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El parwan Derrown, también conocido como "El Exterminador", era uno de los mejores cazarrecompensas de la galaxia en los tiempos de las Guerras Clon. Tras superar una mortífera prueba del Conde Dooku y Moralo Eval, Derrown participó en una audaz misión separatista para secuestrar al Canciller Supremo de la República, colaborando con otras figuras de renombre en su campo.
El Exterminador
Derrown, un varón parwan venido del planeta Parwa, era un cazarrecompensas que medía 2.21 m. de estatura. Sus armas de elección eran variadas: Utilizaba dos pistolas bláster gemelas que manipulaban con pericia en sus tentáculos; una bandolera de explosivos; y un cañón montado en su hombro. Si no podía recurrir a su arsenal, Derrown podía dar descargas bioeléctricas a los enemigos que tocase con sus tentáculos. La bandolera aislaba sus granadas para que no explotasen cuando él usaba este poder.
Como todos los parwans, Derrown podía flotar en el aire. Él aprovechaba esta capacidad innata para acceder a puntos elevados a los que difícilmente podían llegar sus colegas más masivos. A veces Derrown utilizaba una mochila propulsora para volar en el aire con más velocidad y precisión; él tenía que quitarse sus tahalíes de bombas en ese caso.
En tiempos de las Guerras Clon, Derrown había alcanzado gran prestigio profesional. Su habilidad de crepitar energía le hizo ganar el macabro mote de "El Exterminador".
Las susodichas guerras enfrentaban a la República Galáctica, liderada por el Canciller Supremo Palpatine, con la Confederación de Sistemas Independientes y su líder el Conde Dooku. La República contaba con un Gran Ejército de soldados clónicos comandados por los miembros de la Orden Jedi, mientras que su enemigo, llamado despectivamente los Separatistas, se basaba en tropas droide.
En el año 20 ABY, el Conde Dooku decidió reclutar a los mejores cazarrecompensas que pudiese encontrar para una peligrosa misión: Secuestra al Canciller. Dooku y su aliado, el criminal findiano Moralo Eval, seleccionaron a estos sujetos de élite y los convocaron en el mundo de Dooku, Serenno, para un supuesto torneo amistoso en el que se remuneraría generosamente a los ganadores. Dooku sospechaba que los jedi intentarían infiltrar a un agente en este grupo, y decidió organizar este desafío previo con el fin de librarse de los intrusos.
Derrown recibió una invitación y viajó a Serenno, donde se habían reunido casi todos los otros cazadores: la frenk Twazzi, los ithorianos Bulduga y Onca, el kyuzo Embo, el rodiano Jakoli, el sakiyano Sixtat, el selkath Mantu, el snivviano Sinrich y la weequay Kiera Swan. En el exterior de la finca de Dooku, durante la noche local, Derrown hizo piña con Embo y Sixtat.
Fue entonces testigo de la llegada de dos rezagados: El duro Cad Bane y el humano Rako Hardeen, que era en realidad el Maestro Jedi Obi-Wan Kenobi disfrazado. Nada más ver al grupo, Bane mató a Bulduga de un disparo delante de todos, para quedarse con su sombrero. Esto no ofendió especialmente a nadie salvo a Onca, asociado y pariente de Bulduga.
Dooku entró escoltado por droides y saludó a los cazarrecompensas uno por uno. Explicó que la prueba consistía en entrar en una enorme estructura flotante llamada La Caja, donde se enfrentarían a pruebas letales que sin duda se cobrarían la vida de algunos candidatos. De entre los supervivientes, los cinco mejores recibirían un premio generoso y se les ofrecería participar en una misión de gran importancia, también muy bien pagada. Si sobrevivían seis o más, explicó Dooku, él haría matar a los peores candidatos para preservar sus secretos. Eval tomó entonces la palabra, jactándose de haber diseñado la Caja para simular situaciones que podían darse en la misión. Dooku le había prometido liderar la operación.
Los cazarrecompensas entregaron sus armas antes de empezar la misión y se enfrentaron al primer reto. Se encontraban en una habitación aparentemente vacía, con la pared cubierta sólo de monitores. Eval se presentó en forma de imagen e instó a los candidatos a escapar de su trampa. De pronto, el suelo liberó nubes de gas venenoso dioxis, pero al mismo tiempo surgieron también columnas que ascendían de forma irregular, dando a los cazarrecompensas la opción de subir a ellas para escapar de las nubes. Los mercenarios combatían unos con otros para ocupar los codiciados puestos elevados. Derrown no necesitaba estar sobre una columna: Su capacidad de flotación y su habilidad de escalada le permitían aferrarse a una zona bastante elevada de una columna.
Ahora bien, la situación era insostenible: Algunas columnas chocaban con el techo, y el gas ascendía implacable. Kenobi tomó la iniciativa y se lanzó al suelo para buscar una salida, contando con que su casco le permitiese respirar unos instantes. Derrown le miró bajar. Al poco rato, Kenobi reveló que había un túnel en el suelo y, como el gas dioxis ascendía, era una zona segura, así que animó al resto a escapar. Bane apoyó a Kenobi, y pronto todos empezaron a bajar. Derrown fue el cuarto en escabullirse, moviéndose con soltura por los túneles.
