LOS LASAT

Articulo creado por Skippy Farlstendoiro y maquetado por Al Noah, los xenobiólogos de SithNET.
Prohibida la reproducción total o parcial sin el consentimiento de los autores
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Los Lasat


 
"¡Puggles adora el olor a detonita!"

Aunque los lasat no estén muy extendidos por la galaxia, tal vez eso precisamente les haga más fascinantes. ¿Quién no ha sentido interés por la especie del diminuto alienígena que acompañaba al falso mandaloriano Jodo Kast, el impostor de Boba Fett, durante la cacería de Adar Tallon? Sí, ya me imaginaba que yo sería el único interesado. Pero de todos modos, hablemos de esta poco conocida especie.

El planeta Lasan se encuentra en las zonas más alejadas de los Territorios del Borde Exterior. En esencia, se trata de un mundo árido y cálido, cubierto sobre todo por extensos desiertos, llanuras cubiertas de hierba y altos picos. En las zonas más bajas, manadas de banthas viajan de un pasto a otro, aprovechando los cambios estacionales.

Los lasat evolucionaron en las montañas cercanas al desierto, adaptándose para vivir en ese entorno. Las frías noches del yermo no les afectan porque están cubiertos de vello marrón claro excepto en el rostro, las manos y la pequeña cola. Este pelaje es más largo en los machos que en las hembras, pero con la edad los machos pierden todo el pelo de la cabeza.

Además de esto, los lasat tienen orejas enormes, delgadas y puntiagudas que usan para disipar el calor. Sus narices y bocas son pequeñas, pero sus ojos son enormes para ver en el ocaso con poca luz. La boca contiene afilados caninos en la parte frontal, y en la parte posterior fuertes molares que pueden romper huesos.

Un lasat mide entre 1.20 y 1.90 m., siendo de aspecto básicamente antropoide y pudiendo caminar a la velocidad normal. Sin embargo, se conocen individuos de sólo un metro de altura. En principio son fuertes, rápidos y perspicaces.


Cultura Lasat


 

Los lasat se caracterizan por ser indirectos, furtivos, arteros y taimados. Son cazadores, pero no persiguen a sus presas, sino que utilizan trampas: La caza menor sucumbe ante los palos, y la caza mayor, como los banthas, requiere redes y lanzas.

Un lasat se refiere a sí mismo con su nombre de pila, y se refiere a cualquier otra persona únicamente con un pronombre. Hay excepciones conocidas, pero en general éste es un rasgo extendido entre esta egocéntrica especie.

Los lasat viven en tribus nómadas que persiguen las manadas de banthas durante sus éxodos: No habiendo domesticado a las gigantescas criaturas, los cazan para aprovechar su carne y lana. La piel y huesos del bantha se usan para construir tiendas de campaña en cuyo interior cuelgan tapices. En estas condiciones, no pueden utilizar muros ni puertas, poniendo en su lugar pantallas tejidas y cortinas.

La tribu está gobernada por una dinastía familiar que obtiene su poder por derecho divino. Los líderes tribales mantienen una casta guerrero-policial que se encarga tanto de mantener el orden en la tribu, como de ir a la guerra contra las tribus vecinas.

En general, la tecnología lasat en tiempos del Imperio había llegado a la era feudal, aunque en muchas zonas de Lasan seguían en la edad de piedra.


Historia Lasat


 

La tradición escrita lasat, un primitivo jeroglífico, resulta menos fiable que la oral para conocer su pasado. Sus textos son mitologías de relatos heroicos e imaginativos que sin duda tendrán alguna verdad oculta, pero se centran en héroes sigilosos y astutos y en tramperos de gran talento.

En tiempos recientes, han aparecido dos primitivas ciudades-estado en Lasan: Dos tribus han iniciado la estratificación social y han desarrollado estas pequeñas civilizaciones en regiones distintas. Para ello, han construido edificios de ladrillos de arcilla, con rendijas en la pared para que entre la luz. En el interior mantienen el mismo tipo de mobiliario y divisiones que las tribus nómadas.

