En algún momento de la antigüedad, una nave espacial colisionó en la superficie de Leritor. Sus restos quedaron enlodados y enterrados en la cordillera de los Montes Inhóspitos, parcialmente sumergidos en una cámara subterránea. Los viajeros supervivientes, usuarios de la Fuerza, intentaron dominar a los sauvax nativos, pero no perduraron. Los sauvax convirtieron este naufragio en una leyenda sobre una ciudad que cayó del cielo y unos emisarios con el poder de los dioses; aunque no tenemos datos sobre porqué desaparecieron.
Los sauvax no sabían que, en el interior de la "ciudad" se encontraban los Brazales de Najus. Najus había sido un artesano sith que forjó sus Brazales, o protectores de antebrazo para arqueros, como parte de una rencilla vengativa contra los jedi: El usuario de los Brazales veía incrementado sus poderes del lado oscuro cuando atacaba a un jedi pero, si el objetivo utilizaba el lado oscuro, ¡los Brazalates le beneficiarían a él!
La historia en general parecía haber olvidado a Najus y a sus Brazales, así como a la nave. Sin embargo, archivos de la Universidad de Sanbra relacionaban todo lo anterior con una antigua y poco conocida fortaleza sith llena de trampas... y con el lugar donde la nave había desaparecido.
Siglos después de estos eventos, una comunidad de humanos de los Mundos del Núcleo, hartos del estrés de la sociedad urbana en constante expansión, decidieron buscar un mundo lejano que colonizar y llevar una coexistencia pacífica con todo aquel que encontrasen. En sus reconocimientos planetarios iniciales, encontraron a los sauvax e iniciaron diálogo con ellos.
El planeta parecía bastante grande y poco habitado para hospedar a todos. Los sauvax querían concentrar sus pueblos en la costa, cosa que a los colonos les parecía bien: Los colonos querían cultivar y cosechar las llanuras fértiles de tierra adentro, puesto que sus cultivos tenían más dificultad para florecer en las costas. Además, los colonos pretendían usarcosechadoras-colectivo con ruedas de oruga que se movían más difícilmente en el terreno cercano al mar.
Así, el equipo de reconocimiento y el principal kuuvan llegaron a un Pacto de Asentamiento: Quedaba prohibido que los colonos, sus naves, sus vehículos terrestres y otras presencias alienígenas se acercasen a cien kilómetros o menos de la línea de la costa; mientras que los sauvax no tendrían esta restricción, pudiendo negociar y pedir ayuda a los colonos en su territorio. Como esto aseguraba relaciones pacíficas entre colonos y sauvax, los colonos estuvieron encantados de eludir así a los sauvax.
Las masivas cosechadoras-colectivo servían a la vez como plataforma industrial y asentamiento de los colonos: La mayoría de la población humana vivía en esos vehículos, capaces de arar y sembrar inmediatamente después, y posteriormente recolectar el cultivo al final de la estación. Los colonos humanos, pues, vivían principalmente en centros móviles, aunque en el centro del continente más grande del planeta construyeron una capital permanente a la que cada cosechadora viajaba anualmente para reparar daños y reabastecerse.
Durante los años siguientes, los colonos evitaron las zonas costeras de acuerdo con el Pacto de Asentamiento. Enviados de varios kuuvan contactaron ocasionalmente con los colonos, principalmente con propósitos comerciales y académicos. Los colonos se consideran una cultura pacífica y han rehúsado poner armas en sus cosechadoras para indicar que prefieren la diplomacia la violencia; los sauvax, a su vez, tampoco han visto motivos para iniciar hostilidades contra los colonos.
Por entonces, la aristocrática erudita Profex Rynalla, afiliada con el Departamento de Historia Antigua de la Universidad de Sanbra, descubrió la historia de la nave que había chocado en Leritor, y dedujo que los Brazales de Najus debían estar en su interior. Rynalla era una erudita de las tradiciones del lado oscuro, entre ellas los sith, y había aprendido a utilizar sus propios poderes de la Fuerza durante sus estudios. Rynalla deseaba hacerse con el poder de los Brazales y decidió reunir un grupo de mercenarios klatooinianos, viajar a Leritor, secuestrar a algunos nativos y colonos, y obligarles a desenterrar la nave hasta que apareciesen las reliquias.

