LOS QUOCKRANOS

Articulo creado por Skippy Farlstendoiro y maquetado por Al Noah, los xenobiólogos de SithNET
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Los Quockranos


 
"Por supuesto, señor, estaré encantado de ayudar, pero debo decirle que en realidad yo no sé mucho sobre este lugar. Verá, aquí todos somos droides" (Droide quockrano)

Mentira. Las ciudades de Quockra-4 estaban habitadas por droides y no parecía haber ningún orgánico gestionándolos. En realidad, los quockranos usaban esa población postiza para poder mantenerse ocultos y no tratar con visitantes de otras especies. Eso permitía a los quockranos ocultar aún su propia existencia para poder dedicarse a sus propias actividades. La comunidad galáctica no conocía siquiera la existencia de los quockranos y, de conocerlos, se habría sorprendido mucho por lo exótico de su biología.

En tiempos del emperador Palpatine, el Cúmulo de Minos estaba en los límites del espacio civilizado. Era una zona de la galaxia con más de setenta planetas habitables, unas pocas docenas de mundos con vida inteligente, y dos docenas de especies alienígenas nativas con tecnología espacial; muchas otras tenían civilizaciones más primitivas. En un entorno así de vibrante, con viajes interestelares frecuentes, prácticamente nadie conocía la existencia de los quockranos.

El sistema Quockra sí era conocido, por supuesto. Los mapas hiperespaciales lo señalaban, junto con la distancia en días a otros mundos relevantes del Cúmulo como Travnin (15 días), Adarlon (30), Shesharile (35), Gesaril (40), Karideph (40), Mestra (55), Yelsain (55), Eliad (70) o Pergitor (85). ¿Pero era realmente relevante Quockra? Eso ya es más opinable.

El planeta Quockra-4 o Quockra IV era un mundo habitable en el sistema, con atmósfera respirable, gravedad estándar, día de treinta y una hora estándares y año de cuatrocientos dos días locales. Era un mundo terrestre de llanuras, con un terreno poco diferenciado, y sobre todo desierto: La superficie estaba cubierta de llanuras de sal, sin océanos identificables. La temperatura era caliente y la hidrosfera era árida.

Las condiciones no siempre eran soportables para los humanos y otras especies. A mediodía el calor era demasiado elevado para humanos sin protección. De noche, similarmente, estos seres requerían ropas protectoras para sobrevivir al frío. El aire se volvía húmedo, las arenas se enfriaban, y los nativos salían a la superficie.

Los quockranos estaban entre las especies más extrañas de la galaxia. Eran seres parecidos a babosas inteligentes y gigantescas, cubiertas de una piel negra y delicada que necesitaba la humedad ambiental que sólo se daba de noche.



Un quockrano

Los quockranos carecían de órganos internos diferenciados, y eso les hacía muy resistentes: Una herida única no podía causar demasiado daño, pese a que un quockrano no era extraordinariamente robusto.

Los quockranos eran razonablemente rápidos, moviéndose a una velocidad comparable a la de un humano. De algún modo, podían percibir el entorno con mucha eficiencia, lo que les permitía a menudo ocultarse antes de ser detectados.


Cultura


 

Los quockranos eran seres inteligentes, de hecho con una gran capacidad para la ciencia y tecnología. Se desconocía mucho de su civilización, incluyendo su forma de gobierno.

Los quockranos vivían bajo la superficie del planeta, en las profundidades, y sólo emergían a los desiertos de noche, para recostarse en las arenas frescas.

Los quockranos, xenófobos, sentían gran aversión hacia el contacto con alienígenas y lo evitaban siempre que fuese posible. Un quockrano arrinconado que tuviese que comunicarse con alienígenas en condiciones hostiles siempre se mostraba arisco y poco colaborador. Rara vez los quockranos eran agresivos con seres de otras especies, pero no aceptaban que los alienígenas se inmiscuyesen en lo que considerasen sus asuntos. Similarmente, los quockranos se mostraban totalmente indiferentes a asuntos galácticos y nunca se implicaban en cuestiones políticas.

