LOS BALOSAR

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Los Bálosar


 

Obi Wan está en una club nocturno de la capital Coruscant, buscando a Zam Wessel y un joven Bálosar se acerca a la barra y entre ambos se produce el siguiente diálogo:

"¿Quieres píldoras letales?"
"No quieres venderme píldoras letales"
"No quiero venderte píldoras letales"
"Quieres ir a casa y replantearte la vida"
"Quiero ir a casa y replantearme la vida"

El narcotraficante Elan Sleazebaggano es una excelente muestra de los rasgos de su especie, sobre todo en el diálogo que acabo de reproducir. Elan Sleazebaggano, el de las antenas que se agitaban, era un delincuente menor, sin la astucia o la ambición para ser un genio del crimen.



Sleazebaggano trata de vender drogas a Obi-Wan en un Club de Coruscant

Elan Sleazebaggano fue arrastrado por la corriente de una reputación que su especie ha hecho esfuerzos para merecer injustamente (por contradictorio que parezca), y se vio implicado en el comercio de ixetal cilona, o píldoras letales, que ha definido a Bálosar durante siglos. Por último, Sleazebaggano era de débil voluntad, fácilmente susceptible a los trucos mentales de un Caballero Jedi, lo cual es otro rasgo frecuente de su especie. ¿Les apetece conocer la tragedia de los bálosar y la de Elan Sleazebaggano? Les invito a seguir leyendo.

LOS BÁLOSAR

Los bálosar evolucionaron en el planeta Bálosar, uno de los Mundos del Núcleo. Se trata un planeta con unas condiciones generalmente adecuadas para ser habitado por seres humanoides. Por ello, la especie nativa fue una de humanoides inteligentes, con una altura media que sólo llegaba a 1.60 metros (aunque se han visto sujetos mucho más altos). Su coordinación suele ser buena.

Por lo general los bálosar tienen una complexión delgada, y de aspecto enfermiza y frágil. Esto es más bien debido a las condiciones actuales de su mundo: Por causa de la contaminación industrial, el inhóspito Bálosar sufre de alta polución, escasa luz solar y muy poco aire limpio. Los bálosar son además poco resistentes y en condiciones así suelen morir jóvenes por crecimientos tumorosos y enfermedades varias.

Hay un punto en que los bálosar no son en absoluto tan débiles: Tienen una resistencia natural a los venenos precisamente porque en su mayoría crecen en Bálosar, expuestos a la mayoría de toxinas industriales conocidas. Esta resistencia tiene sus límites, claro está: Aunque los bálosar no son afectados por los efectos más tóxicos de drogas como las píldoras letales, aún pueden y suelen volverse adictos a ellas. El esclavista chevin Phylus Mon retuvo a una mujer bálosar, Zeth Bresque, y le proporcionó un suministro inagotable de píldoras letales como un experimento para medir los límites de la resistencia a venenos de un bálosar. Además de esto, Mon injertó quirúrgicamente un explosivo cerca del corazón de Bresque, que teóricamente la mataría en caso de explotar.

Existe una droga que ni siquiera la fisiología bálosar resiste: El extracto de lava nklloniano 100% puro, también llamada xolonita líquida refinada por bestias de lava jawenko. Este narcótico, el más ilegal que existe, se introduce en el flujo sanguíneo y, si la pureza es total, provoca combustión espontánea en la mayoría de seres. Según un informe de Max Seerdon del Despacho de Inteligencia Imperial al Consejero Sate Pestage, así murió en un publicitado caso un bálosar en el submundo criminal.

Un rasgo que no se presenta en ninguna otra especie conocida son las largas antenas carnosas, o antenapalps, que surgen de sus cráneos y que se extienden hacia arriba. Estas antenas son sensibles al sonido y, cuando están extendidas, mejoran la audición del bálosar. Nótese que los bálosar oyen en un rango subsónico que otras especies, como los humanos, no pueden alcanzar sin tecnología específica.

Además, las antenas dan al bálosar una intuición síquica menor que algunos jedi asemejan a sensibilidad a la Fuerza: El bálosar recibe los picos de emoción, sobre todo negativa, de personas en su entorno. Para ello, el bálosar debe hacer temblar levemente las antenas.

