacables. En primer lugar, destaca su pigmentación epitelial verdosa, a veces moteada de amarillo. A este extraño color de piel se le suma una curiosa suavidad, excepto en las extrañas protuberancias que salpican su coronilla. Un khommita carece de cualquier tipo de vello perceptible. La nariz es plana, las orejas están pegadas a la cabeza, y los labios han desaparecido. Los ojos amarillos no son extraordinarios. Sin embargo, y pese a este aspecto tan extraño, están a un paso genético de ser humanos.

Es rasgo frecuente de los cuasihumanos que puedan procrear con otros cuasihumanos, con un mestizaje viable. En el caso de los khommitas es totalmente imposible por causas de fuerza mayor: Los khommitas son asexuados. Aunque los individuos se denominan individualmente con un sexo (habitualmente masculino), los khommitas no están dotados de aparato reproductor biológico, y recurren a otros medios para asegurar la conservación de la especie.

La estatura de un khommita adulto sano puede oscilar entre los 120 y los 200 centímetros; los extremos no parecen deberse a una deficiencia o abundancia de ningún producto bioquímico u hormona.

Los khommitas son físicamente más resistentes que los humanos. Su esperanza de vida está en la media humana, pero están de algún modo más adaptados, para disfrutar de más tiempo en condiciones óptimas en perjuicio de los problemas de la senectud.

Los khommitas son personas muy inteligentes, pero de mentalidad cerrada. No son creativos ni imaginativos, no innovan, y les cuesta planificar a largo plazo. Al mismo tiempo, son muy testarudos y les desagrada cambiar su modo de hacer las cosas. Son además personas muy educadas, hasta el punto de resultar aburridos para los estándares del resto de la galaxia.


LA HISTORIA DE LOS KHOMMITAS


 

Los khommitas están entre los mejores clonadores de la galaxia.

Hace más de mil años, los khommitas ya estaban en ese puesto. Sus grandes avances estaban a la altura de otras culturas de clonadores, como los de los planetas Kamino o Lur, y algunos historiadores dicen que a los yuuzhan vong les habría encantado echar mano de sus tecnologías de ingeniería genética. La tecnología spaarti, después extendida en el Imperio, bebe en muchos sentidos de las técnicas khommitas.

Las técnicas khommitas de clonación no incluyen sistemas que lanzan descargas de información directamente al córtex cerebral. Los clones khommitas nacen sin la ventaja de un conocimiento intuitivo artificial, pero también nacen sin que su psique se vea afectada, y por tanto sin peligro de demencia. A los khommitas tampoco les gustan los sistemas de envejecimiento acelerado, porque diferencian al clon del original. De todos modos, los khommitas no eran famosos por clonar para clientes extraplanetarios, sólo por ser excelentes clonadores.

Aproximadamente entre el año 1000 y el 990 antes de Yavin, los khommitas decidieron que habían alcanzado el cénit de su civilización. Su cultura era, a sus ojos, perfecta. Por tanto, a partir de ese momento, la decadencia era segura. Decidieron tomar medidas para que nada cambiase nunca en su civilización.

Reemplazaron todos los nacimiento vivíparos con la clonación, aparentemente la clonación de individuos perfectos (lo cual podría llevar a la rápida extinción de los otros individuos). La sensibilidad a la Fuerza, siendo en muchos sentidos impredecible, era vista como una tara no deseable y un rasgo a eliminar de la especie, aunque hubo al menos jedi khommita en tiempos de la Antigua República. Descontando esta anomalía que no se ha explicado hasta el momento, cada clon retomaría la ocupación de su predecesor, manteniendo el equilibrio profesional de su sociedad perfecta.

Hasta las ciudades fueron rediseñadas en una cuadrícula, y los edificios fueron construidos con forma cúbica, o "matemáticamente perfectos". Domicilios y jardines eran cuadrados y preplanificados, como se ve claramente en Ciudad Heh'l, visualmente dominada por el impresionante centro de clonación (el edificio menos angular de la ciudad). Si algo sufre efectos del desgaste, es rápidamente reemplazado con una réplica exacta.

