"A partir de ahora, el fracaso tendrá consecuencias. Agente Kallus" (Moff Tarkin)
Un Destructor Estelar llega a Lothal y de él, escoltada por varios cazas TIE, despega una lanzadera clase centinela que aterriza en una de las instalaciones de Lothal City. Las mejores tropas han formado en perfecto estado de revista y el recién llegado, que no es otro que el Gran Moff Tarkin, es recibido a las puertas de la lanzadera por la Ministra Tau, el Agente Kallus y el Inquisidor Imperial.
Tarkin abronca a Tau y Kallus por su total incompetencia a la hora de acabar con los insurgentes y el agente imperial se justifica diciendo que los lidera un Jedi. El Gran Moff, que es el único de los presentes que ha conocido a los Jedi, les revela que se acabó con ellos con facilidad y que el mismo les demostrará que los legendarios poderes que se les otorgan no puede salvarlos de la muerte.
Kanan, Ezra y Sabine, que montan motos jet, están siendo perseguidos por un pequeño contingente imperial al que, no sin problemas, dan esquinazo para que no los sigan hasta la nave Fantasma. Una vez en allí, y reunidos en una e las salas, asisten atónitos a un mensaje en la holonet en el que el Senador Trayvis habla a favor del imperio, al que se acaba de unir, y muestra una imagen suya calificándolos de disidentes peligrosos y ofreciendo una sustancial recompensa por su captura.

Zeb y Hera viendo la holoemisión de Trayvis
Todos están indignados y el Jedi les propone lanzar su propio mensaje, no ya a las gentes de Lothal si no a todos los ciudadanos de la Galaxia. Para hacerlo, y dado que el planeta está sometido a un bloqueo, también electrónico, tendrán que usar una de las torres de comunicación del Imperio más altas de Lotha y, aunque eso es sumamente peligroso, todos se apuntan. Lo único que falta por decidir es cual será su mensaje pero Kanna lo tiene claro, la verdad de lo que sucede allí.
El Gran Moff, acompañado por Tau, Kallus y el Inquisidor recibe al Comandante Aresko y al Supervisor Grint en su despacho y les pregunta por sus encuentros con los insurgentes. Ambos le relatan sus fracasos y le hablan de su último encuentro, una fuga en motos jet tras el robo de suministros que acabó sin bajas imperiales como otros tantos encuentros. Tarkin se muestra enojado porque con cada derrota que les inflige el Jedi el pueblo adquiere esperanza y como castigo, a una orden suya, el Inquisidor, que se ha colocado tras ellos, los ejecuta el unísono.
Kanan, Ezra y Sabine se acercan hasta una de las torres de comunicaciones para explorar el sistema de seguridad. Desde un puente que cruza sobre los carriles de tránsito de vehículos observan la zona y descubren que, además de contar con varios cañones láser pesados para la defensa antiaérea, al menos cuatro guardias custodian la puerta principal. Pese a lo consistente de la presencia imperial Sabine esta dispuesta a realizar un escaneo de la zona sin embargo la llega de un vehículo imperial les obliga a tumbarse y ocultarse.
El vehículo deja un ágil Probe droid (Similar al Droide Sombra Vívora) cuyos potentes sensores pueden descubrir las motos que ocultan junto a la carretera. Para evitarlo Ezra usa la Fuerza y, tras controlar a una de las criaturas locales, un gato salvaje (Loth-Cat), hace que este salte sobre la sonda y la destroce. Sabine o cualquiera del grupo podría haber destruido la sonda con un disparo pero haciéndolo así cuando lo imperiales repasen las grabaciones verán que fue un incidente que no tuvo nada que ver con ellos. La idea es buena sin embargo con lo que no cuentan es con que la sonda, con sus últimas energías, los graba cuando se alejan en sus mecánicas monturas.

La tripulación de la nave Fantasma estudiando el Edificio del Senado de Lothal
Kallus se reúne con Tarkin y, tras mostrarle la grabación de la sonda, pide reforzar las tropas que custodian la torre de comunicaciones que hay en la zona ya que está seguro que ese es el objetivo de los insurgentes. El Gran Moff se niega a ello ya que eso llamaría su atención y los haría desistir y decide que se dejen las cosas como están y se trace un plan para su captura. El Inquisidor, que está también en el despacho, recibe dicha tarea como posibilidad de redención por sus anteriores fallos, sobretodo si captura vivo al Jedi.
Sabine prepara todo lo necesario para la trasmisión, que se intentará esa noche. El encargado de colocar el dispositivo remoto será Chopper dedicándose el resto a protegerlo y facilitarle el acceso. Todo parece correcto sin embargo Ezra se muestra preocupado y Kanan decide hablar a solas con el muchazo. Su aprendiz termina confesándole que tiene miedo ya que perdió a sus padres porque trasmitían mensajes contra el Imperio y no quiere que eso les suceda también a sus nuevos amigos. Kanan lo tranquiliza, le confiesa que está tan preocupado como él por su destino a medida que aumenten su lucha contra el Imperio, pero afirma que deben progresar y que lo harán juntos.
Al caer la noche el grupo de Kanan ataca la torre y, tras hacerse con el control de la mima, Sabine y Chooper entran en el interior y el droide inicia la colocación del control remoto tarea que le llevará varios minutos. Mientras lo hace un fuerte contingente, terrestre y aéreo del que forman pare Kallus y el Inquisidor llega a la zona y se inicia un fuerte tiroteo. Kanan ordena a todos que entren en la instalación con Sabine y Chopper y, tras cerrar la puerta, se queda solo en el exterior con su sable de luz activado.

El Inquisidor Imperial se enfrenta a Kanna, lo derrota y lo captura.
El Inquisidor ofrece a Kanan dejar libres a sus amigos si se entrega y aunque este está dispuesto a ello no es necesario que lo haga ya que Hera aparece con la Nave fantasma y consigue recogerlos en el techo de la torre. El Jedi no tiene la misma suerte y, derrotado en duelo por el Inquisidor, es apresado. Tarkin se desplaza hasta la zona en persona y, aunque está complacido con la captura, su gesto se tuerce cuando descubre que los rebeldes tienen el control remoto de la torre.
Desde la nave fantasma Ezra lanza un mensaje que llega a todo Lothal y se difunde por el espacio. Usando el símbolo creado por Sabine como fondo para el mensaje, Ezra habla, no de insurgencia, si no de rebelión contra la tiranía imperial y pide a todos que se unan a ellos. Tarkin ordena destruir la torre y esta cae cortando la trasmisión, pero lo hace tarde, cuando esta, muy breve, ya se ha completado. En Lothal todos han escuchado la palabras del joven pero, ¿Lo habrá hecho alguien más fuera del planeta?.
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