Los humanos no tienen antenas de ningún tipo. Si un bálosar quiere hacerse pasar por humano, lo único que necesita hacer es replegar sus antenas y ocultarse entre su pelo, que es grueso, tosco y áspero. Para un bálosar, mover las antenas es fácil e intuitivo, pudiendo agitarlas nerviosamente. Si el bálosar es herido, sin embargo, sus antenas oscilarán abatidas hasta que se recupere.

Un bálosar madura más o menos al mismo ritmo que un humano: Alcanza la adolescencia a los trece años, y la madurez biológica a los dieciséis. A los cuarenta, un año antes que un humano, empieza a sufrir achaques. A los cincuenta y tres, siete años antes que un humano, es considerado viejo. La esperanza de vida total, salvo muerte violenta, llega sólo a los sesenta y cinco años, quince menos que un humano.


Cultura Bálosar


 

El planeta Bálosar tiene muchos problemas. El primero de ellos es quizá una altísima tasa de crimen: Muchos bálosar dependen de su percepción mejorada por las antenas para sobrevivir, evitando las zonas y personas más peligrosas. El gobierno de Bálosar es corrupto, desalentando el turismo (Algo sumamente difícil) y animando a corporaciones extraplanetarias a construir fábricas y a contratar trabajadores nativos subcualificados, pagándoles una miseria. Un efecto colateral de estas industrias es una polución tan intensa que el aire es apenas respirable y la luz solar apenas llega a la superficie.

Los bálosar acaban teniendo pocas opciones para ganarse la vida. Existen los trabajos poco remunerados, poco importantes y a menudo degradantes, o pueden probar suerte en una vida de crimen. Muchos tienden a esto, intentando aprovecharse de los vicios de la gente pobre y de débil voluntad (se supone que son el resto de los bálosar, pero ellos se suelen ver como grandes líderes). Las regiones urbanas contaminadas a menudo ven violencia en forma de crimen callejero o guerras de bandas, que se llevan por delante a unos cuantos inocentes. Los bálosar suelen tener tanta experiencia en campos ilícitos que resulta difícil engañarles, a menos que se les prometa algún beneficio.

La vida en Bálosar es dura. Los constantes problemas retuercen las percepciones que tiene un bálosar de la moral y de la ética, al punto que muchos tienen problemas para distinguir el bien del mal. Los bálosar están tan decididos a sobrevivir que suelen ser vistos como seres egocéntricos y sin fuerza de voluntad.

Incluso sacrificando su moral, los bálosar rara vez prosperan. A menudo viven en la pobreza. La depresión crónica, provocada por la escasez de recursos y constantes problemas de salud, es un problema grave para ellos. Algunos la enfrentan a base de sarcasmo y haciendo comentarios mordaces para no hundirse; y entre estos últimos es frecuente probar las reacciones de un interlocutor percibiendo sus opiniones con las antenas.

Los bálosar se han ganado una reputación a nivel galáctico, sobre todo en los Mundos del Núcleo: Los humanoides con antenas son percibidos como granujas y estafadores de quienes se debe sospechar o, en el mejor de los casos, como egoístas sin voluntad ni carácter y que tienden a la corrupción. Sin embargo, los estudios de investigación publicados en el Diario de Personalidad y Psicología Galáctica no muestran patología genética o innata que conduzca al crimen, y se concluye que se debe a las pésimas condiciones de vida en Bálosar.

La educación en Bálosar está escasamente financiada por culpa de la corrupción gubernamental. Los padres bálosar envían a sus hijos a escuelas primeras en otros planetas cuando hay becas disponibles, y los bálosars que buscan una educación suelen intentar ir a otros planetas. Según los estudios, cuanto más joven es un niño al dejar Bálosar, mayor es su potencial de éxito académico, y también mayor es la mejora en su salud. A la inversa, cuanto más viejo es un niño al dejar Bálosar, más probable es que abandone sus estudios antes de terminarlos (Hay una correlación persistente demostrada), y también es probable que vuelva a la deprimente vida de, y en, Bálosar.

