"Piedad, se lo ruego ... Soy un simple banquero". (San Hill a Obi-Wan)
San Hill fue el presidente del CBI en los últimos años de la Antigua República, miembro del Consejo Separatista que gestionaba la Confederación de Sistemas Independientes durante las Guerras Clon, y uno de los responsables de la creación del mítico general droide Grievous.
Pese a la notoriedad obtenida por San Hill, la mayor parte de su vida se ha mantenido alejada de los titulares, y sólo durante sus últimos años hemos podido seguirle el rastro. Sabemos que San Hill tuvo una formación excepcional (haya sido o no académica): Era políglota en básico, huttés y ryl, siendo incluso capaz de entender el idioma lekku (lenguaje gestual creado con los movimientos de las colas cefálicas de los twi'leks).
Su conocimiento de la política galáctica no tenía rival, pero su talento para los negocios era aun mayor y podía humillar a los mayores magnates y jefes criminales de la historia. San Hill era un experto tasador capaz de calcular el auténtico valor de cualquier artículo o servicio, superado en ese talento por muy pocos (entre ellos quizá el legendario Xizor). Además de eso, San Hill era un buen diplomático y una persona a la que resultaba difícil engañar. Entre otras habilidades menos desarrolladas estaba la informática, el estudio de su mundo natal, y una férrea voluntad que le permitía negociar duramente, e incluso se podía resistir a ciertos poderes de la Fuerza.
Incluso como presidente del CBI parecía preferir gastarse su sueldo en activos personales que utilizar, en vez de aprovechar su posición para usar propiedades de la empresa. Por ejemplo, San Hill tenía apartamentos en propiedad en Muunilinst y en Coruscant (algo extraordinario para una especie de natural nostálgico) y se convirtió en una de las figuras más poderosas de su planeta, y de la Carrera Braxante.
San Hill prestó atención a la información sobre las Guerras Huk. En mundos como Kalee y Tovarskl, el señor de la guerra kaleesh Qymaen jai Sheelal, alias Grievous, lideraba a sus fuerzas de élite, los izvoshra, contra los yam'rii del planeta Huk. El kaleesh impresionó favorablemente a San Hill con su rendimiento militar, pero su causa estaba condenada: La República y la Orden Jedi intervinieron en favor de los yam'rii, aniquilando la resistencia kaleesh. Tras vencer la República puso grandes multas y embargos a Kalee, convirtiéndolo en un mundo pobre en rl que cientos de miles de kaleesh agonizaban y morían de hambre.
San Hill decidió que Qymaen jai Sheelal tenía gran potencial como "agente de recolección" y, a través de intermediarios, contactó con el kaleesh y se ofreció a pagar parte de la deuda de su mundo, a cambio de sus servicios. Para el honorable guerrero Qymaen jai Sheelal, el trabajo de "rompe-piernas corporativo" era denigrante, pero aceptó en beneficio de los suyos. San Hill hizo honor a su contrato, y el déficit de Kalee empezó a aliviarse. El comercio kaleesh se recuperó mientras Grievous obtenía el dinero que Ord Mantell debía al Clan Bancario Intergaláctico. Grievous también se hizo con la empresa Sistemas de Diseño Phlut, recurriendo a su agresiva capacidad de negociación.
San Hill conoció entonces al poderoso Conde Dooku de Serenno, un aristócrata y antiguo maestro Jedi que le tentó con su proyecto separatista. Alegando obsolescencia del gobierno central, Dooku explicó a San Hill que varios mundos podrían secesionarse de la corrupta República, para crear una "Confederación de Sistemas Independientes" que estaría bajo su mando y el de sus principales seguidores, entre los que estaría San Hill.
Si aceptaba el Clan Bancario podrían despedirse de incómodos impuestos y tasas sobre las rutas y servicios ofrecidos de modo que San Hill decidió apoyar el separatismo que ofrecía Dooku. Como no era ningún necio Hill propuso un tratado que no fuese exclusivo y gracias a ello el Clan Bancario pudo negociar con ambos bandos, la Confederación y la República.