La segunda prueba fue en una sala oscura, de cuyas paredes surgían repentinamente barras incandescentes con un patrón no evidente. Onca fue atravesado por esta amenaza, lo cual animó a los otros a reunirse en el centro de la sala, donde estaban algo más protegidos. Kenobi dedujo rápidamente el patrón de las trampas y concluyó cómo podía escalar de una plataforma a otra hacia el techo de la sala, esquivando a la vez las espadas. Los otros cazarrecompensas le siguieron, salvo Swan y Sinrich que también cayeron en esta prueba.
De nuevo Derrown tenía ventaja: Él no necesitaba pisar escalones que se desvanecían de pronto, sino que simplemente flotó hacia arriba. Sin embargo, aprovechó sus seis tentáculos para agarrarse a columnas y balancearse. Una vez más, Derrown salió de la sala poco después de que lo hicieran Kenobi y Bane; esta vez, Derrown fue el tercero.
El falso Hardeen estaba impresionando a Dooku, lo cual indignó a Eval. En la tercera prueba, insistió el findiano a su empleador, la supervivencia no dependería de Hardeen.
Los supervivientes estaban en una sala con muros de rayos electrificados moviéndose implacables hacia ellos. La voz de Eval explicó que podían acceder a un interruptor que desactivaba la trampa, pero éste estaba protegido por estos escudos de rayos. Eval les ofreció una jeringuilla con un suero electrolítico que permitiría atravesar el escudo de forma inocua, pero que era letal para todos los presentes salvo uno; por supuesto, Eval no dijo cuál era el afortunado. Los cazarrecompensas se tomaron un instante para pensar qué hacer, pero entonces los rayos empezaron a moverse hacia ellos. Jakoli fue electrocutado.
Derrown tomó la jeringuilla, pero Bane se la arrebató. Derrown explicó en su idioma que su sangre parwan podía soportar el suero. Bane no hablaba tal lengua, pero Kenobi tradujo y declaró que, dependiendo del grupo sanguíneo de Derrown, él podría resistir esto. Bane aceptó, Derrown se inyectó el suero y probó a atravesar el escudo de rayos con sus tentáculos, acercándose tan rápido como pudo al botón de desactivar. Derrown lo consiguió, chispeando, humeando y temblando posiblemente entre dolores; pero para entonces Mantu también había caído.
Mientras los guerreros avanzaban hacia el prometido último reto, Bane preguntó a su socio cómo sabía tanto sobre biología parwan, y el falso Hardeen declaró haber sido en el pasado asesino de parwans profesional. Derrown expresó visiblemente su sorpresa.
En la última sala, los cazadores estaban a salvo en una plataforma, mientras que el suelo estaba cubierto por lanzallamas. Eval les entregó un único rifle y explicó que era una prueba de puntería en la que debían acertar tres veces a un holo-blanco móvil. Sixtat fue el primero en probar y, al fallar el último tiro, vio cómo el suelo bajo sus pies desaparecía, lanzándole a una muerte ardiente. Kenobi observó que cada tiro fallido reduciría la plataforma.
Kenobi tomó el rifle y acertó tres veces, lo cual elevó la plataforma en la que estaban los demás. Eval exigió al humano acertar otros cinco tiros, y sólo al intentarlo Kenobi vio que el rifle no tenía suficientes municiones. Eval hizo desaparecer la plataforma que sostenía a Kenobi… pero Bane lanzó a su asociado un cable para salvarle. Con apoyo tácito de los otros supervivientes, Bane acusó a Eval de traicionero, y Dooku le secundó: Eval claramente quería matar a "Hardeen", pero debía hacerlo en un duelo digno.
Dooku lanzó a Eval al interior de la Caja para que se enfrentase con Kenobi. Mientras los otros cazarrecompensas observaban desde su plataforma, Eval utilizó un brazalete de control para lanzar a Kenobi drones, lanzallamas y paredes. Pese a ello, Kenobi derrotó a Eval. Dooku exigió a Kenobi que matase a Eval, pero el jedi infiltrado se negó a hacerlo sin un pago. Dooku interpretó esto como una muestra de debilidad y falta de liderazgo, pero no insistió.
Dooku se dirigió a los supervivientes (Bane, Derrown, Embo, Eval, Twazzi y el falso Hardeen). Les explicó que la misión sería secuestrar al Canciller durante el Festival de la Luz de Naboo al día siguiente; los separatistas exigirían la liberación de todos los presos de su bando, o ejecutarían a Palpatine. Saldrían de inmediato en un transporte y, aunque el plan había sido ideado por Eval, Bane estaría al mando.
