EL FUTURO TIENE MUCHOS CAMINOS. ELIGE SABIAMENTE
Ahsoka y Anakin se presentan ante el Conejo Jedi cuyos miembros, tras felicita a la joven por su misión en Mandalore, ordenan a su maestro ponerse al mando de la Tercera Legión en Balith, un planeta que está sometido a una cruenta guerra civil.
Tras dejar la sala Ahsoka acompaña a Anakin hasta su nave para despedirse de él y se muestra desilusionada por no poder acompañarlo. La joven cree que aprende más en la guerra que en las clases del Templo pero acepta las órdenes de su maestro que le exige que descanse y prosiga con sus estudios.
Esa misma noche Ahsoka tiene unos extraños sueños en los que ve a Aurra Sing, a la que todos creen muerta, amenazándola con matar a alguien muy cercano a ella y preocupada por lo visto acude a visitar al Maestro Yoda que le dice que no se trata de sueños sino de visiones del futuro que le avisan sobre un peligro inminente. El viejo maestro le dice que con ese tipo de visiones demuestra que está empezando a entender la Fuerza pero le dice que aun es demasiado inexperta para analizarlas y le sugiere que medite largamente sobre ellas.
Tras dejar a Yoda la joven togruta repasa diversos registros en la Biblioteca del Templo Jedi pero la tediosa tarea hace que se duerma y que vuelva a tener visiones del futuro que esta vez son más claras y muestran a Aurra Sing atentando contra Amidala.

En la visión de Ahsoka Amidala está en el punto de mira de Aurra Sing
Ahsoka se reúne con la Senadora de Naboo y le cuenta lo que ha visto pero Amidala, que está a haciendo los preparativos para acudir a una importante conferencia en Alderaan, le dice que no se preocupe y ordena al Capitán Typho que refuerce las medidas de seguridad.
Para intentar saber más sobre lo que va a pasar Ahsoka opta por seguir los consejos de Yoda y medita durante un rato hasta que la visión se despeja y ve claro que Aurra Sing va a colarse por un conducto de ventilación y va a disparar con su rifle de precisión sobre Amidala. Alarmada se entrevista de nuevo con Yoda que la anima para que siga sus visiones pero le advierte que el futuro está siempre en movimiento y que lo que ha visto es solo uno de los múltiples futuros posibles.
Ahsoka se reúne con Amidala cuando la senadora está a punto de embarcar y le ruega que la deje acompañarla y la senadora, aunque Typho no lo ve muy claro, le deja ir con ellos como personal extra de seguridad.
Durante el viaje la joven vuelve a tener un sueño y creyendo que Aurra está en la nave corre hasta los aposentos de Amidala y, tras dejar atrás el guardia, entra en estos y activa su sable. La senadora despierta asustada y Typho llega a los pocos segundos corriendo pero en la habitación no hay nadie. "Falsa Alarma" dice la joven abochornada por haber perturbado a Amidala y a su guardia.
A la mañana siguiente la nave llega a Alderaan y la senadora es recibida por Bail Organa y Mom Mothma y conducida a sus aposentos. Mientras espera Ahsoka vuelve a meditar y su visión del atentado se aclara más de modo que aun a riesgo de importunar de nuevo a la senadora pide hablar con ella en privado.
Ahsoka le comenta que ha visto que se atenta contra ella esa misma noche en una gran sala donde estará dando una conferencia y cuando ambas, en compañía de Typho, acuden a la sala donde se va a realizar esta la joven la reconoce claramente por su visión. Amidala ordena que se vuelvan a chequear todas las zonas pero como no se descubre nada llegada la hora se da inicio a la conferencia. Cuando llega su torno la senadora se levanta y habla a la audiencia mientras y Ahsoka, recordando su visión, deja la sala y trata de dar con Aurra.
La asesina, que ya ha acabado con un guardia y ha montado su rifle de precisión, está a punto de disparar pero Ahsoka la ve a tiempo y usa la Fuerza para empujarla. Aurra consigue disparar pero el tiro se desvía y no da en la cabeza de Amidala que cae herida en el hombro y es rápidamente asistida por Organa. Ahsoka persigue a Aurra por los pasillos pero tras perder su pista regresa a ver a la sanadora y le pide que regrese a Coruscant.
Organa está de acuerdo con la joven pero como Amidala se niega a marcharse sin terminar su intervención Ahsoka idea un plan. Las medidas de seguridad se redoblan y Amidala vuelve a dirigirse a la audiencia en la misma sala pero enfundada en uno de sus trajes con capucha aunque en realidad no se trata de ella sino de un androide femenino que reproduce su voz mientras ella permanece en sus aposentos.
Ahsoka, Typho y los guardias están esperando que Aurra de señales de vida para echarse sobre ella pero la joven emplea la Fuerza y descubre que la asesina no está en la sala. Su engaño ha fallado y todos regresan a la carrera a las habitaciones de Amidala.
La joven togruta es la primea en llegar y lo hace justo a tiempo para desviar con su sable los disparos que la asesina efectúa desde el conducto de ventilación. Ahsoka usa la Fuerza para hacer que Aurra caiga al suelo y esta nada más recuperarse del impacto dispara sobre la cerradura para encerrarse a solas con su victima y con la joven Jedi.

Ahsoka se interpone entre Aurra Sing y la senadora Amidala
Mientras los hombres de Typho tratan de abrir las puertas Aurra se niega a dar el nombre de su contratista y se limita a afirmar que se trata de un encargo vengativo para acto seguido abrir fuego con sus dos pistolas sobre la senadora.
Ahsoka consigue desviar casi todos los disparos pero son tantos que uno la hiere en el brazo. Aurra ríe confiada pero no cuenta con Amidala quien, tras sacar un bláster que lleva escondido en su traje, la deja inconsciente con un disparo aturdidor.
Todos regresan a Coruscant llevando presa a Aurra y a su llegada son recibidos por Yoda y Anakin. Todo ha salido bien pero no saben quien realizo el contrato sin embargo Yoda afirma que pueden descubrirlo si Ahoska se concentra en la visión que tuvo del momento en el que se efectuaba el contrato.
La joven se concentra pero solo recuerda cosas que no le resultan conocidas como una gran masa violácea y una voz muy peculiar. Al oír a la joven, y recordando que Aurra hablo de un contrato por venganza, Amidala concluye que ha debido ser cosa de Ziro el Huttt.
Ahsoka y Anakin visitan al Hutt en la prisión y la joven, para extraerle una confesión, le dice, aunque no sea cierto, que su asesina lo ha confesado todo y Ziro, que no es muy listo, se descubre. Con su confesión el Hutt se granjea una nueva condena y mientras grita clamando venganza los dos Jedi dejan la prisión con la satisfacción del deber cumplido.
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