Hin y Kee eran dos yuzzem que vivían en Ragna III apaciblemente, hasta que fueron esclavizados por el Imperio. Debido a su increíble fuerza física, fueron enviados a trabajar en las minas del planeta Mimban, en el sistema Circarpous.
Una vez llegaron a Circarpous, el Imperio intentó obligar a los yuzzem a trabajar en la mina. Éstos, que no habían sido adiestrados para obedecer, protestaron. El oficial al cargo simplemente se burló de ellos y les mostró los documentos que les decretaban esclavos.
Sin embargo, Hin y Kee decidieron usar sus instrumentos para llenar la mina en vez de vaciarla. El jefe de las actividades imperiales locales, el capitán-supervisor Grammel, se planteó ejecutarlos para que sirvieran de ejemplo, pero no lo hizo: Un minero yuzzem puede hacer el trabajo de tres mineros humanos. Los yuzzem eran demasiado valiosos para morir.
Pero no para que les dejasen de tratar mal. Hin y Kee se emborracharon y empezaron a protestar por el trabajo esclavo, y al mismo tiempo el Imperio descubrió el sabotaje de la mina. Hin y Kee fueron enviados a una prisión de máxima seguridad.
Mientras tanto, la Princesa Leia visitaba Mimban, en un intento de llegar al planeta vecino, Ciracrpous IV, para realizar reparaciones de emergencia. Le escoltaba Luke Skywalker. Éste mostró su sable láser en público, y ambos fueron llevados ante Grammel. Grammel empezó a tomar medidas para averiguar quiénes eran, y mientras tanto les encerró con los yuzzem. Esperaba que los yuzzem mostrasen con los prisioneros la misma agresividad que habían mostrado con sus tropas.
Pero Skywalker consiguió comunicarse con los yuzzem, y convencerles de que él no era una amenaza. Más al contrario, les convenció de que el Imperio y Grammel eran un enemigo común, y les instó a trabajar juntos buscando una salida.

