¿Han estado alguna vez en Thosa?. ¿No?. Lo suponía.

Thosa es un planeta del Borde Exterior, pero su ubicación es algo así como un secreto, conocido por muy pocos excepto por los nativos. En los archivos de la República y del Imperio, se cree que aparece con otro nombre y figura como inexplorado, o tal vez ni siquiera ha sido encontrado como planeta. Los autóctonos conocen esta realidad, pero se niegan a revelar al público general las coordenadas exactas. Algunos expertos astrónomos, sobre todo en la Alianza Rebelde, conjeturaron que Thosa está en el sistema Dostra, en el sector Elrood, pero esto no ha podido confirmarse oficialmente.

Los xenobiólogos han analizado el aspecto probable del planeta, a partir de testimonios sutiles de pobladores y de sus rasgos evolutivos, que sugieren cómo es la superficie. Por desgracia, las discusiones continúan en la actualidad. Se ha concluido que es un mundo yermo de cuevas profundas y montañas dentadas azotadas por el viento y creemos que existen feroces depredadores en ese mundo.

El planeta también ha sido denominado Draethos, y ese mismo nombre, draethos (pero con dé minúscula) es el que usan los ya citados aborígenes. La especie no utiliza el otro nombre del planeta, Thosa, para referirse a sí mismos.

Los draethos son seres vagamente humanoides, esbeltos pero con una musculatura firme y carne prieta. Alcanzan fácilmente el metro ochenta de estatura en la madurez. Tienen dos brazos, dos piernas y una cabeza en los lugares típicos de las especies humanoides. Pero por lo demás, casi cualquier parecido con los seres humanos es pura coincidencia.

La piel de un draethos es áspera y escamosa, y tiene un color que puede ir del violeta al malva o al gris. Un draethos es dolicocefálico por naturaleza. En todos los casos, la cabeza de un draethos es curva, en una larga cuesta hacia adelante. En esa cabeza se encuentran unos ojos negros, sin pupila perceptible, que pueden ver con poca luz mucho más lejos de lo que cabría esperar, distinguiendo color y detalle.

La boca de un draethos carece de labios. Debido a la forma de su cabeza, los dientes superiores son visibles pero los inferiores quedan cubiertos por aquellos. Así, para un espectador poco entendido, parece que en realidad la mandíbula superior sobresalga en exceso.

Las manos de un draethos tienen membranas interdigitales, lo cual tiene una sencilla explicación que contradice todo lo que creíamos saber sobre su mundo. Esto es, los draethos parecían haber evolucionado lejos del agua, pero este detalle sugiere todo lo contrario. Los xenobiológos siguen intentando explicarlo, aunque probablemente no sea posible hasta que el planeta sea analizado.

Los draethos no sólo son musculosos, sino que además son extremadamente resistentes de media. En realidad, esta estadística es engañosa: Un draethos normal no es más resistente que un humano normal, pero su resistencia crece en una función más pronunciada que para los humanos.

Tabla comparativa de tamaños

Los draethos tienen el poder de comunicarse telepáticamente con cualquier cantidad de seres inteligentes en un radio de 500 metros. Algunos seres, si tienen gran fuerza de voluntad, pueden resistirse a iniciar una conversación con el draethos, pero éste puede volver a intentarlo mientras estos seres sigan a su alcance. De todos modos, esta capacidad sólo sirve para mantener una conversación consciente, no para entrar en la mente de un enemigo y extraerle recuerdos que él no desee revelar.

La comunicación telepática se salta la barrera idiomática, con lo que los draethos tienen facilidad para hablar con otras personas. Los draethos son propensos a usarla como forma de comunicación principal, porque su carencia de labios dificulta la pronunciación de muchos idiomas. Ése es uno de los motivos por los cuales el idioma draethos no está muy extendido.

El idioma draethos suena como suspiros, resoplidos y cliqueos cacofónicos. Resulta desagradable al oído y exige tener los labios en una postura rara. Ése es el otro motivo principal. Su esperanza de vida llega a casi los ocho siglos (ochocientos años). Irónicamente, alcanzan la madurez biológica a los dieciocho años, apenas dos años después que los humanos. La mediana edad, por el contrario, no llega hasta los cuatrocientos años, y un draethos no es considerado anciano hasta los setecientos años de edad.

