LOS HORTEKS

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Los Horteks


 
"General, un hortek no deja los cuerpos de camaradas en manos del enemigo, nunca."
(Coronel Ejagga Pakkpekatt)

Una especie de humanoides grandes y robustos, con cuernos y un rostro especialmente alienígena, los horteks eran depredadores natos con capacidades telepáticas. Resultaba extraordinario que se hubiesen asociado con la Alianza Rebelde y después con la Nueva República. Conozcamos hoy a esta fascinante especie.

Los horteks eran humanoides altos que podían alcanzar dos metros de estatura y dar largas zancadas, aunque su velocidad de paseo era comparable a la de un humano. El cuerpo estaba cubierto de placas óseas de blindaje, parecidas a una armadura pero con tonos orgánicos como por ejemplo marrón rojizo. El porte de estos seres era de rigidez (comprensible por las placas óseas), lo cual hacía difícil que un humano leyese sus emociones por el lenguaje corporal.

La mano de un hortek tenía cuatro dedos, incluyendo un pulgar, y cada uno de éstos terminaba en una afilada garra cónica. En la palma se encontraban almohadillas de fricción. Si el hortek cerraba los puños durante el tiempo suficiente, podía hacerse daño con su propia fuerza.

Por la espalda de un hortek se extendían arrugas de amenaza, que se erizaban y desplegaban cuando el hortek se enfadaba especialmente. En una situación especialmente tensa, la garganta del hortek se teñía además de rojo intenso. Esto posiblemente tenía que ver con el hecho de que los horteks eran depredadores carnívoros.

Encima de un cuello bastante largo y flexible reposaba la cabeza de un hortek, extremadamente alienígena y grande. Destacaban unos cuernos en la parte superior y unos ojos que no parpadeaban pero que percibían en general el mismo espectro de luz que los humanos. Sin embargo, por su forma, miraban intensamente de manera casi hipnótica. Combinando esto con fosas nasales que se podían inflamar y una boca llena de dientes de depredador, la cara de un hortek intimidaba. Aunque el hortek podía hablar y hasta sonreír, a menudo incluía ladridos agudos y escalofriantes chirridos al hablar para expresar indignación o desacuerdo.

Un hortek tenía también una cresta vertical en la nuca, y una púa debajo del mentón.



Ejagga Pakkpekatt era un hortek.

Los horteks tenían una glándula pedrokk, llamada el corazón de luchador. Cuando el hortek sentía impaciencia y frustración, este órgano generaba una necesidad de actividad física violenta.

Una característica especialmente infrecuente de los horteks era su don telepático, desarrollado para predecir las acciones de sus presas. Esta telepatía era únicamente receptiva, y resultaba más fácil detectar pensamientos de personas cercanas, tanto física como emocionalmente (Era más fácil con gente que esté a dos metros que a dos kilómetros, y con gente que sea familia que con extraños; aparentemente la línea de visión era suficiente para la cercanía, aunque fuese a través de video-conferencia). Los horteks más hábiles podían resistir sondas telepáticas de otros si estaban preparados, aunque eran vulnerables a poderes telepáticos de la Fuerza. Era bien sabido que los horteks usaban la telepatía para comunicarse entre sí, pero las otras especies no tenían claro hasta qué punto eran vulnerables a la telepatía de los horteks.


Cultura


 

Los horteks no eran una especie demasiado extendida por la galaxia, y muchos eran incapaces de reconocerles de un vistazo. Cuando se daban cuenta de que tenían a telépatas delante, la información disponible no era precisa: se les describía como semi-telepáticos (sea lo que sea eso) y no se sabía con certeza si podían leer las mentes de otras especies. Eso no significaba, sin embargo, que los horteks fuesen unos cotillas que leyesen la mente de todo el que se les acercase.

Los horteks sí eran conscientes de sus capacidades telepáticas innatas. Muchos de ellos habían trabajado como oficiales interrogadores de la Alianza, combinando la lectura de mentes con la intimidación para obtener información de prisioneros imperiales. La Alianza apreciaba sus capacidades y prefería a los horteks para realizar interrogatorios sin recurrir a torturas o amenazas; pero había muy pocos horteks y estaban demasiado dispersos para ocuparse de todo ese trabajo y a menudo la Alianza tenía que recurrir a interrogadores sin esas capacidades.

Resultaba extraordinario, por otro lado, que los horteks, una especie de depredadores, simpatizase con la Alianza, y después formase parte de la Nueva República. Por otro lado, el Imperio desconfiaba de alienígenas y de telépatas naturales, y ordenó el exterminio del planeta natal de los horteks.