Como el mayor deseo de los quockranos era que les dejasen solos, decidieron diseñar una sociedad entera de droides para hacer de intermediario con otras especies y que así los quockranos no tuviesen que dejarse ver.

El planeta Quockra-4 parecía estar poblado y gestionado sólo por una población de unos diez millones de droides, algunos de modelos normales y otros de diseño totalmente exótico, posiblemente quockrano y que sólo hablaban en idiomas mecánicos formados por silbidos y pitidos. Los droides más estándar podían comunicarse fácilmente con los visitantes y gestionar cualquier asunto que hiciese falta. Sin embargo, los siervos droide de los quockranos nunca revelaban la existencia de sus amos, afirmaban que los droides eran los únicos habitantes de Quockra-4, nunca discutían sobre su origen y sólo decían que el planeta no les gustaba demasiado.

Los droides eran de modelos muy variados, pero parecía existir una jerarquía, con los droides más exóticos al mando. Un modelo de droide amarillo de reparación con tres brazos parecía ocuparse del comercio; los droides trabajadores rojos se mostraban sumisos a éstos; y los droides vistos en otros planetas eran, aparentemente, el eslabón más bajo y estaban encargados sólo de servir de intérprete entre los droides amarillos y comerciantes alienígenas.

En tiempos del Imperio había un puerto espacial con tecnología avanzada para el comercio, pero sin inversión en el puerto propiamente dicho: Ni siquiera había una torre de control, sólo plataformas de aterrizaje. Quockra-4 exportaba maquinaria de grandes dimensiones y tecnología avanzada, ¿y qué compraba? Más droides. En todo el planeta había una única ciudad, y estaba parcialmente enterrada para evitar los extremos de la temperatura.

Los visitantes de Quockra-4 nunca percibían a los quockranos, aunque un viajero espacial que recorriese el planeta de noche podría haber topado con uno de estos seres tan sorprendentes.


Historia


 

En tiempos muy anteriores al Imperio Galáctico, el planeta Quockra-4 era mucho más húmedo. Los quockranos evolucionaron para vivir en la superficie. Sin embargo, el clima cambió para volverse mucho más seco y cálido, y los nativos se vieron obligados a mudarse al subsuelo.

El Cúmulo de Minos era una zona tan periférica que no fue explorada hasta tiempos relativamente recientes. En 3.956 ABY, los mapas galácticos no llegaban tan lejos.

En el último siglo de la República, sin embargo, el Cúmulo ya era una zona conocida. Durante las Guerras Clon, algunos mundos del Cúmulo de Minos apoyaron a la causa separatista mientras otros se mantuvieron neutrales; no está claro cuál fue la opción elegida por Quockra-4 (pero sospecho que la segunda).

Durante el auge del Imperio Galáctico, el Cúmulo era una zona infrapoblada y desfasada. El Imperio insistió en poner un consulado en cada planeta importante, con un Cónsul-General al mando, y mantuvo una importante vigilancia contra la creciente piratería espacial y las actividades de la Alianza Rebelde; pese a todo, el Imperio había destinado menos recursos al Cúmulo que a otras zonas similares de la galaxia.

Prácticamente nadie conocía a los quockranos en esos tiempos. Un investigador de un mundo cercano al Núcleo estuvo entre los pocos en mostrar interés por los nativos del planeta; y se ofreció a pagar tres mil créditos a viajeros espaciales que le diesen información fiable sobre los desarrolladores de los droides exóticos de Quockra. No se sabe si obtuvo resultados satisfactorios.

Tras la muerte del emperador en 4 DBY, múltiples facciones intentaron hacerse con el control de la galaxia. Ninguno de los grupos importantes (como la Nueva República, Zsinj o Thrawn) mostró interés en la zona de Quockra-4.

Durante la invasión de los yuuzhan vong entre los años 25 y 29 DBY, cabría esperar que los fanáticos alienígenas anti-tecnología hubiesen dedicado recursos a atacar el planeta habitado por droides. Sin embargo, no hay constancia de que lo hiciesen, pese a que por entonces tenían una ruta hiperespacial, la Ruta de Comercio de Rimma, que les habría llevado hasta el Cúmulo sin dificultad.

