LAS CORONAS SE HEREDAN, LOS REINOS SE GANAN
Tamson ordena que Amidala y Jar-Jar sean encadenados y que Anakin y Kit Fisto sean rodeados por gigantescas anguilas eléctricas mon calamari. A una orden suya los peligrosos animales reciben una pequeña descarga de un guardia y empiezan a dejar fluir sus dolorosas descargas sobre Anakin. El karkaroniano quiere respuestas y las obtendrá como sea, pero Nossor Rii, que está avergonzado tiene que desviar la mirada del torturado Jedi.
Escondidos entre los arrecifes Lee-Char le dice a Ahsoka que las relaciones entre su pueblo y los quarren han sido siempre difíciles y le cuanta que todo cambió a peor con la llegada de Tamson. El joven rey cree que si consigue un nuevo encuentro con los quarren se podría llegar a un acuerdo. Ackbar es el único que puede conseguirlo y Lee-Char cree saber donde puede estar.
La tortura a la que son sometidos no sirve de nada y Tamson y Nossor contactan con Dooku para informarle que el príncipe sigue en paradero desconocido. El Conde vuelve exigir la muerte de Lee-Char y cuando Nossor intenta convencerlo de que esta no es necesaria y que ahora los quarren tienen el control de Dac, el malvado Sith le deja claro que él, y sólo él, toma las decisiones.
Dooku ordena a Tamson que siga con el plan previsto y le autoriza a usar a sus soldados, un grupo de fornidos y ágiles karkaronianos. Nossor, que no sabía nada, abandona la sala muy preocupado, han vencido a los calamarianos pero el planeta parece que no será suyo sino de los separatistas.

Riff Tamson nada junto a Anakin, atrapado entre las anguilas eléctricas
Ahsoka y Lee-Char se infiltran en una gruta en la que están retenidos los prisioneros y el joven, tras animar a los suyos, busca a Ackbar y le dice que tiene un plan para liberarlos a todos. La senadora Meena Tills, que cuida del capitán que está herido, dice que iniciar una rebelión entre los presos supondría la muerte de muchos de ellos pero el joven príncipe, dice que eso se puede evitar si consigue que los quarren se unan a ellos y ataquen a sus nuevo aliados por sorpresa.
Ackbar se muestra confuso y recuerda al joven que los quarren los traicionaron y mataron a su padre pero Lee-Char le dice que cree que todo, en especial la muerte del rey, fue obra de Tamson. El joven sólo tiene ese presentimiento, pero para Ackbar es suficiente y se acuerda que inicien la revuelta de los prisioneros cuando detecten el ataque quarren.
Dado que las torturas no funcionan Tamson decide usar a Amidala como incentivo y muerde su casco que queda rajado permitiendo que el agua se filtre en su interior. Anakin rabioso trata de liberarse de su prisión eléctrica, pero no lo consigue y Tamson, al ver que sigue sin responder a sus preguntas, empieza a pensar que el joven no sabe donde está el príncipe.
Unos aquadroides de vigilancia detectan al príncipe que ordena que nadie lo defienda y se entrega exigiendo que lo conduzcan ante su jefe. Tamson es informado y ordena que lo lleven a la sala del trono donde los recibirá. Nossor protesta por el uso de la sala pero el karkaroniano le dice que tiene un arreglo con Dooku y que él será quien gobierne en Dac.
Tamson deja la sala negándose a que el casco a Amidala sea reparado y Nossor sale tras él incapaz de contemplar tanta barbarie. Fisto y Anakin usan la Fuerza para crear una burbuja de aire alrededor de la cabeza de la joven pero la solución la aporta Jar-Jar que escupe sobre el casco de esta "impermeabilizante gungan de urgencia" que no es otra cosa que un desagradable pero eficaz esputo.
El karkaroniano y Nossor se reúnen con Lee-Char y este pide al quarren que se una a su causa. Tamson se ríe de él y ordena que sea ejecutado públicamente y que los prisioneros sean conducidos a la plaza para que lo contemplen.

Riff Tamson explota cuando Lee-Char dispara sobre el cuchillo-mina
La ejecución da comienzo, pero Instantes antes de que los soldados de Tamson devoren al príncipe Nossor corta las ataduras de Ackbar y de otros prisioneros y se inicia una gran revuelta. Furioso Tamson confiesa que mató al rey y se lanza contra Lee-Char para hacer lo mismo, pero este consigue arrebatarle un cuchillo-mina y tras clavárselo en un hombro lo hace detonar acabando con él para siempre.
Los separatistas son vencidos y expulsados y Lee-Char, siguiendo la tradición, es coronado por el hermano Lemcke, octogésimo tercer rey de Dac prometiendo que, al igual que hizo su padre gobernará para ambas razas con igual dedicación.
|