LOS PRIAPULINOS

-Buena nave. Buena amiga.

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Introducción

 
Priapulino

Esta frase fue pronunciada por un popular priapulino cuando preparaba su nave para saltar hacia el hiperespacio. Los priapulinos se caracterizan, entre otras cosas, por el gran respeto y afecto que sienten hacia sus socios. Esto llega al extremo cuando muestran igual respeto hacia las herramientas que les sirven para alcanzar lo que consideran objetivos comunes o, en todo caso, compatibles y alcanzables a través de la cooperación.

Pero los priapulinos son una especie culturalmente sorprendente, aún partiendo de esta premisa. Un análisis más detallado de la raza, o una relación más profunda con un representante cualquiera de ésta, ha sorprendido por igual a xenobiólogos y caballeros jedi. Acompáñenos hoy mientras conocemos a los priapulinos.


Los Priapulinos

 

El planeta Pria es un mundo tectónicamente activo en el Núcleo Galáctico. Las masas de tierra se mueven y cambian de forma rápidamente (desde una perspectiva geológica), la temperatura global sufre cambios repentinos debido a la creación y destrucción de volcanes y acantilados, la capa global crece constantemente, y tiene un clima turbulento. El planeta experimenta una nueva edad de hielo cada 10.000 años locales aproximadamente aunque, irónicamente, el resto del tiempo presenta un clima templado.

El día local en Pria duraba una media de veinte horas estándar más unos tres segundos, con pequeñas variaciones. En ese tiempo, se experimentaban dos ciclos de mareas en los torbellinos acuáticos que Pria tiene por océanos.

Estas masas de agua presentan varias formas de vida, algunas letales y otras inofensivas. Que sepamos, sólo una especie nativa ha desarrollado inteligencia y, adoptando el nombre del planeta, se conoce como priapulinos o priapaulinos.

Los priapulinos son gasterópodos que, según algunos xenobiólogos, evolucionaron de criaturas parecidas a gusanos que excavan el lecho oceánico. Parecidos a grandes peces planos, los priapulinos tienen un aspecto sorprendente: Un priapulino adulto pueden medir más de cuatro metros de longitud. Aunque es un 40% más lento que un humano normal en tierra, su velocidad nadando es sensiblemente superior.

Priapulino

Un priapulino medio tiene cinco anillos nudosos de cartílago flexibles o notocuerdas rodeando su cuerpo. Hay una cuerda nerviosa hueca recorriendo su longitud dorsal. Aparte de esta rudimentaria estructura, los priapulinos no tienen esqueleto reconocible.

En la parte ventral del priapulino hay una masa de barbas y púas rígidas similares a un cepillo, que se suelen utilizar para desplazarse por el suelo, agitándolas mientras se contrae la cola. La cola del priapulino posee un tejido muscular grueso que hace a los priapulinos sorprendemente rápidos para ser tan grandes. Algunas barbas son más grandes de lo normal y tienen forma de gancho, espátula o bola con pincho; éstas, que no suelen encontrarse en la parte trasera del priapulino, suelen ser utilizadas como dedos para manipular herramientas.

Es frecuente que los priapulinos flexionen sus cuerpos en forma de S, utilizando sus colas planas para mantenerse erguidos.  Esto les permite ocupar menos espacio en habitáculos cerrados (como en una nava espacial) y conversar con más facilidad con otras especies. A la hora de nadar, su movimiento es parecido al de las serpientes marinas de Ando.

Un priapulino tiene una cabeza definida, con tres pares de ojos. Cada ojo tiene un borde plateado o cobrizo, y una pupila naranja, amarilla o morada, manteniendo homogeneidad de color en cada caso con todos los ojos.

Las barbas ventrales llegan hasta la cabeza, oscureciendo unas agallas que se han adaptado para filtrar oxígeno en el aire y en el agua; de todos modos, los priapulinos necesitan estar en el agua casi constantemente y pueden morir en entornos áridos. Las agallas también sirven como boca para alimentarse (más sobre esto más adelante), y para hablar un idioma verbal. A tal fin, los priapulinos posicionan cualquier número de púas en la zona para replicar casi cualquier idioma bastante bien. Su lengua natal, el priap, es más complejo de imitar puesto que consiste en una combinación de tonos que surgen al rascar sus barbas ventrales de la punta con las de la cola. Su lengua es además compleja y permite comunicar emociones muy sutiles.