Muchos bálosar intentan dejar su planeta en busca de una vida mejor, estudiando o no. A menudo encuentran que la vida en otros lugares es igualmente dura y violenta, en parte por la necesidad de reubicarse en un entorno extraño (y no ayuda la reputación de su especie). En vez de salir adelante, estos bálosar migrantes suelen volver a infracciones y delitos para ganarse la vida. A menudo los bálosar en otros mundos tienen antecedentes penales. Así, los bálosar se han hecho una imagen frecuente por toda la galaxia en las zonas donde abundan criminales, incluyendo ciertas ciudades y los "puertos sombra" donde se hacen tratos (Ejemplo de esto es Punto Nadir, un puerto sombra oculto en un cometa). Unos pocos bálosar, como Olev Trevina, intentan trabajar honestamente y desafiar los clichés raciales.

No se pude aspirar a comprender realmente a los bálosar sin comprender las píldoras letales. Se trata de una neurotoxina alucinógena cuyo ingrediente primario es extracto de la planta ixetal cilona, destilada de los hongos balo. Se consume bebida en forma de líquido colorido, en cuyo caso tiene un sabor dulce y seductor, o fumada.

Los efectos incluyen euforia instantánea pero breve por la interacción de la droga con el sistema nervioso central. La adicción puede hacerse irremediable tras el consumo de una única dosis. Posteriormente, las funciones cerebrales serán afectadas, sobre todo en los adictos, y hay una tendencia hacia la depresión cuando no se está consumiendo la droga. Pero el uso regular provoca efectos muy graves, destacando una reducción de esperanza de vida. Tras un breve periodo de adicción, la mayoría de especies mueren, pero para entonces no les suele importar. Los bálosar son inmunes a los efectos tóxicos y letales, pero no a la adicción.

El hongo balo se cultiva en grandes cantidades en granjas subterráneas del planeta Bálosar. Se consigue así una producción masiva, sobre todo siendo un recurso fácilmente renovable y de prolífico crecimiento. El gobierno corrupto de Bálosar tiene importantes relaciones con el submundo criminal galáctico en el campo del tráfico ilícito de píldoras letales. Sin embargo, toda esta fabricación ha ayudado a polucionar el planeta, y ha llevado a muchos bálosar a puertos espaciales de toda la galaxia donde venden este producto. La mayoría de los narcotraficantes menores bálosar son también adictos a las píldoras letales.

Los bálosar tienen un idioma propio, el bálosar o bálosur, formado por vocalizaciones profundas y respidos guturales. Su forma escrita tiene un aspecto rudimentario, pero es tan compleja como el básico. Los bálosar suelen hablar con fluidez el idioma bálosar y el Básico. Aparte de esto, raro es que el ciudadano bálosar común desarrolle importantes talentos excepto alguna experiencia en la venta de artículos ilegales.


Historia Bálosar


 

En tiempos de la Antigua República, el planeta Bálosar tenía una importante cantidad de obreros subcualificados. Diversas corporaciones de otros mundos sobornaron a políticos y burócratas bálosar a cambio de bienes inmuebles, propiedad del gobierno local, que compraron baratos. Allí, las empresas construyeron fábricas donde explotaban a obreros pagándoles poco dinero. Estas fábricas destruyeron no sólo el ecosistema, sino también la economía local. El planeta Bálosar pasó a sufrir por la pobreza, polución y corrupción.

Diversas agencias de ayuda han visto la situación de Bálosar y han convertido el planeta en un foco primario de ayudas. Por desgracia, encontraron oposición para trabajar allí: El gobierno corrupto ofrecía poca colaboración, e incluso se oponía, ante estos intentos de modificar el statu quo.

Pese a que la economía de los bálosar sufría, la economía de Bálosar estaba a punto de dar un gran salto hacia adelante. El tráfico ilegal de píldoras letales por la galaxia se extendió compitiendo con la que hasta entonces era la droga más extendida, la especia adictiva de Ryloth llamada ryll. Se inició entonces una arraigada aversión entre los bálosars y los twi'leks, nativos de Ryloth, que duraría al menos hasta los tiempos de la Nueva Orden Jedi.

Pero los twi'leks tenían difícil competir con los bálosar: Los hongos balo se producían fácilmente, en cantidades masivas y con relativamente poco esfuerzo, mientras que el ryll tenía que ser extraído de minas en condiciones bastante peligrosas, era un recurso poco renovable y, como tenía uso en la industria farmacéutica, los suministros estaban muy protegidos por leyes y corporaciones. Las píldoras letales pasaron a dominar el tráfico ilegal de drogas.

