"La ira tiene algunos usos. Purifica como el fuego" (El maestro Ketu)
Los monjes Dai Bendu, que han acudido durante años a venerar el Tho Yor, una enorme edificación piramidal situada en las nevadas montañas Andoni en el planeta Ando Prime, ven como esta responde a sus plegarias y abre sus puertas para ellos. Los monjes entran en la pirámide y esta resulta ser una nave que parte del planeta con ellos en su interior.
Otros siete Tho Yor hacen lo propio en otros lugares de la Galaxia recogiendo miembros sensibles a la Fuerza de otras razas. Así ocurre con los guerreros Wookiees de Kashyyyk, los chamanes y videntes de Dathomir, los filósofos Twi'lek de Ryloth y los científicos y eruditos Selkath de Manaan. Todos estos seres, y muchos otros son recogidos por los ochoTho Yor que, dentro de una gigantesca pirámide, viajan con ellos al planeta Tython en el centro del Núcleo Profundo. Allí, rodeados por la misma fuerza mística que los ha atraído se unen formando un nuevo pueblo, los Tythanos, y se dispersan para intentar comprender lo que corre.
Los recién llegados descubren que deben estudiar la Fuerza y dominar las habilidades que esta les da y observando el entorno contemplan dos lunas, la luminosa Ashla y la oscura Bogan, que les ayudan a comprender la dualidad de la Fuerza. La luz define la oscuridad y esta define a su vez a la luz, y cada vez que el equilibrio entre ambas lunas se rompe Tython sufre terremotos y tormentas. Los viajeros se convierten con el tiempo en los Je'daii, un termino que en lengua Bendu significa "Centro Místico" y, siguiendo la idea de que sólo a través del equilibrio el mundo puede conservar la Paz, construyen, en torno a cada Tho Yor ciudades, lugares de aprendizaje, curación, etc.

Los filósofos Twi'lek antes de entrar en el Tho Yor ubicado en Ryloth
Con el paso del tiempo descubren también que no todos sus descendientes son sensibles a la Fuerza y como la vida en Tython es peligrosa para aquellos que no pueden manipular la Fuerza se termina decidiendo que lo abandonen. Los desplazados se ubican primero en las dos lunas y desde allí se esparcen con el tiempo por el resto de la Galaxia, pero las huellas de la inevitable separación no sanarán jamás.
Si entre los desplazados surgían individuos sensibles a la Fuerza estos eran enviados de nuevo a Tython donde empezaban como iniciado para pasar a aprendiz, lueo a peregrino, explorador y finalmente maestro. Pasaban de un templo a otro y seguían este código:
No hay ignorancia, hay sabiduría.
No hay miedo, hay poder.
Soy el corazón de la Fuerza.
Soy el fuego revelador de la luz.
Soy el ministro de la oscuridad.
En equilibrio con el caos y la armonia ...
... Inmortal en la Fuerza.
Cuando surgían problemas en los mundos colonizados por los descendientes Je'daii estos acudían a ellos, bien porque eran llamados, bien porque la Fuerza se lo indicaba, y los pacificaban aunque fuese necesario usar la violencia.
Tras miles de años los Je'daii se convirtieron en una suerte de leyenda, en algo misterioso y temido, pero eso no impidió que algunos de sus hijos se volviesen contra ellos. Una de las primeras fue Hadiya, la déspota reina de Shikaakwa que colonizó mundos afirmando que no reconocía a los Je'daii ni aceptaba sus imposiciones. Eso inició la llamada "Guerra de la déspota" y aunque el ejercito de Hadiya fue derrotado y ella murió los Je'daii sufrieron muchas bajas y abrieron una profunda herida con sus hijos que 12 años después aun no ha sido cerrada ...
Han pasado ya doce años de aquello y en Thyon el Maestro Ketu cuenta al joven Resi y a la pequeña Narun toda esta historia Je'daii y, aunque el primero odia a Hadiya por lo que hizo, y la segunda reprime a este por odiar, su maestro corrige a ambos porque ninguno está en equilibrio.
Mientras tanto en Tatooine los Kumumgah viven pacíficamente hasta que a su mundo llega el Imperio Infinito de los Rakata. Uno de sus líderes, el Predor Tul'Kar, no cree que en un mundo tan primitivo pueda encontrar lo que busca pero para eso tiene a su lugarteniente Xesh, un sabueso de la Fuerza.
Xesh analiza a dos niños que son traidos ante ellos y tras elegir a uno de ellos el otro es asesinado. El padre del muchacho, antes de morir electrocutado por los rayos de Tul'Kar, grita que los Kumumgah lucharán hasta expulsarlos de Tatooine pero este le responde con un lacónico "Eso es harto improbable".
Ore'um, otro de los servidores de Tul'Kar, al ver la habilidad recolectora de Xesh se extraña de que el Predor Skal'Nas aun no lo haya reclamado pero Tul'Kar le responde que no lo ha hecho porque de hacerlo tendría que enfrentarse con él. Justo en ese momento llega un mensaje de Skal'Nas exigiendo a Tul'Kar que se presente ante él en el planeta Byss y Ore'um así se lo trasmite a su Predor.
Tul'Kar lanza sus rayos Fuerza contra Ore'um y cuando este le pregunta cual es la causa su Predor le dice que ha detectado el placer que le ha provocado trasmitir la orden recibida. Dicho esto le rebela que sabe que es un espía de Skal'Nas y que por eso lo va a matar, y de hecho así lo hace. Luego, y aunque la orden no le gusta, Tul'Kar responde a la petición de Skal'Nas pues del mismo modo que él es el Predor de Xesh Skal'Nas es el suyo y le debe fiel obediencia.

El Predor Skal'Nas y su sabuesa Trill
Byss es el centro del poder del Imperio Rakata y allí tienen un templo fortaleza donde Skal'Nas y su sabuesa Trill reciben a Tul'Kar y Xesh. Trill ha sentido que hay un planeta lleno de seres sensibles a la Fuerza en el Núcleo pero las distorsiones que causa esa zona del espacio le resulta imposible localizarlo. Skal'Nas pregunta si Xesh puede conseguirlo y este responde "Será imposible para ella pero no para mi".
Trill furiosa al oír esto se lanza contra Xesh para demostrar que es mejor, pero cuando este esta apunto de derrotarla Skal'Nas interrumpe la lucha diciendo que no ha habido un reto formal que, de producirse, tendría como testigos a todos los Rakata. Aclarado este punto Sakl'Nas pregunta a Xesh si buscará ese mundo y cuando este responde afirmativamente Tul'Kar recuerda a su Predor que al ser su sabueso dicho mundo será, tal como dictan sus leyes, propiedad suya.
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