Cultura priapulina

 

Los priapulinos tienen fama por ciertos rasgos culturales. Por ejemplo, son seres extremadamente sociales y simpáticos, con un gran sentido del humor, y se les otorga la autoría de cierto chiste sobre un jawa con tres brazos.

Pero es más notable el pacifismo, completamente arraigado en su cultura hasta extremos insospechados. Los priapulinos aborrecen la violencia, están dedicados a la paz y trabajan para evitar el conflicto siempre que sea posible. La mayoría de los priapulinos preferirán morir antes que entrar en un conflicto abierto. Algunos xenólogos han conjeturado que esto se debe a algún acontecimiento histórico en el pasado de los priapulinos que estuvo a punto de llevar a la especie a una extinción total.

La mayoría de los priapulinos que han entrado en contacto con otras especies son exploradores, sintiendo una afinidad natural para tratar con animales salvajes y seres inteligentes. Sin embargo, el pacifismo no les impide trabajar fuera de la ley. Sobre todo en tiempos del Imperio, cuando casi todos los alienígenas perdieron sus derechos, algunos priapulinos se dedicaron a la piratería y el contrabando.

Otro detalle curioso es que los priapulinos no son en absoluto competitivos y son incapaces de participar en deportes y actividades similares (aunque algunos priapulinos encuentran interesante el observar a otras especies participar). La cultura priapulina no admite el concepto de competición. En su mundo, todo el trabajo se realiza en equipo, de modo simbiótico. La cooperación es la base misma de su cultura, y el trabajo sin cooperación se considera ignorancia y desperdicio. Los priapulinos establecen relaciones simbióticas con criaturas no inteligentes y casi inteligentes, e incluso -como demuestra el epígrafe de este texto-, con las herramientas y maquinarias que les sirven. La lealtad y amistad de un priapulino es indeleble, y se otorga a sus causas, a sus amigos, a sus electores, a sus clientes, e incluso a las empresas a las que compran habitualmente.

Una extraña relación simbiótica, sorprendente para cuantos conocen a los priapulinos, es que les relaciona con los crast. Los crast son pequeños crustacoides de Pria que los priapulinos utilizan como comida. Cuando un priapulino se come a un crast, desencadena el proceso de reproducción de éste. La digestión mata al crast, por supuesto, pero sus huevos se nutren de los jugos digestivos del priapulino y, cuando los huevos eclosionan y la camada de jóvenes crast o crasti alcanza una edad determinada, el priapulino la vomita o pare para que vivan sus vidas.

Los crast, pequeños seres parecidos a cangrejos, son llamados por los priapulinos familia-comida. Están dotados de cierta inteligencia y comprenden que la conservación de su especie exige que estén en la vecindad de un priapulino. Debido a un extraño giro cultural, los crast viven para servir a su priapulino, que suele ser llamado El Grande y reverenciado como una deidad. Similarmente, el priapulino se preocupa por su familia-comida y les ofrece su lealtad y amistad, así como, llegado el momento, sus jugos digestivos. Dos cosas suelen llamar la atención: La primera es que los crast sienten un gran orgullo por su rol como alimento de El Grande; y la segunda, que los priapulinos sólo se comen a aquellos crast que llevan huevos en su interior (con lo que no sabemos qué pasa con todos los demás). Según los priapulinos, es posible que el resto de los crast tengan un sabor desagradable.

Los priapulinos son una especie inteligente y sabia, pero no se adaptan bien a la vida fuera de los océanos. Se han establecido puestos avanzados y centros de investigación en los lechos oceánicos y zanjas de su mundo, pero la mayoría de la población vive en una serie de atolones y llanuras de la marea. Cuando salen de Pria, los priapulinos suelen necesitar acomodos especiales para su fisiología, de modo que han diseñado naves húmedas y llenas de moluscos, con suelos cubiertos hasta los tobillos de agua salada. Sus domicilios extraplanetarios son de diseño similar. Esto resulta a veces un poco confuso, y hasta desagradable, para sus visitantes de otras especie, sobre todo para especies que no pueden respirar agua.