San Hill comprendió casi de inmediato que esa secesión acabaría provocando una guerra abierta entre las fuerzas que la República pudiese conseguir, y los ejércitos droide de su Clan y así se lo dijo al Conde. Para tranquilizarlo Dooku le contó que estaba preparado para ello porque estaba negociando con otras grandes organizaciones comerciales, igualmente ofendidas por el trato gubernamental, y le aseguró que estas también aportarían a la causa sus ejércitos droide algo que tranquilizó a Hill.
El banquero empezó a tratar con otros líderes comerciales asociados con el conde Dooku y el capataz de la Tecno Unión Wat Tambor ofreció a San Hill un transporte interestelar clase Hardcell como obsequio; era una máquina altamente contaminante y de muy difícil mantenimiento, pero también una señal de prestigio entre los suyos. San Hill observó también que algunos de los otros líderes, en concreto Nute Gunray de la Federación de Comercio y el Archiduque Poggle el Menor de Geonosis, tenían experiencia en combate, algo de lo que el carecía.
La aprobación de Dooku se hizo imprescindible a la hora de crear nuevos droides defensivos para el Clan Bancario Intergaláctico. San Hill tuvo que pedir permiso a Dooku para iniciar la producción del popular MagnaGuardia IG-100 (Ver imagen).

Tres MagnaGuardias IG-100
Fue entonces cuando Qymaen jai Sheelal descubrió que sus ancestrales archienemigos, los yam'rii, habían profanado terrenos sagrados kaleesh, sin que los responsables de la Antigua República les hubiese castigado lo cual le enfureció y le hizo olvidar el contrato con el CBI y retomar el mando de los izvoshra en una violenta y fanática campaña.
Dooku, cuya identidad secreta era Darth Tyranus, recibió entonces una comunicación de su maestro, Darth Sidious, que mostró interés por Qymaen jai Sheelal y exigió que este regresase de inmediato a las filas separatistas ya que eso era vital para sus planes. Para entonces San Hill había estado planteando asesinar a Qymaen jai Sheelal, pero el plan tenía un fallo importante y es que hasta ese momento el kaleesh había demostrado tener recursos suficientes para librarse de casi cualquier amenaza.
El Conde compartió con San Hill su plan para atraer a Qymaen jai Sheelal y ambos, con la ayuda de Poggle el Menor, se pusieron manos a la obra para ganarse la "servidumbre permanente" de su objetivo y lo hicieron convirtiéndolo en un organismo cibernético, o cíborg. (A San Hill le gustaba la idea de crear un monstruo y pensó que este sería su regalo para Dooku, al igual que la nave de Tambor había sido un regalo para él.
San Hill y sus compañeros de conspiración pusieron una bomba de iones en la "Mártir", la lanzadera de tropas de Qymaen jai Sheelal, y prepararon la eyección guiada del asiento de este. Tal como estaba previsto la nave explotó, sobre el Mar de Jenuwaa, en Kalee y Qymaen jai Sheelal fue el único superviviente. Droides bajo las órdenes de Dooku recogieron su cuerpo y lo llevaron ante su amo y como no estaba mortalmente herido este le causó daños adicionales usando Rayos Fuerza.
Dooku ordenó a sus droides llevar al general a Geonosis mientras él viajaba a Serenno a por un artículo necesario para la transformación. La implicación separatista era demasiado delicada como para delegar ciertas tareas, por no hablar de posibles filtraciones sobre el sabotaje. San Hill tendría que encargarse personalmente de todo, incluso entrevistarse con el kaleesh y para ello tomó a su cría de nexu mascota y fue al laboratorio donde Qymaen jai Sheelal se recuperaba en un tanque de bacta. El presidente del Clan Bancario veló el coma del general para poder explicarle su situación una vez que despertase.
San Hill fingió no estar familiarizado con el pasado de Qymaen jai Sheelal y prefirió inventarse una coartada según la cual una fragata del Clan había estado lo bastante cerca como para recibir la señal de emergencia de la cápsula de escape de su nave. Le dijo que no había habido más supervivientes, lo cual era cierto, pero por supuesto no le habló del sabotaje.