Incluso la población animal pasó a estar genéticamente controlada, en un intento de preservar su perfección genética. Por desgracia, esto mismo ha provocado cambios: Tras siglos de clonación, los zancudos dejaron de ser salvajes y pasaron a ser pasivos y mansos.

Cierto es que su sociedad tiene grandes ventajas. Su sistema educativo es excelente y lo bastante amplio para dar a los khommitas acceso a la información que necesiten. Cada khommita aprende a través de generaciones de perfección en un campo concreto, en un grupo profesional definido.

El idioma local, el khomm, aparentemente cayó en desuso tras esta medida. El planeta Khomm adoptó el Básico como lengua oficial, dejando atrás su lengua vernácula. El sistema educativo khommita es sin embargo bilingüe, dando al alumno posibilidad de elegir una segunda lengua que aprender.

Como se puede entender, este nivel de clonación supone el mayor abrazo cultural a la eugenesia en toda la galaxia. Curiosamente, el planeta Khomm no ha obtenido notoriedad por ninguna otra cosa excepto por su cultura de clonación.

La sociedad resultante en Khomm ha sido de conformidad absoluta. Pese a su inteligencia y su educación, desprecian la innovación y la unicidad, infravaloran la creatividad, y temen el enorme impacto que puede causar en su modo de vida cualquier disrupción del status quo. El librepensamiento, inicialmente indeseable, acabó resultando un concepto extraño y casi inimaginable. El crimen desapareció.

Por lo demás, y durante los siglos sucesivos, la sociedad no ha tenido más cambios que la adaptación a su nueva perfección. Los visitantes alienígenas han encontrado Khomm lo bastante aburrido como para volverse literalmente locos.

Khomm fue un mundo leal a la República en los siglos sucesivos, sin duda porque la filiación formaba parte de su perfección. Durante siglos, la política intergaláctica fue irrelevante, dado lo difícil que era alcanzar Khomm: Después de todo, el gran cambio social en Khomm había tenido lugar después de la batalla de Ruusan (Quizá incluso estuvo motivado por ella), y no hubo importantes eventos que cubrieran toda la galaxia desde entonces... hasta las Guerras Clon.

La lealtad de Khomm para con la República se vio inalterable. Sin embargo, al principio de la Guerra, el Senado Galáctico aprobó el Decreto E49D139.41, prohibiendo cualquier investigación eugenésica no militar, para asegurarse de que los separatistas no pudiesen infiltrar ni corromper la tecnología de los clones. Las economías y sociedades de algunos mundos miembros que se basaban en la clonación se vieron muy afectadas. Pese a que Khomm en concreto tuvo ciertas dispensas gubernamentales, incluso así las restricciones a la clonación en tiempos de guerra afectaron a Khomm probablemente más que a ningún otro mundo.

Las Guerras propiamente dichas, en el sentido de invasiones de droides separatistas, apenas salpicaron el Núcleo Profundo. Sin embargo, Khomm era bien conocido e importante: El teniente clon CAR Nulo-7, en su búsqueda del científico kaminoano desertor Ko Sai, consideró que éste podría ocultarse en una capital clonadora como Khomm o Arkania. Esto tuvo lugar durante el segundo año de la guerra.

El fin de la guerra y el auge del Imperio devolvió a Khomm a su agradable rutina, y rara vez nadie se molestaba en viajar por complejas rutas del Núcleo Profundo para visitarlo. En cierta ocasión, antes de la batalla de Yavin, un oficial imperial contrató una unidad de mercenarios y los envió a Khomm para emboscar a su colega, un tal capitán Beri Tulon, al que despreciaba. Después, envió a Tulon a una rutinaria misión de reconocimiento en Khomm. Los mercenarios masacraron a casi todos los soldados de Tulon, pero éste y unos pocos hombres escaparon, y Tulon eventualmente llevó al responsable del cobarde ataque ante la eficiente justicia imperial. Aparentemente, los khommitas no se vieron afectados.

Khomm apenas se vio afectado por el auge de la Rebelión contra el Imperio, al menos hasta después de la batalla de Endor. La muerte del emperador y la captura de Coruscant acabaron alterando la política galáctica, pero de nuevo Khomm siguió ocupándose de sus asuntos, sin meterse con nadie, agradablemente estancado. Nada cambiaba nunca, ni lo había hecho en más de mil años.