Otro hecho que perturba el trato con los priapulinos (aparte de su extraña costumbre de comerse sin previo aviso a una criatura con la que perfectamente podrías estar manteniendo una conversación) es que insisten en utilizar su propio sistema de medidas. La distancia se mide en "cazuelas de sal" (equivalente aproximadamente a 1.2 km.), una unidad que se cree deriva de las exploración priapulina de lechos marinos secos en tiempos pasados. El tiempo se mide en "ciclos de mareas", y esto es un poquito más fácil porque una marea equivale aproximadamente a cinco horas (Hay dos ciclos de mareas en uno de sus días de 20 horas y 3 segundos).

Especie extraña donde las haya, han mantenido una presencia discreta en la galaxia a lo largo de los milenios.


Historia

 

Según declaran los priapulinos, ellos partieron hacia el espacio hace mucho tiempo. Los intentos de convertir "mucho" en una unidad más concreta, como ciclos de mareas, hasta el momento han sido infructíferos, pero es sabido que los priapulinos recorrían la galaxia durante la Antigua República. Habían diseñado naves ajustadas a sus necesidades, con sistemas cíclicos de piscinas y un montón de comida viva.

Durante la Antigua República, se encontraban priapulinos en funciones académicas y ejecutivas en ciertas zonas de la galaxia, mientras que otros utilizaban esas naves para moverse como emisarios, pilotos y exploradores. Aquellos priapulinos que debían llevar habitualmente pasajeros en su nave, adaptaban ciertas zonas de la nave para que las utilizasen respiradores de aire (o de otros gases, si era necesario).

Priapulino

Algunos priapulinos desarrollaron la capacidad de sentir la Fuerza, pero no hay registros de ninguno que haya servido como Caballero Jedi, probablemente debido a su absoluto pacifismo. Sin embargo, algunos priapulinos, entre ellos Charza Kwinn, apoyaron a los jedi en otras funciones.

Durante el Imperio, el origen de los priapulinos, demasiado distante de los humanos, les valió xenofobia y estrictas legislaciones, lo cual les obligó a trabajar al margen de la ley. Piratería, contrabando y resistencia pacífica eran las normas, apuntando sobre todo a vehículos y cargamentos imperiales o asociados con el Imperio. Algunos priapulinos se unieron a la Rebelión como consejeros, líderes y pilotos de carguero.

También durante este tiempo, el profesor Tem Eliss, de la Universidad de Sanbra, y su primo Tam encontraron la colonia priapulina de Krinemoken III, un puesto avanzado en los astilleros de Mon Calamari. Krinemoken estaba dotado de una serie de amenidades para especies acuáticas, destacando una serie de piscinas inmaculadas llenas de salmuera y quelpo. Una notable población de especies acuáticas aprovechó el mismo tiempo para disfrutarlas, destacando muchos priapulinos y otras especies (mayormente los nativos de Mon Calamari, y algunos iyra).

Pero Pria sufrió graves daños durante el Imperio. Sólo al iniciarse la Nueva República, los priapulinos han podido iniciar el largo proceso de reconstrucción de su mundo. En un acontecimiento inspirador, un grupo de tripulaciones aliadas a la República (principalmente quarren, aqualish, kian'thar y otros seres acuáticos) aterrizaron en Pria y nadaron hacia los Flujos del Norte para iniciar la reparación.

Desde la llegada de los yuuzhan vong, los priapulinos han reafirmado su compromiso al pacifismo, pero al mismo tiempo han colaborado ayudando a los afectados. Una cantidad notable de priapulinos han elegido trabajar como ayudantes de los jedi en la tradición de Charza Kwinn, y todavía se sienten perplejos ante el rencor que hay hacia la nueva generación de jedis.


Priapulinos notorios

 

Massac Shaloq: Algunas fuentes sugieren que Shaloq era uno de los priapulinos más famosos de la galaxia; este dato está por confirmar.

Tala Shorin: Es posible que este priapulino fuese tan famoso como Massac Shaloq.


Charza Kwinn

 

Este piloto priapulino dejó Pria en su juventud. Aspiraba, como tantos jóvenes de tantas especies, a encontrar su destino en algún lugar de la gran galaxia.

La galaxia empezó por defraudarle notablemente: Muchos de los seres que encontró usaban la violencia para conseguir los más triviales fines. Desanimado pero no desesperanzado, Kwinn buscó a quienes se dedicasen a hacer el bien por la galaxia.

Su búsqueda le acabó llevando hasta los jedi. Aunque desde luego los jedi entraban en combate, eran más compatibles con su sistema de creencias, y decidió solicitar empleo para trabajar con ellos.