En otras actividades, los horteks también fueron vistos trabajando de militares y de técnicos de mantenimiento en Espacio Hutt; cuando dudaban sobre cómo reparar una máquina, se rascaban la cabeza. Aparentemente, también hubo horteks jedi en tiempos de la Antigua República.

Característico de especies alienígenas predadoras, los horteks a menudo mostraban sus dientes para intimidar y hacían metáforas relacionadas con la caza. A veces los horteks asentían al estilo humano, y otras veces, para expresar lo mismo, inclinaban el cuello de una forma característica.


Historia


 

Los horteks, así como sus capacidades telepáticas, eran conocidos en tiempos de la Antigua República. El manual para aprendices jedi El Camino Jedi les mencionaba explícitamente, junto a los draethos, al hablar de especies con capacidad telepática natural. El texto decía que ese talento debía enorgullecer a quien lo tuviese, fuese biológico o entrenado, pero que no debía avergonzar a quienes no lo lograsen desarrollar. Se daba a entender por tanto que los horteks podían ser entrenados como jedi.

En 3.643 ABY, el padawan kiffar adolescente Shigar Konshi viajó con su amiga kiffar y soldado de la República Larin Moxlan a Nal Hutta para investigar el palacio de la matriarca hutt Tassaa Bareesh. Se ocultaron de algunos guardias en una cámara subterránea y encontraron a tres técnicos de mantenimiento con gruesos uniformes de trabajo y herramientas, ocupándose de un problema con las lámparas. Konshi reconoció la especie y, viendo que eran susceptibles a poderes mentales y receptivos a pensamientos externos, él usó la Fuerza para convencerles de que se fuesen. Moxlan felicitó a Konshi en susurros y continuaron su misión; sólo más tarde salió el tema de qué estaban reparando los horteks y porqué; pero eso no es importante aquí.

Si damos un salto de varios milenios y nos ponemos en tiempos del Emperador Palpatine, la Armada Imperial ordenó exterminar la población del mundo natal de los horteks. Chentu Chek, del Gremio de Cazarrecompensas, mencionó este evento al hablar de equipos que afectaban la percepción de voz y cómo eran inútiles contra telépatas, pero al mismo tiempo eso era poco problema porque quedaban pocos telépatas: La especie hortek sobrevivió, sólo en números reducidos.

Se vio que los horteks eran partidarios de la Alianza Rebelde, colaborando sobre todo como interrogadores. Cuando la Alianza se reconvirtió en la Nueva República, los horteks estuvieron entre las pocas especies de depredadores aceptadas en sus filas. Entre estos horteks de la Alianza y de la República destaca el Coronel Ejagga Pakkpekatt, que participó en la búsqueda del legendario vagabundo Teljkon.


Coronel Ejagga Pakkpekatt


 

El Coronel Ejagga Pakkpekatt era un varón hortek de dos metros, cubierto de placas óseas de blindaje color marrón rojizo, con una cabeza con cuernos y un cuello largo y, sobre todo, claros dientes de depredador. Un duro y experimentado oficial de la Alianza Rebelde y después de Inteligencia de la Nueva República, Pakkpekatt era una figura imponente e intimidante incluso cuando estaba relajado, capaz de mantener la mirada mientras ocultaba sus emociones, y de asustar a otras personas con sus gestos y movimientos de cazador, incluyendo unos ojos que rara vez parpadeaban. Solía ser directo y punzante, aunque había aprendido a confundir y estafar.

En ocasiones usaba la telepatía propia de su especie para obtener información, pero él no podía permitirse mantener una sola baza. Por eso, Pakkpekatt tenía entrenamiento en múltiples campos, incluyendo pilotaje de transportes espaciales, sensores, comunicaciones y astrogración, además de ser un buen luchador con las manos desnudas o con un bláster; su equipo reglamentario incluía un bláster, un bloc de datos y un comunicador. Conocía múltiples idiomas y culturas, así como historia de la galaxia, y tenía experiencia en el mando de una nave espacial y en el trato con burócratas. Aunque tenía ciertos conocimientos de biología, no era físico; sabía sin embargo rodearse de técnicos expertos y fiables que le asesoraban en campos que no dominase. Era una persona de dedicación intachable, aunque tenía poca paciencia con aquellos que se saltasen los reglamentos y su sentido del humor brillaba por su ausencia en su trabajo.

Pakkpekatt empezó su carrera en la Alianza Rebelde trabajando como interrogador. En esos tiempos combinaba la telepatía con su actitud intimidatoria para obtener información de prisioneros imperiales recalcitrantes, y aprendió a manipular y a sonsacar.

Más tarde, cuando se estableció la Nueva República, Pakkpekatt fue transferido al departamento de Amenazas Especiales de la República. Era un cazador cauto y paciente que mantenía el control de todas las partes posibles de una misión.