Hasta que, en el año 11 después de Yavin, un joven khommita llamado Dorsk 81 descubrió que, a diferencia de sus predecesores, él podía sentir y afectar el poder de la Fuerza. Este clon acabó realizando lo impensable: Abandonó su puesto de trabajo y viajó al planeta Yavin IV para estudiar en la recién creada academia jedi del maestro Luke Skywalker. El resto de los khommitas le tacharon de lunático y pensaron que, de todos modos, pronto se le pasaría la tontería y volvería a su antiguo puesto.

Llegaron noticias de cómo Dorsk 81 y sus compañeros habían derrotado al espíritu del lord sith Exar Kun. Dorsk 81 se hizo famoso, el primer khommita que realizaba algo heroico en mil años. Cuando Dorsk 81 regresó a su mundo, con el propósito de ser el vigilante jedi de Khomm, fue recibido con honores. Después, su precursor y su predecesor le instaron a regresar a su anterior empleo, y la población clónica ignoró abiertamente cualquier intento de Dorsk 81 de modificar su cultura con innovadoras teorías sobre los jedi. Ninguno cedió: Dorsk 81 no se veía capaz de regresar a su puesto, pero Khomm tampoco iba a cambiar.

Dorsk 81 abandonó su mundo por segunda vez para espiar a los imperiales en una reunión cercana. Fue detectado y logró escapar, pero los imperiales le reconocieron como khommita y razonaron que Khomm debía ser un mundo partidario de la Nueva República. Bajo el mando de un comandante en jefe tan agresivo como la Almirante Daala, un ataque contra Khomm era tan inminente como evidente. Dorsk 81 intentó avisar a la población, pero el líder de la ciudad, Kaell 116, prometió únicamente considerar la cuestión.

El imperio atacó entonces Khomm. El coronel Cronus bombardeó el planeta con el Mando Carmesí, un grupo de destructores clase Victoria (algunos con el casco pintado de rojo) que habían pertenecido al difunto Alto Almirante Teradoc. El mismo Cronus pilotó el destructor 13X. Khomm no tenía defensas planetarias. Miles de personas murieron y ciudades se redujeron a escombros en algo que ni siquiera pudo llamarse batalla, puesto que no había resistencia organizada.

Cronus falleció poco después en una auténtica batalla, y su flota fue gravemente dañada por Dorsk 81 en persona. El daño ya estaba hecho, pero la vida seguía.

Un golpe tan brutal a una sociedad tan cuidadosamente ordenada, inevitablemente empezó a causar un cambio social. Se hizo imprescindible adaptarse, pese a que durante siglos ni siquiera lo habían intentado. Los khommitas recientemente han empezado a reconsiderar los beneficios de la conformidad pura sin innovación.

Por primera vez, unos pocos khommitas han abandonado su sociedad estructurada y metódica, siguiendo el ejemplo de Dorsk 81: Exploradores, soldados y líderes han empezado a averiguar qué puede aprender Khomm del resto de la galaxia. Los dos clones de Dorsk 81, Dorsk 82 y Dorsk 83, han detectado potencial para la Fuerza y también han ido a estudiar al praxeum de Luke Skywalker.

Son tiempos de cambio.


KHOMMITAS NOTORIOS


 

Brell 142: Un famoso khommita.

Edor 76: Un famoso khommita.

Kaell 115: Este khommita era líder de ciudad en la ciudad natal de Dorsk 81 cuando éste se fue al praxeum de Luke Skywalker. Kaell 115 fue reemplazado por Kaell 116 menos de un año después.

Kaell 116: Este khommita era líder de ciudad en la ciudad natal de Dorsk 81 cuando éste regresó del praxeum de Luke Skywalker. Poco después, Dorsk 81 intentó convencer a Kaell 116 de que Khomm iba a ser atacado por el Imperio, pero Kaell 116 sólo aceptó considerar la cuestión. La desestimó en privado, y se sorprendió cuando el coronel Cronus empezó a bombardear su mundo.

