“El día que traicioné a tu Imperio, Gobernadora, fue el día que deje de traicionarme a mi mismo” (Kallus)
Aprovechando que Pryce tiene terror a ser devorada por los Lobos Ezra los utiliza para amenazarla y obligarla a que les permita el acceso al centro de control de la Cúpula Imperial de Capital City. La Gobernadora, que cree que aunque lleguen hasta el centro, no podrán asaltarlo acepta y el grupo viaja con ella hasta allí montados en dos de las patrulleras Imperiales que han sobrevivido al ataque (ver capítulo anterior)
Pryce cumple su palabra y el grupo llega hasta la zona de aterrizaje. Ezra y Sabine, disfrazados de scout imperiales, y Kallus vestido de oficial apuntando a Pryce simulan llevar presos al resto y, antes de que sean descubierto, Zeb corre y sujeta las puertas de acceso para que parte de sus amigos entren dentro.

Ezra y sus amigos infiltrándose en la cúpula imperial.
Ketsu Onyo, que es una de las que entran, consigue interrumpir las comunicaciones y abre las puertas para que el resto puedan entrar mientras sus compañeros matan a los guardias que hay en el interior. No sin problemas todos llegan hasta el centro de control y allí anuncian a Pryce que van a activar el Protocolo 13 que es la orden de evacuación inmediata algo que hará que todas las fuerzas dejen la ciudad y se metan dentro de la cúpula.
En la base se ha quedado parte del grupo está preparándose para recogerlos en Capital City cuando terminen su misión cuando Rukh, que ha sobrevivido nuevamente a una caída mortal (ver episodio anterior) los ataca y, tras robar una patrullera, vuela hacia el centro imperial. Mientras lo hace contacta con Thrawn y le cuenta lo que ha pasado. El Gran Almirante, que dice que irá hacia allí de inmediato, no sabe que están tramando los rebeldes, pero le ordena que desactive los escudos deflectores de la cúpula antes de que los rebeldes se apoderen de ella definitivamente.
Kallus abre una línea de comunicación y ordena el Protocolo 13, pero antes de que este se aplique los encargados de comunicarla a todas las tropas piden confirmación ya que todo les parece un tanto irregular. Ryder, imitando la voz de Yularen, da los códigos de autorización y la orden sale adelante por el miedo que todos tienen a los hombres de la OSI. Todos los efectivos y vehículos imperiales entran en la cúpula y los rebeldes inician asu plan que es hacerla salir de Lothal y autodestruirla.
Cuando la gran estructura está lista para despegar aparece el Destructor Estelar de Thrawn y se sitúa sobre ella impidiendo que lo haga ya que si un choque a tan baja altura haría que toda la ciudad quedase arrasada. Ezra se comunica con Thrawn y, tras decirle que tiene a Pryce y a todos sus efectivos encerrados en la cúpula, le pide que se retire. El Gran Almirante le responde que no tiene nada, que lo único que ha hecho es poner a salvo a sus hombres y que gracias a ello podrá arrasar a todos los civiles algo que jura que hará si no se rinde.
Activar los escudos para cubrir toda la ciudad es la única solución que tiene los rebeldes, pero cuando intentan levantarlos descubren que han sido desactivados. Ellos aun no lo saben pero Rukh consiguió entrar en el último momento a la cúpula y ha cumplido con la orden de su amo. Thrawn, para demostrar que está dispuesto a todo, ordena atacar la ciudad y el Destructor dispara sobre los civiles que huyen despavoridos.

El Destructor de Thrawn dispara sobre la ciudad.
Ezra no puede ver sufrir a su gente y acepta entregarse ya que es a él a quien quiere Thrawn. El Gran Almirante acepta la rendición y afirma que si no cumple su palabra destruirá la ciudad y luego a sus amigos. El joven entrega su sable a Chopper, pero Hera no le deja marcharse y le dice que siempre hay otro modo de solucionar las cosas. Ezra parece hacerle caso y desistir de su empeño, pero en cuanto el grupo empieza a estudiar un plan alternativo el joven, con la ayuda de Chopper se dispone a irse sin que lo vean. Sabine se da cuenta de lo que intenta, pero en lugar de decir nada asiente y le ayuda a distraer al resto permitiendo que Ezra llegue hasta una patrullera y vuele hacia el Destructor de Thraw
El sacrificio de Ezra no puede ser en vano de modo que Sabine propone recuperar el control de los escudos y para lograrlo hacen dos equipos que atacarán desde dos zonas y todos se ponen a ello.
Ezra es llevado ante Thrawn que le dice que ha tomado la decisión incorrecta. "Sigues una larga historia escrita por los Jedi donde eligen lo que creen que es moralmente correcto, en lugar de lo que es estratégicamente coherente" le dice el Gran Almirante y el joven le responde que pese a ello los Jedi siguen vivos. Thrawn le responde que han pasado de ser miles a tan solo unos pocos, ancianos escondidos y niños sin entrenamientos y, mostrándole el arte de Lothal que ha recuperado, afirma que por su culpa tendrá que destruir el planeta.
El joven se enfada con el Gran Almirante, le dice que no es digno de esos objetos y le responde que nunca podrá entender a los Jedi. Thrawn le responde que no le hace falta, que lo único que importa es el poder y acto seguido lo lleva hasta una gran estancia en la que, bajo la puerta del Templo de Lothal que fue arrancado, le espera un holograma del Emperador.

