NUESTRAS ACCIONES DEFINEN NUESTRO LEGADO
Ya de regreso en la base aérea capturada al enemigo Rex trata de interceder por Fives y Jesse indicando a su general que no es necesario someter a los dos clones a un juicio marcial. Krell no esta dispuesto a permitir que sus órdenes sean quebrantadas y, tras convenir en el hecho de que un juicio es un retraso innecesario, ordena al capitán que prepare un pelotón de fusilamiento para ejecutar a los dos traidores.
Rex y varios hombres recogen a los dos prisioneros en sus celdas y, tras comunicarles la decisión del general los conducen al exterior donde un pelotón dirigido por Dogma se prepara para fusilarlos. Los condenados tienen el privilegio de decir unas palabras pero renuncian a él, sin embargo, justo antes de que se ordene abrir fuego Fives decide hablar.
El bravo soldado dice que son soldados leales que cumplen las normas pero no cuando estas son equivocadas y sacrifican sus vidas como si fuesen androides desechables que no tienen valor. Sus palabras conmueven al resto de clones que, cuando Dogma da la orden de disparar, lo hacen pero sin alcanzar a sus compañeros.
Fives y Jesse ante el pelotón de fusilamiento
Los clones tiran sus armas al suelo y se marchan mientras Rex, tras decirle a Dogma que los condenados son buenos hombres que no han hecho nada malo, le asegura que no encontrará a nadie dispuesto a cumplir las órdenes del general. El clon, que no discute las órdenes de su general lo mira con rabia pero sabe que no puede hacer nada.
Rex y Dogma se presentan ante Krell y le comunican que no se ha ejecutado a los presos. El general esta rabioso, pero en ese momento se recibe una transmisión de uno de los clones de Kenobi que informa que los umbarianos han capturado suministros republicanos y están preparando un ataque masivo. Krell ordena entonces a Rex que prepare a los hombres y, tras afirmar que la ejecución se pospone, deja claro que no se suspende.
Mientras avanzan Rex pide a sus hombres que tengan cuidado ya que el enemigo tiene material de la república y los milicianos podrían hacerse pasar por clones. Instantes después sus hombres reciben fuego enemigo y cuando Kix usa su visor nocturno confirma que se trata de clones. Rex, creyéndolos impostores ordena abrir fuego y los dos bandos sufren muchas bajas.
Un golpe de fortuna hace que uno de los enemigos que muere pierda su casco y cuando lo hace Rex comprueba que se trata de otro clon y no de un miliciano umbariano. El capitán, jugándose la vida se quita el casco y corre hacia el enemigo gritando que todos son clones. El fuego cesa y Rex es conducido ante el jefe del pelotón que los acaba de atacar. Se trata de Waxer, líder del 212, quien, antes de morir le pide que le perdone y afirma que no sabía que eran clones y añade que el general Krell le ha engañado.
Rex se dirige a sus hombres y les dice que tiene intención de arrestar a Krell por traición a la República y, tras decirles que lo que pide es arriesgado y que podría traerles funestas consecuencias, como ser ellos mismos considerados traidores, pide voluntarios y todos dan un paso al frente.
Tras liberar a Fives y Jesse el capitán se dirige a la torre con varios clones que rodean al general nada más entrar en la sala. Rex le dice que lo releva del mando y que está arrestado pero Krell se ríe y, tras afirmar que unos simples productos de laboratorio no pueden imponerse a un Jedi, activa sus dos sables de luz dobles y se defiende eficazmente de los disparos de los clones.
Rex y sus hombres rodean al general Krell
El general mata con facilidad a varios de ellos y, tras romper el cristal salta al exterior desde lo alto de la torre. Ya en tierra Krell mata a otros cuantos clones y se aleja de la base mientras Rex y el resto, tras bajar por las escaleras, tratan de seguirlo sin embargo se topan con Dogma que los apunta para impedírselo. Rex habla con el clon diciéndole que no es un droide programado y que debe seguir sus propias ordenes y este, tras tirar su arma, es retenido por varios compañeros mientras el resto siguen con la persecución.
La voz enloquecida de Krell se escucha en el bosque y este surge de improviso matando a los clones tanto con sus sables como con sus propias manos, aprovechando su rapidez y su corpulencia para partirles el espinazo en dos.
Tup es empujado por la Fuerza y cae junto a un vixus (una planta carnívora) y eso hace que trace un plan. El valiente clon se interna en un enorme campo de estas plantas y llama la atención de Krell quien, al dirigirse hacia él, es atrapado por uno de los vixus. El general, pese a estar sujeto por los tentáculos de la planta, mata a varios clones y consigue liberarse pero Tup le dispara con un rayo aturdidor. Krell cae al inconsciente al suelo y es encadenado y encerrado en una celda contigua a la de Dogma.
El general Krell atrapado por el vixus
Cuando despierta Rex le pregunta a por qué ha actuado así y Krell le contesta que ha visto el futuro, un futuro en el que los Jedi pierden la guerra y la república es destruida desde dentro. Un nuevo orden se aproxima y él quiere un puesto de poder en él y para ello pretende convertirse en discípulo del Conde Dooku llamando su atención con la conquista y entrega del planeta Umbara.
Dogma que está a su lado ve por fín la verdad, le acusa de ser un traidor y no puede creer que los engañase de ese modo. Krell se ríe del joven solado diciendo que es el más estúpido de todos y al que más fácil engañó y acto seguido le dice a Rex que no sueñe con procesarlo porque los umbarainos se dirigen a la base y cuando la retomen el será libre.
Rex recibe noticias que indican que el comandante Kenobi ha tomado la capital y que las milicias que han huido de esta se dirigen hacia ellos y toma una decisión, hay que matar al Jedi para evitar que pueda ser liberado. Rex pide a Krell que se ponga de espaldas a la pared y que se arrodille y acto seguido desenfunda su blaster para ejecutarlo. Krell, de espaldas a él, le dice que puede notar su miedo, sus temblores y que los dos saben que no podrá dispararle porque su condicionamiento se lo impide pero nada más decir esto cae muerto al suelo.
El que ha disparado al Jedi ha sido Dogma que ha conseguido quitarle la pistola a uno de sus compañeros y aunque eso le hace ganarse la redención ante Rex no impide que sea conducido como prisionero a una cañonera para ser juzgado por sus acciones.
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