Quockra-4 se mantuvo previsiblemente al margen de la Nueva Guerra Civil Galáctica de los años 40 a 41 dbY.


Curiosidades


 

Los quockranos aparecen por primera vez en el libro Galaxy Guide 6: Tramp Freighters (1990, Mark Rein-Hagen, Stewart Wieck), publicado por West End Games para su juego de rol de D6, y reeditado como Galaxy Guide 6: Tramp Freighters, Second Edition en 1994. El libro incluye las estadísticas de juego de rol de la especie, aunque por una probable errata pusieron en negrita el atributo de Técnica en vez del título "Habilidades Especiales". Las susodichas habilidades indican que los quockranos resisten daño como si tuviesen una Fortaleza de siete dados por aquello de no tener órganos internos diferenciados; pero para otros efectos relacionados con Fortaleza, se aplicaba el valor de su atributo.

El libro incluía además una idea de aventura en que un investigador contrata a los personajes jugadores para que averigüen quién creó a los droides extraños de Quockra-4. El texto proponía al director de juego que enfrentase a los jugadores con droides decididos a proteger el secreto y que ignorarían, atacarían u ordenarían irse a los personajes jugadores. Si los jugadores encontraban quockranos, éstos no se comunicarían con ellos a menos que los jugadores fuesen muy agresivos.

Una nueva descripción de los quockranos aparecería en Alien Encounters (1998, Paul Sudlow), otro libro de rol de West End Games; contaba información similar pero no reproducía los párrafos, excepto en la ficha de rol (y aún en ésta, omite un par de palabras enfáticas usadas en Galaxy Guide). Algunos datos son distintos: Galaxy Guide decía que los quockranos medían dos metros y Alien Encounters da un rango de entre 1.40 y 1.70 metros. Además, Alien Encounters erróneamente llama al planeta "Quockran-4" en vez de "Quockra-4" ("Quockran" se refiere a la especie).

Alien Encounters ofrece la primera ilustración de un quockrano, que es una adaptación de un diseño conceptual descartado de Ralph McQuarrie para Jabba el Hutt en El Retorno del Jedi (1983, R. Marquand). Ese dibujo ya había sido publicado en The Art of Star Wars Episode VI: Return of the Jedi (1983, George Lucas y Lawrence Kasdan), de Ballantine Books, describiendo su origen.

No sólo eso, sino que el dibujo había sido reaprovechado en Monsters and Aliens from George Lucas (1993, Bob Carrau), publicado por Harry N. Abrams, un libro no canónico (Es decir, que no entra en continuidad). Según Monsters, esa imagen corresponde a un "ytha" e ilustra un anuncio publicado en prensa en que uno de estos enormes seres busca una relación de amistad, para lo cual describe sus aficiones e intereses e indica qué busca en una pareja. Concretamente, busca un ser de múltiples apéndices, rápido de movimientos, con caparazón y múltiples barbillas, para que le acompañe en actividades como raspar asteroides y ciclos de alimentación iluminados por láser.



Un "ytha"

Todo esto nos lo cuenta también el blog oficial de Kevin Beentjes en una entrada de 2014, Star Wars Aliens: Recycling Abandoned Film Concepts, en la que indica también cómo otros diseños descartados para Jabba y su séquito fueron reaprovechados en el Universo Expandido.

Otras menciones a los quockranos y su mundo aparecen en The Complete Star Wars Encyclopedia (2008, vv.aa.), con el mismo dibujo de antes; y en The Essential Atlas (2009, Daniel Wallace y Jason Fry). Este último libro indica en qué casilla está el planeta Quockra-4 pero no en qué punto de la casilla, así que hay muchos mapas en los que no hay información aplicable. Por ejemplo, el mapa de la pg. 236 muestra los límites del Imperio Sith de Darth Krayt; dependiendo de en qué punto esté Quockra-4, el planeta podría estar fuera de la jurisdicción de ese Imperio.

Hasta el momento no ha habido quockranos individuales identificados en el canon.



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Sección creada por Skippy Farlstendoiro y Al Noah para SithNET
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