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En la antigua lengua comercial de los Muun, Mygeeto significa "joya" y este apelativo resulta de lo más apropiado para este brillante mundo. Permanentemente encerrado en hielo y sometido a una era glaciar, el fuego interno de Mygeeto se apagó hace tiempo y al hacerlo dejó una gran cantidad de piedras preciosas en su interior. Los enormes depósitos de Cristal Nova han convertido a Mygeeto en uno de los mundos mas valiosos de la galaxia y aunque durante mucho tiempo fue explorado por los Jedi, en busca cristales para la fabricación de sables de luz, desde su descubrimiento ha estado siempre bajo el control y la supervisión del Clan Bancario.
Los banqueros Muun han guardado celosamente este mundo protegiéndolo con fragatas y cruceros y aunque se considera que es prácticamente infranqueable las historias sobre "fabulosos robos de cristales" son algo muy común en las cantinas de toda la galaxia. La mayoría de estas historias deben calificarse como "bravuconadas" o simples "leyendas urbanas" y la verdad es que si existiese un ladrón lo suficientemente hábil como para atravesar el cerco de fragatas tendría que lidiar con peligros aun mayores. Los terribles y gélidos vientos que barren la superficie serian un obstáculo casi insalvable tanto para hombres como para alienígenas pero el verdadero peligro lo encontrarían bajo las grandes laminas de hielo donde se esconden gigantescos gusanos de apetito voraz y agresivo temperamento (ver impresión conceptual).
Impresión conceptual de los gusanos de hielo de Mygeeto
Luca dijo de el "Es exagerado pero es un buen intento"
Las pocas ciudades que tiene Mygeeto están literalmente clavadas en la superficie y obtienen la energía necesaria para su mantenimiento sintetizando un tipo especial de cristal. Los edificios se aglutinan alrededor de grandes torres que almacenan y distribuyen la energía y los más modernos se usan como centros de comercio y ven pasar a los clientes más selectos del Clan Bancario.
Durante Las Guerras Clon Mygeeto fue un planeta clave en el sitio del Anillo Exterior y al ser un importante centro de poder Muun fue rápidamente atacado por las fuerza Republicanas. Los Marines Galácticos, dirigidos por el general Jedi Ki-Adi-Mundi y su lugarteniente el comandante clon Bacara , fueron los encargados de acometer las primeras fases de la campaña pero cuando la contienda entro en su desarrollo intermedio se les unió, por mandato expreso del Canciller supremo, la Legión 501.
Batalla en una de las ciudades de Mygeeto
Las tropas de la legión 501 no estaban bajo el mando directo de Ki-Adi-Mundi y aunque oficialmente su misión era eliminar un androide colector de energía lo que buscaban en realidad era una fuente de energía experimental que Palpatine consideraba vital para un proyecto ultra secreto llamado Hammertong.
La independencia de actuación de la 501 y su escaso sometimiento a la cadena de mando hizo que Ki-Adi-Mundi protestase enérgicamente pero el maestro Jedi no obtuvo respuesta de la jefatura política ni apoyo de Bacara que aceptó la imposición de la 501 sin darle mayor importancia.
 La falta de sintonía entre el general y su comandante, uno de los clones más individualistas que salieron de Kamino, era casi absoluta y los roces constantes. Bacara se decantaba siempre por la confrontación directa y contundente sin reparar en los daños colaterales y ese modo de actuar chocaba frontalmente con la sensibilidad con la que el Jedi trataba todo los eventos, incluidos los bélicos.
La destrucción causada por los tri-droides separatistas y la artillería de la republica redujeron gran parte de la ciudad a escombros y produjeron una enorme polución que terminó cayendo sobre las ciudades como lluvia de ceniza gris [*]
[*] Cuando Mygeeto aparece brevemente en el Episodio III muchos aficionados creen que lo que se ve cayendo sobre la superficies es nieve, cosa por otro lado muy lógica en un mundo glaciar, sin embargo se trata de plomiza y molesta ceniza gris.
Cuando la conquista definitiva de Mygeeto estaba ya cercana el comandante Bacara recibió instrucciones para aplicar la Orden 66 que declaraba traidores a los Jedi y mandó abrir fuego sobre Ki-Adi-Mundi. El valiente general murió mientras daba ordenes de avanzar a los mismos clones que acabaron con él y aunque Bacara no lamentó su muerte el cumplimiento inmediato que hizo de la orden no fue consecuencia de sus discrepancias sino de su escrupuloso sentido del deber.
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