Las ciudades-estado tienen una tecnología más avanzada que las tribus: Han semi-domesticado a los banthas, y aprovechan su grasa en lámparas de aceite. Cubren los suelos de sus edificios con alfombras y cojines para sentarse. Además, han empezado a tratar metales de modos primitivos, pero sentando las bases de un estudio de la metalurgia.

La química, por el contrario, ha avanzado sorprendente y desproporcionadamente. Los lasat urbanos han alcanzado la fermentación superior y sobre todo han aprendido a fabricar explosivos potentes, aunque rudimentarios. En las ciudades, un grupo social considerado como "los magos" (aunque parecen acercarse más a los precursores de científicos e ingenieros) controla estos explosivos.

Las ciudades-estado han descubierto cómo contratar a las tribus nómadas para que vayan a sus conflictos en forma de mercenarios. Esto ha dado a los nómadas poder político y económico. Las guerras siguen siendo a pequeña escala, aunque esto podría cambiar en un futuro próximo.

Lasan ha tenido muy poco contacto con la galaxia en general. Algunos comerciantes independientes han aterrizado, pero el planeta ofrece pocas materias exportables salvo las alfombras y tapices. Si bien los tejedores lasat son excelentes, no hay gran oferta de sus mercancías.

Al mismo tiempo, algunos lasat han abandonado Lasan para viajar por la galaxia. Su especie no es muy conocida y, a veces, personas no informadas les confunden con wookiees, pese a la cola y el menor tamaño. En algunos planetas donde los wookiees tienen derechos restringidos (Por ejemplo, sólo se les permite moverse con marcas de esclavitud), los lasat han sido acosados por agentes de la ley.


Dap Nechel


 

El Jefe Dap Nechel era el ingeniero y mecánico jefe del crucero de lujo Princesa Kuari Nechel, un lasat diminuto, era partidario del Imperio. Tenía amigos entre la tripulación, entre ellos el jefe de seguridad kabieroun Detien Kaileel y la navegante teniente Celia Durasha. Ellos dos acostumbraban a jugar partida de b'shingh durante su tiempo libre, y Nechel se sentaba a mirar y beber mientras tanto. Durasha acusaba medio en broma a Nechel de provocar que ella perdiese, y también en broma Nechel le respondía que lo que hacía era dar suerte a Kaileel.

Kaileel era un agente secreto de la Alianza Rebelde, proporcionando armamento a varias células en diversos planetas donde la nave hacía escala. Durasha y Nechel, observando que Kaileel se ausentaba en las superficies planetarias, sugirieron que en realidad Kaileel tenía una o más relaciones románticas.

En la siguiente parada en Mantooine, subió a bordo el teniente imperial Adion Lang, con una escolta de tropas de asalto. Lang afirmaba viajar a Aris para iniciar su servicio al moff, pero en realidad trabajaba para el Despacho de Inteligencia Imperial, y reclutó la ayuda de Nechel. El Imperio sospechaba que había un colaborador rebelde a bordo del Princesa, y querían que Nechel les guiase hasta él.

Durante el viaje, Nechel vio en las noticias que el planeta Alderaan había sido destruido en castigo por su filiación con la Alianza Rebelde, y al lasat le pareció correcto. Minutos después, Nechel fue a la mesa de juego y encontró a Durasha y a Kaileel en lo que parecía una partida muy tardía. En realidad, Durasha estaba llorando a su hermano, cuyo fallecimiento acababan de comunicarle, y Kaileel se sinceraba con su amiga hablándole de sus contactos rebeldes. Al acercarse, Nechel vio a Durasha con cara de circunstancias y, comprendiendo que había interrumpido una conversación privada, intentó retirarse; pero Durasha insistió en jugar para complacerle. Nechel leyó entre líneas y pidió una explicación; Kaileel le habló de lo sucedido al hermano de Durasha, muerto en una insurrección de los rebeldes, y Nechel, por asociación de ideas, les habló del desastre de Alderaan.