Kiros 65: Un famoso khommita.

Rosk 102: Un famoso khommita.

Sestra 49: Un famoso khommita.

Telsa 89: Un famoso khommita.


LOS DORSK


 

El linaje de Dorsk, iniciado mil años antes de la Nueva República, es la única línea khommita conocida en que se han dado usuarios de la Fuerza. Los clones 81º en adelante han presentado potencial para ser jedis, lo cual sugiere ese potencial en la plantilla original, Dorsk a secas, y tal vez una represión de éste en las primeras ochenta copias.

Dorsk había sido director de centros de clonación en Khomm, y tal sería la ocupación de esos primeros ochenta descendientes...

DORSK 80

Este descendiente de Dorsk convivió con el siguiente, Dorsk 81. Dorsk 80 era mucho más conservador que Dorsk 81.

Cuando Dorsk 81 partió hacia Yavin IV, Dorsk 80 esperaba que Dorsk 81 no tardase en volver a su puesto de trabajo. Dorsk 81 volvió a Khomm, pero no a su puesto, pese a que Dorsk 80 y Dorsk 82 intentaron convencerle.

Dorsk 80 falleció durante el bombardeo imperial a Khomm en el año 12 después de Yavin.

DORSK 81

Dorsk 81 era clon de Dorsk, y el sucesor designado de Dorsk 80 gestionando centros de clonación. Desde el principio de su vida, se dio cuenta de que era distinto en mente y espíritu a los otros clones. Casi en su madurez, en el año 11 después de Yavin, Dorsk 81 descubrió sus habilidades de la Fuerza, y se consideró un fracaso para su raza. Era diferente. ¿Qué mayor vergüenza podría haber?

Por aquel entonces, después de la captura de Coruscant, Luke Skywalker se autoproclamó maestro jedi e inició su proyecto de reconstruir la Orden Jedi en beneficio de la Nueva República. Dorsk 81 dejó Khomm para ir a la nueva academia jedi de YAvin IV, en busca de guía. Dorsk 80 se opuso, pero eventualmente le reemplazó en su puesto con Dorsk 82.

Dorsk 81 conoció a Skywalker y aceptó quedarse en la academia, o praxeum. Dorsk 81 formó parte de la primera clase de Skywalker, con otros once estudiantes. De entre ellos, confraternizó especialmetne con Kirana Ti, la bruja de Dathomir. Dorsk 81, acostumbrado a los techos y a las estancias perfectamente regulares de Khomm, se sentía extraño en un mundo selvático, pero se fue adaptando poco a poco. Se hizo amigo también de otro aprendiz que había entrado en la clase más tarde, Kyp Durron.

Dorsk 81 no era un alumno excepcional. Practicando con la Fuerza una noche en una caverna subterránea, casi resultó herido. En otra ocasión, mientras su clase levitaba en un manantial, una burbuja de calor hirviente se acercó a ellos, siendo responsabilidad de Dorsk desviar el calor; pero Dorsk se asustó y sucumbió al pánico. Sólo gracias a la intervención de su compañero de clase Gantoris, Dorsk logró tener éxito.

Poco después, Gantoris sucumbió a la influencia del espíritu de Exar Kun, un lord del sith que había muerto en Yavin IV milenios atrás. Bajo la influencia de Kun, Gantoris se batió en duelo con Skywalker ante los ojos de Dorsk y otros testigos. Pero Gantoris se resistía al control de Kun, y éste tomó medidas matando al aprendiz de jedi e incinerando su cuerpo. Dorsk encontró el cadáver y guió a Skywalker hasta él.

Kyp Durron encontró el templo de Exar Kun y guió a Dorsk hasta allí. Cuando llegaron, Kun contactó con Durron. Interesado en escuchar las promesas de poder de Kun, Durron "puso a dormir" a Dorsk, noqueándole sin hacerle daño. Kun pretendía matar al clon, pero Durron se lo impidió. Sin embargo, eventualmente Durron sucumbió al lado oscuro y a Kun, desertó del praxeum y huyó de Yavin en el caza Z-95 de Mara Jade. Kun consiguió incluso librarse temporalmente de Skywalker. Pero Dorsk y los otros estudiantes trabajaron juntos para derrotar a Exar Kun y, tras lograrlo, perdonaron a Durron y le dieron la bienvenida de nuevo a sus filas.

