"CUANDO PARECE NO HABER ESPERANZA UN VERDADERO HÉROE NOS LA DA"
Mientras viajan por el hiperesapacio para entregar el módulo de cifrado robado los androides se ocupan de reparar a su compañero M5-BZ hasta que consiguen que vuelva a estar operativo. El Coronel Gascon los felicita por su trabajo, pero su humor cambia cuando WAC, que ha dejado la cabina y ha corrido hasta ellos, le dice que tiene dos noticias; una buena y una mala. La mala es que ha detectado que su ruta actual vana pasar un campo de meteoritos helados. La buena es que si son destruidos, que es lo más probable, el coronel tendrá una fenomenal excusa para justificar el fracaso de su misión.
Gascon ordena salir del hiperesapacio y cuando lo hacen comrpueban que están en medio de un gigantesco grupo de cometas helados. Con WAC a los mandos consiguen sortear muchos de ellos pero la lanzadera recibe varios impactos y los motores se apagan. Estar varados en mitad de las grandes bolas de hielo es estar abocado a la destrucción y las cuatro unidades astromecánidas deciden salir al exterior para intentar reparas los motores.
QT-KT consigue encender la energía auxiliar, pero esta no es suficiente para desplazar la lanzadera de modo que R2-D2 se centra en recuperar los motores mientras el resto realiza otras reparaciones. El bravo androide termina consiguiendo su propósito, pero para entonces la lanzadera esta muy cerca de uno de los gigantes de hielo y, aunque WAC consigue salirse de su ruta, el ala izquierda golpea y la nave pierde el control.
La fuerza del impacto hace que QT-KT salga disparada al espacio y aunque U9-D9 la sujeta con su gancho también él es arrastrado. R2-D2 aumenta la cadena cogiendo con su gancho a U9, pero es igualmente arrastrado y, aunque usa sus retrocohetes, sólo la ayuda de BZ, que lo sujeta con su gancho consigue que todos se pongan a salvo.
Los droides consiguen salvarse haciendo una cadena
Los androides entran en la lanzadera que, ya sin control, esta perdida motivo por el cual WAC la guía como puede a un planeta cercano en cuya superficie caen de una forma tan estrepitosa que a Gascon se le cae el módulo de cifrado que es recogido, sin que él se entere, por R2-D2.
El grupo sale al exterior y comprueban que el mundo en el que han caído es un completo erial. Mirando en las cartas de navegación comprueban que se trata de Abafar, un mundo considerado vacío de vida, y aunque Gascon quiere quedarse en la nave a esperar ayuda R2-D2 hecha a andar y el resto de unidades astromecánicas le siguen. El Coronel está dispuesto a quedarse solo en la lanzadera pero cuando el astuto droide le enseña que lleva el módulo de cifrado Gascon decide ir con ellos.
La superficie es dura y, aunque un manto de color ocre cubre el cielo impidiendo ver el sol, el calor es insoportable. No hay referencias visuales y, aunque R2-D2 dice que es un experto navegante y que sabe la dirección que llevan, Gascon, tras tirar una botella vacía de agua, le dice que es mejor regresar. WAC le hace ver que eso será imposible porque el terreno es tan duro que no deja huellas. Gascon mira en todas direcciones, pero no consigue ver los restos de la nave así que se resigna a seguir marcha con los androides.
Tras otro largo rato caminando ven unos restos y Gascon, creyendo que han andado en círculos y que se trata de su lanzadera, corra hacia ellos. Al llegar a su destino comprueba que no es su nave sino otra, accidentada tiempo atrás como prueban el esqueleto de un tripulante y los restos de un droide astromecánico.
Gascon sube por los restos de la desconocida nave estrellada
El Coronel pierde los nervios y se sube a la parte más alta de la nave (el timón de cola) y, tras maldecir su suerte, se deja caer en el caliente acero. Cree que ha llegado su fin sin embargo desde su elevada posición ve algo en el horizonte y, creyendo que es un poblado, corre en su dirección seguido por los droides sin embargo no tarda en darse cuenta que se trata de un espejismo.
Gascón cae al suelo desesperado y, cuando poco después, descubre la botella que tiró y se da cuanta de que caminan en círculos, se derrumba. R2-D2 insiste en seguir una dirección determinada y aunque Gascon y WAC optan por no seguirlo el resto del grupo, cuya fe en R2 es plena, se marchan con él.
WAC y Gascon se quedan solos y el coronel, tras otro episodio en el que pierde los nervios, varía su actitud y concluye que debe cambiar todo lo que ha aprendido y adaptarse por eso, cuando ve que un gigantesco grupo de criaturas pasar corriendo entre ellos decide subirse a una de ellas y pide a WAC que haga lo propio.
El coronel está seguro que hay algo mejor que la programación de los droides y que su entrenamiento, el instinto de supervivencia de las criaturas locales, y acierta ya que estas los conducen hasta una zona con agua que parece formar parte de un asentamiento. Gascon se hidrata feliz en una charca y nombra cabo a WAC sin embargo su alegría cambia cuando se asoma a uno de los perfectos agujeros que hay en el suelo y ve que las unidades astromecánicas han llegado allí antes que ellos.
Las casas que hay en el hueco parecen deshabitadas y WAC baja hasta sus compañeros droides haciendo gala de su nuevo rango militar y los manda formar, pero ninguno de ellos le hace caso. Los droides tienen claro que Gascon no puede liderar la misión pero ya han elegido a su nuevo líder, R2-D2.
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