No duraría. Los señores de la droga twi'lek se enfurecieron al ver menguar sus ingresos, y reaccionaron con violencia. Estallaron guerras de bandas, y los bálosar no supieron combatir en ese terreno. Aturdidos, los bálosars redujeron las cantidades con las que traficaban, pero insitieron en desafiar a los twi'leks manteniendo presencia en el mercado.

Los twi'leks fueron incapaces de acabar con las píldoras letales, pero consiguieron una gran victoria: Para cuando Palpatine se proclamó emperador, Bálosar era un refugio de criminales y adictos a las píldoras letales, y la droga por excelencia volvía a ser el ryll. Las píldoras letales eran una alternativa de importancia menor, y desde luego daba menos beneficios.

Décadas después, el poderoso Imperio fue reemplazado por la Nueva República. Los bálosars escogieron no vincularse a este gobierno con tratados diplomáticos. Temían, quizá, que les impusiesen una política federal ilegalizando actividades que para ellos eran una costumbre.

Los desastres continuarían, porque en Bálosar nunca pasa nada bueno: La omnipresente polución llegó a las granjas subterráneas de hongos balo, dañando las cosechas y los almacenes. Los twi'leks aprovecharon el momento y consiguieron el control completo del narcotráfico. Muchos bálosars se vieron obligados a aceptar empleo de intermediarios o mensajeros sin importancia a las órdenes de los twi'leks.

Continúan las malas noticias: La galaxia estaba siendo invadida por la especie alienígena yuuzhan vong, que de camino a Coruscant arrasaban todos los planetas a su paso. La ruta de la flota yuuzhan vong pasaba por Bálosar, y el mundo de los bálosar no contaba con la protección militar de la Nueva República porque no era miembro. ¿Estará condenado? Bueno, en realidad los yuuzhan vong no llegaron a invadirlo; la guerra llevó a sus fuerzas a otro punto de la galaxia. Pero qué susto, ¿eh? ¿Unas píldoras letales para tranquilizarte? Je, es broma.

En el año 43 DBY, prosperó el planeta Nuevo Bálosar, discutiblemente el más tolerante y libre de crimen en su sector. Apenas gobernado, Nuevo Bálosar legalizó muchas sustancias soporíficas prohibidas en otros mundos, y las calles estaban llenas de locales para su consumo. La cultura local atrajo también a bohemios artistas que en seguida abandonaban su esfuerzo creativo en favor de la satisfacción instantánea. Había alienígenas de diversas especies, incluyendo una importante población de bálosars.

Se rumoreaba que un señor del crimen hutt intentó abrir una planta de procesado de píldoras letales en Nuevo Bálosar, asumiendo que la inmunidad natural a los venenos de los bálosar les haría trabajadores ideales. Sin embargo, los trabajadores consumían todos los hongos balo que entraban en la fábrica y no se obtenía

Casi un siglo después, en 137 DBY, un bálosar fue visto en el local Rik's, en el submundo de Coruscant. Rik's tenía reputación de ser un sitio de mala muerte donde se vendía información y se hacían tratos ilegales. El bálosar sostenía un vaso de bebida con sombrillita cuando entró Cade Skywalker en el local. En esos tiempos, las píldoras letales eran consideradas ilegales en muchos planetas porque muchas poblaciones, incluidos los bálosar, habían sido gravemente afectadas por el uso de píldoras entre sus jóvenes.


Bálosar Notorios


 

Vaya Bar'jaraka: Un famoso bálosar.

Zeth Bresque: Esta mujer bálosar vivió en los últimos tiempos de la Antigua República. Fue capturada por el esclavista chevin Phylus Mon, que le injertó quirúrgicamente un explosivo cerca del corazón como hacía con cada uno de sus prisioneros. Esta bomba detonaría en el teórico caso de que Mon muriese.

Bresque fue encerrada en una celda en el "zoo" de esclavos de Mon, a bordo de la nave Animiasma. La celda de Bresque tenía una ranura y una palanca, como parte de un experimento. Cada vez que Bresque movía la palanca, recibiría una nueva píldora letal. Mon quería descubrir cuánto podía sobrevivir un bálosar cron un constante suministro de drogas. Bresque, como resultado de su adicción, no quería huir de su celda, pese a que era regularmente maltratada.

Nina Dar'Eboros: Un famoso bálosar.

