LIBRO 1a: EL NOMBRE DEL SITH: SETH, SITHON y SID

Sección creada por Shirokawa Akira y maquetada por el Coronel Nathan Kurtz.
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Seth, Sithon y Sid

 
"Al fin nos rebelaremos ante los Jedi. Al fin tendremos venganza" (Darth Maul)

Una de las más excitantes cuestiones sobre las influencias de SW es el origen del nombre Sith, el de la orden de seguidores del Lado Oscuro que, según la novela del Ep. I, se escindió de los Jedi. Y es que si la palabra Jedi tiene un antecedente en las culturas de nuestro mundo (Cap. 1 Oriente) también la palabra Sith podría tenerlo: El principal problema es que, mientras Lucas ha reconocido abiertamente de donde sacó la palabra Jedi, ha sido mucho hermético en cuanto a indicar un origen "terrestre" para el otro término. Esto, en definitiva, no hace más que aumentar el interés por la búsqueda de ese origen, pero, puestos a ello, resulta que el verdadero problema no es la dificultad de encontrar un origen, sino el de escoger el correcto entre los que aparecen.

Efectivamente, en este macroartículo que empezamos, y cuya extensión nos obliga, como en otras ocasiones, a dividirlo en dos partes, vamos a indicar ni más ni menos que cinco posibles orígenes para la palabra, cinco aspirantes a padres del nombre de los más poderosos servidores del Lado Oscuro.

Para empezar este nuevo y largo viaje que nos obligará nuevamente a ir de un lado a otro del globo, vamos a irnos a Egipto, con Seth, el antiguo dios egipcio del mal, del que narraremos los principales mitos que protagoniza. Hay que indicar que ya desde el principio de esta sección se presentó (en los malogrados Secretos Egipciacos) esta colección de mitos, tanto por sus similitudes con el esquema general de Star Wars como por el hecho de que Seth y Sith son palabras muy similares y cabía la posibilidad de que Lucas hubiera sacado la segunda de la primera.

De la primera parte de la cuestión, las similitudes entre Star Wars y los mitos egipcio, indicar que sí es posible que Lucas cogiera elementos de estos mitos, debido a que estos forman parte de los textos que el cineasta usa para conseguir ideas para sus películas, aunque también hay que reconocer que sobre las influencias mitológicas en Star Wars, como se ve en Secretos Mitológicos, hay mucho que contar, mucho que decir, y muchas veces, no se refieren exclusivamente a una mitología. En todo caso, hay fundadas sospechas que sugieren que conceptos como "Hijo de los Soles" (sobrenombre del elegido en las primeras versiones de los guiones del Ep. IV) o "Halcón Milenario" (nave que no necesita presentación) provienen del mito de Horus y Seth (haremos menciones de esto en los propios mitos cuando sea necesario).

De la segunda parte de la cuestión, la que más nos interesa en este capítulo (la relación entre las palabras Seth y Sith) también está muy fundada (aunque eso también podría decirse de la mayoría de las teorías que mostraremos) y es que ya no es cosa de hablar de transformaciones fónicas (como en "Jidai" -> "Jedai"): El nombre del dios egipcio varía según el texto que se consulte, y entre la media docena de apelativos que tiene, uno es la propia palabra Sith (Otras serían SET y TIFÓN, siendo ésta última el nombre de la versión helénica del dios, que se usa con demasiada libertad para denominar también al original egipciaco). Este detalle nos muestra que no es ni mucho menos descabellado pensar que Lucas pudiera coger este versión poco conocida del nombre de dios para su orden de seres oscuros. En todo caso, vamos a ir al grano y pongámonos a hablar sobre los mitos de Seth ...

Introducirse en la mitología egipcia es una labor muy difícil, ya que hay que tener en cuenta que este pueblo tuvo una gran cantidad de dioses durante su amplia historia (La primera dinastía egipcia es incluso anterior al primer emperador chino): Así, cada distrito del país creaba a su propio dios, y lo mismo se podía decir de cada ciudad, que tenía su propio dios con su correspondiente templo, donde se suponía que vivía la divinidad. Posteriormente, y con el tiempo, el contacto entre las diversas "sub-mitologias" hizo que algunos dioses se acabaran fusionando porque sus funciones eran muy similares si no iguales. También estas variaciones se dejaron ver en las leyendas que rodean a algunos dioses ya que estas leyendas necesariamente debían ser modificadas para encajarlas en la nueva situación de cada dios: Horus y Seth, los dioses de los que más nos vamos a preocupar son uno de esos casos.