A lo largo, ancho y profundo de la galaxia, los draethos tienen reputación de ser guerreros feroces e impenitentes, implacables y decididos. Aunque esta aproximación no es en absoluto irrealista, los draethos encontrados por la galaxia no han sabido estar a la altura de tan belicosa reputación.

En primer lugar, los draethos son muy inteligentes, aunque socialmente ineptos. A todos los draethos se les alienta a aprender todo lo posible desde su más tierna infancia. Así, al alcanzar la madurez, son auténticos expertos en varias materias. Hasta las clases sociales y económicas más bajas tienen una cultura sorprendente en comparación con casi cualquier otra especie.

Todos los draethos aprenden, además, a leer y escribir en su propia lengua y, en el peor de los casos, a hablar en draethos. También son duchos en combate con armas sencillas, como palos y piedras: Un apacible pueblecillo de granjeros draethos es más que rival para un poderoso colectivo de bandidos.

La mayoría de los draethos eligen ser guerreros feroces y agresivos como manda su tradición. Ansiosos por demostrar sus dotes en combate, gastan la mayor parte de su tiempo y energía entrenando para mejorar sus capacidades. Sin embargo, existen pocas guerras en Thosa para mantener tantos ejércitos poderosos, y lo más frecuente es que los soldados draethos sólo se enfrenten a depredadores feroces en su carrera, sin llegar a matar a otro draethos en toda su carrera.

Además de los soldados, existe una casta noble de altivos aristócratas, que supervisan a la casta guerrera. Hay asimismo una casta religiosa de probables adeptos de la Fuerza, que practican tradiciones antiguas y misteriosas. No está claro cuánto poder político y/o social posee este grupo, ni tampoco sus capacidades como Jedi.

Los draethos eligen ser guerreros o, en caso de que no lo deseen, intentan entrar en uno de las otras dos castas. Pero existen parias que se niegan a ser parte de la comunidad establecida. La cultura draethos no tiene piedad con ellos, y los exilia, obligándolos a vivir entre alienígenas o en planetas desolados. Es gracias a ellos que tenemos un conocimiento bastante detallado de la actitud de los draethos, sobre todo ante este tipo de presión.

Un draethos exiliado se ve superado por la necesidad de aprender lo máximo posible (incluso para los estándares de un draethos). Estos draethos están tan fascinados por sus estudios, que rara vez se detienen para aplicar lo que aprenden. No aprecian el debate ni siquiera en el campo en que estén más especializados, porque temen no saber expresar en palabras lo que saben explícitamente que es cierto, o quizá perderse un detalle importante. Los draethos superan esta fobia irracional al envejecer, después de unos cuantos siglos.

En todo caso, un draethos exiliado se considerará un intelectual. Por decisión propia y por aprecio a la vida ajena, evitará el conflicto; si no fuese un pacifista, se habría quedado en Draethos y habría entrado en el ejército. O al menos, eso es lo que piensan. Pero la sangre del depredador es fuerte en las venas del draethos, hasta del draethos exiliado, y su concepto de evitar el conflicto no les sitúa más allá de buscar una lucha a muerte contra dignos enemigos de vez en cuando.

Algunos draethos que dejaron su mundo lo hicieron para convertirse en jedis siendo el más famoso de éstos Odan-Urr.

Omal-Zan: Un famoso draethos.

Shal-Orl: Un famoso draethos.

Talon Slyter: Un draethos luchador de teräs käsi, ganador de 36 combates y perdedor de 19, que fue derrotado en Bunduki en el torneo que tuvo lugar justo antes del inicio de las Guerras Clon. Es probable que "Talon Slyter" fuese un seudónimo adoptado para facilitar su interacción con los humanos.

Tyan-Ruu: Un famoso draethos.

Uval-Nor: Un famoso draethos.

La historia de Odan-Urr comienza cinco mil años antes de la batalla de Yavin.

Odan-Urr fue un draethos que llegó a ser Jedi, estudiando en el praxeum de Ossus, el tercer planeta del sistema adegano. Allí, Odan-Urr fue entrenado en los caminos de la Fuerza por el maestro Ooroo, un celegiano que respiraba cianógeno en su contenedor estanco. Ooroo era sabio y Odan-Urr le estaba agradecido por entrenarle.