Qymaen jai Sheelal habría preferido una muerte digna junto a sus soldados y pidió a Hill que lo devolviera a su planeta, pero el CBI tenía otros planes. Hill le dijo que moriría en cuestión de horas sin una transfusión e incluso con ella no estaba en condiciones de viajar y le habló de un proyecto geonosiano de tecnología biónica que había estado financiando el Clan.
San le ofreció un cuerpo nuevo con extremidades cibernéticas y habilidades que le vendió como superiores a las de cualquier Jedi. Qymaen, que había temido ser un tullido inútil en batalla, pretendía aprovechar su nuevo cuerpo en su exterminio de las colonias huk, obteniendo así la redención y San Hill intentó redirigir ese odio hacia la República, ofreciéndole el mando del mayor ejército droide para la que sería la guerra más grande de la historia y le aseguró la financiación del Clan Bancario para eliminar la deuda de Kalee.
El fiero guerrero no se quedó impresionado por la retórica muun y, enfadado, San Hill lo torturó a la vez que le explicaba sus alternativas: Servirle a él y a sus aliados como había dicho, o morir en un tanque bacta para vergüenza de sus antepasados. La transformación de Qymaen continuó, mucho más allá de lo aparente y no sólo le dieron extremidades metálicas sino que también alteraron su cerebro para eliminar recuerdos inquietantes en pro de los centros de rabia. También se le realizó una transfusión de sangre Jedi que no resultó útil ya que no lo hizo sensible a la Fuerza sin embargo San Hill y sus aliados consideraron el resultado final como un gran éxito.
San Hill financió el coste del proyecto, en parte porque los separatistas necesitaban un líder militar que contrarrestase la influencia política de Dooku de cara al público: El carisma mesiánico del conde de Serenno no era compatible con noticias sobre brutales batallas. De todos modos el líder muun insistió en presentar el cíborg terminado a Dooku como un pupilo para el Sith.
Durante el año 22 ABY, hubo una creciente tensión por la posible amenaza separatista. Cada vez más mundos se adherían a la nueva Confederación de Sistemas Independientes, muchos de ellos tentados por ciertas ofertas del Clan Bancario. Se hizo evidente que muchos mundos separatistas estaban armándose contra posibles represalias. La República debatía los pros y los contras de reunir un ejército e iniciar una guerra abierta, como San Hill había previsto.
Dooku organizó una reunión del Consejo Separatista en Geonosis, para firmar un pacto de apoyo al ejército separatista. Por entonces había algunos nuevos miembros de importancia en el Consejo, y tal vez dudarían en ofrecer sus activos militares si no veían a los demás hacerlo. San Hill asistió a la reunión, y aceptó proporcionar los droides hailfire, junto con "un número de fragatas", al esfuerzo militar. La red privada del Clan Bancario detendría las transmisiones financieras en pro de comunicaciones militares y propaganda con la República.
La reunión acabo desastrosamente y aunque los espías Jedi de la República encontraron a Dooku y, aunque fueron capturados, no se pudo impedir que comunicasen su posición. La República apareció con un ejército clónico que nadie esperaba. Con la batalla perdida, los líderes separatistas se dispersaron, intentando huir lo mejor que pudiesen. Riklon Tost, capitán del cuerpo defensivo de Muunilinst conocido como la Guardia Iotrana, ayudó a Hill a escapar de la base geonosiana.
El líder muun intentó huir del planeta en su transporte, pero un grave mal funcionamiento de la nave le impidió saltar al hiperespacio. El vehículo perdió impulso y quedó finalmente varado en el cercano Desierto de E'Y-Akh. Durante varias semanas, San Hill sobrevivió como pudo hasta que pudo escapar y no fue capturado por la Antigua República (Se especula que simpatizantes confederados en las filas republicanas le ayudaron).
