Portada del Nº0 de la serie Star Wars Dark Times - Blue Harvest

"¿Has dicho Esclavistas?. Acepto el trabajo" (Dass Jennir)

Dass Jennir se dirige al planeta Cato Neimoidia, antigua sede de los Neimoidianos que una vez concluidas las Guerras Clon se ha convertido en un punto de reunión para mercenarios y asesinos con el que el nuevo Imperio es ciertamente permisivo.

Cada día se cierran cientos de contratos y se hacen de una forma muy curiosa ya que son los clientes quienes cuelgan los pedidos evitando así transmisiones e intercambios que pondrían en evidencia a sus contratados.

Dass desea conseguir un contrato que le permita ganar unos créditos pero su conciencia Jedi le impide aceptar la mayoría de ellos sin embargo al final da con una oferta de una mujer llamada Ember Chankeli que necesita un guerrero o un oficial de seguridad que lo proteja de una banda de gángsters.

El Jedi toma nota del punto de reunión pero un gigantesco mercenario reptiliano le dice que el trabajo es suyo. Dass, que no quiere peleas, le responde que deberá ser la mujer quien decida entre los dos pero el gigantesco malhechor arremete contra él y el Jedi se ve obligado a noquearlo.

¡Dije que el trabajo es mio!

Dass, regresa a la nave y al hacerlo se cruza con el Maestro Kai Hudorra, otro superviviente de la Orden que subsiste usando la Fuerza para amañar las partidas de Sabacc. Kai le invita a jugar con él pero Jennir, asqueado por como este se aprovecha de sus dones para obtener beneficio personal, le da la espalda.

Jennir, que usa la nave y el androide H2 de Dezono Qua, el caníbal al que mató por comerse a la hija de su amigo Bomo, llega al punto de encuentro marcado en el anuncio pero cuando se encuentra con Chankeli comprueba que hay otro candidato, un joven humano, que desea hacerse con el trabajo.

Preguntada por las características del encargo Chankeli cuenta que vive en un lugar donde el turismo es la principal fuente de ingresos y que esta ha dejado de fluir porque unos criminales han establecido su cuartel general allí. Son cerca de 40 y la joven desea que se acabe con ello infiltrándose en su grupo.

El otro de los candidatos no lo ve muy claro y cuando observa que aparece un tercer candidato, un gigantesco reptil que afirma que el trabajo es suyo deja el lugar a la carrera. El reptil , que esta vez ha venido con varios amigos, vuelve a atacar a Dass pero este los derrota a todos con suma facilidad.

Chaekli le ofrece el trabajo y le dice que le dará alojamiento en la cantina que tiene en su planeta para que pueda informarla con puntualidad de cómo van las cosas pero le insiste en que nadie deberá saber que se conocen.

Dass duda si debe aceptar el trabajo pero cuando se entera que se trata de esclavistas da su conformidad. Chankeli, le da unos poco créditos para que cubra sus primeros gastos y le entrega la coordenadas de su mundo y antes de partir añade "Por cierto. No son cuarenta sino cincuenta".

"El hombre adecuado pero hacer el trabajo de dos" (Ember Chankeli)

I.- EL GUIÓN.

Este número, que no es un número "cero" al uso, tiene dos partes muy diferenciadas. La primera, que sirve como prólogo, nos cuenta, en forma de cómic de pocas páginas, como consiguió Dass Jennir el trabajo que le vimos iniciar en el número 13 de la serie. La segunda está compuesta por diversos bocetos de los personajes y naves y por varias paginas del comic, casi todas, tal como las envió el autor, esto es, en blanco y negro y sin cuadros narrativos ni bocadillos de diálogos (dibujo original a lápiz quemado y pasado por photoshop)

En nuestra opinión se trata de un número innecesario y aunque es cierto que lo que cuenta nos permite entender el número 13 de la serie lo lógico hubiese sido que las páginas aquí incluidas hubiesen formado parte del citado número.

Habrá quien piense que este número se saco precisamente para aclarar la anterior entrega, algo que hablaría muy mal de la capacidad narrativa de Mick Harrison, pero to cierto es que, como casi todos los números cero, tiene un fuerte tufillo a "sacacuartos".

Nunca he visto con buenos ojos los número cero salvo que estos sean una verdadera muestra del "como se hizo" que permita al verdadero aficionado ver el proceso de generación del cómic o la forma en al que un personaje importante empieza con un rudo diseño y varia hasta convertirse en lo que todo el mundo reconoce.

Mas allá de esto el vil metal es la única guía del editor y si para echar el guante al lector, que suele pasar de los números cero, debe incluir una parte de la historia lo hace pese a que esa práctica sea, desde mi punto de vista, deleznable. Señores. Si quieren hacer un número cero háganlo y dejen que el lector decida si quiere o no comprárselo pero no lo condiciones a su adquisición metiendo diez paginitas de historia.

II.- EL DIBUJO.

Curiosamente, y al poder comprobar el trabajo original a lápiz y el resultado final con textos y coloreado, vemos que la labor de Douglas Whetley es mucho más limpio, exacto y trabajado de lo que pudiera parecer.

¿A qué se debe esto? Tal vez a que sea un autor muy vinculado al blanco y negro que gusta de incluir sus propios sombreados e su iluminación algo que hace que el colorista tenga poco margen de maniobra y que deba aplicar efectos allí donde el original ya los tiene.

Detalle del dibujo antes de ser coloreado

Al margen de este detalle, sin duda discutible, la inclusión de bocetos es escasa y poco interesante y lo más destacado es la posibilidad de ver, como ya se ha dicho, la mayor parte del comic tal como salió de la mesa de trabajo de Whetley (ver imagen).

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