Al año siguiente, Dorsk 81 se graduó y fue nombrado Caballero Jedi. Escogió dejar Yavin para ser el vigilante jedi de Khomm. Khomm le recibió como un héroe por sus proezas, pero los khommitas (en especial sus parientes) pretendían que volviese a su antiguo empleo. Dorsk pronto descubrió que Khomm no estaba preparado para un vigilante jedi, pero él mismo no podía integrar su nuevo conocimiento y su experiencia a la vida que había tenido.

Así, cuando Kyp Durron le ofreció a Dorsk una misión jedi en el Núcleo Profundo, Dorsk aceptó encantado.

Por aquel entonces, el antaño poderoso Imperio Galáctico había sucumbido a rencillas intestinas, con docenas de señores de la guerra controlando pequeñas flotas individuales, y algún que otro inquisidor o jedi oscuro carismático independiente. Tras las muertes de Ysanne Isard, el Gran Almirante Thrawn y el emperador Palpatine renacido, el Imperio no había tenido un líder único, y por tanto no había sido una auténtica amenaza para el dominio galáctico de la Nueva República. La Almirante Daala había convocado una secreta reunión de líderes imperiales en el Núcleo Profundo, pretendiendo reunificarlos bajo su control personal, y formar una única e inmensa flota con las naves desperdigadas que les quedaban. Con esa flota, Daala pretendía destruir el praxeum de Yavin IV, como victoria propagandística para instar a las otras facciones imperiales a unirse a ell.

Dorsk 81 y Kyp Durron espiaron a Daala en un mundo nuclear, pero fueron descubiertos y obligado a huir. El único destino de su naviordenador era Khomm, así que fueron allí. En cuanto llegaron, Dorsk 81 fue corriendo a advertir al líder de ciudad, Kaell 116, del inminente ataque. Por desgracia, Kaell, que no contaba a Dorsk 81 entre sus amigos, recibió las noticias con escepticismo.

Efectivamente, Khomm fue atacado por las fuerzas de Daala. El coronel Cronus y sus destructores clase Victoria teñidos de rojo, el Mando Carmesí, causaron estragos en el planeta. Pronto volverían sus miras hacia Yavin, pero para entonces Dorsk y Durron ya habrían llegado.

Treinta estudiantes estaban en Yavin en ese momento, pero afortunadamente no en el Gran Templo, sino en el Templo de la Hoja Azul, más pequeño y cercano. Eso confundió a Cronus, que designó como blanco primario un objetivo inútil. Veinte de las naves del Mando Carmesí iniciaron el ataque e inmediatamente después lanzaron una primera oleada de cazas y bombarderos TIE. Dorsk 81 lanzó pesadas rocas a los TIE usando la Fuerza; los TIE colisionaron y se estrellaron. Al ver la eficacia de esta táctica, otros estudiantes le imitaron, repeliendo así la primera oleada.

De todos modos, Durron ordenó retirada al templo principal, donde estarían mejor preparados para combatir a la fuerza de asalto terrestre. Dorsk derribó un andador AT-ST en un árbol de la selva durante el camino.

Cronus, acostumbrado a ataques rápidos y sin oposición como el de Khomm, se sintió confuso ante la resistencia inesperada, y tardó en reaccionar; ni siquiera la presencia de Gilad Pellaeon fue suficiente para continuar la presión. En el intervalo entre oleadas de ataques imperiales, los jedi se reunieron en la Sala de Guerra del Templo, desde donde el general Dodonna había supervisado la batalla contra la Estrella de la Muerte doce años antes. Teniendo ocasión de analizar, se fijaron en que no había menos de diecisiete destructores en órbita, más la posibilidad de que en cualquier momento llegase Daala con su nave insignia, el Martillo del Caballero.