Así estaba Pakkpekatt en 16 DBY, doce años después de que empezase la República, cuando se le asignó el mando de una flota con una misión concreta: Rastrear una nave misteriosa conocida como el vagabundo de Teljkon, abordarla y averiguar los enigmas que ocultaba. Pakkpekatt había sido elegido por su enfoque metódico y acechante. Lógicamente, lo primero que hizo fue investigar los datos disponibles:



El misterioso vagabundo de Teljkon.

El tal vagabundo había sido encontrado por primera vez en el sistema Teljkon en 6 DBY por una nave monitor hrasskis. La nave hrasskis intentó en vano contactar con el vagabundo durante horas hasta que, concluyendo que la nave estaba varada y abandonada, intentaron acercarse a 13 kilómetros. Entonces el vagabundo emitió una señal de banda ancha de cinco segundos que sobrecargó los circuitos de la nave hrasskis, estropeando incluso sus grabaciones, y treinta segundos después, el vagabundo huyó al hiperespacio.

El vagabundo no volvió a ser visto hasta 11 DBY, cuando la fragata neorrepublicana Corazón Audaz la encontró. Una vez más, el vagabundo ignoró los intentos de contacto y, cuando el Corazón Audaz se acercó a 10 kilómetros, el vagabundo disparó armas desconocidas que inutilizaron los motores de la fragata de un solo disparo.

En 14 DBY, un dron no tripulado de Inteligencia modelo hurón encontró el Vagabundo e intentó poner una lapa localizadora en su casco, pero fue destruido en el intento antes de poder acercarse. Inteligencia pasó a clasificar el vagabundo como amenaza de nivel alto.



Nave de reconocimiento tipo Hurón.

El vagabundo había sido recientemente encontrado cerca del sistema Gmar Askilon y la República organizó la misión de Pakkpekatt. Le asignaron diez naves, incluyendo su nave insignia, el crucero clase Bielorrusia Glorioso, un modelo bien armado con artillería seguramente porque el vagabundo había inutilizado fácilmente una fragata; además de una nave de combate clase guerrero, Merodeador; tres nave piquete clase Agave, incluyendo el Kauri, el Nagwa; una cañonera vieja, Pran; dos naves ligeras de escolta clase Sacheen, Kettemoor y Stendaff; el corredor clase Prinawe convertido Relámpago; y el hurón D-89. El equipo de Pakkpekatt era impecable, e incluía al comandante Garch, capitán del Glorioso; Hannser del Merodeador; el teniente Ijix Harona; el agente de inteligencia Telmun Jkarta; la oficial de inteligencia h'drachi Ixidro Legorburu como su ayudante táctica personal; los agentes técnicos Pleck y Taisden; y el comandante Bijo Hammax al cargo de la incursión y abordaje cuando fuese necesario. Pakkpekatt se dirigía a Hammax por su nombre de pila. La flota se estaba reuniendo en el sistema Coruscant, preparándose para partir.

Hubo un añadido de última hora a la misión. El Almirante Hiram Drayson de Inteligencia encargó a su amigo, general Lando Calrissian, que fuese el enlace de la Flota en la misión: Pakkpekatt y su gente eran de Inteligencia, pero la Marina estaba también interesada en el vagabundo porque el Corazón Audaz era una de sus naves. Más importante todavía: Drayson creía que Pakkpekatt, como oficial de carrera, tenía una mentalidad demasiado cuadriculada, mientras que Calrissian, antiguo contrabandista y empresario, podría aportar otros puntos de vista. Drayson no mencionó que Pakkpekatt era un hortek, puesto que esto podría haber desmotivado a Calrissian. Calrissian aceptó la misión y fue con un equipo formado por su amigo cíborg Lobot, a quien tentó con la promesa de unas vacaciones, y los droides C-3PO y R2-D2, a quienes convenció de que su amo Luke Skywalker había autorizado esta misión.

Pakkpekatt estaba especialmente descontento por tener que tratar con Calrissian, que tenía reputación de tahúr dado a los riesgos. Inicialmente pretendía relegarle a un puesto de observador y desde luego no pretendía permitir que Calrissian añadiese a su séquito y su nave a la flota. Cuando Calrissian apareció con su yate Dama Suerte, el teniente Harona, oficial de guardia, intentó obedecer las órdenes de su coronel, pero Calrissian fue demasiado astuto y manipuló a Harona para atracar su yate en el casco exterior del Glorioso. Después, Calrissian hizo que un técnico le guiase para personarse ante Pakkpekatt, asegurándose así de hacer una entrada impresionante.