Odan-Urr pronto se convirtió en un intelectual, que sólo abandonaba sus estudios cuando Ooroo le pedía algo. La historia era el campo en que más destacaba, habiéndose especializado en historia de los jedi.

Incluso después de terminar su adiestramiento y ser nombrado Caballero Jedi, Odan-Urr siguió estudiando historia en el praxeum de su maestro. Le fascinaba el cisma que había tenido la Orden Jedi siglos atrás. Los jedis oscuros habían sido desterrados de la República pero, por lo que había descubierto Odan-Urr en su biblioteca, acabaron encontrando una nueva civilización, la raza sith, que les trató como dioses y así forjaron su propia Edad de Oro. La mayoría de la gente creía a los sith destruidos después de la Oscuridad Centenaria, en la decisiva Batalla de Corbos.

Odan-Urr frecuentemente ilustraba a su maestro con relatos antiguos. Ooroo aprobaba la dedicación de Odan-Urr a la lectura, pero le instaba también a aceptar otras responsabilidades. En todo el tiempo que había pasado, Odan-Urr no había entrado jamás en batalla, ni tampoco había visto Coruscant.

Mientras tanto, la guerra civil acosaba el sistema Koros. La Emperatriz Teta había unificado seis de los siete mundos del sistema en una alianza de comercio y ayuda mutua; pero el séptimo planeta, Kirrek, se negaba a capitular. Los rebeldes y piratas de Kirrek luchaban hasta el final, y el consejero Jedi de Teta, Memit Nadill, había demostrado no ser suficiente para detenerles. Ooroo mandó a Odan-Urr a Koros. Su misión era salvar vidas y llevar la paz; la forma evidente de llevarla a cabo era ayudar a Teta a terminar la guerra.

Odan-Urr llegó a la ciudad de Cinnagar, base de Teta, y se presentó a Nadill, afirmando de entrada que carecía de experiencia militar. Nadill le animó: Hasta ese momento, los guerreros no habían funcionado, quizá un erudito fuese lo que necesitaban.

Teta preparaba otro ataque militar a Kirrek, y Odan-Urr propuso incorporar a esta batalla el uso de una técnica de la Fuerza que había descubierto poco tiempo atrás, la Meditación de Combate Jedi. Nadill estaba abierto a sugerencias, y Odan-Urr le explicó lo que había que hacer. La idea era fortalecer las esperanzas de los aliados e incrementar los miedos de los enemigos: Esto proporcionaba una gran ventaja durante una batalla, "lo que los ejércitos creen deberá hacerse verdad".

Fue la primera batalla que libró Odan-Urr, y una aplastante victoria. Cierto era que algunos kirrekanos se desesperaron y entraron en barrena, intentando matar a todos los enemigos que pudiesen. Entre las bajas korosanas estuvo una nave de suministros que pretendía llevar alimentos a los afectados, y sus tripulantes Hok y Timar Daragon. Odan-Urr se lamentó al ver los restos de esa nave, aunque Nadill intentó animarle, convenciéndole de que había salvado muchas vidas.

Finalmente, el líderes de los piratas de Kirrek, el comandante Llaban, firmó la paz con la emperatriz Teta. Teta consolidó su posición como gobernante de todo el sistema, y Kirrek se convirtió en una cárcel para los prisioneros políticos.

Tras la consolidación, Odan-Urr fue asignado al sistema Koros, para asegurar la nueva alianza de Teta en beneficio de la República. Mientras Nadill preveía grandes beneficios por las minas de carbonita korosanas, Odan-Urr se sentía en parte defraudado: Él hubiera preferido volver a sus estudios. En primer lugar, Teta y su séquito, incluidos Odan-Urr y Nadill, participaron en un desfile triunfal en Cinnagar para mostrar que las Guerras de la Unificación habían terminado.

Aunque al poco tiempo, Odan-Urr se convirtió en amigo íntimo de Nadill seguía sin aprobar sus constantes participaciones en los desfiles, inspecciones oficiales y recepciones diplomáticas organizadas por la Emperatriz Teta ya que él habría preferido aprovechar ese tiempo estudiando.