Ferrika Lazerra: Ferrika Lazerra nació en Bálosar, y vio morir a sus ocho hermanos y hermanas, en su mayoría antes de que ella cumpliese dieciséis años: Enfermedades y violencia criminal fueron las causas. Lazerra desarrolló una preocupación absoluta por su propia supervivencia, sin pensar jamás en otras personas salvo como posibles enemigos o herramientas.

Lazerra viajaba en una nave de refugiados que fue capturada por piratas. Ella se ocultó en la bodega y así no fue descubierta. Los piratas llevaron la nave al puerto sombra secreto Punto Nadir, oculto en la cola de un cometa. Cuando atracaron, ella se escabulló y se mezcló en la colonia criminal. Descubrió que se sentía cómoda en ese entorno, y empezó a buscarse la vida.

Lazerra empezó a trabajar como traficante espontánea, y se especializó en objetos robados, aunque también se dedicaba a la especia. Acabó dedicando todo su tiempo al narcotráfico y creó su propio negocio, Importaciones Vacío. Su sagacidad y su éxito llamaron la atención de un jefe criminal local, Tirello el Hutt, que le hizo una oferta de ésas que no es fácil rechazar. Siendo la alternativa una muerte dolorosa, lo cual entraba en conflicto con las tendencias de supervivencia de Lazerra, ella escogió trabajar para Tirello y el kajidic Anjiliac.

Ferrika consiguió prosperar como agente del mercado negro. Con apenas unos veinticnco años, podía permitirse vestir con ropa elegante según la situación, y había desarrollado talento para la tecnología y el engaño; además, podía hablar nueve idiomas con fluidez. Se dejó largo su pelo rojizo y normalmente ocultaba sus antenas, asumiendo que podía incomodar a sus asociados no bálosar. A éstos los impresionaba con sus ojos negros y su sonrisa irónica.

Zirk Mer'darro: Un famoso bálosar.

Barin Trevina: Este ladrón bálosar era delgado y bajo hasta para su especie. Tenía el pelo marrón rizado tan corto que no podía esconder las antenas en él, y unos ojos marrones que se movían como los de un animal cazado. Llevaba consigo un datapad y un bláster de bolsillo, y se le daba muy bien obtener información y moverse en silencio (ver imagen).

Barin Trevina creció en el polucionado Bálosar, pero emigró a Tatooine con su primo Olev en busca de una vida mejor. Al llegar, Barin apenas tenía recursos. Olev dio entonces un giro radical a su vida y consiguió un empleo legítimo que le permitía pagarse un apartamento en la zona obrera de clase baja de Mos Eisley. Olev compartió su vivienda con Barin, mientras Barin empezó a buscar un trabajo... eh, en otro campo.

Barin decidió probar suerte como ladrón a sueldo. Disfrutaba entrando en edificios ajenos, y estaba convencido de poder saltarse cualquier seguridad en Mos Eisley. Incluso aceptaba retos y apuestas. Esto llamó la atención de Prello la Hutt, una criminal del clan anjiliac que operaba en Tatooine en compra-venta de arte robado.

Barin finalmente se puso a la entera disposición de Prello y se convirtió en su ladrón favorito y uno de sus empleados más valiosos. Durante los tres años siguientes, Barin trabajó para Prello casi sin parar. También colaboró con un traficante twi'lek, Cel N'ero; él y N'ero se decían amigos pero cada uno habría traicionado al otro por poco beneficio. Durante ese tiempo, Barin visitó varias veces el puerto sombra móvil Punto Nadir, ubicado en un cometa, donde se hacían muchos tratos criminales. Allí, Barin vendió objetos robados recientemente en beneficio de Prello. Barin anotó las coordenadas de Nadir en un datapad, que almacenaría en un casillero de pago en el Almacén de Kie, en Mos Eisley.

Aproximadamente a los tres años de trabajar con Prello, Barin supo que uno de los clientes de su jefa había mostrado interés en un objeto extraño: La Estrella Caída, un amuleto en forma de estrella de seis puntas con piedras azules que supuestamente tenía poderes de la Fuerza. En una misión de adquisición en Punto Nadir, Barin supo del Legado de Fische, un gran tesoro legendario abandonado a partes en varios lugares del cometa por el fundador de Punto Nadir. El viejo pirata lisiado y antiguo socio de Barin, Ghorus Mel, le juró haber encontrado un alijo del Legado, pero su tripulación combatió por el botín y le echaron. Por la descripción de Mel, dedujo Barin, el objeto más deseable de ese tesoro era la Estrella Caída.