Pakkpekatt, haciendo preparativos para la misión, tenía poco interés en hablar con el recién llegado e intentó amedrentarle. Calrissian mantuvo la calma entre los gruñidos e intentos de amenaza, escuchó y discutió los argumentos de Pakkpekatt, y consiguió que el coronel aceptase darle acceso a la información táctica y que prometiese incluirle en el equipo de abordaje. Pakkpekatt estaba muy disgustado y decidió no confiar en Calrissian, aunque éste fuese todo sonrisas y mostrase argumentos válidos. La informalidad de Calrissian, que llegó a llamarle "Pakky", no era en absoluto del agrado del coronel.

Al mismo tiempo, el coronel consiguió desagradar a Calrissian por ser cauto en exceso: Cuando la flota llegó a Gmar Askilon, se mantuvieron a 100.000 kilómetros en la popa del vagabundo y avanzaron lentamente durante días. El hurón IX-44F ya estaba en posición, esperándoles y enviando un impulso de láser óptico para darles el lugar de reunión. Finalmente, Pakkpekatt distribuyó sus tres piquetes para flanquear al vagabundo en tres direcciones y montar un campo de interdicción de modo que el vagabundo no pudiese huir al hiperespacio. Después distribuyó las naves de escolta y el Relámpago para hacer lecturas y grabaciones visuales y de espectro concreto para que si el vagabundo intentase huir a velocidad subluz, el Relámpago le siguiese. El resto de la flota avanzó a un ritmo que Calrissian encontraba excesivamente lento. Pakkpekatt asignó a Calrissian analizar un fragmento de la señal enviada en Teljkon, pero Calrissian comprobó que no le habían asignado suficiente capacidad de datos ni ancho de banda en las computadoras.



El Glorioso era un crucero clase Bielorrusia como éste.

Cuando las diez naves de Pakkpekatt estuvieron en posición, el coronel contactó con el capitán del IX-44F para confirmar que él y su tripulación de tres hombres podían retirarse tras 79 días desplegados. Tras el protocolo, Pakkpekatt, en el puente del Glorioso, consultó a Calrissian para pedir su análisis inicial. Con repentino sentimentalismo, Pakkpekatt se preguntó si el vagabundo, de diseño totalmente desconocido, precedería incluso sus civilizaciones, y si les estaría viendo como una amenaza. Calrissian educadamente teorizó que era improbable, y convenció a Pakkpekatt para que le asignase más tiempo de computadora.

Después de 22 días en Gmar Askilon, Pakkpekatt no había enviado mensajes ni había escaneado el vagabundo, ni se había acercado a más de 15 kilómetros (porque el ataque en Teljkon fue cuando la nave hrasskis se acercó a 13 kilómetros). Hizo sin embargo modelos y análisis de la nave de forma cauta. El vagabundo no había tomado ninguna medida ni parecía reconocer la presencia de la flota neorrepublicana. Calrissian teorizó que el vagabundo estaba escondiéndose, porque estaba en espacio profundo donde no había prácticamente nada, y que no era un vehículo tripulado.

Tras esos 22 días, Pakkpekatt decidió forzar su mano y envió al hurón D-89, no tripulado, a doce kilómetros del vagabundo, cortando su radio defensivo durante menos de un segundo. Sería una provocación mínima para el vagabundo: Menos agresivo que el Corazón Audaz, pero tan cerca como la nave hrasskis. Por seguridad, Pakkpekatt ordenó que el Glorioso retrocediese a 25 kilómetros mientras recibían informes sensores. Cuando el hurón se acercó, el vagabundo emitió un pulso de comunicación melódica, detectado como idéntico al de Teljkon en más de un 99% (ni siquiera C-3PO conocía el idioma utilizado). Como nadie enviaba una respuesta a esta señal, el vagabundo intentó saltar al hiperespacio; pero la interdicción le detuvo. El vagabundo se contentó con moverse tres kilómetros y detenerse.

Pakkpekatt esperó una hora por si había más movimientos, y entonces ordenó volver a la formación anterior de bloqueo y prepararse para informarle en treinta minutos con los datos de los informes preliminares en una sala de guardia que quedó abarrotada. Calrissian eligió quedarse de pie antes que sentarse detrás de Pakkpekatt, e incluso hizo una broma comparando la paciencia del vagabundo con la de Pakkpekatt. Dos oficiales rieron un instante, sólo para callar avergonzados al momento, y Pakkpekatt criticó la complacencia de Calrissian.