Mientras tanto, Gav Daragon (hijo de Hok y Timar Daragon, las lloradas víctimas de la batalla de Kirrek), explorador hiperespacial sin dinero, se metió en un lío con Ssk Kahorr del Gremio de Navegantes. Kahorr mandó a dos asesinos tras él, pero la Fuerza guió a Odan-Urr y a Nadill hasta el lugar del conflicto. En el combate, Odan-Urr mató a uno de los asesinos, y el otro huyó. Nadill intentó convencer a Odan-Urr para que fuese menos agresivo, y el draethos intentó disculparse alegando que habían sido los instintos de depredador de su especie.

Este acontecimiento acabó provocando una reacción en cadena que llevaría al descubrimiento republicano del Imperio Sith, y viceversa. Por esto la Fuerza afectaría a Odan-Urr, informándole en sueños de las repercusiones de sus actos.

Mientras, en el Imperio Sith, el difunto Lord Marka Ragnos era enterrado, pero su espíritu se apareció a los dos candidatos al puesto, Ludo Kressh y Naga Sadow. El fantasma les instó a que eligiesen con cuidado las batallas que habrían de luchar, pues el Imperio Sith estaba en juego.

La aparición provocó una perturbación en la Fuerza, que afectó a los sueños de Odan-Urr. Odan estaba convencido, por las leyendas que había estudiado, de que se trataba de una visión. Así, el preocupado draethos decidió informar a Nadill y a Teta de que los jedis malvados, desterrados siglos atrás, iban a volver a la República. Nadill apoyó a Odan-Urr incondicionalmente; había aprendido a confiar en su sabiduría. Así, Teta decidió informar a Coruscant de las premoniciones de su Jedi, aprovechando que iba a visitar la capital planetaria esa misma semana.

En Coruscant, Odan-Urr, como buen turista paleto que era, quedó impresionado por la magnificencia de la ciudad planetaria. Sin embargo, pronto recuperó la compostura y se ofreció a dirigirse personalmente al Senado, a dar su aviso. Teta agradeció el gesto pero lo rechazó: Odan-Urr era un erudito, y Teta tenía más dotes diplomáticas. Ella sería quien hablase ante los otros políticos, y los varios jedi que habían ido a escuchar.

Pero los senadores se burlaron de ellos: Tenían problemas reales y recursos limitados, y no querían escuchar la pesadilla de quien consideraban "un niñato". Así, Teta decidió preparar sus fuerzas en solitario, sin más aliados que su propio sistema.

Sin embargo, los otros Jedi presentes mostraron su silenciosa preocupación unos a otros. Esa premonición podría ser merecedora de un análisis un poco más atento...

Odan-Urr participó en la preparación militar de Teta, aunque siempre que podía, separaba un momento para dedicarlo a su afición, el estudio de la historia.

El maestro Ooroo en persona fue a visitarle a Cinnagar, oficialmente a ver lo bien que le estaba yendo a su ex-aprendiz como consejero Jedi. Extraoficialmente, Ooroo aprovechó para explicar a Odan-Urr que contaba con aliados entre los Jedi. Muchos de los maestros Jedi creían en las profecías de Odan-Urr, y el mismo Ooroo tenía visiones de una inminente guerra.

En una reunión con Teta y Nadill, una mujer llamada Jori Daragon irrumpió hablando de cómo había escapado del Imperio Sith y de que éste preparaba un ataque; Jori presentó un amuleto como prueba. Odan-Urr respaldó la versión de Jori, porque se parecía mucho a sus visiones.

Rápidamente, Nadill sugirió avisar a los otros Jedi, pero Teta discrepó: No había tiempo, y antes era necesario preparar las defensas de su sistema. Nadill viajó él solo a Coruscant para hacer sonar la alarma, pero sólo los Jedi estaban dispuestos a escuchar.

Y entonces se desencadenó el infierno.

Los Sith invadieron la galaxia, atacando en mil planetas a la vez. La meditación de combate de Odan-Urr resultaba insuficiente contra un enemigo preparado y ducho en técnicas que sirviesen de contramedidas. El líder de los rebeldes de Kirrek, Llaban, propuso a Teta que los rebeldes se uniesen a sus fuerzas a cambio de una amnistía total.