Y precisamente con ellos empezaremos ya sin más dilación: Horus en sus primeros tiempos era la representación del bien y de la vida, era el Lado Luminoso de la Fuerza, para que nos entendamos bien: El día, el Sol y la Luna (la luz de la noche) le pertenecían, y, de hecho, los dos astros eran sus ojos.

Su enemigo natural era Seth, el dios de la tormenta y encarnación del mal. Seth representaba el Lado Oscuro en toda su extensión: En un país como Egipto, las tormentas eran temibles porque eran mayormente de arena, que destruía o enterraba todo a su paso (y si no, que se lo digan a George Lucas que tanto en el rodaje del Ep. IV como en el del Ep. I, tuvo que aguantar, en Túnez, sendas tormentas que destrozaron los decorados), trayendo muerte y desolación.

Según los egipcios, y en un ideario más cercano a los orientales (El Yin y el Yang, ver el Cap. 10 Oriente) que a los occidentales (En el cristianismo no se acepta una lucha de igual a igual entre el bien y el mal, y predica la destrucción final del mal), ambos lados debían existir pues así había sido creado el universo y era necesario para el correcto funcionamiento de éste que hubiera una eterna lucha entre la luz y la oscuridad, entre la vida y la muerte.

El primer mito sobre Horus y Seth y su enemistad nos narra que el segundo robó la Luna al primero (uno de sus ojos), lo que enojó al dios del bien, como se puede suponer. Tuvo que intervenir un tercer dios, Toth, personificación de la sabiduría, para solucionar el conflicto entre los dos dioses, entregando definitivamente el día a Horus (pues le quedaba el ojo-Sol) y la noche a Seth, que se quedaba con el ojo-Luna. Por lo que sus roles quedaban completamente definidos en este aspecto. Hay que destacar que la noche, para los egipcios, era un espacio de tiempo temible, en el que los diversos dioses del Sol que tuvo este pueblo tenían enormes batallas con diversos dioses malignos y monstruos para poder aparecer de nuevo por las mañanas.

La leyenda de Horus y Seth sufrió un vuelco tremendo al introducirse en ella otros dioses: Osiris, Isis y Neftis. Osiris e Isis son dos de los dioses más famosos de Egipto debido, entre otras cosas, a que fueron absorbidos por la mitología romana, llegando su culto a todos los rincones del Imperio Romano, incluida España, donde hay restos de varios templos dedicados a Isis. Neftis era, según la leyenda que narraremos a continuación, la hermana de Osiris, de Isis y de Seth, esposa de éste último pero aliada de los dos primeros en el enfrentamiento que tuvieron con el malvado Seth.

Osiris es una figura que atrajo y atrae mucho a los antropólogos, debido a que representa a un tipo de dios o ser humano mítico que se puede encontrar en diversas mitologías: El creador de la civilización. En el siglo pasado, se consideró que la leyenda de Osiris demostraba que Egipto había sido la creadora de la civilización y que desde ese país se había extendido por todo el mundo llegando a países como China (cuyo primer emperador se le considera un personaje equivalente a Osiris o incluso a America.

Osiris habría sido el introductor de la agricultura, de la preparación del pan y del vino, de la confección de ropas, de la música, del derecho y la religión. Isis, su esposa y hermana gemela, también habría sido la introductora de algunos elementos civilizadores como la medicina (o la magia, que en aquellos tiempos se supondría muy civilizadora).

Según la leyenda, Osiris y Isis reinaron sobre Egipto e introdujeron todos estos elementos, lo que les convirtió en unos reyes muy queridos. Pero su malvado hermano (recordar una vez más que en esta leyenda, los cuatro dioses son hermanos, y Horus sería hijo de Isis y Osiris) Seth, quería hacerse con el trono. Cuando Osiris se marchó de Egipto para civilizar el mundo (de aquí procede aquella antigua creencia antropológica que indicamos antes), Isis se convirtió en la regente hasta la vuelta de su esposo.

