Hace tiempo conocimos a una especie de basureros y chatarreros galácticos, los squibs, capaces de ridiculizar a los jawa en su campo. Hoy vamos a ver a otros profesionales del mismo ramo, y no me refiero a los legendarios ugors, competencia suprema de los squibs. No, hoy arrojaremos luz sobre una especie muy poco conocida: ¡Los temolaks!.

Geografía

La enana blanca Zirulast, en la Región de Expansión, es orbitada por un mundo seco y polvoriento también llamado Zirulast. El planeta está rodeado por anillos formados de partículas de hierro. Se encuentra en la ruta hiperespacial Ootmian Pabol.

En tiempos de la Nueva República, Zirulast tenía una población de decenas de millones de habitantes, la mayoría de ellos temolaks. Sin embargo, cuando un temolak consigue irse de su mundo natal, es raro que regrese, y la población temolak prefiere no quedarse.

Biología

Los temolaks son humanoides que miden entre 190 y 230 centímetros en la madurez. Por lo general tiene aspecto imponente y musculoso. Además, son especialmente resistentes porque la dura vida en Zirulast les ha llevado a evolucionar con órganos internos redundantes: Un temolak tiene dos corazones, dos hígados, dos juegos de pulmones y tres riñones. Además, sus huesos son más densos que lo normal, su piel color arcilla es más gruesa, y su capacidad curativa está por encima de la media.

Aunque el aspecto general de un temolak es similar al de un humano, su rostro le diferencia: La cara está mucho más arrugada y apretada, para hacerla más compacta. Tiene dientes largos y torcidos, y grandes fosas nasales que centellean al hablar. De las mejillas salen pequeños cuernos curvos, y en el mentón tienen varias crestas parecidas como abanicos. Sus ojos son pequeños y perciben el entorno muchísimo peor que los de un humano.

Aunque un temolak puede alcanzar cien años de edad, la madurez biológica le llega a los 18 años, y su adolescencia empieza a los 13, lo cual es similar a los humanos (que viven mucho menos). Los estragos de la edad empiezan a notarse a los cincuenta años, y se hacen insoportables a los 75, en ambos casos muchísimo después de lo que les pasa a los humanos.

Los temolaks, pese a tener un imponente poder físico, son seres tímidos, callados, tranquilos y sin pretensiones, que procuran no llamar la atención en público. No carecen de astucia, pero son fácilmente manipulables e influenciables.

Son famosos como carroñeros y buscadores entre residuos. Los temolaks rastrean naves ruinosas y abandonadas por la galaxia, para poder reclamarlas y reconstruirlas o desmontarlas para crear equipo útil. Se lo toman tan en serio que desmontan incluso las placas de la cubierta y los alambres, y han aprendido a subsistir con lo que otras especies llaman basura.

Los equipos de salvamento temolak patrullan la galaxia en transportes hacinados hechos con deshechos. Su especialidad es recoger tecnología descartada y considerada inútil, con la que crean herramientas prácticas. Estas obras de ingeniería se venden en mundos subdesarrollados y primitivos que valoran la tecnología relativamente baja (uno de estos planetas es el propio Zirulast).

Es raro que los temolaks se molesten en visitar civilizaciones tecnológicas, donde no hacen mucho negocio. Sí han sido capaces de colonizar estaciones espaciales abandonadas para reconvertirlas en almacenes y puertos avanzados de comercio. Sin embargo, los temolaks no tienen gran capacidad de trabajo en grupo.

Los temolaks rara vez se ponen violentos, siendo la excepción el proteger sus intereses. Normalmente estos intereses son naves viejas de valor cuestionable, pero las protegen con uñas y dientes. Los piratas espaciales prefieren no desafiar a los equipos de salvamento temolak, en buena parte porque el botín no vale el esfuerzo.

Los temolaks tienen un idioma gutural, el temolish. Los temolaks que viajan por el espacio suelen aprender además Básico.

Corría el año 2.000 ABY cuando se evaporó todo el suministro de agua del planeta Zirulast, por razones que a día de hoy no están claras. En aquellos tiempos, Zirulast estaba rodeado por anillos de hielo. Los temolaks nativos, dotados de inteligencia, construyeron naves que sólo eran capaces de alcanzar su propia órbita planetaria, con el único propósito de obtener algo de hielo.

Pasaría el tiempo y los temolaks desarrollarían tecnología más avanzada. Fueron capaces de construir motores sublumínicos por sí mismos, y más tarde obtuvieron hipermotores. Pasaron dos milenios y a la vez que su ciencia avanzaba, también evolucionó su biología. Zirulast se había vuelto un lugar donde era difícil vivir, y los temolaks también tenían que adaptarse a la vida entre las estrellas. Por eso desarrollaron órganos redundantes.

En tiempos de la Antigua República, los equipos de salvamento temolak competían unos con otros. Esto no resultaba sólo contraproducente, sino que a menudo se volvía violento. Se creó entonces el Consorcio de Salvamento Temolak, una institución que eliminó la competencia asignando un territorio a cada equipo de salvamento.

Años después, el Imperio Galáctico tomó el poder e instauró nuevas leyes, pasando por encima del Consorcio. Las imposiciones eran excesivas y muchos temolaks, esperando eludirlas, abandonaron el Consorcio para huir a los rincones más lejanos del Borde Exterior. Algunos de estos grupos prosperaron. Otros, simplemente, murieron.

Chaiza: Un famoso temolak.

Durakas: Un famoso temolak.

Eskavon: Un famoso temolak.

Kurun: Un famoso temolak.

Luzura: Un famoso temolak.

Orborus: Un famoso temolak.

Shalunask: Un famoso temolak.

Unkave: Un famoso temolak.

Zanvost: Un famoso temolak.

Zardanka: Un famoso temolak.

© S I T H N E T

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Sección creada por Skippy Farlstendoiro y Al Noah para SithNET
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