Ante una inminente batalla, Jori pidió a Teta una nave o un arma para poder participar. Odan-Urr le dio el sable de un jedi caído, un sable que Jori usaría contra los guardias massassi del enemigo y, después, contra su hermano Gav al verle ante el cadáver asesinado de su asociado Aarrba el Hutt.

Odan-Urr ante un friso que le representa a él mismo junto con su maestro.

Mientras, Odan-Urr viajaba a Kirrek junto con Llaban y Ooroo. Odan-Urr intentó usar la Meditación contra los massassi, pero su furia obsesiva superaba el poder del Jedi; peor aún, le ganó además las críticas de los soldados, que lo veían como inactividad. Los massassi llegaron a la ciudadela e iniciaron su invasión, y Ooroo se vio obligado a sacrificarse. Sometió a los massassi a su atmósfera de cianógeno rompiendo su recinto estanco, permitiendo que las fuerzas aliadas ganasen tiempo. Así, las naves de Ronika, una ciudad aliada cercana, tuvieron ocasión de llegar, y la Meditación de Combate fue finalmente efectiva.

Pese a su victoria, Odan-Urr lloró a su maestro. Él consideraba que los sueños deberían haberle dado suficientes pistas para que él hubiese podido detener a los Sith antes de que empezase la guerra. En su lecho de muerto, Ooroo predijo entonces que Odan-Urr envejecería y moriría un día entre sus apreciados libros y pergaminos, siendo uno de los Jedi más ancianos que existirían nunca.

Ooroo fue entonces testigo de la declaración de emancipación, que no independencia, del pueblo de Kirrek.

Con su trabajo en Kirrek terminado, Odan-Urr volvió a Koros Mayor, donde fue recibido por la triunfante Teta. Poco después, ambos recibieron a Nadill, veterano de otra victoria en Coruscant. Teta propuso entonces a Odan-Urr que volviese a su biblioteca, después del gran servicio que le había dado. Pero Odan-Urr no valoraba la lectura, sino el aprendizaje: Él deseaba registrar las naves Sith supervivientes en busca de conocimiento sobre los invasores.

Odan-Urr exploró una de las naves Sith capturadas y encontró un holocrón de extraño diseño piramidal. Se cree que era el holocrón creado por Darth Andeddu, lord del Sith. Odan-Urr también descubrió la técnica que impide a un enemigo volver a tener acceso a sus poderes de la Fuerza durante el resto de su vida, ¡y para su sorpresa, ni siquiera era una técnica del lado oscuro!

Inspirado por sus descubrimientos, Odan-Urr decidió construir un gran centro de aprendizaje, una biblioteca gigante de conocimiento Jedi en el mundo donde había sido entrado por Ooroo: Ossus.

A lo largo de los siglos siguientes, Odan-Urr creó y llenó la biblioteca de Ossus, y después se retiró allí a estudiar volúmenes de textos antiguos y artefactos del planeta. Estudió minuciosamente manuscritos Sith, escribiendo sus conclusiones en detalle, y analizando sobre todo la Fuerza Viva.

En algún momento, Odan-Urr fue nombrado maestro Jedi, y llegó a otorgársele el honor de presidir la Asamblea Jedi. De todos modos, a Odan-Urr le gustaba poco esto de presidir; y le aliviaba saber que esas Asambleas eran infrecuentes, y sólo en caso de emergencia. La primera vez que presidió una asamblea fue unos cuatrocientos años después de su gran victoria contra los Sith.

Las mejores enseñanzas de Odan-Urr provienen de estos años de meditación, estudio y reuniones con muchos maestros jedis, de la talla de Arca Jeth, Vodo-Siosk Baas, Thon y Ood Bnar.

Con el paso de los siglos, Odan-Urr se convirtió en el mayor erudito de la historia conocida de los Jedi, por encima incluso de Yaddle, y un experto en la creación de holocrones jedi. Su conocimiento de la historia era legendario, sobre todo en lo que respecta a Ossus y Deneba. Su saber en lo que respectaba a los Jedi era comparable sólo a Yoda o Mace Windu, y su conocimiento de los sith ya lo hubiesen querido muchos de los Lores del Sith de su época.