Cuando Osiris volvió, se encontró con que Seth había intrigado para quitarle el trono sin éxito (en algunas fuentes se indica que incluso intentó seducir o violar a Isis), pero intentó quitarle hierro al asunto, porque Osiris era la representación completa de la civilización y, por tanto, de naturaleza pacífica. Seth, sin embargo, siguió con sus maniobras e ideó un plan para librarse de su hermano: Así fue como lo invitó a una fiesta a la que asistieron otros 72 individuos, todos ellos compinches de la encarnación del mal. En aquel acto, Seth mostró un cofre de riquísima factura e indicó que se lo regalaría a aquel que cupiera exactamente en él. Como comprenderá el lector, el cofre medía exactamente lo mismo que Osiris, que, de hecho, era bastante alto, y cuando el incauto se metió dentro, fue encerrado rápidamente por los conspiradores y tirado al río Nilo.

Isis que, entre otras cosas, es la representación de la madre y esposa perfecta, al enterarse de la desaparición de su esposo y de la traición de Seth, que subió al trono, decidió no darse tregua hasta encontrar el cadáver de Osiris. Y así buscó por todas partes el lugar donde había ido a parar el cofre. El susodicho cofre había acabado a la vera de un tamarindo (un tipo de árbol datilero) en Biblos, una de las ciudades-estado fenicias (para situar al lector, en la costa libanesa actual). Según algunas versiones de la leyenda, el árbol, reconociendo que en el cofre había un ser bondadoso, habría crecido a su alrededor para protegerlo.

El árbol fue cortado por el rey de Biblos para que sirviera como una de las columnas de su nuevo palacio, ocurriendo algunos milagros al hacerlo (como que del árbol salía un olor exquisito). Finalmente, se descubrió el cofre dentro del tamarindo, e Isis llegó a la ciudad para llevarse el cadáver de Osiris a Egipto.

Aquí hay dos versiones que pasamos a narrar: En la primera se dice que Isis usó sus poderes mágicos para revivir a Osiris, y que la fecundó de Horus en aquel momento. En la otra, Osiris fecundó a Isis después de su "segunda muerte".

Esa "segunda muerte" tuvo lugar cuando Isis llegó a Egipto. En esta versión, Isis no habría revivido todavía a Osiris y Seth, para que no lo pudiera hacer, mandó partir a Osiris en 14 pedazos y perder esos trozos por diversas partes de Egipto. Entonces, Isis buscó los 14 trozos para unirlos, pero sólo encontró 13 de ellos: Su falo había sido tragado por un pez. Con los fragmentos que tenía, añadiéndole un falo artificial, y siendo ayudada por Neftis (la esposa de Seth, que como hemos dicho estaba aliada con Isis) o por su hijo Anubis (Anubis, primero señor del otro mundo, se convirtió más tarde en el hijo de Osiris y Neftis, creador de las técnicas de momificación y ayudante de su padre como juez de los muertos), momificó a Osiris, dándole, con sus poderes mágicos, la vida por unos instantes, y siendo entonces fecundada por Osiris.

Aquí las dos versiones del mito se unen definitivamente: La única diferencia se halla en el momento de la fecundación, pues en las dos versiones Seth trocea a Osiris y se convierte en la primera momia. Una vez convertido en momia, Osiris decide ser el señor del otro mundo y ayudado por su hijo Anubis y Toth (que ya aparecía en el otro mito. Aquí lo hace como escriba de los dioses) se convierte en el juez de los muertos.

En este mundo, mientras, Isis se esconde del malvadoSeth ocultándose en una isla del delta del Nilo, donde da a luz a Horus y donde lo mantiene escondido para que su malvado tío no lo asesine. Horus, dios del sol de cabeza de halcón, cuando llega a la mayoría de edad, decide enfrentarse a su familiar para recuperar el trono de su padre, a la vez que para vengar a éste.

Como resultado estalló una guerra entre Horus y Seth, en la cuál cada uno usó un ejercito formado por sus fieles, que acabó con Horus tuerto (recordad que Horus también había perdido un ojo en el otro mito), con Seth castrado o muerto y con el trono de Egipto siendo entregado por una asamblea de todos los dioses a Horus victorioso. De esta leyenda nace la tradición de que Horus (o RA, otro dios del Sol, posteriormente) se encarna en los faraones cuando suben al trono.

