WRUQ RETK

Artículo escrito por Skippy y por el Coronel Nathan Kurtz.
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La biografía de Wruq Retk

 

Este enorme varón yaka era más alto y corpulento que la robusta maestra jedi barabel Saba Sebatyne, y su rostro era sólo menos brutal que el de ella porque él no tenía escamas en la cara.

Retk era coronel de la Federación Galáctica de Alianzas Libres, o Alianza Galáctica. Se le asignó el mando del Almacén 81, una prisión secreta en la Torre de Oficinas Palem Graser de Coruscant, un monolítico edificio de cien pisos que destacaba precisamente por su aspecto gris en un entorno urbano: La prisión era un secreto a voces, aunque en la puerta se leyese "Almacén de la Alianza Galáctica". Mantenían la seguridad con un acceso en forma de túnel cada vez más estrecho para llegar a puertas pesadas de tungstoide que se movían por levitación magnética. Alrededor de la puerta había escotillas rectangulares para disparar, e incluso se podía plegar la escalera para convertirla en rampa y dificultar su ascenso. Dentro del edificio trabajaban los recepcionistas rodianos Rosii y sargento rodiano Weeze, el teniente bothan Rasher Ke'e, y el humano capitán Atar, que había tenido encuentros insatisfactorios con la jedi Jaina Solo.

Corría el año 43 DBY. Los jóvenes jedi Jysella Horn y Valin Horn, hermanos entre sí, había tenido crisis sicóticas y colapsos mentales. Fueron arrestados por la Alianza y condenados a prisión pero, como los jedi eran demasiado peligrosos para ser retenidos en celdas, se les crionizó en carbonita, convirtiéndolos en bloques negros de dos metros por 150 centímetros, y después se les asignó al Almacén 81.

Retk decidió colgar a estos prisioneros sobre una gran pecera de peces exóticos de Pavo Prima, en un vestíbulo entre las oficinas ejecutivas del edificio. Era una zona de recepción con techo abovedo y tres sillones de piel de nerf.

La Jefa de Estado de la Alianza, Natasi Daala, creó el Tribunal de Asuntos Jedi y nombró a la juez Arabelle Lorteli su encargada. Según la propia normativa de Daala, ella tenía que revelar a los jedi en qué prisión secreta estaban los Horn. Los jedi consiguieron que Lorteli firmase una autorización para que ellos visitasen a los jedi, para comprobar que estuviesen físicamente estables. Los jedi descubrieron el trato humillante que Retk estaba dando a sus colegas, y prepararon un plan para afectar la situación, posiblemente incluso liberarles, aún en contra de lsa instrucciones del Gran Maestro de la Orden, Kenth Hamner. La idea del plan era de Jagged Fel, un aliado de la Orden, pero Jaina Solo se atribuyó el mérito para no dañar la reputación de Fel.

Un grupo de jedis indignados se acercaron al Almacén 81 para exigir ver a los Horns. El grupo incluía a Jaina Solo, a la brutal maestra barabel Saba Sebatyne, al controvertido humano Kyp Durron, a la curandera mon calamariana Cilghal, y a Corran Horn, padre de los prisioneros; Horn iba acompañado de su esposa, Mirax Terrik-Horn, que no era jedi. Se aseguraron de llamar la atención para atraer a la prensa: Ellos querían que la prensa retransmitiese el horror en el rostro de una mujer como Mirax cuando viese cómo la Alianza trataba a sus hijos.

Solo entró en solitario en primer lugar y discutió con los recepcionistas rodianos, poniéndoles adecuadamente nerviosos para que preparasen sus armas. Cuando los rodianos pidieron refuerzos y apuntaron con sus armas a Solo, los otros jedis irrumpieron, junto con la prensa (que incluía a Javis Tyrr y su cámara). Sólo entonces Solo mostró su autorización, excusándose por no haberla sacado antes. Los rodianos intentaron negar las evidencias, pero entonces irrumpió Atar con los refuerzos solicitados y, con la prensa presente y retransmitiendo, Atar no podía ignorar un escrito judicial. Cilghal exigió acceso inmediato para evitar que falsificasen registros o reparasen las cápsulas, puesto que el propósito de la visita era precisamente auditar el trato a los prisioneros.