Al mismo tiempo, estaba familiarizado con muchos poderes de la Fuerza a niveles difícilmente alcanzables. Muy poca gente tenía su poder para mejorar los sentidos, o para percibir la Fuerza en su entorno; y menos todavía podían superar sus dotes precognitivas. Mejor todavía: Era un excelente maestro, capaz de conseguir que sus alumnos llegasen a superarle. Odan-Urr era el mayor maestro Jedi de su tiempo, y lo fue durante muchos siglos.

Habían pasado seiscientos años desde la primera Asamblea Jedi de Odan-Urr, pero la sabiduría de Odan-Urr volvería a ser necesitada. Unos jóvenes magos autodenominados los krath habían usado magia Sith para tomar el control político del sistema Koros, ahora rebautizado sistema Emperatriz Teta. Los krath amenazaban con restaurar una secta de veneración a un espíritu del lado oscuro.

Odan-Urr presidió de nuevo una Asamblea Jedi; era un momento de gran peligro. Usó la Fuerza para contactar con los miles de maestros y caballeros presentes, en el planeta rojo Deneba, en el Monte Meru. Cuando llegaron, todos podrían hablar.

Después de la reunión, en Ossus, un joven caballero Jedi llamado Ulic Qel-Droma presentó al maestro Bnar su plan contra los krath: Se infiltraría entre sus filas. Bnar le explicó a Qel-Droma que él no era viejo ni sabio, y le llevó con uno que sí: Odan-Urr, el Guardián de Antigüedades. Odan-Urr mostró a Qel-Droma su holocrón Sith, en particular un relato de un Jedi que creyó poder conquistar el lado oscuro desde dentro. Este Jedi sucumbió a las tinieblas y se volvió contra su propio maestro. Sin embargo, esta leyenda no consiguió convencer a Qel-Droma, que siguió adelante con su plan.

Odan-Urr continuó en la biblioteca durante la guerra. Entrenó en Meditación de Combate a la joven viuda Jedi Nomi Sunrider, amante de Qel-Droma, por lo que fue el tercer maestro de la joven (después de Thon y Arca Jeth; Odan-Urr conoció a ambos en su vida, aunque Arca ya había muerto entonces). Estaba presente en las clases Vima, la hija de Nomi.

Nomi preguntó a Odan-Urr si los seguidores del lado oscuro podían utilizar la Meditación de Combate. Odan-Urr había descubierto que sí, aunque era extraño verlo en esos tiempos. Sin embargo, en tiempos antiguos, los Lores del Sith hacían construir cámaras de meditación en sus naves, para encerrarse y dirigir visualizaciones al conflicto a su alrededor.

Boceto de Odan-Urr para "The Golden Age Of The Sith"

Odan-Urr enseñó entonces a Nomi la técnica de la Fuerza que le permitiría privar a su oponente del uso de sus poderes. Esta técnica fue utilizada en un momento posterior del conflicto. Poco después, Nomi y Vima dejaron sus estudios por ese día.

Entonces apareció Exar Kun, un joven lord del sith que buscaba el holocrón Sith de Odan-Urr. El draethos intentó usar su poder de bloqueo de la Fuerza, pero era demasiado viejo y estaba demasiado débil para enfrentarse a la fuerza de su rival. Finalmente, Odan-Urr expiró y su cuerpo se hizo uno con la Fuerza.

Los seguidores de Kun, Jedis partidarios del cambio, llegaron poco después. Kun les contó que Odan-Urr había muerto de causas naturales, pero que antes le había dado el holocrón a él como regalo por ser un maestro Jedi. Kun llevó entonces a sus influenciables adeptos al planeta Yavin 4 y allí destruyó el holocrón, liberando a los espíritus antiguos de su interior para que poseyesen a sus partidarios y asegurasen así su lealtad.

El legado de Odan-Urr es de victorias y tragedias enormes. Perduraría durante siglos, hasta la Gran Purga Jedi, y fue la base del Código Jedi que se escribiría más tarde. Sus puntos de vista sobre la voluntad de la Fuerza Viva se enseñarían durante muchos milenios. Fue uno de los más grandes maestros Jedi de la historia, y un orgullo para su especie.

© S I T H N E T

Sección creada por Skippy Farlstendoiro y Al Noah para SithNET
Prohibida la reproducción total o parcial sin el consentimiento de los autores.

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