En cuanto San Hill logró escapar, se reincorporó al servicio activo en las filas separatistas. Lo primero que hizo fue ir al mundo bancario de Aargau, a intentar obtener dinero para la Confederación. Aargau era sede de varias fábricas pertenecientes al Clan Bancario, y el Banco de Aargau también era una filial del Clan, pero había otras instituciones financieras importantes allí. San Hill navegó por los laberínticos interiores planetarios e hizo tratos con el submundo criminal local para que apoyasen a los separatistas. Aunque obtuvo el dinero, Aargau permaneció neutral durante las Guerras Clon.
La capacidad de San Hill como financiero estaba a la altura de su reputación. Gracias a él, los separatistas podían obtener útiles recursos, a menudo droides de combate, en un tiempo récord. Por ello, el cuartel general de San Hill en Muunilinst estaba bien protegido por un ejército privado de droides (tanto los tradicionales B1 de origen neimoidiano como droides IG propiedad del Clan Bancario), y poderosas máquinas de guerra. El Conde Dooku incluso destinó a uno de sus sicarios más eminentes, el cazarrecompensas Durge, para que dirigiese a las tropas separatistas en la defensa de Muunilinst.
Porque el planeta muun sería atacado. En un audaz movimiento al inicio de la guerra, la República envió a los generales Obi-Wan Kenobi y Voolvif Monn y al comandante Anakin Skywalker con miles de clones a tomar el planeta. La batalla de Muunilinst se recrudecía mientras San Hill lo observaba todo en la seguridad de su sala de mando, acompañado por otros muuns y un embajador neimoidiano.

Obi-Wan Kenobi lucha contra Durge
San Hill se asustó al ver que la victoria no estaba asegurada y recriminó a Durge por ello. Durge agredió entonces a San Hill y fue a combatir personalmente, intentando como pudo impedir que la República entrase en el centro de mando. Fue inútil, y sólo le quedó llevar la batalla hasta la sala de guerra muun. Mientras Durge y Kenobi se atacaban San Hill se ocultó con notable habilidad tras los escombros generados. Durge fue derrotado y San Hill fue encontrado por el capitán clon Fordo al que pidió clemencia, pero tanto él como los otros líderes fueron arrestados.
En algún momento del año y medio siguiente, San Hill logró escapar y retomó su puesto en el Consejo Separatista. Le volvemos a ver en el año 19 antes de Yavin, después de la muerte de Dooku en Coruscant. El general Grievous tomó el mando militar separatista y, siguiendo órdenes de Darth Sidious, ocultó al Consejo en Utapau. Cuando su posición en Utapau se vio comprometida, envió al Consejo a Mustafar.
Por entonces, San Hill y los otros líderes estaban desmoralizados por las derrotas ante la República en los Asedios del Borde Exterior. La pérdida de Dooku y de Utapau tampoco les animaba, e incluso Grievous murió poco después. El canciller Palpatine había reconvertido la República en el Imperio Galáctico, y el Consejo Separatista se planteaba firmar la paz y acabar con la guerra.
Darth Sidious contactó con el Consejo y les informó que enviaría a su nuevo aprendiz para establecer las nuevas condiciones. Al ver entrar a la figura encapuchada, San Hill se adelantó a recibirle con un discurso ensayado, y entonces le reconoció como el Jedi Anakin Skywalker. San Hill ignoraba que Skywalker había caído en el lado oscuro de la Fuerza, dejando de ser la persona que había sido. Tampoco sabía que las órdenes de Sidious para Skywalker eran ejecutar a los líderes separatistas. Skywalker atacó entonces a San Hill con su sable láser, matándole.

La muerte de San Hill en el comic
San Hill fue sucedido como presidente del Clan Bancario Intergaláctico por otra persona que adoptó el nombre de San Hill, sin duda para honrar a su predecesor. No está claro si este nuevo San Hill era un humano con barba o un muun. Sabemos, empero, que fue perseguido por IG-88 (curiosamente un producto del Clan Bancario Inter Galáctico) y sus asociados en nombre del Consorcio Zann durante unas vacaciones; no conocemos el resultado de este enfrentamiento.
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