El teniente Lang y sus tropas arrestaron a Kaileel a media partida, habiendo escuchado la conversación en secreto y aparentemente teniendo pruebas suficientes. Nechel, que no había sido informado de esta escucha ilegal, se sorprendió; pero no se atrevió a enfrentarse a las tropas de asalto. Respetuosamente, pidió permiso para retirarse y aceptó, si fuese necesario, prestar declaración más tarde.

Pero Durasha pretendía liberar a Kaileel, matando a las tropas que le vigilasen. Ella pidió ayuda a Nechel, y el lasat aceptó organizar un alboroto en la Cubierta Bazar para atraer al personal de seguridad del Princesa cuando ella accediese a las celdas; de ese modo, no enviarían refuerzos a por los fugitivos. Otros tripulantes, también amigos de Kaileel, colaboraron en otros puestos. Pese a sus esfuerzos, Kaileel murió en el intento y Durasha se convirtió en una fugitiva.


Puggle Trodd


 

Velludo y con aspecto de roedor, este cazarrecompensas sólo medía un metro de estatura. Trodd se manejaba en diversos ámbitos propios de su campo, como la escalada, la supervivencia en entornos hostiles y la dura negociación, así como la capacidad de escabullirse. Llevaba consigo un bláster de bolsillo y un cuchillo, pero no era demasiado bueno en combate con ninguno de ellos.

No, su verdadero talento estaba en los explosivos. Puggles llevaba consigo granadas, detonita y fusibles para fabricar sus propias bombas. Le encantaba ver explotar cosas, sobre todo si era él quien las detonaba. Puesto que en combate no servía de mucho, Trodd prefería preparar trampas fulminantes o tirar granadas.

Desagradable, quejica y pesimista, Trodd odiaba verse en medio de una pelea. Solía aceptar las recompensas puestas por el Imperio.

Al cabo de un cierto tiempo, siendo Trodd ya un mortífero cazador, se acercó a él un prometedor principiante: Jodo Kast, antiguo agente especial de un movimiento de resistencia, que se había hecho con una armadura mandaloriana. Kast esperaba formar un grupo y empezó a trabajar con Trodd y con la grácil humana Zardra. Kast se convirtió en el líder indiscutible de la banda, sobre todo cuando consiguió una lanzadera T-4a clase landa, Captura del Zorro, para que el grupo la usase como base de operaciones.

Puggle Trodd

Puggle Trodd

Al empezar la asociación, el grupo reconoció que no tenía demasiada experiencia, y se centró en capturar blancos de nivel bajo. Trodd y Zardra se descubrieron haciendo la mayor parte del trabajo mientras que Kast era el refuerzo. Trodd, además, descubrió que la adicta a la adrenalina Zardra y el mercenario sin escrúpulos Kast le daban pánico; el lasat, en lo posible, evitó colaborar directamente con ellos en algunas operaciones.

Poco antes de la batalla de Yavin, el capitán imperial Parlan del destructor estelar Implacable descubrió, a través de un traicionero pirata llamado Quist, que el supuestamente muerto héroe de guerra de la República, comandante Adar Tallon, estaba vivo y ocultándose en Tatooine. Parlan no podía ir personalmente a por Tallon, porque su nave estaba en reparaciones en la estación espacial de Kwenn. Contrató entonces a Kast, Zardra y Trodd para que buscasen a Tallon y lo arrestasen; fueron los mejores cazarrecompensas que Parlan pudo encontrar en tan poco tiempo.

Queriendo preparar planes de apoyo, Parlan liberó a Quist para enviarlo con Tallon; Quist se infiltraría en el campamento del comandante para traicionarle cuando llegase el momento. Además, Parlan puso una recompensa por Tallon, atrayendo a docenas de cazarrecompensas de todo el sector Arkanis a Tatooine.

