ENTENDIMIENTO ES HONRAR LA VERDAD BAJO LA SUPERFICIE
El planeta Aleena ha sufrido una catástrofe global y enormes terremotos han golpeado su superficie matando a gran parte de sus habitantes. Varios cientos han sobrevivido y la república decide mandar en su ayuda a parte del destacamento que se dirigía al sistema Qiilura donde los separatistas realizan un bloqueo anexionista.
Wolffe esta al mando del grupo, y aunque tiene ordenes de ayudar en lo que pueda, el Maestro Yoda le recuerda, vía holomensaje, que es vital que se reincorporen a la lucha en cuanto sea posible. Cumpliendo estas órenes el comandante clon, acompañado por los androides C3PO, R2-D2 y varios hombres, aterriza en Aleena donde es recibido por el rey Manchucho que emplea una lengua muy compleja.
C3PO actúa como traductor para Wolfee y, aunque durante la charla un nuevo terremoto pone a todos en tensión, el seísmo dura muy poco y coincide con unas palabras del droide que hacen pensar a los habitantes de Aleena que tiene poderes y todos se abrazan a él agradecidos.
Wolffe ordena a Sinker y a Boost que, acompañados por R2-D2, traten de restablecer el sistema principal de ordenadores del planeta y estos se dirigen hacia allí acompañados por varios lugareños. El acceso es pequeño (los Aleena son muy bajitos) pero todos consiguen entrar y los clones y el astromec realizan un reinicio de los sistemas y un chequeo mientras nuevas sacudidas los ponen en peligro.

El diminuto rey Manchucho y sus compatriotas
El rey Manchucho agradece los suministros pero le dice al comandante clon que debe conseguir la paz bajo la tierra. Wolfee, que está deseoso de reincorporarse a la lucha, responde que esa no es su misión y le informa que una vez establecido el campo para los refugiados en un lugar seguro, y tras haberlos pertrechado, se marchará.
El comandante necesita a todos sus hombres para agilizar la entrega de suministros de modo que Sinker y Boost reciben órdenes de dejar sólo a R2-D2, que ya casi ha recuperado los ordenadores. C3PO, que no tiene nada que hacer, se reúne con su mecánico amigo y le ofrece su ayuda.
Varios Aleena llegan hasta los droides y les insisten para que los acompañen a un lugar y una vez allí, les muestran una gran tapa de bronce circular que hay medio abierta en el suelo y por la cual salen abundantes gases.
Justo en ese momento se produce un nuevo temblor y C3PO cae por el agujero. R2-D2 usa sus retrocohetes para seguirlo y ambos quedan atrapados dentro cuando un derrumbe cierra la entrada. Fuera los Aleena corren para informar de lo sucedido, pero como no hay traductor sólo consiguen informar a su rey que convoca a los suyos para que se reúnan junto a la tapa para rezar.
Los dos androides recorren las galerías subterráneas en busca de una salida y aunque C3PO ve un resplandor cuando llegan allí comprueban que no se trata de la luz exterior sino de luz generada por criaturas luminiscentes. Varios gigantescos árboles vivientes, los Kindalo, los rodean y uno de ellos les pregunta que hacen allí. Cuando C3PO le contesta que tratan de poner paz a los temblores, este les indica que debe ver a Orphne y les señala una dirección con una de sus ramas.

C3PO, de espaldas, junto a Orphne que acaricia a R2-D2
Al llegar a una sala una hermosa ninfa reptiliana, Orphne, se materializa ante ellos y les cuenta que las criaturas de la superficie y las del subsuelo viven gracias a que ambas están separadas. La ninfa añade que los terremotos se deben a que los Aleena han roto ese equilibrio y cuando C3PO le dice que están allí para ayudar, y le pide que les muestre el camino para salir, esta, tras recitarle una adivinanza, desaparece.
Mientras el lingote de oro trata de resolver la adivinanza R2-D2 observa los símbolos y, analizando las palabras de la ninfa, consigue activar un dispositivo que los devuelve a la superficie, cerca de la gran tapa de bronce donde rezan los Aleena.
Los droides, al ver que un Aleena se desmaya al acercase a la tapa comprenden que la salida de gases es lo que produce el desequilibrio y cierran esta acabando con los terremotos. Instantes después los clones, que ya han repartido todas las provisiones recogen a los droides que, sabiendo que no les van a creer, deciden no contar nada de los sucedido y dejan el planeta entre efusivas muestras de agradecimiento de los lugareños.
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