En la reunión, los técnicos no tenían información sobre el significado del mensaje, y el oficial Taisden teorizó que el vagabundo se había movida de forma automática para evitar chocar. Calrissian creía, sin embargo, que el vagabundo había estado esperando a que la flota iniciase una acción y, al empezar un momento agresivo, había emitido un mensaje esperando una respuesta predefinida a modo de contraseña. Pakkpekatt, escéptico a ese respecto, ordenó abordar el vagabundo 20 horas después; el comandante Hammax declaró que tenía su equipo listo, salvo por uno de sus hombres que estaba de baja médica, y aislado. Calrissian exigió su puesto en el grupo de abordaje, y Pakkpekatt se lo concedió.

Pero el abordaje sería diferente a lo previsto. Calrissian dedujo que el código que debía enviarse era la secuencia genética de la especie qella, extinta tras un desastre planetario. Dos horas antes del abordaje, Calrissian y su equipo subieron al Dama Suerte (Calrissian dio a entender a C-3PO que Pakkpekatt había permitido esta operación, pero en realidad Calrissian no había informado a Pakkpekatt). Los tripulantes de Pakkpekatt no podían detener fácilmente al Dama Suerte, porque usar armas o un rayo tractor tan cerca del vagabundo podrían conllevar una respuesta hostil; y el teniente Harona tardó unos instantes en informar a Pakkpekatt. Para entonces, el Dama Suerte había enviado su respuesta al vagabundo, y éste reaccionó cubriéndolo con un escudo secundario, que le protegería del rayo tractor del Glorioso si éste intentaba usarlo.

Pakkpekatt sólo podía comunicarse con Calrissian y se enfureció: El coronel creía que Calrissian tenía información privilegiada que no había compartido con él, incluyendo la respuesta a la contraseña, y pretendía llevar a Calrissian a juicio para que le expulsasen del ejército. Calrissian explicó que sólo estaba siguiendo una corazonada, jugándose su vida de un modo que Pakkpekatt encontraba irracional. Pakkpekatt intentó acercarse con el Glorioso y el hurón, y descubrió que el vagabundo pedía otra contraseña distinta: Reaccionó inutilizando al Glorioso y destruyendo el hurón. Pakkpekatt comprobó que no podía seguir el yate en su pantalla; pero el capitán Hannser del Merodeador se ofreció a seguirles, y Pakkpekatt se lo ordenó. Pakkpekatt mientras insistió en acusar a Calrissian de traición y de conspirar con el vagabundo. Calrissian y Lobot explicaron lo que habían descubierto.

Finalmente, Pakkpekatt aceptó que su decisión era levemente paranoica y que Calrissian podría estar diciendo la verdad, de modo que trabajarían en equipo: Calrissian mantendrían un canal de audio abierto para informar de lo que iba encontrando en el vagabundo, y mientras tanto el equipo de Pakkpekatt intentaría encontrar más información sobre los qella. Pakkpekatt ordenó a Calrissian poner una lapa de rastreo en el vagabundo, y movió hilos para que el Instituto Obroano enviase un equipo arqueológica a Wella.

Y entonces, el equipo de Calrissian entró en el vagabundo, y la nave saltó al hiperespacio. El Merodeador no tuvo ocasión siquiera de disparar, pero el vagabundo lanzó rayos de energía desde dos nodos de popa, separando el Dama Suerte de su casco, destruyendo el compartimiento de energía de la nave Kauri y neutralizándola, matando a seis tripulantes e hiriendo a otros veinte. El yate Dama Suerte quedó atrás; por supuesto, Pakkpekatt ordenó recuperar esa nave y preparó un informe poco halagüeño. Consiguieron encontrar un guantelete de Calrissian flotando en el espacio.

Pakkpekatt tenía poca información con que trabajar: El vagabundo había ido en dirección hacia el Núcleo Profundo, pero no sabía cuánta distancia, así que las naves darían saltos para explorar esa línea: El Relámpago a 10 años-luz; el Glorioso a 20; el Merodeador a 30; y después irían saliendo en intervalos de un año-luz... y esperemos que el vagabundo no haya dado un salto breve para cambiar de dirección y dar otro salto después.

Sucedieron varias cosas. Calrissian y su gente descubrieron que la nave era una especie de museo sobre el pueblo qellano. El vagabundo acabó en el Núcleo Profundo, un territorio imperial del señor de la guerra y gobernador Foga Brill, donde eliminó una fragata de patrulla prakith y, después, un crucero imperial que pretendía vengar la fragata. C-3PO esperaba que Pakkpekatt y su gente les rescatase; Calrissian reconoció finalmente que Pakkpekatt no le había dado permiso para ese abordaje y que, si bien Pakkpekatt estaba intentando rescatarles, ellos no debían esperarle sino intentar salir por sí mismos.



Lando Calrissian y su equipo exploran el interior del vagabundo.