Los Recios de Bane ;)
Cuando los cazarrecompensas llegaron a Naboo, tomaron el control de un hangar eliminado sigilosamente a los operarios: Primero, Derrown estranguló a uno de los trabajadores con uno de sus tentáculos, lanzado desde arriba. Después de eso, Embo noqueó a dos naboo más, y Eval se ocupó de un cuarto. Derrown mientras se movió por el techo del hangar, oculto entre columnas y sombras. El parwan se abalanzó sobre otro peón y rápidamente le rompió el cuello con sus tentáculos; mas al hacerlo fue visto por otro bracero. Derrown asustó a esta persona haciendo muecas, lo cual instó al tipo a huir hacia la puerta. Allí topó con Bane, que le mató.
Sólo entonces entraron el Conde Dooku, Twazzi y Kenobi. Dooku les dio unas últimas instrucciones y cedió el control a Bane. Bane repartió cinco datapads individuales que detallaban el trabajo de cada uno y explicó el plan: El Canciller daría un discurso en un escenario, protegido por un escudo de rayos y por la Guardia Real Naboo. Derrown debía desactivar el escudo. Twazzi y Embo se harían pasar por los guardias que escoltaban al Canciller. Eval conduciría el vehículo de huido. Hardeen sería francotirador para dar fuego de cobertura. El plan era, por tanto: Derrown bajaba el escudo, y entonces Hardeen disparaba a Palpatine para herirle. Dos falsos guardias evacuaban al Canciller y lo subían al vehículo de Eval para escapar. El lugar de reunión (una refinería de plasma abandonada en las afueras de la ciudad de Theed) sólo les sería revelado cuando esta parte de la misión estuviese completada.
Todos se disfrazaron de Guardias Reales usando una matriz de disfraz holográfica, y no podrían comunicarse con el resto del equipo durante la misión.
Bane no confiaba totalmente en sus asociados y procuraba tenerlos vigilados, pero no impidió que Kenobi informase del plan a otro jedi, el Maestro Windu. Kenobi explicó cómo el parwan atravesaría los escudos, y pidió que comprobasen la identidad de los guardias.
Esa noche, mientras el Canciller daba su discurso, Derrown topaba con un auténtico guardia. Tomando la iniciativa, Derrown pidió al otro guardia su identificación, con lo cual el auténtico guardia no comprobó la identidad del falso.
Cuando Palpatine terminó su conferencia, el Festival continuó con fuegos de artificio. Derrown aprovechó para infiltrarse e intentar desactivar el escudo, pero Kenobi le vio desde su puesto de francotirador. Kenobi usó un comunicador para advertir a Windu contra el falso guardia en las escaleras; y Windu fue al generador de escudos con otro jedi, Anakin Skywalker.
Derrown mientras tanto había abandonado su disfraz para cruzar el escudo. El toque bioeléctrico del parwan le permitió sabotear el generador y destruirlo antes de que llegasen los jedi. La explosión de la máquina tiró hacia atrás a Skywalker, noqueó a Palpatine y apagó el escudo. Windu no fue a por Derrown; en vez de eso, se aseguró de que Palpatine estuviese protegido por dos guardias (que eran en realidad Embo y Twazzi).
Skywalker sin embargo se lanzó contra Derrown y le atacó con su sable laser. Derrown esquivó la acometida y desenfundó sus dos blásters, disparando a quemarropa. Estos tiros no dañaron a Skywalker, y el jedi rompió las dos pistolas con su sable en su siguiente golpe. Derrown entonces abrazó a Skywalker y lo electrocutó. Skywalker cayó al suelo inconsciente.
Derrown derrota a Anakin Skywalker
Derrown entonces activó su mochila propulsora para huir por aire. Sin embargo, se puso en la mira de Kenobi. El jedi le disparó, impactando en la mochila. El vuelo de Derrown se volvió totalmente errático, y el parwan cayó gritando, haciendo involuntarias piruetas en el aire.
Derrown estaba fuera de juego, pero la operación no había terminado porque los separatistas aún tenían al Canciller. Windu ayudó a Skywalker a recuperarse del ataque de Derrown. Sólo más tarde, Kenobi consiguió arrestar a todos los cazarrecompensas, incluidos Eval y Bane. Dooku había escapado, precisamente porque eso era lo que había planeado.
Dooku contaba con que las fuerzas de seguridad se confiasen tras esta victoria, y así él podría intentar raptar a Palpatine personalmente. Kenobi descubrió tal idea al encontrar un rastreador en el equipo que Dooku le había dado, y frustró el secuestro por segunda vez.
Poco después de esto, un parwan parecido a Derrown fue visto en el restaurante Plob Dribble del planeta Stobar, pero no está claro si era o no Derrown. Es improbable, porque el jedi Skywalker entró en el local y no parecía reconocer a su previo agresor.
Es también posible que Derrown fuese el parwan visto en el palacio de Jabba el Hutt cuando éste fue atacado por Darth Maul y sus asociados; de nuevo, la identidad de ese parwan no está confirmada.
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