LOS GRANDES LÍDERES INSPIRAN LA GRANDEZA EN EL PRÓJIMO
Tanto la República como los Separatistas tratan de convencer a los mundos que aun permanecen neutrales para que se unan a sus respectivas causa y eso hace que las misiones diplomáticas sean frecuentes. En una de esas misiones el maestro Yoda se desplaza hasta una remota luna neutral para entrevistarse con Katuunko, rey de los toydarianos. La República quiere construir una base en su sistema y a cambio le ofrecen la protección de su ejército.
Antes de que Yoda llegue al sistema Asajj Ventress se presenta ante Katuunko con un holomensaje de Dooku. El Conde conoce el trato que le ha propuesto la república y le dice que los Jedi no pueden proteger a su pueblo porque son incapaces de protegerse a sí mismos. Dooku afirma orgulloso que por cada combatiente republicano tiene 100 droides pero el toydariano replica que ha oído decir que cada Jedi vale por 100 soldados. “Los poderes del maestro Yoda se han exagerado” replica Dooku que anuncia que Ventress no dejará la luna hasta que el rey no le de una respuesta.

Yoda, Rys, Jjeck y Thire junto a la cápsula de escape
Cuando el crucero consular republicano llega a la luna se ve sorprendido por dos naves separatistas que disparan contra él e interfieren sus comunicaciones impidiendo que Yoda contacte con Katuunko. El maestro Jedi ha de llegar a la luna a toda costa de modo que, acompañado de tres clones (Rys, Jeck y el teniente Thire), se introduce en una cápsula de escape que es lanzada hacia la luna. La pequeña nave es un blanco fácil para los separatistas de modo que junto antes de saltar al hyperespacio el crucero lanza, como señuelos, el resto de cápsulas.
La mayor parte de las naves son destruidas pero la de Yoda aterriza y el maestro contacta con Kotuunko que le informa de la oferta que acaba de recibir de Dooku. Yoda entiende que el toydariano tenga dudas y acepta la propuesta de Ventress para que demuestre su poder de combate. Ventress lanzará sus mejores tropas droides contra Yoda y si este llega al punto de encuentro antes del anochecer el toydariano se podrá unir a los republicanos sin embargo si el Jedi es derrotado Kotuunko se unirá a los separatistas.
Katuunko le dice a Yoda que ha sido invitado para parlamentar y que no tiene obligación de aceptar el reto pero cuando el maestro lo acepta el toydariano exige a Ventress que la pelea sea justa. "No será de otro modo" dice la joven pero por supuesto la lucha no es justa y Ventress lanza todo un batallón, tanques incluidos, contra Yoda y sus clones. El maestro resulta ser tan poderoso como se decía y su destreza junto a habilidad y entrega de sus hombres permite que el grupo escape a los envites de sus perseguidores.

Yoda usa la Fuerza y evita que Asajj Ventress mate al rey Katuunko
Katuunko, que sigue la antideportiva persecución desde la lejanía, comunica al conde Dooku que ha decidido rechazar su oferta. Ventress prometió una pelea justa y ha incumplido su palabra algo que para el toydariano es totalmente inaceptable. El conde contrariado ordena a Ventrese que mate al rey y esta dirige sus dos sables contra el cuello de Katuunko pero los rojos filos se detienen a escasos centímetros de su objetivo. "Poderosa eres en el lado oscuro jovencita pero no lo suficiente" exclama un recién llegado Yoda que está usado la Fureza para detenerla.
Con un simple gesto de su mano Yoda desactiva los sables de su oponente y se hace con ellos pero acto seguido, en un gesto de poder, se los devuelve con un lacónico “mucho que aprender aun tienes. Rendirte deberías”.
La discípula de Dooku no está dispuesta a rendirse y hace explotar unas rocas que hay sobre ellos obligando a Yoda a concentrarse en detener la avalancha con la Fuerza y obteniendo así un tiempo precioso que el permite subir a su nave y escapar.
Katuunko, impresionado por el poder y la nobleza de Yoda, acepta el trato de la república y como prueba de amistad le entrega una espada ceremonial. Hecho esto todos suben a una barcaza republicana que acaba de llegar y dejan la luna.
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