A Dorsk se le ocurrió entonces una idea: Utilizar el empujón de la Fuerza para lanzar toda la flota fuera del sistema. Dorsk recordaba las enseñanzas de Luke Skywalker: "El tamaño no es importante" era un axioma esencial que le había dicho a Skywalker su segundo maestro. La idea de Dorsk era una locura, pero los jedi aceptaron.

Los jedi se ubicaron en puntos exteriores del templo, dejando a Dorsk solo en la cubierta de observación, sobre una cumbre de la Fuerza. Los jedi canalizaron todo su poder a través de Dorsk, y éste se rindió totalmente a la Fuerza, empujando toda la flota imperial fuera del sistema. El gran poder de todos esos jedis, incluido Durron, fluyó por el cuerpo clónico de Dorsk, lo abrumó, lo incineró... y lo mató.

Durron corrió por el templo a ayudar a su amigo, pero llegó demasiado tarde para hacer nada. Con una última frase, "Se han ido, amigo mío", Dorsk 81 expiró.

La batalla no había terminado: Aunque las fuerzas de tierra no eran rival para los jedi, Daala acabó apareciendo con sus propias naves. La oportuna llegada de Luke Skywalker con refuerzos, entre ellos Calista Ming, acabaron poniendo en jaque a la flota de Daala, e incluso el almirante Ackbar acabó personándose con más naves. En el conflicto, una cañonera coreliana embistió el puente del 13X, acabando con Cronus; Calista destruyó el Martillo; y Daala logró escapar entre enormes pérdidas. Tras esa desastrosa derrota, Daala abandonó el mando de la flota imperial, y fue sustituida por Pellaeon.

Dorsk 81 fue enterrado en la arboleda de la selva de Yavin, en una tumba marcada por un pedestal gris al lado del lugar de reposo de Gantoris. Fue el segundo jedi del Nuevo Orden en morir violentamente; no sería el último.

Deprimido por la muerte de su amigo, Durron decidió abandonar nuevamente Yavin IV. Acabaría regresando.

La sociedad khommita se vio inspirada por el martirio de Khomm. Tras este noble sacrificio, y tras su propio estigma venido en forma de bombardeo, la especie inició importantes reformas. Los clones de Dorsk 81, Dorsk 82 y Dorsk 83, eventualment estudiarían los caminos de la Fuerza.

DORSK 82

La profesión de Dorsk 80 había sido director de centros de clonación en Khomm. Estaba previsto que fuese la de sus sucesores. Dorsk 81 abandonó su puesto de trabajo para hacerse jedi. Pese a lo inesperado de la situación, el protocolo a seguir estaba claro: Dorsk 82 reemplazaría a Dorsk 81 en su puesto.

Dorsk 81 regresó convertido en un caballero jedi y pretendiendo ejercer una nueva profesión en la cultura khommita: Quería ser vigilante jedi de Khomm. A ojos de sus iguales, eso era aberrante: La distribución de profesiones era perfecta y llevaba mil años siéndolo, ergo no había motivo para crear una nueva profesión. Dorsk 82, junto con Dorsk 80, intentó convencer a Dorsk 81 para que volviese a su antiguo empleo. En ningún momento se menospreciaron los logros de Dorsk 81 como jedi, pero Khomm no necesitaba un jedi.

Dorsk 81 acabó yéndose de Khomm, no sin intentar advertir de un inminente ataque imperial. Khomm fue efectivamente bombardeado por el Imperio, lo cual causó miles de muertos y la destrucción de varias ciudades. Dorsk 80 murió en el ataque; en ese momento Dorsk 82 estaba de camino al centro de clonación, y ése fue el primer momento en que comprendió que él también podría ser un jedi.

Dorsk 81 falleció poco después, como un mártir, derrotando a la misma flota que había arrasado Khomm. Era el momento de cambiar: Dorsk 82, que esperaba tener potencial en la Fuerza, abandonó Khomm y fue a estudiar a Yavin IV, a cambiar... O a hacer exactamente lo mismo que había hecho su predecesor. O algo.