Pakkpekatt envió su informe al Almirante Drayson y solicitó más naves. Drayson elevó el asunto al Consejo de Seguridad a Inteligencia de la República, que se lo negó. El presidente del Consejo, Senador Krall Praget de Edatha, declaró que la misión había sido un fracaso, especialmente porque por entonces la República tenía una crisis muy grave con el ataque de los yevetha y necesitaban naves de guerra con urgencia. Aunque otros senadores como Cair Tok Noimm y Amamanam proponían dar apoyo, Praget más bien pretendía expulsar a Pakkpekatt del ejército con deshonor, pero se conformó con retirarle la flota y dar por terminada la misión con un fracaso total, declarando muertos a Calrissian y su gente.

Las órdenes recibidas por Pakkpekatt exigían que devolviese las naves Merodeador, Nagwa y Pran a dique seco, y preveía que le quitarían pronto el Glorioso. Descontento, Pakkpekatt consultó con la mayor Legorburu y aceptó que ella buscase información por vías extraoficiales. Pakkpekatt no pudo desobedecer, pero retrasó su obediencia todo lo posible para dar a Calrissian oportunidad de enviar una señal (cosa que no sucedió) y para conseguir todas las pistas posibles con un barrido del Stendaff. Fue inútil, y sólo encontró más diferencias entre los métodos de Calrissian y los suyos propios: Taisden le mostró un trineo estabilizador del babbet Hierko Nochet, que posiblemente Calrissian hubiese ganado al sabacc; y aparentemente la República había extraviado el bio-perfil del General Calrissian al menos tres veces, por lo que no podían confirmar si había restos orgánicos de Calrissian en la zona. Evidentemente la actitud criminal de Calrissian enervaba al meticuloso Pakkpekatt.

Teniendo órdenes de abandonar su misión, Pakkpekatt decidió desafiarlas sutilmente. Contactó con el Centro de Operaciones de Inteligencia y pidió hablar con el General Carlist Rieekan para que confirmase sus órdenes, alegando que la transmisión había sido imperfecta. El general de brigada Collomus cogió la llamada y se ofreció a confirmar las órdenes, pero viendo el estado anímico del hortek, aceptó pasarle con Rieekan (que tardó 24 minutos en coger la llamada). Rieekan insistió en que Pakkpekatt obedecieses sus órdenes y le negó la opción de cogerse un permiso inmediato o tomar un equipo de voluntarios; mas Pakkpekatt se enrocó por no abandonar a un camarada, y pidió que le declarasen desaparecido para poder buscar a Calrissian en solitario.

Rieekan se sorprendió de que Pakkpekatt tuviese tanto interés en buscar a gente que no estaba bajo su mando y que había hecho fallar la misión; Pakkpekatt explicó que los camaradas no se fabrican en serie, sino que demuestran su valía pese a defectos y diferencias, y que un comandante debe ofrecer la tolerancia que pide. Rieekan entonces autorizó una misión con sólo tres voluntarios (Capitán Hammax y agentes técnicos Pleck y Taisden) en el Dama Suerte; el resto de naves debían volver de inmediato.

Pakkpekatt asignó a Pleck al rastreo, Taisden a los sensores y Hammax a la artillería, con el coronel mismo pilotando; pero no permitió que la rutina les dominase. El procedimiento incluyó investigar varias anomalías en busca del vagabundo, por orden de probabilidad: Encontraron un carguero quemado, una barcaza agujereada abandonada, una antena antigua de espacio profundo, un Ranger de Kuat con teletranspondedor cerrado que huyó al verles, y una mina especial ilthani activa que desactivaron. A cinco años luz del púlsar 2GS-91E20, registraron la anomalía 2249 y la descartaron al verificar que no era el vagabundo. En ese sistema, Pakkpekatt debatió con Hammax sobre la naturaleza contradictoria de Calrissian ya sólo por lo que veían en el yate: Profesional meticuloso, mercenario amoral y hedonista. No siendo un humano él mismo, Pakkpekatt encontraba difícil entender las contradicciones de los humanos.

Después de ello, pusieron rumbo a la anomalía 1033 en el sistema Carconth, cuya estrella estaba en estado supernova. En cuanto llegaron, Pakkpekatt perdió el control sobre el Dama Suerte, que pasó a activar un circuito esclavo. Pakkpekatt sospechaba que era una medida de seguridad de Calrissian para llamar a su propia nave, así que permitió que el vehículo se moviese como desease. El yate apuntó hacia el planeta Kaa y entonces entró en el hiperespacio, donde se mantuvo seis horas. En cuanto emergieron, sin embargo, los controles volvieron a estar operativos, cosa que enfadó a Pakkpekatt.

