"Debe abrir tus ojos a lo que necestias y no a lo que quieres" (Zao)
La nave pirata en la que el maestro Jedi K'Kurhk ha escapado de la aplicación de la Orden 66 junto a sus jóvenes alumnos esta muy dañada y eso les obliga a intentar tomar tierra en Arkinnea un discreto mundo de las Regiones en Expansión.
El control aéreo imperial los ve llegar y al no disponer de credenciales dispara sobre ellos sin acierto y la nave termina haciendo un aterrizaje forzoso en un campo cercano a la ciudad. El Capitán de la milicia Relik y varios solados de asalto no tardan en rodear la nave y aunque esperan una gran amenaza cuando la trampilla se abre solo ven a un extraño adulto y a un montón de niños.
El maestro Jedi, manteniendo oculta su identidad, se presenta como responsable de un grupo de jóvenes refugiados, algo muy normal en esos muy revueltos tiempos. El Comandante Imperial Theron toma el relevo nada más llegar a la zona y lo primero que hace es mostrar su sorpresa ya que es muy raro ver a un Whipid fuera Toola.
Lejos de allí, la nave de Lord Darth Vader toma tierra en Coruscant donde se trabaja a destajo para reconstruir el palacio imperial destruido tras el fallido atentado del General Gentis (Ver Darth Vader And The Ghost Prison - Pulsa aquí). En cuanto pone pie en tierra todos los oficiales quieren consultar con el Sith pero éste solo presta atención a su nuevo protegido el teniente Gregg.
Darth Vader habla con el teniente Gregg junto a dos Guardias Imperiales
Mientras caminan Gregg da novedades a Vader sobre los dos proyectos que se le han encomendado. Uno afecta a un prisionero llamado Falco Sang al se le ha obligado a hacer las carreras de obstáculos que diseño Vader aunque hay un problema porque en sus dos últimos intentos de huida, al ver que los droides iban armados con armas aguijoneadoras no mortales ha dejado de esquivarlos. La respuesta de Darth Vader es categórica "ponga armas Blaster en esos droides pero prográmelos para herir". El otro tema, la búsqueda de Dash Jennir y el Uhmele, es más comprometido ya que el pobre teniente no tiene pista alguna de ellos.
K'kurhk y su grupo son conducidos a un gigantesco campo de refugiados donde deberán permanecer hasta que su caso sea tratado y puedan ser asignados a las Tierras libres del Norte" algo que el Capitán Relik quiere agilizar y de lo que tendrán noticias cuando se ilumine el chip que les van a colocar. Se les asigna una tienda familiar y cuando se quedan a solas el Maestro Jedi revisa la herida que Piru tiene en la pierna y aprovecha para quitar el sable de luz que hacía de cabestrillo y lo esconde bajo su ropa.
En el exterior dos hombres, uno republicano y otro separatista, se están peleando y K'kurthk decide separarlos y hacerles ver que la guerra ha terminado, que sus disputas ya no tienen sentido y que lo único que se ganarán es un arresto. Los hombres entran en razón y se separan momento que el Jedi aprovecha para dejar a Piru al mando y dar una vuelta por el campamento y hacer una evaluación de la situación.
Cuando el maestro Jedi deja la tienda la mujer de uno de los refugiados que estuvieron luchando da las gracias a Piru porque el grandullón interrumpiese la pelea y le da unos cuantos consejos para su supervivencia. El más importante de todos es que se cuide de los milicianos, un grupo de violentos resentidos, que tratan a los refugiados con odio y mano dura y que son, palabras textuales, peor que los imperiales.
Cuando K'kurth regresa de su paseo ve alarmado que un encapuchado está guisando para los niños. El Jedi se lanza contra él para neutralizarlo y cuando queda suspendido en el aire se da cuenta que el extraño en en realidad el maestro Jedi Zao.
K'kurth se abraza a su viejo amigo el Maestro Zao
Los niños están entusiasmados con el recién llegado y uno de ellos, Kennan, le pide que les de una lección. Zao lo hace, pero el mensaje no es el que esperan ya que la nueva enseñanza es clara; la Fuerza te sugiere que debes hacer, pero debes tener los ojos abiertos para entenderlo y fijarte en lo que necestias y no en lo que quieres.
Esa misma lección se la ha aplicado Zao que, llegado allí en otra búsqueda, al ver a los padawanes ha sentido una llamada de la Fuerza. Zao habla a solas con K'kurth y le dice que sus alumnos son una luz en mitad de la oscuridad que deben proteger a toda costa y para ello deben huir de ese lugar cuanto antes porque la Fuerza le esta mandando un mensaje muy claro, allí corren un peligro enorme.
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