Atar guió a los visitantes a las oficinas ejecutivas, donde todos vieron a los prisioneros exhibidos. Retk llegó al lugar poco después, acompañado de seis guardias armados y doce capitanes (incluido un hombre llamado Xanda). Sin prestar atención a los reporteros, Retk fue directo hacia Sebatyne y la insultó abiertamente, llamándola "Cola Corta". Retk esperaba provocar a Sebatyne para que ella le agrediese; posiblemente ella hubiese podido rebanar el brazo de Retk y utilizarlo para golpearle, pero eso habría dejado a Retk como la víctima ante la prensa. Sebatyne sin embargo se comportó flemáticamente y mostró a Retk el documento.

Mirax Terrik-Horn interrumpió la conversación de Retk y Sebatyne. Ella le acusó de utilizar a sus hijos como arte mural. Retk, divertido, lo negó, sugiriendo que sólo los estaba manteniendo en un lugar dond epudiese supervisar su mantenimiento personalmente. Terrik-Horn dio entonces un único puñetazo a la cabeza de Retk y lo noqueó, derribándolo sobre un sofá. Los guardaespaldas de Retk estaban tan sorprendidos que no reaccionaron al momento, dando a los jedis la ocasión de empujar los cañones de sus armas hacia el suelo usando telekinesis. También se interpusieron entre los guardias y Terrik-Horn (aunque ella intentaba asomar la cabeza para ver al yaka caído).

Xanda tomó el mando y empezó a pedir el arresto de Terrik-Horn por agredir a Retk, pero no llegó a hacerlo. Un guardia intentó echar mano al documento, aún en manos de Retk, pero Solo usó telekinesis para mover el papel hasta su mano (por si el guardia intentaba destruirlo) y después lo exhibió a la prensa para que las cámaras viese el texto. Solo entonces susurró una pregunta a Tyrr, que él hizo en voz alta a Xanda en calidad de periodista: ¿Realmente pretendía la Alianza Galáctica acusar de asalto a una madre aflijida, alterada y de cincuenta kilos que acababa de abofetear (Realmente ella había dado un puñetazo) a un coronel tres veces más grande que ella cuando ella acababa de ver a sus hijos burdamente expuestos? El cámara de Tyrr enfocó al inconsciente Retk.

La Jefa de Estado Daala intervino personalmente, entrando en el Almacén. Primero intentó acusar a los jedi de haber usado poderes síquicos para controlar la mente de la juez Lorteli; pero Sebatyne concretó rápidamente que esos poderes sólo funcionaban con gente sumisa y manipulable y, si Daala había nombrado para un puesto así a alguien de mente débil, siguió Tyrr, entonces Daala era la culpable. Rápidamente Daala declaró que Terrik-Horn no sería castigada por lo comprensible de su sitaución; que sea aseguraría de que los prisioneros fuesen tratados con más dignidad; y que el centro de detención no era ilegal.

Poco después, Daala destituyó públicamente a Lorteli, dejando vacío el puesto de mando del Tribunal Jedi y por tanto inutilizando de facto la institución. Ella sin embargo mantuvo a Retk en la alcaidía del Centro de Detención 81, que dejó de ser disimulado como un almacén.

Retk mantenía más de cuatro mil prisioneros en carbonita, conectados a suministros y monitores en una zona con doce terrazas circulares. Un grupo se infiltró en un segundo intento de rescatar a los Horn. Eran Jaina Solo, sus padres Han Solo y Leia Organa, su amigo jedi Zekk y la novia hapana de éste Taryn Zel. Esta última fue especialmente cauta en la operación de comando; temía que, después de la humillación previa, un yaka inteligente como Retk hubiese tomado muchas precauciones. El grupo encontró sin embargo la prisión. No liberaron a los Horn directamente así; tuvieron que chantajear a Daala para hacerlo.

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Sección creada por el Coronel Nathan Kurtz y Keyan Sark
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