LA MUERTE SÓLO ES EL COMIENZO.
Siguiendo las señales de la Fuerza el maestro Yoda llega a un planeta del que emanan poderosas nueves de gas que forman una gigantesca nebulosa. Los escáneres quedan bloqueados por las emisiones, pero Yoda confía en la Fuerza y deja que esta, que toma el control de los mandos de su interceptor, lo conduzca hasta la superficie.
El interceptor toma tierra junto a una de las muchas oquedades de las que emana vida en estado puro y Yoda pide a R2-D2, que vuelve a estar despierto tras ser inutilizado por la electricidad durante el aterrizaje, que se quede allí mientra el desciende con su nave por el gran hueco. El maestro sabe que no va a necesitar su sable y lo deja al cargo del androide que se muestra nervioso y preocupado.
El interior de planeta esta lleno de energía y de extrañas plantas y cuando el intereceptor se posa y Yoda baja de la nave escucha como alguien pronuncia su nombre. Una bola de energía se acerca a él y se transforma en una etérea criatura que tapa su rostro con una máscara teatral que representa la serenidad. La recién llegada le dice que le estaban esperando, que llega tarde, y que debe empezar su viaje demostrando que es digno de ser enseñado. Yoda pregunta cómo sabía que venía y la criatura le responde que ellos observan y estudian a aquellos en la Galaxia en los cuales la Fuerza es muy intensa.
La extraña criatura lo conduce al interior de una estancia donde 4 primas suyas se manifiestan y empiezan a discutir. Algunas no quieren darle a Yoda el "Gran don", manifestarse tras la muerte, pero la que lleva la voz cantante sentencia que no les toca a ellas decidir y afirma que el pequeño ser que tienen ante ellas es "El elegido que enseñará al que salvará el universo de un gran desequilibrio".

Las misteriosas sacerdotisas Serenidad, Ira, Alegría, tristeza y Confusión
Las 4 nuevas criaturas, que tienen las máscaras de la ira, la alegría, la tristeza y la confusión, se unen a su prima en un círculo y tras decir "Somos una y una somos todas" empiezan a girar mostrando una misma cara de cambia. El maestro Jedi se desmaya y aparece en el exterior del planeta donde la serenidad le explica que el planeta en el que están es el lugar del que emana el fundamento de la vida, lo que la ciencia Jedi llama midiclorianos.
La serenidad explica que los midiclorianos son lo que conecta la Fuerza Vida con la Fuerza Cósmica y le rebela que cuando un ser vivo muere toda esencia es extraída y la Fuerza Viva se convierte en Fuerza Cósmica y que esta es a la vez la que genera nueva Fuerza Viva de forma que todo conforma una Gran Unidad.
Yoda afirma que ya sabe todo eso y la criatura le pide que la siga explicándole que para poder permanecer individual tras la muerte debe conocerse a si mismo, a su verdadero ser, para acto seguido dejarlo marchar. Dicho este le indica lo que ella llama "la isla" y le dice que en ella habita lo que queda invicto, lo que algunos llaman mal y lo que también se conoce como miedo. Le dice también que todo eso debe ser superado y le insta a entrar en la isla para librarse de ello.
Yoda afirma ser un maestro Jedi que se conoce perfectamente y que ha vencido sus debilidades sin embargo la criatura insiste y su visitante entra en la isla donde es rápidamente atacado por una fantasmal y violenta criatura formada por humo negro. La oscura manifestación es el Yoda Oscuro que le pregunta "¿Por qué odias lo que te da poder?" y le reprocha que ya no quiera jugar con él.
Ambos se enfrentan físicamente y, aunque Yoda lo rechaza al final ve la verdad, y mientras usa la Fuerza para controlar a la criatura y destruirla dice: "Reconocerte, hago. Parte de mí eres, si. Pero poder sobre mi, no tienes. Con paciencia y entrenamiento, yo soy quien te controla. Mi Lado Oscuro tu eres. Rechazarte es mi opción".

El Maestro Yoda enfrentado a su yo oscuro
Agotado por el esfuerzo Yoda cae de rodillas y la sacerdotisa vuelve a aparecerse ante el felicitándole por haber vencido a su arrogancia y diciéndole que el siguiente paso será vencer las tentaciones. Para conseguirlo deberá entrar en el "Valle de la Extinción" y atravesarlo sin emoción y sin apegos ya que allí ella y sus primas le ensañaran sus cinco caras (serenidad, ira, alegría, tristeza y confusión) y lo golpearán.
En el Valle de la Extinción Yoda tiene una visión del templo con muchos Jedi muertos. Entre los cadáveres están Mace Windu y el joven Petro y hasta Ahsoka Tano que, agonizante y antes de morir, no sólo le dice que han sido los Sith quienes han hecho eso, sino que le reprocha que le prometiese que completaría su entrenamiento y que sería una Jedi cuando lo único que consiguió fue ser expulsada de la Orden.
Compungido y diciendo "Os he fallado a todos" Yoda se encuentra con la joven Katooni que le pide que le permita alejarlo de su confusión de su ira y de su tristeza y, sin solución de continuidad, el maestro Jedi se ve de nuevo en el templo, esta vez en exterior, bañado por la luz y rodeado por todos sus compañeros. Incluso Dooku, todavía un Jedi jovial, está con ellos. Todos, tras agruparse junto al gran árbol, le piden que se una a ellos y Yoda está a punto de hacerlo, pero en el último instante niega la visión y esta desaparece.
La sacerdotisa se vuelve a presentar ante Yoda y cuando este le exige saber quién es y ver su rostro esta se quita la máscara que cae al suelo junto con la túnica. Ella y sus primas están muertas y, tras decirle que han conseguido lo que él busca, le indican que debe dirigirse a Muraband (Korriban), la cuna del poder Sith, para enfrenta allí todos sus miedos. Yoda recoge a R2-D2 y ambos parten rumbo al peligroso planeta.
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