Barin volvió a Mos Eisley con esta valiosa información. Discutió entonces con su primo Olev, que no quería compartir domicilio con un criminal. Enfurecido, Barin se fue de casa, y de pronto empezó a ser acosado por sicarios armados. Pertenecían a la organización criminal de Punto Nadir llamada Amanecer de Marta, y tenían sus propios planes para la Estrella Caída. Barin se escabulló e informó a Prello de que había atraído "atención indeseada", pero estaba seguro de poder encargarse de ello sin embargo la hutt se quedó preocupada.

Barin se ocultó en Mos Eisley durante casi una semana. Decidió que el mejor lugar donde ocultarse de Amanecer era precisamente bajo sus narices: En Punto Ndair, donde él tenía contactos y donde ellos nunca le buscarían. En cuanto las cosas se enfriasen, estaría en condiciones de buscar el Legado. Así, el bálosar pidió a N'ero que le consiguiese un piloto de carguero para dejar Tatooine, y N'ero le enganchó con el YT-1300 Línea Loca de un tal Phellip. Barin no mencionó su destino a N'ero, pero N'ero lo dedujo porque conocía a su amigo.

En cuanto Barin llegó a Nadir, se cortó el pelo, usó ropas chillonas (pantalones de cuero teñidos de azul, chaleco de cuero teñido de verde, camisa blanca sin cuello y botas a media pantorrilla) y ocultó su identidad haciéndose llamar Ely Salphella.

Horas después de su partida, Prello reclutó a cuatro agentes independienes para que buscasen a Barin, ofreciendo tres mil créditos, la mitad por el ladrón y la mitad por el objeto robado. Les envió a hablar con Olev, y los agentes encontraron la llave para el casillero en el Almacén de Kie. Eso les acabaría llevando a Punto Nadir, pero para entonces Amanecer ambién sabía que Barin estaba allí.

Barin dejó el carguero y visitó el Distrito Comercial de Punto Nadir. El traficante de información toydariano Fetwin Porlo le recomendó esconderse en uno de los pisos francos de alquiler disponibles, la Corte de Evad. Lo que Barin ignoraba es que Evad trabajaba para Amanecer de Marta; y Porlo no sabía que importase.

Mientras, Amanecer rastreó el carguero y mató al piloto. El Sindicato Epsis, rival de Amanecer en Nadir, descubrió lo que había pasado e incluso se fijaron en Barin. Epsis después arrestó a los agentes enviados por Prello y, cuando el agente de Epsis supo que tenían un enemigo común, les dejó libres con ciertas pistas, porque eso crearía problemas a Amanecer.

Barin fue atacado por agentes de Amanecer en la Corte, pero los enviados de Prello le rescataron. Barin entonces les pidió ayuda para encontrar la Estrella Caída, apelando a su codicia: Estaba seguro de que Prello les habría ofrecido una recompensa mayor si volvían con la joya: Barin guió entonces a sus nuevos aliados a las minas de Punto Nadir, de acceso prohibido. Allí enfrentaron a droides mineros modificados, arañas de Nadir y mynocks del cometa, pero finalmente llegaron al tesoro. El botín sólo estaba custodiado por las momias de dos humanos en actitud enfrentada.

Barin decidió llevarse la Estrella, y le tentaba tanto quedársela que se replanteaba si entregársela a Prello, o incluso si debía volver en absoluto. Cuando dejaron las minas, Barin y sus asociados encontraron una emboscada final de Amanecer de Marta.

Olev Trevina: Este bálosar tenía ojos marrones, cabello marrón rojizo y rizado, expresión de constante preocupación y ropas holgadas. Vivía en el polucionado planeta Bálosar, pero escogió viajar a Mos Eisley, Tatooine, en compañía de su primo, Barin Trevina, en busca de una vida mejor y, en lo posible, riquezas.

En Mos Eisley consiguió un empleo legítimo como operador de terminales en el puerto espacial, lo cual es más aburrido aún de lo que parece; pero Olev buscaba aburrimiento para olvidar su dura infancia en Bálosar. Olev aprendió tecnología y burocracia, y podía hablar con fluidez bálosar, básico y huttés.