Pakkpekatt ordenó un barrido de contacto en la zona y descubrieron el crucero prakith destruido por el vagabundo. También recibieron un mensaje con el código genético qella, enviado por un grupo desconocido que históricamente tiene toda la pinta de haber sido el Almirante Drayson ocultando su identidad. El problema era que el mensaje era muy largo y el Dama Suerte necesitaba docenas de minutos para recibirlo... y quizá no tenían tanto tiempo. Pakkpekatt envió a Hammax en traje de vacío a investigar la nave destruida; Hammax concluyó pronto que no había nadie vivo a bordo, pero posiblemente tampoco estaba Calrissian. Pakkpekatt concluyó que el vagabundo había destruido el crucero, pero resultó dañado y, mientras tanto, Calrissian envió una señal a su nave. El vagabundo podría haber huido a velocidad subluz o en el hiperespacio o, si estaba lo bastante dañado, debía seguir en la zona. Con esa excusa, Pakkpekatt ordenó un escaneo exhaustivo de la zona a ver si encontraban el vagabundo; pero en realidad lo que quería era quedarse más tiempo para recibir totalmente el mensaje con el código genético de los qella.

Como he dicho, no iban a tener mucho tiempo: El destructor Tobay de las fuerzas de Prakith, con seis cazas, se acercó a investigar el desastre del crucero. La tripulación recomendó escapar; pero Pakkpekatt optó por esconderse en la sombra del crucero roto y sólo intentar escapar después. Se negó a responder a las llamadas del Tobay. Cuando los cazas imperiales se acercaron, Pakkpekatt ordenó finalmente escapar al hiperespacio, concretamente al sistema de origen de los qella: Maltha Obex.

Para llegar a Maltha Obex, el Dama Suerte dio tres saltos hiperespaciales, de modo que no pudiesen seguirles, pero eso añadió sólo una hora de viaje. Pakkpekatt tenía claro lo que quería hacer: Invocar el vagabundo a Maltha Obex, emitiendo el código genético qella desde el mundo qella. Eso le atraería. Pero claro, eso exigiría cierta intimidad, y Pakkpekatt descubrió que no la tenía: El crucero convertido Grieta de Penga, del Instituto Obroano de Arqueología, estaba en órbita, estudiando el planeta. Pakkpekatt comprende que estaba allí porque él había pedido el material genético de los qella; pero los obroanos habían decidido quedarse y continuar su trabajo. Hammax propuso intentar intimidarles para que se retirasen, o incluso dañar su array de comunicaciones para que tuviesen que depender de ellos, pero Pakkpekatt y el resto de la tripulación no lo vieron viable.

En primer lugar, Pakkpekatt abrió comunicación. Aunque el capitán de la nave era Dolk Barjas, el líder de la expedición Doctor Joto Eckels estaba al mando y le atendió. Pakkpekatt exigió comunicación por holograma e intentó averiguar lo posible de la expedición; supo por ejemplo que el coleccionista privado Harkin Dyson (posiblemente un seudónimo del Almirante Hiram Drayson, que Pakkpekatt sospechaba estaba manipulando tanto a Obroa como a él) había financiado a los obroanos y que estaban investigando la causa del deceso de uno de sus colegas. El primer oficial de la Grieta, Manazar, interrumpió la transmisión para alertar a Eckels de que su interlocutor era un hortek que posiblemente estaba extrayéndole información con telepatía; Eckels, sin embargo, quiso continuar el diálogo con Pakkpekatt para obtener información del alienígena. Pakkpekatt advirtió a Eckels sobre la peligrosa nave que se acercaba hacia allí, resistiéndose a revelar la naturaleza de ésta hasta que Eckels le dejó sin argumentos. Eckels creyó estar manteniendo una posición de fuerza ante la adversidad, pero Pakkpekatt estaba llevándole donde quería: Cuando Pakkpekatt le dijo que la nave era de origen qella, Eckels aceptó colaborar con los recién llegados.



El Almirante Hiram Drayson.

Con el acuerdo, Pakkpekatt usó satélites de la expedición para transmitir la señal que debía atraer al vagabundo. La colaboración fue útil en otros sentidos: La tripulación de Pakkpekatt visitó la nave obroana para compartir información sobre sus mutuos descubrimientos: Eckels ofreció información sobre cadáveres qella encontrados en el planeta, y Pakkpekatt aceptó compartir sus datos con Eckels siempre que no saliesen de la nave hasta que la misión hubiese terminado. Eckels concluyó que los qella tenían una biología distinta a la mayoría de especies y que habían construido una nave con su historia y datos genéticos para reconstruir su especie en caso de cataclismo; resultó que los qella eran conscientes de la inminente destrucción de su mundo en un momento en que no podían evacuarlo.