Un grupo de klatoonianos ataca a los sauvax
Aunque Rynalla lideraba la operación en Leritor, no está confirmado que ella estuviese actuando sola. Los historiadores consideran que podría haber tenido patrocinadores, asociados o competidores en su búsqueda, y que por tanto el secreto de Najus estuviese totalmente comprometido.
Rynalla y sus klatooinianos construyeron una excavación al borde de un río en los Montes Inhóspitos, cerca de un banco de acantilados. Prepararon una verja electrificada alrededor del lugar, con torres de guardia prefabricadas en cada esquina y a intervalos regulares, edificios de apoyo prefabricados, y una zona libre de desperdicios para el aterrizaje de sus tres cazas PTR-3 Vedette de Sistemas Galácticos del Núcleo y su carguero pesado. Se dispuso que los prisioneros vivirían en grutas del acantilado, que podrían ser iluminadas de noche desde la torre de guardia, y además así no podrían cavar un túnel para fugarse.
Sabedora de que en Leritor habitaban sauvax y humanos en grupos distintos, Rynalla decidió hacer ataques brutales contra cada colectivo, secuestrar a los especímenes aptos para el trabajo forzado y masacrar a los demás. Ella contaba con que, de este modo, los sauvax acusarían a los humanos de su desastre y viceversa. Para esto, Rynalla puso un campamento más pequeño, pero igualmente oculto, al borde de los Montes Inhóspitos y a la orilla del margen de un río. Este campamento sólo incluía un par de sacos individuales y una hoguera para los pilotos de los cazas. Desde allí podrían organizar los ataques, y además evitar que potenciales fugitivos escapasen.
Así, Rynalla hizo atacar una cosechadora-colectivo, Nellist, a 150 kilómetros de la costa este, porque era la cosechadora-colectivo más cercana (El humo del campamento esclavista era visible desde lugar del ataque). Las fuerzas de Rynalla atacaron el Nellist desde el carguero pesado usando armas navales; después aterrizaron el carguero y desplegaron una fuerza masiva de soldados. La cosechadora fue detenida, los prisioneros fueron capturados y secuestrados, y la Nellist fue saboteada para que explotase. Los colonos más viejos fueron asesinados con lanzas gruush, y varias de éstas fueron arrojadas sobre los cadáveres.

Un grupo de sauvax dispuestos para el ataque
Rynalla también hizo atacar el kuuvan más cercano al campamento, que se encontraba en una península estrecha y puntiaguda en el delta de un río. Las construcciones fueron debilitadas con los cazas, y después destruídas con fuego de bláster. Los klatooinianos pretendían ser exhaustivos y matar a todo aquel que no se llevasen sin dejar ninguna pista, pero realizaron una chapuza: Un medpac vacío cayó en un pozo de almacenamiento, y dos esposas de alta tecnología se perdieron en la grieta de los restos de un edificio de piedra. Peor todavía: Una joven sauvax, que se había escondido durante el ataque, sobrevivió y no fue detectada. Durante las siguientes semanas, la testigo no se atrevió a abandonar las ruinas, temerosa de lo que ella había identificado como "enormes pájaros que escupían fuego".
Con un grupo mixto de cuatro docenas de esclavos, Rynalla organizó el trabajo: Los cautivos debían desenterrar toda la nave. Trabajando en hilera, extraerían polvo y escombros de una vasta depresión, y depositarían los restos en una pila cerca del perímetro del campamento. El polvo excavado de la vasta depresión se dejarían contra un lado del recinto cerrado, y un arroyo lavaría el cieno. Los humanos excavaban las zonas no sumergidas, mientras que los anfibios sauvax se especializaban en los pasillos más profundos. Al menos cinco de los 23 guardias klatooinianos vigilarían la hilera en todo momento.