Ezra habla con el Emperador Palpatine que muestra un aspecto mas juvenil.
Cuando Mar Mattin y el resto de los que quedaron en la base y fueron atacados por Rukh despiertan el joven ve que todo ha salido mal y comunica a sus compañeros que Ezra le dejó una serie de órdenes por si algo fallaba. Todos montan entonces en la Fantasma y l joven la hace orbitar sobre el planeta mientras transmite una señal en la banda cero. Sus compañeros se preguntan quién va a responder en una frecuencia que ya no se usa y Mattin les responde que si les contase lo que le dijo Ezra no se lo creerían.
El Emperador, que muestra un aspecto rejuvenecido y viste ropas elegantes, pide a Thrawn que los deje e insta al joven a que entre en la puerta del Templo si quiere recuperar a sus padres. El joven lo hace y cuando al final del pasillo ve a sus progenitores, el Emperador, mostrándole un dispositivo de apertura, le dice que si abre la puerta podrá estar con ellos. Ezra sabe que el Templo es capaz de hacerlo, y auque está tentado de abrirla, se niega y, usando la Fuerza, destruye todo lo que queda del Templo.
En la cúpula los dos grupos rebeldes llegan hasta el generador donde durante el combate Gregor muere y Melch es herido, pero gracias entre otros a Zeb, que consigue acabar definitivamente con Rukh, el grupo consigue subir los escudos justo en el momento en el que Thrawn inicia el ataque sobre la ciudad.
De las ruinas del Templo reaparece el holograma del Emperador, esta vez con el aspecto de Darth Sidious y al poco se abre la puerta y varios soldados y tres Guardias Imperiales atacan a Ezra que, no sin dificultad, acaba con ellos y corre hasta el puente donde encañona al Gran Almirante. Thrawn no se deja impresionar, pero su rostro cambia cuando llega la Fantasma rodeada por decenas de Purgills de todos os tamaños.

Los padres de Ezra tal como el joven los pudo ver dentro de la puerta del Templo.
Los Purgills más grandes destrozan las dos naves de escolta del Destructor de Thrawan y tres de ellos se adhieren a la nave del Gran Almirante al que aprietan y retienen con sus tentáculos mientras se preparan para dar un salto hiperespacial. Los amigos de Ezra le piden que salga cuanto antes de la nave, pero el joven está sujetando con la Fuerza a Thrawn mientras impide que las puertas se abran para que lleguen refuerzos. Antes de que la nave salte el joven pide a sus amigos que no se preocupen, que ese es su camino y que cuando sea el momento regresará.
Libres de los destructores el grupo hace subir la cúpula, la abandonan y esta estalla sobre el mar acabando con toda la presencia imperial. Con la cúpula también desaparece Pryce que se niega a dejarla y cuando el grupo sobrevuela la ciudad todos se asombran al comprobar que millares de ciudadanos han salido a celebrarlo y están dispuestos a luchar para mantener lo que es suyo.

La Fantasma rodeada por purgills de todos los tamaños.
Aunque el grupo cree que el Imperio no tardará en lanzar un contraataque para recuperar el planeta este nunca se produce y su acción marca el inicio de la campaña de la Alianza Rebelde que, cinco años más tarde, vence al Imperio. Hera y todos sus amigos han participado en la campaña y cuando esta termina Zeb lleva a los clones y a Kallus hasta Lira San donde el antiguo imperial descubre que no acabó con lo Last y que muchos viven allí felices. Kallus es acogido entre ellos, al igual que los clones.
Con la guerra finalizada Hera regresa con su hijo Jacen Syndulla para que este vea el planeta que su padre, Kanan, ayudó a liberar y Sabine, que ha estado esperando el regreso de Ezra considera que ya es hora de ir a por el y, tras subir a una nave con Ahsoka Tano, parten en su búsqueda.
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