Días antes de la destrucción de la Estrella de la Muerte, Kast y su banda llegaron a Tatooine. El jefe criminal local, Jabba el Hutt, les ofreció una casa de su propiedad en Mos Eisley para que pernoctasen; Jabba quería tenerles vigilados.

Kast entonces preparó un plan: Rastrearía a todo el que tuviese información sobre Tallon, le interrogaría, y después le mataría para que no pudiese avisar al fugitivo. Mientras, Kast puso otro encargo a Trodd: Alistar a los cazarrecompensas para una partida de caza que fuese a por Tallon a través de los Yermos de Jundlandia al siguiente amanecer. Trodd puso una oficina de alistamiento de cazarrecompensas en una mesa de la Cantina de Chalmun, y ofreció diez créditos diarios a cada voluntario, más cien cuando encontrasen a Tallon. Esto generó una cola e impidió que Kast y Zardra se viesen estorbados por los novatos.

Trodd encontró tiempo para pasar por la Armería de Kayson y compró todos los explosivos, detonita y armas pesadas disponibles. En ese momento, Kayson había subido los precios para aprovechar la afluencia de mercenarios.

Kast, por su parte, obtuvo la ayuda del borracho devaroniano Labria, en su búsqueda de los asociados de Tallon. Mientras Kast seguía buscando al esquivo Viejo arno, descubrió que la Alianza Rebelde había enviado unos agentes para salvar al comandante Tallon, y decidió eliminarlos. Envió a Labria a que contactase con los rebeldes y los guiase hasta la cantina; allí, Trodd y seis de los voluntarios les emboscarían. Labria tenía órdenes de señalar, explícita e inequívocamente, a los rebeldes.

Cuando fue así, Trodd se subió a una mesa para tener buen ángulo de sus adversarios, y sus sicarios les rodearon apuntándoles con las armas. Los otros clientes del local huyeron y el camarero Wuher se ocultó. Trodd les explicó en voz alta que no era nada personal y dio la orden de fuego. El lasat se escabulló entonces por la puerta trasera, posiblemente avisó a Kast, y se escondió entre los callejones cercanos. Trodd preveía que un cazarrecompensas podría intentar huir y ser perseguido, y en ese momento el lasat pretendía lanzarle una granada especial, a la vez sónica y de humo. Tras ello, Trodd volvió al domicilio local de Jabba.

Al día siguiente, Trodd, Kast, Zardra y seis reclutas siguieron el rastro de Tallon por Jundlandia. Visitaron un templo de la Orden Dim-U, pero allí no consiguieron nada.

Finalmente, encontraron a Tallon guarnecido en Fuerte Tusken, y protegido por ocho mercenarios, los agentes rebeldes (que había llegado antes), y Quist.

Los cazarrecompensas iniciaron un ataque por sorpresa. Kast abatió a los mercenarios más peligrosos, y Quist capturó a Tallon. Trodd y los otros intentaron entretener a los demás enemigos. Intentaban no dañar a Tallon, pero si intentaba algo tenían permiso para aturdirle. Pese a ello, los rebeldes mostraron recursos y rescataron al comandante Tallon, poniendo en evidencia a Trodd y a sus amigos. Él, Kast y Zardra lograron huir con sus vidas.

Tras este desastre, el Imperio decidió culpar a Zardra por el fracaso, y ella fue perseguida tanto por los imperiales como por los rebeldes, pero eventualmente escapó y se reunió con Kast y Trodd. El trío realizó entonces una serie de exitosas cacerías.

Finalmente, viajaron al planeta Durah-Kahn y allí fracasaron estrepitosamente en su operación. Exacerbado, Jodo Kast acusó a sus compañeros de servirle de lastre y abandonó el grupo. El falso mandaloriano murió poco después a manos de Boba Fett.

© S I T H N E T

Sección creada por Skippy Farlstendoiro y Al Noah para SithNET
Prohibida la reproducción total o parcial sin el consentimiento de los autores.

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