Al principio, Kwinn trabajó llevando suministros desde y hacia varios puntos de Coruscant. Sus talentos de construcción le sirvieron para ayudar al mantenimiento de algunas naves de los jedi. Pronto empezaría a escoltar a Caballeros Jedi y a sus acompañantes por la galaxia, incluso en los más peligrosos entornos, cuando éstos necesitaban ser transportados en relativo anonimato. También se dedicó a llevar jedis y dignatarios por rutas bien concurridas.

Charza Kwinn participió en las Escaramuzas de Extorin Menor, en las que los extorinos intentaron invadir los planetas cercanos al suyo. Los caballeros jedi y sus padawans intentaban desesperadamente evacuar uno de los planetas afectados, Montitia, antes de que los extorinos pudiesen capturar o matar a los nativos. Los refugiados no habrían podido ponerse a salvo si no hubiese entrado Kwinn en su nave, la Aleta Dorsal, un carguero sin armas que logró atravesar el fuego pesado hasta llegar al refugio. Kwinn puso a salvo a los montitianos y a los jedi, y eso valió a sus habilidades el respeto de la orden. La historia conoce este acontecimiento como la Extracción Montitiana.

Sin duda la leyenda ha hecho crecer esta narración cada vez que se ha contado, pero pronto los jedi le consideraron uno de los mejores pilotos de la galaxia, e incrementaron sus responsabilidades: No sólo trabajaría para ellos como piloto, sino también como espía. Se dice que los jedi pedían su ayuda más a menudo que a ningún otro ayudante (con la posible excepción de Tropam Givar).

Años después, nadie sabe exactamente qué fue de la Aleta Dorsal, pero Kwinn pilotaba una nave distinta: La Flor del Mar Estelar era un viejo transporte YT-1150 modificado. Entre las modificaciones, estaba lleno de agua, donde víva y trabajaba la familia-comida de Kwinn. Ahora bien: Como Kwinn solía transportar a caballeros jedi por la galaxia, mantenía varios cuartos a bordo que podían modificarse fácilmente para ajustarse a las necesidades ambientales particulares del sujeto.

Uno de esos sujetos jedi que viajó con Kwinn fue la jedi Vergere, dos años después de la batalla de Naboo. La antigua maestra de Vergere, Thracia Cho Leem, había confiado a Kwinn el transporte de Vergere hacia Zonama Sekot, para descubrir de dónde salían las naves sekotanas. Kwin llevó a Vergere hasta el planeta y volvió, sin incidentes.

Sin embargo, en un año, los jedi no recibieron comunicación de Vergere, y Thracia, preocupada por su vida, solicitó al Consejo Jedi que enviasen otro grupo para buscarla. Los elegidos para este viaje serían el joven maestro Obi-Wan Kenobi y su aprendiz Anakin Sywalker. Nuevamente se consideró que Kwinn sería el piloto perfecto para este trabajo, si bien el joven Skywalker tuvo sus reticencias al conocer de primera mano los hábitos priapulinos.

Durante el viaje, Kwinn tendría que pilotar su nave contra la fuerza enviada por Wilhuff Tarkin, que quería controlar Zonama Sekot para entregárselo al entonces Canciller Palpatine. Kwinn y su grupo apenas lograron escapar, soltar a los jedi y volver a Coruscant.

Años después, cuando se estableció el Nuevo Orden como gobierno galáctico, Kwinn se encontró con cada vez menos trabajo de los jedi. Después de la Purga Jedi, se vio obligado a trabajar como contrabandista y pirata. Esta actividad, lejos de ser segura, le ha costado más de un disparo en el casco de la Flor del Mar Estelar, pero no es éste el precio que le preocupa: Como informaría Kwinn en su diario personal, llegó a verse obligado a dañar a seres humanos, en particular imperiales, para sobrevivir. "¿Tendré un alma cuando haya acabado?", se preguntaba Kwinn.

No sabemos todavía cómo acabó. No hay datos relativos al final de la vida de este piloto priapulino, si es que éste ha llegado.

Sin embargo, con el ascenso del Nuevo Orden Jedi, muchos priapulinos han elegido seguir sus pasos, ayudando a los jedi en su misión de llevar la paz a la galaxia. Charza Kwinn, dondequiera que esté, es ahora una leyenda entre los suyos.


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Artículo escrito por Skippy Farlstendoiro.
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