El vagabundo llegó con Calrissian a bordo. La nave detectó los satélites de la expedición usados para transmitir la señal de llamada, pero los identificó como hostiles y los destruyó. Creía la nave qella que la habían atraído a una trampa. Ante el repentinamente hostil vagabundo, los obroanos estaban desconcertados; pero el equipo de Pakkpekatt tomó la iniciativa: Envió la nave obroana al otro lado del planeta para que se protegiese e intentó comunicarse con el vagabundo, pero de forma sutil para no alertarla. Pakkpekatt no se planteaba combatir contra una nave mucho más grande y poderosa que la suya, así que mantuvo una distancia de seguridad bastante grande (intentó que fuesen sesenta kilómetros, aunque doce debían ser suficientes). Pakkpekatt consiguió abrir un canal con Calrissian y mantuvo contacto visual con la nave qella, pero fuera del alcance de sus armas. Pidió refuerzos a Rieekan y a Collomus, sugiriendo uno o dos destructores, y recibió algo totalmente distinto:

Los refuerzos fueron una nave aventurera verpine Modelo 201 llamada Perezoso del Barro en la que viajaba el maestro jedi Luke Skywalker. Pakkpekatt creía que era un civil en una zona restringida y le instó a marcharse; pero Skywalker se presentó como los refuerzos. El coronel de inteligencia no quería compartir información con ese recién llegado hasta que se le convenció de que era la mejor idea. Skywalker recogió a Eckels y ambos subieron al vagabundo. Descubrieron entonces que el vagabundo estaba esperando un deshielo en el planeta helado para restaurar la especie y civilización qella; y, junto con el equipo de Calrissian, usaron las armas del vagabundo para fundir el hielo e iniciar ese proceso. También rescataron al equipo de Calrissian.

Inteligencia de la Nueva República rellenó varios informes clasificados al respecto, incluyendo el número 642.30.9 sobre el vagabundo (que ya no era clasificado como amenaza) y el 5545/BFC/16.8:4 sobre el coronel Pakkpekatt. Este último alababa el comportamiento del hortek y pronosticaba una exitosa trayectoria en inteligencia. Por cierto, conocer esa información sin permiso era una ofensa castigada con multa de quinientos mil créditos y cárcel durante veinticinco años.


Curiosidades


 

El Coronel Pakkpekatt es el primer hortek en aparecer en la continuidad, teniendo un rol en las tres novelas de la Trilogía de la Flota Negra: Before the Storm, Shield of Lies y Tyrant's Test (todas 1996, Michael P. Kube-McDowell). Aparece Pakkpekatt en la lista de personajes como comandante de la expedición de Inteligencia de la Nueva República; en el último libro, se especifica que él, Hammax, Pleck y Taisden están a bordo del Dama Suerte.

El libro Cracken's Threat Dossier (1997, Drew Campbell, Matt Hong, Timothy S. O'Brien, Jen Seiden y Eric S. Trautmann), para el juego de rol de West End Games, incluye reglas para personajes hortek, la ficha de rol de Pakkpekatt y descripciones de él y de la misión del vagabundo en los informes 5545/BFC/16.8:4 y 642.30.9, respectivamente.

The Complete Star Wars Encyclopedia (2008, vv.aa.) tiene un artículo sobre los horteks y otro sobre Pakkpekatt. Pakkpekatt es mencionado explícitamente en otros catorce artículos, y en muchos más tangencialmente.

Hay algunas incongruencias en la historia de Pakkpekatt:

En el capítulo 4 de Before the Storm, se menciona que la fuerza de asalto de Pakkpekatt está formada por siete naves (sin contar Dama Suerte), en la órbita del sexto planeta del sistema Coruscant para no atraer mucha atención. Según The Essential Atlas (2009, Jason Fry y Daniel Wallace), el sexto planeta del sistema Coruscant es Coruscant, la capital galáctica, que no parece especialmente discreto. Además, la fuerza incluye diez naves: Glorioso, Merodeador, Relámpago, tres naves de piquete, la cañonera Pran, dos escoltas clase Sacheen y al menos un hurón no tripulado.

En el capítulo 3 de Tyrant's Test, hay una confusión en los diálogos porque Pakkpekatt pregunta al coronel por detalles del yate. Hammax, que no es coronel, le responde. Tampoco se han lucido cuando Pakkpekatt trata de evitar ambigüedad al hablar de la anomalía 1033 como "Ten-thirty-three", que se puede traducir como "diez, treintaitrés" (1033) o "diez, treinta, tres" (10303, quizá incluso 103003). Si el propósito es la precisión, tenía "one, oh, three, three".



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Sección creada por Skippy Farlstendoiro y Al Noah para SithNET
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