Olev alquiló un apartamento en la abarrotada zona obrera de la ciudad, y escogió compartir su vivienda con su primo Barin. Sin embargo, Barin escogió no dejar atrás el estigma de ser un bálosar y empezó a trabajar como ladrón profesional a sueldo para Prello la Hutt. También se asoció con un narcotraficante twi'lek llamado Cel N'ero, que caía muy mal a Olev.

Cuando llevaban tres años en Mos Eisley, Barin y Olev tuvieron una acalorada discusión: Olev no quería compartir su casa con un criminal. Se enfadaron y Barin se marchó, olvidando en la vivienda un cilindro de código que servía para abrir su taquillero alquilado en el Almacén de Kie. Poco después, Barin desapareció misteriosamente para ocultarse de la organización criminal Amanecer de Marta.

Matones que trabajaban para Amanecer siguieron la pista de Barin hasta la casa de Olev. Dos brutos entraron a la fuerza, uno de ellos para intimidar y golpear a Olev y otro para registrar el apartamento. Olev se resistió a dar información sobre su primo, porque no quería que Barin muriese por su culpa; pero los criminales tenían órdenes de matar a Olev si él era difícil de persuadir.

Afortunadamente, esta escena fue interrumpida por unos agentes enviados por Prello para encontrar a Barin. Estos recién llegados salvaron a Olev y se ganaron su confianza afirmando que querían rescatar a Barin. Olev les dio el cilindro de código y les habló de N'ero para que pudiesen rastrear a Barin.


Elan Sel'Sabagno


 

Elan Sel'Sabagno, conocido por todos como Elan Sleazebaggano, era un bálosar nacido en Bálosar. En su madurez medía 1.78 m y dejó atrás la vida criminal de su mundo para estudiar medicina en el planeta Coruscant. Llegó a la capital galáctica como uno de los mejores estudiantes de su año, con una prometedora carrera por delante.

Por desgracia, la opinión generalizada en Coruscant era que uno no se podía fiar de un bálosar. Sel'Sabagno se mezcló con malas compañías y no combatió los estereotipos raciales que tachaban a los bálosars de granujas. Pronto, Sel'Sabagno estaba robando suministros médicos de la universidad para vendérselos al joven y emprendedor jefe criminal local, Hat Lo. El dinero que obtuvo Sel'Sabagno le permitió enfrentar la difícil vida de un estudiante, y repitió el delito. El bálosar se convirtió en un experto ladrón de valiosas reservas de medicamentos para Lo.

Finalmente, Sel'Sabagno fue acusado por uno de los profesores de la universidad. El bálosar agredió a su instructor, y huyó hacia la laberíntica subciudad. Tuvo que dejar atrás su carrera médica y empezó a intentar hacer dinero rápido en los sórdidos clubs nocturnos y casinos del distrito de entretenimiento Coruscant.

Sel'Sabagno pasó a ser un narcotraficante a las órdenes de Lo. Se ocultaba en la barra de un bar para embriagar a potenciales clientes, y sólo entonces intentar venderles sus drogas y/o cobrarles de más. Aunque Sel'Sabagno trabajaba también con glitterstim y ryll, su producto estrella eran las píldoras letales. Éstas eran de muy buena calidad, al punto de ser el único motivo por el que los estirados clientes del Club Outlander aceptaban la embarazosa presencia del mal vestido bálosar. El propio Sel'Sabagno era adicto a sus píldoras letales.

Corría el año 23 ABY y Sel'Sabagno tuvo un encuentro casual con un humano barbudo en el Club Outlander. Sel'Sabagno estaba en la barra del bar, y este humano se acercó al lugar, poniéndose a la izquierda del bálosar. Sel'Sabagno, retorciendo sus antenas y poniendo una sonrisa malvada de rufián, le preguntó si quería comprar píldoras letales.

El hombre movió levemente sus dedos, sin siquiera mirar al narcotraficante, y le dijo que Sel'Sabagno no quería venderle píldoras letales. Sin motivo aparente, Sel'Sabagno guardó su producto, decidiendo que no quería vender píldoras letales a ese hombre. El extraño continuó: Dijo que Sel'Sabagno quería volver a su casa y replantearse la vida. y este accedió de buena gana y de inmediato se giró y se fue caminando.