Hin y Kee ayudan a los hermanos Skywalker a escapar de la prisión.
Grammel se presentó poco después para informarles de que había hablado con el gobernador Bin Essada y que serían interrogados. En ese momento, tres hechos le produjeron un fuerte impacto. El primero fue descubrir que los bestiales yuzzem no habían agredido a los prisioneros humanos; Grammel, racista entrenado, había subestimado la inteligencia de sus esclavos.
El segundo fue descubrir que la princesa Leia había sido torturada antes, puesto que mostró un pánico concreto, y no abstracto ante su destino. Grammel amenazó a Leia, esperando extraerle información sobre su identidad para obtener beneficio político ante el gobernador. Al verle amenazar a su nueva amiga, Kee saltó sobre Grammel para estrangularle, y ése fue el tercer impacto.
Los siguientes impactos los recibió de lleno el yuzzem cuando un soldado de asalto le disparó. Kee se alejó de Grammel, aturdido pero sin daños graves; poco después estaría recuperado. De todos modos, Grammel decidió retrasar el interrogatorio de la Princesa Leia.
Al poco de que se fuese Grammel, apareció una anciana humana llamada Halla. Halla era una asociada de Skywalker y Organa, que les ayudó a abrir la puerta de la celda. Los yuzzem escaparon junto con sus amigos humanos. Su inmensa fuerza bruta bastó para destrozar a los soldados de asalto que les atacaban. Kee además recuperó el sable láser de Skywalker mientras Hin se encargaba de los centros de comunicaciones. Después, se reunirían con Halla y con los androides de Organa.
Grammel ordenó a sus tropas detener a los fugitivos, participando activamente en la persecución. Pero Skywalker utilizó su astucia para mantenerles a raya con armas y explosivos robados, hiriendo a Grammel en una explosión.
Los rebeldes robaron entonces un reptador para viajar a través de las junglas de Mimban hasta el Templo de Pomojema, donde les esperaba el cristal kaiburr. Esa gema, les había explicado Halla, podía potenciar artificialmente el poder de la Fuerza de quienes la usasen, y tanto Skywalker como el Imperio estaban interesados en encontrarla. Los yuzzem aceptaron acompañarles, aunque ellos insistieron en que habrían preferido ir a por comida.
El viaje hasta el templo duraría aproximadamente unos diez días, que no estuvieron exentos de dificultades. Una inmensa criatura local conocida como wandrella atacó el reptador al cabo de una semana de viaje. El grupo tuvo que separarse; Skywalker y Organa huyeron alejándose del resto y atrajeron a la wandrella hasta un pozo cavado por una raza local conocida como coway. Halla se quedó con los yuzzem y los androides de Organa (ver imagen). Recomendó a los otros humanos que buscasen un pasadizo subterráneo mientras ellos buscaban otra entrada.
Mientras tanto, Darth Vader llegaba a Mimban, atraído por la noticia de la captura de Organa y Skywalker, y tomaba el mando de las tropas imperiales para perseguirles.
Halla encontró una entrada a los túneles coway, pero los coway la capturaron a ella y a los yuzzem. Intentaron capturar también a Skywalker y a Organa, pero éstos demostraron ser más duros de pelar. Sin embargo, para rescatar a sus amigos, incluidos Hin y Kee, Skywalker debía derrotar al campeón coway en combate singular sin armas. Por supuesto, el coway fue derrotado por Skywalker.
Los coway dieron una cena de celebración a sus nuevos asociados, pero Vader les encontró y, poco después, las tropas imperiales invadieron los túneles coway. Skywalker lideró a las tropas coway, como mejor guerrero, y los yuzzem lucharon con valor y poder contra los soldados de asalto. Las tropas imperiales estaban mal entrenadas y, después de muchas pérdidas, Vader ordenó la retirada pero no acompañó a sus tropas. Había percibido el templo en las inmediaciones y se dirigió hacia allí.
De un modo especialmente sangriento, Hin y Kee robaron un vehículo imperial para poder perseguir a Vader (ver imagen). Curiosamente, Vader tomó algún desvío equivocado y tardó más en llegar. Los rebeldes fueron los primeros en llegar al templo.
Los droides quedaron en el vehículo con algo de armamento semi-pesado. Los orgánicos, incluidos los yuzzem, entraron en el templo. Allí fueron atacados por otra bestia local. Halla y Skywalker la combatieron, mientras Hin y Kee corrían hacia el vehículo a buscar los rifles.
La buena noticia fue que Skywalker no necesitó los rifles para derrotar al monstruo. La mala noticia fue que los yuzzem nunca podrían haberle dado los rifles: Vader llegó al templo, detuvo a los androides e hirió fatalmente a ambos yuzzem. Los gigantes cayeron al suelo, derrotados por el lord del sith.
Vader se enfrentó a Skywalker, Organa y Halla. Atrapó a Skywalker derribando una columna sobre él. Halla, codiciosa, intentó hacerse con el cristal, mientras Organa cogía el sable de Skywalker y lograba herir a Vader. En represalia, Vader dañó gravemente a Organa.
Pero, aunque Kee se había reunido con sus antepasados, aún quedaba un último aliento en Hin. Ensangrentado, el yuzzem levantó la columna que apresaba a Skywalker, muriendo inmediatamente después. Eso dio oportunidad a Skywalker de retomar el combate. Organa le pasó el sable y Skywalker logró cercenar el brazo derecho de Vader que, desconcertado, cayó a un pozo.
Skywalker y Organa estaban gravemente heridos, pero Halla consiguió que Skywalker usase el cristal para que se recuperasen. Por desgracia, era demasiado tarde para Hin y Kee. Ambos habían expirado, y ningún poder podría resucitarlos.
Skywalker, Organa y Halla dieron a los yuzzem lo único que podían ofrecerles ya, un funeral decente y la promesa de un futuro mejor para los que les sobrevivieron.

© S I T H N E T
Sección creada por Skippy Farlstendoiro y Al Noah para SithNET
Prohibida la reproducción total o parcial sin el consentimiento de los autores.

AQUÍ puedes encontrar todas las fuentes consultadas en la elaboración de este artículo.
Si deseas leer sobre alguna raza alienígena en particular, no tienes más que mandarnos un emaul ;-)

|