Como habrán entendido los lectores, y mencionábamos al principio de este capítulo, esta leyenda tiene muchas connotaciones que podemos encontrar en las Star Wars. Ya indicamos que en los primeros borradores del Ep. IV, el personaje que acabaría siendo Luke Skywalker era el elegido (concepto que después pasó al personaje de Anakin en la nueva trilogía), un salvador que sería conocido como "The son of the suns", El Hijo de los Soles, lo que puede tener que ver con Horus como dios del sol y también como héroe elegido para derrotar el mal encarnado en su tío Seth.

De hecho, también tenemos que tener en cuenta que el padre de ese personaje fue el primero que necesitaba partes biónicas para poder sobrevivir, lo que se puede interpretar como un paralelismo a las desventuras de Osiris al que tuvieron que hacerle una reconstrucción de emergencia cuando Seth lo despedazó. Este personaje acabó fundiéndose con el malvado Darth Vader, pero esto nos muestra que el padre de Luke y los señores del Sith eran dos cosas diferentes en un primer momento. Si se me permite la broma: ¿Tendría Lucas pensado revelar que el malvado general imperial Darth Vader era tío de Luke, y hermano de la primera versión del personaje que ahora es Anakin? En este sentido, no podemos dejar de opinar que tiene infinitamente mayor carga dramática esta posible unión de "Osiris" con "Seth".

Más detalles que asemejan el mito egipcio a la saga de las "Star Wars" son la ocultación de nuestro especial salvador (de Luke) de los señores del Sith en un alejado lugar (en este caso, en un lejano planeta) donde pudiera crecer hasta el momento preciso para que reapareciera en escena (aunque a Yoda no le gustó demasiado que tardara tanto tiempo en seguir los caminos de la Fuerza. . .). Esta similitud si bien es muy atrayente, hay que indicar que Horus no es único ser mitológico o héroe que ha tenido que ser ocultado de sus enemigos hasta que pudiera llegar a llevar a cabo su destino: Por poner dos ejemplos, tenemos al propio Jesucristo que tuvo que huir a Egipto para evitar la muerte a manos de los servidores de Herodes o al mucho menos conocido Minamoto Yoshitsune, el héroe por antonomasia del Japón medieval, que después de la muerte de casi toda su familia a manos de la familia rival Taira, también se tuvo que ocultar (de una manera algo diferente, ciertamente: De manera espiritual, pues hizo creer que se había convertido en un joven aprendiz de Bonzo sin intenciones de vengar a los suyos).

Otros detalles interesantes centrándonos en Horus (y con ello, escaparnos un tanto del verdadero tema de este capítulo) serían los siguientes: El primero de ellos es que Horus era representado como un halcón en algunas ocasiones (y otras, únicamente con cabeza de halcón) mientras que nuestro Horus viaja en una nave llamada Halcón Milenario. Aunque sea lejano este simbolismo, sí es cierto que varios autores además de mí, se han hecho eco de él, por lo que no puede descartarse esta relación. Debe indicarse que el Halcón, como representación de Horus, era usado profusamente por los faraones, pues, como ya se ha indicado más arriba, se creía que los reyes de Egipto eran encarnaciones de este dios.

El segundo detalle a destacar nos recuerda que Padmé (la madre de Luke) significa "Loto" en Sánscrito (Cap. 9 Oriente ), que el nombre de Shmi puede tener relación con Lakshmi, la diosa hindú del Loto (Epilogo Oriente) y que Isis es también diosa del Loto (entre otras cosas), pero para los egipcios (Egipto es junto con las culturas del extremo sOriente, el país que mayor significación la confería a esta flor): Al final siempre nos encontramos con la flor del Loto cuando hablamos de las madres en las "Star Wars": ¿Casualidad? Tal vez, pero no deja de ser curiosa esta circunstancia.

