"Todo lo que quise en mi vida fue convertirme en Caballero Jedi" (Flint)
Darth Vader cumplió con su promesa y entrenó, siempre a espaldas de su maestro Darth Sidious, a Flint pero su caso no fue único ya que el Sith también hizo lo propio con Lumiya, Galen Marek y Tato. El joven Flint no tardó en destacar en el uso de la telequinesis algo que le permitía lanzar objetos contra su rivales causándoles grandes daños y/o distraerles durante el duelo con sables de luz.
Los momentos que pasaba con Vader valían su peso en oro ya que Flint lo tomó como una figura paterna pero el sentimiento no era mutuo ya que el Sith lo único que buscaba era un aprendiz digno con el que poder enfrentarse a Sidious y su intención era que los cuatro candidatos que tenía se matasen entre ellos para ganarse el puesto.
Vader murió en la Batalla de Endor junto a Sidious antes de poder cumplir sus planes, algo para lo que al final intentó usar a su propio hijo, Luke Skywalker, y cuando Flint se enteró se sumió en una gran depresión y se ocultó en el Catillo Bast, la fortaleza privada que tenía Vader en Vjun.
El caso de Lumiya fue el contrario ya que esta, lejos de deprimirse, optó por cubrir el hueco dejado por el fallecimiento de los Sith y decidió convertirse en la nueva maestra. Para conseguirlo viajó a Vjun y derrotó a Flint tomándolo como discípulo tras derrotarlo y enviándolo al sector Phelleem para que lo controlase.
Lumiya sabía que Flint odiaba a Luke de modo que le ordenó también que lo matase si tenía ocasión y este aceptó gustoso. Embutido en una armadura negra un tanto estrafalaria, y empuñando un sable de hoja roja, Flint se hizo famoso casi al instante y la gente lo bautizó con el sobrenombre de "El Señor Oscuro de Belderone".
Cumpliendo con su misión Flint llegó al planeta Naldar y acabó con toda la familia real allí asentada menos con la princesa Vila que tras escapar se dirigió a Endor donde pidió ayuda a los rebeldes. Luke, Leia y Barney, el antiguo amigo de Flint que ahora servía junto a los rebeldes, viajaron a Naldar para detener a Flint y durante el viaje Skywalker fue visitado por el espíritu de su padre, Anakin (Vader), que le pidió que no matase a su antiguo discípulo sino que procurase redimirlo.
Flint esperaba la llegada de los rebeldes y consiguió atraparlos y, para burlarse de ellos, les contó que tenía un potente cañón de energía con el que pretendía acabar con la ciudad. Fue entonces cuando Flint reconoció a Barney, al que creía muerto, y cuando este le pidió que recapacitase y que viese en que se había convertido este empezó a mostrar dudas.
Uno de los soldados de Flint, al ver que su comandante flaqueaba, le disparó acusándole de ser un traidor pero la princesa Vila se interpuso en la trayectoria y dio su vida para salvar la de su enemigo. Conmovido Flint autodestruyó el cañón matando a gran parte de los imperiales y permitiendo que los rebeldes obtuviesen la victoria.
Flint se había redimido pero tuvo que pagar por sus crímenes y fue encerrado durante años pero cuando fue liberado regresó a Belderone donde llevó una vida tranquila y donde años más tarde intercedió por los firrereos, que se habían quedado sin hogar tras la destrucción de la Estrella de Cristal en Creih, para que estos fuesen aceptados en Belderone.
Por desgracia la paz entre ambos pueblos no duró mucho pero la culpa no fue de ninguno de los dos pueblos sino de los invasores Yuuzhan Vong que los engañaros para que se destruyesen mutuamente. La pista de Fint se perdió poco después de la caída de los "Discípulos de Ragnos" y cuando finalmente apareció, sin vida y con heridas tanto de sable como de látigo Luz quedó claro que fue ejecutado por Lumiya por su traición.
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