Según se informa, Sel'Sabagno se fue a casa esa noche, se replanteó completamente la vida y nunca volvió a entrar en el Club. Nunca supo quién había sido ese hombre, ni tampoco cuán influyente había sido para él. Por supuesto, otros traficantes ocuparon el lugar de Sel'Sabagno en el Club.

Pero Sel'Sabagno no pudo dejar atrás toda su vida de un plumazo. Tres años después, durante las Guerras Clon, Sel'Sabagno seguía trabajando para Hat Lo. Había reorientado su carrera a otras actividades: El bálosar era un piloto de airspeeder urbano que llevaba a visitantes ante Lo.

Por entonces, Sel'Sabagno era un plasta ostentoso con un airspeeder brillante y afirmaba ser copropietario del submundo criminal. También vendía artículos de contrabando de calidad mediocre, incluyendo píldoras letales y lentes ahumadas; incluso tenía una tarjeta carmesí en la que decía "Elan Sleazebaggano: ¡Cuando sólo valen los mejores y los más zalameros!".

En el 20 ABY, Sel'Sabagno recogió a un joven cazarrecompensas llamado Boba Fett, que quería comprar armamento especializado para matar a un maestro jedi. Fett conocía a Sel'Sabagno y le disgustaba tener que viajar con él. Sel'Sabagno aprovechó el viaje para intentar vender varios productos a Fett, pese a que el cazarrecompensas le amenazó para que no lo hiciera, y finalmente, cuando llegaron al local Lengua Trífida donde Lo esperaba a Fett, Sel'Sabagno dio su tarjeta al cazarrecompensas, por si Lo no podía proporcionarle los productos que buscaba.

Fett quería comprar armamento ilegal, incluyendo un dardo-sable, pero Lo fue incapaz de proporcionarlo. Fett salió disgustado del local, y encontró a Sel'Sabagno esperándole pacientemente para llevarle de nuevo a la superficie de Coruscant. Fett aceptó porque no había otros transportes, pero le exigió que no le intentase vender nada más.

Sel'Sabagno mencionó de pasada un dardo-sable, pero después negó haber dicho tal cosa y se centró en piropear a unas brujas de Dathomir que pasaban por allí. El bálosar aceptó entregar el dardo a Fett gratis, como prueba de buena voluntad y quizá a cambio de que le contase a Jabba lo útil que era Sel'Sabagno. Después de eso, Sel'Sabagno dejó a Fett en la superficie y el mandaloriano le perdió de vista (aunque más tarde creyó haber vislumbrado de nuevo su speeder).

Eventualmente, influenciado sin saberlo por el poder de la Fuerza, Sel'Sabagno cambió su vida para siempre y reorientó su ocupación. En el 18 ABY, Sel'Sabagno fue visto bien afeitado en el distrito Uscru de Coruscant. Él intentaba entrar en un local, contando los defectos de las píldoras letales a quien quisiera oír. Fue arrollado por tropas clon que perseguían a dos Jedi, y el bálosar se dio cuenta de que necesitaba replantearse la vida.


Entre Bastidores


 

El primer bálosar que pasó a formar parte del cánon fue Elan Sleazebaggano, mencionado en la novela de "El Ataque de los Clones", y después visto en la película homónima. Para el rodaje, las antenas móviles de Sleazebaggano fueron añadidas al actor Matt Doran en post-producción usando un ordenador.

Algunas publicaciones utilizaron fotos de referencia de Doran, sin antenas, para referirse a su personaje: Por ejemplo, en la adaptación al cómic de la película, Elan Sleazebaggano aparece sin antenas en una viñeta. Posteriormente, el universo expandido justificó esto con la explicación de que los bálosar pueden ocultar sus antenas en su cabello.



Sleazebaggano en el comic sin sus antenas

En la misma película aparece un caballero Jedi humano y con antenas, que podría ser un bálosar o pertenecer a otra especie desconocida. El personaje aparece sólo en el fondo de la imagen y nunca fue analizado por el cánon.

En el cómic de 1.981 "The Bounty Hunter of Ord Mantell" también aparece un personaje aparentemente humano y con antenas, en este caso una mujer que camina por Ord Mantell poco después de que lleguen los héroes de Yavin. El Universo Expandido tampoco ha especificado la especie de este personaje pero, retroactivamente se confirma que ella era un bálosar, entonces los bálosar habrían aparecido en el cánon años antes de que se estrenase el Episodio II.



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