Los guardias, convencidos de que nadie en Leritor sabía de su campamento, pasaron más tiempo evitando fugas que buscando intrusos. Cada dos días, los guardias sacaban a los esclavos de la excavación para inspeccionar lo que habían hecho por si alguno estaba preparando un túnel de fuga, y Rynalla en persona buscaba el artefacto sith en las zonas no inundadas. Por supuesto, los esclavos tenían sólo una idea muy aproximada de lo que estaban buscando.
Todo el cieno que dejaban en el arroyo acabó dejando un rastro. El agua del río contenía tanto mineral que mataba a parte de la fauna que la bebía; y de hecho un pedazo de motor de caza estelar se filtró por el río, acabando en manos de un niño sauvax. Un granjero sauvax observó también lo embarrado que estaba llegando el río, y oyó sonidos poco habituales desde las Montañas, pero no le dio importancia. Un cazador sauvax también se fijó en estos nuevos ruidos, pero no los investigó para centrarse en la presa disponible.
Pese a estos detalles, nadie dedujo la existencia de un nuevo jugador. Durante unas pocas semanas, se extendió entre los humanos el rumor de que los sauvax habían atacado el Nellist. Por otro lado, otro kuuvan sauvax se sintió muy ofendido y concluyó que los humanos habían asesinado a un grupo de sauvax, al parecer como primer paso de un plan de genocidio.
Este kuuvan envió a una multitud de sus guerreros y a su líder, el tevelor, a asediar una cosechadora, Gevion, y exigir explicaciones. Los sauvax no iniciaron ningún ataque, pero se ubicaron sobre una vasta llanura de cosecha en temporada y acamparon allí, negándose a moverse. El Gevion quedó bloqueado por la sentada: El capitán podía ordenar el avance, pero si los sauvax no se movían, morirían aplastados, y eso sin duda se traduciría en un incidente diplomático. Pero, al mismo tiempo, si no recogían la cosecha en un tiempo razonable, ésta se pudriría, y posiblemente la tripulación perdería la cosechadora en que vivían.
Los humanos temían enviar un emisario a hablar con los sauvax, razonando que los alienígenas se estaban poniendo demasiado agresivos y podrían asesinar al embajador. Intentaron comunicarse con ellos a gritos, pero los sauvax se sintieron insultados al negárseles una negociación directa. El Gevion solicitó ayuda externa, y afortunadamente una nave cercana e independiente respondió a la señal.
Los tripulantes de la nave aceptaron ayudar a los colonos humanos y trataron directamente con el tevelor de los sauvax. El tevelor inicialmente les acusó de ser embusteros genocidas y cuando menos cómplices de la masacre del kuuvan pero, tras observar una aceptable demostración de valía, aceptó darles una oportunidad de demostrar la inocencia de los humanos. Incluso les permitió acceder a las zonas vedadas a humanos por el Pacto de Asentamiento, para que pudiesen investigar lo sucedido. Sin embargo, su kuuvan seguía convencido de que los colonos humanos habían masacrado a los sauvax.
Estos recién llegados, cuya identidad es desconocida, descubrieron el campamento esclavista de Rynalla y obtuvieron pruebas de su actividad. Así se evitó un conflicto entre los colonos y los sauvax; y los klatoonianos fueron expulsados. Se cree que Rynalla fue detenida, aunque no está claro qué sucedió con sus asociados en otros planetas, en caso de que ella los tuviese.
Más tarde, un kuuvan que vivía más al sur expresó su escepticismo. Creían que los incursores no habían sido totalmente eliminados, e incluso afirmaban que los colonos habían inventado toda la crisis y cooperado con los esclavistas para oprimir a los sauvax. Este clan quería aprovechar la polémica para realizar una alianza comercial con los colonos o los seres de otros mundos, y obtener acceso exclusivo a una tecnología que les diese una ventaja militar o económica sobre otros clanes. No se sabe si lo consiguieron.
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