Saltemos ahora a la siguiente de nuestras etimologías, después de haber profundizado ya suficientemente en la primera. En este caso, vamos a ir un poco al Norte desde nuestra posición actual (Egipto) y vamos a viajar hasta la Península Calcídica (Khalkidhiki, en griego), que se halla en el Ne. de Grecia. Esta península está formada por tres salientes rocosos en forma de tridente mirando al Sur, y uno de ellos (el actual Longos) se conocía antiguamente como Sithona, nombre que recibió de Sithon, rey del que se dice que era hijo del dios Poseidón. Las aventuras y desventuras de este rey para casar a su bella hija Palena (que también dio nombre antiguamente a otro de los dientes del tridente calcídico) son uno de los muchísimos relatos de la rica mitología griega, pero no es éste el hecho que nos hace acercarnos a la posibilidad de que Sithon sea el que le haya dado nombre a los Sith, sino otra relato mitológico mucho más importante y que no tiene ninguna relación con el buen rey: La Gigantomaquia.



Mapa de la península Clacídica (Khalkidhiki en griego)

La Gigantomaquia fue la consecuencia de la Titanomaquia. Ésta última se refiere a la lucha entre los dioses olímpicos dirigidos por Zeus, contra Cronos (el padre de muchos de los olímpicos) y los Titanes, por el poder divino sobre nuestro mundo. Tal enfrentamiento acabó con la derrota de los Titanes, que fueron encerrados en el Tártaro, una de las regiones del infierno mitológico griego. Gea, madre de Cronos, enojada por el resultado de esa lucha, empujó a los gigantes a que se vengaran y conquistaran el monte Olimpo, lo que se lanzaron a hacer, iniciándose una nueva guerra (la Gigantomaquia) que, según la leyenda, tuvo su campo de batalla en la península Calcídica.

Allí lucharon Zeus, Atenea y Heracles (que no era un dios, pero cuya colaboración era necesaria para derrotar a los gigantes, según habían descubierto los dioses), entre otros, y debe indicarse que realmente fueron estos tres, primeramente los luchadores por el lado Olímpico: La leyenda de la Gigantomaquia fue creciendo poco a poco, e incluyendo a más dioses, hasta el extremo de que ha llegado hasta nosotros una completa relación de quién luchó contra qué gigante, y cómo consiguió derrrotarlo. Como se puede entender, los dioses olímpicos mataron a todos los gigantes, logrando una importante victoría (Si se me permite el chiste, no estaba la diosa Nikë, la de la victoria, entre los contendientes).

En realidad, después de explicar todo esto, se puede decir que no hay ninguna relación a primera vista entre Sithon y la Gigantomaquia, y no podría usarse la segunda para apoyar la etimología entre Sith y Sithon como se ha intentado hacer. Con esto no quiero decir que la etimología no pueda ser cierta, pero es la más difícil de las que vamos a mostrar en este macrocapítulo. En todo caso, no podemos descartarla.

Y saltamos ahora hasta España, donde nos es muy fácil encontrarnos con la siguiente etimología posible. ¿Una etimología española?, se dirán los lectores. Pues sí, porque la etimología se relaciona con "El Cid Campeador".

El Cid, Don Rodrigo Díaz de Vivar, recibió tan alta distinción de los musulmanes que ocupaban parte de la Península Ibérica, y con los que luchó (y cuando digo con los que luchó estoy diciendo que luchó tanto a su lado como contra ellos, pues "El mío Cid" fue un mercenario en algunas etapas de su vida). La palabra Cid proviene de Sid/Sidi, que en Arabe significa "Señor" y es el tratamiento que se le daba a los mandatarios de estados dependientes de un reino, y también se llegó a aplicar tal término (En la España musulmana, de hecho) a los gobernadores de provincia.

En esta ocasión nos encontramos con una etimología cuando menos curiosa, y en esa curiosidad descansa su fuerza: Sid es "Señor" como ya hemos dicho, y si estamos hablando de los "Señores del Sith", los lectores entenderán que, de ser cierta esta etimología, tendría su gracia. Por otra parte, transformar Sid en Sith no tiene secreto, desde el momento que sabemos que tanto T como D son consonantes dentales fácilmente intercambiables (Los españoles deberíamos saberlo pues hemos transformado muchas Tes latinas en Des castellanas, como en Societas -> Sociedad, por ejemplo).

Poco nos quedamos en España. Hacemos ahora un descanso, e iniciaremos a la vuelta de un clic, con la segunda parte de este capítulo: Nos vamos a Irlanda ... PULSA AQUÍ

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