"¡Un verdadero Sith sólo lucha por sí mismo!" (Lord Dreypa)
En el pasado no todos los Sith que se vieron atrapados en Kesh aceptaron su destino y uno de ellos, Ermon Parrah, lideró una revuelta que pretendía usar una nave llamada Presagio para dejar el planeta. Su alzamiento fue derrotado, los rebeldes se convirtieron en la primera casta de esclavos y tanto él como sus descendientes fueron obligados a hilar sin descanso un cordel que enlazase las estrellas.
La rama familiar Ermon pasó a llamarse "familia hilador" y nunca dejaron de tejer, ni tan siquiera en la "Época de la podredumbre" donde no se cumplió casi ningún edicto. Perlar es uno de esos descendientes y la razón por la que ha llevado al recién despertado Lord Dreypa hasta Eorm es que allí viven todos los que como él son esclavos de la tribu Sith.
Lord Galathos, uno de los lugartenientes del Gran Señor Hilts que actúa siempre con gran violencia y al margen de este, también está en Eorm y sus hombres queman varias casas como castigo por no abonar las tasas que exige. El brutal Sith se cree invencible, pero cuando Dreypa llega a la ciudad despliega tal poder que en un abrir y cerrar de ojos acaba él y con todos sus hombres.

Los Dreypa en la destruída ciudad de Eorm
Dreypa se dirige entonces a los esclavos, les dice que han olvidado lo que es ser un Sith y les pide que se unan a él para tomar el control de Kesh y, una vez conseguido este objetivo, dejar el planeta y conquistar las estrellas. Los esclavos, armados con sables de luz recogidos de las armarías, alzan estos al aire y corean a su nuevo líder.
Aprovechando la algarabía Takara Hilts consigue dos sables de luz y, tras acabar con los hombres que las vigilan, libera a Kaliska. Las dos mujeres se dirigen entonces a los establos donde montan dos uvaks (unas monturas aladas locales con aspecto de dragón) y huyen con ellos y con el resto de la manada.
Takara desea regresar a los dominios de su padre pero Kaliska le dice que necesitan ir a buscar al resto de Los Condenados ya que sólo su gente tiene poder para oponerse a Dreypa cuyo poder irá creciendo a medida que recupere los recuerdos que ha perdido tras su sueño de 4.000 años. Takara cree que es imposible llegar hasta ellos ya que los vientos así lo impiden, pero Kaliska la tranquiliza diciéndole que ella saba como lograrlo.

Iliana y sus Sith dispuestos a enfrentarse con Lord Dreypa
El improvisado ejército de Dreypa se topa con el contingente Sith comandado por Iliana, la madre de Takara, y aunque el Sith exhibe un gran poder la llegada de los condenados montados en los uvaks lo hace retirarse hacia un lugar en el que el Lord Sith acaba de recordar que tiene escondida un arma secreta.
Iliana y los suyos, viendo que Deypa se dirige a la Aguja de Sessal, un callejón sin salida, lo siguen pero cuando llegan hasta él se topan con una desagradable sorpresa. El Sith tiene un amuleto que le robó a Sorzun Syn en Korriban y gracias a él controla a un grupo de engendros del lado oscuro que oculto allí. Gigantescos leviatanes Sith están a sus órdenes y sus enemigos ya no son una amenaza, o eso al menos cree él.
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