Dorsk 82 aterrizó en Yavin IV, donde le estaba esperando el maestro Skywalker. También fue a recibirle Kyp Durron, un caballero jedi que había sido amigo de Dorsk 81, y al que Dorsk 82 había visto de pasada en Khomm antes del ataque. Durron se quedó sorprendido por el evidente parecido familiar entre el recién llegado y su difunto amigo, confundiéndoles momentáneamente. Durron tomó entonces a Dorsk 82 bajo su ala y le llevó a la jungla a visitar la tumba de Dorsk 81. Allí, el jedi entregó al khommita el sable láser azul de Dorsk 81 que, según Durron usaría durante su entrenamiento. Dorsk 82 estaba lleno de dudas y ni siquiera sabía con certeza si tenía potencial para usar la Fuerza. Durron le impresionó derrotando a una feroz hidra selvática, y Dorsk 82 aceptó al menos aprender a luchar así.

Dorsk 82 probó su potencial para ser jedi, y fue aceptado en el praxeum de Luke Skywalker. Empezó su entrenamiento y se hizo buen amigo de Kyp Durron.

Skywalker recibió una petición de ayuda de su hermana, por entonces mandataria neorrepublicana, que le solicitaba enviar un par de sus jedis a la colonia mineral experimental de Corbos en respuesta a una llamada de auxilio. Skywalker escogió enviar a Durron, y éste pidió que su amigo Dorsk 82 le acompañase. El maestro aceptó, decidiendo que otros dos jedis, Streen y Kirana Ti, se prepararían para ir como refuerzo de ser necesario.

Skywalker les ofreció una nave donada, el Celador Sash. Dorsk 82 la encontró húmeda, y dudaba si podrían pilotarla, si tendrían la ruta correcta, y si él mismo tendría suficiente experiencia para una misión. Obviamente dudaba de su propia habilidad. Durron intentó quitarle miedos, y le explicó que Dorsk 81 también había tenido dudas.

Al llegar a Corbos, Dorsk 82 detectó una señal de socorro a la que intentaron responder, pero no consiguieron abrir un canal. Durron se veía perturbado por constantes gritos que oía en su cabeza; Dorsk 82 era incapaz de oírlos y eso le preocupaba: Podría significar que aún no tenía suficiente entrenamiento, o que no tenía tanto potencial. Inmediatamente después del aterrizaje, Dorsk 82 quiso pedir refuerzos, pero Durron le instó a investigar primero: El humano sentía claramente a los fantasmas, y el khommita no podía librarse de la sensación de ser vigilado.

Dorsk 82 encontró sangre y marcas de blásters. Se fijó en herramientas tiradas por el suelo, que creyó habían sido abandonadas. Durron le corrigió: El estado imperfecto de los utensilios sugeriía que habían sido usadas como armas improvisadas. Dorsk 82 notó que nada había sido saqueado o robado: Lo que fuese que les atacó no buscaba más que destrucción.

Un cronómetro encontrado por Dorsk 82 señaló la cercanía del amanecer. Durron le instó a dormir antes de seguir explorando. Pero, a diferencia de lo que pasaba con el jedi cuasihumano, los sentidos jedi de su compañero estaban demasiado despiertos, y los constantes gritos de fantasmas le impedían dormir. Durron decidió investigar personalmente y escalar una montaña, siguiendo su instinto.

Al despertar solo, Dorsk 82 inmediatamente creyó que Durron había muerto. Siendo de natural inseguro, Dorsk 82 fue a pedir ayuda a la nave. Streen y Kirana Ti no tardaron en llegar, y en ese tiempo Dorsk 82 descubrió que Durron había ido a combatir con un temible engendro sith de bioingeniería, el leviatán. En opinión de Dorsk 82, Durron necesitaría ayuda, así que intentó llevar a los otros hasta allí. Pero los otros jedi, guiados por la Fuerza, encontraron una ruta distinta: Dorsk 82 se fijó en el generador principal de la mina, que obtenía energía del calor de la lava.

Poco después, la Fuerza le advirtió de inminente peligro: Habían encontrado los huevos del leviatán. Ante la presencia de presas, las larvas eclosionaron e iniciaron un brutal ataque. Los jedi activaron sus sables, con Dorsk 82 usando el de su predecesor, y las combatieron. Kirana Ti estuvo a punto de caer a una profunda sima, pero Streen y Dorsk 82 la salvaron. Después de ello, Dorsk 82 encontró el sable de Kyp Durron, que éste había soltado en su lucha contra el leviatán en la cima de la misma montaña.

Los jedi escalaron en busca de Durron, y cuando llegaron el muchacho había vencido a su enemigo y liberado a los espíritus que éste retenía. Se saludaron y Dorsk 82 devolvió a Durron su sable. Pero entonces apareció un segundo leviatán aún más grande.

Durron repartió cuerdas para que los jedis intentasen derribar a su enemigo, pero el plan fracasó. Dorsk 82 observó entonces que el suelo estaba cediendo por el peso de ambos monstruos. Afortunadamente, las mismas cuerdas que no habían servido fueron útiles para interrumpir su caída... excepto en el caso de Dorsk 82, que se acabó agarrando a una tubería. Streen le salvó tirándole una cuerda.

Algunos esperaban que la caída del leviatán, en un foso de lava, le hubiese matado, pero Durron era escéptico. Dorsk 82 se fijó en un movimiento y todos vieron emerger al leviatán escupiendo chorretones de lava. Tres de los jedi intentaron combatirle con sables, pero Dorsk 82 tenía problemas para esquivar la lava y se ocultó tras el generador, diseñado para resistir estas condiciones.

Fue entonces que Dorsk 82 notó que el generador estaba funcionando, y que había unos cables todavía intactos. Informó a los otros: Si ellos lograban poner al monstruo sobre los cables, él activaría la energía y podrían freírle. A Kirana Ti le encantó la idea. Durron entonces se ubicó en los cables y saltó cuando el monstruo fue a morderle. En el momento en que el monstruo mordió los cables, Dorsk 82 activó el generador, y toda la energía electrocutó a la bestia.

Ahora que el monstruo había muerto, los espíritus que retenía fueron liberados. Dorsk 82 se echó a llorar, afirmando que podía oírlos.

Después de este encuentro con el lado oscuro, Dorsk 82 se redescubrió como individuo, y obtuvo confianza en sus habilidades. Se esforzaría por estar a la altura del legado de Dorsk 81, pero eso no significaba que él mismo fuese Dorsk 81. Visito la tumba de Dorsk 81 y, en paz, se convirtió en un jedi.

En el año 20 después de Yavin, ocho años después de la muerte de Dorsk 81, Dorsk 82 asistió a la boda de Luke Skywalker y Mara Jade. Para entonces, Dorsk 82 era un caballero jedi en pleno derecho y alzó su sable láser amarillo (Nótese que en Corbos había usado un sable láser azul). La iluminación poco habitual hizo que Dorsk 82 pareciese tener la piel morada en ese momento.

Perdemos el rastro de este khommita durante los siguientes seis años. Vuelve a aparecer en plena guerra contra los yuuzhan vong. En ese momento, los vong habían ofrecido un alto el fuego a cambio de que les entregasen a los jedi. Dorsk 82 había sido enviado a Ando en una nave, con su piloto personal Hhen, para ayudar a evacuar el planeta y explorar las acciones vong. Aterrizó en la ciudad de Imthitill.

Allí intentó proteger a treinta y ocho droides (incluído un droide de protocolo 3D-4) de una turba local que quería destruirlos para satisfacer a los yuuzhan vong. Un speeder de seguridad con la agencia policial local llegó a la escena, pero no ayudó a Dorsk contra la multitud: Por el contrario, revisaron la nave, vieron a los droides, confirmaron que no hubiese ningún jedi dentro, y destruyeron la nave.

Encontraron después a Dorsk 82 y le exigieron su rendición: Le querían vivo para entregárselo a los yuuzhan vong. Dorsk 82 se negó. Fue acribillado con fuego bláster y asesinado. Dorsk 82 murió sin temor, como un jedi... único.

DORSK 83

Después de la muerte de Dorsk 82, el siguiente clon de su familia, Dorsk 83, descubrió que la Fuerza era también intensa en él. Por sí mismo, Dorsk 83 tomó la decisión de ser un jedi. Abandonó entonces Khomm para buscar un maestro jedi.



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